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“LA CIENCIA COMO PRÁCTICA SOCIAL: BASES PARA SITUAR EL EXAMEN DEL PROCESO DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN

SENTIDO PLENO”
A investigar se aprende investigando  aspecto no transferible de la lógica y el método de la ciencia. La investigación
tiene una buena cuota de arte: es un saber que se aprende y se adquiere al lado de maestros (investigadores ya
formados), imitando modelos y poniéndose en la tarea protagónica de la investigación. La investigación implica
creatividad.
Función de la metodología de la investigación científica: extraer y hacer explícitos ciertos componentes del proceder que
rige la investigación científica. Aun cuando no todo el proceder implícito en esa práctica pueda tornarse explícito, y,
aceptado que ese conocimiento no saldrá ni sustituirá el saber hacer investigación (que se adquiere de modo
protagónico), el análisis del método de la ciencia resulta redituable para quien se ponga en la tarea de realizar un trabajo
de investigación.
Método de la investigación científica: plan de acción, secuencia de pasos para producir conocimiento científico.
La ciencia irrumpió en la cultura sin detenerse a examinar estrictamente cuáles eran los métodos que usaba. Una vez que
el camino se fue trazando, conforme la práctica científica se consolidaba, fue posible retornar sobre la senda recorrida e
interrogarse sobre sus peculiares características. Esa reflexión retrospectiva sobre el método de la ciencia dio lugar
progresivamente a una nueva disciplina, la metodología de la investigación científica.
- Su función sería identificar ciertas regularidades, ciertos comportamientos invariantes en la forma de producción del
conocimiento científico, con el objetivo de transferirlas y tornarlas explícitas.
- No es una disciplina normativa o prescriptiva, encargada de legislar y sancionar el quehacer científico, sino una disciplina
reconstructiva, ya que retorna sobre una práctica una vez que esa práctica está consumada.
o Contribuye a la toma de conciencia de los procesos y las lógicas subyacentes a un cierto saber hacer.
o Permite revisar críticamente esa práctica, de modo tal que no sólo se extrae un conocimiento que está en sí (implícito
o de hecho) para transformarlo en conocimiento para sí (explícito o de derecho), sino que además crea condiciones para
expandir, optimizar o mejorar el saber práctico.
- Dado que se ocupa de una de las formas más ricas y complejas de la producción de conocimiento, se transforma en una
disciplina clave de las ciencias cognitivas. La cognición científica brindaría claves de intelección de todas las formas de la
cognición humana.
Metodología de la investigación científica = disciplina encargada de examinar las condiciones de posibilidad de la práctica
científica, en sus múltiples dimensiones. Se integra con un conjunto de disciplinas asociadas que permiten trascender las
meras cuestiones “procedimentales” para avanzar en la comprensión más holística del quehacer científico.
Existe la posibilidad de hablar del método de la ciencia que, como método general, se diferencia de las técnicas
particulares con que cada disciplina se aproxima a su objeto de estudio. El concepto de método de investigación científica
se aplica a los procedimientos invariantes que se siguen para producir cualquier conocimiento que forme parte de la
ciencia. Las diversas ciencias comparten dos dimensiones metodológicas esenciales:
- Vocación de descubrimiento de nuevas formas de expresión o interpretación (como el arte);
- Esfuerzo de validación o de legitimación (como la religión).
La ciencia como práctica social y su producto, el conocimiento científico, pueden ser examinados atendiendo a sus
condiciones de posibilidad, en múltiples dimensiones:
- Condiciones histórico-sociales: determinaciones históricas, económicas, políticas y culturales que han hecho posible la
aparición de la ciencia, de las que derivan su funcionalidad y racionalidad en esos específicos contextos sociales 
Sociología de la ciencia.
- Condiciones institucionales: prácticas propiamente científicas, el modus operando de la producción y reproducción de la
actividad científica en las sociedades contemporáneas y concomitantemente la posición subjetiva que esas prácticas
promueven  Antropología de la ciencia.
- Condiciones lógico-inferenciales: operaciones lógico-formales invariantes involucradas en las diversas fases del proceso
de investigación  Lógica de la investigación científica.
- Condiciones cognitivo-epistemológicas: compromisos ontológicos, gnoseológicos y filosóficos que están implicados en
la producción del conocimiento científico  Filosofía de la ciencia.
- Condiciones operatorio-procedimentales: cánones metodológicos que se han ido consolidando como buenas prácticas,
validadas, en el marco de comunidades disciplinares o científico-profesionales  Metodología de la investigación
científica en sentido restringido.
Todas estas dimensiones se integran en esa única realidad compleja y plurideterminada que llamamos práctica científica.
Condiciones contextuales de realización de la investigación:
- Condiciones histórico-sociales. El contexto más amplio es el histórico-social, la sociedad en su conjunto, un conjunto de
prácticas que signan la vida social, al servicio de su recurrente reproducción. En todas aquellas sociedades que vieron
nacer la práctica científica se reconoce una organización social altamente diferenciada y diversificada. Ese contexto social
produce representaciones y valoraciones asociadas a esa praxis dominante. Siempre es posible reconocer posiciones y
valores hegemónicos, en el mismo sentido en que se reconocen grupos e instituciones hegemónicas al interior de ellas.
Estas representaciones dominantes suelen impregnar el pensamiento de una época, y oficiar de metáforas y modelos para
la creación científica. Cada época histórica y cada posicionamiento social en esa época histórica hace emerger cierto tipo
de problemas y cierto tipo de modelos para responder a ellos. (≠ concepción ahistórica y universal de la ciencia: la ciencia
sería la práctica más globalizada de nuestras sociedades contemporáneas y la globalización consistiría en la globalización
de la razón o el método científico). Son las grandes metrópolis las que marcan el curso de la ciencia hegemónica a nivel
mundial, no sólo manejan la mayor cantidad de fondos destinados a investigación, sino que sitúan el alcance, la naturaleza
y los modos de plantear los problemas y los asuntos a investigar. Estos contextos más amplios son los que operan en el
núcleo de los problemas que orientan la producción científica. La necesidad de examinar la historia externa de la ciencia
se torna clave a la hora de comprender su historia interna, la historia externa no es externa a los productos y las prácticas
de la misma ciencia, es allí donde abrevan los modelos de base, las metáforas que iluminan los contenidos de lo que
puede o no ser pensado, problematizado o producido en cierto momento histórico.
- Condiciones institucionales. El contexto institucional no sólo está inmerso e impregnado por el contexto social más
amplio, sino que además esos ámbitos científicos impregnan e impactan en los contextos sociales; hay una mutua
determinación. La ciencia instituye y promueve valores y modela representaciones sociales en múltiples ámbitos de la
vida humana. En las sociedades contemporáneas, los conocimientos y los modelos que desarrolla la ciencia retornan sobre
las comunidades como mitologías arropadas con lenguaje tipo-científico (Moscovisi). Actualmente, diversas instituciones
del Estado y de la Sociedad Civil participan en la producción y gestión de la ciencia y la tecnología. Son esos ámbitos los
que legitiman la producción científica, y son también esos contextos los que nuclear y consagran a las comunidades de
investigadores; se trata de comunidades constituidas por su adhesión a marcos epistémicos y prácticas científicas
comunes. Cuando alguien se integra a un trabajo de investigación e inserta necesariamente en un cierto contexto
institucional y en ciertas tradiciones disciplinarias. Se trata de una microcultura investigativa que impregna su discurso, el
tipo de autores y fuentes a las que se apela, las escuelas y las tradiciones que serán aceptadas o rechazadas, el tipo de
estrategias empíricas que se aceptarán como válidas. Estas constricciones conformarán la concepción de la ciencia que
nutrirán en concreto las prácticas del investigador, qué y cómo se investiga es absolutamente solidario a dónde y para qué
fines se investiga. Esta toma de posición hace que las comunidades de investigadores se vean en la recurrente tarea de
validar y defender sus modelos y sus hallazgos frente a los modelos y hallazgos de otras comunidades científicas. Un
conocimiento científico alcanza el valor de tal sólo si es consagrado al interior de alguna comunidad de investigadores, y
será consagrado si se apoya en modelos y representaciones pregnantes y aceptables para la comunidad científica que lo
decepciona. La cultura científica puede ser caracterizada por cierto tipo de “rituales” de consagración de sus miembros y
por específicas modalidades de preservación de sus tradiciones. La ciencia se produce y reproduce a través de la escritura,
esta no es un aditamento del conocimiento científico, sino su medio natural de existencia. En la vida de las comunidades
disciplinarias, los conocimientos existen a través de su difusión escrita.
