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Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Psicología

Evaluación Diagnóstica de los Trastornos del Aprendizaje


Reporte de investigación sobre los trastornos del aprendizaje

Maestra: Rocio Edith Chávez Puente


Alumna: Valladares Fernández Eisel Deyanira
Matricula: 1895330
Grupo: 005
Semestre: 5°

29 de septiembre del 2021


Monterrey, Nuevo León
En el presente reporte se hablará sobre los trastornos del aprendizaje, haciendo

énfasis en la dislexia, la discalculia y en el TDAH. Se tocarán puntos como las

causas, síntomas, tratamiento, intervención, entre otras cosas. Para comenzar con

este reporte, primero me gustaría definir lo que es el aprendizaje y lo que es un

trastorno.

El aprendizaje es la capacidad de asimilación y recopilación de información

mediante la cual se adquieren nuevos conocimientos o habilidades, todo gracias a

las diferentes técnicas con las que enseña el maestro y la experiencia a situaciones

reales de nuestra vida.

Por otro lado, el DSM 5 menciona que un trastorno mental es un síndrome

caracterizado por una alteración clínicamente significativa del estado cognitivo, la

regulación emocional o el comportamiento de un individuo, que refleja una

disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen

en su función mental. Habitualmente los trastornos mentales van asociados a un

estrés significativo o una discapacidad, ya sea social, laboral o de otras actividades

importantes.

Ahora bien, la definición más utilizada de trastorno del aprendizaje es la incapacidad

persistente, inesperada y específica para adquirir de forma eficiente determinadas

habilidades académicas (ya sea lectura, escritura, cálculo, dibujo, etc.), y que

ocurren a pesar de que el niño tenga una inteligencia normal, siga una

escolarización adecuada y su entorno sociocultural sea favorable (Málaga, 2014).


El primer trastorno de aprendizaje del cual hablaremos es la Dislexia. ¿Qué es la

Dislexia?, la dislexia se define como un trastorno del neurodesarrollo que genera

problemas en el aprendizaje y el uso del lenguaje, la lectura y la escritura, ya que

se ven afectadas las áreas básicas del proceso fonológico y de decodificación de

palabras aisladas (Málaga, 2014). La Dislexia es uno de los trastornos del

aprendizaje más frecuentes y también el más estudiado.

Las causas por la que se puede presentar la dislexia son muy variadas. Desde la

perspectiva de la neurosiquiatría se menciona que es por alteraciones cerebrales

en los lóbulos temporal y occipital; la psicología del aprendizaje menciona que son

anomalías cognitivas como déficit en la organización y codificación de la

información, hay una ausencia de habilidades previas, condiciones inadecuadas o

aversivas, estímulos y contingencia de respuestas inadecuadas o insuficientes,

conductas perturbadoras para el aprendizaje por parte del maestro o del mundo,

etc; desde el punto de vista médico, se dice que es hereditario, también que es un

retraso madurativo, un trastorno del esquema corporal o lateralidad.

El síntoma más característico de la dislexia es la dificultad para comprender los

signos del lenguaje escrito, este trastorno es el resultado de un conjunto de

problemas, tanto psicológicos y aptitudinales como pedagógicos e instructivos

(González, 2017). Es por eso que algunos de los síntomas son los siguientes:

- Mala lateralización: es el predominio funcional de un lado del cuerpo respecto

del otro, es decir, lo que normalmente hace definir a las personas como

diestras, zurdas o ambidiestras.


- Alteraciones en la psicomotricidad: La falta de ritmo (tanto en el movimiento

como en el lenguaje), falta de equilibrio estático y dinámico, o un

conocimiento insuficiente del esquema corporal, son algunas de las

manifestaciones más características de la alteración psicomotriz en

pacientes con dislexia (González, 2017).

- Conductuales: desinterés por el interés del estudio o act. escolares,

ansiedad, baja autoestima, dificultades digestivas o alergias (no está

comprobado).

- Escolares: se manifiesta en la lectura, escritura y en el lenguaje.

- Lectura: lentitud, falta de ritmo, pérdida del renglón, confusiones y mezclas

de sonidos.

Para su evaluación es necesario llevar a cabo una entrevista personal con la familia

en la que se realice una anamnesis previa, cuyos puntos fundamentales son los

principales hitos del desarrollo, el componente genético, la escolarización y las

circunstancias que le han llevado a pensar que puede existir una dislexia. Tras

realizar esta primera entrevista se debe descartar cualquier deficiencia sensorial o

cognitiva, por lo que se le pedirá un examen visual y otro auditivo, (en caso de que

no se haya realizado ninguno en los últimos años), y se le pasarán las pruebas

oportunas para obtener su CI global, así como la baremación en procesos como la

memoria de trabajo, la velocidad de procesamiento, el razonamiento perceptivo o la

comprensión oral. Tras la evaluación de las capacidades intelectuales pasamos al

análisis específico de la lectoescritura (Silva, 2011).


