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Obtener los conocimientos acerca de la internacionalidad de los Derechos Humanos así como
su relación complementaria con el Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Penal
Internacional, quiénes lo ejercen y a quiénes está dirigido. Adentrarse en el sistema de las
Naciones Unidas para conocer y entender los derechos de los que deben gozar todas las
personas, qué organismos internacionales los defienden y qué sistemas continentales existen
para la protección de los derechos humanos.
Introducción
La naturaleza bélica del hombre ha llevado a la humanidad a vivir los peores momentos de la
historia donde las guerras han sido parte determinante en el rumbo de ésta, razón por la cual
se generó la necesidad de contar con Organismos y Tribunales protectores de los derechos de
las personas.
El tema de los Derechos Humanos tuvo un gran auge después de la Segunda Guerra Mundial,
por lo que surgieron diversos movimientos creadores de organismos defensores de los derechos
humanos, el principal y más importante es La Organización de las Naciones Unidas (ONU)
creada con el compromiso de mantener la paz y la seguridad internacional y promover el
progreso de los derechos humanos.
Sin embargo, no sólo la ONU protege los Derechos Humanos a nivel internacional; en el
transcurso del presente módulo conoceremos qué otros tipos de protección de los derechos de
las personas existen y en qué organismos internacionales recae la responsabilidad de su
protección. Igualmente entenderemos la relación complementaria que existe entre el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos con el Derecho Internacional Humanitario, siendo este
último quien protege los derechos de las personas en situaciones bélicas y finalmente
estudiaremos cómo se relaciona el Derecho Penal Internacional con estas dos ramas del
derecho.
El Derecho Internacional de los Derechos Humanos está estrechamente vinculado con otras
ramas del derecho internacional que protegen a los individuos, tal es el caso del Derecho
Humanitario y el Derecho de los Refugiados; si bien cada uno posee sus propios mecanismos de
protección y su ámbito de aplicación, existen entre ellos importantes convergencias, por
ejemplo, la Agencia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR)
y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) están involucrados con los Derechos Humanos
en el plano operativo.
Aquellos derechos contenidos en los tratados internacionales a los que hemos hecho referencia
son superiores a otros derechos, son determinantemente obligatorios para personas y Estados
por tratarse de normas del Ius Cogens.
El Ius Cogens es una norma jurídica internacional que es obligatoria para todos[1], que no
depende de la voluntad de los Estados para ser acatada o no.
Un ejemplo claro de esta norma es la Carta de las Naciones Unidas, la cual deberá ser acatada
por todos, es decir, aunque un Estado no sea miembro de la ONU, la Carta de las Naciones
Unidas, al tratarse de un documento de carácter internacional en el cuál se establece la
decisión de los Estados parte de reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre,
en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y
mujeres [2], se vuelve obligatorio para todos.
El Ius Cogens, es una norma imperativa de derecho internacional, entendida por la Convención
de Viena sobre el derecho de los tratados[3] como:
Por consiguiente (y de acuerdo al criterio del Tribunal Penal Internacional para la Ex-
Yugoslavia, TPIY), son aquellas normas que gozan del más alto rango en la jerarquía
internacional, incluso por encima de las normas del derecho de los tratados entre los Estados y
las reglas consuetudinarias.
Así, la doctrina del Ius Cogens ha sido primordial para el desarrollo del Derecho Internacional
de los Derechos Humanos. La protección de los derechos humanos que debe brindar el Estado,
es una obligación imperativa e irrenunciable en cualquier lugar, momento y situación. Los
derechos humanos fundamentales son Ius Cogens.
Éste es el único órgano de las Naciones Unidas cuyas decisiones son Obligatorias para
los estados miembros.
Por lo que dentro de las facultades del Consejo de Seguridad, está tomar las medidas
que considere necesarias para el restablecimiento de la paz y la seguridad
internacional, las cuales pueden ir desde la mediación, la presión diplomática, las
sanciones comerciales, el cierre de espacios aéreos (Capítulo VI), hasta la
intervención militar para proteger a civiles (peacemaking missions), el despliegue de
tropas de mantenimiento de la paz (peacekeeping operations) o el uso de la fuerza
militar por una coalición de estados miembros o por una organización o agrupación
regional, comprometiendo recursos materiales y humanos para la reconstrucción de
las condiciones de gobernabilidad y paz necesarias para garantizar los derechos
humanos de la población civil de cualquier región en crisis (Capítulo VII); tal ha sido
el caso de la ex Yugoslavia, Ruanda, Somalia, Haití, Sierra Leona, Timor Oriental y
Libia.
