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Introducción
El Análisis Cualitativo de Contenidos constituye la técnica básica -por fundamental- del
análisis cualitativo de información. Vale decir, su concepción y su modo de proceder está a
la base de muchas de las técnicas en esta perspectiva de investigación: cuando hacemos
análisis de discurso, crítico del discurso, estructural o cuando usamos la teoría
fundamentada, etc. pasamos de alguna manera por este análisis de contenido.
Una segunda característica vinculada a la anterior es que, en nuestra cotidianidad, a veces
sin darnos cuenta y sin proponérnoslo, cuando trabajamos sobre distintos tipos de
materiales, especialmente sobre textos escritos, lo que más hacemos es análisis de
contenido. Por ejemplo, cuando tomamos una columna de opinión o un ensayo, vamos
leyendo y, a través de algún procedimiento, destacamos ciertas ideas que nos parecen
relevantes. Seguidamente, con esas ideas que consideramos importantes -en este capítulo
las llamo ideas fuerzas-, construimos uno o varios esquemas que nos permiten organizar los
sentidos que se expresan en el texto.
Dentro de este procedimiento, también hay quienes no solo buscan contenidos del texto a
través de los sentidos alojados en él, sino también a partir de las frecuencias de aparición
de ciertos conceptos o términos en su interior, según los propósitos del estudio o lectura
que se realiza. Hago esta mención para señalar que el análisis de contenido cualitativo
proviene en primera instancia, y como mostraré más adelante, de un ejercicio de
cuantificación de ciertas nociones incluidas en determinados textos. Así, se habla de la
existencia del análisis de contenido cuantitativo y del análisis de contenido cualitativo.
Enfatizando en la idea de la cotidianidad del ejercicio de análisis de contenidos, en especial
el de carácter cualitativo, propongo considerar su carácter artesanal. Esto porque, si bien
existen un conjunto de procedimientos, que han ido haciéndose más estandarizados, su
forma concreta de realización depende de forma importante, de lo que despliegue(n)
quien(es) lo utiliza(n). Así, en mi experiencia de investigación y de sistematización de
experiencias, he conocido múltiples formas de hacer este análisis en que se cautelan sus
componentes fundamentales y queda abierto un amplio espacio para la creatividad y
flexibilidad; esto permite responder a las condiciones específicas en que se realiza cada
proceso de producción de conocimientos. Así, desde nuestro oficio de pensar lo social,
podemos desplegar la artesanía intelectual a que hemos sido invitados/as (Mills, 1959).
Como ya adelanté, este texto surge desde la sistematización de mi propia experiencia de
investigación, y el uso del análisis cualitativo de contenidos en diversos estudios sociales.
De igual forma me he nutrido del aprendizaje con estudiantes de pre y posgrado a quienes
1
Sociólogo y educador popular. Integrante del Núcleo Sentipensante de Metodologías Participativas y
coordinador académico del Núcleo de Investigación y Acción en Juventudes del Departamento de Sociología
de la Universidad de Chile. claudioduarte@uchile.cl
he acompañado en sus trabajos de Tesis o en la docencia en cursos de métodos de
investigación. Considero también elementos de los debates que en mi experiencia he tenido
con colegas del oficio de provocar la imaginación sociológica.
Este capítulo consta de cuatro apartados. En el primero, me refiero a elementos del
contexto de emergencia de esta estrategia en el siglo veinte como expresión de los debates
en las ciencias sociales. En el segundo, reflexiono sobre las cuestiones epistémicas que
fundamentan y distinguen al análisis cualitativo de contenidos. El tercer apartado contiene
un conjunto de procedimientos y técnicas para develar los contenidos de un texto.
Finalmente incluyo algunas reflexiones a modo de desafíos que el uso de esta estrategia
tiene en la investigación social.
Con esta guía, volví a revisar en profundidad todo el material, asignando los códigos
respectivos a cada fragmento que me pareció vinculado a las ideas del estudio. El detalle de
ese procedimiento lo describo más adelante.
