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Uno de los errores más comunes a la hora de preparar un discurso jurídico es redactar primero y
luego organizar lo escrito. Es un método que suele fallar, ya que al escribir sin organizar las
ideas tienden a involucrarse sentimientos o emociones en el argumento jurídico.
Una estrategia ideal para mejorar tus planteamientos es emplear esquemas para organizar tus
ideas clave, permitiéndote desarrollar argumentos precisos. Para lograrlo solo necesitas de un
material de escritura donde puedas plasmar tus ideas y te facilite la visión de los hechos
principales del caso.
Escribe en tu esquema aquellos elementos que deseas rebatir y el porqué de ello, a su lado los
artículos que contraponen al mismo. Para finalizar coloca los argumentos favorables que te
permitan hacer la conexión entre ambos, empleando la jurisprudencia cuando la oportunidad se
presente.
El destinatario debe ser uno de tus enfoques principales a la hora de elaborar el argumento para
un caso. Recuerda que el objetivo de tu discurso es lograr persuadir o convencer a su
receptor sobre tu postura, es necesario elegir cuidadosamente las palabras a usar.
Una meta establecida para tu discurso puede ayudarte a mantener una postura firme y a facilitar
la elaboración de ideas en torno a él. De igual forma, evita los errores durante el caso, como hacer
solicitudes innecesarias que te puedan privar de un recurso jurídico.
Intenta captar la atención con tu argumento
Para lograrlo, puedes emplear anécdotas en tu discurso que se encuentren relacionadas con un
momento puntual, siendo más eficientes si son situaciones divertidas. Hacer énfasis suele ser
eficaz para brindarle más importancia a tu discurso, en especial si remarcas un hecho importante
al comienzo y al finalizar el argumento.