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1
RODRIGO ALSINA (1989)
Herederos de los géneros literarios, los formatos en los que el periodismo nos
relata estos hechos se basan en convenciones que nacen de una peculiar
relación entre el contenido y la forma, facilitan el trabajo del redactor y el
reconocimiento del lector. 3
2
Gomis (1991)
3
Casasús y Nuñez Ladevêze (1991)
4
Beltrán (1943)
Los periódicos son siempre, en todo tiempo y lugar, actores políticos, esto es,
capaces de afectar el proceso de toma de decisiones en un determinado
sistema social. Lo característico en esta etapa a la que pertenece El Zonda es
que se trataba de órganos expresamente creados para ello, reconocidos y
autoreconocidos en ese rol, con temas o campos de actuación predefinidos.
Esta característica determina y permite entender los temas que abordan, los
tipos de textos que predominaban o las estrategias de comunicación que
utilizaron.
5
Galván Moreno (1944)
Los públicos no eran masivos, aunque los hábitos de la época permiten hablar
de lectores más allá de los números escasos de la población alfabetizada.
6
Rojas (1945)
7
Abner y otras (2004)
8
Batticuore (2005)
Sarmiento periodista
La prensa en las ideas de una generación.
9
Batticuore (2005)
10
Abner y otras (2004)
11
Batticuore (Op. Cit.)
12
Abner y otras (Op.Cit)
13
Abner y otras (Op. Cit.)
14
Abner y otras (Op. Cit.)
15
Abner y otras (Op.Cit)
Número 1 (Sábado 20 de julio de 1839): De las cuatro páginas con que cuenta
este número, la primera y gran parte de la segunda están ocupadas por un
texto sin título, cuyo tema es el mismo periódico. Con el estilo irónico que
caracterizará a este medio en su corta vida, los redactores escriben sobre los
motivos de esta publicación, las razones de su nombre, los cálculos hechos en
Con el título CHILE, un texto de poco más de tres líneas anuncia que en
aquella República "aguardan para el 20 o 25 del presente mes, al Egercito
Libertador del Peru".
Con el encabezado ¡VIVA LA FEDERACION! y el título MOVIMIENTO DE LA
CARCEL, un texto anuncia la intención, a partir de esta edición, de publicar la
nómina de los presos y las razones de su crimen, cosa que hacen a
continuación.
Desplegado ocupando dos de las tres columnas del periódico, un texto en
forma de tabla publica una ESTADISTICA DEL ZONDA, que hace una
clasificación de habitantes de San Juan e indica cuántos son o no suscriptores.
Finalmente, este número de El Zonda cuenta con once avisos, aunque siete de
ellos son del mismo periódico, seis de sus redactores y uno el "Aviso Editorial"
que informa sobre la recepción de suscripciones y la publicación de avisos. El
hallazgo de una llave; el ofrecimiento de trabajo para un peón que pueda echar
abajo "Un lienzo de tapera nuevo"; el alquiler de una casa y un sorteo
extraordinario de Lotería en el Café Aubone son los motivos de cuatro avisos.
Los restantes son textos en forma de avisos que los redactores de El Zonda
utilizan para mofarse de sus críticos o ponerlos en ridículo. Un aviso que lleva
el título "Interesante", ofrece en venta o canje por papel limpio a almaceneros y
boticarios 400 ejemplares de los números 1 y 2 de El Zonda.
la época, sino que también es, como otros textos de este periódico, un pretexto
para criticar algunas costumbres o privilegios, en este caso, la de avanzar con
las fachadas de las casas sobre la vereda o la de elevar ésta demasiado por
sobre el nivel de la calle. El texto termina explicando que ciertas costumbres
heredadas de España sobre el trato a las mujeres tienen sus orígenes en los
años de dominación de los moros o árabes.
