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LA COMUNICACIÓN & LA ADECUACIÓN PRAGMALINGÜÍSTICA

OBJETIVOS

El término comunicación es objeto de estudio de campos variados, es un ámbito interdisciplinar. Nos encontramos en el contexto
de un master en ELE, entonces el campo de reflexión se ceñirá al área de las cs. Sociales y los aspectos semióticos y lingüísticos
de la comunicación. Incluso en esta reducción de campo, resulta una gran diversidad de enfoques, pues nos encontramos ante
disciplinas emergentes que ofrecen puntos de vista innovadores. Nuestro intento será el de integrar un criterio sincrético y
heterodoxo los diferentes conceptos que se refieren a esta temática. Trataremos de establecer unos fundamentos básicos de la
comunicación humana. La comunicación se convertirá en el principal referente de todo el aprendizaje de ELE y tendrá relación
prácticamente con todas las disciplinas del máster.

1ra unidad: definición de la comunicación humana vs comunicación animal. Reflexión sobre las principales funciones que
desempeña.

2da unidad: diferentes componentes y variedades de la comunicación

3ra unidad: desarrollo del proceso comunicativo analizando como se estructura la interacción

4ta unidad: fundamentos de pragmática y adecuación sociolingüística

CAPÍTULO 1: Aproximación al tema

1.1. ¿Qué es comunicar?

¿Qué es comunicar?

Si nos remontamos a los orígenes de la palabra, tiene la base en la palabra latina COMMUNIS derivada de CUM-MUNUS, es
decir, del trabajo, servicio o función realizados participativamente o en compañía de otros.

Este sentido encaja, en parte, con la genuina idea de comunicación pero es mejor retrotraerse a un origen del término de carácter
más conceptual. 1ra versión: “comunicación es el proceso por el cual un objeto A transmite una de sus características, propiedades
o conjunto de propiedades, a otro objeto B”. Esta definición es tan genérica que se puede aplicar por igual a una comunicación
como al hecho de calentar una habitación con una estufa. Esta concepción se halla próxima a la planteada por los ingenieros
Shanon, C.E & Weaver, W. (1949):

En este nivel solo podemos discernir lo que es comunicativo de lo que es aislado. Se trata de la comunicación a nivel de mera
transmisión y, de hecho, su origen reside en los problemas de las telecomunicaciones.

1.2. Comunicación animal-humana

Antes de enfocarnos y centrarnos más en el ámbito comunicativo específicamente humano nos interesa reflexionar sobre las
posibles analogías u homologías entre la comunicación animal y la humana.

Es un tema debatido desde hace tiempo. Descartes defiende la existencia de una diferencia cualitativa entre los seres animales y
los humanos. Pero la misma existencia de la polémica y el estudio creciente de las semejanzas y diferencias entre el
comportamiento comunicativo humano y el de ciertas especies de animales nos hacen pensar que debe haber alguna razón para
utilizar en ambos casos el término “comunicación” con un valor similar.
Los defensores del evolucionismo biológico afirman que se da una continuidad en el desarrollo de las especies y que es
presumible una continuidad en los respectivos modos de comportamiento comunicativo. Según esto, los primates actuales son
“parientes colaterales” de los humanos (no antepasados). Si se habla de una analogía comunicativa es en base a una herencia
biológica común.

Podemos aceptar que la comunicación que se presenta en diversas especies animales (incluida la humana) está en estrecha relación
con el comportamiento social observado en dichas especies. Se trata de ver entonces qué diferencias se pueden descubrir entre los
medios de comunicación empleados por esos otros animales y los utilizados por la especie humana.

Repertorio de los rasgos básicos de la comunicación (Hockett, comunicación humana a través del lenguaje hablado).

1. Canal bucal – auditivo: se trata del medio de transmisión. La fuente emisora es la boca y el aparato receptor es el oído. El
habla tiene ventaja sobre otros sentidos, e.g. el tacto no permite la comunicación a distancia y la vista no permite la
comunicación en la oscuridad mientras en el caso del habla sí.
2. Capacidad de orientar las señales al receptor (selección locativa del receptor): muchos otros animales no pueden elegir la
orientación de sus señales mientras otros no como en el caso de las abejas o las hormigas “tienen que” realizar sus
señales con una orientación determinada dependiendo de la fuente del estímulo.
3. Capacidad de localizar la dirección y distancia de donde procede la señal: es una característica que los humanos
aprendemos. Un niño de meses no sabe de donde le hablan si la voz proviene de un lugar elevado.
4. Capacidad de emitir o interrumpir instantáneamente las señales: se refiere a la capacidad de los humanos para romper el
circuito conductista del comportamiento estímulo-respuesta (cuando una abeja encuentra una fuente de comida tiene que
comunicarlo, no tiene la capacidad de detener el mensaje) de manera que, a pesar de existir un estímulo para
comunicarnos, podemos decidir no producir la señal o interrumpirla en el momento de su emisión.
5. Capacidad de intercambiar los papeles de emisor-receptor: es lo habitual en una conversación. En algunas especies de
animales, en cambio, es normal que solo los miembros de un sexo emitan señales de apareamiento a las que solo
responderán miembros del otro sexo.
6. Capacidad retroalimentaria (feedback) para poder autorregular el mensaje que se emite. Esta característica nos permite
establecer la coherencia y cohesión de nuestro discurso. Esto lo conocemos de los humanos básicamente por la
introspección y por lo mismo es difícil afirmar o negar su existencia en otras especies animales. Por analogía del
comportamiento podemos concluir que se de en las especies de simios superiores.
7. Especialización bucal – auditiva:
- Permite realizar otras funciones simultáneamente
- Las consecuencias físicas del comportamiento del receptor no son proporcionales al estímulo comunicativo
producido por el emisor. Esto tiene que ver con los estímulos adecuados. Es normal que un estímulo de presión
corresponda un resultado de “presionamiento” proporcional. Lo que no parece proporcional es que a un estímulo
consistente en unas vibraciones sonoras -el habla- se sigan una serie de resultados “desproporcionados”, e.g. si yo
digo “dame el boli, por favor” el resultado sea la recogida de un objeto (boli) entregado por otra persona. Las ondas
sonoras del lenguaje hablado se manifiestan como un instrumento poderoso en nuestra intervención sobre nuestro
entorno humano.
8. Semanticidad (o referencia del signo a objetos). Si recogemos el esquema triádico clásico