2
En mi experiencia investigativa, la matriz de producción e información tiene la misma estructura que la matriz
de análisis. Considera las interrogantes de estudio, objetivos y cuestiones teóricas y avanza concretizando en
dimensiones y subdimensiones hasta llegar a los tópicos que orientan la elaboración de cada instrumento a
utilizar en el trabajo de campo.
procesual ya indicada. El paso tres dialoga de forma más directa con el material, incluso con
el posible lenguaje que utilizan las personas que aportaron información -el plano sintáctico
que reflexionamos más arriba-; con él decidiremos los tópicos que nos interesa identificar
en el material a analizar.
El cuarto y último paso para construir la matriz es la asignación de algún tipo de símbolo
alfanumérico o de otro tipo que permita a quien(es) hará(n) el análisis, homologar el
abordaje de la información. En mi experiencia he usado diversos formatos, el más útil ha
sido la numeración, tal como lo propongo a partir de la matriz que fue elaborada por Diego
Villarroel (2019) en una investigación con organizaciones juveniles de la población Lo
Hermida en Santiago de Chile titulada: “Cómo lxs jóvenes de organizaciones poblacionales
se movilizan en la actualidad”. Enfatizo el potente contenido teórico que tiene el ejercicio
realizado por Diego, su alta coherencia interna y me consta, por los resultados de dicha
investigación, que fue de gran utilidad para los resultados a que arribó.
Aquí quisiera enfatizar en algo ya señalado, y es la cuestión de la coherencia interna que
aporta este ejercicio de elaboración de la matriz de análisis, en tanto permite y desafía a
que los tópicos que vamos a poner de relieve, en el análisis pormenorizado de la
información, sean continuidad de nuestras preguntas y objetivos de investigación, así como
de las cuestiones teóricas que estamos usando.
De igual forma, es importante considerar que, en su elaboración, esta matriz exigirá un
ejercicio recursivo -adelante atrás- para retroalimentar cada objetivo y sus (sub)
dimensiones hasta llegar a los tópicos que utilizaremos. Los cuales también pueden ir
ajustándose, como veremos, en el momento de la codificación.
1. Indagar en las 1.1. Función Define las raíces Origen social de la 111
dimensiones movilizadora del problema y la población
que configuran solución
los marcos de Problemas 112
injusticia en las
organizaciones Soluciones 113
sociales de Define una Como la organización 114
jóvenes de la injusticia a permite explicitar
modificar conflictos
población Lo Cómo interpretan los 115
Hermida. conflictos
3. Analizar los 3.1. Definición Diagnosticar: Quienes son los otros 311
aspectos de un problema considerar una
relevantes social condición o
donde afirman evento social
su capacidad de como
agencia las problemático.
organizaciones
sociales de Pronosticar: Planes para la solución de 312
jóvenes de la proponer una la problemática; ¿cómo se
población Lo solución para la han organizado para llevar
Hermida. condición o a cabo sus objetivos?
evento social
problemático.
En términos del procedimiento -una vez preparada la guía para el caso inductivo, o la matriz
para la variante deductiva- la codificación de la información se realiza a través de al menos
cuatro movimientos simultáneos:
1. Descomposición del material en unidades. A partir de la lectura pormenorizada del
material, se van destacando los diversos segmentos de este, cuyo contenido refiere
a alguno de los tópicos de la guía/matriz. Junto a ese destacado se ha de indicar el
código respectivo. Considere que, si bien los códigos debieran ser exhaustivos, es
decir referir de forma suficiente y excluyente a una sola noción, es posible que el
habla analizada remita simultáneamente a más de una idea. Mi sugerencia es no
tratar de decidir todavía a cuál de los códigos podría vincularse esa idea fuerza, más
bien podría dejarse más de un código y en la medida que el análisis pase al momento
siguiente resolver dónde queda mejor.
2. A medida que avanza en la lectura y codificación, tome nota de intuiciones, primeras
ideas, posibles nudos temáticos que le van surgiendo para considerar en los pasos
siguientes. La teoría fundamentada sugiere la elaboración de memorándums
(Strauss & Corbin, 2002)para hacer este registro; desde mi experiencia lo asocio
también a las notas de campo que vamos haciendo durante todo el proceso
investigativo, solo que en este caso vamos enfatizando en nociones que podrían
avanzar hacia posibles resultados y hallazgos del estudio, cuestiones teóricas a
considerar, asuntos sobre los que puede estar faltando información, entre otros
aspectos. Recuerde que puede hacer ajustes a la guía/matriz a medida que la va
usando, incluyendo nuevos tópicos y códigos, cambiándolos de posición, entre otras
posibilidades que exigen apertura y flexibilidad reflexiva de quien(es) analiza(n).
