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DIAGNÓSTICO Y MANEJO DEL ABDOMEN AGUDO EN EL SERVICIO DE EMERGENCIAS DEL

SEGURO SOCIAL UNIVERSITARIO

I. INTRODUCCION

El abdomen agudo es una emergencia médica común que se presenta en el servicio


de emergencias y puede ser causado por diversas patologías. El manejo adecuado y
el diagnóstico preciso son esenciales para prevenir complicaciones graves y reducir la
morbimortalidad de los pacientes. Sin embargo, el manejo del abdomen agudo puede
ser un desafío para los médicos de emergencia debido a la complejidad y variabilidad
de las patologías que lo causan. Además, la falta de una estrategia estandarizada y
basada en evidencia para el manejo del abdomen agudo puede llevar a la variabilidad
en la atención y la falta de un enfoque sistemático para abordar esta afección.

En el servicio de emergencias del Seguro Social Universitario, el manejo y diagnóstico


del abdomen agudo se han convertido en un problema importante que puede afectar la
calidad de la atención y la seguridad del paciente. Por lo tanto, es esencial desarrollar
una estrategia clínica efectiva para mejorar el manejo y diagnóstico del abdomen
agudo en este servicio.

Esta monografía se centrará en el diagnóstico y manejo del abdomen agudo en el


servicio de emergencias del Seguro Social Universitario, utilizando una revisión
completa de la literatura científica y clínica disponible. Además, se presentarán
recomendaciones prácticas basadas en la experiencia de otros hospitales y sistemas
de salud para mejorar el manejo y diagnóstico del abdomen agudo. El objetivo
principal es proporcionar una guía que pueda mejorar la calidad de la atención y
reducir la morbimortalidad de los pacientes con abdomen agudo en el servicio de
emergencias del Seguro Social Universitario.

II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El abdomen agudo es una condición médica común que se presenta en el servicio de


emergencias y que puede ser causada por una variedad de patologías, desde
apendicitis hasta úlceras gástricas perforadas. La falta de un diagnóstico y manejo
oportuno y adecuado puede llevar a complicaciones graves y a un aumento en la
morbimortalidad de los pacientes.

En el servicio de emergencias del Seguro Social Universitario, el diagnóstico y manejo


del abdomen agudo puede ser un desafío para los médicos de emergencia debido a la
complejidad y variedad de las patologías que lo causan. Además, la falta de una
estrategia unificada y basada en evidencia para el diagnóstico y manejo del abdomen
agudo puede llevar a la variabilidad en la atención al paciente y a la falta de un
enfoque sistemático para abordar esta condición.

Por lo tanto, el planteamiento del problema para esta monografía será: ¿Cómo mejorar
el diagnóstico y manejo del abdomen agudo en el servicio de emergencias del Seguro
Social Universitario, a fin de reducir la morbimortalidad de los pacientes y mejorar la
calidad de la atención?

III. OBJETIVO

Objetivo general:
El objetivo general de esta monografía es proponer una estrategia clínica efectiva para
mejorar el diagnóstico y manejo del abdomen agudo en el servicio de emergencias del
Seguro Social Universitario, con el fin de reducir la morbimortalidad de los pacientes y
mejorar la calidad de la atención.

Objetivos Específicos:
 Realizar una revisión sistemática de la literatura científica y clínica disponible
sobre el manejo y diagnóstico del abdomen agudo en el servicio de
emergencias.
 Proponer una estrategia clínica basada en evidencia para mejorar el manejo y
diagnóstico del abdomen agudo en el servicio de emergencias del Seguro
Social Universitario.
 Evaluar la factibilidad y viabilidad de implementar la estrategia clínica
propuesta en el servicio de emergencias del Seguro Social Universitario.
 Evaluar el impacto de la estrategia clínica propuesta en la reducción de la
morbimortalidad de los pacientes y en la mejora de la calidad de la atención en
el servicio de emergencias del Seguro Social Universitario.

