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SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0032/2010

Sucre, 20 de septiembre de 2010

Expediente: 2007-16711-34-RDN
Distrito: La Paz
Magistrado Relator: Dr. Abigael Burgoa Ordóñez

En el recurso directo de nulidad interpuesto por José Bernardo Azurduy Serrudo, en representación
de Ricardo Javier Escóbar Salguero contra Carlos Villegas Quiroga, Ministro de Hidrocarburos y
Energía, demandando la nulidad de las Resoluciones 004/2007 005/2007 y 007/2007.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido del recurso

Por memorial de 26 de septiembre de 2007, cursante de fs. 21 a 25 de obrados, se establecen los


siguientes hechos que motivan el presente recurso directo de nulidad:

I.1.1. Inicio de los procesos administrativos internos

El recurrente por su representado manifestó que, el 11 de abril de 2007, se iniciaron en contra de su


mandante, los procesos internos 004/2007, 005/2007 y 007/2007, al amparo del art. 18 y ss. del
Decreto Supremo 23318-A, modificado por el DS 26237, dentro de los cuales, a pesar de las pruebas
aportadas, la autoridad sumariante pronunció Resoluciones Finales Sumariales, estableciendo
responsabilidad administrativa y sanciones administrativas contra su mandante.

I.1.2. En cuanto al supuesto incumplimiento de plazos por la autoridad sumariante

Refiere también que, las Resoluciones Finales Sumariales fueron pronunciadas y notificadas en las
siguientes fechas: a) En el proceso 004/2007, se emitió Resolución el 3 de mayo de 2007, decisión
que fue notificada el 31 de ese mes y año; b) En el sumario 005/2007, la Resolución fue emitida el 7
de mayo y notificada el 14 del mismo mes y año; y c) En el caso del sumario 007/2007, la Resolución
fue pronunciada el 3 de mayo de 2007 y notificada el 31 del indicado mes y año. Asevera el
recurrente por su representado, que estas Resoluciones de acuerdo al 33.III de la Ley de
Procedimiento Administrativo (LPA), debieron efectuarse en el plazo máximo de cinco días, pese a
este incumplimiento de la autoridad sumariante, arguye que en plazo hábil se interpusieron los
recursos de revocatoria, los cuales no fueron pronunciados en el plazo de ocho días hábiles
establecidos por el art. 24 del DS 23318-A, razón por la cual, operó el silencio administrativo
negativo, de acuerdo a lo establecido por el art. 65 de la LPA.

I.1.3. Respecto al supuesto incumplimiento de plazos en la etapa del recurso jerárquico

Afirma el mandante del recurrente, que una vez operado el silencio administrativo, se interpuso
recurso jerárquico, el cual debió resolverse en el plazo de ocho días hábiles computables desde la
radicatoria del proceso ante la Máxima Autoridad Ejecutiva (MAE), es decir, ante el Ministro de
Hidrocarburos y Energía, autoridad que no pronunció resolución alguna dentro del plazo dispuesto
por Ley, sino recién en fecha 20 de agosto de 2007, fuera del término dispuesto por el art. 29 del DS
23318-A, toda vez que los recursos fueron radicados el 7 del referido mes y año, fecha a ser
considerada para el inicio del cómputo del plazo de ocho días establecido en la citada disposición
legal.

Fundamenta también su posición, señalando que la Ley de Procedimiento Administrativo (LPA),


dispone que tanto el recurso de revocatoria como el jerárquico deben ser resueltos dentro de los
plazos dispuestos por esta normativa y que "el no hacerlo dentro de ellos importa, en el caso del
recurso de revocatoria, silencio negativo, y en el caso del recurso jerárquico, silencio positivo, sin
posibilidad de que la autoridad que incumplió con su obligación de pronunciar resolución pueda
subsanar esta omisión, que importa responsabilidad por la función pública" (sic); concluye su
razonamiento, señalando que, en el caso de las tres Resoluciones impugnadas, es decir, 004/2007,
005/2007 y 007/2007, "se está en presencia de la actuación de una Máxima Autoridad Ejecutiva que
las ha pronunciado cuando ya no tenía competencia para hacerlo" (sic).

I.2. Autoridad recurrida y petitorio

El recurrente por su representado, interpone recurso directo de nulidad contra Carlos Villegas
Quiroga, Ministro de Hidrocarburos y Energía, pidiendo se declaren nulas las Resoluciones
recurridas, por las cuales se dispuso la confirmación de las Resoluciones de revocatoria (que
operaron por silencio administrativo negativo), y se ordene que en aplicación de lo dispuesto por el
art. 67.II de la LPA, se proceda al archivo de obrados, dejando sin efecto las sanciones que se
aplicaron a su mandante, así como el registro de las mismas ante la Contraloría General de la
República.

