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Un concepto es una guía para otra persona, es por ello, que no hay campo para las
ambigüedades, dado que -en el supuesto- si usted trabaja en una firma de abogados y
un cliente paga por una recomendación, a este no le sirve que al terminar de leer no
sepa qué hacer. Puede haber diferentes maneras de expresar esa respuesta y, en
general, depende de la pregunta.
Cuando los abogados o estudiantes de derecho escribimos para otras personas, estas
-generalmente- no saben a profundidad sobre el tema y por eso buscaron ayuda.
Para no caer en la trampa de escribir solo para un público, siga estas
recomendaciones en el texto:
4.1. Estructura visible: utilice subtítulos o una enumeración coherente para dividir
el texto en temas o preguntas.
4.2. Lenguaje claro:
La idea es que cualquier persona pueda entenderlo, lo cual no quiere decir
que el lenguaje no sea técnico.
No escriba palabras que usted no sabe qué significan solo porque las vio en
una ley o sentencia. Busque qué significa la palabra y si cree que existe un
sinónimo más claro, utilícelo.
Oraciones simples: no se trata de escribir oraciones cortas, sino de que cada
oración tenga una idea. Los estudiantes, tendemos a escribir oraciones muy
largas con mucha información. Sea más consciente del uso del punto seguido.