Resolverá controversias jurídicas entre los Estados que son parte de la ONU, y sólo
los Estados podrán ser parte en los casos sometidos a su jurisdicción, no las personas
físicas u organizaciones internacionales.
f. La Secretaría General.
El Secretario General de las Naciones Unidas[5] es el Sr. Ban Ki-moon de Corea; sin
embargo, la Secretaría está integrada por funcionarios que trabajan en oficinas de
todo el mundo. Se encarga de la administración y representación ejecutiva de
Naciones Unidas.
Aunque la Sede de la ONU está en Nueva York, las Naciones Unidas mantienen una
presencia importante en el mundo a través de los departamentos en Addis Abeba,
Bangkok, Beirut, Ginebra, Nairobi, Santiago de Chile y Viena, dependientes de la
Secretaría General, así como oficinas en casi todos los países del mundo.
Son estos los seis órganos de las Naciones Unidas, sin embargo, existen otros organismos
especializados que se encuentran vinculados a la ONU, por acuerdos especiales, los cuales
rinden informes al Consejo Económico y Social y a la Asamblea General; tales como la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Banco
Mundial (BM), entre otros.
El Sistema de Naciones Unidas, también está formado por los Programas y Fondos de las
Naciones Unidas (como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD y el Fondo
de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF).
Las leyes internas de un Estado serán las primeras que protejan los derechos humanos de los
ciudadanos y establecerán los procedimientos para su protección, pero cuando el proceso
jurídico interno de un país no es suficiente para proteger a sus nacionales, existen otros
mecanismos y procedimientos internacionales que podrán servir de fundamento para que una
persona o Estado pueda reclamar el respeto a estos derechos.
Las Naciones Unidas, ha creado varios instrumentos normativos que protegen los derechos
humanos; por lo que hoy día podemos decir que la humanidad cuenta con un código universal
de derechos humanos protegidos internacionalmente, que recaen sobre todas las personas.
Los documentos más importantes de ese sistema universal de protección de los derechos
humanos son:
Después de la creación de las Naciones Unidas, era el compromiso mundial evitar los
terribles sucesos de la Segunda Guerra Mundial, por lo que la Carta de las Naciones
Unidas fue complementada con una hoja que sirviera como garante de los derechos
de todos los seres humanos en todo lugar y en todo momento; esa hoja pasó a ser el
anteproyecto de Carta Internacional de Derechos Humanos y más tarde, el 10 de
diciembre de 1948, se convirtió en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos.
Está compuesta por 30 artículos que no tienen obligatoriedad jurídica aunque por la
aceptación que ha recibido por parte de los estados miembros, poseen gran fuerza
moral.
Este Pacto entró en vigor el 23 de marzo de 1976; hace referencia a derechos tales
como la libertad de circulación, la igualdad ante la ley, el derecho a un juicio
imparcial y la presunción de inocencia, a la libertad de pensamiento, conciencia,
religión, expresión y opinión, derecho de reunión pacífica, libertad de asociación y
de participación en la vida pública, en las elecciones y la protección de los derechos
de las minorías. Además prohíbe la privación arbitraria de la vida, las torturas y los
tratos o penas crueles o degradantes, la esclavitud o el trabajo forzado, el arresto o
detención arbitrarios y la injerencia arbitraria en la vida privada, la propaganda
bélica y la instigación al odio racial o religioso.
En caso de que se presente algún factor o dificultad que afecten a la aplicación del
Pacto, éstos serán presentados ante el Secretario General, quien los transmitirá a un
Comité de Derechos Humanos compuesto por dieciocho miembros de diferentes
Estados, y representantes de las diferentes formas de civilización y de los principales
sistemas jurídicos del mundo.
Según su artículo primero, [la pena de muerte] ... "No se ejecutará a ninguna
persona sometida a la jurisdicción de un Estado Parte en el presente Protocolo, y
cada uno de los Estados Partes adoptará todas las medidas necesarias para abolir la
pena de muerte en su jurisdicción".