I.3. Admisión y citaciones

El presente recurso directo de nulidad, es admitido mediante AC 467/2007-CA de 5 de diciembre,


cursante de fs. 33 a 36, razón por la cual, mediante provisión citatoria de fecha 11 del mismo mes y
año, cursante a fs. 48, se ordena la legal citación a la autoridad recurrida, actuación procesal que fue
cumplida mediante cédula de 4 de enero de 2008 cursante a fs. 57.

I.4. Alegaciones de las autoridades recurridas

Mediante memorial cursante de fs. 880 a 882, la autoridad recurrida, alega lo siguiente:

i) El art. 67.II de la LPA, establece el plazo de resolución de los recursos jerárquicos,


disponiendo en su parágrafo primero que la autoridad administrativa competente de la entidad
pública tendrá el plazo de noventa días para resolver dicho recurso; asimismo, esta autoridad,
establece que ésta disposición en su parágrafo segundo, "determina que si vencido este plazo no se
dicta resolución, el recurso se tendrá por aceptado y en consecuencia revocado el acto recurrido
bajo responsabilidad de la autoridad pertinente, aspectos que no se enmarcan desde ningún punto
de vista jurídico a los sumarios internos administrativos sustanciados en el Ministerio de
Hidrocarburos y Energía.

ii) El DS 23318-A, modificado por el DS 26237, regula los plazos a los cuales se encuentran
sujetos los procesos internos, tanto en la etapa sumarial como en la impugnación, determinando
que los plazos corren a partir de su legal notificación y solamente en días hábiles.
iii) La afirmación del recurrente no tiene asidero legal suficiente al indicar que la Resolución fue
emitida dentro de los nueve días; es decir, fuera de competencia y no así dentro de los ocho días que
prevé el art. 29 del DS 23318-A, en tal sentido, afirma la autoridad recurrida que no se consideró que
la Resolución de radicatoria, si bien fue emitida el 7 de agosto de 2007, ésta recién fue notificada en
fecha 9 de agosto del indicado mes y año, tal como consta en obrados.

iv) No existe norma legal que establezca la pérdida de competencia por el tiempo transcurrido,
tampoco existe disposición legal que disponga la pérdida de competencia cuando no se pronuncie
Resolución dentro de plazo previsto por ley, tal como establece la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional en la SC 0009/2007 de 22 de febrero.

v) En el presente caso de autos, no corresponde declarar la nulidad de las Resoluciones


Sumariales 004/2007, 005/2007 y 007/2007, pues se emitió Resolución dentro de los ocho días
previstos por el art. 29 del DS 23318-A modificado por el DS 26237, plazo que debe ser computado
desde la legal notificación al representado del recurrente con la radicatoria del expediente en
despacho.

vi) El mandante del recurrente no acudió a la vía del proceso contencioso-administrativo para
anular las Resoluciones jerárquicas.

II. CONCLUSIONES

Del análisis de los antecedentes arrimados al expediente, se concluye lo siguiente:

II.1. Primera resolución impugnada emergente del proceso administrativo 004/2007

II.1.1 . Decisión de radicatoria

Se evidencia que en fecha 7 de agosto de 2007, el recurso jerárquico en contra de la


Resolución Sumarial 004/2007, interpuesto por el recurrente, es radicado en el despacho del
Ministro de Hidrocarburos y Energía, decisión que fue notificada al recurrente en fecha 9 de agosto
de ese año (fs.9).

II.1.2. Resolución de Recurso jerárquico

De la compulsa de antecedentes, se colige también que mediante Resolución de recurso jerárquico


de 20 de agosto de 2007, el Superintendente de Hidrocarburos, Carlos Villegas Quiroga, resuelve
confirmar la Resolución de revocatoria de fecha 20 de junio de ese año, que ratifica totalmente la
Resolución Sumarial Final de 7 de mayo del mismo año (fs. 5 a 7).

II.1.3. Notificación con la primera Resolución impugnada

Se evidencia también que con la Resolución de Recurso Jerárquico de 20 de agosto de 2007,


se notificó al recurrente en fecha 30 de agosto del mismo año, en su domicilio procesal (fs. 8).

II.2. Segunda resolución impugnada emergente del proceso administrativo 005/07

II.2.1. Decisión de radicatoria

Se advierte que en fecha 7 de agosto de 2007, el recurso jerárquico contra la Resolución


Sumarial 005/2007, es radicado en el despacho del Ministro de Hidrocarburos y Energía (fs. 14).

