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HILOS ARTESANALES DE

COMPOSICIÓN SOCIAL
Notas sobre experiencias
juveniles en la escuela
nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.: 76-84

Silvia Duschatzky*

“Hilos artesanales de composición social” se escribe bajo una sospecha. La escuela, entendida como espacio capaz
de forjar subjetividades en clave disciplinaria se halla cuestionada, en los tiempos que corren. Estar hoy en la escuela es
estar expuestos a lo imprevisto y a lo insólito. De allí la hipótesis que ánima este escrito. La autora invita a considerar
formas originales de agenciamientos y de composición para intentar producir “un común inexistente” entre múltiples
heterogéneos.
Palabras clave: Escuela, subjetividad, múltiples heterogéneos, composición-encuentro.

“Fios artesanais de composição social” escreve-se sob uma suspeita. A escola, compreendida como espaço capaz de
forjar subjetividades em chave disciplinar, encontra-se, nos tempos atuais, questionada. Estar hoje na escola significa
estar expostos à imprevisível, ao insólito. Daí a hipótese de este trabalho. A autora convida a considerar formas originais
de agenciamento e de composição para tentar produzir “um comum inexistente” dentre múltiplos heterogêneos.
Palavras-chaves: Escola, subjetividade, múltiplos heterogêneos, composição, encontro.

“Handmade threads of social composition” is written with a suspicion. School, understood as a space capable of
constructing subjectivities within the disciplinary code, currently finds itself being questioned. To be in school today is to
be exposed to the unexpected and the extraordinary. Such an idea forms the basis for the hypothesis of this piece. The
author suggests consideration of original forms of connections and compositions so as to try and produce “an inexistent
point of commonality” among multiple and heterogeneous individuals.
Key words: School, subjectivity, heterogeneous individuals, composition, meeting.

ORIGINAL RECIBIDO: 11-V-2005 – ACEPTADO: 29-VII-2005

* Licenciada en Educación y magíster en Sociología de la Cultura y Análisis Cultural.


Coordina el diplomado de Gestión Educativa en FLACSO. Docente en la Universidad
de Córdoba. E-mail: silviadu@flacso.org.ar

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1. ¿De qué está hecha nación que en pocas palabras se ins- sino el escenario complejo y extre-
la escuela? cribe en la debilidad performativa madamente duro en el que se des-
de sustratos tales como progreso in- pliegan operaciones de invención
Esta duda nace del desconcier- definido, saber y autoridad que para vivirla.
to e inaugura una zona de pensa- tiempo atrás operaban como pila-
miento. La pregunta por lo propio res de constitución subjetiva. Hagamos andar la pregunta en
de una escuela, luego de haberla una de las escuelas en las que inicia-
transitado toda una vida, despierta Lo que sugerimos con la hipó- mos nuestro trabajo de campo1. Lle-
una sospecha, aquella que sugiere tesis de la destitución de la escuela gamos un día de marzo del 2004. En
que hemos sido arrastrados por pre- es que se percibe una pérdida de una mesa del comedor charlaban el
sencias que dejaron de director, dos mujeres y tres
resultarnos familiares. chicos. El director nos co-
Nos enfrentamos con algo menta que una señora del
que está en la escuela barrio se había acercado a
pero cuyas formas es- la escuela para pedir ayu-
capan a nuestro recono- da frente a una situación
cimiento. Se trata de un que la descolocaba.
interrogante activo. Pen-
sar la escuela a partir de Los dos chicos que se en-
sus modos de expresión es contraban allí le habían
tomar lo real como fuen- robado el televisor y si
te de pensamiento –y no ella los denunciaba iban
como simple objeto de presos. La señora recibe un
reconocimiento–, cuyos Plan Trabajar mediante el
postulados no son otros cual presta servicio en la
que el error y el saber. Re- escuela. Ella me pedía
conocer, entonces, es con- que echara a Pocho, uno
firmar lo sabido o la de los chicos que come-
necesidad de restituir sus tió el robo; yo le dije que
formas “genuinas” en caso mejor viniera a hablar.
de haberse éstas ausenta- Pocho perdió a la madre
do. Pensar es merodear hace muchos años y ella
por los bordes de lo co- se encargó de él desde en-
nocido, tomando esos tonces. Probamos de todo:
componentes extraños Bojayá, “La mamá grande” . PIUPC, Universidad Nacional (Bogotá). recuperar la tele, juntar la
como signos que nos lan- plata, pero no hay caso.
zan a un nuevo aprendizaje. credibilidad en sus posibilidades de Ellos se niegan a hacer algo.
fundar subjetividad. Sin embargo,
No es azarosa la pregunta por en ese sustrato de destitución no La escena puede despertar dis-
la materialidad de la escuela. Con- todo se desvanece. No se trata de quisiciones sobre el motivo del con-
viene decir que se trata de la con- una desaparición absoluta de la sub- flicto o las reacciones producidas en
secuencia activa de una hipótesis jetividad sino, en todo caso, de la quienes fueron afectados. Sin embar-
que para nosotros comienza a tra- desaparición de algunas posiciones go la inquietud aparece en otro pla-
zarse en Chicos en Banda. A partir de enunciación, de algunos recur- no. Más allá del hecho puntual, lo
de allí ciertas ideas han ingresado sos y lógicas que se revelan estéri- que se impone como problema –aque-
en nuestro universo pensable: la les para hacer algo en esta situación. llo que provoca al pensamiento– es
destitución o la declinación de la La destitución también puede ser la experimentación artesanal de
escuela en tanto institución disci- procesada y habitada; en ocasiones, “modos de hacer” con los otros. Es-
plinaria del Estado-nación. Decli- la destitución no es un derrumbe tar hoy en una escuela es estar ex-

