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Restos fósiles
El equipo de Tim White encontró en diciembre de 2005 restos de esta especie, en
el sitio Asa Issie, al noreste de Etiopía, en el valle del Awash medio.1 Datados con
entre 4,1 y 4,2 millones de años de antigüedad, son un fémur, fragmentos
de maxilar y algunos dientes, incluyendo el canino más grande hallado entre los
homínidos. Antes se habían encontrado otros 9 fósiles de esta especie,
en Kanapoi (Kenia), la mayoría en 1994; más otros 12 fósiles, principalmente
dientes, encontrados en 1988, en Allia Bay (Kenia)2 y un fragmento
de húmero hallado en 1965 por Bryan Patterson y que fue identificado
posteriormente.3
En agosto de 2019 se anunció el descubrimiento de un cráneo, denominado
oficialmente MRD-VP-1/1, encontrado en 2016 por Yohannes Haile-Selassie en la
región de Woranso-Mille, en Etiopía.456
Características
Sus molares poseían esmalte grueso, por lo que se deduce que no comía solo
hojas y frutos sino alimentos más duros. Vivió en un ambiente forestal, pero más
abierto que el de sus supuestos antepasados, los Ardipithecus ramidus, y se sabe
que sí caminaba de forma bípeda. Presentaban un claro dimorfismo sexual en
tamaño corporal. Es posible que formaran comunidades de varios machos
emparentados, en las que cada uno agruparía un pequeño número de hembras.
Aunque los dientes y una mandíbula presentan similitud con los simios, el
fragmento de húmero es semejante al de los humanos y la parte
de tibia encontrada en 1994 por Kamoya Kimeu y el fémur de Asa Issie son la más
antigua evidencia del bipedismo erecto de los homínidos. Tim White1 considera
que los Australopithecus anamensis muestran una clara descendencia
del género Ardipithecus: "Una forma evolucionó en otra", afirma.
Según algunos autores,7 A. anamensis es el antepasado directo
de Australopithecus afarensis (3,9 - 3 millones de años); se trataría de un claro
ejemplo de anagénesis, es decir, de un cambio progresivo en vez de una
bifurcación (cladogénesis). Sin embargo, la publicación de 2019 con los
descubrimientos de 2016 y sus dataciones conducen a lo contrario, un convivencia
de hasta 100 000 años.4
Homo Habilis: Origen,
Características, Alimentación
El Homo habilis fue considerado el antepasado más antiguo del
género humano tras el descubrimiento de los primeros fósiles. Su
aparición se data, aproximadamente, hace 2,4 millones de años y
no desapareció hasta hace 1,6 millones. Al final de ese periodo,
llegó a coincidir con otros antecesores como el Homo erectus o el
Homo rudolfensis.
Origen
El Homo habilis, cuyo nombre esta compuesto por las palabras
latinas “homo” (hombre) y “habilis” (hábil), fue un homínido
antepasado del Homo sapiens. La denominación vino dada por el
hallazgo de restos de utensilios elaborados con piedra, que se
suponen elaborados por miembros de esta especie.
Descubrimiento
Los descubridores de los primeros restos de un Homo habilis
fueron el paleontólogo británico Louis Leakey y su esposa, Mary
Leaky. Ambos dirigían una expedición científica en Tanzania, en la
zona del Gran Valle del Rift.
En abril de 1964, el equipo encontró una serie de fósiles, sin
pensar que iban a cambiar la historia. Cuando analizaron los
restos, tanto huesos como otros elementos, se dieron cuenta de la
importancia del hallazgo.
Papel en la evolución
Cuando los Leaky realizaron su expedición, se pensaba que la línea
evolutiva que llevaba hasta el ser humano era muy sencilla. Así,
partía desde el Australopithecus, tras este el Homo erectus y,
después, los neardentales. Finalmente, aparecía el Homo sapiens.
Por otra parte, hasta los años 60 del siglo XX, los únicos fósiles de
Homo erectus se habían hallado en Asia y no se sabía si había una
conexión con África.
Los pies, por su parte, sí son muy parecidos a los del Homo
Sapiens. Por supuesto, también es importante su condición de
bípedo y el andar casi totalmente erguido.
Cráneo
La forma del cráneo del Homo habilis era más redondeada que la
de sus antecesores. En cuanto a los huesos, existen ciertas
particularidades que debieron otorgarle un aspecto muy diferente
al del hombre moderno.