Asimismo, se colige que la decisión de radicatoria es notificada al recurrente el 9 de agosto


de 2007 (fs. 14).

II.2.2. Resolución de recurso jerárquico

Cursa en antecedentes Resolución de recurso jerárquico de 20 de agosto de 2007, mediante


la cual, el Ministro de Hidrocarburos Carlos Villegas Quiroga, resuelve confirmar la Resolución de
Revocatoria de fecha 30 de mayo de ese año, que ratifica totalmente la Resolución Sumarial Final
005/2007 de 7 de mayo del mismo año (fs. 10 a 12).

II.2.3. Notificación con la segunda resolución impugnada

Cursa también notificación al representante del recurrente con la Resolución de recurso jerárquico
de 20 de agosto de 2007, en la misma fecha (fs. 13).

II.3. Tercera Resolución impugnada, emergente del proceso administrativo 007/2007

II.3.1. Decisión de radicatoria

Se advierte que en fecha 7 de agosto de 2007, el recurso jerárquico contra la Resolución Sumarial
007/2007, es radicado en el despacho del Ministro de Hidrocarburos y Energía (fs. 19).

Asimismo, se colige que la decisión de radicatoria es notificada al recurrente el 9 del mismo me y


año (fs. 14).

II.3.2. Resolución de recurso jerárquico

Cursa en antecedentes, Resolución de recurso jerárquico de 20 de agosto de 2007, mediante la cual,


el Superintendente de Hidrocarburos Carlos Villegas Quiroga, resuelve confirmar la Resolución de
revocatoria de 30 de mayo de ese año ,que ratifica totalmente la Resolución Sumarial Final 007/2007
de 3 del mismo mes (fs. 15 a 17).

II.3.3. Notificación con la tercera resolución impugnada

Cursa también notificación al representante del recurrente con la resolución de Recurso Jerárquico
de 20 de agosto de 2007, realizada el 30 de agosto de 2007 (fs. 18).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

El recurrente por su representado, señala que la autoridad recurrida, al haber pronunciado las
Resoluciones de recurso jerárquico de 20 de agosto de 2007, emergentes de los procesos
administrativos internos 004/2007, 005/2007 y 007/2007, actuó sin competencia, porque desde la
fecha de radicatoria -en el despacho del Ministro de Hidrocarburos y Energía-, de los recursos
jerárquicos interpuestos, hasta la emisión de dichas resoluciones, transcurrieron más de los ocho
días hábiles normados por el art. 29 del DS 32318-A, razón por la cual, estos actos, serían nulos en
aplicación del art. 31 de la Constitución Política del Estado Abrogada (CPEabrg).

III.1. El recurso directo de nulidad frente al cambio de orden constitucional


Considerando que el presente recurso directo de nulidad fue interpuesto durante la vigencia de la
Constitución Política del Estado Abrogada (CPEabrg), con carácter previo y antes de desarrollar la
argumentación jurídica pertinente al caso concreto, en mérito al cambio de norma constitucional es
pertinente realizar el siguiente análisis:

Toda vez que la Constitución de 1967 -modificada parcialmente los años 1994 y 2004-, fue abrogada
el 2009 por la Constitución vigente, a la luz del caso concreto, es determinante precisar las
cualidades de operatividad y aplicación inmediata en el tiempo de su parte dogmática en la cual en
el art. 122 se encuentra específicamente disciplinada la garantía de la competencia, tarea que será
realizada a continuación.

En efecto, la Constitución por ser la norma suprema del Estado y por devenir de la función
constituyente, a diferencia de las demás normas del ordenamiento jurídico, tiene dos cualidades
esenciales a saber: Su operatividad en el tiempo, principio a partir del cual se articula la segunda
cualidad referente a su aplicación inmediata a todas las situaciones existentes y pendientes de
resolución. A partir de estas dos características esenciales de la Constitución, se establece otro
principio fundamental cual es el "efecto de irradiación de la Constitución en el ordenamiento
jurídico", postulado a partir del cual esta norma suprema informa, integra y sistematiza
armoniosamente a todo el cuerpo normativo existente. En ese contexto, al estar en vigencia la
Constitución de 2009 y al haber dejado sin efecto en su disposición abrogatoria a la Constitución de
1967 y sus posteriores reformas, las cualidades de esta norma antes descritas en lo referente a su
parte dogmática, hacen que la misma sea plenamente aplicable a todas las causas pendientes de
resolución.