La práctica investigativa es un proceso productivo que arroja un determinado producto: el conocimiento científico. El
proceso de investigación como proceso productivo tiene dos dimensiones:
- Dimensión procedimental
- Dimensión lógico-inferencial
El producto que arroja el proceso como conocimiento científico involucra:
- La asunción de compromisos ontológicos (modelos y macro-modelos que lo guían y que promueve).
- Presupuestos epistemológicos de los que parte.
El conocimiento científico trata sobre las regularidades que presentan los hechos o fenómenos investigados. Se interesa
sólo por las regularidades a las que puede atribuir carácter necesario, integrando esas regularidades fácticas en un cuerpo
teórico del que se pueda derivar su necesariedad de derecho. Se asume sólo a modo hipotético, adoptándose una actitud
precautoria ante las presuntas regularidades, que se dirime en el terreno de la constatación empírica, se requiere producir
evidencia que ilumine la adecuación de las hipótesis en el marco de alguna experiencia constatable. La evidencia
constatada debe tener carácter comunitario o público, debe poder ser reproducida por cualquier otro investigador.
De la regla pueden derivarse predicciones que permitirán testearla o evaluarla. Esa evidencia resulta de ciertos
procedimientos llevados a cabo por el investigador, los hechos son producidos por ciertas operaciones que realiza el
investigador sobre alguna región del mundo real. No se trata de una realidad que se captura de modo directo, sino que la
evidencia científica resulta de ciertas operaciones que recortan, definen o constituyen esa experiencia o evidencia. Estas
operaciones se integran con modelos teóricos que trascienden los meros hechos; según Kant, el investigador encuentra en
la experiencia lo que antes ha puesto en ella (sus modelos, expresados en las operaciones por medio de las cuales los
hechos son producidos o leídos): de allí que pueda luego interpretar los resultados como si se hubieran deducido de esos
modelos y teorías adscribiéndole en ese marco su carácter necesario. Por esto, las operaciones que se realizan para
obtener la experiencia deben poder ser comunicables, deben tener carácter público, sujeto a la revisión y a la crítica,
deben poder ser replicables o reproducibles, inteligibles para cualquier sujeto que acceda a ese código operacional
(porque esas operaciones deben integrarse coherente y sistemáticamente con el cuerpo teórico que ilumina tanto la
búsqueda como las respuestas encontradas).
Existe una contradicción entre la doble exigencia del conocimiento científico: los hechos son siempre experiencias
particulares, en el aquí y ahora, mientras que la postulación de regularidades necesarias se refiere a un universal
atemporal.
Para la tradición dialéctica, el único camino que resuelve la aparente contradicción es el de la historia formativa, por
medio de la cual el sujeto cognoscente y el objeto a conocer no son dos realidades opuestas y enfrentadas que deben
encontrarse sino dos momentos en una historia común compartida. Los modelos que organizan la experiencia cognitiva
son resultados de la praxis o la historia vital o social; estos modelos no son arbitrarios sino que tienen la misma
racionalidad que esa historia formativa. Las formas y contenidos de nuestro intelecto han sido moldeados por la historia
de nuestra vida social. La naturaleza de los problemas que podamos plantearnos (y los modelos y teorías que tengamos
para resolverlos) surgen de esa historia, y no pueden ir más allá de ella.  La objetividad no está fuera del sujeto sino
también en él, como su razón constitutiva y formativa.
El proceso productor de conocimiento científico se desarrolla en el tiempo e involucra un conjunto de actividades o tareas
que son los medios para alcanzar aquel producto. Existirían 4 escalas de desarrollo de la actividad científica:
- Escala de desarrollo de toda una disciplina científica (ESCALA MACRO). La disciplina irá madurando en la misma medida
que madure su objeto y sus metódicas de investigación.
- Escala de desarrollo de líneas, escuelas u orientaciones disciplinares, subniveles que surgen conforme se transforma o
especifica cada una de las disciplinas científicas.
- Escala de desarrollo de programas de investigación científica (ESCALA MESO). Dan marco y contienen a diversos
proyectos o actividades de investigación más específicos. Se organizan en torno a núcleos problemáticos referenciados en
marcos epistémicos y conceptuales propios de cada programa. Las comunidades de investigadores trabajan usualmente
en torno a programas de investigación.
- Escala de ejecución de planes o proyectos de investigación (ESCALA MICRO). Es la que resulta más tangible para una
descripción de los procedimientos involucrados en su desarrollo. Se refiere a un proceso de investigación vinculado a
problemas acotados, cuyo tratamiento puede ser planificado en algún grado, temporalmente circunscripto y con objetivos
mensurables y evaluables al final de ese proceso. Por lo general, los cánones metodológicos se estipulan para esta escala
de proceso, debido a que en ella resulta posible precisar una serie de actividades invariantes.
Desde una perspectiva histórica, en el origen de toda práctica científica hay un tronco común que la emparenta de modo
inmediato con la reflexión filosófica y de modo más arcaico con el pensamiento mágico-religioso. Una vez que ingresamos
al terreno propiamente científico el desarrollo da lugar a bifurcaciones de muy diverso tenor, siendo cada una de esas
bifurcaciones expresión de escuelas u orientaciones en que se van especificando disciplinas originarias. .
Kuhn  No se puede hablar de progreso sino sólo de cambio de paradigmas, el paso de un paradigma a otro no implica
avance en algún sentido.
Para Popper y Lakatos, la ciencia se desarrolla en base a transformaciones superadoras. Lakatos  concepción evolutivo-
progresiva de la ciencia, basada en la competencia entre programas de investigación científica. Cuando un programa
supera a otro se produce un avance científico, el nuevo programa da respuesta a los problemas que resolvía el programa
anterior, junto con otros problemas que su antecesor no podía resolver.
Muchas veces el éxito de esos hitos superadores sólo puede advertirse retrospectivamente. El impacto de los modelos se
mide por el desarrollo de la ciencia que los sucede, según sea la proliferación de líneas de investigación que se inscribe en
ese paradigma originario. Como en todo proceso evolutivo, la aparición de nuevas concepciones no implica
necesariamente la desaparición de las formas originarias.
Ciclo del proceso de investigación a escala micro o de proyectos
Esta escala permite datar de manera más o menos tangible un comienzo del trabajo y también un cierto fin o conclusión,
aun cuando se asuma que ese cierre es sólo un punto de partida para nuevos ciclos del proceso. Los interrogantes son
precisos, los objetivos acotados, y el trabajo en su conjunto se organiza en torno a ellos.
Hay que distinguir entre el momento de la planificación de un trabajo de investigación (que se materializa en la escritura
de un proyecto o plan de investigación), del momento de su ejecución o realización. Esa ejecución a su vez debe
diferenciarse del momento de exposición de la investigación, que se materializa en diferentes tipos de escritos científicos.
La presentación escrita (sea como planificación de un trabajo por hacer o como exposición de un trabajo ya realizado)
suele seguir una linealidad secuencial que no necesariamente se corresponde con la que se observa en el desarrollo real
de una investigación.
Las acciones que se cumplen en la prosecución de la investigación están al servicio de determinadas funciones y tienen
específicos fines en la dirección de la realización de esa investigación (lógica subyacente en la perspectiva global del
proceso). Examinar los fines y funciones implica reflexionar sobre la naturaleza total del proceso, no es posible identificar
el fin de una acción sin tener presente el contexto global al que esa acción sirve y del que se deriva su finalidad.
El proceso de investigación en su escala micro puede ser concebido como un movimiento que se realiza en un ciclo de
tres grandes fases.
FASE 1: SINCRÉTICA O IDEATORIA. Función: precisar conceptual y teóricamente el objeto de investigación.
Aunque es posible indicar el momento en que comienza a ejecutarse un proyecto de investigación, no es posible datar el
comienzo de la investigación en el decurso de la vida de un investigador. Los temas y las preguntas que organizan una
búsqueda se gestan en un largo proceso que involucra la práctica profesional o la propia actividad de investigación.
