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Universidad Nacional de Cuyo- Facultad de Ciencias Políticas y Sociales

Licenciatura en Trabajo Social


Cátedra: Ética Profesional y Social

Tema: Responsabilidad ética: individualidad y comunidad

Estructura de la clase: Clase expositiva con apoyo audiovisual.

Primer momento: En base a un disparador se propone plantear interrogantes en la clase sobre


las tensiones entre “individuo” y “comunidad” en relación a las decisiones de índole ética.

Segundo momento: Análisis de esos debates a partir del uso de las categorías sartreanas
presentes en “El existencialismo es un humanismo”. Lectura de fragmentos de la obra.

1.1 Categorías importantes de la ética sartreana

1.2 Sarte: situación histórica y política

“Con su historicidad había descubierto su dependencia; basta de eternidad, basta de absoluto;


la universalidad a la que aspiraba en tanto intelectual burgués sólo se la podían conferir los
hombres en los cuales ésta se encarnaba en la Tierra”.

(De Beauvoir)

Jean Paul Sartre (1905-1980), filósofo y escritor francés cuyo pensamiento hecho obra tuvo
muchísima influencia en la posguerra, llegando a convertirse en “el” modelo de intelectual
comprometido y pensador radical. Fue la voz crítica de su tiempo. Sus intervenciones en la vida
pública de los franceses guardan una estrecha relación con su pensamiento teórico (por
ejemplo, su prédica antisistema se tradujo en el rechazo del Premio Nobel de Literatura en
1964).

Entre las acciones que llevó a cabo como intelectual comprometido, armó el prefacio a “Los
Condenados de la Tierra” de Franz Fanon, escrito al final de la vida del médico anticolonialista
y publicado post mortem en el año 1961. Había encaminado su pensamiento hacia las ideas
revolucionarias desde el fin de la Segunda Guerra Mundial: con el convencimiento de que el
uso de la palabra no se puede descartar, sino que debe utilizarse para dar cuenta de los
despojos de la guerra, plantea una opción ética por la libertad.

Destaca la libertad como rasgo central del ser humano, la responsabilidad política y ética que
implica el ejercicio de esa libertad, y la vinculación con los otros como forma en que esa
libertad se encarna en actos.  

Define el existencialismo como la consecuencia más coherente del ateísmo, puesto que, si no
hay Dios que conciba la naturaleza humana, entonces no hay un “molde” previo. La
característica principal de la humanidad es que la existencia es anterior a la esencia: el ser
humano nace, “existe” y a partir de ese momento será lo que vaya haciendo de sí mismo. No
hay algo así como una “naturaleza humana” que se encarne: cada quien será su propio molde,
su propio devenir. El ser humano sólo existe en la medida en que se inventa a sí mismo.
El devenir humano será para Sartre “auténtico” si afirma la libertad, y será inauténtico si la
niega o la restringe. Cada quien se asume en cada acción como reivindicador o como represor
de la libertad; al elegir entre distintas posibilidades, está “condenado” a elegirse primero como
una realización de la libertad o como una renuncia a ella. Pero lo más importante de esa
libertad es que, dado que la propia subjetividad es siempre intersubjetividad, no será un
individuo voluntarista el que tome decisiones sobre sí mismo, aislado en su propia burbuja,
sino que al elegir algo para mí, elijo en nombre de la especie. Elijo lo bueno para mí y en
consecuencia, elijo por todxs. Estoy condenado a elegir a cada paso, y esa libertad del
existencialismo conlleva una gran responsabilidad.

El 29 de octubre de 1945, en el Club Maintenant de París, da una conferencia que fue


publicada luego como “El Existencialismo es un humanismo”. Allí explica varios puntos
centrales de su filosofía: la razón de que se asentara en la existencia (el ateísmo de base,
producto de la materialidad de su pensamiento), la libertad como rasgo constitutivo del ser
humano, y la moral que se deriva necesariamente de ese existencialismo, una moral de la
acción.

1.3 Análisis de la obra: tomaremos fragmentos de la conferencia “El existencialismo


es un humanismo” para explicar la filosofía y ética sartreanas.

Análisis de la obra: tomaremos fragmentos de la conferencia “El existencialismo es un


humanismo” para explicar la filosofía y ética sartreanas.

Aparentemente el propio Sartre no estaba muy contento con su improvisación, una vez que
leyó la transcripción. Sin embargo logra en su discurso explicar varios puntos centrales: la
razón de que su filosofía se asentara en la existencia (el ateísmo de base, producto de la
materialidad de su pensamiento), la libertad como rasgo constitutivo del ser humano, y la
moral que se deriva necesariamente de ese existencialismo, una moral de la acción.

Esa noche de la conferencia, Sartre se ve en la necesidad de contestar las críticas al


existencialismo que vienen de izquierda y de derecha, de los comunistas y de los sectores
cristianos.

Las críticas surgidas desde los sectores de la extrema derecha o de la iglesia no sorprendieron
al pensador, según relata De Beauvoir en su obra; pero la animosidad de parte de los
comunistas la recibió como una injusticia. A ambas responderá Sartre con su apelación de que
“el existencialismo es un humanismo”, en el sentido de que es “una doctrina que hace posible
la vida humana y que, por otra parte, declara que toda verdad y toda acción implica un medio
y una subjetividad humana”.

Él define el existencialismo como la consecuencia más coherente del ateísmo. En efecto, si no


hay Dios que conciba la naturaleza humana, entonces no hay un “molde” previo; cada ser
humano será su propio molde, su propio devenir. El ser humano sólo existe en la medida en
que se inventa a sí mismo. Ese devenir será para Sartre “auténtico” si afirma la libertad
humana. Y será inauténtico si la niega o la restringe. Cada quien se asume en cada acción como
reivindicador o como represor de la libertad; al elegir entre distintas posibilidades, está
“condenado” a elegirse primero como una realización de la libertad o como una renuncia a
ella.

