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LICEO BICENTENARIO ÓSCAR CASTRO ZÚÑIGA

DEPARTAMENTO: Filosofía
DOCENTE: Susana Zúñiga
CURSO/NIVEL: Tercero Medio

RETROALIMENTACIÓN DE GUÍA TRES “¿Cómo diferenciar respuestas válidas?


Nombre estudiante: Curso: terceros: Fecha semana:
A,B,C,D,E,F,G,H 27 al 30 de abril
O.A: Analizar y fundamentar problemas presentes O.C: Aplicar principios y herramientas de
en textos filosóficos, considerando sus supuestos, argumentación en el diálogo, la escritura y
conceptos, métodos de razonamiento e diferentes contextos, considerando la consistencia
implicancias en la vida cotidiana. y rigurosidad lógica, la identificación de
razonamientos válidos e inválidos y métodos de
razonamiento filosófico.
Instrucciones generales: Lee atentamente el texto e identifica la conexión con las actividades
anteriores. Realiza la actividad propuesta considerando la pregunta sugerida u otra que te importe
personalmente. Puedes plantearte una pregunta que requiera de investigación.

¿Cuántas respuestas posibles hay y qué caracteriza a una respuesta filosófica?


Como hemos visto en las guías anteriores, hay un modo de pensar filosófico, que se caracteriza por la
actitud crítica ante lo que se nos ha presentado incluso como obvio. Además, hemos visto que hay un modo
de preguntar filosóficamente. La pregunta filosófica busca profundizar en los temas hasta lograr, si es posible,
establecer las posibles causas de ciertos fenómenos. Ahora nos queda plantearnos la pregunta: ¿cómo saber
que nuestras respuestas nos acercan a la verdad, o por lo menos son mejores que otras? Este el problema
que vamos a tratar de aclarar ahora.
Los caminos para plantear respuestas filosóficas son variados; sin embargo, todas las perspectivas tienen algo
en común: la sospecha ante los supuestos, propia de la actitud filosófica. Como afirma Diderot: «El
escepticismo es el primer paso hacia la verdad» (Pensamientos filosóficos, 1746).
Algunos filósofos han plasmado sus respuestas en tratados técnicos y rigurosos; otros han intentado eliminar
del lenguaje filosófico todo concepto ambiguo, utilizando las herramientas de la lógica matemática para
proceder filosóficamente, mientras hay quienes eligen el uso de la intuición como guía de la reflexión. A pesar
de la diversidad, en las variadas perspectivas se reconocen elementos característicos del saber filosófico:
Mostrar conexiones: consiste en descubrir parecidos, causas y efectos, y relaciones de dependencia entre
varias afirmaciones con el fin de comprender la concepción del mundo en la que se inscriben.
Clarificar conceptos: implica clasificar, ordenar y matizar para despejar malentendidos y comprender mejor
un asunto que inicialmente parecía confuso.
Descubrir supuestos: significa poner de manifiesto lo que está implícito en las afirmaciones sobre un tema
para mostrar sus posibles contradicciones o descubrir implicaciones novedosas.
Pensar radicalmente: consiste en investigar un asunto desde sus raíces y fundamentos.

Ejemplo(s): Modelamiento de un(os) ejercicio(s)

