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SENTENCIA CONSTITUCIONAL 1429/2011-R

Sucre, 10 de octubre de 2011

Expediente: 2009-20679-42-AAC
Distrito: Cochabamba
Magistrado Relator: Dr. Marco Antonio Baldivieso Jinés

En revisión la Resolución pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional interpuesta por


Carlos Álvarez Hamide contra William Quevedo Vega, Alcalde Municipal de Colcapirhua del
departamento de Cochabamba.
I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA
I.1. Contenido de la acción
Por memorial presentado el 3 de julio de 2009, cursante de fs. 22 a 23 y vta., el accionante
manifestó que:

I.1.1. Hechos que la motivan

Dentro del proceso administrativo interno que se le siguió por cobros indebidos por trámites ante la
Alcaldía Municipal como inspector, del área de medio ambiente, la autoridad sumariante dictó
resolución que determinó su destitución del cargo, misma que fue recurrida mediante recurso de
revocatoria; por el que, se confirmó la sanción impuesta en su contra.

Es así que, contra la Resolución del recurso de revocatoria, planteo recurso jerárquico, y una vez
resuelto, confirmó la sanción impuesta. Ahora bien, manifestó que el indicado recurso fue resuelto
sin haberle otorgado los cinco días de ley, para producir prueba en instancia jerárquica, y debido a
ello vulneraron sus derechos al debido proceso y al trabajo, además que, existiendo un proceso
penal seguido por la Alcaldía de Colcapirhua en su contra por el delito de cohecho, el Alcalde se
encontraría en una causal de excusa y debió haberse excusado del conocimiento del proceso
administrativo interno y al no haberlo hecho fueron vulnerados los citados derechos, sin tomar en
cuenta que tampoco se respetó su calidad de miembro de la Directiva del Sindicato del Gobierno
Municipal de Colcapirhua.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

El accionante estima vulnerados sus derechos al debido proceso y al trabajo, citando al efecto los
arts. 13, 14 y 46 de la Constitución Política del Estado (CPE).
I.1.3. Petitorio
Solicitó se conceda la tutela, y se declare la nulidad del memorándum de destitución expedido por
el demandado y se ordene la restitución a su cargo como “Técnico I en sistemas gráficos” con
condenación de costas.

I.2. Audiencia y Resolución del Juez de garantías


Celebrada la audiencia pública el 5 de octubre de 2009, según consta en acta que cursa en el
expediente a fs. 60, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción


El abogado de la parte accionante, ratificó los términos expuestos en la acción.

I.2.2. Informe de la autoridad demandada


El Alcalde de Colcapirhua no presentó informe escrito y tampoco se hizo presente en la audiencia de
acción.

I.2.3. Resolución
La Jueza de Partido de Familia, de la Niñez y Adolescencia de Quillacollo del Distrito Judicial de
Cochabamba constituida en Jueza de garantías mediante Resolución de 5 de octubre de 2009,
concedió la tutela solicitada, disponiendo la nulidad del memorándum 23/2009, y la restitución
inmediata del accionante al cargo anterior de “Técnico I de sistemas gráficos” según memorándum
39/2009, bajo los siguientes fundamentos: a) Que al no excusarse el Alcalde Municipal de conocer el
proceso administrativo, debió haber sido resuelto por un funcionario de similar jerarquía vulnerando
el debido proceso; b) Habiéndose radicado el proceso ante la autoridad jerárquica el 22 de junio de
2009 y resolviéndose el 23 de junio de igual mes y año, sin otorgar el término de prueba de cinco
días, se vulneró de igual manera el debido proceso.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional

Dada la carga procesal, mediante Ley 040 de 1 de septiembre de 2010, se ampliaron las facultades
otorgadas a este Tribunal por Ley 003 de 13 de febrero de 2010, a objeto de conocer y resolver las
acciones de defensa de derechos fundamentales presentadas a partir del 7 de febrero de 2009; es
decir, bajo el nuevo orden constitucional; según Acuerdo Jurisdiccional 001/2011 de 11 de enero, se
procedió a la reanudación del sorteo de causas, pronunciándose Sentencia dentro de plazo.

