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“La familia trabajando en la empresa: Obstáculo u oportunidad?

-“Muchas veces nuestras reuniones de trabajo terminan en discusiones a los gritos,


aunque no haya nada tan grave, en nuestras tareas, como para ponernos así …”

-“Yo ya le expliqué que la honestidad, la lealtad y la confianza que nos tenemos, por ser
familia, son cosas muy buenas pero no nos alcanzan para trabajar en la empresa … cuándo
va a comportarse como un profesional competente, y rendir como necesitamos?”

Estos son ejemplos de los muchos comentarios personales que escuchamos, trabajando
en empresas de familia.

La famosa “doble lógica” familiar y empresarial (es decir, propia de los fenómenos que
ocurren cuando los parientes trabajan juntos en la misma empresa), ha dado lugar a vasta
bibliografía, pero además, a varios criterios simples para abordarla. Uno de ellos se basa
en que es mejor dejar los problemas de casa en el umbral de la oficina, y en ella trabajar
como si nada pasara. Lo cierto es que esto está muy lejos de ser posible y que las
emociones afectan el clima laboral y el desempeño de las personas en el seno de
cualquier empresa, sea ésta familiar o no. Los seres humanos somos una unidad al fin… y
nada de las emociones puede desaparecer porque sí, en nuestro ámbito de trabajo.

Abordar dificultades para expresar esas emociones, lo no dicho pero supuesto, los juicios
e interpretaciones sobre lo que nos pasa pero nos guardamos, las declaraciones
fundacionales de los dueños de la empresa (es decir, el para qué hicimos lo que hicimos,
con nuestros hermanos, hijos, sobrinos, cónyuges, etc), los acuerdos, las alianzas y
lealtades entre algunos …pero a lo mejor no entre todos, las promesas tanto explícitas
como implícitas, las conversaciones públicas vs las conversaciones privadas, los mensajes
subyacentes, el “deber ser o hacer”, son algunas de las cuestiones que abordamos en
nuestros procesos de Coaching, tanto individual como grupal, en empresas de familia.
Todo esto apunta a un objetivo fundamental: traer a la percepción conjunta aquellas
emocionalidades que nos obstaculizan para trabajar juntos con efectividad, “destilarlas”,
sacarles lo mejor, para que los vínculos se conviertan en generadores de armonía y buen
desempeño, ante que “un palo en la rueda”. Permitir que todos los miembros del equipo
puedan comunicarse y establecer una red de acuerdos explícitos y comprometidos, en pos
de un logro que todos vean como valioso.

Y todo ello, además, con un plus: a qué padre o madre, que fuera dueño de empresa, no le
gustaría contar con sucesores (que no sólo puedan ser hijos, sino a lo mejor también
sobrinos, y hasta nietos), con quienes recrear un vínculo sano de afecto y al mismo tiempo
trabajar para hacer perdurar su empresa? Después de todo, ésta es la que sostiene
materialmente a la familia, y hace que sus miembros sean las personas que en definitiva
son hoy… con sus carreras, sus ambiciones, sus proyectos, sus errores y sus aciertos.

Entonces, … hagamos de la “doble lógica” una sola, esa es la estrategia del Coaching
para empresas de familia.

Lic. Mónica Silvia Reta.

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