También influyen su ideología, el tipo de inserción social que tiene, la época y el lugar en el que vive y hasta su propia vida
inconciente, pues comprometen las inclinaciones, intereses y finalmente el enfoque que adopta una investigación.
En la mayoría de los casos, el investigador comienza desde presunciones muy preliminares que pueden estar más
próximas a intuiciones que a genuinas conceptualizaciones. La tarea de delinear y precisar problemas e hipótesis de
investigación demanda un progresivo trabajo de “revelado”, un proceso que va desde imágenes difusas y relativamente
imprecisas hacia crecientes grados de comprensión que culminará con una genuina conceptualización y encuadre del
tema.
Frecuentemente las preguntas surgen en el marco de hallazgos que se presentan en la propia práctica investigativa o
profesional. Esas situaciones inspiradoras no son estrictamente ni teoría pura ni empiria pura. Esas experiencias están ya
configuradas, delineadas, precisadas como resultado de una cierta concepción (y cierta práctica) que las hace pensables y
concebibles como tales asuntos investigables, aún cuando todavía no constituyen estrictamente hablando asuntos
operacionalizables, formulables como genuinos problemas a investigar. Son experiencias “conceptoempíricas”. Puede
suceder que el investigador intuya o perciba por dónde hay que buscar nuevas respuestas, pero sin poder dar cuenta
acabada de esos caminos. Tendrá entonces la tarea de precisar aquello que intuye procurando ponerlo en conceptos,
organizándolo conforme a alguna aproximación fundamentada en antecedentes y marcos teóricos ya validados.
La riqueza de su formación disciplinar y su capacidad de exportar e importar modelos de un campo a otro serán las
herramientas (o la heurística) que guiará su búsqueda y su progresiva comprensión del tema. Su propio enfoque irá
madurando por medio de un ejercicio en el que confluyen sus percepciones intuitivas, sus modelos y tradiciones
disponibles, y el entramado de conceptualizaciones que le permiten justificar su modo de aproximación al tema. Este
entramado conceptual es algo más que referencia a otros modelos, tiene la función de situar finalmente la pertinencia de
las preguntas que se hace y de las posiciones que adopta para responder a ellas. Estos movimientos suponen un recorrido
que va desde el método de la tenacidad (intuiciones que surgen espontáneamente), pasando por el método de la
tradición (evocación de modelos y antecedentes que han abordado temas afines y que se consagran como casos modelo
al interior de una comunidad disciplinar), hasta alcanzar el método de la reflexión (cuando el enfoque adoptado se puede
ir ajustando, precisando y fundamentando por referencia a conceptos o a cuerpos teóricos ya consagrados).
El paso al método de la eficacia o de la ciencia supone proyectar esas aproximaciones preliminares en un núcleo de
problemas y de hipótesis potencialmente traducibles al lenguaje empírico. Problemas e hipótesis constituyen lo nuclear de
esta fase, de ellos se deriva toda la investigación.
- PROBLEMAS. Preguntas guía que organizan toda la investigación, que se desarrolla con el fin de responderlas. Es una
laguna cognitiva en algún aspecto particular del tema elegido.
- HIPÓTESIS (o conjeturas). Respuestas presuntivas a los problemas. También tienen una función organizadora en el
diseño y el desarrollo de la investigación. Aunque no haya hipótesis al comienzo de la investigación, siempre hay
presunciones generales que guían la búsqueda investigativa.
Ambos componentes encierran los núcleos directrices del trabajo: si no se sabe qué se está buscando, aunque sea en
forma muy general, no es posible iniciar ninguna actividad investigativa. Aun cuando constituyen los puntos de partida de
la investigación, se puede volver a ellos para revisarlos y precisarlos a medida que avanza el trabajo.
Problemas e hipótesis están flanqueados por otros dos componentes que se integran en ellos: los marcos conceptuales y
las tradiciones de referencia de un lado, y los objetivos o productos que se espera alcanzar para responder a los
problemas.
Las preguntas que contienen los problemas son subsidiarias a ciertas posiciones teóricas y ciertas tradiciones a las que
investiga el investigador, surgen de esos marcos y de esas tradiciones. Son ellas las que validan y justifican su formulación
y son ellas las que ofrecerán también modelos para su abordaje empírico.
De los problemas planteados se derivan a su vez los resultados o productos que se deberán obtener para contestar a ellos,
para iluminar las hipótesis. En el momento de la planificación de la investigación, estos resultados se expresan como
objetivos. Estos adquieren un valor estratégico, especialmente si el proyecto será financiado o reconocido por alguna
instancia institucional: en tanto productos o resultados a alcanzar, serán la constancia material de lo que se ha hecho en la
investigación.
Intuiciones  tradiciones  conceptualizaciones

Problemas
Modelos y tradiciones Objetivos
de referencia
Hipótesis

FASE 2: ANALÍTICA O DE DIFERENCIACIÓN. Función: identificar y diferenciar los componentes en que se desagrega el
objeto, las relaciones que se postulan entre ellos, así como las estrategias para su abordaje empírico.
Una vez definidos conceptualmente los núcleos de la investigación, se trata de definir y adoptar una estrategia empírica.
En verdad, el modo en que fueron planteados los problemas, el enfoque adoptado en las hipótesis o conjeturas, delinea
ya una estrategia empírica, que se irá ampliando y precisando a lo largo de la fase 2. Aquí se especificará la naturaleza de
los datos a obtener y el modo de obtenerlos.
La estrategia puede estar diseñada para testear hipótesis cuando ellas estén disponibles o para construirlas cuando ellas
no han sido estrictamente formuladas. En el caso de investigaciones que disponen de genuinas hipótesis al comienzo de
su desarrollo, es esperable que de esas hipótesis generales se deriven predicciones particulares al modo de hipótesis de
trabajo, que tendrán una clara orientación empírica, con un lenguaje más claramente traducible en operaciones que
permitan evaluar en la realidad un cierto estado de cosas. Las hipótesis de trabajo constituyen la interfaz entre la fase
sincrética y la fase analítica.
Esta fase se define como analítica en referencia a la actividad de desagregación o diferenciación que supone el lenguaje
empírico o de datos. El paso al tratamiento empírico supondrá diferenciar las partes componentes del asunto a investigar:
¿qué tipo de entidades deben analizarse, en qué aspectos, por medio de qué procedimientos? Todas estas cuestiones
están involucradas en la construcción de la base empírica de una investigación, aunque deberán ser coherentes (y
derivarse de) con las definiciones conceptuales que se han asumido en la fase anterior. Se refieren al diseño de las
matrices de datos y a la implementación operativa para la obtención de datos (diseño de instrumentos y definiciones
muestrales).
Existe una íntima relación entre el tipo de datos que se va a producir (matrices) y el modo a partir de los cuales se los va a
producir (implementación operativa). Generalmente los investigadores piensan sus datos directamente vinculados a los
instrumentos, las muestras y los contextos en que van a producirlos.
Las decisiones adoptadas en esta fase y la precedente dejarán su traza en la naturaleza de los datos que finalmente se
obtengan y definirán el diseño de la investigación. La clausura de esta fase se alcanza con la producción de datos. La
información producida constituye la interfaz entre esta fase y la siguiente, dedicada al análisis y la síntesis de los
resultados alcanzados.

Conceptualizaciones a operacionalizaciones

Matrices de datos

Hipótesis de trabajo Producción de datos

Implementación
operativa

FASE 3: SINTÉTICA O DE REINTEGRACIÓN. Función: integrar los componentes del objeto, restituir la unidad diseccionada
previamente.
Una vez que los datos son producidos se requiere su tratamiento y análisis. Tratar datos implica sintetizar, reducir la
información para hacerla abordable e interpretable en el marco de la teoría y los modelos que permitirán darle un nuevo
sentido: responder los problemas, iluminar las hipótesis. En esta fase se reintegra lo que había sido diferenciado y
separado en la fase analítica, teoría y empiria vuelven a ser dimensiones indisociables en el tratamiento e interpretación
de datos. El fin será restituir la unidad del objeto, lo que deseablemente dará lugar a una comprensión más rica y
profunda del tema. Y supondrá también algún tipo de remodelización más o menos creativa e innovadora según sea el
alcance de la investigación.
La modalidad peculiar que tenga el tratamiento de datos dependerá del diseño de investigación adoptado.