Ya en tradición de los modistae se define “verba significant res mentiantibus conceptibus” (las palabras significan las
cosas por medio de los conceptos), i.e., los humanos tenemos un instrumento -el habla- que nos permite referirnos a
elementos de nuestro entorno o que no están presentes (habla desplazada) por medio de nuestros conceptos 1. Podemos
hablar tanto del aspecto de nuestro interlocutor como de los trajes de Napoleón o de la belleza.
9. Arbitrariedad de los signos (en oposición a iconocidad: el nombre o significante de la cosa a veces se parece o asemeja a
la cosa, objeto, propiedad, cualidad… referente que representa como es el caso de las onomatopeyas: “tic-tac”,
“quiriquiqui”, “din-dan”. Una fotografía puede ser un signo icónico de la persona o cosas fotografiadas. En el lenguaje
hablado humano los signos son arbitrarios en el sentido de convencionales, adoptados por un grupo social.
10. Carácter discreto o atómico de los signos (la diferencia entre dos signos es absoluta: no hay gradación, un signo
pertenece a la clase A o a la B). Es una característica propia de toda unidad funcional. Si dudamos haber escuchado
[karro] o [karo] tendremos que optar por una de las dos unidades, no cabe intermedio.
11. Carácter creador del lenguaje o productividad. Frente a la perspectiva que considera que el lenguaje hablado es un
comportamiento adquirido por mímesis (por repetición y tanteo sobre comportamientos observados) nos encontramos
con la evidencia de que ya nuestros niños producen en los inicios de su hablar expresiones como “no cabo”, “ayer
anduve” que nunca han escuchado pero responden a un sistema de regularización que les permite expresar
comunicaciones que nunca han recibido.
12. Carácter tradicional (capacidad de transmitir lo adquirido, la cultura). Aquí se subraya la propiedad abierta y flexible del
lenguaje humano que es entregado de una generación a otra, es decir, aprendemos una lengua durante mucho tiempo
frente a los sistemas de comunicación establecidos en el genotipo de algunas especies animales.
13. Carácter articulado (doble articulación). Según la RAE, articular: 1. Unir dos o mas piezas de modo que mantengan entre
si alguna libertad de movimiento, 2. Organizar diversos elementos para lograr un conjunto coherente y eficaz. A.
Martinet habla de la doble articulación del lenguaje humano. La primera articulación es aquella con arreglo a la cual todo
hecho de experiencia que se vaya a transmitir, toda necesidad que se desee hacer conocer a otra persona, se analiza en
una sucesión de unidades, dotadas cada una de una forma vocal y de un sentido. Algunos millares de unidades
[monemas] como ‘cabeza’, ‘duele’, ‘la’, ‘me’, ampliamente combinadas nos permiten hacer más comunicaciones que las
que se podrían conseguir con millones de gritos inarticulados diferentes. Cada una de estas unidades de primera
articulación presenta un sentido una forma vocal (o fónica). Pero no puede ser analizada en unidades sucesivas más
pequeñas dotadas de sentido. El conjunto ‘cabeza’ quiere decir ‘cabeza’ y no se puede atribuir a “ca-“, a “-be-“ y a “-za”,
sentidos distintos cuya suma sea equivalente a “cabeza”.
Pero la forma vocal es analizable en una sucesión de unidades, cada una de las cuales contribuye a distinguir ‘cabeza’ de
otras unidades como ‘capazo’, ‘majeza’ o ‘rareza’. Esto es la segunda articulación del lenguaje. Gracias a la segunda
articulación, las lenguas pueden limitarse a algunas decenas de producciones fónicas distintas [fonemas] que se combinan
para obtener la forma vocálica de las unidades de la primera articulación: ‘casa’, e.g., utiliza dos veces la unidad fónica
que representamos por el medio de /a/ y coloca delante de estas dos /a/ otras dos unidades que notamos: /k/ y /s/.
Así, si tenemos la expresión “los cocineros las prefieren buenas” podemos descomponerla en:

Cada segmento es un monema ya que a cada parte de la expresión acompaña o corresponde un contenido o significado,
e.g. el monema 1 esta expresado por “l-“ y significa “determinante del sustantivo”, el 2 está expresado por “-o-“ y
significa “masculino”, etc.
Con unos relativamente pocos monemas podemos construir con unas reglas de combinación (sintaxis) todas las oraciones
del español que son potencialmente infinitas, en el sentido de ilimitadas. Si tomamos un signo o monema como el 13

1
Aquí se inserta el problema de la referencia. “Es natural que a un signo, además de lo designado, que podría llamarse la
referencia del signo, va unido lo que podría ser denominado sentido del signo, en el cual se halla contenido el modo de darse.
Según esto la referencia de “lucero matutino” y “lucero vespertino” seria la misma, pero el sentido no seria el mismo. La conexión
regular entre el signo y su referencia es tal que al signo le corresponde un determinado sentido y a éste, a su vez, una determinada
referencia, mientras que a una referencia (a un objeto) no le corresponde solamente un signo. El mismo sentido puede expresarse
en diferentes lenguas e incluso en la misma, de diversas maneras” (Frege).
tenemos que su expresión o significante [buen] que no puede dividirse en más segmentos que posean significado, sí
puede dividirse en otros segmentos que poseen la función de discriminar las unidades con valor de distinguir significado
(fonemas). Siguiendo el método del mismo Martinet de conmutar los segmentos en pares mínimos, i.e., donde el contexto
es totalmente idéntico y cambiamos un segmento, e.g., ‘buen’/’bien’, vamos que los segmentos conmutados “-u-“ “-i-“
no poseen significado pero, en español, valen para distinguir significados, tienen función distintiva, son fonemas. Del
mismo modo, ‘bien’, se opone / distingue de ‘sien’, ‘cien’, éste de ‘caen’, éste de ‘caes’ y así encontramos todos los
segmentos que poseen capacidad de distinguir significados en español, por tanto, su fonemas.

Conviene precisar cuáles son las principales funciones del lenguaje humano. Para ello partiremos de una 2da aproximación a la
definición de comunicación: “es un instrumento que permite a los humanos referirse a la realidad e interactuar con otros
humanos”.

1.3. Las funciones del lenguaje humano

RAE

Función:

1.Capacidad de actuar propia de los seres vivos y sus órganos, y de las máquinas o instrumentos.

10.Papel relacional que, en la estructura gramatical de la oración, desempeña un elemento fónico, morfológico, léxico o
sintagmático.

11.Relación que los elementos de una estructura gramatical mantienen entre sí.

12.Cada uno de los usos del lenguaje para representar la realidad, expresar los sentimientos del hablante, incitar la actuación del
oyente o referirse metalingüísticamente a sí mismo.

13.Relacion entre dos conjuntos que asigna a cada elemento del primero un elemento del segundo o ninguno.