Los criterios de diagnóstico mencionan que debe indicar dificultad en el aprendizaje

y en la utilización de las aptitudes académicas, evidenciando por la presencia de al

menos uno de los síntomas que han persistido por lo menos durante 6 meses a

pesar de intervenciones dirigidas a estas dificultades:

- Lectura de palabras imprecisa o lenta y con esfuerzo (ej., lee palabras sueltas

en voz alta incorrectamente o con lentitud y vacilación, con frecuencia adivina

palabras, dificultad para expresar bien las palabras).

- Dificultades ortográficas (ej., puede añadir, omitir o sustituir vocales o

consonantes).

- Dificultades con la expresión escrita (ej., hace múltiples errores gramaticales

o de puntualización en una oración, organiza mal el párrafo, la expresión

escrita de ideas no es clara) (Morrison, 2015).

La dislexia no es un trastorno curable pero sí tratable. Para su tratamiento existen

distintos enfoques terapéuticos dependiendo de la edad del individuo. Las medidas

terapéuticas se basan en intervenciones sobre el lenguaje, la fonología y la lectura;

todo ello, de forma personalizada para cada caso y bajo unas condiciones

pedagógicas adecuadas (Málaga, 2014).

El siguiente trastorno del que hablaremos es el de Discalculia. La discalculia es un

trastorno específico en el procesamiento numérico y el cálculo. Se manifiesta en

niños con una inteligencia normal y una educación convencional. Como el resto de

los trastornos del aprendizaje, tiene una base neurobiológica y probablemente un

componente genético (Sans, 2012).


Las causas más comunes de la discalculia son las genéticas, es cuando discalculia

se presenta en miembros de la misma familia. La investigación muestra que los

genes podrían jugar un papel en las dificultades con las matemáticas; y también

depende del desarrollo cerebral, los estudios de imágenes cerebrales han mostrado

algunas diferencias entre las personas con y sin discalculia. Las diferencias tienen

que ver con la estructura y el funcionamiento de áreas que están relacionadas con

las habilidades del aprendizaje (Top Doctors, 2021).

Los síntomas más comunes en este trastorno son la escasa habilidad para contar

comprensivamente, dificultas en las operaciones básicas, dificultad para el cálculo

mental, errores en las operaciones matemáticas básicas, entre otras muchas más.

Una evaluación completa puede mostrar en qué áreas exactamente está teniendo

dificultad. Los evaluadores examinan qué tan bien un niño puede hacer cálculos

básicos, recordar datos matemáticos y resolver problemas rápidamente. Hay

pruebas específicas para evaluar:

- Habilidades para calcular: Woodcock-Johnson IV (WJ IV) subprueba de

cálculo.

- Fluidez matemática: WJ IVsubprueba de fluidez matemática.

- Capacidad para calcular mentalmente: Wechsler Intelligence Scale for

Children (WISC-V) subprueba de aritmética.

- Razonamiento cuantitativo: WIAT-III subprueba resolver problemas

matemáticos.
Estos son cuatro tipos de pruebas que se realizan cuando se evalúa si el niño tiene

discalculia, y ejemplos de cada tipo de prueba (Kelly, 2020).

Como en el caso de la dislexia, los criterios de diagnóstico mencionan que debe

indicar dificultad en el aprendizaje y en la utilización de las aptitudes académicas,

evidenciando por la presencia de al menos uno de los síntomas que han persistido

por lo menos durante 6 meses a pesar de intervenciones dirigidas a estas

dificultades:

- Dificultades para dominar el sentido numérico, los datos numéricos o el

cálculo (ej., comprende mal los números, su magnitud y sus relaciones,

cuenta con los dedos para sumar números de un solo digito en lugar de

recordar la operación matemática como hacen sus iguales, se pierde en el

cálculo aritmético y puede intercambiar procedimientos).

- Dificultades con el razonamiento matemático (ej., tiene gran dificultad para

aplicar los conceptos, hechos u operaciones matemáticas para resolver

problemas cuantitativos) (Morrison, 2015).

Uno de los métodos/tratamientos es la instrucción multisensorial. Este método de

enseñanza utiliza la vista, el tacto, la audición y el movimiento para proporcionar

diferentes maneras de aprender habilidades y entender conceptos. Las técnicas

matemáticas multisensoriales pueden ayudar a los chicos a entender qué

representan los números y los símbolos. A menudo estas técnicas enseñan

conceptos matemáticos de manera lógica, en la cual una habilidad es la base para

desarrollar la siguiente. Al igual que la dislexia, no es un trastorno curable pero sí

tratable (Morin, 2020).


Y por último hablaremos sobre el Trastorno de déficit de atención/hiperactividad.

Sus causas son multifactoriales, puede ser por factores genéticos, factores

ambientales, consumo de alcohol durante la gestación, problemas perinatales,

condiciones sociales adversas, funcionamiento deficitario en zonas cerebrales, etc.

Se mencionaba en clase que alguno de los síntomas de este trastorno del

aprendizaje es: perdida de objetos, dejar tareas a medias, constantemente olvidan

cosas, no se organizan, no planifican, se precipitan al hacer las cosas, tienen

inquietud motora, son habladores, su movimiento es excesivo, etc.