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puestos a lo imprevisto y a lo insóli- balbucea atento a algún rastro Agamben advierte que la posibilidad
to. En otras palabras, no hay parti- receptivo. –algo que puede ser– y la contin-
tura de la que pueda valerse este gencia –algo que puede no ser– son
director a fin de recomponer la pér- los operadores de la subjetivación,
dida de confianza entre la mujer y 2. ¿Escuela inundada o el punto en que un posible adviene
los chicos. No es el director y la escuela hecha de a la existencia (Agamben, 2000:
madre los que interpelan a los chi- flujos? 150-155). ¿Qué significa esto para
cos desde su investidura, sino un con- un pensamiento educativo contem-
junto de hablantes que intentan Nos preguntamos entonces si poráneo? La escuela históricamen-
producir un común inexistente. La acaso la escuela está inundada de te estaba unida a la imposibilidad:
relación con el mundo ya no está “inconsistencias” (disrupciones que no poder ser (“no puede hablarse
mediada por sustratos de contención la alteran), o si se trata de una nue- de cualquier modo”; “no pueden los
y referencia (la pedagogía, por va materialidad. Arriesgamos una chicos desconcentrarse en clase”) y
ejemplo), sino que se trata de una hipótesis: la escuela está hecha de a la necesidad: no poder no ser (“no
exposición directa a las más diver- componentes que no se dejan se puede no ser respetuoso de los
sas situaciones. formatear por la maquinaria institu- símbolos patrios”; “no se puede no
cional. Es decir, si en algún tiempo prestar atención”). La experiencia
Digamos que este suelo “inde- fue capaz de forjar a su habitante, de los tiempos actuales nos revela
terminado” sitúa al director, a los hoy es un espacio tomado por pre- que cualquier cosa puede aconte-
chicos y a la madre en el mismo sencias heterogéneas pasibles de ser cer y dejar de hacerlo; pero cuan-
plano de vulnerabilidad. Sin un pensadas en configuraciones múlti- do Agamben enfatiza que la posibilidad
suelo común que funde coexisten- ples y contingentes. y la contingencia son operadores de
cia, el común es tal vez una dispo- subjetivación, está haciendo algo
nibilidad para ir a tientas en busca En este punto proponemos una más que constatar la incertidumbre
de núcleos de posibilidad. El direc- digresión en torno a la contingen- de los tiempos que corren. Asumir
tor, erigido allí en figura cohesiva, cia. El filósofo italiano Giorgio la escuela de lo posible y lo contin-

Bojayá, “Generación sobreviviente”. PIUPC, Universidad Nacional (Bogotá).