Producción a interpretación de datos
Tratamiento
Datos Nuevo objeto
Interpretación

Los resultados alcanzados constituyen a su vez hallazgos que abren nuevos modos de situar o precisar los problemas y las
hipótesis en el tratamiento de un cierto tema. Toda interpretación de datos, además de ofrecer nuevos sentidos o nuevas
lecturas sobre un tema, deja paso a nuevos interrogantes.

No se plantea una secuencia lineal entre estas fases. Aunque postulamos cierta relación de anterioridad entre la primera y
la segunda, también prevemos la posibilidad de avances y retornos entre ellas.
La tercera fase sintetiza los componentes teóricos dominantes en la fase 1 con los hallazgos empíricos propios de la fase 2.
Esta síntesis arroja como resultado una nueva concepción del objeto de investigación, un nuevo discurso sobre el modo de
concebir, interpretar, explicar o comprender un cierto fenómeno. Esa nueva comprensión abre también nuevas preguntas
y nuevas conjeturas, la que sientan las bases para volver a abordarlo reinaugurando un nuevo ciclo de investigación.
Los modelos o analogías de base están operando tácita o explícitamente en todo el recorrido del proceso. Desde las
hipótesis sustantivas de la investigación hasta la elección de una estrategia empírica, la selección de indicadores o la
interpretación de resultados abrevan en modelos que surgen de muy diversas fuentes. Las preferencias estéticas, la
adhesión a ciertas tradiciones, la aceptación de ciertos principios o el reconocimiento de determinada evidencia empírica,
operan en el complejo proceso de la producción cognitiva científica.
El proceso de investigación se desarrolla como un progresivo y recurrente esfuerzo de validación de distintos tipos de
hipótesis, validación apoyada en diferentes maneras de modelizar el objeto de investigación. En cada paso de ese proceso
el investigador toma decisiones que comprometen todo el desarrollo de su trabajo, que deberán estar justificadas en cada
caso mostrando bajo qué supuestos, a partir de qué concepciones cada una de ellas resulta adecuada y válida. Ese asunto
de la validación no se dirime sólo en la aplicación de ciertas técnicas que contribuyan a mostrar que lo que uno ha hechos
es metodológicamente correcto. Se trata también de hacerlo conforme a modelos que resulten pregnantes y aceptables
para el entorno investigativo en que ese investigador se mueve.
El proceso de investigación puede comprenderse como un movimiento que oscila entre un momento creativo y abierto
(que conduce al investigador a resolver decidir en cada paso una estrategia a seguir) y un momento más cerrado y
convergente, que lo obliga a justificar la adecuación de la estrategia elegida por referencia a los saberes ya institutitos y a
los modelos y retóricas aceptadas por su comunidad disciplinar.
“PROBLEMATIZAR: EL NUDO ARGUMENTAL DEL PROCESO DE INVESTIGACIÓN”
Problemas e hipótesis constituyen los elementos claves de todo el proceso, pues una investigación se destina a contestar
los problemas planteados y, a partir de ello, a testear o a idear las hipótesis o conjeturas que tentativamente se derivan de
esos problemas. Descubrir e interrogar son dos caras de un mismo proceso investigativo y esta capacidad inquisidora es la
que caracteriza al investigador científico  Investigar es problematizar.
Un problema es toda experiencia de fracaso, limitación, ausencia o inadecuación en aras del logro de un fin. Todo ser que
tiene fines está sujeto a la posibilidad de enfrentar problemas. Los tipos de problemas varían tanto como varían las
circunstancias vitales de los seres que los protagonizan. Todo problema comporta una dimensión cognoscitiva y una
dimensión práctica o pragmática. Para actuar hay que tomar conocimiento de la situación en que se encuentra uno, por
ende, el conocimiento es función de regulación de la vida: está al servicio de la restitución y preservación de las propias
condiciones vitales.
El ser humano tiene la posibilidad de examinar y revisar los contenidos de la acción, anticiparla discursivamente y operar
con ella representacionalmente. En la medida en que en el orden social las reglas tienen que ser representadas,
aprendidas, rememoradas, aplicadas, los problemas reales pueden transformarse en problemas de conocimiento.
La ciencia como práctica social es una forma muy especial de identificar (o crear) y resolver problemas, novísima en la
humanidad pero de enorme impacto en su desarrollo. Con la ciencia se adviene a las formas más sofisticadas de
objetivación y representación de las reglas que rigen el mundo natural y el mundo social. En el marco de esa práctica los
problemas surgen en el proceso mismo de la construcción del conocimiento.
Los problemas de hecho son aquellos problemas en que la dimensión cognitiva se integra con la dimensión pragmática. Su
solución o superación se reduce a un saber hacer.
Los problemas de conocimiento abren cierto distanciamiento entre la dimensión pragmática y la dimensión cognitiva que
acompaña toda acción. En este caso es posible objetivar la situación problemática de modo tal de hacerla inteligible para
anticipar y revisar posibles soluciones. En toda práctica profesional se presentan problemas de conocimiento ya que cada
nueva situación que se enfrenta exige echar mano al archivo de los conocimientos disponibles. Habrá también alguna
cuota de creatividad, originalidad y eventualmente innovación, al menos por el hecho de que cada situación presentará
desafíos singulares, cuyo tratamiento no se reducirá nunca a una mera aplicación de lo ya sabido.
Los problemas de conocimiento científico surgen en el marco de una reflexión o un trabajo estrictamente científico. No se
trata sólo de revisar y aplicar los conocimientos disponibles examinando las características específicas que presenta una
cierta situación problema, sino de realizar esas indagaciones con la pretensión de alcanzar algún grado de generalización
en los conocimientos alcanzados o de revisar los conocimientos disponibles. Estos problemas impactan en el cuerpo de un
conocimiento disciplinario para hacerlo crecer, consolidarlo o eventualmente abrir nuevos rumbos de desarrollo teórico o
técnico.
En el inicio del trabajo de investigación se dispone de representaciones muy generales acerca de lo que se propone
investigar, que sólo progresivamente se irán transformando en genuinos asuntos de investigación. La primera tarea se
encamina entonces a focalizar o precisar el objeto (tema) a investigar; en ese camino el ejercicio de la formulación de
problemas suele ser uno de los primeros desafíos. Dedicar tiempo a la selección y formulación de los problemas
contribuye a precisar el asunto que se quiere investigar y además esa formulación preanuncia los caminos y el enfoque a
sumir en la investigación. Un mismo campo temático puede encerrar infinidad de enfoques, temas y problemas de
investigación, por eso es necesario distinguir unos de otros.
Es necesario explicitar qué asunto, y en especial qué problemas se derivan de esos temas. A partir de ese ejercicio de
explicitación comienzan a emerger los implícitos teóricos que por lo general en un primer momento constituyen una
constelación difusa de intereses e ideas, como así también los potenciales escenarios o situaciones empíricas que harán
posible la contrastación o el abordaje positivo de ese asunto de investigación. La tarea que está en la base de la
delimitación conceptual podría ser definida como ejercicio de especificación: deslindar aquello que compete
estrictamente al campo de abordaje elegido, revisando con detenimiento la terminología que se va a utilizar.
El problema deberá delimitarse también en tiempo y espacio. La especificación espacio-temporal podría ser considerada
como la especificación de aplicación concreta del dónde y cuándo se trata de evaluar el problema de investigación. Esta
especificación se vincula con la distinción entre hipótesis sustantivas (enuncia la tesis general) e hipótesis de trabajo
(especifica la tesis general en términos de aplicación y períodos de cobertura). La hipótesis de trabajo es la delimitación
del caso o el particular en que se estudiará y contrastará la hipótesis sustantiva.