El 8 de septiembre del año 2000, con motivo del venidero inicio del nuevo milenio,
se realizó una reunión de Jefes de Estado y de Gobierno, en la Sede de la ONU con el
fin de reafirmar el compromiso de los Estados en la búsqueda de un mundo más
pacífico, más próspero y más justo; reconociendo su responsabilidad de respetar y
defender los principios de la dignidad humana, la igualdad y la equidad, así como la
igualdad soberana de todos los Estados, el respeto de su integridad territorial e
independencia política; la solución de los conflictos por medios pacíficos; el respeto
de los derechos humanos y las libertades fundamentales; el respeto de la igualdad de
derechos de todos, sin distinciones por motivo de raza, sexo, idioma o religión, y la
cooperación internacional para resolver los problemas internacionales de carácter
económico, social, cultural o humanitario.
Los valores que considera como fundamentales, y esenciales para las relaciones
internacionales en el siglo XXI, son: libertad, igualdad, solidaridad, tolerancia, el
respeto a la naturaleza y la responsabilidad común.
Los objetivos acordados por los Estados en la Declaración del Milenio fueron los
siguientes:
Estos son sólo algunos de los instrumentos de protección universal que forman parte del
derecho internacional de los derechos humanos.
Funciones:
Supervisar que los Estados parte de las Naciones Unidas cumplan con los tratados
internacionales de derechos humanos;
Coordinar las actividades relativas a la educación en materia de derechos humanos,
tanto programas de educación e información pública, como las actividades de
promoción y protección de los derechos humanos en todo el sistema de las Naciones
Unidas.
Garantizar el cumplimiento de las normas de derechos humanos universalmente
reconocidas.
Entre otras labores, también brinda trabajos de investigación, informes periciales, asistencia
consultiva y servicios administrativos de calidad a los principales órganos de las Naciones
Unidas que tengan injerencia en cuestiones de derechos humanos.
En el siglo XVII, Carl von Clausewitz consideraba a la guerra esencialmente como el uso
racional y organizado de la violencia humana entre los Estados, cuya finalidad es debilitar la
fuerza de su contrario, por lo que para él las guerras eran situaciones perfectamente
susceptibles a la razón y al control; fundamento primordial del Derecho Internacional
Humanitario, ya que, así como las leyes generales buscan la protección de los derechos de las
personas y del interés público en la vida diaria, el derecho internacional humanitario, busca la
protección de los mismos intereses, pero en tiempos de guerra.
Como podemos ver, el derecho internacional humanitario busca proteger a las personas de
todo acto contrario a las leyes de la humanidad; distingue perfectamente a un combatiente de
un no combatiente (civil), a aquellos los protegerá con las reglas para dirigir las hostilidades,
haciendo una importante distinción entre los actos de guerra que son necesarios y permisibles,
de aquellos que –además de innecesarios- son impermisibles. Los civiles, o bien combatientes
hors de combat (fuera de combate) serán protegidos en sus derechos humanos –en medida de
lo posible- por una gama amplia de reglas que resguardan su vida, integridad, salud, bienestar,
entre otros.
Si el derecho humanitario tiene por objeto proteger a las víctimas procurando limitar los
sufrimientos provocados por la guerra, los derechos humanos protegen a la persona humana y
favorecen su completo desarrollo.
Al derecho humanitario competen, principalmente, el trato debido a las personas que están en
poder de la parte adversaria y la conducción de las hostilidades; mientras que la principal
finalidad de los derechos humanos es impedir la arbitrariedad, limitando el dominio del Estado
sobre los individuos; no es su objeto regular la conducción de las operaciones militares.
El texto del convenio prohíbe las represalias contra los heridos, los enfermos, el
personal, los edificios o el material protegidos por el mismo.
Este convenio diferencia las zonas de protección para personas civiles, que deben ser
establecidas por los Estados parte de la guerra, la obligación de señalar zonas y
localidades sanitarias y de seguridad, designación de zonas neutralizadas para
proteger contra los peligros de los combates; ayuda para la evacuación, desde una
zona sitiada o cercada; facilidades para el envío de medicamentos, víveres y ropa,
entre muchas otras.
Los cuatro convenios establecen el su Artículo 3 común, la aplicación de las reglas establecidas
en estos convenios, en los conflictos armados no internacionales.