La característica principal de la humanidad es que la existencia es anterior a la esencia. El ser


humano nace, “existe” y a partir de ese momento será lo que vaya haciendo de sí mismo. No
hay algo así como una “naturaleza humana” que se encarne.

Sin embargo, el suyo no es un planteo individualista. No será un individuo voluntarista el que


tome decisiones sobre sí mismo, aislado en su propia burbuja. La propia subjetividad es
siempre intersubjetividad: inclusive para conocerme a mí mismo, dice Sartre, necesito de los
otros; es a través de ellos y los efectos que produzco, que sé de mí mismo. “no puedo tomar
mi libertad como fin si no tomo igualmente la de los otros como fin”.

Por tanto, al elegir algo para mí, elijo en nombre de la especie. Elijo lo bueno para mí y en
consecuencia, elijo por todos. Estoy condenado a elegir a cada paso, y esa libertad del
existencialismo conlleva una gran responsabilidad.

“el hombre es responsable de lo que es. Así, el primer paso del existencialismo es poner a todo
hombre en posesión de lo que es, y asentar sobre él la responsabilidad total de su existencia. Y
cuando decimos que el hombre es responsable de sí mismo, no queremos decir que el hombre
es responsable de su estricta individualidad, sino que es responsable de todos los hombres”

Y también: “el descubrimiento de mi intimidad me descubre al mismo tiempo el otro, como una
libertad colocada frente a mí, que no piensa y que no quiere sino por o contra mí. Así
descubrimos en seguida un mundo que llamaremos la intersubjetividad, y en este mundo el
hombre decide lo que es y lo que son los otros”.

Hay un lugar importante al sentimiento de angustia, vinculado a esa falta de sentido que tiene
la vida en sí misma. En lugar de estar cumpliendo con un destino prefijado, o un designio
divino, estamos obligados a asumir nuestra libertad, y esa libertad conlleva una
responsabilidad inmensa para con los otros y con nosotros mismos. Sin embargo esa angustia
no se aleja de la acción, sino que por el contrario la acompaña:

“Se trata de una simple angustia, que conocen todos los que han tenido responsabilidades. Y
esta especie de angustia que es la que describe el existencialismo, veremos que se explica
además por una responsabilidad directa frente a los otros hombres que compromete. No es
una cortina que nos separa de la acción, sino que forma parte de la acción misma”

Y es a consecuencia de esta angustia que Sartre habla de una condena: “El hombre está
condenado a ser libre. Condenado, porque no se ha creado a sí mismo, y sin embargo, por otro
lado, libre, porque una vez arrojado al mundo es responsable de todo lo que hace”. El ser
humano es “trascendente”, es un ser volcado sobre el mundo para transformarlo,
“condenado” a la actividad, en tanto que su presencia en el mundo transforma el mundo o lo
mantiene tal cual es. No hay posibilidad de no actuar.
lejos de ser una moral relativista, la propuesta de Sartre tiene principios universales. Al estar
basada en la misma situación humana, apela a la universalidad de los valores que sostiene,
aunque no puedan ser nunca valores abstractos ni a priori.

“Las situaciones históricas varían: el hombre puede nacer esclavo en una sociedad pagana, o
señor feudal, o proletario. Lo que no varía es la necesidad para él de estar en el mundo, de
estar allí en el trabajo, de estar allí en medio de los otros y de ser allí mortal” (…) “En este
sentido podemos decir que hay una universalidad del hombre; pero no está dada, está
perpetuamente construida. Construyo lo universal eligiendo; lo construyo al comprender el
proyecto de cualquier otro hombre, sea de la época que sea. Este absoluto de la elección no
suprime la relatividad de cada época” “Aunque ningún valor a priori determine mi elección,
esto no tiene nada que ver con el capricho. Para nosotros, al contrario, el hombre se encuentra
en una situación organizada, donde está él mismo comprometido, compromete con su elección
a la humanidad entera, y no puede evitar elegir. Nadie puede decir lo que será la pintura de
mañana; sólo se puede juzgar la pintura una vez realizada. ¿Qué relación tiene esto con la
moral? Estamos en la misma situación creadora.”

¿Cómo juzgar, entonces, las acciones humanas?

“Cuando declaro que la libertad a través de cada circunstancia concreta no puede tener otro
fin que quererse a sí misma, si el hombre ha reconocido que establece valores, en el desamparo
no puede querer sino una cosa, la libertad, como fundamento de todos los valores. Esto no
significa que la quiera en abstracto. Quiere decir simplemente que los actos de los hombres de
buena fe tienen como última significación la búsqueda de la libertad como tal. Y al querer la
libertad descubrimos que depende enteramente de la libertad de los otros, y que la libertad de
los otros depende de la nuestra. (…) Así, en nombre de esta voluntad de libertad, implicada por
la libertad misma, puedo formar juicios sobre los que tratan de ocultar la total gratuidad de su
existencia, y su total libertad. Así, aunque el contenido de la moral sea variable, cierta forma
de esta moral es universal.”

 Bibliografía ampliatoria
ECHEVERRÍA, B., (2010), El humanismo del existencialismo. Internet Archive. Wayback
Machine: http://web.archive.org/web/20100306032236/http:/www.bolivare.unam.mx/
ensayos/humanismo_existencialismo.html
DE BEAUVOIR, S., (2011), La Fuerza de las Cosas, Buenos Aires: DeBolsillo.

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