En este contexto, a las causas pendientes de resolución cuya finalidad sea la tutela de garantías y
derechos insertos en la parte dogmática de la norma suprema vigente como es el caso de la garantía
regulada en el art. 122 -disciplinada en el orden abrogado en el art. 31-, les son aplicables los
principios de irradiación y aplicación inmediata del nuevo modelo constitucional, aspecto que en el
caso boliviano, además encuentra razón de ser en el orden normativo rector regulado en la Ley 003
de 13 de febrero de 2010, denominada Ley de Necesidad de Transición a los Nuevos Entes del
Órgano Judicial y Ministerio Público, cuyos arts. 4 y 6 mandan al órgano contralor de
constitucionalidad aplicar la Constitución vigente y las demás normas infra-constitucionales hasta
que entren en vigencia las leyes que la disposición transitoria segunda de la Constitución
encomienda para su elaboración y aprobación a la Asamblea Legislativa Plurinacional.

En este contexto, no existe duda alguna sobre la aplicación directa del contenido esencial del art.
122 para el ejercicio del control de constitucionalidad de recursos directos de nulidad que deban ser
resueltos por este Tribunal; sin embargo, considerando que la garantía jurisdiccional que protege la
garantía sustantiva descrita en el art. 122 de la Constitución Política del Estado vigente (CPE), está
regulada en el art. 202.12 de la misma Ley Fundamental; es decir, se encuentra reconocida en la
parte orgánica de esta norma, éste Tribunal, para la resolución de la presente problemática, debe
aplicar el mecanismos procesal disciplinado en el art. 79 de la Ley del Tribunal Constitucional (LTC),
disposición vigente en el momento tanto de la interposición del recurso como de la resolución de la
causa y que será aplicada en la presente Sentencia Constitucional.

III.2. La dimensión procesal-constitucional del recurso directo de nulidad en relación a actos


administrativos

A partir de la reforma constitucional de 1994, se crea en Bolivia la justicia constitucional a la cabeza


del Tribunal Constitucional, como último y máximo garante de la Constitución y los derechos
fundamentales. En ese contexto y de acuerdo al criterio de interpretación constitucional de "unidad
constitucional", se establece que el control de constitucionalidad al margen de su rostro preventivo
o reparador, tiene tres brazos operativos de control a saber: El primero referente al control
normativo de constitucionalidad; el segundo vinculado al control reforzado de constitucionalidad, en
cuanto a la vigilancia y resguardo de derechos fundamentales y finalmente, el control competencial
de constitucionalidad, a través del cual se protege la garantía de competencia frente a actos lesivos
que puedan afectarla.

En este ámbito de control de constitucionalidad, vinculado directamente a la competencia, para


proteger concretamente la garantía inserta en los arts. 31 de la CPEabrg y 122 de la vigente, el
ordenamiento constitucional ha configurado el mecanismo específico de protección para el
resguardo a los supuestos de hecho insertos en la normativa mencionada, que es precisamente el
recurso directo de nulidad, desarrollado en los arts. 120.6 de la CPEabrg y 202.12 de la CPE.

En ésta perspectiva, a luz del caso concreto es pertinente desarrollar los supuestos de hecho
previstos en el art. 31 de la CPEabrg, cuya dimensión procesal no ha sido alterada por el art. 122 de
la CPE, en esta perspectiva y de acuerdo a lo establecido por el art. 79 de la LTC, se tiene que en
relación a los actos administrativos, emanados de la función administrativa existen dos supuestos
claros a saber para la procedencia del recurso directo de nulidad y la protección por tanto de la
garantía de la competencia: 1) La usurpación de funciones que no estén establecidas por ley; y 2) El
ejercicio de potestad, se entiende administrativa, que no emane de la ley.

En este contexto, circunscribiéndonos estrictamente al objeto y a la causa del recurso, corresponde


analizar si en la especie, la autoridad recurrida a través del presente recurso directo de nulidad,
incurrió en uno de los dos supuestos de hecho antes señalados, tarea que será desarrollada a
continuación.

III.3. El ejercicio de potestades administrativas y la garantía de la competencia

En principio, para poder entender y resolver la problemática planteada, es imperante previamente


traer a colación la "teoría de la separación de funciones" en su concepción contemporánea que
definitivamente supera el clásico criterio de la "división de poderes" formulada por Montesquiu; en
tal sentido, en virtud a esta renovada postura teórica, se tiene que el Estado, para cumplir con sus
fines delimita claramente sus funciones a órganos específicos, así, con la Constitución abrogada, la
división orgánica se traducía en el reconocimiento de una función legislativa, ejecutiva-
administrativa y judicial; el nuevo modelo constitucional, en virtud a su esencia democrática,
además reconoce la función electoral.

