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CONCLUSI~N

A LA MANERA DE UNA PARADOJA:


SOBRE EL BUEN USO
DEL RELATMSMO CULTURAL
Y DEL ETNOCENTRISMO

¿Cómo escribir la cultura, las culturas [Clifford y Marcus


(eds.), 19861?¿Cómo transcribir otra cultura, otra experien-
cia de la vida humana? ¿Se puede dar cuenta de una cultura
mediante la escritura sin traicionarla? Estas preguntas es-
tán hoy en el centro de la reflexión de un buen número de
antropólogos que denuncian la ilusión positivista de las
ciencias sociales. Sin llegar a compartir el relativismo extre-
mo de algunas críticas postmodernas -para las cuales todo es
discurso y que noquieren reconocer en cada textoetnográfico
más que una construcción literaria subjetiva- algunos, en
%
particular Clifford Geertz, piensan que el estudio de las
culturas es necesariamente interpretativo y expresivo. Es
decir que el antropólogo es, a la vez, un experto y un escritor
y en sus obras entrega, lo quiera o no, lo sepa o no, una parte
de su autobiografía.
Actualmente nos enfrentamos a una paradoja: mientras el
concepto de cultura es reexaminado de manera crítica en las
ciencias sociales -a tal punto que algunos investigadores
piensan que plantea más preguntas de las respuestas que
proporciona y, por consiguiente,'proponen abandonarlo y
volver al sentido restringido de la palabra, es decir, el que
refiere exclusivamente a las producciones intelectuales y
artística-, el concepto experimenta una difusión notable en
los medios sociales y profesionales más diversos. Como esta
difusión no se produce sin un desprecio por la definición
científica de la palabra, los que ya tenían reservas en cuanto
a su uso consideran que los riesgos de confusión (en todos los
sentidos del término) relacionados con su usocomún los hacen
sentir más tranquilos con su intención de no recurrir más a
este concepto.
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Otros se muestran igualmente reticentes porque, en cierto
uso común del concepto de cultura, pero también y sobre todo nnente justificada, del relativismo cultural como un principio
ideológico, funciona cada vez más como un eufemismo de la dbsoluto. Pero, si se lo relativiza, el relativismo cultural es
palabra "raza". Otros llegan, incluso, a decir que esta sinoni- u,na herramienta indispensable para las ciencias sociales.
1 En realidad, hay tresconcepcionesdiferentesdelrelativis-
mia (discutible) de ambos términos ya estaba inscripta en la
idea de cultura desarrollada por los pensadores románticos nio cultural que pueden confundirse eventualmente, lo que
alemanes del siglo XIX y que influyó en la elaboración del crea cierta ambigüedad. El relativismo cultural designa, en
concepto antropológico. El concepto de cultura estaría man- primer término, una teoría según la cual las diferentes
chado, entonces, demanera casi indeleble por la marca de un culturas forman entidades separadas, con límites fácilmente
pecado original del pensamiento. Sin embargo, razonar de iiientificables y, por lo tanto, entidades claramente distintas
este modo es ignorar todo el trabajo de crítica conceptual unas de otras, incomparables e inconmensurables entre sí.
dentro de la antropología, que permitió un constante enri- y a mostramos antes que esta concepción de relatividad
quecimiento del concepto y la supresión de las principales cultural no resiste el análisis.
ambigüedades que podían recelarse al comienzo. Luego, el relativismo cultural es comprendido, a menudo,
A estas posiciones un tanto extremas también puede ctomo un principio ético, que pregona la neutralidad con
objetárseles que si el vocabulario científico tuviese que aban- rkspecto a las diferentes culturas. En este caso, se trata de
donar todos los conceptos que fueron objeto de divulgación y alfirmar el valor intrínseco de cada cultura. Pero se produ'o
que cayeron en el uso común (con las distorsiones de un desplazamiento imgaxe& 'bc$esde.ke&~
sentido que esto implica en general), debería renovarse sin hacia el juicio de valor: "Todas las c u l t u r ~ ~ ~ ~
cesar, con lo que frenaría, incluso aniquilaría, toda forma de --n re a~uñUe"tt'eOpÜ7de-c~I;~~po'h-derse a veces, con la
a titud reivindicadora de los defensores de las culturas
acumulación del conocimiento.
El concepto de cultura conserva hoy toda su utilidad para
las ciencias sociales. La deconst~cciónde la idea de cultura
4 inoritarias que, oponiéndose a las jerarquías de hecho,
defienden el valor igualitario de estas últimas en relación con
las culturas dominantes. Pero, con frecuencia, parece una
subyacente a los primeros usos del concepto, marcado por
cierto esencialismo y por el "mito de los orígenes", que se actitud elegante del fuerte frente al débil, del que, tranquilo
en la legitimidad de su propia cultura, puede darse el lujo de
suponen puros, fue una etapa necesaria y permitió un avance
epistemológico. La dimensión relacional de todaslas culturas cierta apertura condescendiente con la alteridad.
Una pretendida neutralidad btica, que se presenta como
pudo ponerse en evidencia de este modo. reconocimiento de la diferencia, puede, finalmente, no ser
Sin embargo, tomar en cuenta la situación relacional en la
más que la ocultación del desprecio, como comprendió Geza
que se elabora una cultura no debe llevar a dejar de lado el Koheim: "Ustedes son completamente diferentes de mí pero
interés por el contenido de esta cultura, por lo queella misma los perdono". También puede servir como garantía para
significa. Reconocer que toda cultura es, de algún modo, un cierta posición ideológica opuesta a toda definición universal
lugar de luchas sociales, no debe llevar al investigador a
estudiar solamente las luchas sociales. Aun cuando los ele- de los derechos del hombre. La exaltación de la diferencia