De igual manera los Estados parte se comprometen a difundir lo más ampliamente posible,
tanto en tiempo de paz como en tiempo de guerra, el contenido de los convenios,
especialmente a incorporar su estudio en los programas de instrucción militar.
Es una Organización que tiene como misión exclusivamente humanitaria, la de proteger la vida
y la dignidad de las víctimas de la guerra y de la violencia interna. Dirige y coordina las
actividades internacionales de socorro del movimiento en situaciones de conflicto; procura,
asimismo, prevenir el sufrimiento, promoviendo y fortaleciendo el derecho humanitario y los
principios humanitarios universales.
Su creador fue Jean Henri Dunant, de origen Suizo, quien después de presenciar las
consecuencias de una batalla en 1859, y considerar a los heridos de guerra como ‘neutrales’,
decidió crear una sociedad reconocida internacionalmente para prestar ayuda voluntaria. Esta
sociedad se denominó la Cruz Roja, pues tomó su emblema de la bandera de Suiza, pero con
los colores invertidos.
Aún y cuando mantiene un diálogo permanente con los Estados, el CICR sostiene en todo
momento su independencia, para poder así, atender los intereses de las víctimas de los
conflictos, lo cual constituye el objetivo principal de su misión humanitaria, por lo que la
comunidad internacional le ha encomendado el papel de guardián del derecho internacional
humanitario.
El Derecho de los Refugiados es definido por la Guía sobre el Derecho Internacional de los
Refugiados, como el cuerpo de derecho internacional consuetudinario y de instrumentos
internacionales, regionales y nacionales que definen las normas de protección de los
refugiados.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), fue creado por la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1950 e inició sus actividades
en enero de 1951, con un mandato limitado de tres años para ayudar a reasentar a los
refugiados europeos que aún estaban sin hogar como consecuencia de la Segunda Guerra
Mundial, sin embargo, desde entonces el ACNUR no ha dejado de trabajar para ayudar a las
personas desplazadas en el mundo.
El ACNUR tiene dos objetivos básicos estrechamente relacionados: proteger a los refugiados y
buscar soluciones duraderas para que vuelvan a iniciar sus vidas en un ambiente normal.
El ACNUR promueve acuerdos internacionales para los refugiados y supervisa la aplicación del
derecho internacional de los refugiados por parte de los gobiernos. En la práctica esto significa
garantizar el respeto por los derechos humanos básicos de los refugiados y que ninguna
persona sea retornada de manera involuntaria al país donde, él o ella, tienen un temor
fundado de persecución, proceso conocido como devolución (refoulement).
Héctor Gross Espiel afirma que el principio de devolución es considerado como norma
imperativa del Derecho Internacional, es decir, como norma de Ius Cogens.
El asilo
El derecho de asilo, es parte del derecho internacional de los derechos humanos, y este se
refiere al derecho que tiene toda persona de establecerse fuera de su país en caso de
persecución.
Así, el derecho de asilo exige de los países que, por lo menos de manera temporal, se reciba
en algún lugar a las personas que huyen de la persecución o el peligro. Un componente
esencial de la institución de asilo es el principio de no devolución que comentamos en el rubro
anterior.
El derecho de asilo también implica que cada solicitante de asilo tenga acceso a
procedimientos justos y efectivos para la evaluación de sus solicitudes. Mientras se tramita
una solicitud de asilo y se toma una decisión en un caso, la persona tiene derecho a no ser
devuelto al país donde su vida, libertad o seguridad corran peligro.
Asimismo, el derecho de asilo está vinculado con el ejercicio de otros derechos humanos como
el derecho a la libertad de movimiento o el derecho de salir de cualquier país, incluso del
propio.
La repatriación voluntaria
a. Organizada. Cuando se realiza bajo los auspicios de los gobiernos interesados y del
ACNUR.
b. Espontánea. Cuando los refugiados vuelven a su país por sus propios medios, y el
ACNUR y los gobiernos no participan en el proceso o lo hacen de manera indirecta.
El reasentamiento
Por su parte, el reasentamiento se refiere al traslado de los refugiados del país donde
buscaron asilo a otro Estado que acepta darles acogida. El reasentamiento representa, pues, a
la vez una solución duradera y un instrumento de protección de los refugiados.