En este estado de cosas, a la luz del caso concreto, es imperante establecer los alcances de la
función ejecutiva-administrativa, en relación a la judicial, razón por la cual, se tiene que el
Constituyente encomienda al órgano ejecutivo, entre otras tareas, las de administración y gestión
pública, para cuyo efecto, el desempeño de éstos roles encuentran fundamento jurídico-
constitucional en la llamada "potestad administrativa", en virtud de la cual, toda la estructura que
forma parte de la administración pública encargada de la gestión pública, se somete a un marco
normativo denominado según la teoría francesa clásica del Derecho Administrativo "bloque de
legalidad".

En el orden de ideas precedentemente expuesto, es evidente que la gestión pública sujeta al orden
legal imperante y para el cumplimiento de la potestad administrativa encomendada, asume
decisiones con efectos jurídicos, denominadas actos administrativos.
Al respecto, es imperante señalar que todo acto administrativo es una declaración unilateral de la
administración en cualquiera de sus niveles y que al emerger del ejercicio de una potestad
administrativa, plasma una decisión que genera efectos o consecuencias jurídico-administrativas
directas e inmediatas, razón por la cual, se caracterizan por su ejecutoriedad para la consecución de
los fines públicos perseguidos.

Para el tratadista Hugo Caldera, "El acto administrativo constituye una exteriorización unilateral de
competencia por parte de un órgano administrativo en ejercicio de potestades jurídicas
administrativas destinadas a alcanzar fines públicos encomendados a este órgano"; opinión acorde
con la vertida precedentemente y armonizable al ordenamiento jurídico boliviano.

En este contexto, el art. 27 de la LPA, señala que: "Se considera acto administrativo, toda
declaración, disposición o decisión de la Administración Pública, de alcance general o particular,
emitida en ejercicio de la potestad administrativa, normada o discrecional…." Asimismo, esta
disposición en la última parte sostiene que el acto administrativo es: … obligatorio, exigible,
ejecutable y se presume legítimo".

Ahora bien, todo acto administrativo debe ser emitido con competencia, en este entendido, debe
precisarse que la competencia como elemento esencial del acto administrativo implica el poder o
aptitud legal de asumir y ejecutar decisiones que generen consecuencias jurídico-administrativas,
siendo por tanto la medida o continente de la potestad administrativa asignada por la Constitución y
las leyes a órganos de la Administración Pública en cualquiera de sus niveles de administración u
organización territorial.

En efecto, en el ámbito de los actos administrativos, la competencia, como elemento esencial y


requisito de formación de los mismos, tiene una génesis de rango constitucional enraizada en el juez
natural, aspecto del cual devienen sus características esenciales, toda vez que la competencia como
medida y continente de la potestad administrativa es indelegable, inconvalidable y emana
solamente de la ley y la Constitución, razonamiento a partir del cual se establece que la nulidad de
los actos administrativos pronunciados sin competencia son una causal de nulidad, de acuerdo a los
arts. 35 concordante con el 28 inc. a) de la LPA.

III.4. Dogmática de la técnica del silencio administrativo

En virtud al principio de eficacia disciplinado por el art. 4 inc. j) de la LPA, el ejercicio de toda
potestad administrativa, genera para la administración pública en cualquiera de sus niveles, la
obligación de emisión de actos administrativos evitando dilaciones indebidas, aspecto plasmado en
el art. 17.I de la LPA, razón por la cual, estos actos deben ser pronunciados dentro de los plazos
procedimentales establecidos por el "bloque de legalidad" imperante, aspecto que garantiza una
tutela administrativa efectiva y brinda seguridad y certeza jurídica al administrado, en esta
perspectiva, el Estado Plurinacional de Bolivia, ha incorporado a su ingeniería jurídica la técnica
conocida en Derecho Comparado como "silencio administrativo".

En efecto, el silencio administrativo fue reconocido por primera vez en Francia por la Ley de
17 de julio de 1900, en este contexto histórico, se estableció que pasado un plazo sin que la
administración se pronuncie expresamente, se presumía por mandato legal que la pretensión del
administrado fue denegada, permitiendo por tanto al afectado, promover los mecanismos
jurisdiccionales establecidos por ley; entonces, fue a partir de este momento que el derecho
comparado conoció la denominada técnica del silencio administrativo negativo.

En ese espectro, se establece que el silencio administrativo negativo es una institución jurídica en
virtud de la cual, la ley atribuye efectos jurídicos desestimatorios a la omisión de la administración
de emisión de actos administrativos dentro de los plazos vigentes, en este sentido, el tratadista
Hutchinson, señala que el silencio administrativo negativo, es una ficción legal de consecuencias
esencialmente procesales que facilita al particular afectado la fiscalización y ulterior revisión,
administrativa o judicial, de la inactividad administrativa.

