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¿Qué es riesgo?
En las clases anteriores hemos aprendido cómo proyectar los flujos futuros de un proyecto y
calcular su valor. Hemos considerado estos flujos como certeros, pero en la mayoría de los casos no
es así. Un buen ejemplo de esto es el tema de la clase pasada, demanda, donde vimos que es
prácticamente imposible de pronosticar con total certeza. Cuando los flujos futuros de un proyecto
tienen variabilidad, entonces este proyecto tiene riesgo. En esta clase veremos cómo analizar estos
riesgos, para así poder evaluar las distintas formas de administrarlos.
Con el método del VAN visto en clases pasadas, una tasa de descuento del 10% y un horizonte
de evaluación de 10 años, obtenemos un VAN esperado de $49.676.769 (o $49,68M)1:
Para sensibilizar este valor buscaremos valores optimistas y pesimistas para las dos variables
estimadas. Para el precio de arriendo en los últimos 5 años se puede tomar como valor optimista
que se mantenga el precio (rara vez baja el precio), y como valor pesimista el aumento de 20% que
el contrato de arriendo establece como máximo. Por otro lado, para las ventas se pueden tomar los
rangos del estudio de mercado, estableciendo un valor optimista de $13.000 y pesimista de $10.000.
Los resultados del análisis de sensibilidad se condensan en la siguiente tabla:
1 En estos ejemplos no se consideran impuestos ni cambios en el capital de trabajo neto, para simplificar.
En general las tiendas venden más variedad de productos, así logran disminuir el impacto
que tendría la baja aceptación de un producto en particular.
Los puntos de quiebre no solo se relacionan con la decisión de hacer el proyecto o no.
Cuando un proyecto incluye varias decisiones estratégicas, se pueden encontrar los puntos de
quiebre de cada una de ellas, aportando robustez a la decisión óptima encontrada. Si en el ejemplo
de la tienda evaluáramos también la posibilidad de pagar un porcentaje de las ventas como arriendo,
podríamos encontrar el punto de quiebre de las unidades vendidas que haga cambiar la decisión
entre un arriendo fijo y uno como porcentaje de ventas.
El análisis de sensibilidad explica cómo varía el valor del proyecto ante cambios en solo una
de las variables clave. En ocasiones es necesario analizar cómo cambia el VAN del proyecto cuando
varias variables se mueven juntas. A esto se le llama análisis de escenarios. Un análisis de escenarios
es de especial interés cuando cada variable por sí sola no afecta considerablemente el valor del
proyecto, pero un movimiento en conjunto de estas podría volver el VAN negativo.
Simulando el riesgo
Finalmente, cuando es difícil estimar un valor esperado y casos extremos para cada variable
se deben utilizar métodos más sofisticados, como la simulación. Estos métodos permiten asignar
distribuciones de probabilidad a las variables, lo que permite moverlas al mismo tiempo y establecer
complejas relaciones entre ellas.
Dentro de estos métodos destaca la simulación de Monte Carlo. Esta herramienta consiste en
simular un gran número de escenarios, cientos o miles de veces, muestreando valores para cada
variable de acuerdo a distribuciones de probabilidad predefinidas. Al final se recolecta el valor del
proyecto en cada una de estas simulaciones y se obtiene una distribución y un valor esperado para
este (tomando el promedio de todos los resultados).
Un paso inicial y de suma importancia es modelar las variables desconocidas del proyecto.
Para esto se debe estudiar información acerca de las variables y encontrar la distribución de
probabilidades que más se ajuste. Por ejemplo, en el caso de la tienda, la cantidad vendida podría
simularse como una distribución de probabilidades triangular con media 10.000 y el precio de
arriendo como una distribución uniforme entre 0% y 20%. Con esos supuestos se podría hacer una
Resultado Simulación
250
200
FRECUENCIA
150
100
50
Al final, el promedio de todos los valores nos dará el VAN esperado. Existen varias
herramientas en el mercado para facilitar este tipo de simulaciones, aunque también se puede
realizar mediante planillas de cálculo.
Una vez identificado el riesgo y evaluadas sus consecuencias para el proyecto, se pueden
tomar la decisiones correctas de cómo administrarlo. El riesgo se puede asumir, transferir, o el
proyecto se puede cancelar, entre otras opciones. Para tomar esta decisión de manera óptima es
importante considerar el punto de vista de quien evalúa el proyecto.
Todos los riesgos son importantes desde el punto de vista del proyecto, sin embargo desde
el punto de vista de la firma algunos de estos riesgos pueden no ser relevantes o incluso
parcialmente atractivos. Esto sucede debido a que una empresa diversifica el riesgo propio de un
proyecto dentro de una cartera de estos. Sí un proyecto tiene un riesgo independiente o que no
correlaciona significativamente con el riesgo del rubro principal de la empresa, dicho proyecto
ayudará a diversificar el riesgo del portafolio (como pasa en Finanzas con una cartera de acciones).