Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Introducción
Los elementos del currículo siempre serán importantes en el tema del currículo, ya que estos
componen la estructura del currículo, con el fin de tener una guía el proceso de enseñanza-
aprendizaje. Sin los elementos del currículo que compone al mismo, no existiría currículo,
además de no existir manera de enseñar ya aprender.
El presente informe dará a conocer sobre 3 elementos específicos del currículo: el perfil de
salida, la carga horaria y participación de las familias. En el apartado del desarrollo su definición
para cada elemento curricular mencionado, incluiremos las funciones de estos 3 elementos
curriculares. Para el perfil de salida colocaremos la estructura que este contiene. Además de
realizar las respectivas citas en caso de incluir información que no esté contenida en el
documento facilitado por el docente Jhonny Ávila.
Objetivos generales de las áreas: Son aquellos que identifican las capacidades asociadas al
ámbito o ámbitos de conocimiento, prácticas y experiencias del área, cuyo desarrollo y
aprendizaje contribuyen al logro de uno o más componentes del perfil del Bachillerato
ecuatoriano. Los objetivos generales cubren el conjunto de aprendizajes del área a lo largo de la
EGB y el BGU, así como las asignaturas que forman parte de la misma en ambos niveles, tienen
un carácter integrador, aunque limitado a los contenidos propios del área en un sentido amplio
(hechos, conceptos, procedimientos, actitudes, valores, normas; recogidos en las destrezas con
criterios de desempeño).
Objetivos del área por subnivel: Son aquellos que identifican las capacidades asociadas a los
ámbitos de conocimiento, prácticas y experiencias del área y/o asignatura en el subnivel
correspondiente, se constituyen en los pasos previos hacia el logro de los objetivos generales de
área. Los objetivos del área por subnivel cubren el conjunto de aprendizajes de cada área en el
subnivel correspondiente.
Destrezas con criterio de desempeño: Son acciones del “saber hacer” que los/las docentes deben
desarrollar en sus estudiantes para que el aprendizaje sea significativo y puedan ponerlo en
práctica en el presente y futuro. Los y las estudiantes como ente fundamental dentro de la
educación, requieren que sus docentes sean ejes motivadores para lograr
que los objetivos que se plantean en la planificación de los resultados esperados (Domínguez &
Domínguez, 2012).
Criterios de evaluación: Son aquellos referentes que se establecen para orientar los procesos de
aprendizaje. Están estrechamente relacionados con los aprendizajes esperados, son los
descriptores por los cuales los evaluaremos (Nancy, 2016).
Carga horaria
El plan de estudios semanal de la clase de educación general y del curso de educación básica es
de treinta y cinco horas pedagógicas; En el Bachillerato General Mixto, este horario incluye
cuarenta horas lectivas; Con estudios complementarios, el bachillerato técnico alcanza las 45
horas pedagógicas, que en este cómputo incluyen en todos los casos los tiempos previstos para
actividades complementarias y de apoyo a la formación y educativas.
Es horario lectivo que deben dedicar todas las instituciones educativas para el desarrollo de cada
una de las áreas en cada subnivel de la educación general básica y en el nivel de bachillerato se.
La hora pedagógica queda definida por un periodo mínimo de 40 minutos, como esta estipulado
en el articulo 149 del reglamento de la ley orgánica de educación intercultural.
Es el total de horas asignadas o cargadas para el desarrollo de un curso, una asignatura, en los
centros educativos incluyendo las horas de aula, prácticas y toda otra actividad curricular o
extracurricular ; en la que influye el docente o maestro la suma de importancia de horaria ya que
es el horario de actividades, de la organización del tiempo y de trabajo con los alumnos para
fortalecer sus desarrollos integral, mediante estrategias y actividades pedagógicas, tomando en
cuenta sus necesidades e intereses. Todo maestro/a debe saber planificar su horario para un
mejor funcionamiento de su labor docente. (Diaz, 2013).
Participación de las familias
Según Vogels (2002), participar implica que familia y escuela de infantil trabajen codo a codo,
en una relación que se ha definido como un sentido compartido del deber, respeto mutuo y deseo
de negociación que incluye el compartir información, la responsabilidad y la toma de decisiones.
De todos modos, no se puede obligar a nadie a ejercer este derecho, ni a los padres ni a los
educadores. Así, y a pesar de todo lo mencionado, puede seguir existiendo un salto entre lo que
los educadores desean, lo que las familias llevan a la práctica y lo que las leyes sugieren.
El perfil de participación de los padres muestra dos tipos claramente definidos. El primero
corresponde a familias que presentan una alta implicación en el ámbito escolar; que mantienen
comunicación frecuente con el centro; que poseen un mayor sentido de pertenencia al mismo y
que destacan por su interés en la información sobre sus hijos. El segundo corresponde a padres
con una participación meramente formal, menor sentimiento de pertenencia al centro y con una
comunicación menos fluida con sus hijos acerca de su actividad académica.
Conforme con lo que expresa Reparaz (2014), la familia y la institución educativa tienen algo en
común que al unirse derivan en lo que se denomina comunidad; luego la participación resulta ser
una dimensión inseparable del trabajo en comunidad. Una mayor participación de la familia se
obtiene cuando utilizan las relaciones y para establecerlas se requieren los recursos de apoyo y
ayuda en el proceso de aprendizaje. Se puede notar que el posicionamiento central está en las
relaciones, por tanto, es preciso aclarar que el término relación es la acción o efecto de un hecho
o una cosa con cierto fin, además se refiere a la conexión o
correspondencia de una cosa con otra, por tanto, las relaciones se sustentan en la búsqueda de la
coherencia, conexiones, vínculos, en las cuales la participación no se restringe a las funciones
que se les asignan a los implicados, sino tiende a enriquecer las acciones dentro de estas a partir
de un objetivo común, que oriente la toma de decisiones acerca de los roles que asumen cada uno
y los nexos que se establecen entre ellos.
Conclusión
En materia educativa, nuestro país ha atravesado diferentes etapas de cambio, modificación,
reorganización, sugerencia y regulación con el fin de satisfacer las necesidades de la sociedad.
Los modelos curriculares permiten analizar las acciones educativas, pero cada modelo es un
esquema conceptual que no agota de manera explícita y absoluta la interpretación de la realidad,
por lo que los modelos curriculares deben ser flexibles, eclécticos, accionables y dinámicos para
ser pertinente y factible con la realidad existente, es decir, para aplicar el modelo curricular
elegido a la realidad. Ayudando a desarrollar habilidades que le permitan mantener un equilibrio
personal sin descuidar el trabajo colaborativo familiar.