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INVESTIGACION DE LA AUTOVALORACION

1. El proyecto de experimento es adoptado de la psicóloga norteamericana T.V.


Dembo. Ella adapta un simple pero gracioso procedimiento para la revelación de las
ideas del hombre, su felicidad.

Actualmente este procedimiento experimental se usa mucho más ampliamente para


la revelación de la autovaloración y la conciencia de enfermedad en adultos y niños.

2. El experimento se conduce en forma de una conversación libre. El


experimentador traza en una hoja de papel blanco una larga línea vertical y le dice al
enfermo: "supongamos que en esta línea se colocan todas las personas del mundo,
aquí arriba (lo muestra) los más saludables y aquí abajo (lo muestra) los más
enfermos. )Dónde piensa usted que está su lugar entre todas estas personas, de
acuerdo al estado de salud? Ponga con este lápiz una señal, una cruz, en aquel
lugar donde usted piensa que se encuentra". (Al enfermo se le da un lápiz de color
para hacer el trazo). Es posible esclarecer y repetir las instrucciones pero por el
momento no se debe discutir la decisión del enfermo.

Luego al lado de la primera línea se traza otra línea vertical más y se le propone
una tarea análoga: "Si en esta línea se colocan todas las personas según su
inteligencia -arriba los más inteligentes (talentos), abajo los brutos y en el centro los
mediocres. )Dónde usted determinaría su lugar? (Se le propone al enfermo señalar
con un lápiz de color su lugar). En la tercera línea se colocan de la misma forma las
personas según el carácter. "Arriba estarán las personas de mejor carácter, abajo
las más malas según el carácter". (De nuevo se le propone al enfermo señalar su
lugar). La última y cuarta línea representa la distribución de todas las personas
según la felicidad. "Arriba las más felices, abajo las infelices". (Al enfermo se le
propone señalar su lugar).

Después de esto comienza la etapa más interesante de la conversación provocada


experimentalmente. En dependencia del lugar donde el enfermo colocó la cruz, se
le pregunta qué personas él consideraría infelices o felices. Puede hacerse también
la pregunta sobre lo que le falta al enfermo para la felicidad plena, lo que él entiende
por felicidad y de qué depende la misma.
Luego el experimentador conversa de esta misma manera con el enfermo en
relación con los otros tres indicadores. Así, si el enfermo se coloca a sí mismo entre
las personas más saludables, se le pregunta sobre cuáles personas él colocaría
entre los más enfermos, mientras que si él pone la cruz entre los saludables y los del
centro, se le pregunta qué le falta a él para reconocerse a sí mismo como saludable
por completo. Algo más cuidadosamente por la forma, se discute la autovaloración
del enfermo de acuerdo a la inteligencia: se le pregunta al enfermo con cuáles
cualidades de su inteligencia él está insatisfecho, qué personas considera las más
inteligentes y cúales considera las más brutas. El interrogatorio sobre la cruz por el
carácter se conduce así: se aclaran cuáles rasgos del carácter considera el enfermo
los peores y cuáles los mejores y en qué ve los defectos de su propio carácter.

FORMA DE PROTOCOLO

Salud Inteligencia Carácter Felicidad


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Preguntas Respuestas

4. El análisis de los datos experimentales se efectúa no tanto atendiendo a la


colocación de las señales o cruces en las líneas, sino a la discusión de las mismas.
Se pone en evidencia que en los adultos psíquicamente sanos y en los
adolescentes se descubre una tendencia posicional hacia un punto "un poquitico por
encima del centro", independientemente de su autovaloración y de su situación vital
objetiva. Interesantes datos de contenido que caracterizan la actitud de las
personas sanas frente a sus cualidades, lo pone de manifiesto únicamente el
interrogatorio posterior.

