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Desintegracion de Yugoslavia

La desintegración de Yugoslavia fue un proceso complejo y tumultuoso que tuvo lugar en la


década de 1990. Yugoslavia, que se estableció después de la Primera Guerra Mundial, era una
federación de seis repúblicas socialistas: Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Serbia,
Montenegro y Macedonia. Sin embargo, tensiones étnicas, políticas y económicas subyacentes
finalmente llevaron a la fragmentación violenta del país.

El desmoronamiento de Yugoslavia estuvo marcado por conflictos étnicos y nacionalistas, así


como por rivalidades políticas y religiosas. Las tensiones entre los diferentes grupos étnicos se
intensificaron después de la muerte del líder yugoslavo Josip Broz Tito en 1980. Tito había
mantenido el equilibrio entre las diversas nacionalidades y religiones dentro del país, pero su
fallecimiento dejó un vacío de poder y expuso las divisiones latentes.

El proceso de desintegración comenzó en 1991, cuando Eslovenia y Croacia declararon su


independencia de Yugoslavia. Esto desencadenó conflictos armados, particularmente en
Croacia, donde se libró una guerra entre el ejército croata y las fuerzas serbias. Posteriormente,
Bosnia y Herzegovina también declararon su independencia, lo que condujo a una guerra
mucho más brutal y prolongada. En Bosnia, se produjeron atrocidades y limpieza étnica por
parte de todas las partes involucradas, incluyendo serbios, croatas y bosniacos.

La situación se agravó aún más en 1992, cuando Macedonia también se independizó. Sin
embargo, a diferencia de los otros casos, la separación de Macedonia fue relativamente
pacífica. En 1992, Serbia y Montenegro formaron una nueva federación conocida como la
República Federal de Yugoslavia (RFY), que más tarde se convirtió en Serbia y Montenegro. Esta
entidad fue reconocida como sucesora legal de la antigua Yugoslavia y mantuvo el control
sobre la región de Kosovo, una provincia autónoma de Serbia.

El conflicto más prolongado y sangriento ocurrió en Kosovo, donde los albanokosovares,


predominantemente musulmanes, buscaban la independencia o una mayor autonomía dentro
de Serbia. La situación en Kosovo desencadenó una intervención militar de la OTAN en 1999,
que llevó al retiro de las fuerzas serbias y la administración provisional de Kosovo por parte de
la ONU.

Finalmente, en 2006, Montenegro celebró un referéndum en el que votó a favor de la


independencia, lo que llevó a la disolución definitiva de la federación Serbia y Montenegro.
Esto marcó el fin del proceso de desintegración de Yugoslavia y la creación de nuevos estados
independientes en la región.

La desintegración de Yugoslavia dejó profundas cicatrices y secuelas en la región. Los conflictos


étnicos y las tensiones no resueltas han dejado una herencia de divisiones profundas y desafíos
políticos y económicos para los países surgidos de Yugoslavia. La comunidad internacional ha
trabajado para promover la reconciliación y la estabilidad en la región, pero los efectos del
conflicto siguen siendo evidentes hasta el día de hoy.

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