Cuerpo
Desde la óptica actual, el Homo habilis no era particularmente
grande. Los hombres de la especie llegaban, más o menos, al 1,40
metros de altura y pesaban alrededor de 52 kilos. Las mujeres
eran bastante más pequeñas, con unos 100 centímetros de altura
y un peso de 34 kilos de media. Esto indica que el dimorfismo
sexual estaba muy marcado.
Manos
Al encontrar muchos utensilios junto a los fósiles de Homo habilis,
los expertos procedieron a estudiar las manos y los dedos para
comprobar si tenían la habilidad suficiente para haberlos
construidos. El resultado fue positivo, ya que descubrieron que
tenían la capacidad de prensión de agarre para hacer las
manipulaciones necesarias.
Aparato digestivo
Aparte del aspecto oseo, el Homo habilis se diferenció de sus
antecesores por su aparato digestivo. De esta forma, su tubo
digestivo se redujo, al igual que el aparato masticador.
El motivo fue el aumento del consumo de nutrientes de más
calidad, especialmente proteínas animales y algunas grasas. A la
larga, aparte de los cambios mencionados, esto provocó un
aumento en la inteligencia de la especie.
Alimentación
La dieta del Homo habilis también es motivo de ciertas
discrepancias entre los especialistas. Todos están de acuerdo en
que, principalmente, su alimentación estaba basada en los restos
animales que encontraba, además de insectos y los vegetales que
recogía. Sin embargo, algunos opinan que se convirtió en cazador.
¿Cazador o carroñero?
Como se señalaba anteriormente, esta es la gran discusión entre
los especialistas que han estudiado las costumbres del Homo
habilis. Todos coinciden en la importancia de la carne en su dieta,
que tuvo relación con el aumento de la capacidad craneal. En lo
que están divididos es en la manera de conseguir esa carne.
En general, siempre se ha considerado a esta especie como
carroñera en el sentido de aprovechar los restos de animales
muertos que encontraba. Sin embargo, algunos descubrimientos
han llevado a un sector de los expertos a defender que podían
cazar.
Capacidad craneal
Durante el tiempo en el que vivió el Homo habilis su cerebro creció
desde los 550 centímetros cúbicos hasta los 680. Esto supone un
50% más de la capacidad craneal que tenía el Australopithecus, un
avance evolutivo notable.
Evolución
Algo que destaca en este asunto es el mencionado aumento de
capacidad craneal que tuvo la especie. La conclusión más
generalizada es que la dieta basada en carne tuvo mucho que ver
con el incremento de inteligencia.
Herramientas utilizadas
Dado que el nombre de la especie proviene de su habilidad para
manejar instrumentos con habilidad, queda claro que el Homo
habilis fue capaz de fabricar algunos utensilios útiles para su vida
cotidiana.
Puntas de piedra
El Homo habilis usaba adoquines de piedra volcánica para fabricar
puntas fuertes y resistentes. Como se señalaba anteriormente, la
estructura muscular de sus manos les permitió adquirir la habilidad
suficiente para crearlas con sus manos.
Cuchillos
Aparte de las mencionadas puntas, han aparecido en los
yacimientos unas primitivas herramientas hechas con hueso.
Parece que su propósito era doble: cortar y machacar. Los más
antiguos datan de hace 2,5 millones de años y los científicos los
asocian al manejo de carne proveniente de animales grandes.
Forma de vida
La estructura social de este homínido era muy jerarquizada. En la
cúspide se encontraba un macho dominante, con los otros machos
y las hembras por debajo de él en importancia. Las investigaciones
apuntan a que el trabajo se había especializado, con tareas
diferenciadas para cada individuo.
Socialización
La socialización del Homo habilis era más compleja que la de las
especies que lo antecedieron, con una existencia más comunitaria.
Una de las razones para ello fue la necesidad de cuidar a los recién
nacidos, ya que la forma de la pelvis femenina provocaba que
tuvieran un canal de parto estrecho; de ahí que exista una
prematuración de los neonatos, es decir, se adelantan los
nacimientos y tenían crías prematuras.
Lenguaje y fuego
A pesar de que no hay ninguna evidencia de que el Homo habilis
pudiera hablar, sí presenta en su físico un elemento que significó
una evolución en ese sentido.
Así, los cráneos encontrados muestran una circunvalación de Broca
muy desarrollada. Esto significa que, aunque no dominaran un
lenguaje estructurado, si podían comunicarse con sonidos.