Los refugiados, por lo general, podrán beneficiarse del asilo o cualquier otra forma de derecho
de residencia a largo plazo y, en muchos casos, tendrán la posibilidad de obtener la ciudadanía
mediante la naturalización.
Héctor Gross Espiel, opina que hoy es imposible concebir el Derecho Internacional de los
Refugiados de manera independiente y desvinculada del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos.
Es preciso y necesario reconocer que la protección de los derechos de las personas amparadas
por el derecho de los refugiados, constituye en parte, un sector específico de un sistema
internacional general, de raíz esencialmente humanitaria y que sería sumamente grave negar
la existencia de principios comunes y generales en estos derechos, que se vinculan e
interrelacionan con base en el objetivo esencial de defender y garantizar la dignidad e
integridad del ser humano.
Éste, como muchos otros motivos, dieron lugar al pensamiento de la creación de una
institución regida por un Estatuto relacionado con la Carta de las Naciones Unidas y que
juzgara las violaciones graves a los Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949.
Establecido en La Haya, Países Bajos, tiene como objetivo juzgar a las personas que han
cometido crímenes de genocidio, de guerra, de lesa humanidad y de agresión. Es autónomo de
cualquier otro poder o Estado, sin embargo, esto no obsta a que en el cumplimiento de su
deber, cuente con la colaboración de los poderes públicos de cada país.
El Estatuto de Roma entró en vigor el 1 de julio de 2002, al ser ratificado por diez países y
elevarse a sesenta y seis la cifra total de Estados signatarios.
La creación de la CPI fue un paso trascendental para la protección de los derechos humanos de
las personas; recordemos que en un momento referíamos al Derecho Internacional de los
Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario como dos ramas del derecho que se
complementaban en determinadas situaciones de conflicto; así bien, el Derecho Penal
Internacional viene a cerrar esta trilogía al ser la rama del derecho que se encargará de
definir los crímenes que impliquen las más graves vulneraciones a los derechos de la persona
humana, y al establecer los mecanismos necesarios para que los responsables sean juzgados y –
en su caso- sentenciados. Esta es la función de la Corte Penal Internacional.
El sistema Europeo
El sistema Africano
El sistema Interamericano
El Sistema Europeo
Este sistema surge en el marco de la Convención Europea de Derechos Humanos y Libertades
Fundamentales de 1950 (Pacto de Roma), donde se estableció un sistema conformado por la
Comisión Europea de Derechos Humanos y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos; pero con
la aprobación y entrada en vigor del Protocolo No. 11, desaparece la Comisión Europea y
actualmente el Sistema Europeo de Protección de los Derechos Humanos está integrado
únicamente por el Tribunal Europeo, con sede en Estrasburgo, Francia.
Principales características:
Es único y es permanente.
Sus idiomas oficiales son el inglés y el francés
Cualquier ciudadano de uno de los Estados que se haya adherido al Convenio Europeo
de Derechos Humanos, podrá presentar un recurso ante el Tribunal.
El derecho de recurso individual es obligatorio.
La presentación de un recurso por parte de un particular, conlleva necesariamente su
examen por parte de los jueces del Tribunal.
Existe la posibilidad de una solución amistosa del litigio.
Existe renovación frecuente de los jueces del Tribunal, éstos son elegidos para un
periodo de 6 años y se establece como límite de edad, los 70 años.
El Sistema Africano
El Sistema Africano de protección a los derechos humanos surgió en el marco de la
Organización de la Unidad Africana (OUA), que es un sistema de integración de los Estados,
similar a la Unión Europea, cuyos objetivos comunitarios, económicos y comerciales son
afines.
La Convención fue adoptada en 1969 y está en vigor desde 1978, se centra en los derechos
civiles y políticos, pero se ve complementada por un Protocolo Facultativo (1988-1999) que
recoge derechos económicos, sociales y culturales: Pacto de San Salvador.
De los 35 estados miembros de la OEA, sólo 25 son parte en la Convención [10]. Para los diez
Estados que no han ratificado, la Convención sólo se aplica el sistema más débil basado en la
Carta ante la Comisión Interamericana; e incluso para los Estados que son partes en la
Convención, la jurisdicción de la Corte Interamericana es facultativa.
Los órganos de protección de Derechos Humanos que integran este sistema son:
a. Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
b. Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Composición
La Comisión Interamericana está compuesta por siete miembros que deben ser
personas de la más alta calidad moral y reconocido conocimiento en materia de
derechos humanos, quienes son elegidos a título personal y representan a todos los
estados miembros de la OEA.