Es importante diseñar un protocolo de evaluación escogiendo aquellos instrumentos

en función de las variables que queremos evaluar. La mayoría del alumnado con

TDAH presenta dificultades específicas de aprendizaje, asociadas a las

características personales que presentan y que inciden significativamente en el

aprendizaje escolar, motivo por el cual es necesario realizar una evaluación

psicopedagógica. En este proceso es imprescindible la valoración de las conductas

del alumno o la alumna en diferentes ámbitos de su vida, motivo por el cual las

entrevistas y cuestionarios al profesorado y familia se convierten en herramientas

de extraordinario valor (Balbuena, 2014).

Igualmente, como en el caso de la dislexia y la discalculia, los criterios de

diagnóstico mencionan que debe indicar dificultad en el aprendizaje y en la

utilización de las aptitudes académicas, evidenciando por la presencia de al menos

uno de los síntomas que han persistido por lo menos durante 6 meses a pesar de

intervenciones dirigidas a estas dificultades:


- Con frecuencia falla en prestar la debida atención a los detalles o por

descuido se cometen errores en las tareas escolares, en el trabajo o durante

otras actividades (por ejemplo, se pasan por alto o se pierden detalles, el

trabajo no se lleva a cabo con precisión).

- Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o

actividades recreativas (por ejemplo, tiene dificultad para mantener la

atención en clases, conversaciones o lectura prolongada).

- Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente (por

ejemplo, parece tener la mente en otras cosas, incluso en ausencia de

cualquier distracción aparente).

- Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares,

los quehaceres o los deberes laborales (por ejemplo, inicia tareas pero se

distrae rápidamente y se evade con facilidad).

- Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (por

ejemplo, dificultad para gestionar tareas secuenciales; dificultad para poner

los materiales y pertenencias en orden; descuido y desorganización en el

trabajo; mala gestión del tiempo; no cumple los plazos).

- Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar

tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (por ejemplo tareas

escolares o quehaceres domésticos; en adolescentes mayores y adultos,

preparación de informes, completar formularios, revisar artículos largos).

- Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (por

ejemplo, materiales escolares, lápices, libros, instrumentos, billetero, llaves,

papeles de trabajo, gafas, móvil).


- Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para

adolescentes mayores y adultos, puede incluir pensamientos no

relacionados).

- Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (por ejemplo, hacer las

tareas, hacer las diligencias; en adolescentes mayores y adultos, devolver

las llamadas, pagar las facturas, acudir a las citas) (Morrison, 2015).

El tratamiento de elección en el TDAH se denomina tratamiento multimodal. Incluye

intervención farmacológica y no farmacológica (intervención psicosocial). La más

frecuente y recomendada es la intervención psicosocial, la cual se puede dividir en

cuatro partes: 1) Psicoeducación: información útil y basada en evidencias científicas

(Información a pacientes, información a educadores y profesores, información a

padres); 2) Intervención conductual: entrenamiento de educadores y padres

(Refuerzos y castigos, extinción, economías de fichas, contrato de contingencias);

3) Intervención sobre el paciente: según las dificultades identificadas (Intervención

cognitivo-conductual, habilidades sociales, técnicas de resolución de problemas,

estrategias de auto-ayuda) y 4) Apoyo escolar: medidas de refuerzo, adaptación y

estrategias para mejorar el rendimiento y comportamiento (Hernández, 2014).


Bibliografías

Balbuena Aparicio, F., Barrio García, E., González Álvarez, C., Pedrosa Menéndez,

B., Rodríguez Pérez, C., & Yágüez Soberón, L. A. (2014). Protocolo para la

detección y evaluación del alumnado con trastorno por déficit de atención e

hiperactividad en el ámbito educativo: guía para orientadores y orientadoras.

González, R. (2017). Análisis de la producción escrita de niños con síntomas de

dislexia a partir de un enfoque Lingüístico-Cognitivo.

Hernández, P. R., & Gutiérrez, I. C. (2014). Plan de tratamiento multimodal del

TDAH. Tratamiento psicoeducativo. Pediatría integral, 18(9), 624-633.

Kelly K, 2020. Understood. Tipos de pruebas para la discalculia. Recuperado

Septiembre 29, 2021.

Málaga Diéguez, I. (2014). 1. Los trastornos del aprendizaje. Definición de los

distintos tipos y sus bases neurobiológicas.

Morin A, 2020. Understood. Tratamientos para niños con discalculia. Recuperado

Septiembre 29, 2021.

Morrison, J. (2015). DSM-5® Guía para el diagnóstico clínico. Editorial El Manual

Moderno.

Sans, A., Boix, C., Colomé, R., López-Sala, A., & Sanguinetti, A. (2012). Trastornos

del aprendizaje. Pediatr Integral, 16(9), 691-9.

Silva C, 2011. Ladislexianet. Evaluación de la dislexia. Recuperado Septiembre 29,

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Topdoctors. 2021. Discalculia: Qué es, síntomas y tratamiento. Recuperado

Septiembre 29, 2021.

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