IV. MARCO TEORICO


Abdomen Agudo Definición. –
el abdomen agudo se define como un síndrome clínico caracterizado por dolor
abdominal intenso y frecuentemente progresivo, que puede estar acompañado de
alteraciones en la función gastrointestinal, peritoneal o sistémica, y que requiere una
intervención quirúrgica inmediata para prevenir una lesión irreversible o la muerte
(Schwartz, 2020)

Las manifestaciones más frecuentes son:


— Dolor abdominal agudo.
— Alteraciones gastrointestinales.
— Repercusión sobre el estado general.
Constituye un motivo frecuente de consulta en la práctica médica habitual y su manejo
exige mucha experiencia y capacidad de juicio, ya que el más catastrófico de los
fenómenos puede ir precedido de unos síntomas y signos muy sutiles (Bassy, 2020)

El abdomen agudo motiva el 7 al 10 % de todas las consultas de Guardia; siendo la


apendicitis aguda (AA) es la causa más común de dolor en el hemiabdomen inferior en
estos pacientes (Kong, 2020)

Etiología. -

El abdomen agudo puede tener varias causas, dependiendo de la edad del paciente.


En pacientes mayores de 50 años, la patología biliar es una causa común (Alonso
Cardenas , 2020), mientras que en otros grupos etarios las causas más frecuentes
son la enterocolitis necrosante, estenosis hipertrófica de píloro, malrotación intestinal y
atresia anal (MANUAL MERCK, 2023). Otras causas menos comunes incluyen apendicitis
aguda, colecistitis aguda, diverticulitis aguda, diverticulitis de Meckel, embarazo
ectópico roto, enfermedad de Crohn complicada, hemoperitoneo e infecciones
ginecológicas (Bazán Gonzales, 2023)
Epidemiologia. –
El dolor abdominal sigue siendo el síntoma principal que se valora en los servicios de
urgencia de Estados Unidos. La población estadounidense está envejeciendo, y se
espera que para el año 2030 el número de ancianos (definido 19 como individuos de
más de 64 años de edad) represente 20 % de la población general. A la fecha, la
población anciana explica el 20 % anual de las valoraciones en salas de urgencias en
Estados Unidos y más de 4 % de los pacientes con dolor abdominal agudo.
Apendicitis, colecistitis y coledocolitiasis, obstrucción intestinal, pancreatitis, isquemia
mesentérica, perforación intestinal y diverticulitis representan 66 % de las
hospitalizaciones por dolor abdominal agudo y se relacionan con morbilidad y
mortalidad significativas (TintinallI, 2020)
Fisiopatología. -
La patogenia del abdomen agudo se relaciona con las características del dolor
abdominal. Existen 3 tipos de dolor relacionados con el abdomen agudo:

1. Visceral: Producido por distensión, espasmo, isquemia e irritación, el cual se


manifiesta como un dolor profundo, difuso, constante y mal localizado, que en cuadros
severos se acompaña de hiperestesia, hiperalgesia y rigidez muscular involuntaria. Se
transmite por los nervios del SN Autónomo (simpáticos y parasimpáticos).

2. Somático: Dolor más agudo (cursa por picos) y localizado que se origina desde el
peritoneo parietal, raíz del mesenterio y diafragma. Se transmite a través de nervios
somáticos.

3. Referido: Relacionado con el sitio del proceso original y manifestado en el trayecto


de una metámera o de una extensión inflamatoria o infecciosa. Puede ser debido a
irritación peritoneal. • Mecanismos del estímulo doloroso intraabdominal: ◦ Estímulos
físicos en vísceras: distensión, contracción de asas, tracción de mesos, distensión de
cápsulas (hígado, bazo). ◦ Estímulos por alteraciones químicas en terminaciones
nerviosas: inflamación, hiperemia, isquemia, etc. ◦ Cualquier proceso abdominal
evoluciona SIEMPRE hacia un dolor peritonítico generalizado (acaba afectando a la
serosa) (UCM.es, 2020)

Abdomen agudo peritonítico (inflamatorio) Se produce inflamación peritoneal como


respuesta a distintos estímulos: – Químicos (aséptico): jugo gástrico, bilis, heces, orina
(por perforaciones) – Sépticos: frecuentemente bacterianos, que pueden complicarse
(peritonitis, sepsis...) – Mecánicos: por ingestión de cuerpos extraños, como ocurre
con los pacientes psiquiátricos