3. Una vez que ha completado la lectura de las transcripciones, tómese un tiempo para
revisar la información sobrante, permitiendo nuevos agregados si hubiese
cuestiones importantes. No es necesario forzar la inclusión de todo el material, ni
siquiera de la mayoría de este.
4. Una de las inquietudes que emerge constantemente desde estudiantes tesistas es
sobre la confiabilidad del análisis de información que se realiza en este momento de
la codificación, entendida ésta como la selección del material que ayudará a
responder las preguntas contenidas en el objeto de estudio. Una forma que ayuda
a avanzar en esta confiabilidad es diseñar una estrategia para el control de calidad
del proceso. Este cuarto movimiento, ha sido muy útil en las experiencias
investigativas en que me he vinculado, por ello valoro el trabajo colectivo de análisis
y en ese sentido, hacer una “revisión cruzada”, contribuye a aumentar la
confiabilidad y a provocar la seguridad en el equipo respecto de lo que están
logrando. Este control de calidad se hace planificando que la codificación -como un
momento del análisis- de cada transcripción o material sea realizado por al menos
dos personas. Así, de cada texto revisado se tendrán varias reflexiones, lo que
permitirá comparaciones, profundizaciones e incluso el desafío de nuevos análisis.
3.3. Tematización de la información
Este momento del proceso de análisis está directamente vinculado con el siguiente -
conceptualización de la información-, sin embargo, propongo diferenciarlos para establecer
la importancia de cada cual. De forma conjunta ambos momentos refieren a lo que
podríamos concebir como sistematización de información, que en lo global mantiene la
lógica de la sistematización de experiencias (Monsalves, Diaz, Duarte, 2021), solo que se
remite a un cierto conjunto de información producida por alguna vía3.
En el marco del análisis cualitativo de contenidos, la sistematización de información puede
conceptualizarse como un proceso de identificación de los temas más relevantes incluidos
en un cierto material (tematización) y la elaboración de un relato argumentado (sistema)
en que se vinculen dichos asuntos a través de su conceptualización.
En este momento abordaremos el proceso de tematización de la información, que retoma
lo codificado, pero ahora da el paso de agrupar las ideas fuerzas por asuntos comunes. En
términos prácticos, implica agrupar cada unidad de texto destacada -fragmento, segmento-
según la similitud de los códigos utilizados.
Por ejemplo, en la investigación ya mencionada sobre masculinidades en jóvenes de
sectores empobrecidos, utilicé una guía de análisis, en la cual la primera dimensión refería
a “La familia como espacio de aprendizajes de género” y su primer tópico era: “Lo que se
aprende en la familia”, usando el código 1.1.
A continuación, presento un formato de parte de los resultados de esta tematización para
este código. Incluyo en cada segmento destacado la pregunta o gatillador del diálogo
realizado a través de entrevistas en profundidad, para precisar en qué contexto
conversacional emergieron estas ideas; también, al final de cada fragmento incluyo una
señal del entrevistado respectivo, para organizar posteriormente de forma clara la autoría
de cada voz en el texto final.