La investigación científica está motivada por la búsqueda de respuesta a un tipo peculiar de problemas, que se formulan
en base a dos criterios:
- Criterios sustantivos: características que hacen a la naturaleza misma de los problemas de investigación (podrían
definirse también como criterios de pertenencia).
oLa respuesta al problema debe arrojar como resultado un conocimiento científico no disponible previamente.
oEl problema debe formularse de modo que pueda ser contestado en el marco de una experiencia posible (tiene que
ser contrastable o evaluable empíricamente).
oEl problema debe resultar relevante en el marco de problemas o desafíos de conocimiento derivables, integrables o
eventualmente cuestionadores de algún cuerpo de conocimiento teóricamente fundado.
oNO:
 Preguntas que impliquen juicios de valor
 Preguntas de información o falsas preguntas (se las puede contestar accediendo a información disponible o se
formulan sobre la base de una certeza tautológica)
 Preguntas que apuntan a la intervención práctica (la respuesta a la pregunta es una acción o plan de acción en
lugar de un conocimiento)
 Preguntas filosóficas (no exigen para resolverse la contrastación empírica, su objeto son los conceptos
 Preguntas que contienen supuestos sobre escenarios o situaciones no accesibles, no controlables o no
manipulables por la investigación.
oNo hay temáticas que sean científicas y otras no científicas, sino que hay formas de plantear los temas y problemas
conforme a los cánones accesibles al tratamiento científico (y formas de plantearlos que los hacen inabordables
mediante la investigación científica).
oUna pregunta de investigación pertinente deberá estar formulada de tal forma que resulte posible su posterior
contrastación empírica (debe ser posible derivar de ella una experiencia, un escenario o situación observable en que
pueda ser abordada a la luz de los hechos que quieren conocerse) y debe prever como respuesta esperable algún tipo
de conocimiento científico no disponible antes.
- Criterios formales
oDesagregación del problema de investigación. Los problemas de investigación científica constituyen en general una
constelación de preguntas vinculadas entre sí que conforman un campo problemático. Es útil y deseable explicitar y
desagregar esas vinculaciones a los efectos de aclarar cómo se vinculan unas con otras, identificar preguntas generales
y derivar de ellas preguntas particulares que son las que guiarán oportunamente el abordaje empírico.
oClaridad en la formulación de las preguntas: precisión (que la pregunta permitan interpretar sin ambigüedades el
alcance de lo que está formulando en ella) y concisión. En general el nivel de claridad de la pregunta es proporcional al
nivel de conceptualización de la misma: los términos utilizados tienen una claridad proporcional a la carga teórica del
marco del que se derivan. Todo concepto es resultante de una historia constructiva al interior de una práctica
científico-profesional, condensa en él un cuerpo teórico, presupone un contexto de significación a partir del cual se
define y comprende su alcance. Por ello, cuando se los utiliza en el desarrollo de la investigación empírica debe existir
una explícita referencia a dicho contexto, presuponiéndose una interpretación unívoca.
oCualidades de factibilidad: aspectos vinculados a los recursos materiales y temporales con los que cuenta la
investigación. La pregunta de investigación, por contener en germen el destino de toda la investigación, debe prever
en su formulación los requerimientos materiales, humanos y temporales que se requieren para su resolución, lo cual
dignifica decir que debe ser factible su tratamiento. La factibilidad no puede determinarse de manera absoluta, estará
siempre vinculada a las posibilidades concretas con que cuenta el equipo de investigación. Se vincula a las condiciones
de realización de una investigación, que están siempre biográfica e institucionalmente situadas.
“SOBRE MODELOS, CONJETURAS Y PREDICCIONES EN EL PROCESO DE LA INVESTIGACIÓN”
Investigar es interrogar la experiencia para ir más allá de ella. La ciencia es asunto de imaginación porque sólo podemos
interrogar de la mano de modelos que organizan eso que llamamos experiencia. Aun la mera observación es activa. Según
Kant, hay una implicación subjetiva en la construcción de la objetividad (“la razón sólo ve lo que ella misma produce
previamente, según sus propios planes”). Comprender el mundo es modelarlo por referencia a imágenes, que son
generadas y generadoras a su vez de los esquemas de acción. Investigar es modelizar, imaginar y traducir esos modelos e
imágenes en planes o esquemas de acción que permitan modelar los hechos. En la investigación científica se trata de
interpretar los hechos de modo tal de averiguar si los modelos asumidos se condicen, iluminan, potencian nuestra forma
de entender la experiencia.
La imaginación es hija de la acción (los modelos o imágenes disponibles orientan nuestra acción) y engendra acción.
Para consagrarse como héroe en el terreno científico, se debe iluminar el modelo que se defiende a la luz de la evidencia
empírica. Estas evidencias son sólo trazas cuyo sentido se completa con el cuerpo teórico que las interpreta. Esos modelos
deben mostrarse internamente coherentes y externamente consistentes con elementos identificables empíricamente. Las
pruebas consagratorias de estos héroes se libran en términos de una batalla en la que se pone a prueba la potencia
interpretiva de sus modelos, y la potencia persuasiva de las evidencias que ofrecen para justificarlo.
No cualquier idea, no cualquier evidencia se acepta y se consagra como tal en cualquier época histórica. Porque eso que
llamamos evidencia no es algo que esté allí afuera, sino algo que resulta de algún tipo de enlace que “alguien” debe hacer
y aceptar entre “eso” proveniente de los sentidos y “eso otro” que proviene de la representación o el pensamiento.
Si las ideas y modelos mutan en la historia, si ellas encuentran ecos y resistencias según las épocas, entonces resultará
posible identificar alguna pauta inteligible (alguna racionalidad) en el decurso de esas mutaciones. Esa pauta es
dependiente de la mutación a la que se ve sometida la estructura misma de la acción vital y social.
Tesis de filiación dialéctica: el sujeto cognoscente es resultado de una historia formativa que incluye a la propia realidad a
conocer como condición de su desarrollo. Nuestra mente está implicada en la realidad que conoce en tanto ha sido
engendrada por ella, en tanto es un momento de ella.
Todo acto cognoscitivo tiene su antecedente en experiencias vividas y protagonizadas como experiencias estructurantes y
estructuradas por el mundo real. El sujeto cognoscente es un sujeto histórico en el mismo sentido en que lo es el objeto a
conocer. Con el agregado de que el sujeto cognoscente está forjado por la propia naturaleza del objeto a conocer, y
coevoluciona con él.
Habría que agregar a estas tesis que los seres humanos no sólo disponemos de sistemas sensorios, engendrador por (y por
lo tanto adaptados a la captación del) mundo real; sino que además disponemos de sistemas categoriales y conceptuales
por los cuales objetivamos, tematizamos y recreamos ese mundo real. Las prácticas sociales son las que engendran las
formas de pensamiento más avanzado. Esquemas de acción práctico sociales estructuran esquemas lógico categoriales.
Para que una acción devenga representación se requiere que las propias acciones estén a su vez estructuradas, que se
constituyan en acciones potencialmente repetibles, reproducibles. Para Piaget, la acción se torna potencial engendradora
de intelección si está organizada como esquema: un plan de acción, acción que se integra con representación.
Habría una dialéctica recurrente entre acción y representación. Para conformar un esquema, se requiere que la secuencia
de acciones se organice y se integre como un todo cuyos componentes están interrelacionados y que actúan por
referencia a un fin. Una vez lo que los esquemas de acción se estabilizan se transforman en disposiciones a la acción. Una
vez que hemos actuado sobre el objeto, nuestras futuras percepciones del objeto evocan y suprimen esas acciones. Todo
lo que llamamos conciencia o sentido vivido de la conciencia en el fondo no es más que acción que no llega a concretarse,
acción que se esboza pero se suprime y se conserva como un movimiento ideal, que está en su estructura intencional pero
que no se realiza.
Vico: “Lo puedo conocer porque antes lo he protagonizado.” Y protagonizar significa conquistar, que no es sólo hacer sino
querer hacer, querer volver a hacer, tener el plan de un hacer que primero fue sólo eso pero ahora está en mí como
disposición a hacer.
Los seres humanos no sólo disponemos de estructuras conquistadas por nuestra historia vital, somos principalmente seres
sociales. Nuestras regulaciones intelectivas provienen de esas regulaciones sociales, que pueden incluso modificar nuestro
bagaje natural. Nuestro entorno es fundamentalmente simbólico, se trata de entornos institucionales que se traducen en
objetividades también simbólicas como lo son el lenguaje, el arte o la ciencia. Las instituciones sociales se han ido
modificando a lo largo de los siglos; concomitantemente se ha ido modificando la subjetividad humana, el modo en que se
significa, representa o concibe al ser humano y su relación con el entorno natural y social.