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gente es disponerse a pensar agen- amenazantes de la existencia pe- a la escuela como sede, territorio,
ciamientos múltiples. dagógica. Por el contrario, una parada. No se trata entonces de una
escuela hecha de flujos es un terri- experiencia escolar, pero sí de una
Para avanzar en esta idea invi- torio compuesto de formas inesta- experiencia acontecida en la escue-
tamos a pensar en la imagen de la bles y dispersas, imposibles de la. Los encuentros de estos jóvenes
inundación y del fluido. Tomemos modelar. No obstante, una cosa es ocurren en la escuela bajo formas no
de Bauman (2003: 7-20) la metá- vivir en suelo alterado y otra pen- escolares, se trata de “ocupantes” de
fora de la fluidez para oponerla no sar que se trata de una condición los espacios escolares sin advenir en
a la solidez sino a la inundación. real de existencia que decidimos habitantes de la escuela, aunque vol-
No hace falta convencer a nadie asumir. viéndose de hecho un recurso de
sobre el anacronismo de suponer “derivación” de aquellos alumnos
una existencia sólida, previsible, No nos inquieta la demostra- que los dispositivos escolares no pue-
regular. No obstante, y tomando a ción fáctica de una hipótesis, sino den contener.
la escuela como nuestro territorio probar su potencia práctica. Una
de pensamiento, la sensación que escuela hecha de fluidos nos invi- En pocas palabras, la experien-
se registra es la de vivir inundados ta a ensayar múltiples formas de cia que vamos a presentar es un “sig-
de disrupciones. Una escuela inun- agenciamiento, mientras que una no” de la escuela en tanto interpela
dada es una escuela cubierta de ex- escuela inundada limita toda ca- la eficacia constitutiva de sus his-
trañezas que entran en colisión con pacidad inventiva de composición tóricas formas de configuración.
su propia naturaleza, disolviendo social, aferrándonos a la nostalgia
su ser. Un objeto inundado pierde de lo perdido y a la obsesión por La existencia de “Los Repiolas”
la posibilidad de existencia. Si la su restitución. en la escuela es, efectivamente, un
escuela se encontrara inundada, la problema, pero ¿en qué sentido?
respuesta no sería otra que el ar- A modo de ejemplo, analicemos Deleuze sugiere que un problema
mado de diques a fin de mantener la experiencia de un grupo de jóve- emerge cuando el pensamiento que
controlados a esos componentes nes que, no siendo alumnos, toman lo plantea está siendo forzado, cuan-

Bojayá, “Desfile”. PIUPC, Universidad Nacional (Bogotá).