3
La sistematización de información textual está a la base de la investigación documental (Valles, 1998)
11. ¿Qué has aprendido de tu familia para tu formación como varón? He aprendido, a no
ser tan amariconado. E5
11. ¿De qué forma influyó tu papá? Me decía que esto se hace acá, siempre me hablaba del
sexo nunca hubo como una vergüenza, siempre somos bien abiertos las cosas son así y así
son. ¿Y qué te decía por ejemplo? Me decía que tenga cuidado, que sea un poco más
cuidadoso en la parte de pololeo, siempre cuando pololeaba me decía cualquier cosa que
pase siempre anda con un condón en el bolsillo. E4
11. ¿Qué crees que tu familia espera de ti como varón? Mis dos hermanas, una no terminó
la enseñanza media y la otra llegó hasta cuarto no más, pero en la mujer no es tan esencial
el estudio; se supone que el hombre tiene que sacar adelante el hogar y esperan de mi más
futuro, no me puedo quedar así tampoco yo sé que no me puedo quedar así. E6
11. ¿Qué crees que en tu familia se espera de ti como varón? Que le responda a mi mamá,
que le responda bien que tenga una buena educación, así como mi mamá ha sido conmigo,
así que siempre estuvo preocupada de todo, siempre ha estado al lado mío, no como mi
papá. Igual voy a responderle con la misma moneda, teniendo un trabajo fijo teniendo un
futuro, teniendo una carrera nunca dejar de lado los estudios. E7
11. Tu familia ¿qué espera de ti como varón? Espera que yo salga adelante, que tenga un
buen trabajo, que me preocupe después, si es que tengo familia, de mi familia, que no
suceda lo mismo que yo he pasado, porque yo cuando chico veía muchas peleas de mis
padres y todavía las recuerdo, peleas grandes, siempre los veía pelear, algunas veces por
plata. Mi taita también antes era huiña pa’l copete, ya lo ha dejado ya, por eso se portaba
mal con nosotros. E2
4
Como planteé en la introducción a este capítulo, propongo un trabajo de artesanía con el material. En mi
experiencia casi no he usado programas computacionales para avanzar en el análisis. Parte del proceso de
tematización y posterior categorización puede hacerse con esos softwares.
de significado similar que representan fenómenos y se derivan de la tematización con un
grado de abstracción teórico más alto (Strauss & Corbin, 2002; Andreu, 2007). Dentro de
cada categoría pueden surgir ciertas subcategorías que son conceptos que pertenecen a
ella y que le dan claridad adicional y especificidad.
En lo específico, las propiedades refieren a características o atributos de una categoría,
permiten definirla y le dan significado. A las variaciones de una propiedad en un cierto
continuo o rango le denominan dimensión de las propiedades (Strauss & Corbin, 2002).
En mi experiencia investigativa, esta nomenclatura de categorías y propiedades se aclara
más cuando vinculamos, en este momento del análisis, el ejercicio reflexivo que hicimos en
el diseño de la matriz de producción de información. Así las dimensiones y subdimensiones
de la fase de producción podrían tener cierta correspondencia con las categorías y
propiedades, respectivamente, de esta fase de análisis. Tal como ya señalé, no es una
asignación mecánica, sino que está mediada-enriquecida por los aportes que el trabajo de
campo está haciendo en el proceso investigativo.
Al llevar adelante este momento de conceptualización de la información, estaremos en
condiciones de volver sobre la guía de análisis o la matriz de análisis que antes trabajamos
y nombrar a las dimensiones como categorías y a las subdimensiones como propiedades,
nutriéndolas de los contenidos que están elaborándose en el análisis del material. Tal como
planteé en la tematización de la información, se espera que en ese momento pueda
elaborar sistemas conceptuales, lo que implica establecer vinculaciones entre las categorías
y propiedades, al interior de cada objetivo, así como entre objetivos del estudio. Con ello,
podemos elaborar un relato argumentado de hallazgos y resultados que denominamos
sistema (en la lógica de la sistematización de información).
En cuanto al procedimiento, sugiero los siguientes movimientos:
1. Retomar las notas que registró en el primer acercamiento al material, en la
codificación y en la tematización. Ver qué ideas fuerzas se acercan a las cuestiones
que usted está buscando conocer con su estudio, considerando no solo lo planeado
sino también lo emergente.
2. Elaborar unos primeros esquemas en que aparezcan estas ideas fuerza y las posibles
vinculaciones entre ellas. Considere la posibilidad de construir distintos esquemas y
también diversas articulaciones entre ideas.
3. Si es necesario vuelva a revisar el material que agrupó por temas en el momento
anterior. Aquí sugiero avanzar por categoría -desde el conjunto de propiedades-
para completar primero un objetivo específico y luego seguir de forma similar con
el resto. Hay quienes, prefieren al momento de terminar un objetivo específico
pasar de inmediato a redactar un informe de resultados referido a ese propósito,
antes de seguir con el resto; como veremos en el momento siguiente, esa posibilidad
depende de las condiciones de cada investigación.