El siguiente texto lleva el título MORERAS y trata sobre los beneficios de la cría
de la seda, no sin dedicar extensos párrafos a la inacción de los sanjuaninos
que no aprovechan esta posibilidad para salir de la pobreza. El texto incentiva a
los vecinos a plantar moreras para alimento del gusano de seda e incluso
transcribe un capítulo de un libro sobre los cuidados que necesita ese árbol.
El siguiente texto lleva el título PERIODICOS y es la continuación del que
encabezara el número anterior. En esta segunda parte el texto se dedica
directamente a defender a El Zonda y a sus redactores de los ataques de
quienes lo critican en distintos ámbitos de la provincia; lo hace analizando si
puede establecerse un periódico en San Juan, así como a su utilidad.
Sin un título que lo distinga, sigue a esto un texto que cuenta que "Ha llegado
de Buenos Aires el Jóven Franklin Rawson", quien había estado en esa
provincia perfeccionándose en la pintura. El texto habla de los méritos de
Rawson y de su decisión de trabajar en San Juan.
Nuevamente, bajo el título ¡Viva la Federación!, El Zonda publica la lista de los
presos que están en ese momento en la cárcel, la fecha en la que ingresaron y
el motivo. A este listado continúa el de "Movimiento de población".
Destacado como "Variedades", el título "Fabricación de velas" precede un texto
breve que, de principio a fin, enseña cómo hacer velas en forma doméstica.
"Especies metálicas en Buenos Aires" es el título de un pequeño listado que
enumera, con fecha julio 16, lo que parecen existencias de dinero (onzas de
rostro, patrias, pesos fuertes, patrios).
Lo mismo que en los números anteriores, el periódico cierra con Avisos. Esta
vez son 13, incluyendo el aviso editorial sobre la recepción de suscripciones.
Los otros son: un aviso a la policía sobre una tapia a punto de caer;
"Interesante para las damas", sobre los servicios de un peinetero que atiende
Sobre la periodicidad
Más allá de que puedan haber existido cartas reales, en este caso, como en el
de publicaciones que precedieron a El Zonda, el recurso al género espistolar es
común para introducir de manera atractiva temas que el redactor quiere
desarrollar, así como aclarar dudas que supone existen en su público lector,
razón por la que -ante la falta de iniciativa de ese público para expresarlas- el
editor lo hace utilizando una carta que después él mismo responde.
Las cartas proveen un formato más que apropiado; familiares a quienes en los
últimos siglos han querido transmitir -o han recibido a través de ellas- ideas y
opiniones, el mismo Sarmiento dirá años después en el Prólogo de Viajes que
las cartas garantizan ese género "dúctil", "elástico", "que se presta a todas las
formas y admite todos los asuntos" de los que necesita dar cuenta un escritor 16.
A tal punto esto es así que no sólo los periódicos se nutren de cartas, sino que
son conocidos los casos de cartas de escritores que ellos mismos publican
16
Batticuore (Op. Cit.)
Si bien todos los libros de historia argentina y sanjuanina, así como los de
historia del periodismo, coinciden en que El Zonda fue fundado por Domingo
Faustino Sarmiento, Manuel José Quiroga Rosas, Indalecio Cortínez y
Antonino Aberastain, sus nombres no figuran en una sola de las páginas de los
seis números del famoso periódico, pero sí las iniciales de algunos de ellos
(“D.F.S.”, “I.C.”). Sin embarbo, tal como afirma Beltrán, en los escritos de El
Zonda está Sarmiento de cuerpo entero" y Echague dice: "Sarmiento lo
escribió casi solo, número por número", cosa que sin ningún esfuerzo puede
advertir cualquiera que conozca el estilo inconfundible del autor de
"Facundo”.17
17
Beltrán (Op. Cit)
18
Batticuore (Op. Cit)
"Por ejemplo -dice la autora- el autor podría acudir a un pseudónimo que diera
mayor interés a su obra, vinculando el nombre elegido con la temática o bien
podría optar por uno que ya desde un comienzo convocara la fama o la
reputación de alguien conocido (el nombre de un escritor célebre, de un músico
famoso, de un seudónimo que indique a los lectores un campo de expectativas
respecto del autor que se presenta ahora en sociedad)" 19. Es indudable que
Sarmiento en El Zonda utiliza los seudónimos con la expresa intención de
lograr un efecto, en la mayoría de los casos no sólo de atención, sino también
de humor. Don Serio, Don Rudo, Don Gurdo, son algunos de los nombres
elegidos para supuestos lectores que envían cartas u opiniones al periódico.