Por lo expuesto, se establece que el silencio administrativo negativo o desestimatorio, tiene una
doble teleología a saber: a) Dar respuesta a peticiones administrativas en un plazo razonable; y, b)
Aperturar un control jurisdiccional ulterior.

Ahora bien, en un contexto contemporáneo, el silencio administrativo inicialmente negativo,


experimentó una evolución dogmática en virtud de la cual, se ha diseñado además las consecuencias
legales del llamado silencio administrativo positivo, que por su relevancia jurídica merece un análisis
particularizado.

En efecto, la doctrina del derecho administrativo, en el diseño dogmático de esta institución, ha


señalado que el reconocimiento por parte del "bloque de legalidad" de la técnica del silencio
administrativo positivo, hace que la omisión de emisión de un acto administrativo en el plazo
vigente, constituya un verdadero acto administrativo con efectos estimatorios, por tanto, una vez
operado el silencio administrativo positivo, existe un acto administrativo presunto que concede al
administrado su petición en el marco de los puntos expresamente solicitados, siendo por tanto, este
acto presunto, equivalente en todos sus efectos, al acto administrativo estimatorio expreso, razón
por la cual, le son aplicables las características de firmeza, legitimidad, obligatoriedad y exigibilidad.

Esta institución y los efectos jurídicos antes descritos, fue adoptada verbigracia por España, cuya Ley
de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo común de
26 de noviembre de 1992, modificada por la Ley 4/1999, en su art. 43.3 disciplina el silencio
administrativo positivo y las consecuencias jurídicas que este genera, a partir de este
reconocimiento jurídico y como efecto del fenómeno de "transplante jurídico" conocido en Derecho
Comparado, este instituto fue adoptado por varios ordenamientos jurídicos latinoamericanos, tal el
caso de la legislación administrativa del Estado Plurinacional boliviano que en su bloque de legalidad
vigente adopta el silencio administrativo positivo como excepción y no como regla general tal como
se explicará más adelante.

III.5. El silencio administrativo y las resoluciones tardías

Uno de los problemas que genera la técnica del silencio administrativo es precisamente el
relacionado con las llamadas resoluciones tardías, en ese contexto, es imperante analizar esta
temática a partir de los efectos jurídicos tanto del silencio administrativo negativo como del positivo,
tarea que será realizada a continuación.

En efecto, el silencio administrativo negativo, a diferencia del silencio administrativo positivo, no se


equipara a un acto administrativo desestimatorio, ya que tiene simplemente efectos
procedimentales, en virtud de los cuales se apertura el control administrativo o jurisdiccional
posterior para la impugnación de esta presunción desestimativa, por esta razón, se afirma que esta
técnica constituye una ficción legal de efectos puramente procesales, bajo este espectro, se tiene
por tanto que la administración pública -sin perjuicio de la responsabilidad emergente del ejercicio
de la función pública-, puede emitir las llamadas resoluciones tardías, sin que este acto implique
vulnerar la garantía de la competencia de la autoridad que omitió pronunciarse dentro de los plazos
procedimentales establecidos por ley, empero, una vez operado el silencio administrativo negativo y
en caso de haberse impugnado la presunción de desestimación a la petición del administrado por
mora de la administración, la autoridad administrativa que omitió pronunciarse en plazo hábil pierde
competencia, por tanto solamente en este supuesto, ya no podría emitir acto administrativo alguno.

Por el contrario, en el caso del silencio administrativo positivo, considerando que sus efectos se
equiparan a un acto administrativo estimatorio, la autoridad administrativa que incumplió su
obligación de emitir el fallo en el plazo establecido por la normativa vigente, no puede emitir un
nuevo acto posteriormente, salvo que esta resolución tardía conceda la petición del administrado,
razonamiento por demás lógico si se considera que una de las características del acto administrativo
es su firmeza y presunción de legitimidad y más comprensible aun porque la administración pública
no puede anular de oficio actos administrativos, sino únicamente a través de los medios
administrativos de impugnación o en su caso a través de un control jurisdiccional posterior.