Abdomen agudo obstructivo Puede ocurrir por: – Obstrucción intraluminal (intrínseca o


extrínseca) – Estrangulación: combina obstrucción extrínseca y oclusión vascular Ante
una obstrucción se produce peristaltismo de lucha, posterior dilatación de asas y
compromiso vascular. Esto es lo que provoca el síndrome de abdomen agudo. En
último término, si la obstrucción es grande y también el compromiso vascular se puede
producir perforación de las vísceras. Abdomen agudo vascular Se produce afectación
de una arteria que irriga el intestino, provocando isquemia y necrosis de las vísceras
irrigadas por esa arteria (también puede deberse a alteraciones capilares a nivel de la
pared intestinal, como en el caso de la diabetes). (UCM.es, 2020)

Abdomen agudo traumático Cuando el traumatismo produce hemorragia puede irritar


el peritoneo visceral.

Abdomen agudo mixto Cuando se produce por la suma de varias causas (inflamatoria,
obstructiva, vascular o traumática).

Diagnostico. –
La evaluación del paciente que consulta por presentar un DAA reviste, a menudo, una
gran complejidad y constituye un reto, incluso para los más expertos. Los puntos
esenciales sobre los que debe sustentarse el juicio diagnóstico son siempre una
historia clínica concienzuda y un examen físico minucioso, así como la interpretación
juiciosa de exámenes de laboratorio y algunas pruebas complementarias básicas o
avanzadas. Otras claves que resultan de gran ayuda son el valor de la observación, la
experiencia acumulada y el conocimiento de las etiologías más frecuentes (Montoro,
2020)
Anamnesis. –
Existen tres aspectos fundamentales que deben ser considerados en la historia clínica:
los antecedentes médicos del paciente, la semiología del dolor y los síntomas
relacionados.

El dolor es el síntoma más importante y su semiología debe ser examinada con


detalle, incluyendo la localización, duración, intensidad, tipo, síntomas asociados,
factores que lo aumentan y disminuyen, así como su ritmo y periodicidad. (Williams,
2018)

Carácter del dolor. -


Las características, intensidad y periodicidad del dolor constituyen datos clave para
determinar cuál es el proceso causal. El dolor estable es el más común. El dolor
superficial intenso, ocasionado por una irritación peritoneal grave, es característico de
la úlcera perforada, perforación apendicular, quiste ovárico y embarazo ectópico.

Los dolores cólicos, causados por obstrucción del intestino delgado (y en ocasiones
por pancreatitis incipiente), por lo regular son intermitentes, vagos, profundos, in
crescendo al principio, pero después se vuelven intensos, incesantes y mejor
localizados. A diferencia del inquietante, pero tolerable dolor ocasionado por
obstrucción intestinal, el dolor debido a lesiones que ocluyen los conductos pequeños
(vías biliares, trompas uterinas y uréteres) aumenta con rapidez hasta una intensidad
insoportable. Calificar de cólico a este dolor es adecuado cuando cesa a intervalos, lo
que refleja contracciones intermitentes del músculo liso, como sucede en el cólico
ureteral.

En sentido estricto, el término “cólico biliar” es erróneo, dado que el dolor biliar no
disminuye porque, a diferencia de los uréteres y el intestino, la vesícula y las vías
biliares no realizan movimientos peristálticos. La “sensación dolorosa” que provoca la
úlcera, el dolor “punzante e insoportable” de la pancreatitis aguda y del infarto
mesentérico, así como el dolor “urente” por la rotura de un aneurisma aórtico son
descripciones apropiadas. A pesar del empleo de estos términos descriptivos, la
calidad del dolor visceral no constituye un indicio confiable de su origen. (Montalvá ,
2018)

Síntomas asociados. –

Vómitos. -

Cuando las fibras aferentes viscerales secundarias estimulan lo suficiente a los


centros medulares del vómito, éstos se activan y provocan el reflejo emético. En
general, en casos de abdomen quirúrgico agudo el dolor normalmente precede al
vómito, mientras que en trastornos que pueden resolverse con tratamiento médico
sucede lo contrario. El vómito es un síntoma importante de los trastornos de la parte
superior del tubo gastrointestinal (por ejemplo, síndromes de Boerhaave y de Mallory-
Weiss, así como gastritis y pancreatitis agudas). Las náuseas incontrolables producen
alivio temporal del dolor en ataques moderados de pancreatitis.