II. CONCLUSIONES
De la debida revisión y compulsa de los antecedentes arrimados al expediente, se llega a las
conclusiones siguientes:
II.1. A fs. 11 a 12, cursa la Resolución del recurso jerárquico que confirmó la sanción de
destitución de Carlos Álvarez Hamide dictada el 23 de junio de 2009.

II.2. A fs. 49, cursa Resolución Administrativa (RA) JDT-CBBA-Nº093/08 de 8 de septiembre de 2008,
por la cual, la Jefatura Departamental del Trabajo reconoce desde el 1 de septiembre de 2008 hasta
el 1 de septiembre de 2010, al Directorio del Sindicato de Trabajadores Municipales de Colcapirhua,
evidentemente otorgándole fuero sindical al actual accionante, por ser miembro del Directorio de
dicho Sindicato.

II.3. De fs. 50 a 51, cursa Conminatoria de la Jefatura Departamental del Trabajo dirigida al
Alcalde de Colcapirhua, en la que se conminó a restituir al accionante a su anterior puesto de
trabajo, con todos los beneficios laborales que le corresponden debido al fuero sindical, dentro del
plazo de cuarenta y ocho horas de recibida dicha conminatoria, que fue recibida el 25 de mayo de
2009 en la Alcaldía Municipal de Colcapirhua

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El accionante manifiesta que se vulneraron sus derechos al debido proceso y al trabajo, por cuanto
se estableció una sanción, que fue recurrida a través del recurso jerárquico, que fue resuelto sin
darle opción a presentar, pruebas en dicha instancia ya que la Resolución del señalado recurso se
dictó al día siguiente de la radicatoria del proceso ante el Alcalde Municipal. Corresponde en
revisión, analizar si es viable conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. Sobre el derecho al debido proceso

La SC 0293/2011-R de 29 de marzo de 2010, expresa:

“Respecto al alcance y trascendencia del debido proceso, la SC 0902/2010-R de 10 de


agosto, efectuó el siguiente desarrollo:´Considerando los criterios de la doctrina, en su
jurisprudencia previa este Tribunal ha señalado que el debido proceso consiste en ´…el derecho de
toda persona a un proceso justo y equitativo en el que sus derechos se acomoden a lo establecido
por disposiciones jurídicas generales aplicables a todos aquellos que se hallen en una situación
similar (...) comprende el conjunto de requisitos que deben observarse en las instancias procesales,
a fin de que las personas puedan defenderse adecuadamente ante cualquier tipo de acto emanado
del Estado que pueda afectar sus derechos` (SSCC 418/2000-R, 1276/2001-R y 0119/2003-R, entre
otras).

La trascendencia del debido proceso se encuentra en íntima vinculación con la


realización del valor justicia en el procedimiento, así lo ha entendido este Tribunal cuando en la SC
0999/2003-R de 16 de julio, señalo que: “La importancia del debido proceso está ligada a la
búsqueda del orden justo. No es solamente poner en movimiento mecánico las reglas de
procedimiento sino buscar un proceso justo, para lo cual hay que respetar los principios procesales
de publicidad, inmediatez, libre apreciación de la prueba; los derechos fundamentales como el
derecho a la defensa, a la igualdad, etc., derechos que por su carácter fundamental no pueden ser
ignorados ni obviados bajo ningún justificativo o excusa por autoridad alguna, pues dichos mandatos
constitucionales son la base de las normas adjetivas procesales en nuestro ordenamiento jurídico,
por ello los tribunales y jueces que administran justicia, entre sus obligaciones, tienen el deber de
cuidar que los juicios se lleven sin vicios de nulidad, como también el de tomar medidas que
aseguren la igualdad efectiva de las partes´ (las negrillas son nuestras).

En similar sentido se ha pronunciado la reciente jurisprudencia de este Tribunal en las SSCC


0086/2010-R y 0223/2010-R, entre otras.

En el ámbito normativo, el debido proceso se manifiesta en una triple dimensión, pues por
una parte, se encuentra reconocido como un derecho humano por instrumentos internacionales en
la materia como el Pacto de San José de Costa Rica (art. 8) y el Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (art. 14), que conforme al art. 410.II de la CPE forman parte del bloque de
constitucionalidad, y también se establece como un derecho en el art. 115.II de la misma norma; al
mismo tiempo, a nivel constitucional, se le reconoce como derecho fundamental y como garantía
jurisdiccional, configuración jurídica contemplada ya por el art. 16 de la CPEabrg, que se ha
mantenido y precisado en el art. 117.I de la CPE que dispone: ´Ninguna persona puede ser
condenada sin haber sido oída y juzgada previamente en un debido proceso…`.