4. A partir de la revisión de lo señalado, elabore categorías que puedan contener las
ideas fuerza encontradas. Distinga, según lo arriba señalado, las cuestiones más
específicas como propiedades. Considere que esta distinción en categorías y
propiedades es útil para nosotros como analistas de lo social, y no necesariamente
requiere ser enunciado posteriormente cuando redacte su comunicación final. Para
profundizar en esta elaboración, compare fragmentos entre propiedades y
posteriormente entre categorías.
5. Para esta elaboración de categorías tenga a la vista sus preguntas de investigación,
sobre todo las actuales que pueden ser variaciones importantes de las interrogantes
iniciales, el diálogo con los posibles indicativos de respuestas a esas cuestiones, y las
referencias teóricas que está usando o que estén emergiendo.
6. Para la elaboración de propiedades, además de lo señalado en el movimiento
anterior, considere que ellas sean nutritivas de las categorías contribuyendo a
consolidarlas y a su profundización.
Tal como propuse en el segundo apartado de este texto, sobre las cuestiones epistémicas a
la base del análisis cualitativo de contenidos, en este momento es cuando se proyecta que
pueda explicitarse claramente el despliegue de los planos semánticos y pragmáticos del
estudio realizado. Para ello resultan fundamentales las interpretaciones basadas en las
categorías y propiedades elaboradas, en permanente diálogo con las hablas producidas
desde la muestra de la investigación y las conexiones con lo teórico. Ha de tenerse en cuenta
lo planteado en torno al contexto de producción del material analizado, así como el
contexto de enunciación de quien(es) investiga(n).
Por ejemplo, en la investigación sobre masculinidades en varones jóvenes de sectores
empobrecidos, las categorías y propiedades fueron las siguientes:
5
Por ejemplo, un buen informe final de una investigación en formato audiovisual lo produjo Juan Sandoval y
su equipo y se encuentra en: https://www.youtube.com/watch?v=4ky6asJvtxw&t=50s
que continúa ahora en la resolución sobre los contenidos, el formato y el tono del relato
final.
Como vimos antes, una de las cuestiones a cautelar, es la aparición argumentada del plano
pragmático del análisis que, si bien proviene del momento anterior, es la claridad y
profundidad de la nueva expresión elaborada por quienes investigaron -el informe final-
donde se juega buena parte del aporte político que su estudio puede tener (Duarte, 2013).
Podemos decir que este texto final es una expresión intensa del plano pragmático del
análisis cualitativo de contenidos.
Para escribir el texto de análisis de la información considere la inclusión de fragmentos de
la información producida en el estudio y que puedan ilustrar las ideas que va desplegando
en su argumento. No existe una regla que establezca el volumen de citas, ni su extensión
en el texto final; más bien es la virtuosidad de quienes comunican en la que debe confiar el
equipo para resolver qué se incluirá.
Sobre la base del ejemplo que hemos venido revisando en este texto, incluyo a continuación
parte de un artículo que elaboré con algunos resultados de esa investigación; en específico
los que referían a la socialización en la calle y dentro de ella las relaciones con las mujeres:
Las mujeres en la calle: lo diferente como contradicción
Las experiencias de relaciones con mujeres cobran importancia en tanto muestran que
la otredad en la construcción de las identidades masculinas es vivida y reflexionada como
comparación con las mujeres. Vale decir, se busca a las madres, las amigas, parejas o
hermanas para compararse y resaltar los elementos constitutivos de la propia identidad.
Dicha comparación se ubica a ratos en el discurso que denominamos de la masculinidad
tradicional, y tiende a reafirmar esquemas y modelos de discriminación hacia la mujer.
En otros momentos da cuenta del discurso que tiende hacia la búsqueda de alternativas
y que intenta superar estilos dominadores y proponer fórmulas igualitarias de relación.