La emesis sin bilis es característica de la estenosis pilórica. Cuando se observan


signos de obstrucción intestinal, el modo de inicio y las características del vómito
resultan indicativos del nivel donde se ubica la lesión. La emesis recurrente de líquido
manchado con bilis constituye un signo temprano de obstrucción proximal en el
intestino delgado. En la obstrucción distal de los intestinos delgado o grueso, el vómito
es precedido por náusea prolongada y, a veces, en etapas tardías contiene heces.

Es probable que trastornos que provocan vómito en los pacientes más jóvenes sólo
ocasionen anorexia o náuseas en los de mayor edad. La apendicitis aguda y los
dolores abdominales no específicos pueden causar vómito, pero si éste se acompaña
de anorexia y náusea es más indicativo de apendicitis.

Estreñimiento. –

Con frecuencia, el estreñimiento difícilmente es indicador de obstrucción intestinal por


sí solo. Los nervios viscerales aferentes estimulan a las fibras eferentes del sistema
nervioso autónomo (nervios esplácnicos), lo que puede inducir un íleo reflejo y reducir
la peristalsis intestinal. Por ende, el íleo paralítico reduce el valor del estreñimiento
para el diagnóstico diferencial de abdomen agudo. No obstante, cuando hay distensión
abdominal con dolor progresivo o vómito repetido, el estreñimiento extremo (sin
defecación y flatos) resulta muy indicativo de obstrucción intestinal mecánica. (Ramírez,
2018)

Diarrea. –
La diarrea acuosa y abundante es característica de la gastroenteritis y de otras causas
médicas de abdomen agudo. Cuando está teñida con sangre es signo de colitis
ulcerativa, enfermedad de Crohn o disentería bacteriana o amebiana. También es
frecuente con colitis isquémica, pero generalmente no se produce en caso de infarto
intestinal causado por oclusión de la arteria mesentérica (Ramírez, 2018)

Fiebre. -
La fiebre es un síntoma de alarma que acompaña con frecuencia al dolor abdominal
agudo. Cuando aparece pocas horas después del comienzo del cuadro debe pensarse
en un proceso neumónico, infección renal, biliar o enterocolitis. Por el contrario, la
aparición de fiebre como síntoma tardío es más propia de entidades como la
apendicitis, la diverticulitis o la colecistitis. Debe considerarse que algunas de estas
entidades pueden cursar sin fiebre cuando se trata de enfermos ancianos o
inmunodeprimidos. (Ramírez, 2018)

Examen Físico. -

Inspección: en busca de cicatrices de cirugía previa, bultomas (hernias incarceradas),