Un objeto no es sólo una materialidad que se aprehende y se conquista sensoriomotoramente; es una entidad siempre
dimensionada en una experiencia institucional: es permitido o interdicto normativamente. Todo sistema social es un
sistema regulado (y regulante) de vínculos de reconocimiento entre sujetos y entre sujetos y su mundo objetivo. Este
sistema social engendra los modos de apropiarse (y por lo tanto de representarse) el mundo objetivo.
Toda forma de organización social constituye un hecho objetivo, reconoce algún tipo de racionalidad que fundamenta su
existencia (se muestra capaz de reproducirse conforme a un patrón social eficaz en la suficiente medida en que le permite
perpetuarse, al menos en ese periodo histórico). Entonces, la proyección de su propia estructura en formas intelectivas
resulta también objetiva y racional. Si es cierto que toda forma de organización social encuentra un patrón de estabilidad
que ha hecho posible su permanencia y reproducción, entonces es posible reconocer que ha alcanzado algún grado de
“verdad”, algún grado de racionalidad que lo perpetúa como tal orden u organización  carácter racional y verdadero de
las estructuras cognitivas que no son sólo funcionales a ese orden social sino también inherentemente objetivas.
Samaja ha postulado una secuencia dialéctica entre diversos medios o formas de vida (estructuras típicas en la
organización de la acción), con modos de funcionamiento cognitivo o representacional asociados a ellos. Cada forma de
organización vital y social promueve y se integra con una forma típica de conocimiento.
- Sociedades bioéticas  conocimiento enactivo (percepciones y rituales)
- Sociedades gentilicias  conocimiento narrativo (mitos y religión)
- Sociedades políticas  conocimiento formalizado (logos)
- Sociedades civiles  conocimiento operatorio (ciencia).
Según sea la forma de participar en cada una de esas experiencias vitales, se tendrán distintas respuestas para contestar a
la pregunta ¿qué hay en el mundo? La respuesta depende del dispositivo categorial disponible, que muta conforme
cambian las formas de vida.
La investigación científica está siempre inmersa en modelos más o menos explícitos, que inspiran a su vez el modo de
configurar la experiencia que se observa, se experimenta o se interpreta. Investigar científicamente podría concebirse
como un proceso de modelización y remodelización recurrente que transitan entre diversos registros : modelización
eidética, narrativa, conceptual y operacional. Las relaciones entre ellas no son lineales, más bien se reclaman unas a otras
y se integran de modo complejo a lo largo de todo el proceso de investigación.
Emerge la comprensión cuando se logra mostrar y fundamentar que lo dicho en una descripción puede hacerse
corresponder con los términos de una tautología, de modo tal que lo que sucede en el mundo de los hechos es tan obvio
como obvia nos parece la tautología. Comprendemos una idea cuando podemos proyectarla sobre una experiencia, una
imagen, una concatenación de hechos que nos resultan obvios. Nos resultan obvios porque el modelo en el que se apoyan
está ya admitido por nosotros o puede serlo y además porque en alguna medida podemos protagonizar (o hacer como si
protagonizáramos) las condiciones de experiencia a que remiten eso obvio del modelo.
Vincular ciertos hechos con ciertos otros hechos supone identificar o postural regularidades. Pero vincular experiencias
entre sí supone configurarlas sobre la base de modelos ya disponibles. Y si además se espera que esa vinculación resulte
relevante o conveniente, la modelización que se profesa debe resultar adecuada y eficaz, y eventualmente potenciar y
enriquecer nuestra experiencia. En la investigación científica se valora de modo especial la capacidad para identificar
vínculos novedosos, no intuitivos entre hechos o experiencias, vínculos que descubran relaciones no advertidas o no
triviales.
Para vincular hechos se requiere asumir una cierta regla de vinculación; disponer de la regla es de alguna manera
disponer de un modelo para interpretar los hechos. Las presunciones que se adoptan a la hora de vincular ciertas
experiencias con ciertas otras experiencias son herederas de alguna historia formativa. Es esa historia formativa la que
une al sujeto cognoscente con el objeto a conocer y la que lo lleva a vincular de un modo particular esos hechos entre sí.
No sólo el objeto a conocer sino también el sujeto cognoscente es resultado de una historia formativa que incluye a la
propia realidad a conocer como condición de su desarrollo. Y cuando el investigador propone pautas de intelección de los
hechos y predice en base a ellas lo que espera encontrar, sus modelos han sido resultado precisamente de una historia
que va desde su biografía personal hasta su formación profesional. Cuanto más rica y nutrida resulte esa historia, más rica
y nutrida será la cantera de esos modelos a la que puede echar mano para interpretar e interpelar a la realidad.
Intelección y objetividad dejan así de ser asuntos independientes, para constituirse en dos dimensiones de una única
realidad que se diferencia en la perspectiva de la representación y en la perspectiva de la objetivación.
Los modelos como precursores de las hipótesis y los datos
La investigación científica se caracteriza no sólo por enunciar reglas sino especialmente por trazar vínculos entre esas
regularidades presupuestas y sus potenciales constataciones empíricas. La tradición metodológica ha identificado dos
grandes estrategias a la hora de caracterizar la relación entre enunciados hipotéticos generales y enunciados
observacionales o empíricos:
- Desde la teoría a los datos. Las hipótesis estarían disponibles al inicio del trabajo investigativo, y el proceso avanzaría
derivando de ellas enunciados observacionales como expresión empírica de dichas hipótesis. La expresión empírica de las
hipótesis haría posible la obtención de los datos necesarios para su posterior contrastación o puesta a prueba. Versión
popperiana o falsacionista de la ciencia.
- Desde los datos a la teoría. Las hipótesis se alcanzarían como resultado del trabajo de investigación. El acopio y la
progresiva interpretación de datos marca el proceso por el que emergen las hipótesis. Paradigma cualitativo.
En el marco de una concepción dualista, el primer direccionamiento se concibe guiado por la inferencia deductiva (de
general a particular) mientras que el segundo con la inferencia inductiva (de casos particulares a la regla).
Samara planteó una versión ternaria, según la cual teoría y datos están precedidos por modelos precursores de las
efectivas modelizaciones científicas. Tanto la teoría (trama de hipótesis) como los datos (esquemas de intelección de los
hechos) están implicados en los modelos. No resulta decisivo el problema de las hipótesis o los datos, sino cómo se
derivan ambos de esos modelos. Hipótesis y datos se implican mutuamente, pero se derivan secundariamente de los
modelos asumidos previamente, sea tácita o explícitamente.
Es habitual referirse a esos modelos de modo metafórico, trazando algún tipo de analogía entre el fenómeno que se desea
comprender y algún otro fenómeno ya conocido.
Adoptar un modelo es asumir un compromiso ontológico, asumir una presunción acerca de lo que hay en el mundo y de lo
que entonces se puede esperar de él. Las hipótesis en investigación se derivan de estos compromisos ontológicos
asumidos, que se expresan como regularidades de experiencia.
Disponer de un modelo inspirador no resuelve de manera directa su traducción a una estrategia para el desarrollo de una
investigación científica. Cuando se elaboran los marcos conceptuales y se invocan antecedentes se dejan ver los modelos
que inspiran el trabajo del investigador. Dichos modelos se irán transformando en genuinas conceptualizaciones, a partir
de las cuales surgirán los problemas y las hipótesis. Formular una hipótesis supone seleccionar algunos atributos
resultantes o derivados del modelo asumido y postular algún tipo de vínculo entre ellos. La estructura formal de la
hipótesis puede ser caracterizada como una función de síntesis, por medio de la cual se vinculan experiencias o hechos
entre sí.
A la hora de expresar la modelización bajo el modo de la ciencia, se torna necesario derivar de esos modelos generales
enunciados que permitan identificar discursiva y conceptualmente las regularidades implicadas o presupuestas en esas
modelizaciones. Se requiere además que esos enunciados sobre regularidades presupuestas permitan o bien derivar
predicciones particulares al modo de enunciados observacionales o bien derivar de dichos enunciados observacionales
aquellas regularidades.