Nos aproximaremos al sentido que se recoge en la acepción 1 aunque lo trataremos refiriéndonos a las funciones más básicas del
lenguaje humano para, después, en línea de la acepción 12, desglosarlas en clasificaciones más específicas asociadas al lenguaje
hablado o escrito.

La distinción de funciones que establecemos es una distinción lógica pero que en realidad son funciones que se integran
mutuamente.

1.3.1. Conocer

Es un proceso de asimilación de conceptos a partir de percepciones originadas en los sentidos. En otras palabras, poseemos unos
sensores -los sentidos- que captan, perciben los elementos que la realidad les ofrece y los transmiten al cerebro que los procesa y
asimila organizando los conceptos. Para muchos autores el conocimiento es la función primordial del lenguaje humano. Piaget
considera que el niño construye su mundo mental a partir de estos conceptos y que el lenguaje humano se inserta en un momento
del desarrollo del mundo mental del niño. En definitiva, que la construcción del mundo mental comienza antes, incluso, de que se
inicie el desarrollo del lenguaje humano. Bronckart dice “es esencialmente en la formation du symbole chez l’enfant (46) donde
Piaget ha presentado su concepción de la adquisición del lenguaje. Nos limitaremos a reformular dos principios esenciales. 1.
Contrariamente a lo que afirman la mayoría de los filósofos, lingüísticas y psicólogos, la característica más especifica del hombre
no es el lenguaje, sino algo más general, una especie de capacidad cognitiva superior que haría posible el pensamiento
conceptual”. 2. El lenguaje no es más que una de las diversas manifestaciones de la función simbólica, elaborada por el hombre en
el marco de sus interacciones con el medio físico y social. Es esta función simbólica la que es el fruto, la realización de la
capacidad cognitiva superior evocada antes. El sujeto, a medida de la evolución de sus sistemas de trato, se construye primero
unas imágenes mentales, luego unos símbolos, y finalmente, unos signos de lenguaje. Por tanto, la creación de significantes es
indisociable de la misma actividad cognitiva.”

Esta es una visión basada exclusivamente en la consideración de la persona humana como receptora, ‘recogedora’ de
conocimientos y ‘concebidora’ de ideas. Parece que podríamos imaginar a la persona humana en soledad pariendo e interpretando
la realidad.

1.3.2. Comunicar

Ahora nos fijamos en el aspecto emisor de la persona, en su carácter social. Vigotsky prioriza este enfoque como causante del
desarrollo cognitivo de la persona: “el primer lenguaje del niño es esencialmente social, primero es global y multifuncional: mas
adelante sus funciones comienzan a diferenciarse. A cierta edad, el lenguaje social del niño se encuentra dividido en forma
bastante aguda en habla egocéntrica y comunicativa. Desde nuestro punto de vista, las dos formas son sociales aunque sus
funciones difieran. El lenguaje social emerge cuando el niño transfiere las formas de comportamientos sociales, participantes a la
esfera personal-interior de las funciones psíquicas. La tendencia del niño a transferir a sus procesos interiores, patrones de
comportamientos que fueron anteriormente sociales, es bien conocida por Piaget. El describe en otro contexto como los
argumentos entre niños dan lugar a los comienzos de la reflexión lógica. Sucede algo similar, cuando el pequeño comienza a
conversar consigo como lo ha estado haciendo con otros cuando las circunstancias lo fuerzan a detenerse y pensar, él ya está listo
para pensar en voz alta. Nuestro esquema de desarrollo (primero social, luego egocéntrico, más adelante lenguaje interiorizado)
contrasta tanto con el tradicional esquema conductista (lenguaje oral, cuchicheo, lenguaje interiorizado) como con la secuencia de
Piaget (desde el pensamiento autista, no verbal al lenguaje socializado y al pensamiento lógico a través del pensamiento y
lenguaje egocéntricos). La conquista del lenguaje por el niño ocurre a través de una interacción constante de las disposiciones
externas, por ejemplo, el lenguaje de la gente que se encuentra a su alrededor, las que proveen tanto estimulación como material
para la realización de estas disposiciones.”

En este contexto, comunicar significa “transmitir nuestros conocimientos a otra persona”.

Nuestros conocimientos son realidades mentales, psíquicas. ¿cómo podremos pues hacer partícipes de nuestros conocimientos a
nuestros vecinos si todavía no funciona la telepatía?

El milagro del signo

El carácter social de muchas especies animales explica que, para intercambiar sentimientos, ideas, conceptos, se asocien por
convención un contenido psíquico con un elemento perceptible (por un acuerdo social previo cuyo origen va desde el genoma,
como en el caso de las abejas, hasta la invención individual transmitida al grupo, como en el caso de un poeta que inventa una
palabra y la pone ‘de moda’. Es decir, una persona asocia un pensamiento, deseo, pregunta a determinados hechos perceptibles –
que en el caso del lenguaje hablado son sonidos o sus ‘equivalentes’ grafías – y esa asociación la comparte con otra/s persona/s de
su entorno o grupo.

El niño que ‘desea la mermelada’ (contenido psíquico) y produce los sonidos [mermelada] (elemento perceptible) que, por
convención de un grupo social (hablantes de la lengua castellana) saben el valor de esos sonidos, saben lo que significan. A esa
asociación entre el contenido psíquico y el elemento perceptible llamamos signo. Los signos, a su vez, se organizan en sistemas
que llamamos códigos.

1.3.3. Interactuar

Es el primer paso en la ontogénesis del lenguaje. Los humanos nacemos en el contexto de un grupo social. Desde nuestro
nacimiento, interactuamos, desarrollamos actividades cooperativas con los humanos de nuestro entorno. Estas actividades
comienzan incluso antes del nacimiento (sonidos y movimientos amén de otros aspectos neurológicos) y se desarrollan al nacer
por el olfato y el tacto primero y por el oído y la vista después. Son actividades incesantes, múltiples y variadas y es ahí, en ese
entorno, en ese contexto concreto, donde comenzamos a desarrollar nuestro código.