hematomas (traumatismos, maltrato) o lesiones cutáneas que pueden ser
exantemáticas debidas a infecciones víricas o por una anafilaxia, o por otro lado,
localizadas como un eritema nodoso o un pioderma gangrenoso.
Auscultación: en todos los cuadrantes del abdomen, observando si hay un aumento en
los ruidos hidroaéreos (gastroenteritis) o una disminución (obstrucción, peritonitis o
íleo).
Percusión: podremos valorar si hay timpanismo (meteorismo o, por el contrario, si
presenta signos de alarma, una obstrucción o perforación intestinal) o matidez
(visceromegalias).
Palpación: debe realizarse de manera relajada para conseguir la colaboración del
paciente, empezando por el punto donde refiera menos dolor hasta la zona más
dolorosa, realizando por último los distintos signos apendiculares 3: psoas, Rovsing,
Blumberg o de patología de la vesícula biliar (Murphy).
Debe valorarse la presencia de masas (invaginación intestinal, abscesos, tumores) y
visceromegalias (secuestro esplénico o crisis hemolítica en pacientes con anemia
falciforme).
El tacto rectal se realizará solo si es necesario y se valorará si hay una estenosis anal,
el tono del esfínter, masas palpables y, por último, el tamaño y la presencia de heces
en la ampolla rectal. Estará llena de heces en el estreñimiento funcional y vacía en la
EH. Si la exploración abdominal es normal, habrá que intentar encontrar una causa del
dolor en otra localización, atendiendo a signos de patología ORL (faringoamigdalitis
aguda, otitis), pulmonar (neumonía), genital
(escroto agudo, hernia inguinal incarcerada) o cutánea (púrpura de Schönlein Henoch
[PSH]; ictericia en crisis hemolíticas, en patología aguda de la vesícula biliar o
hepatitis; palidez por sangrado secundario a un traumatismo o un tumor; hematomas
en localizaciones no habituales debidos a una leucemia, hemofilia o maltrato). En
niñas con secreción vaginal y en todos los casos con sospecha de abuso sexual, es
importante la inspección del ano y los genitales externos. Cuando la historia y la
exploración no sean sugestivas de ninguna entidad clínica, se podrá observar al niño
durante unas horas para repetir la exploración (Alonso Cardenas , 2020)
Pruebas de laboratorio. –

En el estudio del dolor abdominal agudo, aunque la historia clínica y el examen físico
son importantes, ciertas pruebas complementarias tienen un peso específico
indiscutible. Es importante que las pruebas de laboratorio solicitadas reflejen la
sospecha clínica establecida durante la anamnesis y exploración física, evitando
pruebas innecesarias que pueden enturbiar el cuadro diagnóstico y resultar costosas.
En todos los pacientes con dolor abdominal agudo, se debe obtener un hemograma
completo con recuento diferencial y análisis de orina. La determinación de electrólitos,
urea, creatinina y glucosa en sangre es útil para evaluar la hidratación, el equilibrio
acido básico, la función renal y el estado metabólico, aunque no siempre es necesario.
En las mujeres en edad fértil con dolor abdominal bajo, se deben realizar pruebas de
embarazo en sangre u orina. Las pruebas bioquímicas hepáticas y la concentración
sérica de amilasa y lipasa, LDH, son útiles en pacientes con dolor abdominal agudo.
En función de los antecedentes, se deben considerar otras pruebas, como el tiempo
de protrombina, transaminasas, albúmina sérica y fosfatasa alcalina en pacientes con
sospecha de hepatopatía. Además, la elevación del dímero-D puede ser un marcador
de trombosis útil en fases más precoces de isquemia mesentérica aguda.

Pruebas de Imagen. -

En la evaluación del abdomen agudo van a ser necesarios distintos procedimientos o


pruebas radiológicas para confirmar la sospecha clínica, establecer un diagnóstico
etiológico y contribuir a una planificación terapéutica adecuada para el paciente.
Las exploraciones radiológicas básicas que se deben realizar a un paciente con
patología abdominal aguda son la radiografía simple de abdomen, la ecografía y la
tomografía computarizada (TC), complementada, muchas veces con fines diagnósticos
y terapéuticos, con la radiología vascular e intervencionista. Otras técnicas como los
estudios baritados cada vez tienen menos indicaciones debido al desarrollo de la
endoscopia. La resonancia magnética tiene un campo limitado en este tipo de
patología

Radiografía simple de abdomen. -

La radiografía simple de abdomen (RSA) es la exploración radiológica básica ante la


