Está en la página 1de 10

ASIGNATURA

Procesos cognitivos PSG-209


TEMA
TRABAJO FINAL
PARTICIPANTE
Jenniffer Polanco Bonilla
MATRICULA
100030316
CARRERA
Psicología clínica
FACILITADOR /A
Heidy Lora, M.A.
FECHA
06-09-2021
Introducción

En el presente trabajo final de la asignatura procesos cognitivos, se nos pide


consultar el texto del libro procesos cognoscitivos, modelos y bases neurales Edward
Smith y Stephen M. Kosslyn.

Realizar un informe de investigación sobre las características que distinguen el


lenguaje humano de los sistemas de comunicación animal.

Este informa contara con cinco páginas las cuales estarán desarrolladas con
introducción, desarrollo, conclusión, bibliografía y opinión. Los temas serán abordados
de forma concisa y precisa.

Un informe es la descripción detallada de las características y circunstancias de


un asunto especifico. Como tal, recoge de manera clara y ordenada los resultados y
hallazgos de un proceso de investigación y observación, para ser comunicados a un
público determinado, que bien puede ser una audiencia especializada técnica, científica
o académica en este caso.

El lenguaje es un sistema de comunicación estructurado para el que existe un


contexto de uso y ciertos principios combinatorios formales. Existen contextos tanto
naturales como artificiales. Desde un punto de vista más amplio, la comunicación indica
una característica común a los humanos y a otros animales.

Los orígenes del lenguaje humano. Uno de los Enigmas mas complejos de la
Ciencia es como nació el lenguaje humano, es una pregunta que lleva siglos
atormentando a los investigadores. Uno de los mayores obstáculos al intentar
responderla es que seguimos sin disponer de prueba empírica alguna a pesar de
nuestros grandes avances tecnológicos. Este y otros temas se desglosarán en nuestro
trabajo final.
El lenguaje humano es un sistema de comunicación distinto al de los animales,
pues dispone de combinaciones, recursividad, creatividad.

Aunque los humanos comparten el 99% del ADN con chimpancés y gorilas, los
primates no humanos en general tienen una comunicación con características y
funciones diferentes a las de los humanos. Vemos también que el cercopiteco de
Etiopia es de especial interés en la comparación y en el posible origen de las palabras.

Se dice que el lenguaje se considera la modalidad más característica y


elaborada de comunicación en la especie humana, si bien comparte algunos rasgos
con otras formas de comunicación animal y humana pretendidamente menos
sofisticada. La existencia de estos rasgos comunes justifica la idea de que el lenguaje
humano, entendido como instrumento óptimo de comunicación entre los miembros de
nuestra especie, tiene su origen en otras formas de comunicación animal mas
elementales que encontramos en otras especies vivas y que perviven de algún modo
en los humanos actuales.

Se denomina zoosemiótica a la comunicación celular, biológica y animal, al


intercambio de señales que se da entre los animales, de cualquier especie. Los
animales tienen diferentes sistemas de emitir mensajes, utilizan su sensibilidad y sus
sentidos de olfato, vista, tacto, oído, y gusto para emitir y recibir mensajes. Usan cuatro
campos o sistemas de comunicación. El campo químico, el óptico, el táctil, y el
acústico, que como su nombre lo indica todos estos los perciben a través de sus
sentidos. El uso de estos, le permite abarcar olores, intensidad de la luz, movimientos y
el escuchar con claridad y precisión si alguien se acerca o se aleja, etc. Por ejemplo.
Un perro guardián, percibe claramente la presencia de extraños, sabe como avisar o
atacar si es necesario defender a su compañera humano. Percibe claramente el olor de
las personas conocidas y desconoce sin temor a equivocaciones cuando la persona
que esta cerca no es grata. La comunicación entre los humanos y animales de otras
especies también es muy frecuente, cuando se establece una relacion entre ambos,
como ocurre entre el perro y su compañero humano. El animal no humano aprende que
comportamientos son buenos y cuales no, y después a mantener un intercambio de
afecto y lealtad indiscutible. Pero muchas veces el humano se deja llevar por lo que el
cree que es lo que dice el animal en cuestión, humanizando la comunicación de la
fauna que hay a su alrededor.

El lenguaje humano se caracteriza por estar formado de elementos con


contenido semántico que están formados a su vez por elementos de un conjunto
restringido de sonidos, los fonemas, que carecen de significado, por su parte, las
señales de los sistemas de comunicación animal mayormente carecen de este grado
de estructura.