Bruner (86): “la adquisición del lenguaje comienza antes de que el niño exprese su primer habla léxico gramatical. Comienza
cuando la madre y el niño crea una estructura predecible de acción recíproca que puede serevir como un microcosmos para
comunicarse y para construir una realidad compartida”

“muchos de los procesos cognitivos que se dan en la infancia aparecen actuando en apoyo de actividades en relación a un objetivo.
Desde el comienzo, el niño es activo de una forma únicamente humana, convirtiendo la experiencia en estructuras con fines
determinados típicas de su especie”

“es obvio que una gran parte de la actividad del niño durante el 1er año y medio de vida es extraordinariamente social y
comunicativa”

“muchas de las primeras acciones infantiles tienen lugar en situaciones familiares restringidas, y muestran un sorprendente alto
grado de orden y sistematicidad”

“la naturaleza de las facultades originales cognitivas del niño, es que el carácter sistemático de las mismas es sorprendentemente
abstracto”

“el niño no se encuentra con el lenguaje de grado o por fuerza; éste está modelado para hacer que la interacción comunicativa sea
efectiva y armónica. Si es que hay un Mecanismo De Adquisición Del Lenguaje, la entrada a éste no es una avalancha de lenguaje
hablado, sino una estructura altamente interactiva… creo que este “arreglo” de la interacción del habla temprana requiere marcos
rutinarios y familiares para que el niño pueda comprender lo que está pasando, dada su limitada capacidad para procesar
información. Estas rutinas constituyen lo que califico como Sistema De Apoyo De La Adquisición Del Lenguaje.”

“la única forma en que se puede aprender el uso del lenguaje es usándolo en forma comunicativa”

“hay un Sistema de Apoyo de la Adquisición del Lenguaje que elabora la interacción entre los seres humanos, de forma tal que
ayuda a dominar los usos del lenguaje aspirantes a hablarlo. Es este sistema el que proporciona un apresto funcional que no solo
hace posible la adquisición del lenguaje sino que hace que ésta se desarrolle en el orden y con el ritmo con el que habitualmente se
produce”

“un vehiculo principal del Sistema de Apoyo de la Adquisicion del Lenguaje es lo que hemos llamado un formato. El formato es
una pauta de interacción estandarizada e inicialmente microcósmica, entre un adulto y un infante, que contiene roles demarcados
que finalmente se convierten en reversibles… Con el tiempo y con una sistematicidad creciente, los formatos se agrupan en
subrutinas de un orden más elevado y, en este sentido, pueden ser concebidos como los módulos a partir de los cuales se
construyen una interacción social y un discurso más complejos. Con el tiempo y con una abstracción creciente, los formatos llegan
a ser como fiestas móviles. Ya no están atados a montajes específicos, sino que pueden ser “impuestos” por mecanismos
ilocutivos en una variedad de situaciones. Cuando alcanzan esta forma más evolucionada, pueden ser correctamente llamados
actos de habla en el sentido austiniano”.

En este contexto la comunicación es un proceso de interacción a partir de un mundo compartido a partir de unos códigos
convenidos.

El panorama ha cambiado y no parece verosímil la hipótesis de que pudiéramos desarrollar nuestras capacidades cognitivas si no
es en un entorno cooperativo y participativo, interactuando con nuestros socios en el grupo humano donde nos han nacido.

Es decir, la interacción es el motor de desarrollo de nuestras capacidades cognitivas y, por supuesto, de las capacidades
comunicadoras.
1.3.4. Las funciones comunicativas

Se trata de desglosar las funciones del lenguaje humano tal como las han clasificado algunos autores teniendo como referencia el
marco comunicativo y con una perspectiva fundamentalmente de la comunicación como transmisión de mensajes.

a. Encontramos un planteamiento explícito en K. Bühler:

Recoge la idea de Platón (en su Cratilo) de que el lenguaje es un órgano o instrumento para comunicar uno a otro algo sobre las
cosas: “el nombre es, pues, un instrumento que sirve para enseñar y distinguir la esencia, como la lanzadera lo es para hacer un
tejido.”

Es un esquema muy en la línea de la tendencia conductista:

Surgen, pues, tres funciones:

1. La función expresiva que regula la relación entre el fenómeno sonoro y lo que nos indica respecto del emisor. Es la
función dominante en el género lírico donde el autor manifiesta sus sentimientos. Predominan las formas de 1ra persona
y son frecuentes los elementos calificativos y diminutivos para expresar los sentimientos del autor/a. abundan las
referencias al emisor y pueden ser léxicas, gramaticales o paralingüísticas.
2. La función apelativa que regula la relación entre el fenómeno sonoro y lo que nos indica respecto del receptor. Dominan
las formas de 2da persona dirigidas al R. y los elementos verbales apelativos como el uso del imperativo. Son frecuentes
las formulas exclamativas y los elementos suprasegmentales (entonación) y paralingüísticos (volumen, ritmo) para atraer
la atención y la voluntad de los interlocutores.
3. La función representativa que regula la relación entre el fenómeno sonoro y lo que nos indica respecto del mundo de los
objetos. Al tratarse de una función descriptiva, las marcas lingüísticas son las de 3ra personas y el modo indicativo.

Estas funciones no son excluyentes y pueden simulanearse en algunos enunciados. Estas funciones no se limitan al campo poético
si no que se utilizan en cualquier acto comunicativo.

b. Jakobson ampliará este esquema presentando un cuadro así:


Las novedades introducidas por Jakobson son:

- El componente “mensaje” y su correspondiente función poética subrayando la importancia y autonomía del estudio
del mensaje. El nos la define “la función poética proyecta el principio de equivalencia del eje de la selección sobre el
eje de la combinación”. Se trata de extender las equivalencias paradigmáticas como la rima o los paralelismos, al eje
sintagmático valorando los juegos creativos de carácter sintáctico. Dicho en palabras más simples sería la valoración
del carácter creativo del lenguaje tanto en sus aspectos formales como, y no solo, en los del contenido.
- El “contacto” y su correspondiente función fática. Aquí se subraya el papel del canal, lo que sirve para distinguir
entra relaciones personales comunicativas y las de mero contacto. Esta función se utiliza con frecuencia en las
conversaciones telefónicas cuando empleamos “mmm”, “si, si”, “ya, ya”, con la única función de comunicar a
nuestro contertulio que estamos, que no nos hemos ido, que el canal está ocupado. Igualmente podríamos
denominarla “la función del ascensor”. Cuando entramos en un ascensor, nos encontramos ante un vecino/a al que
no queremos abrir nuestro corazón ni queremos que nos cuente su vida pero tampoco queremos que piense que
somos sus enemigos. Para ello “hablamos” del tiempo, es decir, queremos comunicar que hay un canal que no está
roto pero que no queremos que se llene con contenidos comunicativos auténticos. Es una función, por tanto, muy
empleada en muchos momentos de nuestra vida rodeada y presionada por multitud de contactos con personas con
quienes no queremos comunicarnos realmente pero queremos manifestar nuestra aceptación de pertenencia a la
comunidad.
- El “código” y su función metalingüística. Es la función correspondiente a la reflexión lingüística sobre el lenguaje
objeto, en línea con la metasemiótica de Hjelmslev. Si hablamos de funciones lingüísticas y de eje sintagmático,
éstas son expresiones y palabras que pertenecen al análisis que hacemos del código.