llegaría, en su forma más perniciosa, a la justificación de los
mentos de uiia cultura dada se utilicen conio significantes de regímenes segregacionistas, porque se pervierte el derecho a
la distinción social o de la diferenciación étnica, esto no la diferencia y se lo convierte en asignación de la diferencia.
significa que estén vinculados unos con otros por uiia misma Por lo tanto, se impone relativizar el relativismo cultural.
estructura simbólica que requiere un análisis. No existe
Hay que volver a su uso original, el único que puede concebir-
cultura que no tenga significación para los que se reconozcan se desde un punto de vista científico, que hacía de él un
como parte de ella. Los significados, como los significantes, principio nietodológico, principio que sigue siendo operato-
deben examinarse con la mayor atención. rio. Desde esta perspectiva, recurrir al relativismo cultural
Admitir esto lleva a reconsiderar la cuestión del relativis- es postular que todo conjunto cultural tiende hacia la cohe-
mo cultural. No se trata de volver aquí a la crítica, amplia- rencia y cierta autonomía simbólica que le confiere su carác-
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ter original singular y que es posible analizar u n rasgo Por supuesto que admitir el carácter inevitable e, incluso,
cultural independikntemente del sistema cultural al que necesario, del etnocentrismo como fenómeno social no le
pertenece, el único ($uepuede otorgarle sentido. Esto remite quita validez a la regla metodológica que le impone al inves-
a estudiar toda c u l t ~ r sin
a a priori, sin compararla y mucho tigador desprenderse de todo etnocentrismo. Esta regla es
menos "medir1a"pr~maturamentesegún otras culturas; pri- necesaria, al menos en una primera fase de la investigación.
vilegiar el enfoque comprensivo; en definitiva, hiipotetizar Sin embargo, si se quiere considerar que no hay diferencia
que, inclusoen elca~odelasculturasdominadas, uriacultura esencial entre los hombres y entre las culturas, dicho de otro
siempre funciona c'pmo una cultura, nunca es totalmente modo, que el otro no es nunca otro de manera absoluta, que
dependiente, nunca es totalmente autónoma LGlrignon y hay algo de mismo en el otro, porque la humanidad esuna, lo
Passeron, 19891. , que hace que la Cultura esté en el centro de las culturas o.
La profundizacidn de la idea antropológica dme cultura iegún la expresión famosa, que "lo universal estáen el centro
conduce, también, a! reexaminar la noción de etnocientrismo. de lo particularn, entonces es posible concebir, con Bourdieu,
Un deslizamiento de sentido se produjo cuando la. palabra, el interés, en ciertos momentos de lainvestigación, por un uso
utilizada durante niucho tiempo solamente en la:; ciencias metodológico del etnocentrismo:
sociales, empezó a usarse comúnmente. Cada vez más, por un De hecho, el etnólogo debe apostar a la identidad (al
abuso lingüístico, se convirtió en sinónimo de ramcismo. El suponer, por ejemplo, que la gente no hace algo para nada,
etnocentrismo fue condenado con la misma fuerza que el que tiene intenciones, latentes u ocultas, intereses segura-
racismo. Ahora bien, el racismo, mucho más que uda actitud mente muy diferentes, que dan golpes, etc.) para encontrar
es una ideología basada en presupuestos seudo científicos, . . las verdaderas diferencias. Estoy convencido de que una
cuyo origen tiene unia fecha histórica [Simon, 19701y que no cierta forma-deetnocentrismo, si se designa de esta manera
es universal, contrariamente al etnocentrismo que también la referencia a la propia experiencia, a la propia práctica,
se encuentra en lair sociedades denominadas "primitivas" puede ser la condición de una verdadera comprensión; a
que consideran, en general, a sus vecinos como inferiores en condición, por supuesto, de que esta referencia sea conscien-
humanidad, así como las sociedades más "modernas" que se -.i. te y esté controlada. Nosgusta identificarnos con itnalterego
juzgan más Ycivilizadas".El racismo es una forma de perver- exaltado l...].Es más difícil reconoceren losotros, en aparien-
sión social, el etn~~centrisrno, comprendido en e1 sentido cia tan extraños, un yoal que noqueremosconocer. Entonces,
original del término, es un fenómeno sociológicamente nor- si dejamos de ser proyecciones más o menos complacientes, la
mal, como explica Pierre-Jean Simon: etnología y la sociología llevan a un descubrimiento de uno
mismo en y por la objetivación de uno que exige el conoci-
El etnocentrismo debe ser considerado un fenómeno total- miento del otro 11985, p. 791.
mente normal, iconstitutivo, de hecho, de toda colectividad Tomados conio principios metodológicos, el relativismo
étnica en tanto tal, que asegura una función positiva de cultural y el etnocentrismo no se contradicen sino que, por el
preservación de! su propia existencia,,que constituye un contrario, son complcinentarios. Su-tilización combinada
mecanismo de defensa del in-group frente a lo externo. En
este sentido, cierto grado de etnocentrismoes necesario para permite que el investigador aprehenda la dialéctica de lo
la supervivencia de toda colectividad étnica, ya que parece mismo y del otro, de la identidad y de la diferencia, dicho de
que no puede disgregarse y desaparecer, sin el sentimiento .. - otro modo de la Cultura y de las culturas, fundamento de la
ampliamente compartido por los individuos que la constitu- dinámica social.
yen de la excelencia y de la superioridad, al menos en algún
aspecto, de la lengua, de las maneras de vivir, de sentir y de
pensar, de los valores y de la religión. La pérdida de todo
etnocentrismo lleva a la asin~ilaciónpor adopción de la
lengua, de la cultura, de los valores, de una colectividad
considerada superior L1993, p. 611.
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