El lenguaje del cuerpo humano es muy rico y variado. En el cuerpo se graba


nuestra historia, ahí esta inscrito nuestro pasado, la modalidad de lo vivido, la historia
de nuestras experiencias emocionales. Nuestros músculos, corporales y faciales,
según rigideces y tensiones, a través de bloqueos energéticos relacionados con
vivencias afectivas, pueden llegar a modelar las formas somáticas de una determinada
manera, que, a su vez, dicen algo a los que nos observan acerca de nosotros mismos y
de nuestra forma de ser. Del mismo modo, es corriente atribuir a nuestros semejantes
mal humor, colera, recelo o desidia según una rápida, y a menudo inconsciente, lectura
efectuada a través de los rasgos de su rostro o las características de sus movimientos.

Si nos sentimos fuertes y seguros en algunas circunstancias de nuestra vida, es


muy posible que nuestra postura corporal sea firme, abierta, erguida la espalda, con los
hombros hacia atrás. Pero es posible que a través de nuestras vicisitudes personales
hayamos querido reaccionar siempre con la resolución ante los problemas de la vida,
que hayamos deseado no eludir nunca los conflictos, admirando a aquellos que se
comportan con seguridad y quizás con algo de dureza, de manera que nuestra actitud
se haya hecho permanente estable, como un rasgo de carácter, y tal vez haya llegado
a tomarse incluso rígida; entonces puede que nuestro cuerpo exprese igualmente de un
modo fijo, continuo, tal tendencia interior, y que toda la expresión somática transmita
esta constelación interna.

Otras experiencias pueden hacernos sentir inseguros, temerosos, desbordados,


como si estuviéramos oprimidos por ellas, como si los acontecimientos se tomaran
negativos y pesaran como el plomo sobre nuestras almas; seguramente entonces
nuestros gestos, espejo de nuestro interior, reflejaran el abatimiento que nos domina,
nuestra cabeza tendera a inclinarse, tal vez a contraerse los músculos de nuestros
hombros y a tensarse nuestra nuca. Si por las diversas circunstancias de nuestra vida
no nos parece muy sencillo nuestro paso por el mundo, no nos sentimos muy
satisfechos del trato que nos proporcionan nuestros semejantes o hemos tendido a
sentirnos de modo habitual victimas de un destino difícil, obligados a soportar
agobiantes problemas que nunca parecen terminar de disiparse, nuestro cuerpo se
habrá hecho cargo de tal modo permanente de sentir y opinar, y permanentemente
expresara tal sensación de agobio con un conjunto de gestos relacionados con la
tristeza.

Ambos modos estables de expresión somática forman parte de un amplio


abanico de posibles manifestaciones corporales, solidificadas, basadas, conformadas
según nuestros pensamientos y afectos, que se construyen a modo de defensa frente a
nosotros mismos y frente a nuestro exterior y constituyen lo que en bioenergética socio
analítica se conoce como coraza caracterial.

Los sistemas de comunicación animal habitualmente no se aprenden, sino que


son completamente innatos e instintivos.

El lenguaje humano es creativo, porque permite siempre la creación de nuevas


señales combinando elementos preexistentes. Esta capacidad combinatoria.

Para entender nuestro perro o gato, hasta cualquier animal, necesitamos saber
cuál es el código por el cual se comunican con otros congéneres y, por ende, con
nosotros. Para que exista comunicación, debe haber un cambio de comportamiento en
el receptor de la señal emitida por el actor de esta. Si no se entiende el mensaje, no
habrá comunicación, y eso es lo que pasa con mucha frecuencia en el entorno donde
viven nuestros perros y gatos.

Nuestros perros son capaces de establecer asociaciones entre nuestras


expresiones faciales y nuestros estados de ánimo, de manera que pueden predecir
cuando estamos contentos, tristes o enfadados. Según lo que lean en nuestros gestos,
ellos adoptaran una postura en consecuencia al mensaje emitido. Por eso tenemos que
hacer hincapié en aprender mas sobre su lenguaje.
Observando a humanos y animales se ha establecido una relacion entre los
sistemas comunicativos de ambos. Darwin advierte que, en todas las razas humanas,
se cambia el comportamiento a consecuencia de la continua observación.

Por lo general la comunicación no verbal se suele dar de forma inconsciente,


aunque en algunos casos se maneje con pleno conocimiento. La primera muestra de
igualdad entre hombre y animales en la comunicación no vernal la encontramos en los
ritos. Los ritos son actos comunicativos establecidos según una norma, tacita o expresa
de la tradición antropocéntrica occidentalista, que en los animales los ritos eran por
instintos, y en los hombres por la razón.