En consonancia con los tratados internacionales citados, a través de la jurisprudencia


constitucional se ha establecido que los elementos que componen al debido proceso son el derecho
a un proceso público; derecho al juez natural; derecho a la igualdad procesal de las partes; derecho a
no declarar contra si mismo; garantía de presunción de inocencia; derecho a la comunicación previa
de la acusación; derecho a la defensa material y técnica; concesión al inculpado del tiempo y los
medios para su defensa; derecho a ser juzgado sin dilaciones indebidas; derecho a la congruencia
entre acusación y condena; la garantía del non bis in idem; derecho a la valoración razonable de la
prueba; derecho a la motivación y congruencia de las decisiones (SSCC 0082/2001-R, 0157/2001-R,
0798/2001-R, 0925/2001-R, 1028/2001-R, 1009/2003-R, 1797/2003-R, 0101/2004-R, 0663/2004-R,
022/2006-R, entre otras); sin embargo, esta lista en el marco del principio de progresividad no es
limitativa, sino más bien enunciativa, pues a ella se agregan otros elementos que hacen al debido
proceso como garantía general y que derivan del desarrollo doctrinal y jurisprudencial de este como
medio para asegurar la realización del valor justicia, en ese sentido la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en la Opinión Consultiva OC-16/99 de 1 de octubre de 1999, ha manifestado: “En
opinión de esta Corte, para que exista ´debido proceso legal` es preciso que un justiciable pueda
hacer valer sus derechos y defender sus intereses en forma efectiva y en condiciones de igualdad
procesal con otros justiciables. Al efecto, es útil recordar que el proceso es un medio para asegurar,
en la mayor medida posible, la solución justa de una controversia. A ese fin atiende el conjunto de
actos de diversas características generalmente reunidos bajo el concepto de debido proceso legal. El
desarrollo histórico del proceso, consecuente con la protección del individuo y la realización de la
justicia, ha traído consigo la incorporación de nuevos derechos procesales. (…) Es así como se ha
establecido, en forma progresiva, el aparato de las garantías judiciales que recoge el artículo 14 del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, al que pueden y deben agregarse, bajo el mismo
concepto, otras garantías aportadas por diversos instrumentos del Derecho Internacional” (las
negrillas son nuestras).

Así configurado, es preciso recordar que el derecho y garantía genérica del debido proceso no
se restringe en su aplicación al ámbito jurisdiccional solamente, sino que es extensivo a cualquier
procedimiento en el que deba determinarse una responsabilidad -sea en el ámbito público como
privado- (SSCC 0042/2004 y 1234/2000-R entre otras)´ (las negrillas nos corresponden).

La misma SC 0902/2010-R, respecto a la triple dimensión del debido proceso, señaló que:´…el
debido proceso ha sufrido una transformación de un concepto abstracto que perseguía la perfección
de los procedimientos, es decir que daba preeminencia a la justicia formal, a un ideal moderno que
destaca su rol como única garantía fundamental para la protección de los derechos humanos. El
debido proceso constitucional no se concreta en las afirmaciones positivizadas en normas legales
codificadas, sino que se proyecta hacia los derechos, hacia los deberes jurisdiccionales que se han de
preservar con la aspiración de conseguir un orden objetivo más justo, es decir, el debido proceso es
el derecho a la justicia lograda a partir de un procedimiento que supere las grietas que otrora lo
postergaban a una simple cobertura del derecho a la defensa en un proceso.

Por otra parte, el debido proceso también es considerado como un principio, que emanó del
principio de legalidad penal en su vertiente procesal, y que figura como un principio de
administración de justicia en el art. 180 de la CPE.