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do entra en contacto con un afuera atravesados por el devenir de sus mento, se tradujo en el armado de la
que, lejos de constituirse como un vidas. A diferencia de un grupo huerta. Ocupar la escuela, a su vez,
exterior físico, es un afuera de lo institucional, su estadía allí no pone es formar parte de un escenario en el
pensado, lo que aún no hemos pen- entre paréntesis los avatares coti- que suceden distintas cosas: chicos en
sado (Zourabichvilli, 2004: 33-64). dianos sino que el grupo es per- las aulas, profesores dando clases.
meable a las diversas experiencias “Los Repiolas” en la escuela experi-
“Los Repiolas” nace por inicia- por las que atraviesan sus miem- mentan el desafío de lidiar además
tiva de Patricia, una joven del ba- bros. Se trata de un grupo “impro- con los prejuicios y el rechazo de mu-
rrio que vive muy de cerca las ductivo” en términos de una lógica chos de los que transitan la escuela.
sucesivas muertes y “caídas” en el de reproducción social, pero pro-
abismo de los chicos de la zona. ductivo en tanto modula formas de Si “Los Repiolas” fueran ex-
“Los Repiolas” reúne a pibes que existencia. “Los Repiolas” son un presión de una escuela inundada,
viven en la cornisa, nuestra subjetividad pe-
atravesando situacio- dagógica se vería inalte-
nes de una intensidad rada. Su existencia no
desbordante: consumo vendría a con-mover na-
de drogas, situaciones da de los supuestos acer-
de violencia familiar, ca del modo esperado de
pasajes por la cárcel o habitar una escuela. “Los
institutos de menoridad. Repiolas” constituirían
Los chicos se agrupan en un error que debería ser
banda, núcleos compac- reparado mediante un
tos que constituyen es- esfuerzo de socialización
pacios de aprendizaje de escolar.
una vida hecha de ries-
gos, lealtades, códigos, ¿Son, entonces, “Los
habilidades para nave- Repiolas” un problema
gar en la aleatoriedad. para la escuela o la es-
En esta dirección, “Los cuela se ve problema-
Repiolas”, más que una tizada con una presencia
ruptura radical de los que pone en juego la efi-
modos cotidianos de cacia de los dispositivos
socialidad, constituye disciplinarios? La escue-
una suerte de continui- la, al igual que el con-
Bojayá, “El miedo”. PIUPC, Universidad Nacional (Bogotá).
dad al tiempo que pre- junto de las instituciones
senta ciertos pliegues o sociales, nos mostró que
líneas de fuga. soporte de producción de lo social la vida humana adquiere su estatu-
sin finalidad específica. to social en tanto es forjada en cla-
La experiencia de una gru- ve disciplinaria. Vida social era
palidad irrepresentable continúa. A pesar de atravesar las oscila- entonces efecto de vida institu-
La propia nominación evidencia ciones propias de una vida no ama- cional, vida armada en relación
que se trata, al igual que las bandas sada en la regularidad institucional, con la operatoria de ley, que no
de la esquina, de una agregación no “Los Repiolas” funciona en una es- sólo regula externamente intercam-
inscripta en el universo socialmen- cuela y esto le confiere una singulari- bios y comportamientos, sino que
te instituido. No son alumnos, no dad respecto de las grupalidades inscribe en su nombre. Cada uno
son internos de un instituto, no son callejeras. No se trata de toparse con de los sujetos en sociedad disci-
trabajadores. A su vez, persiste un otros, sino de decidir un encuentro y plinaria es nombrado por las diver-
estilo que borra la distinción públi- una condición. Se trata de asumir sas figuras de la ley. Así, somos
co-privado. “Los Repiolas” están alguna tarea que, en un primer mo- hijos, estudiantes, profesores. El