La elección se realiza en la Asamblea General de la OEA, en el período de sesiones
inmediatamente anterior a la expiración del cargo de los comisionados salientes, de
una lista de candidatos propuestos por los estados miembros.
Cada Estado puede presentar hasta tres candidatos, caso en el cual al menos uno
deberá ser nacional de un Estado distinto al Estado proponente.
El mandato dura cuatro años, pudiendo ser reelegidos por una sola vez.
En caso de presentarse una vacante por incompatibilidad, muerte o renuncia, dicha
vacante será cubierta por el Consejo Permanente de la OEA.
Funciones
La función principal de la Comisión es la promoción, observancia y defensa de los derechos
humanos. Asimismo, en el ejercicio de su mandato tiene las siguientes funciones:
Funciones con relación a los estados miembros que no son Partes en la Convención:
III. ¿En qué casos no es necesario agotar los recursos de jurisdicción interna para acudir
a la CIDH?
Cuando: a) no exista en el derecho interno del Estado en cuestión el debido proceso
legal para la protección del derecho o derechos que se alegan violados; b) no se haya
permitido al presunto lesionado el acceso a los recursos de jurisdicción interna, o
haya sido impedido a agotarlos, y c) haya retardo en la decisión de los mencionados
recursos. (Artículo 46.2 de la Convención Americana).
La CIDH, después de verificar la existencia de los motivos del agravio a los derechos
humanos del reclamante, puede aprobar el informe de admisibilidad, el cual es
público en los términos del Artículo 36.1 del Reglamento de la CIDH. Una vez
realizado lo anterior, lo que sigue es el registro y apertura del caso.
La Corte fue creada por la Convención Americana sobre Derechos Humanos, adoptada en la
conferencia Especializada Interamericana sobre Derechos Humanos, reunida en San José de
Costa Rica el 22 de noviembre de 1969.
La Convención entró en vigor en julio de 1978 y la Corte inició sus funciones en 1979.
Facultades
Consultiva:
Contenciosa:
Esta facultad es estrictamente jurisdiccional, para resolver las demandas que pueda
interponer la Comisión Interamericana o un Estado que hubiese suscrito la
Convención, contra otro Estado al cual se atribuyan violaciones de los derechos
humanos establecidos en la propia Convención.
Para que dicha demanda pueda presentarse es preciso que el Estado demandado (y
también el demandante, en su caso) se hubiese sometido a la competencia
contenciosa de la Corte[11], pues si bien es obligatoria la competencia de la Comisión
para las reclamaciones o peticiones individuales, la jurisdiccional de la Corte debe
ser reconocida expresamente por los Estados, ya sea incondicionalmente o bajo
condición de reciprocidad, por un plazo determinado o para casos específicos, ya
que únicamente la Comisión Interamericana o los Estados pueden presentar un caso
ante la Corte.
Procedimiento
El procedimiento ante la Corte consta de una parte escrita y otra oral:
Dentro de los noventa días a contar de su notificación, las partes pueden solicitar a la Corte
una interpretación del fallo, en caso de desacuerdo sobre su sentido y alcance (Art. 67 CADH)
Los Estados Partes tienen la obligación internacional de cumplir el fallo de la Corte, pero la
Corte no tiene imperio para hacerlo cumplir. Sin embargo, la parte del fallo que disponga
indemnización compensatoria se podrá ejecutar en el respectivo país por el procedimiento
interno vigente para la ejecución de sentencias contra el Estado. El Artículo 65 de la
Convención dispone que la Corte informará a la Asamblea General de la OEA cuando un Estado
no haya cumplido con un fallo y hará las recomendaciones que estime pertinentes.
Medidas provisionales
La Corte, de oficio o a instancia de parte, puede ordenar las medidas provisionales que
considere pertinentes en cualquier estado del procedimiento, cuando se trate de casos de
extrema gravedad y urgencia y ello sea necesario para evitar daños irreparables a las
personas.
La Corte puede actuar a solicitud de la Comisión incluso antes de que un asunto sea sometido
a su conocimiento y si no estuviere reunida, se faculta al presidente, previa consulta con la
comisión permanente de la Corte y eventualmente con los demás jueces, para decidir sobre la
petición (Art. 62.2 CADH).