Concluyendo este punto, se debe remarcar que, como se aprecia de las citas de los artículos
115.II y 117.I de la CPE, efectuadas anteriormente, la Constitución vigente, en el marco de las
tendencias actuales del Derecho Constitucional ha plasmado de manera expresa el reconocimiento
del debido proceso; derecho-garantía-principio, respecto al que existe consenso en la doctrina y la
jurisprudencia en cuanto al contenido e implicaciones referidos por la jurisprudencia glosada, la que
por ello guarda estrecha congruencia con la carta fundamental vigente y es plenamente aplicable, a
pesar de haber sido desarrollada en el marco de la abrogada, resaltando que su carácter de derecho
fundamental lo hace exigible ante cualquier procedimiento, sea público o privado´.

III.2. Derecho a la defensa

En el orden constitucional, no obstante que el derecho a la defensa es un instituto integrante


de la garantía al debido proceso, ha sido consagrado en forma autónoma, precisando de manera
expresa en el art. 115.II de la CPE que:´El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa
y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones´. Preceptos que
resaltan esta garantía fundamental, que debe ser interpretada siempre conforme al principio de la
favorabilidad, antes que restrictivamente.

Sobre el particular, la SC 1842/2003-R de 12 de diciembre, refiriéndose al derecho a la


defensa, identificó dos connotaciones:´…La primera es el derecho que tienen las personas, cuando
se encuentran sometidas a un proceso con formalidades específicas, a tener una persona idónea que
pueda patrocinarle y defenderle oportunamente, mientras que la segunda es el derecho que
precautela a las personas para que en los procesos que se les inicia, tengan conocimiento y acceso
de los actuados e impugnen los mismos con igualdad de condiciones conforme a procedimiento
preestablecido y por ello mismo es inviolable por las personas o autoridad que impidan o restrinjan
su ejercicio…´ (negrillas añadidas).

Luego, en la SC 1670/2004-R de 14 de octubre, se expresó que: “(...) el derecho a la defensa


alcanza a los siguientes ámbitos: i) el derecho a ser escuchado en el proceso; ii) el derecho a
presentar prueba; iii) el derecho a hacer uso de los recursos; y iv) el derecho a la observancia de los
requisitos de cada instancia procesal” (negrillas agregadas). Alcance que ha sido reiterado en la
jurisprudencia de este Tribunal, cuando en la SC 0183/2010-R de 24 de mayo, señaló que: “…el
derecho de defensa de la persona en juicio es inviolable; actualmente se encuentra contemplado
como garantía jurisdiccional previsto por el art. 115.I de la CPE, que prescribe que ninguna persona
puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada previamente en un debido proceso, lo que
implica que el acceso a la justicia comprende el derecho a ser escuchado en proceso; a presentar
prueba; hacer uso de los recursos; y la observancia de los requisitos de cada instancia procesal”.

III.2. Con relación al fuero sindical


La SC 0610/2002-R de 27 de mayo, manifestó:
“El Decreto Ley 38 de 7 de febrero de 1944 establece en su art. 1 que los obreros y
empleados elegidos para desempeñar los cargos directivos de un sindicato, no podrán ser
destituidos sin previo proceso; tampoco podrán ser transferidos de un empleo a otro ni aún de una
sección a otra, dentro de una misma empresa, sin su libre consentimiento…”.
Es preciso manifestar que el Decreto Ley 38 de 7 de febrero 1944, respecto al Fuero Sindical
fue elevado a rango de ley, por el artículo único de la Ley 3352 de 21 de febrero de 2006.
Por otra parte la SC 0600/2010-R de 19 de julio expresó claramente:
“… sin embargo, en el caso presente, el recurrente no puede acudir a la jurisdicción laboral
para la protección de sus derechos considerados vulnerados, por cuanto los actos ilegales
denunciados en el presente recurso, se refieren a supuestas lesiones al debido proceso cometidas en
el proceso administrativo iniciado en su contra, cuya reparación no será objeto de dicha jurisdicción,
toda vez que su competencia se circunscribe a decidir las controversias emergentes de los contratos
individuales y colectivos del trabajo, de la aplicación de las leyes de seguridad social, vivienda de
interés social, denuncias por infracción de leyes sociales y de higiene y seguridad ocupacional, la
recuperación del patrimonio de las organizaciones sindicales, del desafuero sindical y otras materias
y procedimientos señalados por la Ley General del Trabajo, conforme se ha señalado en las SSCC
0684/2005-R, 0471/2007-R y 0202/2006-R,”.
III.3. Análisis del caso concreto

En la acción de amparo constitucional el accionante expresó, que dentro del proceso


administrativo que le siguió la Alcaldía de Colcapirhua, la resolución del recurso jerárquico, se emitió
al día siguiente de la fecha de la radicatoria del proceso administrativo, ante la autoridad obligada a
resolver dicho recurso, lo que impidió que pueda producir prueba en impugnación, además el
Alcalde Colcapirhua no se apartó del conocimiento del proceso, a pesar de encontrarse en una
causal de excusa, y no tomó en cuenta que Carlos Álvarez Hamide, gozaba de fuero sindical por ser
miembro de la Directiva, del Sindicato del Gobierno Municipal de Colcapirhua.