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nombre es aquello que nos inscribe puede ocuparse de maneras disími- mensajes con un cartel que rezaba:
en un lugar de la relación social. les, no convergentes en una comu- “No va más”. El director, suponien-
Esto es, si somos hijos, dependemos nidad de sentido. do inofensivo este artefacto, no ima-
de la posición de autoridad; si so- ginó los efectos de su uso. Llegado el
mos padres o docentes, somos por- Allá por los setenta Michel De fin de semana los chicos leían en su
tadores de autoridad; si somos Certeau nos había advertido sobre radio local todos los mensajes en los
estudiantes, somos heterónomos de las prácticas singulares que hacen que se denunciaban las arbitrarieda-
una jerarquía. los usuarios de los espacios diseña- des de la escuela (Duschatzky,1999:
dos bajo una finalidad específica. 75-93).
Ahora bien, podemos objetar Mostraba la enorme gama de jue-
esta línea de razonamiento sostenien- gos y ardides de los paseantes de Estábamos frente a la invención
do que en cualquier época hubo ex- París que desafiaban itinerarios tra- de modos de hacer en espacios dis-
cesos, restos que se ciplinarios, claro ejemplo
movían por fuera del de una inteligencia social
universo de la ley. Es silenciosa que se las arre-
cierto, pero se trataba gla para ir más allá de los
de excepciones confir- límites poniendo en jaque
matorias de la regla, el poder total de una ma-
para las cuales la socie- quinaria. A diferencia de
dad había diseñado ins- “Los Repiolas”, aquellos
tituciones de encierro a eran alumnos, habitantes
la medida de esas “anor- creativos, pero habitantes
malidades”. A diferen- al fin, de un aparato insti-
cia de aquella realidad, tucional. Una cosa es un
“Los Repiolas” están en hacer más allá de la repre-
la escuela. Son chicos sentación y otra es un
padres, chicos violentos hacer suplementario, des-
o expuestos a la violen- gajado de toda represen-
cia, chicos con capaci- tación. En la lógica de
dades inadvertidas de usos y prácticas analizada
sobrevivir en la intem- por Michel De Certeau,
perie y permeables a las los sujetos no desconocían
presencias de otros. La los trazados existentes,
escuela se enfrenta en- sólo que se disponían a
Bojayá, “Ahogar las penas”. PIUPC, Universidad Nacional (Bogotá).
tonces a sus propios lí- cruzar las fronteras de un
mites, alberga en su devenir reglado. La dife-
seno sus des-hechos. zados y vivían la ciudad mediante rencia radical hoy, es que más que
formas libres de circulación (De de violación, transgresión o burla
Hay un dato interesante que for- Certau, 1990: 41-50). de límites, se trata de un recorrido
talece la hipótesis de una escuela que parece construirse en “territo-
hecha de presencias múltiples. Los En esta dirección, en La escuela rio liberado”.
chicos se acercan a la escuela pero como frontera, destacábamos expe-
la acomodan a sus conveniencias. riencias de invención llevadas a cabo
No hay en estas subjetividades una por los alumnos. Recuerdo, por ejem- 3. De la escuela-
representación de escuela ligada a plo, las argucias desplegadas por un institución a la
una función socialmente legitimada. grupo de estudiantes que frente a un escuela-nodo
Ellos van a la escuela pero no bajo excesivo control por parte de la di-
la condición alumno. La escuela de rección de la escuela había colocado Si la escuela no es espacio ple-
“Los Repiolas” es un espacio que en el patio un buzón para recibir no de propiedades representables

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que sólo puede habitarse en corres- cómo ampliar sus posibles es una reductible a la correspondencia
pondencia con su naturaleza, es un decisión que nos compete. con un estado de cosas; es posi-
nodo, un punto que reúne conexio- ble si un movimiento de pensa-
nes. Allí están los alumnos, “Los miento hizo que una potencia
Repiolas”, los profesores. Pero su 4. Sobre advenga existencia. Había en los
proximidad no está dada por un configuraciones chicos potencias de agregación,
sustrato moral. Unos y otros son múltiples de lo potencias permeables a las pre-
próximos en tanto se conectan a un social sencias conectivas que frente a
mismo punto de la red. Sus presen- una propensión (la convocatoria
cias no se afectan ni se mantienen Ahora bien, para que la escue- a reunirse en un grupo) tomó exis-
ligadas por sentidos compartidos. la pueda pensarse como un recurso tencia. Sugerimos pensar en tres
Pekka Himanen advierte al respec- de agenciamiento de múltiples componentes que hacen al tejido
to que la importancia de un nodo heterogéneos es necesario advertir artesanal de la vida social.
no deriva de sus rasgos
específicos, sino de su Lenguaje sin guión
capacidad de aportar
información a la red Se dice que el len-
(Himanen, 2002: 180- guaje ha perdido rele-
185). vancia en una vida
hecha de imagen y
Podríamos decir cuerpos enfrentados.
entonces que, más que Sin embargo, lo que
procurar dilucidar la parece haber declina-
singularidad de este do no es toda poten-
nodo respecto de otros, cia lingüística sino la
se trata de pensar qué eficacia de códigos ins-
hace a la existencia de tituidos fundadores de
una escuela hoy. Pare- una comunidad de in-
ciera que su “aporte” – tercambio comunica-
la red no pide más– es tivo. Así, asistimos a
constituirse en espacio Bojayá, “Cuerpos y ofrendas” . PIUPC, Universidad Nacional (Bogotá).
una gama de juegos del
de aglutinamiento de lenguaje (gato, bardo,
chicos y jóvenes. Para la red estos cómo se mueven, bajo qué formas mulas) que arman interlocución.
chicos tienen existencia si están en se producen, de qué está hecha la
la escuela, más allá de la cualidad y vida social de esos múltiples. Virno plantea que en la actua-
formas reales que tomen sus vidas. lidad posfordista la actividad del
Si la escuela es un nodo, su señal se Lo primero a destacar es que hablante informal ha ganado un
expresa en la capacidad de capturar “Los Repiolas” constituyen un lugar en la escena. No se trata del
una densa masa de operaciones pliegue que hace diferencia en el lenguaje sabio, del lenguaje como
conectivas. En esta línea, la forma- entorno vivido por sus miembros. instrumento referencialista del
ción del ciudadano, la moralización Se trata de una interrupción en el mundo, sino de una práctica
de los sujetos, pierde relevancia. El devenir aleatorio y desreglado comunicativa cuyos efectos no
valor de la escuela-nodo para la red que caracteriza la vida en el ba- pueden separarse de la misma
radica en asegurar conexiones dado rrio. “Los Repiolas” se inscriben enunciación, en la que poco im-
que un “usuario” de la red puede ser en el campo de lo posible y no de porta lo que se diga sino que el
potente conector de cualquier nodo. lo necesario, porque pensarlo decir, el dirigirse a otro, tenga lu-
El nodo es una condición que nos como lo necesario sería situarlo gar. Veamos entonces la capaci-
excede. Cómo pensar sus formas, en la imposibilidad de que no se dad de composición que tuvo
cómo aprovechar sus potencias y hubiera dado. Es necesario si es lugar mediante lo que Virno lla-