En esta comparación distinguimos tres expresiones:
a) la distancia: refiere a la oposición en que no existe necesariamente la discriminación
explícita, la sanción abierta. Se manifiesta aquí con fuerza la alternativa velada y la toma
de distancia para diferenciarse sin hacer evidente la discriminación. Esta distancia
reafirma la hombría, aunque en su apariencia parece cuestionarla.
“No sé, la forma de pensar (nos hace diferentes). Uno piensa diferente a las
mujeres. Es que aquí en esta sociedad como que a uno le marcan que el hombre
tiene que hacer esto y la mujer tiene que hacer esto otro. Yo hago las cosas que
hacen los hombres, no hago las cosas que hacen las mujeres, entonces eso vendría
marcando más”. Andrés, rockero.
b) la contradicción: refiere a la exaltación de lo antagónico. La identidad se construye
por diferencias opuestas y se refuerza la asimetría [masculino + ---- femenino -]. Es la
construcción de la hombría partiendo del menosprecio de la mujer y de lo femenino.
“En la mujer no es tan esencial el estudio, se supone que el hombre tiene que sacar
adelante el hogar y esperan de mi más futuro. No me puedo quedar así tampoco,
yo sé que no me puedo quedar así”. Jonathan, rapero.
“La forma de ser un poco machista algunas veces, o de repente tu decís “no las
mujeres no pueden hacer eso, yo soy hombre tengo que hacerlo”. Rodrigo, rockero.
En ambas, en la oposición por distanciamiento y por contradicción hay un
acercamiento a la misoginia en sus expresiones de miedo y odio a lo femenino: “soy
hombre por lo tanto no soy mujer”. Se sigue de este miedo, la materialización de
conductas homofóbicas que a los hombres jóvenes les permite la diferenciación de lo
homosexual.
c) la semejanza por su parte aparece como una tercera expresión, pero que se separa
de las anteriores y se abre dentro de lo que podemos llamar el discurso de búsqueda de
la masculinidad alternativa. Este reconocimiento de la semejanza, como deber ser y como
proceso ya iniciado en la sociedad, se muestra en algunos ámbitos de lo laboral, en la
propuesta de igualdad de oportunidades, en cambios de actitudes en el trato, en las
formas de enfrentar la vida.
“Es parecido porque todos tenemos la misma oportunidad, porque si ellas lo
quieren, yo creo que lo pueden hacerlo igual, porque en estos tiempos se ven
mujeres que son mejores que hombres”. Roberto, bullanguero6.
Estas tres formas de construir identidad desde las relaciones de comparación con la
mujer, ya sea por oposición (distancia - contradicción) o por semejanzas, coexisten en la
cotidianidad juvenil. Cuando se plantea la pregunta entre hombres por las relaciones con
las mujeres en la calle, las reacciones-respuestas vienen por el lado de las risas, las
bromas y las mentiras. Es un ámbito de la vida juvenil que genera sensaciones agradables,
pero que también viene incorporando elementos de conflicto por los cuestionamientos
que han comenzado a surgir respecto de las relaciones que se establecen.
“Cuando nos juntamos salimos a recorrer las calles, somos puros hombres,
últimamente ha habido algunas mujeres, pero como son mujeres, es que en ese
grupo somos súper unidos los hombres y cuando hay mujeres siempre los hombres
como que piensan mal de las mujeres y dejan de lado a los hombres como es natural
en los hombres, por eso pasa eso, no nos gusta andar mucho con mujeres. Hemos
hablado y que por favor salgamos solos, porque siempre o estamos pendientes de
la mujer o estamos pendientes de ellos y no de los dos al mismo tiempo”. Andrés,
rockero.