Kant propone tres tipos de categorías con las que nuestro intelecto establece relaciones entre hechos de experiencia:
- categorías de atribución: tiene tales propiedades o características
(esquema descriptivo)
- categorías de causación: tiene tales relaciones o determinaciones con bla (esquema explicativo)
- categorías de significación: significa, representa o expresa bla
(esquema interpretativo)
Límites y alcances del MÉTODO HIPOTÉTICO-DEDUCTIVO
POPPER. Los enunciados científicos son inverificables: no se puede demostrar concluyentemente la verdad de los
enunciados universales ni por vía de la razón ni por vía de la experiencia. Es en la experiencia donde hay que buscar el
control del progreso científico (= empirismo), pero, no es la experiencia el punto de partida del conocimiento y la
inducción no es conducente para validar, fundamentar y demostrar concluyentemente un conocimiento científico (=
racionalismo).
Irracionalidad en el descubrimiento, no hay lógica del descubrimiento. No existe un método lógico de tener nuevas ideas
ni una reconstrucción lógica de este proceso. Todo descubrimiento contiene un elemento irracional o una intuición
creadora. El descubrimiento es asunto de generación espontánea reductible a la inventiva e inteligencia del sujeto creador
de hipótesis.
Convencionalidad en la justificación y puesta a prueba. Popper busca erigir un criterio demarcatorio para separar la
ciencia y la metafísica. Rechaza el principio de verificabilidad empírica para reemplazarlo por la noción de corroboración
empírica. Falsacionismo: las leyes de la ciencia no son verificables sino que son falsables, se puede demostrar
empíricamente bajo qué circunstancias concretas resultan falsas, pero no se puede demostrar su verdad. La ciencia
trabaja con verdades hasta cierto punto provisorias; la hipótesis puede ser rechazada apodícticamente pero no verificada
apodícticamente. No es posible postular leyes, lo único que tenemos son hipótesis, que en caso de resistir las
constrastaciones serán corroboradas pero nunca probadas, porque siempre podrán presentarse nuevas experiencias
potencialmente refutadotas.
MHD: Una vez formulada la hipótesis, derivar deductivamente predicciones particulares (hipótesis de trabajo y enunciados
observacionales) que permitan ponerla a prueba empíricamente.
En primer término, las hipótesis pueden juzgarse según sea su mayor o menor potencia contrastadota. La posibilidad de
falsación de las hipótesis se deriva del hecho de que una afirmación universal afirmativa excluye la afirmación particular
negativa. La hipótesis sustantiva no puede ser probada: no hay experiencia empírica que de manera concluyente nos
permita tomar nota de la situación de todos. Sin embargo, podemos derivar deductivamente una predicción o hipótesis
particular que sí puede ser puesta a prueba: la hipótesis de trabajo, que permitirá probar si la hipótesis es falsa.
Popper, pese a postular la primacía de la deducción, reconoce que el contragolpe falsador se comporta como si fuera un
procedimiento inductivo. La falsación popperiana procede por vía inductiva y no deductiva y la ley lógica que describe el
procedimiento por el cual se invalida una regla no es el modus tollens sino la ley de la inducción.
Falsacionismo metodológico. Versión renovada que se proponía precisar el problema de la base empírica. La supuesta
base empírica que constituía la piedra de toque del falsacionista dogmático encierra en sí misma innumerables cuestiones
a la hora de aceptarla como enunciado básico. En la noción misma de datos observacionales se deben aceptar como
válidos y confiables no sólo los procedimientos y los instrumentos utilizados para observar sino también la teoría que
fundamenta la adecuación de esos procedimientos. Popper reconoce entonces que es necesario tomar decisiones para
separar la teoría que se contrasta del conocimiento fundamental no problemático. Este reconocimiento abre nuevos
problemas en el esfuerzo original de proponer un criterio de demarcación. Se abandona la idea de que existe una
distinción natural entre los enunciados teóricos y la base empírica y se reconoce que la aceptación o rechazo de la
experiencia, al igual que los enunciados espacio-temporales singulares que se utilizan para contrastar las hipótesis, son
fruto de un acuerdo convencional (metodológico).
El MHD con su prescripción falsadora se mostró insuficiente para dar cuenta del desarrollo y el comportamiento de la
ciencia real. Si se examina el comportamiento científico con los mismos cánones que exige el MHD se constata que los
criterios demarcatorios con los que Popper pretende diferenciar el método de la ciencia de otros métodos no se constatan
en la historia de la ciencia.
LAKATOS. Sistematizó y precisó los límites del falsacionismo dogmático y del falsacionismo metodológico ingenuo. Los
supuestos en los que descansa el FD no sólo no se cumplen sino que además la irrefutabilidad (imposibilidad de falsar) una
teoría parecería ser el rasgo característico de la ciencia.

No existe observaciones puras, toda observación está cargada de teoría y basada o apoyada en procedimientos que deben
a su turno ser sometidos a evaluación. No es posible establecer la base empírica o el conjunto de falsadores potenciales
de una teoría de forma absoluta. Las teorías que contienen leyes probabilísticas resultan irrefutables por su propia
naturaleza, mientras que gran parte de la puesta a prueba de teorías relevantes requiere de la incorporación de una
cláusula ceteris paribus que exige que no exista ningún otro factor además del considerado en la hipótesis a la hora de la
puesta a prueba de la misma. Cualquier experiencia que no confirme una hipótesis dada no puede dar lugar a su rechazo,
siempre cabe la posibilidad de postular la intervención de elementos no previstos que impiden el cumplimiento de la
máxima ceteris paribus y que son precisamente los que afectan la experiencia.
Con el FMI se cae en un exceso de convencionalismo. Pese a la supuesta superación del FD, ambos comparten algunas
tesis fundamentales que les impiden dar cuenta de la historia real de la ciencia:
- Una contrastación es un enfrentamiento entre dos contendientes, la teoría y la experimentación, de modo que en
la confrontación final sólo estos dos se enfrentan el uno al otro.
- El único resultado interesante de esa confrontación es la falsación concluyente. Los únicos verdaderos
descubrimientos son las refutaciones científicas.
Pero las contrastaciones implican al menos un triple enfrentamiento, entre teorías rivales y experimentación, y además
algunos de los experimentos más importantes resultan de la confirmación más que de la falsación. El desarrollo de la
ciencia no puede medirse en base al destino de hipótesis aisladas; no es posible admitir una experiencia confirmatoria o
refutadota sin un contexto interpretativo de la misma.
Para Lakatos, la ciencia se desarrolla en el marco de Programas e Investigación científica, que constituyen la unidad de
análisis en torno a la cual debe medirse el derrotero de una cierta tradición investigativa. Estos programas se instituyen
cuando se consolida un conjunto de supuestos que se tornan progresivamente incuestionables. La comunidad científica
que comparte ese núcleo teórico lo considera irrefutable, en torno a ese núcleo se construyen hipótesis protectoras que
tienen como fin preservarlo (heurística positiva). A toda experiencia falsadora se le puede anteponer siempre la cláusula
ceteris paribus, siempre es posible postular un sinnúmero de circunstancias que distorsionan o alteran las condiciones
experimentales. Falsacionismo sofisticado: las teorías se abandonan cuando existe una teoría mejor que explique lo que
ya explica la teoría anterior conjuntamente con hechos nuevos no explicados por aquella. Toda teoría convive con
distintos grados de anomalías y disconfirmaciones! Este falsacionismo plantea una concepción más laxa pero más ajustada
a la evidencia histórica.
Las refutaciones pueden abonar el camino para el desarrollo de un mismo programa de investigación o pueden dar lugar
al abandono de un programa cuando se presentan una teoría o programa alternativo mejor. Pero no pueden trazarse
demarcaciones definitivas sino a condición de someterlas al análisis retrospectivo: sólo en el marco de un análisis
histórico reconstructivo puede determinarse qué elementos hicieron posible el abandono de una teoría y la victoria y
consagración de otra.
La competencia entre teorías rivales alimenta el progreso de la ciencia.
Paso a una posición historicista (no prescrptivista): no se trata de fijar un criterio a partir del cual prescribir qué es y qué
no es ciencia, qué se debe hacer y qué no se debe hacer si se quiere hacer ciencia.
El FS le otorga un papel decisivo al núcleo teórico epistemológico de los Programas de investigación, que es previo e
independiente de su base empírica. La adhesión a ese núcleo es la que sostiene un PIC aun en contra de lo que pueda
informar la evidencia empírica. Es este núcleo el que posibilita la aceptación de ciertos enunciados como base empírica, el
que sostiene los acuerdos metodológicos que guían el trabajo empírico. Existe un fundamento metafísico en la base de
todo PIC: la ciencia no consiste en el mero hallazgo de una hipótesis sustentable, sino también en la incorporación del
contenido de tal hipótesis en un sistema teórico de conocimiento.