Ejercitación: Reflexiona en torno a un problema o pregunta filosófica (puede tomarse alguna pregunta de las
actividades anteriores).
Como ejemplo, “¿Es bueno decir siempre la verdad?” u otra que te resulte interesante.
Responde tomando una postura partir de sus conocimientos previos, y elaborara una respuesta argumentada
para la pregunta elegida.
A modo de repaso, la pregunta filosófica se caracteriza por ser un tipo de pregunta que corresponderían a las
preguntas abiertas, y a diferencia de las preguntas cerradas, las preguntas abiertas no buscan nueva
información sobre la realidad, sino que cuestionan la forma en la que pensamos e incluso la forma en que
cuestionamos a la realidad.
Por ejemplo, la pregunta ¿cómo podemos estar seguro de la verdad de nuestras percepciones?
Esta pregunta ha dado lugar a una reflexión en filosofía sobre los criterios que debemos considerar para
determinar la verdad de las afirmaciones, lo que no ha quedado determinado aún, por lo tanto, no podría
darse una respuesta definitiva.
Por otra parte, podemos responder que la verdad de las afirmaciones sobre la realidad está determinada por
los acuerdos a los que hemos llegado como cultura. Esta segunda respuesta tiene consecuencias y genera otra
pregunta abierta que tendría relación con lo que entendemos por verdad, o por acuerdo. Además, podemos
preguntar, a partir de ahí, que tipo de verdad puede llegar el ser humano considerando la época histórica en
que nos situemos, la cultura etc.
El ejercicio implica pensar filosóficamente sobre algún tema y plantear una pregunta. Responderla y luego
analizarla en cuanto a su estructura. Las respuestas en filosofía, como pueden ser variadas, son juzgadas a
partir de los argumentos que las sustentas.
Por ejemplo.
Pregunta: ¿Es bueno decir la verdad siempre?
Las preguntas filosóficas, suelen exigir una investigación previa antes de formular las respuestas. Debemos
reconocer que no implica solo dar una opinión, sino argumentar nuestra afirmación.
Para responder esta pregunta debemos pensar en las distintas circunstancias en que podría estar en juego el
decir la verdad u omitir o, lisa y llanamente mentir. Preguntarse una y otra vez, responder y cuestionar lo
respondido. En esta fase en muy recomendable pedir opiniones a otras personas y dialogar. Además, por lo
general, es necesario investigar.
Las respuestas deben evidenciar este trabajo. Deben dar cuenta del proceso reflexivo, dialógico e
investigativo que implica. Por otro lado, les recuerdo que podemos realizar todo esto y no podr llegar a una
conclusión que nos deje satisfecho. Esta puede abrir otras preguntas, o debe estar planteada en forma
provisional, o sea, que por lo menos, hasta ahora tiendo a pensar de tal o cual forma…
Un estudio constata que mentir menos tiene efectos positivos en la salud
Expertos señalan las ventajas de algunos tipos de mentiras en el día a día
Beatriz G. Portalatín | Madrid
“Con la verdad se llega a todas a partes”. Con esta frase, seguramente hayamos recorrido parte de nuestra
enseñanza más arraigada. Decía Platón que "hay que tener el valor de decir la verdad, sobre todo cuando se
habla de la verdad". Pero además de actos de valentía y franqueza que hemos aprendido desde niños,
¿podría tener consecuencias positivas en nuestra salud?