c. Los “modelos” del lenguaje del niño en Halliday

Este autor recoge el planteamiento siguiente:

“el primer trabajo sugiere una interpretación funcional del desarrollo temprano del lenguaje del niño. Cuando un niño comienza a
aprender su lengua materna, aprende, en realidad, nuevos modelos y condiciones de existencia, y su evolución consiste en
aprender, una a una, un pequeño conjunto de funciones básicas del lenguaje, i.e., está aprendiendo a significar, y el potencial de
significación que está edificando es un reflejo de lo que puede hacer con el lenguaje”

“quizás uno de los modelos más simples del lenguaje del niño, y uno de los primeros en evolucionar, es el modelo instrumental. El
niño se da cuenta de que el lenguaje se usa como un medio para que las cosas se realicen. El lenguaje surge para cumplir la
función del “yo quiero”, la satisfacción de las necesidades materiales”

El modelo regulador del lenguaje se refiere a la utilización del lenguaje en la interacción entre el yo y los demás. Se utiliza el
lenguaje para definir y consolidar el grupo, para incluir y excluir, para mostrar quien es “uno de nosotros” y quien no lo es; para
imponer determinadas situaciones y poner en tela de juicio posiciones ya impuestas; el humor, el ridículo, la decepción, la
persuasión y todos los ardides lícitos y teatrales del lenguaje llegan a intervenir.

El modelo personal se halla vinculado con su conciencia del lenguaje, como un aspecto de su propia individualidad. El niño se ve
capacitado para ofrecer a otra persona aquello que le es propio, hacer pública su propia individualidad.

El modelo heurístico se relaciona con el lenguaje como un medio de investigación de la realidad, un instrumento para aprender
sobre las cosas… Cuando el niño pregunta, no busca hechos sino explicaciones a los hechos, generalizaciones acerca de la
realidad que el lenguaje permite explorar.

El modelo imaginativo relaciona al niño con su entorno de una manera distinta. El niño utiliza aquí el lenguaje para crear su
propio entorno, para que las cosas sean como el quiera.
El modelo representativo. El lenguaje es, además de todos sus otros aspectos, un medio de manifestar, de expresar propuestas. El
niño se da cuenta de que puede transmitir un mensaje a través del lenguaje, un mensaje que se refiere de modo especifico a los
procesos, personas, objetos, abstracciones, cualidades, estados, y relaciones del mundo real que le rodea.

Estas funciones no están secuenciadas siguiendo el orden ontogénico de su aparición. Sería muy importante si la investigación
correspondiente pudiera establecer esta secuencia. Hasta ahora solo tenemos conjeturas.

1.4. Resumiendo

Los humanos hemos desarrollado en el transcurso de la evolución una serie de comportamientos sociales que, en parte,
compartimos con otras especies animales.

Dichos comportamientos han derivado en la formación de convenciones cuya utilización permite, por un lado, la realización del
proceso comunicativo y, por otro, la organización de nuestro sistema cognitivo.

El desarrollo de los sistemas de convenciones llamados códigos ha sido posible gracias a la evolución de nuestro sistema fónico.

Dentro de los códigos como sistemas de signos con capacidad de comunicar, destacamos la característica de la doble articulación
que poseen las lenguas lo que produce una economía mental y de procesamiento que permite una comprensión y producción de
mensajes ilimitada.

Las funciones básicas del lenguaje humano del conocer, comunicar, interactuar, se integran en un proceso sin solución de
continuidad: en las diversas interacciones se crean convenciones cuya utilización nos permite comunicarnos y, al mismo tiempo,
procesar nuevos conocimientos.

En el marco comunicativo hemos seleccionado tres autores (Bühler, Jakobson, Halliday) que proponen una división de las
funciones permitiendo especificar una gama más matizada de ellas.

CAPÍTULO 2: Componentes de la comunicación

Introducción

Vamos a sentar las bases conceptuales en que se basa la comunicación. Vamos a seleccionar todos aquellos componentes que son
pertinentes para explicar el funcionamiento del proceso comunicativo. En este sentido es importante subrayar que comunicar es
más que informar, más que interpretar y no siempre es intencional.

Supone una codificación interpersonal, una convención que sea consciente o inconsciente.

¿Qué elementos o aspectos hay que tener en cuenta en la comunicación? (Poyatos, 1994)

- Los participantes
- El canal y el contexto
- El código
- El proceso

Trataremos los tres primeros aspectos en esta unidad y la 3ra unidad estará destinada a desarrollar el proceso comunicativo.

2.1. Partipantes

Nos vamos a referir básicamente a los participantes humanos en la comunicación. En la comunicación humana intervienen o
participan o comparten experiencias personas con funciones de interpretación:

a. Una interpretación -sentido musical- en la que una persona ejecuta una partitura, codifica un mensaje
b. Otra interpretación -sentido de la traducción- en la que otra persona traduce o descodifica esa señal
En ambos casos hablamos de intérpretes, porque ambos participan. Estos participantes poseen unos caracteres específicos que,
además, se concretan y varían en cada acto comunicativo:

2.1.1. Aspectos psicofisiológicos

- La memoria como “facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado”: es un campo inmenso que
abarca, por un lado, los diferentes “grados” de memoria.
- Momentánea: se refiere a lo que se está diciendo o escuchando en ese momento. Es muy importante para ayudarnos a
mantener la coherencia y la cohesión en nuestro comportamiento comunicativo.
- A medio plazo: se mantiene durante un periodo algo mayor -mientras se organiza la info en el cerebro.
- Permanente: la que funciona como almacén del que extraemos la info que necesitamos. Ello no significa que estén
amontonados nuestros recuerdos. De hecho existe, como ya indicaba Saussure, una facultad organizadora de todos los
elementos que se registran en la memoria.

Habría que distinguir también entre la memoria próxima/remota según retengamos info reciente o muy lejana en el tiempo (de
ahora/nuestra niñez). Debemos tener en cuenta la calidad de la memoria pudiendo ser ésta vívida y detallada frente a una memoria
vaga o imprecisa.

- La atención como postura de dirigir el foco de nuestra actividad psíquica a alguien o algo. Conviene distinguir la
atención auténtica, donde encauzamos nuestra dedicación con toda la energía de que disponemos en ese momento, de la
atención fingida en la cual dividimos nuestros órganos de percepción y los de procesamiento. Cuando se da la atención
fingida la comprensión comunicativa es muy inferior a la que se produce con la atención auténtica.
- Estado, situación de los sentidos emisores y perceptores: al margen de la atención e interés puestos en el acto, es
importante tener en cuenta como se hallan los sentidos de los participantes: si están “en plena forma” o están enfermos,
deteriorados o cansados.