El trabajo de investigación arraiga en modelos que remiten a núcleos teóricos o concepciones generales que trascienden
las definiciones estrictamente empíricas y operacionales del trabajo científico.
Cada uno de los pasos del proceso de investigación no queda adecuadamente descripto si se lo concibe sólo por
referencia a una única hipótesis (sustantiva). Su puesta a prueba involucra una serie de decisiones metodológicas que el
investigador debe asumir, las que a su vez se constituyen en presunciones hipotéticas.
El proceso de investigación puede describirse como un proceso de validación de una serie de hipótesis mutuamente
dependientes unas de otras, que conducen desde las formulaciones teóricas a las operacionalizaciones y estrategias
empíricas que paso a paso se adoptan.
- HIPÓTESIS SUSTANTIVA (NUCLEAR). Hipótesis nuclear o central de la investigación. La estrategia de la
investigación se despliega para su descubrimiento o puesta a prueba. Se le pide validez desde el punto de vista de
su adecuación teórica o conceptual, se debe poder demostrar que los términos que utiliza así como las relaciones
que postula entre ellos se derivan de teorías establecidas o de referencias conceptuales que se muestran
coherentes entre sí, integrables a marcos más amplios y que iluminan nuevas relaciones no postuladas
previamente.
o Fase 1: validación conceptual
- HIPÓTESIS DE TRABAJO (INDICADORAS O INSTRUMENTALES). Predicciones que se derivan de la HS. Están
orientadas a la contrastación empírica y como tales comprometen las decisiones metodológicas para la
interpelación a los hechos: traducen en enunciados observacionales (contrastables) los contenidos de la HS: la
derivación de la HDT de la HS supone muchas veces asumir presupuestos no triviales y no justificables de manera
evidente. Se compromete en la HDT la validez empírica de la investigación. La traducción de los términos teóricos
de la HS a los términos empíricos de la HDT compromete definiciones operacionales. Las dimensiones escogidas
para expresarlas deben mostrarse validos desde el punto de vista de la representación del concepto y los
procedimientos para evaluarlas deben poner justificarse desde la perspectiva de los procedimientos empleados
para su medición.
o Fase 2: validación empírica
- HIPOTESIS DE INTEGRACION O DE SIGNIFICACION.
o Fase 3: validación conclusional
“EL DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN: UNA CUESTIÓN DE ESTRATEGIA”
Diseño: planificación de un conjunto de acciones orientadas por fines.
Diseño de investigación: estrategia adoptada que permite avanzar en la búsqueda de respuestas y/o eventualmente en la
contrastación de hipótesis. Este diseño resultará de una serie de decisiones que afectan tanto a la operacionalización
cuanto a la instrumentalización para el abordaje empírico, a todo lo que compromete a la fase 2. Criterio principal:
optimizar las condiciones para el contraste de aquello que se debe describir, explicar o interpretar (costo, accesibilidad a
las fuentes, consecuencias o compromisos éticos implicados, tiempo material).
El diseño de la investigación resultaría de un conjunto de decisiones que compromete:
- la cantidad de unidades de análisis
- el tipo y función de variables o dimensiones de análisis
- el tratamiento de la temporalidad
Triangulación metodológica: uso de distintas estrategias metodológicas para el estudio de un mismo objeto. Esta
estrategia combinada o multimétodo es el mejor camino para el abordaje de objetos complejos.
“ESTRUCTURA Y DINÁMICA EN LA CONSTRUCCIÓN DE LOS DATOS CIENTÍFICOS”
Rasgo distintivo de la ciencia: someter al dictamen de los hechos las presunciones que se asumen como hipótesis de
investigación = contrastación de las hipótesis por referencia a los hechos. Relación mediada con la realidad.
En la ciencia se indagan aspectos no siempre evidentes o aprehensibles para la observación espontánea. Las decisiones
que se siguen para la obtención de los datos se fijan en base a acuerdos que se validan al interior de una cierta comunidad
disciplinaria y/o que pueden estipularse de forma suficientemente precisa como para hacer posible su replicación.
Componentes del dato:
- UNIDAD DE ANALISIS: unidades/eventos/sujetos/objetos en los que se focaliza la descripción o el análisis en un cierto
momento de la investigación.
- DIMENSIONES DE ANÁLISIS O VARIABLES: aspectos/características /propiedades/ atributos que se han seleccionado para
examinar o estudiar las unidades de análisis. Refieren a variaciones entre distintos estados o valores.
- VALORES O CATEGORÍAS: estados particulares que pueden asumir las variables
- INDICADORES O DEFINICIONES OPERACIONALES: maneras de medir o evaluar las variables: qué se medirá (dimensión) y
cómo se medirá (procedimiento).
Los componentes del dato pueden ser concebidos como el resultado de ciertas operaciones cognitivas:
1) ENTIFICAR: identificar las entidades abordables empíricamente para evaluar aquellos aspectos que se consideran
potencialmente relevantes, conforma a las hipótesis de la investigación.
2) CLASIFICAR: identificar la sustancia o asunto de la variable y definir las categorías o clases en que se clasificarán las
entidades.
3) OPERACIONALIZAR: estimar procedimientos para evaluar los estados o las clases a que pertenecen las entidades,
conforme a los criterios de clasificación o categorización seleccionados.
Dato científico: información resultante, estructurada, conforme a este conjunto de operaciones. Unidad de información.
GALTUNG  Todo dato se organiza conforme a una estructura lógica invariante (independiente de cualquier contenido
particular): la matriz de datos. Ésta tiene 3 componentes: unidades de análisis, variables, valores.
La CRÍTICA DE SAMAJA A GALTUNG se sintetiza en 3 grandes tesis:
1) La matriz de datos es una estructura de carácter universal reconocible en todo tipo de datos, no sólo en los
provenientes de la investigación sociológica.
2) La matriz de datos como estructura invariante reconoce cuatro elementos. El cuarto lo constituye el INDICADOR
que permite distinguir los aspectos operacionables de las definiciones teóricas a las que ellos se refieren.
3) Todo dato implica un proceso constructivo por referencia a niveles subunitarios que se utilizan como rasgos o
aspectos de los niveles de anclaje, a partir de los cuales se infieren los valores correspondientes al nivel de
anclaje, al tiempo que participa como parte componente de contextos o niveles supraunitarios.
Las operaciones invariantes del lenguaje de datos se reconocen en todo enunciado descriptivo (informa sobre un estado
de cosas).
INDICADORES: procedimientos que se aplican sobre algún aspecto de la UA para determinar el valor que le corresponde
en cierta variable. Función: conectar el mundo inteligible con el mundo sensible, la empiria con la teoría. No se trata de
una conexión directa, sino que siempre se interpone alguna operación (un esquema de acción) que hace posible la
trasducción entre planos. Aluden a los procedimientos que se aplican a ciertas dimensiones de la variable para obtener el
valor correspondiente a ésta para una cierta unidad de análisis. Lo que guiará la selección del indicador es la presunción
de que existe cierta semejanza, cierta correspondencia entre el indicador y la variable:
- semejanza entre el asunto que mide el I y que conceptualiza V
- semejanza entre el modo en que se clasifican los valores del I y el modo en que se clasifican los valores de V.
Las inferencias que vinculan al indicador con la variable son la abducción y la analogía.
Los conceptos clasificatorios deben cumplir con dos condiciones de adecuación:
- condiciones formales, comunes a todas las ciencias: exhaustividad, exclusividad, existencia de un fundamento
común.
- Condiciones materiales, peculiares a cada ciencia.
VALIDEZ. ¿Mide o expresa el indicador los contenidos de la variable? Un indicador es válido si cumple con la adecuación o
correspondencia entre sus contenidos (los de la dimensión) y lo que se expresa en la variable.
CONFIABILIDAD. El procedimiento del indicador es confiable si al aplicarlo no se introducen sesgos en el relevamiento por
efecto de distorsiones en el procedimiento.
La transducción de indicadores en variables se asienta en dos inferencias, abducción y analogía, que no garantizan validez
formal sobre los valores de verdad de sus conclusiones. De modo que nunca hay certeza plena sobre la validez y la
confiabilidad que está en la base de la construcción del dato.

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