III.6. Ingeniería normativa del silencio administrativo en el Estado Plurinacional de Bolivia

Una vez desarrollada toda la dogmática del silencio administrativo tanto en su faceta negativa como
positiva, corresponde ahora precisar su regulación en el bloque de legalidad administrativa del
Estado Plurinacional de Bolivia, en ese contexto, en principio, es imperante invocar el art. 17.III de la
LPA, cuyo contenido reza lo siguiente: "Transcurrido el plazo previsto sin que la Administración
Pública hubiera dictado la resolución expresa, la persona podrá considerar desestimada su solicitud
por silencio administrativo negativo, pudiendo deducir el recurso administrativo que corresponda o,
en su caso jurisdiccional"; en consecuencia, a partir del contenido de esta disposición, se establece
que en el Estado Plurinacional de Bolivia, se regula como regla general la técnica del silencio
administrativo negativo con los efectos y características descritas en el Fundamento Jurídico III.4 de
la presente Sentencia, empero, de acuerdo al contenido del art. 17.V de la LPA y al amparo del
principio de taxatividad, se evidencia que el silencio administrativo está disciplinado como excepción
a la regla general ya que solamente opera cuando exista normativa expresa que así lo determine.

Como consecuencia lógica de lo expuesto, se establece además que en caso de operar el silencio
administrativo negativo, las resoluciones tardías no generan incompetencia de la autoridad que
omitió resolver la petición en el plazo establecido por ley, sin perjuicio de la responsabilidad
emergente del ejercicio de la función pública; por el contrario, en caso de operar el silencio
administrativo positivo cuando así lo establezca la ley, por los efectos de ésta institución jurídica, las
autoridades administrativas no se encuentran facultadas para modificar los efectos de ese acto
presunto estimatorio a la pretensión del administrado.

Ahora bien, en caso de los recursos jerárquicos, el art. 67.II de la LPA, de forma expresa señala lo
siguiente: "El plazo se computará a partir de las interposición del recurso, si vencido dicho plazo no
se dicta resolución, el recurso se tendrá por aceptado y en consecuencia revocado el acto recurrido,
bajo responsabilidad de la autoridad pertinente", en el marco del contenido de esta disposición, el
art. 125 del Reglamento a la Ley de Procedimiento Administrativo, de manera expresa señala en su
parágrafo segundo que "el silencio de la administración establecido en el Parágrafo II del art. 67 de
la Ley de Procedimiento Administrativo, será considerado una decisión positiva, exclusivamente
previstos en disposiciones reglamentarias específicas, conforme establece el Parágrafo V del art. 17,
de la citada ley".

En mérito a las disposiciones antes señaladas, se tiene que en el bloque de legalidad imperante y
para el caso específico de los recursos jerárquicos, se encuentra disciplinado el silencio
administrativo positivo como excepción y no así como regla general; es decir, únicamente cuando
una normativa específica determine expresamente los efectos del acto presunto estimatorio
denominado también silencio administrativo positivo, en consecuencia, considerando que en esta
instancia procedimental administrativa opera como regla general el silencio administrativo negativo,
en concordancia con el Fundamento Jurídico III.4, se establece que en esta etapa, por los efectos
procesales propios del silencio administrativo negativo, los actos tardíos pronunciados por una
autoridad administrativa, no vulneran la garantía de la competencia.

III.7. La omisión de resolución en plazo hábil, el silencio administrativo y los procesos


administrativos por responsabilidad en el ejercicio de la función pública

En este estado de cosas, a la luz de la problemática concreta, es imperante centrar las ideas en el
procedimiento regulado para la determinación de responsabilidad por el ejercicio de la función
pública, cuyo bloque de legalidad está conformado específicamente por la Ley del Sistema de
Administración y Control Gubernamentales (SAFCO), el DS 23318-A, modificado por el DS 26237 y
supletoriamente la Ley de Procedimiento Administrativo (LPA) y el Reglamento a la Ley de
Procedimiento Administrativo (RPLA), en esta perspectiva, se tiene que el art. 29 del DS 23318-A
modificado por el art. 1 del DS 26237, establece lo siguiente: "En los casos en que el recurso
jerárquico se tramite ante la máxima autoridad ejecutiva, el plazo para emitir resolución será de
ocho días hábiles, computables desde la radicatoria de los antecedentes", ahora bien, el
incumplimiento de este plazo procedimental por parte de la MAE, encargada de resolver el recurso
jerárquico en procesos destinados a determinar responsabilidad administrativa por el ejercicio de la
función pública, hace operar el silencio administrativo negativo, ya que en el marco del contenido
inserto en el art. 125 del Reglamento a la Ley de Procedimiento Administrativo (RLPA), los decretos
supremos citados constituyen normas reglamentarias específicas para este tipo de procedimientos,
disposiciones que no prevén de forma expresa el silencio administrativo positivo.