Apartado que dedica el “Marco de Referencia Europeo” al contexto físico y mental del usuario o alumno:

Las condiciones externas en las que se da la comunicación imponen distintas restricciones en el usuario o alumno y en sus
interlocutores.

1. Condiciones físicas
- Para el habla:
 Claridad de pronunciación
 Ruido ambiental
 Interferencias
 Distorsiones
 Condiciones atmosféricas
- Para la escritura
 Impresión de mala calidad
 Mala letra
 Iluminación deficiente
2. Condiciones sociales
 Número de interlocutores y grado de familiaridad entre ellos
 Status de los participantes
 Presencia o ausencia de público o de observadores
 Naturaleza de las relaciones interpersonales entre los participantes
3. Presiones de tiempo
 Diferentes presiones para el hablante y el oyente y que el que escribe o lector
 Tiempo de preparación para discursos, informes, etc
 Limitaciones del tiempo disponible para turnos de palabras e intervenciones
4. Otras presiones
 Económicas, de ansiedad

La capacidad de todos los hablantes de poner en acción su competencia comunicativa depende en gran medida de las condiciones
físicas en que tiene lugar la comunicación. La comprensión del discurso se dificulta por el ruido, las interferencias y las
distorsiones. La capacidad de funcionar con eficacia y fiabilidad bajo condiciones difíciles puede tener una importancia crucial,
e.g. para los pilotos de líneas áreas que reciben instrucciones de aterrizaje donde no se admite margen de error. Los que aprenden
a realizar declaraciones públicas en Las tienen que utilizar una pronunciación especialmente clara, repetir palabras clave, etc para
asegurar comprensión. Los lab de idiomas han empleado a menudo cintas copiadas de otras copias en las que el ruido y las
distorsiones se encuentran en niveles que serian rechazados por inaceptables en un medio visual y que dificultan seriamente el
aprendizaje de la lengua.

Hay que asegurarse que todas las personas que se examinan de comprensión oral disfruten de las mismas condiciones.
Consideraciones parecidas se pueden aplicar, mutatis mutandis, a la comprensión y la expresión escrita. Los profesores y los
examinadores también tienen que ser conscientes del efecto que producen las condiciones sociales y las presiones del tiempo en el
proceso de aprendizaje y la interacción en el aula, y su efecto en la competencia de un alumno y en su capacidad de actuar en un
momento dado.

El contexto mental del usuario o alumno

El contexto externo está organizado de forma claramente independiente del individuo. Esta organización proporciona una
articulación muy sutil del mundo, que se refleja íntimamente en la lengua de la comunidad en cuestión y que adquieren los
hablantes en el transcurso de su maduración, educación y experiencia, al menos en la medida en que les resulta relevante. Como
un factor más de participación en un acto comunicativo, debemos distinguir, sin embargo, entre este contexto externo, que es
demasiado rico para actuar sobre él o incluso percibirlo en toda su complejidad, y el contexto mental del usuario o alumno. El
contexto externo es filtrado e interpretado a través de los siguientes elementos del usuario:

- El aparato perceptivo
- Los mecanismos de atención
- La experiencia a largo plazo, que afecta a la memoria, a las asociaciones y a las connotaciones
- La clasificación práctica de los objetos, los acontecimientos, etc.
- La categorización lingüística

Estos factores influyen en la percepción que tiene el alumno del contexto. El grado en que la percepción del contexto exterior
provee el contexto mental para el acto de comunicación es determinado por consideraciones sobre la relevancia a la luz de los
siguientes factores del usuario:

- Las intenciones al iniciar la comunicación


- La línea de pensamiento
- Las expectativas en función de la experiencia previa
- La reflexión
- Las necesidades, los impulsos, las motivaciones, los intereses, que provocan la decisión de actuar
- Las condiciones y las restricciones que limitan y controlan las elecciones de acción
- El estado de ánimo, la salud y las cualidades personales
De esta forma, el contexto mental no se limita a reducir el contenido de la info que posee el contexto externo inmediatamente
observable. La línea de pensamiento puede estar enormemente influida por la memoria, por los conocimientos almacenados, por la
imaginación y por otros procesos cognitivos -y emotivos- internos. En este caso, la lengua producida está sólo ligeramente
relacionada con el contexto externo observable. Pensemos, e.g., en alguien que se examine en una sala que no tiene características
específicas distintivas, o en un matemático o en un poeta en su estudio.

Las condiciones y las restricciones externas son también importantes principales en tanto el usuario o alumno reconoce, acepta y
se acomoda a ellas -o no consigue hacerlo-. Esto depende en gran parte de la interpretación que de la situación hace el individuo
en función de sus competencias generales como son, por ejemplo, los conocimientos previos, los valores y las creencias.

2.1.2. Papeles de los comunicantes

Solo mencionaremos el modo de funcionamiento que muestran los actores (el receptor también actúa interpretando como hemos
indicado) del acto comunicativo.

- Iniciativa comunicadora: es importante conocer cuáles son las estrategias para iniciar un acto comunicativo. Hay toda
una serie de ritos de inicio que varían de una cultura a otra y difieren en base a los rasgos caracteriológicos de la persona.
- Alternancia de papeles: en la conducta comunicativa, los roles varían mucho en su estabilidad & su diversidad.
 Asignados
 Elegidos
 Circunstanciales
 Los roles de emisor & receptor que varían según el grado de cooperación o de imposición en el acto comunicativo.

Estos roles condiciones el modo en que se desenvuelven los protagonistas del acto comunicativo, haciendo variar su registro, su
función comunicativa y su dedicación al acto.

2.1.3. Tipos de participantes

El acto comunicativo varía según el número de las personas que intervienen y en qué función lo hagan:

1 Emisor <-> 1 Receptor

Es quizás el esquema más básico de la comunicación que encontramos en multitud de variantes como: la conversación, el diálogo,
la compraventa, pregunta-respuesta, el debate, la correspondencia epistolar.

Varía el grado de especificidad de la comunicación: conversación es más neutro, más genérico mientras compraventa es mucho
más específico, aunque podamos subclasificar, todavía, esta actividad según el ámbito de la compraventa. Por lo mismo varía el
registro del acto entre más informal y más profesional.