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ma “la actividad del hablante sin pensar las formas posibles que ad- agente en estado de intemperie re-
partitura” (Virno, 2003: 50-51). quiere la vida social en nuestros tiem- acciona o piensa desde sus dispo-
pos y en particular en la trama de nibilidades.
“Primero no los aceptaron en la relaciones que hacen a esta escuela.
colonia de verano porque sabían En primer lugar, quisiéramos distin- Una socialidad hecha de cuer-
qué tipo de chicos eran pero al guir la práctica de socialización de los pos se expresa de manera parado-
final entraron de favor y todo cuerpos de aquella que refiere a la jal, sufriente o exultante, corroída
cambió. El coordinador estaba socialidad de cuerpos. Una cosa es una o en su máximo despliegue. Se
muy desbordado y ellos ayuda- escuela actuando sobre los cuerpos, produce efectivamente en una
ban mucho en la contención y otra una escuela sostenida por los proximidad por momentos desme-
porque los profesores no tenían cuerpos que la ocupan. surada. De allí que el otro, en su
llegada a los chicos”. cercanía descarnada, resulte ame-
El poder político –nos enseñó nazante o, por el contrario, una
Toda enunciación es virtuosa Foucault– se ha ocupado de los convocatoria al encuentro.
porque está conectada a la presen- cuerpos instituyendo prácticas
cia de los otros. Podríamos sostener, que mediante el control delimi- Afección a las presencias
siguiendo a Virno, que “Los Repio- taban sus confines. El cuerpo apa-
las” ponen en escena una porosidad rece así como una superficie de “Esa vieja me odia. Ella fue la
capaz de capturar indicios de posi- inscripción de prácticas y discur- que me echó de la escuela. Yo
bilidad. En este caso, de posibilidad sos capaces de producir los cáno- volví porque Graciela lo con-
compositiva. La escena nos muestra nes del placer y la sexualidad. El venció al director. Yo sé que a la
a un profesor que, munido de saberes cuerpo que sostiene a diferencia primera que bardee2 me tengo
especiales, no ha podido componer- del cuerpo sostenido (en un dis- que ir, pero yo no voy a hacer
se con los chicos y otro grupo de curso, en unas prácticas, en una nada porque no le puedo fallar
chicos que, sin partitura, despliega maquinaria productiva) es el efec- a Graciela, que se rejugó por
la potencialidad de la lengua. En to del estallido de los diques mí”, nos cuenta Clovis.
condiciones de desfondamiento, no socializantes. “Hoy no voy a dar
hay lugares preestablecidos de clases, estoy agotada. El otro día Las situaciones que relatamos y
interlocución; en consecuencia, el vino llorando una chica muy an- que son vividas por “Los Repiolas”
trabajo de comunicación es de per- gustiada. Al final contó que el en la escuela presentan un rasgo sin-
manente construcción de condicio- padrastro abusó de ella. Fue muy gular. Lo que se compone o se di-
nes (Corea, 2005: 41-93). difícil manejar la situación”. suelve es efecto de los avatares de
un encuentro. La estadía de Clovis
Corporeidad desmesurada En tiempos de cuerpos socia- en la escuela no está medida por
lizantes –instituciones– este tipo de convicciones o creencias acerca del
En un punto el cuerpo es la vida situaciones era sostenida por sus valor de estudiar sino por la capa-
misma o, como dice Merleau Ponty, engranajes (gabinetes psicológicos, cidad de ser afectado por una pre-
sólo a través de la carne del cuerpo instituciones de derivación). En sencia. El otro no es portador de
puedo tomar la carne del mundo. tiempos de cuerpos que sostienen una función o heredero de un man-
La vida sólo es si toma cuerpo, si la fragilidad de lo social, es cada dato; el otro es lo que su presencia
tiene lugar en un devenir de formas quien el que soporta la contin- pueda generar.
expresivas. De ahí que, el cuerpo, gencia desde la más absoluta vul-
en palabras de Deleuze, revele un nerabilidad. En este plano de No se trata entonces, a los ojos
lenguaje escondido, pero también inscripción, una cosa es el cuerpo de la desencantada subjetividad
el lenguaje forme un cuerpo (De- de profesores, y otra los cuerpos de pedagógica, de dar por agotadas las
leuze, 2003: 6-10). los profesores. En el primer caso, potencias de afectación social de la
cada docente opera sostenido por escuela, sino de advertir cuáles son
Tomaremos la figura del cuerpo, una comunidad de pertenencia y los modos proclives a producir afec-
entonces, como signo elocuente para referencia; en el segundo, cada ciones activas.

