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INSTITUTO UNIVERSITARIO DE TECNOLOGÍA INDUSTRIAL

“RODOLFO LOERO ARISMENDI”


EXTENSIÓN CARACAS
Período Académico: S2-2021

INFORME:
ANÁLISIS TRANSACCIONAL.

Docente: ANA PALEONE

Alumno: MIGUEL ANTONIO GARCÍA LÁREZ C.I:30.673.701

CARRERA:DISEÑO GRAFICO ASIGNATURA: DESARROLLO PERSONAL

SEMESTRE: 1 SECCIÓN: S1DA

CARACAS, OCTUBRE 2021


INTRODUCCIÓN

Cuando se observa atentamente a un individuo puedes ver cambios notables de


postura, puntos de vista, formas de hablar y dirigirse a los demás, la voz, entre otros aspectos de
conducta. Estos cambios casi siempre están estrechamente relacionados a cambios en el
sentimiento, cambios de humor, ciertos patrones de comportamiento se corresponden a un estado
de ánimo, mientras que otra serie de patrones de comportamiento se relaciona a otra actitud
totalmente diferente o incompatible con las otras, dando resultado a diferentes facetas de la
personalidad que siguen perteneciendo a un mismo individuo, estas facetas pueden ser
totalmente diferentes, pero no significa que sean irreconciliables. Hay que aclarar que tomar
estas distintas facetas no te hace mentiroso o hipócrita, al contrario, se está siendo totalmente
sincero con uno mismo, ya que estas facetas existen y te representan como individuo.
ENFOQUE TEÓRICO.
El análisis transaccional es un modelo decisional de la personalidad que ayuda a comprender la
relación con los demás y con nosotros mismos. Permite sentir y tomar conciencia de lo que
somos y de lo que necesitamos y deseamos. Asimismo, nos empodera frente al cambio y nos
permite tener autonomía e iniciativa en nuestro propio desarrollo personal.

Los objetivos del análisis transaccional son, básicamente tres: la conciencia, la espontaneidad y
la intimidad:

Ser consciente es ser capaz de distinguir lo que es real de lo que es fantasía. Es el


autoconocimiento.

La espontaneidad se relaciona con la expresión de los pensamientos, los sentimientos, las


emociones y las necesidades de uno mismo.

La intimidad es la capacidad de abrirse al otro, de ser auténtico y cercano.

ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD SEGÚN EL ANÁLISIS


TRANSACCIONAL.
Según el análisis transaccional tenemos cuatro posiciones vitales posibles:

Si yo estoy mal, tu estás bien

En el primer año de vida, el niño acumula una serie de sensaciones que le hacen sentirse mal. A
pesar de ello, también disfruta de buenos momentos en donde se ve atendido por sus padres. El
recuerdo de esta incomodidad, indefensión e inferioridad que vive el infante es el que puede
pervivir en el adulto. A lo largo de su vida, el individuo puede seguir repitiendo esta postura
psicológica que le llevará a un estado de postración interior y de desesperación (Book, 1996).

Si yo estoy mal, tu estás mal


A partir del primer año, cuando el niño empieza a andar se origina esta posición. En ese
momento, el niño puede moverse y buscar nuevos estímulos por sí mismo, lo que conlleva a una
reducción de las atenciones y caricias que obtuvo en el primer año. Además, hay tropiezos,
caídas y los padres reprenden con mayor frecuencia e intensidad, por lo cual, el niño empieza a
sentir que no sólo él está mal, sino que también lo están los demás. Esta posición implica mayor
dificultad en la terapia puesto que no solo se ve mal a sí mismo sino al terapeuta (Book, 1996).

Si yo estoy bien, tu estás mal

Esta postura surge en el transcurso del segundo y tercer año de vida. El niño que empieza a ser
reprendido por sus padres busca una compensación que viene dada por caricias que él mismo se
produce. Esta forma de auto compensación es una clara postura de supervivencia (Vosotros me
dañáis, pero yo puedo sobrevivir a vuestro daño), lo que genera un rechazo hacia otros que puede
producir una psicología criminal. Esta postura es propia del jefe o del padre arrogante, en
quienes predomina la fuerza y el desprecio por lo ajeno (Book, 1996).

Si yo estoy bien, tu estás bien

Las tres posturas anteriores son inconscientes porque fueron adquiridas a una edad muy
temprana, sin embargo, esta cuarta posición es una decisión consciente en donde nuestra
concepción de lo que es bueno no se limita a las propias experiencias personales, pues ya somos
capaces de trascenderlas. Esta postura es una muestra de autoestima que permite que los demás
no sean percibidos como temibles o rivales y genera que el individuo se sienta bien (Book,
1996).

En este sentido, cabe concluir que, a partir de la clasificación del AT en cuanto a las cuatro
posiciones vitales del individuo, ninguna persona “normal” vive exclusivamente en una de ellas.
Lo normal es que vivamos en una mezcla de las cuatro

LAS TRANSACCIONES Y LOS ESTADOS DEL YO.


Uno de los grandes logros del análisis transaccional es que propone una metodología y unos
conceptos básicos expresados en un lenguaje simple y sin tecnicismos, y a su vez facilita técnicas
para el cambio personal.

Las transacciones psicológicas se analizan mediante los estados del ego, distintos de los que
propuso Freud. Existen tres estados del yo: Padre, Adulto y Niño.
Padre: Se habla y piensa con los patrones aprendidos de una figura autoritaria en la niñez. Es una
copia de la infancia.

Adulto: Estado más racional y realista

Niño: Es el estado más impulsivo y espontáneo.

Un analista transaccional elaborará un diagrama en el que se podrá apreciar los estados del ego
que se manifiestan en una transacción. Por ejemplo, una transacción Adulto-Adulto puede ocurrir
cuando un cirujano está operando y hace una mirada a la enfermera para que le acerque la
herramienta de trabajo. Ésta se lo acerca produciéndose una transacción complementaria, donde
el gesto de mirar sería el estímulo de la transacción y la entrega de la herramienta la respuesta de
transacción. La comunicación será fluida mientras las transacciones complementarias continúan.

Pero, desgraciadamente, no todas las interacciones son complementarias y, por tanto, algunas son
disfuncionales, a lo que Berne llamaba transacción cruzada. Por ejemplo, en una relación de
pareja, uno de los miembros, en este caso la mujer, pregunta al otro miembro si ha visto sus
gafas. Y el otro miembro, en este caso el hombre, responde: “¡Siempre me culpas a mí de todo!”.
El hombre, en vez de responder con el ego “Adulto”, responde de forma impulsiva, es decir, con
el ego “Niño”, y aquí se produce un conflicto o una comunicación disfuncional.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

ANÁLISIS TRANSACCIONAL

BERNE, E. Transactional Analysis in Psychotherapy. Grovc Press. Inc., New York, (1961).

TRANSACCIONES Y ESTRUCTURAS DEL ANÁLISIS TRANSACCIONAL

BERNE, E. GAMES PEOPLE PLAY The Psychology of Human Relationships. Grovc Press. Inc.,
New York, (1966).

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