"Asociar verdad con salud es una relación problemática y compleja", afirma el psicólogo Rubén González,
autor del artículo 'El engaño y la mentira en los trastornos psicológicos y sus tratamientos', publicado en la
revista 'Papeles del Psicólogo'. Pero esta conexión ha tenido una respuesta afirmativa en un estudio realizado
por investigadores de la Universidad americana de Notre Dame y cuyos resultados han sido presentados en la
120ª Convención de la Asociación Americana de Psicología. Uno de los datos más llamativos fue la media de
mentiras por semana que verbalizaban los americanos: 11 mentiras.
Durante 10 semanas analizaron las respuestas de 110 personas ante ciertas situaciones. La mitad de ellas fue
entrenada para decir menos mentiras. Precisamente, este grupo fue el que, según Anita E. Kelly, profesora de
psicología en dicha universidad y autora principal del estudio, "presentó mejoras significativas en su salud".
Tales beneficios iban desde menos sentimientos de tensión y melancolía a un menor número de cefaleas y
molestias de garganta.
Sin embargo, la mentira ofrece ciertas ventajas en las relaciones sociales. El psicólogo y criminólogo Jaime
Gutiérrez, perteneciente al Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León, asegura que "mentir es una
conducta adaptativa".
"Podemos asociar los beneficios con la ansiedad, es decir, con la verdad se disminuye la ansiedad. Pero
tampoco podemos afirmar que esto sea mejor o peor para la salud", indica este experto apuntando a que las
personas tienen distinto nivel de activación que, traducida en forma de ansiedad, es buena y necesaria.
Fundamentalmente, explica este experto, las personas mienten por tres motivos: para adaptarse a un
ambiente hostil, para evitar castigos y para conseguir premios o ganancias sobre los demás. "Por ejemplo, la
gente en su currículum vitae pone un nivel de inglés más alto del que realmente sabe, pero lo hacen para
conseguir un premio, un puesto de trabajo en este caso, y esa conducta no tiene porqué ser necesariamente
mala", desarrolla.
Buscar el equilibrio
Decía el médico y psicoterapeuta austríaco Alfred Adler que "la verdad es a menudo un arma de agresión. Es
posible morir, e incluso asesinar, con la verdad", por lo que a veces ser honesto no podría resultar tan bueno.
"En ocasiones decir la verdad, puede ser contraproducente", asegura Gutiérrez, no obstante, aclara que la
sinceridad es buena cuando las consecuencias son positivas para la persona que emite la conducta y para su
entorno.
Por su parte, Rubén González también apoya esta afirmación. "Hay que buscar el equilibrio entre lo que es
bueno para nosotros y para el que recibe la notica". Además, asegura que algunas veces puede asociarse
decir la verdad con signos de inocencia o falta de madurez, por tanto, en ocasiones la mentira puede ser
incluso necesaria.
Este experto divide la mentira en mentira 'prudente' e 'imprudente'. La primera es aquella que se dice para
adaptarse a la situación, la que es "necesaria" decir en ocasiones para evitar un mal mayor. Pone de ejemplo,
una situación peligrosa como estar en una habitación con mucha gente y que haya un incendio. "Puedes
mentir y decir a la gente que no está pasando nada y evitar así el caos. El control es necesario en estos casos",
detalla.
La segunda es cuando lleva consecuencias peores que dificultan ese equilibrio mencionado anteriormente.
Decir la verdad, puede tener consecuencias negativas en el otro. Esto es, hay personas que tienen que decir
siempre la verdad, "tener la conciencia tranquila", y esto "no siempre es bueno", puntualiza el psicólogo.
"Esta sensación de conciencia tranquila es la creencia de creer que han actuado bien y por ello 'se sienten
mejor' físicamente", explica.
Honestidad, un valor necesario
La honestidad, explica este experto, refuerza el que una relación, sea del tipo que sea, pueda ser mucho más
consistente y estable. Pero, "tiene que haber también otras cosas, es un valor que no puede ir separado del
resto", matiza.
"La honestidad absoluta en el ser humano no existe, es imposible que un hombre siempre diga la verdad".
Ésta, asegura, es un valor que debe ir añadido junto a otros: "De nada vale que una persona sea sincera, si le
faltan otros valores".
Como conclusión, los expertos aseguran que no podemos relacionar mentir en contextos cotidianos con una
peor salud, pero que es bueno que en la sociedad se eduque desde la honestidad y la franqueza. "Un
desarrollo moral adecuado desde la infancia, orientado en la verdad, es positivo", finaliza Gutiérrez.
Texto: https://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/09/03/neurociencia/1346690139.html
Analiza la respuesta dada y trata de estructurarla utilizando el siguiente esquema, identificando lo que es
información (premisa) y lo que es una conclusión.

Información 1: Platón afirma que es necesario decir la verdad siempre, pero que esta requiere de valentía
Información 2: Según algunos autores, es problemático asociar la verdad con un bien estar o con situaciones
saludables
Información 3: Un estudio realizado en estados unidos arrojo que decir la verdad baja la situación de angustia
Información 4: Otro autor afirma que mentir tiene una función adaptativa. Se miente para conseguir evitar
castigo o conseguir ciertos beneficios. Por ejemplo, mentir en la confección de un currículum.
Información 5: Algunos afirman que, muchas veces, mentir puede ser considerado prudente, cuando se evita
un mal mayor, o imprudente, cuando se produce un mal.
Información6: Otros autores afirman que se dice la verdad para tener la conciencia limpia, lo que deviene en
bienestar físico
Información 7: También se afirma que se debe ser honesto, pero solo ser honesto es suficiente, se debe
acompañar de otros valores.
Conclusión: Los expertos aseguran que no podemos relacionar mentir en contextos cotidianos con una peor
salud, pero que es bueno que en la sociedad se eduque desde la honestidad y la franqueza. "Un desarrollo
moral adecuado desde la infancia, orientado en la verdad, es positivo"
Observa si la información es suficiente para concluir como lo hiciste, si crees que falta información puedes
agregar. Si piensas que tu conclusión reconoce que no es definitiva, expresa por qué lo sería.
Esta conclusión no responde, en forma precisa, la pregunta que nos hemos planteado respecto a que, si es
bueno decir la verdad en todas circunstancias, pero considera que es importante educar para que se valore el
hecho de decir la verdad.

El trabajo tesonero todo lo vence

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