En diferentes enfermedades psíquicas la actitud "posicional" ante el experimentador


desaparece y las señales de la autovaloración manifiestan una tendencia hacia los
puntos extremos de la línea:"El más enfermo de todos" o "el más saludable", "el más
inteligente de todos", "el más infeliz", etc. Se manifiesta una disminución de la crítica
respecto a su propia enfermedad y su capacidades, depresión o euforia. Así por
ejemplo un enfermo de esquizofrenia en estado defectual, en los tres primeros
índices señala su lugar por encima del punto superior de la línea y únicamente en la
cuarta línea (felicidad) pone su señal en el punto más bajo de la línea, explicando
que "las personas felices son los creadores, los fundadores", mientras que a él se lo
impidieron los médicos, él nada pudo crear".

Una enferma que sufre de una afección reumática no aguda del sistema nervioso
central con psicopatización de la personalidad, elige las cuatro valoraciones
extremas: ella se considera a sí misma la más enferma del mundo, la más
inteligente y más buena por el carácter y la más feliz. "Las personas felices -explica
ella - son aquellas que saben arreglárselas bien en la vida, mientras que yo cuando
incluso trato de comprar algo, no tengo suerte".

Una enferma esquizofrénica con depresión, con ideas de autocondena, se valora a


sí misma como situada más alto que el nivel medio por la salud, la más mala por el
carácter, la más tonta y también la más infeliz.

Desde luego, estas manifestaciones de autovaloración no tienen ningún significado


absoluto; no se han establecido tampoco los tipos diagnósticamente significativos
para la autovaloración. Sin embargo, en caso aislado, este breve experimento con
la conversación contribuye al análisis de la personalidad del enfermo.

La valoración de la felicidad exige una mayor diferenciación en el proceso de


conversación. Es importante establecer hacia que están dirigidas las pretensiones
del enfermo o simplemente del investigado: se considera a sí mismo menos feliz que
lo que quisiera, debido a la insatisfacción con su propia personalidad, o está
inclinado a presentar pretensiones respecto a las circunstancias que le favorecen
insuficientemente, a pesar de que él mismo en todo es bueno y está lleno de
méritos?

Este mismo experimento con niños se hace algo diferente. La primera línea vertical
representa la valoración del crecimiento en correlación con el grado que estudia el
niño. Se introduce para aclarar mejor a los niños las instrucciones; ningún
significado de autovaloración tiene este criterio.

Luego siguen las líneas de valoración de la salud y la inteligencia (en las líneas ha
sido colocada toda la humanidad). En la valoración de la inteligencia se le propone
al niño marcar con un trazo el lugar de su vecino de pupitre y el lugar de su
maestro(a). Las últimas dos marcas deberán estar hecha por diferentes lápices de
colores para que posteriormente no sean confundidas. Este complemento es cierta
modificación de la metódica de Greef, propuesta para hacer el trazo hasta tres
circulitos que designan al niño, su condiscípulo y su maestro; el más largo
corresponde al más inteligente.

La valoración del carácter y de la felicidad se da sólo en comparación con los


alumnos de su grado. Después que han sido hecho todos los trazos de colores en
todas las líneas se comienza una conversación con el niño, cuyo objetivo es aclarar
las consideraciones del niño en una u otra valoración, como ha sido descrito en la
conversación con los adultos. Este sencillo procedimiento experimental da la
posibilidad de revelar la autovaloración de los niños, la cual puede considerarse
como uno de los indicadores de madurez de su personalidad.

La investigación de estudiantes de escuelas especiales descubrió un gran nivel de


espontaneidad de la autovaloración, ausencia de inclinación posicional hacia el
centro. Ninguno de los niños retrasados mentales se consideró a sí como enfermo
(la señal de salud reflejaba únicamente las enfermedades somáticas del escolar).
En los más pequeños y en los últimos grados de la escuela (posiblemente a
consecuencia de la hipercompensación) se descubría una autovaloración
extraordinariamente alta de la inteligencia y también del carácter y la felicidad (más
alta que en los escolares de los grados correspondientes de las escuelas masivas).
El sistema de Greef se encontraba únicamente en estudiantes de segundo grado de
las escuelas especiales. El interrogatorio mostró una extrema superficialidad de los
criterio de estos niños sobre la inteligencia, el carácter y la felicidad.

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