1 Emisor <-> varios receptores

Al indicar con la flecha el sentido bidireccional indicamos que se trata de una interacción con alternancia de los papeles de
emisor-receptor como se da en: una clase participativa, un coloquio, una rueda de prensa, etc

1 Emisor -> varios receptores

Señalamos el carácter unidireccional del acto como se observa en una clase magistral, una conferencia, los sermones, mítines. En
el caso de la TV y el cine, hay secuencias de receptores: una primera fila donde se sitúan los receptores de “dentro” de la pantalla
sean artistas o personajes espectadores de un concurso o de un show; en la segunda fila estamos los telespectadores o
cinespectadores que recibimos el mensaje en una segunda entrega. en el caso de los libros, Umberto Eco opina que el lector de una
obra es receptor pero participante que interpreta lo leído y lo traduce, adapta y extiende a su mundo exterior, en cuyo caso sería
una variante de la anterior variedad de comunicación.
Varios emisores <-> varios receptores

Se da con frecuencia en reuniones donde participan todos o muchos. Está de moda en los coloquios de la radio y TV donde hablan
todos a la vez.

Este es el caso de clases basadas en la realización de tareas o proyectos donde hay una escala de participación desde la aportación
individual al pequeño grupo, la presentación comentada del pequeño grupo al conjunto de la clase y, finalmente, la puesta en
común de los resultados entre toda la clase.

Varios emisores -> varios receptores

Si lo miramos desde el punto de vista del telespectador o radioyente una mesa redonda se convierte en un foco emisor
multipersonal o para el lector de un periódico, éste resulta ser un conjunto de emisores a los que puede atender según su interés (el
del lector, del periodista y el del artículo).

2.2. Canal y contextos espacio-temporales

Estos aspectos forman parte del estudio de la comunicación no verbal en sus apartados de proxémica y cronémica aunque pueda a
ver dificultad a la hora de explicar su carácter de código o sistema comunicativo. Es decir, tanto el espacio como el tiempo son
categorías que intervienen en todo acto comunicativo. De ellos hay parte que no incide directamente en el proceso comunicativo
pero otra parte sí ya que podemos utilizarlos como instrumentos para comunicar aspectos del contenido que comunicamos. Se da,
pues, una intersección entre las categorías de espacio y tiempo, por un lado, y los aspectos semióticos, por otro.

En cualquier caso desempeñan un papel complementario pero determinante en la interpretación del mensaje del acto
comunicativo.

2.2.1. Espacio

- Ubicación: donde se desarrolla el acto comunicativo. No es el mismo mensaje de “¡Adelante!” dicho al escuchar un
golpe en la puerta dado por el ahora receptor, que el emitido en el avión con la puerta abierta por el jefe de la escuadrilla
de paracaidistas, que el enunciado por el jefe de redacción que ha leído el articulo del periodista que se halla ante él.
- Distribución del mismo: es muy importante conocer el valor asignado en cada cultura y en la psicología al reparto del
espacio:
 En el aula
 En un acto público
- Escenarios: lugares un poco rituales donde tienen lugar estereotipos comunicativos, e.g. la tienda, el cine, la estación, el
restaurant.

2.2.2. Tiempo

- Ritmo: RAE – “grata y armoniosa combinación y sucesión de voces y cláusulas y de pausas y cortes en el lenguaje
poético y prosaico”. El ritmo de la comunicación puede ser fruto de características individuales, pero también de
caracteres convencionales y por tanto utilizables con fines comunicativos. Basta con recordar el ritmo afectado de
muchos oradores o mitineros o políticos o locutores. Es muy importante tener en cuenta el valor comunicativo de las
pausas y los silencios. El silencio es muy comunicativo a veces y usado adecuadamente vale más que muchos sermones.
- Velocidad de habla: en parte está relacionada con el ritmo pero se puede distinguir en el sentido de que la mayor rapidez
o lentitud en el hablar, una vez más, puede ser debida a los caracteres de la persona pero también puede ser resultado de
una convención de manera que, e.g., en nuestra cultura, hablar a trompicones indica nerviosismo o ansia de cortar algo
urgente.
- Duración: periodo de tiempo que transcurre en el acto comunicativo. Podemos delimitar con claridad la unidad del acto
comunicativo. El acto comunicativo puede ser tratado como una escena o acto, bien sea monólogo, diálogo, debate,
cuestionario u otra actividad. Culturalmente, conocemos las diferencias existentes en la duración que se dedica
normalmente a cada actividad. Así un sermón en la iglesia hace 50 años duraba 30 mins o más, ahora no se excede más
de 10 mins. Sabemos que varía, según las culturas, el tiempo dedicado a realizar una compraventa, un saludo, una
despedida y muchos ritos sociales de cada grupo.
- Alternancia: la utilización de los relevos en el acto comunicativo según vayan cambiando los papeles emisores y
receptores de los participantes. Es muy importante tener en cuenta los códigos existentes en cada cultura para poder
llevar a cabo una alternancia cortés en los intercambios comunicativos.

2.2.3. Ruido

Nos referimos básicamente al ruido físico que produce una disminución en la percepción y consecuentemente en la
comprensión de la señal. Puede ser debido a la utilización de varios canales a la vez, como cuando uno escucha a otra persona
por teléfono y le comienza a hablar a otra a su lado mientras suena la radio y se oyen por la ventana los gritos de un vendedor
ambulante. Otras veces se trata del ruido debido al alto volumen de los sonidos del entorno. También el ruido puede ser
utilizado para provocar una mala comprensión cuando interesa que la comunicación no sea exitosa. Deberíamos hacer alusión
al carácter relativo del ruido ya que, cuando es escasa la fuente de sonido, la pérdida se da por muy poco ruido real que se
produzca. Este concepto de ruido es transferible a otras fuentes como la luminosa. El exceso de luz hace que perdamos la
percepción de la imagen que nos comunica. Igualmente debemos hacer referencia al valor relativo de esta fuente porque en un
momento de penumbra la percepción se debilita de igual manera.

2.2.4. Tipos de canales

También se habla del canal referido al medio físico de transmisión de la comunicación, aquí lo entendemos como los sentidos
participantes tanto en la emisión como en la percepción de las señales. Asi tendremos una serie de diferentes canales que
utilizamos en nuestras actividades comunicativas:

- Bucal-acustico: el habla directa, el teléfono


- Manual-visual: la escritura en papel u otro material, el ordenador, el móvil.
- Bucal-visual: cuando la voz se traduce a texto
- Manual-acústico: cuando el teclear se traduce en sonidos
- Corporal-visual: cuando utilizamos diferentes partes del cuerpo para comunicarnos
- Olfativo: en algunas ocasiones, se ha utlizado (e.g. en las minas para advertir el peligro de grisú, se expandia un gas
especial)
- Gustativo: poco empleado, cultura de los sabores (e.g. película “Como agua para chocolate”)
- Táctil: utilizado tanto en los saludos como ritos amorosos o de castigo. Variedad entre culturas es enorme.

2.3. Códigos

Un código es un sistema de signos, i.e., un conjunto de hechos perceptibles organizados convencionalmente para comunicar algo.