sospecha de cualquier patología abdominal aguda (dolor abdominal difuso o
localizado, sensación de masa a la palpación). La radiografía básica (anteroposterior
de abdomen) es la que se realiza con el paciente en decúbito supino, centrando el
rayo en su ombligo y debe abarca un área comprendida entre las cúpulas
diafragmáticas y el borde superior de la sínfisis del pubis. Esta proyección ha de
completarse con otras, dependiendo de los hallazgos encontrados y de los signos que
queramos buscar. La proyección complementaria que más información aporta es la
realizada en bipedestación (o en decúbito lateral con rayo horizontal si no es posible la
bipedestación), que se debe realizar siempre ante la sospecha de cualquier patología
abdominal aguda y dependiendo de los signos encontrados en la radiografía en
decúbito supino. La sistemática de estudio de la RSA comienza por el análisis de
aquellas estructuras abdominales que son visibles por estar rodeadas, total o
parcialmente, por grasa (estudio de las líneas grasas). Posteriormente, hay que
estudiar el comportamiento del gas abdominal, para terminar por una búsqueda de las
calcificaciones que puedan existir y por un estudio del esqueleto. El estudio
sistemático de las líneas grasas nos permite valorar de una manera aproximada la
forma y el tamaño de las distintas vísceras (hígado, bazo, riñones, vejiga, útero), así
como su situación y relación con otras estructuras (riñón con las líneas del psoas,
etc.). Cuando existen alteraciones muy llamativas, su diagnóstico mediante la RSA
puede ser muy sencillo (la presencia de una gran esplenomegalia no ofrece ninguna
dificultad diagnóstica mediante la RSA), pero el problema surge cuando las
alteraciones son poco llamativas. Por ello, ante la sospecha, clínica o radiológica, de
una masa abdominal la ultrasonografía (US) y la TC son los métodos de elección para
su estudio, siendo la resonancia magnética (RM) otro método de gran ayuda. (M.
Pastrana Ledesma, 2019)

Ecografía. -
La ecografía puede aportar información anatómica rápida, precisa y barata sobre el
hígado, árbol biliar, páncreas, riñones y órganos pélvicos. En algunos casos la
ecografía es la técnica de imagen inicial de elección (p. ej., en pacientes con dolor
biliar, colecistitis, pancreatitis, embarazo ectópico, quiste ovárico o absceso
tubovárico).
Además, la ecografía abdominal dirigida por traumatismo es una técnica útil en el
servicio de urgencias para evaluar el abdomen en el paciente con traumatismo y
sospecha de hemoperitoneo.
La ecografía Endo vaginal y endorrectal puede ser útil para identificar anomalías
pélvicas que no se detectan con otras técnicas de imagen.
La ecografía Doppler permite evaluar lesiones vasculares, como aneurisma aórtico o
visceral, trombos venosos y anomalías vasculares. (Montoro, 2020)

Otros exámenes de imagen. –

La tomografía computarizada (TC) es la técnica de imagen más versátil para la


evaluación del paciente con dolor abdominal agudo. Al igual que la radiología
simple, la TC del abdomen y pelvis puede detectar neumoperitoneo, patrones
anormales de gas intestinal y calcificaciones. Además, la TC permite detectar
lesiones inflamatorias (p. ej., apendicitis, diverticulitis, pancreatitis y absceso),
lesiones neoplásicas (p. ej., cáncer de colon y tumores pancreáticos
obstructivos) y traumatismos (p. ej., lesión del bazo, hígado y riñón). Estos
trastornos pueden corregirse por vía laparoscópica. (Ramírez, 2018)

Clasificación de Bockus. -

 GRUPO A: Padecimientos intraabdominales que requieren de cirugía inmediata


o Apendicitis aguda complicada como absceso o perforación
o Obstrucción intestinal con estrangulación
o Perforación de víscera hueca como ulcera péptica perforada
o Perforación de un divertículo de colon
o Perforación de íleon terminal
o Perforación del ciego o sigmoides secundarios a tumor maligno
o Colecistitis aguda complicada
o Aneurisma disecante de aorta abdominal
o Trombosis mesentérica
o Torsión testicular
o Pancreatitis aguda grave
o Ginecológicas: - Quiste de ovario torcido - Embarazo ectópico roto
 GRUPO B: Padecimientos abdominales que no requieren de cirugía inmediata
o Enfermedad acido péptica no complicada
o Padecimientos hepáticos: - Hepatitis aguda - Absceso hepático
o Padecimientos intestinales: - Gastroenteritis - Ileitis terminal -
Intoxicación alimentaria
o Infección de las vías urinarias
o Cólico nefro uretral
o Padecimientos ginecológicos: - Enfermedad pélvica inflamatoria aguda
o Peritonitis primaria como hemorragia intramural del intestino grueso
secundario
o Causas poco frecuentes: - Vasculitis - Fiebre mediterránea
 GRUPO C: Padecimientos extra abdominales que simulan un abdomen agudo
o IAM
o Pericarditis
o Congestión aguda
o Neumonías
o Diabetes mellitus aguda
o Cetoacidosis aguda
o Insuficiencia suprarrenal aguda
o Anemia de células falciformes