En lo que se refiere a los hechos, la Corte observó que el Estado admitió, en términos
generales, los hechos de contexto relativos a la violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez,
particularmente los homicidios que se han registrado desde el inicio de los años 90, así como
los hechos referentes a lo que el Estado denominó “primera etapa” de las investigaciones de
los crímenes perpetrados en contra de las tres víctimas, que abarca el período 2001 a 2003.
Además, México aceptó los hechos relativos a la afectación de la integridad psíquica y
dignidad de los familiares de las tres víctimas. Junto con la anterior aceptación, reconoció el
deber de reparación a su cargo por dichos hechos.
La Corte destacó las respuestas ineficientes y las actitudes indiferentes por parte de las
autoridades documentadas en cuanto a la investigación de dichos crímenes, mismas que
parecen haber permitido que se haya perpetuado la violencia contra la mujer en Ciudad
Juárez. La Corte constató que hasta el año 2005 la mayoría de los crímenes seguían sin ser
esclarecidos, siendo los homicidios que presentan características de violencia sexual los que
presentan mayores niveles de impunidad, además de hacer referencia a la violencia en contra
de las mujeres, el deber de respeto, garantía y no discriminación del Estado, derechos de las
niñas y el derecho a la integridad personal de los familiares.
Entre las resoluciones de la Corte decretó que el Estado deberá conducir eficazmente el
proceso penal en curso y, de ser el caso, los que se llegasen a abrir, para identificar, procesar y
sancionar a los responsables materiales e intelectuales de la desaparición, maltratos y
privación de la vida de las jóvenes González, Herrera y Ramos.
Para ello, señaló una serie de directrices, entre las que resaltan, por contener perspectiva de
género, las siguientes: Incluir perspectiva de género en las investigaciones; emprender líneas
de investigación específicas respecto a violencia sexual, estudiando los patrones de la zona;
utilizar los protocolos y manuales en la materia; ser realizadas por funcionarios altamente
capacitados en casos similares y en atención a víctimas de discriminación y violencia por razón
de género.
Según Las alegaciones efectuadas por los peticionarios sustentan que en fecha 25 de agosto de
1974 el señor Rosendo Radilla Pacheco, a la edad de 60 años de edad habría sido detenido en
un retén militar instalado a la entrada de la colonia Cuauhtémoc, Municipio de Atoyac de
Álvarez, Estado de Guerrero, y que desde esa fecha se encuentra desaparecido. Los
peticionarios señalan que esta situación hace referencia a una violación continuada debido a
que la situación subsiste hasta el día de hoy por la falta de determinación del paradero de la
presunta víctima, y de la identificación y sanción de los supuestos responsables de dichos
hechos. Asimismo, los peticionarios alegan la responsabilidad internacional del Estado
mexicano por la denegación de justicia sufrida por los familiares de la presunta víctima, a
partir de los hechos que siguieron a la presunta desaparición. De esta forma, los peticionarios
alegan que los hechos denunciados configuran la violación de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, así como también de la Convención Interamericana sobre Desaparición
Forzada de Personas.
Ha sido documentado que en la época en que fue detenido y hecho desaparecer el señor
Rosendo Radilla Pacheco, en diversas partes del territorio mexicano tuvieron lugar numerosas
desapariciones forzadas de personas. Así, surge del acervo probatorio que la Comisión Nacional
de los Derechos Humanos, en el marco del Programa Especial sobre Presuntos Desaparecidos,
examinó 532 expedientes de queja sobre desapariciones forzadas de personas perpetradas
durante el “fenómeno calificado como la ‘Guerra sucia de los años 70’”. A partir de dicha
investigación la Comisión Nacional emitió la Recomendación 026/2001, en la que indicó que
contaba con suficientes elementos para concluir que, en al menos 275 casos de los
examinados, a las personas reportadas como desaparecidas se les conculcaron diversos
derechos.
En los puntos resolutivos, se considera que el Estado mexicano incumplió el deber de adoptar
disposiciones de derecho interno establecido en el artículo 2 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, en relación con los artículos I y III de la Convención Interamericana
sobre Desaparición Forzada de Personas, respecto de la tipificación del delito de desaparición
forzada de personas. Y emite entre otras, las siguientes reparaciones: