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76.- ¿Por qué son importantes los supuestos conductistas del hombre
contractual?
Con base en los supuestos conductistas mencionados deben realizarse las
transacciones, sólo así se podrá determinar la economía del costo de la transacción
en la contratación en su período precontractual, al momento de la celebración del
contrato, y durante o al momento de su ejecución, que es cuando se presentan los
mayores problemas, en virtud de que debido al supuesto de la racionalidad
limitada no es posible que las partes o solo una de ellas prevea todas las
circunstancias ex-ante y ex-post en la ejecución, sobre todo si, como antes se dijo,
se actuó bajo el supuesto de conducta del oportunismo, entonces de seguro que
aumentarán las consiguientes injusticias y desproporciones entre las
contraprestaciones, ya sea para una sola de las partes o para ambas.
Pues se entiende por opors y problemas litigiotunismo la búsqueda del interés
propio con dolo. Esto incluye algunas formas más flagrantes tales como la
mentira, el robo y el engaño, pero no se limita a ellas, a menudo, el oportunismo
comprende algunas formas más sutiles del engaño. Se incluyen aquí tanto las
formas activas como las pasivas, y tanto en los tratos previos, durante y después
del contrato.
82.- ¿Cuáles son los problemas que trae consigo el arreglo mutuo del
contrato a largo plazo?
Esto acarrea los siguientes problemas:
a).- No todas las contingencias futuras pueden preverse desde el principio.
b).- Las modificaciones al contrato no serán claras para muchos en el caso de que
se presenten situaciones que pueden suceder o no suceder y afectar lo pactado,
mientras no se materialicen las circunstancias.
86.- ¿En qué consiste el arbitraje como forma de regulación privada del
contrato?
Este nuevo enfoque de valoración del contrato se aparte del férreo principio del
pacta sunt servanda de la contratación clásica, en las que las partes quedan
obligadas, de acuerdo a su autonomía de la voluntad, a dar paso a la autonomía
privada.
Por lo que en uso de esa autonomía de la voluntad y en oposición con el
centralismo legal, las partes mismas pueden fijar el contenido y los alcances de sus
obligaciones y derechos, así como de hacerles modificaciones, reformas o
adiciones, tomando en cuenta sus propios intereses, cuando ya desajuste entre las
contraprestaciones y sólo recurrirán al juzgador en el caso externo de que no
tenga éxito la estructura de la regulación del contrato, además, presentando el
contrato ante la autoridad judicial como marco de referencia, más que como un
verdadero contrato.