Pero las relaciones comunicativas van mas allá, y un ejemplo claro lo tenemos
en la organización territorial. Un ejemplo curioso fue la investigación de una universidad
estadounidense. Se coloco una chaqueta en la silla de una cafetería a primera hora de
la mañana. Se comprobó que nadie se sentó, no solo en esa silla, sino en la mesa. A
pesar de que la cafetería estuviera llena nadie osaba vulnerar el espacio que precisaba
esa prenda. Diversas especies marcan su territorio con orina, gritos y señales visuales
y sus congéneres saben que no pueden vulnerarlo, a no ser que pertenezcan a un
grupo ya configurado o que tengan intenciones hostiles.

Otro caso interesante es el que se produce en las situaciones de defensa. Si en


los animales comprobamos como se muestran sus armas, los gatos enseñan las uñas,
los perros gruñen exponiendo sus dientes, parece que en los hombres sucede lo
mismo. Así se comprueba como cuando se caldea el ambiente el hombre tiende a
erguirse. La razón es mostrar más tamaño.

Llama poderosísimamente la atención como manifiestan el enfado los niños y los


adultos, que algunos estudiosos como Darwin lo relacionan con dos animales distintos.
Mientras que en los niños el enfado se manifiesta con el alargar el labio inferior, como
lo hacen los monos antropomorfos, en los adultos se retraen, mostrando los dientes
apretados, como lo hacen perros y lobos. Sería inútil para un hombre intentar
defenderse con los dientes, sin embargo, el mostrarlos es un acto muy comunicativo.
Igualmente es el hecho de fruncir el ceño. Es un hecho que se produce en todas las
razas y culturas del planeta. Su origen parece estar relacionado, pues se observa que
distintos primates también lo fruncen, con el ancestral hecho de tener que mirar a lo
lejos para divisar con claridad un posible peligro. Este hecho de intentar vislumbrar a
otro animal a lo lejos provoca que se contraigan los ojos para buscar el punto optimo de
luz.

Estos son solo algunos de los ejemplos que podemos encontrar, aunque para
ser sincera hay infinitos.
Conclusión

En este trabajo pudimos conocer las características del lenguaje animal y los
factores que inciden o tienen que ver con el lenguaje humano de alguna forma.
Comunicar tiene relacion con transmitir, contactar, expresar, participar o intercambiar
algo, manifestar e informar, aunque existen muchos medios de comunicación que
transcienden la palabra. De hecho, esta es un medio más de comunicación
específicamente humano.

En cuanto al lenguaje animal es un lenguaje circunscrito siempre al presente y a


las circunstancias y necesidades mas inmediatas, como comer, huir, aparearse, luchar
y amenazar. Es un lenguaje concreto y con un escaso poder de creación de mensajes.
Es de carácter innato, es decir, no aprendido, y de ahí surge esa limitación básica. Es
más, el lenguaje animal exhibe serias limitaciones ya sea por ejemplo hablar, cantar,
expresar con palabras cualquier tipo de emoción, entre otras.
Bibliografía

(s.f.). Obtenido de https://personal.us.es/salguero/Publicaciones/Rasgos


%20definitorios.pdf

Kosslyn, E. S. (s.f.). Procesos cognoscitivos, Procesos y Bases Neurales. . En E. S.


Kosslyn, Procesos cognoscitivos, Procesos y Bases Neurales. (págs. 511-520).
Opinión

En mi opinión, el lenguaje humano, se basa en la capacidad que tenemos los


seres humanos para comunicarnos por medio de signos, mientras que la
comunicación animal, se basa en el uso de señales sonoras, visuales, y olfativas, a
modo de signos, para señalar a un referente o un significado diferente de dichas
señales. Los animales, al igual que nosotros, pueden tener una gran memoria, es decir,
tienen la capacidad de recordar el pasado. Igualmente, ambos podemos pensar en el
presente. Los animales siguen sus impulsos biológicos sin ser conscientes de que con
ello aseguran la perpetuación de la especie.

De este modo, podemos afirmar que la diferencia entre el lenguaje animal y el


humano no es sólo cuantitativa, sino de grado y cualitativa. Las capacidades
comunicativas de los animales no llegan, según Bickerton, más que a un nivel pre-
lingüístico o proto-lingüístico 

También podría gustarte