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DUSCHATZKY, Silvia, La escuela como fron-
Citas Bibliografía tera, Buenos Aires, Piadós,1999, pp.75-
93.
1 Este artículo está elaborado en el marco AGAMBEN, Giorgio, Lo que queda de DUSCHATZKY, S. y Corea, C., Chicos en
de una investigación en curso realizada Auschwitz, Valencia, Pre-Textos, 2000, banda (Los caminos de la subjetividad en el
desde FLACSO (Argentina) sobre “Vio- pp.159-155. declive de las instituciones), Buenos Ai-
lencia, escuela y subjetividad”. El campo res, Paidós, 2002.
de trabajo se sitúa en tres escuelas secun- BAUMAN, Zygmunt, Modernidad Líquida,
darias ubicadas en la periferia de la ciu- Buenos Aires, Fondo de Cultura Econó- HIMANEN, Pekka, La ética del hacker y el
dad de Buenos Aires, la provincia de mica, 2003, pp.7-20. espíritu de la era de la información, Barce-
Córdoba y el conurbano bonaerense. Las lona, Destino, 2002, pp.180-185.
COREA, Cristina y Lewkowicz, Ignacio, Pe-
notas de este texto se apoyan en el mate- dagogía del aburrido, Buenos Aires, Piadós, VIRNO, Paolo, Gramática de la multitud, Bue-
rial recogido en una de ellas, situada en 2005, pp.41-93. nos Aires, Colihue, 2003, pp.50-51.
el Bajo Flores, barrio empobrecido de la
ciudad de Buenos Aires. DE CERTEAU, Michel, L‘ invention du ZOURABICHVILI, Francois, Deleuze, Una
quotidien, París, Gallimard, 1990, filosofía del acontecimiento, Buenos Ai-
2 Bardear: Provocar. pp.41-50. res, Amorrortou, 2004, pp.33-64.
DELEUZE, Gilles, En medio de Spinoza, Bue-
nos Aires, Cactus, 2003, pp.6-10.

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