Aquí aparece la señal del conflicto que, leída con atención, indica que no son las
mujeres quienes lo provocan, sino que son los propios varones que entran en tensión
ante la presencia femenina, debido a las visiones-estigmatizadas que tienen de ellas y a
la competencia por su atención que se suscita entre el grupo de amigos. Los celos e
inseguridades los llevan “a pensar mal de una mujer”, por lo tanto, la protegen, cuando
más parece una autoprotección. Lo que ven como dificultad es que ello trae como
consecuencia que se abandona a los amigos. ¿Que podría pasarle a un hombre que no
“cuida a su mujer” ?, la tentación más marcada es pensar que la podría perder y la
propiedad definida como “natural” está en juego. Al perder esa propiedad, lo que está
en riesgo es la capacidad personal para mostrar un elemento vital del ser hombre:
capacidad posesiva y de mando en la relación con las mujeres. Ante el conflicto que “ellas
le significan al grupo de varones”, ya que en la actualidad se muestran mucho menos
dependientes y más abiertas a seducir y a buscar pareja, la solución del grupo de hombres
es marginarlas, salir solos, esconder el problema. Esta característica es identificadora de
un estilo masculino tradicional de resolución de conflictos: escapar y no enfrentar. Así,
las normas de homosocialización que estos varones jóvenes establecen conjugan
contradicción y toma de distancia.
La mujer es en este caso referencia de identidad, pero se la busca por utilidad y no
necesariamente por lo que desde ella misma puede aportar. Es otra forma de
invisibilizarle y quitarle posibilidades de protagonismo, y al mismo tiempo de
autoafirmarse como varón en la lógica tradicional.
6
“Bullanguero”: forma coloquial de llamar a integrantes de la barra de fútbol Los de Abajo, del club
Universidad de Chile.
“Nosotros no tenemos muchas relaciones con mujeres en nuestro grupo, porque
nos juntamos y somos puros hombres. No tenemos mucho contacto con mujeres.
La forma de ser de nosotros, como que no va con juntarse con una mujer. Igual de
repente vamos a una fiesta y nos gusta hablar con minas7, engrupirlas8 y todo. Por
ejemplo, si hay una mujer, nosotros como que estamos más tranquilos, no podimos
hacer lo mismo”. Andrés, Rockero.
Otra forma de este conflicto, que va solapándose en la cotidianidad, es el
planteamiento común de que las mujeres no significan un problema para el grupo juvenil.
Esto contradice a la versión anterior, y contribuye a identificar actitudes para el análisis.
Por una parte, no se percibe en ellos una actitud que dé cuenta de la afirmación “de que
las mujeres no son un problema”, más bien este planteamiento tiende a quedarse en el
discurso, pero sin un correlato en la práctica. Por ejemplo, cuando aparece la exigencia
de las propias mujeres, para participar en grupos de rock, no es aceptada ya que ellas son
consideradas sólo como fans. Por otro lado, los hombres jóvenes no se auto perciben a sí
mismos como un obstáculo para la participación de las mujeres en sus grupos. Vale decir,
“ellas no tocan porque no quieren” sería la fórmula de la disculpa, pero “ellas no tocan o
no se integran al grupo porque con nuestras actitudes no se lo permitimos” difícilmente
aparecerá como una auto revisión de parte de los hombres jóvenes. Es que reconocerlo
implicaría poner en cuestión esta masculinidad que se pretende alternativa y que se viene
instalando en el discurso, pero se sostiene con mucha dificultad en las relaciones
concretas.
“No sé, porque hasta ahora no conocemos muchas mujeres que toquen
instrumentos, si hubiera mujeres a lo mejor no sería un problema, porque total con
que toque bien el instrumento no es problema”. Rodrigo, rockero.
Nuevamente la tensión-contradicción con la mujer. Anteriormente se las desalojó del
grupo, ahora se plantea que deben tener las mismas posibilidades. El medio camino entre
responder totalmente a la socialización tradicional o reconstruirse desde una visión del
ser hombre diferente, que se disponga a vincularse con ellas desde la semejanza/equidad
y no desde la diferenciación/discriminación. Es tensión porque se hace parte de la lucha
cotidiana por responder a lo esperado en tanto varón, que les violenta y exige, y es
contradicción porque en el proceso se mueven entre polos de los cuales les cuesta salir
para proponer otra lógica.
7
“Minas”: mujeres.
8
“Engrupirlas”: conquistarlas a través del habla.