Además del juego con el plano fónico, el equipo que dirige Berta de Abner,
señala el trabajo en el plano semántico "ridiculizando las carencias de humor,
de sutileza, de finura intelectual y el rechazo a la evolución". 20
Otra de las cartas del periódico está firmada por la Señora Josefa Puntiaguda,
de Angaco, o Josefa "La Puntiaguda", en uno de los tantos casos en los que -
ya no sólo en El Zonda, sino también en años posteriores en periódicos
chilenos- Sarmiento tomará la voz y el nombre de una mujer para dirigirse
precisamente a otras mujeres, a las cuales quiere ganar como lectoras y para
las que explica algunos temas que él, como hombre y como autor, considera
importante que sean de su conocimiento. Esta manera de introducir temas y
opiniones y de llamar la atención de un sector del público determinado se
ampara, según Batticuore, "en ese pacto de ficción con un público que sabe o
adivina"21 que es Sarmiento y no Josefa (en este caso), verdadera, de carne y
hueso, quien escribe esa carta . Lo absurdo o cómico de los nombres elegidos
como seudónimos es precisamente la pista a través de la cual el autor hace
cómplices a sus lectores/as en este juego.
Formas de expresión/estilos
19
Batticuore (Op. Cit)
20
Abner y otras (Op. Cit)
21
Batticuore (Op. Cit)
22
Batticuore (Op. Cit)
23
Abner y otras (Op. cit)
Sin las dos voces que mínimamente caracterizan un diálogo, Sarmiento "habla"
todo el tiempo a sus lectores y no lectores, se dirige a ellos directamente, los
llama, les avisa, les ordena. Lo hace con quienes le envían cartas, anunciando
la pronta respuesta; lo hace también y fundamentalmente con quienes todavía
no compran el diario, para quienes reserva las más ácidas ironías y las órdenes
más duras ("escoged, malaventurados").
Respecto de las polémicas culturales o políticas que genera la producción
periodística de Sarmiento, dice Batticuore: "...para Sarmiento ellas constituyen
no sólo o no siempre una respuesta natural y espontánea frente a las
disidencias con quienes se muestran más reacios a la influencia creciente de
las ideas románticas y liberales de la época sino también, que la polémica
emerge como un efecto buscado y exaltado, un instumento válido y efectivo
para ampliar al público e involucrarlo en los temas y las reflexiones del
momento."25 Para provocar estas polémicas es habitual en Sarmiento el uso de
la ironía. Lo hace para describir el estado de la provincia y la inacción de sus
24
Abner y otras (Op.Cit)
25
Batticuore (Op. Cit)
Destinatarios y lectores.
La lectura de los textos de El Zonda deja poco lugar a dudas respecto de que,
a diferencia de sus contemporáneos como Alberdi o Echeverría, Sarmiento no
escribe para un público refinado y selecto sino para todo el pueblo, e incluso
especialmente para aquellos que quedan fuera del círculo de elegidos que
tienen una relación habitual con la lectura. De ahí que lo suyo constituyera un
doble desafío: no bastaba con escribir de manera tal de ser entendido, era
necesario luchar para construir un hábito de lectura, primer paso para la
adopción, por parte del pueblo, de ideas y consumbres que llevaran al país
hacia el progreso.