(Bazán Gonzales, 2023)

Tratamiento. -

Dependerá de la estabilidad o inestabilidad del paciente:

PACIENTE ESTABLE: evaluación inicial y evaluación secundaria

1. Realizar la historia clínica y la admisión en enfermería

2. Toma de EKG (edad superior a los 40 años o por indicación médica.)

3. Colocación de SNG (si hay distensión abdominal o sospecha de obstrucción) y de


sonda nasogástrica.

4. Canalizar una vía venosa periférica (18-16, dependiendo de la clínica del paciente).
Extraer muestras de sangre y orina.
5. Si no es estrictamente necesario, no se administrará analgesia hasta que no sea
elaborado un diagnóstico o haya habido una valoración especializada.

6. Si a pesar de la valoración clínica y de las exploraciones complementarias no se


llega a un diagnóstico, se mantendrá al paciente en observación, revaluándolo de
forma continua y manteniéndolo en ayunas, con hidratación intravenosa y sin
analgesia.

7. Mantener al paciente en la sala de observación para una revaluación médica y una


definición de destino.

8. Informar a los familiares de los avances en el diagnóstico y de los pasos a seguir.

PACIENTE INESTABLE: evaluación inicial y evaluación secundaria

1. Canalización de una vía periférica: solución cristaloide

2. Signos vitales

3. Sonda nasogástrica: distensión abdominal, hemorragia digestiva

4. Sonda vesical: si es necesaria

5. Toma de muestra y exámenes complementarios

6. Oxigenoterapia: si presenta una oximetría de pulso por debajo del 92 %.

7. Manejo de choque con cargas de lactato de 20 ml/kg, si lo amerita.

8. Historia clínica y examen físico. Buscar causas y diagnóstico diferencial.

9. Interconsulta con la Unidad de Cirugía: valorar el cuadro como quirúrgico o no


quirúrgico. (Turner, 2018)

TRATAMIENTO QUIRURGICO. –

El tratamiento quirúrgico del abdomen agudo depende de la patología subyacente y de


la gravedad del paciente a continuación se describe diferente patologías que
repercuten en el tratamiento quirúrgico de Abdomen Agudo:

 Apendicitis: La apendicectomía laparoscópica o abierta es el tratamiento


estándar para la apendicitis aguda. La técnica laparoscópica se prefiere en
pacientes con obesidad, mujeres en edad fértil y pacientes con complicaciones
como abscesos.
 Diverticulitis: El tratamiento de la diverticulitis aguda no complicada es
principalmente médico. Sin embargo, la cirugía puede ser necesaria en casos
de complicaciones como abscesos, fístulas, perforaciones y obstrucción. La
resección segmentaria del colon con anastomosis primaria es el enfoque
quirúrgico recomendado.
 Coledocolitiasis: La coledocotomía y la exploración biliar son necesarias para la
eliminación de los cálculos biliares que obstruyen el colédoco. La
colecistectomía simultánea se realiza en la mayoría de los casos.
 Pancreatitis aguda: El tratamiento quirúrgico se reserva para casos de necrosis
pancreática infectada, abscesos pancreáticos y pseudoquistes infectados. La
necrosectomía percutánea guiada por tomografía computarizada es el
tratamiento inicial, pero la cirugía puede ser necesaria en casos de fracaso del
tratamiento médico.
 Obstrucción intestinal: La cirugía se indica en casos de obstrucción intestinal
mecánica completa o estrangulada. El tipo de procedimiento depende de la
causa subyacente de la obstrucción, pero la resección del segmento afectado
del intestino con anastomosis primaria es el tratamiento estándar.
 Peritonitis secundaria a perforación de víscera hueca: El tratamiento quirúrgico
consiste en la reparación de la perforación y la realización de lavado peritoneal.
 Íleo mecánico: en caso de obstrucción intestinal mecánica, se debe realizar
una intervención quirúrgica para desobstruir el intestino y eliminar la causa de
la obstrucción. Dependiendo del sitio y la causa de la obstrucción, se puede
realizar una enterotomía, una enterectomia o una resección intestinal.
 Íleo paralítico: en el caso de íleo paralítico, el tratamiento se enfoca en la
corrección de la causa subyacente. En algunos casos, como la peritonitis o el
volvulus, puede ser necesario realizar una cirugía para tratar la causa
subyacente. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el tratamiento es médico
y se basa en la corrección de la hipovolemia, la acidosis y el desequilibrio
electrolítico.
 Colecistitis aguda: la colecistitis aguda se trata mediante una colecistectomía,
que puede ser laparoscópica o abierta, dependiendo de la gravedad de la
enfermedad y de la experiencia del cirujano.
 Isquemia mesentérica: en el caso de isquemia mesentérica, el tratamiento es
quirúrgico y depende de la causa subyacente. En algunos casos, como la
embolia o la trombosis arterial, se puede realizar una embolectomía o una
trombectomía para restaurar el flujo sanguíneo. En otros casos, como la
obstrucción mesentérica o la isquemia venosa, se puede realizar una resección
intestinal o una trombectomía venosa.
 Hernias estranguladas: son hernias que han perdido su riego sanguíneo y
requieren tratamiento quirúrgico urgente para evitar la necrosis del tejido
herniado.
 Hernias incarceradas: son aquellas hernias que no pueden ser reducidas a la
cavidad abdominal y requieren tratamiento quirúrgico urgente para evitar la
estrangulación.
 Hernias irreductibles: son aquellas hernias que no pueden ser reducidas a la
cavidad abdominal y no presentan complicaciones agudas. El tratamiento
quirúrgico se realiza en casos seleccionados, como en presencia de síntomas
significativos o en pacientes con alto riesgo de complicaciones.
 Hernias recidivantes: son hernias que reaparecen después de una cirugía
previa. El tratamiento quirúrgico dependerá del tipo de hernia y la técnica
quirúrgica previa utilizada (BrunicardI, 2019).

Para el desarrollo de tu investigación, te sugiero algunas variables que podrías


utilizar como independientes y dependientes, así como criterios de inclusión y
exclusión:

Variables independientes:

 Edad del paciente


 Género del paciente
 Comorbilidades (ej: hipertensión, diabetes, obesidad)
 Tiempo de espera para recibir atención médica
 Antecedentes médicos del paciente (ej: cirugías previas, enfermedades
crónicas)
 Tipo de presentación clínica del abdomen agudo (ej: dolor abdominal,
náuseas, vómitos, diarrea)

Variables dependientes:

 Mortalidad del paciente


 Morbilidad del paciente
 Tiempo de estancia en el servicio de emergencias
 Tiempo hasta el diagnóstico definitivo
 Tiempo hasta la intervención quirúrgica
 Satisfacción del paciente con la atención recibida

Criterios de inclusión:

 Pacientes con diagnóstico de abdomen agudo que ingresan al servicio de


emergencias del Seguro Social Universitario
 Pacientes de cualquier edad y género
 Pacientes que brinden su consentimiento para participar en el estudio

Criterios de exclusión:

 Pacientes con diagnóstico previo de enfermedad abdominal crónica


 Pacientes con contraindicaciones para ciertas intervenciones médicas
 Pacientes que no brinden su consentimiento para participar en el estudio

Es importante que revises y adaptes estos criterios a la realidad del Seguro


Social Universitario y a las características de tu estudio. Además, te recomiendo
que consultes con expertos en el tema para asegurarte de que tu investigación
cumpla con los estándares éticos y metodológicos adecuados.

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