Este método de análisis requiere para su uso y despliegue que las técnicas propuestas en
su procedimiento no sean rigidizadas por quienes la utilizan, ni se cristalicen en un recetario
de pasos (tipo manual) que terminen maniatando a quienes investigan y analizan
información, sino más bien constituyan una serie de pistas para moverse en este camino -
método- en que lo central está en aquello que se quiere conocer, la vinculación con quienes
se hace el estudio, la biografía de quienes investigan y la posibilidad de aportar con
conocimientos a la transformación dignificadora de la realidad. Por ello la idea de la
artesanía intelectual adquiere más sentido, en tanto se reconoce que cada persona puede
desplegar este oficio de análisis de lo social y utilizar este conjunto de herramientas, como
las aquí presentadas, para hacer su propio camino (método) en este proceso comprensivo
y crítico de lo social.
Este requerimiento se transforma en desafío epistémico, en tanto forma de conocer y a
partir del carácter de método base que he sostenido, se trata de una forma de análisis que
puede ser apropiada por personas de diversos ámbitos y no sólo de la práctica académica;
desafío de método, ya que, en tanto modo de hacer desde la cotidianidad de las y los sujetos
es posible recrear su procedimiento más allá de estandarizaciones que lo puedan rigidizar,
más bien abriendo permanentemente nuevas formas de producción de conocimientos; y
reto político, en referencia a que se han de explicitar: la interrogante sobre para qué
conocer y las posibles respuestas que cada colectivo se proponga con horizonte de
transformación social. Por esto quisiera enfatizar la importancia de que, quienes se vinculan
al estudio de lo social puedan apropiarse de esta herramienta -que también usan
espontáneamente en su cotidianidad- tal como proponen las metodologías participativas
latinoamericanas -Investigación Acción Participativa (IAP) y Educación Popular- y las
epistemologías feministas9. Con todo es un desafío al oficio, ya que nos provoca a
atrevernos a ser artesanas y artesanos del análisis.
Me permito señalar algunas limitaciones que este método presenta. Por una parte, es la
confusión que puede provocarse respecto de que se entienda que su carácter de método a
la base del enfoque cualitativo lo transforma en una forma superficial o fácil de trabajar.
Esto ha llevado a que se le descalifique porque no ofrecería posibilidades de hacer análisis
en profundidad o con alta densidad conceptual, y para otros resulta un atajo que pueden
tomar cuando quieren resolver en corto tiempo la tarea de producir resultados en un
proceso de estudio social. Estas derivas surgen de la confusión de entender método a la
base como una cuestión básica y de poca calidad o aporte en el campo cualitativo de
aproximación a lo social. Su enunciación en este texto busca ponerlas en evidencia para
tomar las cautelas necesarias que permitan su superación.
Otra limitación la he visto surgir cuando se ha de definir el carácter inductivo o deductivo
del proceso de investigación. Cuando se decide hacer el análisis con una matriz producida
desde la mirada teórica que sustenta el estudio, se tiende a prestar poca atención o se le
da poco valor a las ideas y nociones emergentes que desbordan lo planeado en dicha matriz.
De forma similar, cuando la teoría es usada como punto de llegada del análisis y se hace
más un análisis emergente, se puede caer en la tentación de “despreciar la teoría” sin
9
Ver el capítulo sobre Producciones Narrativas que Caterine Galaz y Catalina Álvarez ofrecen en este libro.
permitirse un diálogo virtuoso. Establecer cautelas epistémicas, que ayuden a enfrentar
estas tendencias, resulta fundamental si se quiere potenciar este método de análisis que
abre las posibilidades de análisis de acuerdo con lo que el colectivo que analiza lo social
defina como su mejor forma de trabajo.
Estamos en un momento del despliegue histórico de estos métodos en que podemos abrir
infinitas oportunidades de convertirles en apoyo a procesos emancipadores. Más aún si en
su utilización, logramos que los diversos colectivos sociales descubran que se trata de un
método cercano a sus realidades. Tenemos ahora la posibilidad de aportar en aquella
historia de este método, que revisamos brevemente, y que sigue escribiéndose hoy.
Por ello, cierro aquí este texto haciendo una invitación: a descubrirse cada cual como su
propio y mejor guía en este camino de artesanía intelectual a través del análisis de
contenido cualitativo. Lo aquí señalado quiere tener el tono de orientaciones para la acción
de producción de conocimientos y para mí ha sido también un ejercicio de sistematización
de mi propia experiencia de investigación y docencia.
Bibliografía
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