Sarmiento no fue el primero ni el único escritor público en enfrentar en el país
este problema, sin embargo se diferenció de sus predecesores y
contemporáneos por la claridad con la que pensó en resolverlo, con la
convicción de que los resultados sólo se verían a largo plazo: su insistencia en
la educación popular, en la apertura de colegios para que las mujeres fueran
educadas también, así como los innumerables artículos escritos en su
26
Batticuore (Op. cit)
El público al que con tanta insistencia invoca en casi todos sus textos, aquél al
que provoca, con el que dialoga, con el que juega irónicamente, es "menos un
dato real y concreto que una hipótesis a verificar" 27. La afirmación cobra
sentido al recordar el texto con el que se inicia el primer número de El Zonda,
en el cual los editores hacen cálculos aproximativos sobre la capacidad de leer
de los sanjuaninos: "la población asciende a 30.000 habitantes por lo menos.
De éstos los 25.000 ni saben leer: corriente, quedan 5.000. De éstos a 4.000 se
les ha olvidado por falta de ejercicio, o lo que es lo mismo, porque no se había
publicado nuestro periódico. De los mil que quedan, a 600 no les importa nada
lo que nosotros escribamos". La hipótesis es que El Zonda podía contar con 50
lectores.
En el segundo número, la hipótesis se completa con una referencia en torno de
quiénes son esos lectores (o quiénes suponen los editores que son esos
lectores), entre los cuales aparecen como mayoritarios los comerciantes, los
hacendados, los abogados, literatos y poetas, en tanto son minoría las
personas de oficios, los troperos y carreteros, y, por supuesto, las "matronas y
señoritas", categorías en las que se ordena a las mujeres.
27
Batticuore (Op. Cit)
28
Batticuore (Op. Cit)
29
Batticuore (Op. Cit)
cuando desde La Moda se queja de aquellos "que leen sin entender o repiten
como loros". 30
La alusión de Sarmiento a los que "leen de prestado" también puede hechar luz
respecto de los hábitos de lectura en espacios tales como cafés o plazas,
donde la lectura pudo ser no sólo una tarea individual y silenciosa sino una
práctica grupal, hecha en voz alta, durante la cual se comparten sentidos y se
expresan comentarios.
De esta forma, mientras el número de los que "saben leer" queda
sustancialmente reducido si se contempla sólo a aquéllos en condiciones de
comprender lo que leen; la estimación aumenta cuando se consideran -para la
época en cuestión- las modalidades de consumo social o conjunta de textos
escritos.
30
Batticuore (Op. Cit)
31
Batticuore (Op.Cit)
República. Estas ideas son expuestas siempre con alusiones al rol de los
diarios en otros países desarrollados del mundo. El mismo Sarmiento es claro
respecto del papel de la prensa en el número 4 de El Zonda: "El hombre que
dice, a mi patria, no le conviene que hable la prensa, dice, a mi país no le
conviene instruirse para ser mejor, a mi país no le conviene saber lo que se
piensa, loq ue se pasa en otras partes para aleccionarse, a mi país no le
conviene saber las medidas que toma el Gobierno para su felicidad, a mi país
no le conviene saber qué hacen los tribunales con las causas que tienen
pendientes, a mi país no le conviene decir lo que es más conducenta a su
bienestar, a mi país no le conviene la discusión, la publicidad".
Más allá de la claridad de este y otros párrafos destinados exclusivamente a
hablar del tema, es importante destacar que la idea de la prensa como luz que
garantiza la cordura y la racionalidad está presente en todos los números de El
Zonda. Al respecto, la metáfora de la luz es clara desde el primer número, en el
que acompaña al nombre del diario el paratexto: "Faros luminosos", inscripción
que "relaciona la publicación con la función de esclarecimiento propia de la idea
progresista de la época, contrastando la altura y la cualidad lumínica de la
imagen con la tácita oscuridad imperante, metáfora de la tiranía y sus males" 32,
así como de la quietud, pereza y falta de iniciativa de la población sanjuanina.
32
Abner y otras (Op. Cit)
Referencias bibliográficas
ABNER de, Berta y otras: La vida del Teatro enla cultura del joven Sarmiento -
Editorial Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes - UNSJ - 2004