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INDICADORES ESPECÍFICOS QUE DEFINEN FUNCIONALMENTE AL

ANCIANO INDEPENDIENTE, DEPENDIENTE Y EL QUE REQUIERE SOPORTE


INSTITUCIONAL

Relaciones sociales.
De acuerdo a la Red Latinoamericana de Gerontología “las redes sociales de
apoyo se refieren al conjunto de relaciones interpersonales que integran a una
persona con su entorno social y le permiten mantener o mejorar su bienestar
material, físico y emocional, con el fin de evitar el deterioro real que podría
generarse cuando el adulto mayor enfrenta dificultades, crisis o conflictos”.
Podemos pensar en las redes sociales como una especie de sistema de seguridad
social, tanto formal como informal, que ayuda a que una persona mayor encuentre
el soporte que necesita en la medida que envejece. El siguiente diagrama nos
ayudará a entender mejor los diferentes tipos de apoyo que existen:

Podemos identificarlas de dos tipos, por un lado, las formales constituidas por
instituciones públicas como privadas también, por otro lado, las informales
integradas por nuestros allegados (familia, vecinos y amigos) donde la ventaja
reside en ayuda personalizada, acciones puntuales y acceso a personal voluntario
o remunerado. A continuación las diferentes redes sociales de apoyo que
encontrarán:
Red social primaria: El origen de esta red es de naturaleza informal y está
compuesta por la familia, vecinos y amigos. Como su nombre lo indica esta red es
primordial y es el núcleo de las necesidades más básicas de cualquier individuo
(Ej. Socialización, cuidado, afecto, reproducción y estatus). La complejidad de las
interacciones que surgen a partir de esta red se da cuando los familiares se
enfrentan a las pérdidas que el envejecimiento conlleva y no saben cómo
manejarlas; esto se debe a que en la mayoría de los casos no reciben la
información necesaria que les explique los cambios físicos, psicológicos y sociales
por los que atraviesan los adultos mayores.
Red comunitaria: Esta red se institucionaliza a nivel local y es conocida también
como red secundaria. Las personas de edad tienden a buscarla en organizaciones
altruistas y civiles o bien en instituciones de beneficencia que desarrollen algún
programa o proyecto asistencial en la comunidad, con la expectativa de obtener
algún apoyo (material, instrumental, emocional, cognitivo). Muchas veces estas
redes son difíciles de encontrar ya que existe una gran rotación del personal que
las gestiona.
Red interinstitucional: Esta red la componen tanto organismos públicos como
privados. Específicamente la representan instituciones públicas creadas para
atender necesidades de vulnerabilidad física, económica o bien psicológica
presentes en los adultos mayores. Es probable que sin los apoyos proporcionados
desde la redes primarias y secundarias la red institucional difícilmente podría
facilitar apoyos complementarios a falta de presupuesto (Ej. Sistema de salud
público, INAPAM, DIF). La desventaja que encontramos en esta red es la baja
calidad de los servicios proporcionados y el bajo seguimiento individualizado.

A medida que las personas envejecen, su calidad de vida se ve determinada en


gran medida por su capacidad para mantener la autonomía y la independencia. Es
decir, tanto por la capacidad percibida de controlar, afrontar y tomar decisiones
personales acerca de cómo vivir como por la capacidad de vivir con independencia
en la comunidad recibiendo poca ayuda, o ninguna, de los demás (OMS 2002:77).
Escalas de valoración funcional.
El objetivo de las escalas de valoración funcional es determinar la capacidad de
una persona para realizar las actividades de la vida diaria de forma independiente,
es decir, sin ayuda de otras personas.
• Hoy en día se sabe que el deterioro funcional es el predictor más fiable de mala
evolución y mortalidad en personas mayores enfermas, independientemente del
diagnóstico clínico.
• Las actividades de la vida diaria (AVD) se pueden dividir en:
ACTIVIDADES BASICAS DE LA VIDA DIARIA (ABVD): Miden los niveles más
elementales (comer, usar el retrete, contener esfínteres) y los inmediatamente
superiores (asearse, vestir, andar) que constituyen las actividades esenciales para
el autocuidad.
- Son actividades transculturales y casi universales en la especie humana
pues se realizan en todas las latitudes y no está influidas por factores como
el sexo.
- Su alteración se produce de manera ordenada e inversa a su adquisición en
la infancia. Su medida se realiza mediante la observación directa.
- En su evaluación se utilizan el INDICE DE KATZ y el INDICE DE
BARTHEL.
ACTIVIDADES INSTRUMENTALES DE LA VIDA DIARIA (AIVD): Miden aquellas
funciones más importantes para que una persona permanezca independiente en la
comunidad (capacidad para hacer la compra, la comida, realizar la limpieza
doméstica, el manejo de las finanzas…), es decir aquellas actividades que
permiten la relación con el entorno.
- Están muy influidas por el entorno geográfico y cultural. En muchas
sociedades alguna actividad depende del sexo del sujeto evaluado.
- Por sus características su medida suele basarse en el juicio y no en la
observación
- Son más útiles que las anteriores para detectar los primeros grados de
deterioro.
- En su evaluación se utiliza la ESCALA DE LAWTON y BRODY.
ACTIVIDADES AVANZADAS DE LA VIDA DIARIA (AAVD): Valoran funciones más
complejas como la realización de actividades de ocio, religiosas, deportes,
trabajos, transporte, etc.

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