En cuanto a la problemática planteada, en el presente caso es necesario expresar


que el hecho que un trabajador sea dirigente sindical y se encuentre resguardado por el fuero
sindical, no excluye de ninguna manera su responsabilidad administrativa, que es inherente a todo
servidor público. Los servidores públicos son responsables de sus actuaciones de acuerdo a
normativa legal aplicable con responsabilidad, ejecutiva, administrativa, civil y penal. Es así que la
normativa vigente ha establecido el trámite del desafuero sindical ante la Judicatura laboral para
que luego de dicho trámite y probada la causal de desafuero sindical con sentencia ejecutoriada de
la judicatura laboral, se determine si corresponde, la destitución del cargo que ocupaba, el dirigente
sindical. Es decir de acuerdo al art. 2 del Decreto Supremo 23318-A de 3 de noviembre de 1992,
sobre la responsabilidad por la función pública, el proceso sumario interno se puede tramitar
independientemente, ya que el tener fuero sindical no significa estar exento de responsabilidad
administrativa, pero no es viable la destitución del trabajador si no se ha tramitado previamente el
desafuero sindical conforme a derecho, razonamiento concordante con el art. 51 parágrafo VI de la
CPE, que mantiene una concepción garantista.

La autoridad legal competente para tramitar el proceso administrativo, debió tomar


en cuenta todas las normas del debido proceso, más aún tratándose de un funcionario público con
fuero sindical, como se prueba por la certificación de la Dirección Departamental del Trabajo de
Cochabamba, dado que si se tramitó un proceso administrativo en su contra debió haberse llevado
cumpliendo las normas del debido proceso.

Por otra parte, evidentemente en el presente proceso, la Resolución del recurso


jerárquico se ha expedido al día siguiente de radicado el proceso administrativo ante la autoridad
jerárquica, lo que acarrea una vulneración al debido proceso, pues se evitó que la parte ahora
accionante pueda ejercer su derecho a la defensa, al no darle el plazo de recepción de prueba en
impugnación.

En consecuencia, la Jueza de Partido de Familia, de la Niñez y Adolescencia de Quillacollo del Distrito


Judicial de Cochabamba, al conceder la tutela solicitada en la acción de amparo constitucional, ha
evaluado en forma correcta los datos del proceso y las normas aplicables al presente caso.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que le confiere el art. 3 de la


Ley 040 de 1 de septiembre de 2010, que modifica el art. 4.I de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010,
en revisión, resuelve: APROBAR la Resolución de 5 de octubre de 2009, cursante de fs. 61 a 62,
dictada por la Jueza de Partido de Familia, de la Niñez y Adolescencia de Quillacollo del Distrito
Judicial de Cochabamba, constituida en Jueza de garantías; y, en consecuencia: CONCEDER la tutela
solicitada, precisando que el accionante no se encuentra exento de la responsabilidad por la función
pública, ordenándose se tramité el proceso administrativo interno conforme a derecho, debiendo la
autoridad administrativa competente, tomar todas las medidas legales pertinentes para asegurar la
efectividad del proceso administrativo respecto del accionante, dentro de las normas y
componentes del debido proceso y (fuero sindical).
Regístrese, notifíquese, y publíquese en la Gaceta Constitucional.

Fdo. Dr. Ernesto Félix Mur


PRESIDENTE

Fdo. Dr. Abigael Burgoa Ordóñez


DECANO

Fdo. Dr. Marco Antonio Baldivieso Jinés


MAGISTRADO

Fdo. Dra. Lily Marciana Tarquino López


MAGISTRADA

Fdo. Dra. Eve Carmen Mamani Roldán


MAGISTRADA

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