III.8. Análisis del caso concreto

Del contenido del memorial del recurso directo de nulidad se evidencia que el representado
del recurrente, denuncia que la autoridad demandada, al haber pronunciado las Resoluciones de
recurso jerárquico de 20 de agosto de 2007, emergentes de los procesos administrativos internos
004/2007, 005/2007 y 007/2007, actuó sin competencia, porque desde la fecha de radicatoria de los
recursos jerárquicos interpuestos, hasta la emisión de dichas Resoluciones, transcurrieron más de
los ocho días hábiles normados por el art. 29 de DS 32318-A, razón por la cual, estos actos, serían
nulos en aplicación del art. 31 de la CPEabrg.

Ahora bien, en principio y de la compulsa de antecedentes se establece lo siguiente:

a) En fecha 7 de agosto de 2007, el recurso jerárquico contra la Resolución Sumarial 004/2007,


interpuesto por el recurrente, es radicado en el despacho del Ministro de Hidrocarburos y Energía,
decisión que fue notificada el 9 de ese mes y año; luego, mediante Resolución de Recurso Jerárquico
de 20 de agosto de 2007, el Ministro de Hidrocarburos y Energia, resuelve confirmar la Resolución
de revocatoria emergente del proceso sumario 004/2007, decisión que es notificada el 30 de agosto
de 2007, entonces, de acuerdo al art. 29 del DS 23318-A, modificado por el art. 1 del DS 26237,
desde la radicatoria del recurso, hasta la notificación con la Resolución, transcurrieron quince días
hábiles.

b) El 7 de agosto de 2007, el recurso jerárquico contra la Resolución Sumarial 005/2007, es


radicado en el despacho del Ministro de Hidrocarburos y Energía, decisión que es notificada al
recurrente en fecha 9 de agosto de 2007; por Resolución de Recurso Jerárquico de 20 de agosto de
2007, el Superintendente de Hidrocarburos ratifica totalmente la Resolución Sumarial Final
005/2007, decisión que fue notificada el 30 de agosto de 2007; en este caso, también se evidencia
que desde la radicatoria del recurso, hasta la notificación con la resolución, transcurrieron quince
días hábiles.
c) En fecha 7 de agosto de 2007, el recurso jerárquico contra la Resolución Sumarial 007/2007,
es radicado en el despacho del Ministro de Hidrocarburos y Energía, decisión que es notificada al
recurrente el 9 del mismo mes y año; mediante Resolución de recurso jerárquico de 20 de agosto de
2007, el Superintendente de Hidrocarburos ratifica totalmente la Resolución Sumarial Final
007/2007, decisión que fue notificada el 30 de agosto de 2007; es decir, luego de quince días
hábiles.

En mérito a los antecedentes antes señalados, en la especie se establece lo siguiente: i) De acuerdo


al Fundamento Jurídico III.7., las decisiones impugnadas a través del presente recurso, han sido
pronunciadas por la autoridad demandada fuera del plazo establecido por la normativa especial; ii)
Si bien es cierto que operó el silencio administrativo negativo de acuerdo al Fundamento Jurídico
III.7., empero, de conformidad con los Fundamentos Jurídicos III.4, III.5 y III.6 de la presente
Sentencia, se determina que la autoridad recurrida no perdió competencia para emitir los mismos,
ya que una vez que opera el silencio administrativo negativo -siempre y cuando el afectado no haya
impugnado ésta presunción desestimatoria-, no existe óbice legal alguno para dictar Resolución
expresa, ya que ésta institución no genera las mismas consecuencias jurídicas que el silencio
administrativo positivo.

Por los argumentos expuestos, se evidencia que en el caso concreto, la autoridad demandada, al
pronunciar las sentencias impugnadas, no ha incurrido en ninguno de los supuestos insertos en el
art. 122 de la CPE y 31 de la CPEabrg.

Por tanto

El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que le confieren los arts. 4 y 6


de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010, denominada Ley de Necesidad de Transición a los Nuevos
Entes del Órgano Judicial y Ministerio Público; arts. 7 inc. 6) y 79 y ss. De la LTC, declara
INFUNDADO el recurso directo de nulidad interpuesto José Bernardo Azurduy en representación de
Ricardo Javier Escobar Salguero, a través del memorial cursante de fs. 21 a 24 vta.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional.

Fdo. Dr. Juan Lanchipa Ponce


PRESIDENTE

Fdo. Dr. Abigael Burgoa Ordóñez


DECANO

Fdo. Dr. Ernesto Félix Mur


MAGISTRADO

Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños


MAGISTRADA

Fdo. Dr. Marco Antonio Baldivieso Jinés


MAGISTRADO

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