Es imprescindible, pues, distinguir lo que es individual o caracteriológico, propio de una persona o de muchas pero sin valor
convencional de lo que está codificado, lo que tiene un valor social para significar algo.
El código es, pues, el componente central de toda comunicación ya que es el meollo de la significación. Los códigos, a su vez,
suponen un entorno, un contexto, un “mundo compartido” que les permite funcionar y enmarcar cada acto comunicativo para su
correcta interpretación.

2.3.1. Comunicación antropológica

El hombre es un animal social e histórico, capaz de convencionalizar y de transmitir lo convencionalizado.

- Todo nuestro cuerpo se ha convertido en un instrumento al servicio de la comunicación


- Toda nuestra vida está inmersa en esta actividad fundamental de la vida humana

Algunos de los campos donde se establecen más explícitamente los códigos significativos:

- Ámbitos comunicativos
 Semiótica del texto: literatura
 Teatro & drama
 Mitología, ideología
 Música
 Opera
 Arquitectura
 Imágenes
 Publicidad
 Cómics
 Cine, tv, internet
 Fotografía
 Pintura
 Prensa & publicaciones periódicas
 El vestido
 Discapacitados: ciegos, sordomudos
 Comunicación animal
 Ritos

Cada uno de estos ámbitos consta de un conjunto de códigos que tenemos en cuenta cuando nos comunicamos en ellos: así en la
ópera habrá que tener en cuenta los códigos musicales además de los teatrales; en los cómics encontramos los códigos de los
globos, de las viñetas y su distribución, de las imágenes o dibujos.

Es interesante y necesario descomponer cada ámbito comunicativo en los diversos códigos que lo componen para poder
interpretar adecuadamente las interacciones que se establecen en ellos.

En el “Marco de referencia europeo” podemos recoger el capitulo 4 “El uso de la lengua y el usuario o alumno”. En su primer
apartado: “el contexto de uso de la lengua” trata de los ámbitos (esferas de acción o áreas de interés) en que se organiza la vida
social. Distingue los ámbitos personal, público, profesional y educativo. De acuerdo con esta distinción establece el cuadro
siguiente:

Contexto externo de uso: categorías descriptivas 1°


Contexto externo de uso: categorías descriptivas
A continuación trata de los “temas de comunicación”: “que son los asuntos del discurso, de la conversación, de la reflexión, o de
la redacción, como centro de atención de los actos comunicativos concretos. Las categorías temáticas se pueden clasificar de
muchas formas distintas. Una buena clasificación en temas, subtemas y “nociones especificas” es la presentada en el cap 7 de
Threshold Level (1990):

- Identificación personal
- Vivienda, hogar & entorno
- Vida cotidiana
- Tiempo libre & ocio
- Viajes
- Relaciones con otras personas
- Salud & cuidado corporal
- Educación
- Compras
- Comidas & bebidas
- Servicios públicos
- Lugares
- Lenguas extranjeras
- Condiciones atmosféricas

En cada una de estas áreas temáticas se establecen subcategorías. Para cada subtema se establecen nociones específicas.

Desde que nacemos, hasta que morimos, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, estamos participanto consciente o
inconscientemente en actividades comunicativas.

2.3.2. Cultura

Todo grupo humano posee un conjunto de códigos que lo identifica y, a la vez, lo distingue de grupos vecinos. A eso llamamos
cultura. “La cultura por entero debería estudiarse como un fenómeno de comunicación basado en sistemas de significación”. La
cultura es, pues, el sustrato que late en toda comunicación humana. En este sentido, la cultura se entiende como el estilo específico
de comunicarse que posee un grupo social en base al conjunto de códigos que utiliza. Recogemos un esquema que aparece en los
principales capítulos donde se pueden integrar los diversos códigos de cada grupo humano (Scollon-Wong, 95):

1. Ideología: historia & visión del mundo


- Creencias
- Valores
- Religión
2. Socialización
- 1ra la familiar
- 2da la informal ENCULTURACION (iniciación, introducción a una cultura)
- 3ra formal  EDUCACIÓN (guía a una cultura más refleja)
- 4ta  ACULTURACION (pérdida de cultura por presion de una segunda cultura fuerte)
3. Lengua & su uso
- Estructura & características de la lengua
- Predominio de alguna función del lenguaje
- Comunicación no verbal & cortesía
4. Sistemas de organización social
- Parentesco
- Concepto de la persona
- Relaciones inter & intragrupales
- Comunidad (natural) / sociedad (artificial)

Es muy importante caer en la cuenta de que la cultura es un conjunto articulado compuesto de códigos diferentes. Esto nos permite
establecer, en 1er lugar, que muchas culturas guardarán una relación de intersección puesto que participarán en códigos comunes a
la vez que poseen códigos propios.

A su vez podemos observar que cada persona pertenece muchas veces a miniculturas diferentes: joven, urbana, familia clase
media, cinéfila, cada una de las cuales tiene su conjunto de códigos que no son totalmente excluyente pero sí parcialmente.

- Cultura emociónal
Se trata de la manera en la que nos comunicamos, el estilo de comportamiento comunicativo. Se refiere, sobre todo, al
componente no verbal de la comunicación, pero también se englobaría aquí el concepto actualmente muy en boga de culturas de
paz o violentas, etc. Podríamos extender este concepto a la cultura del frio frente a la cultura del calor referido a las culturas
propias de países nórdicos frente a las culturas mediterráneas o latinoamericanas.

- Competencia cultural

Consiste en la capacidad de comprender, y en su caso, utilizar los sistemas de comunicación de un determinado grupo cultural.
Uno no tiene que aceptar necesariamente el sistema de valores de la cultura meta.

- Destreza de comprensión cultural


 Información veraz: se requiere una info contrastada, que supere los estereotipos como fórmulas incompletas, dogmáticas,
apriorísticas, prejuicios y en todo caso basadas solo parcialmente en la realidad. Esta info se recogerá de materiales
auténticos -realia- y depurados.
 Análisis contrastivo: dicha info se contrastará, se comparará con la referente a la cultura propia, tratando, con respecto y
reflexión crítica, de comprender el valor de dicho aspecto cultural. Ello no implica compartir o aceptar necesariamente
los valores de la otra cultura sino comprender, elaborar hipótesis integradoras sin generar estereotipos, aceptando la
diferencia. Esta aceptación de la diferencia no supone enfrentamiento, ni, por supuesto, pérdida de la propia cultura,
fusión o mezcla.
 Destrezas activas: uno puede utilizar elementos culturales del grupo meta como señal de su adaptación o integración en
dicha cultura.
 La cultura como elemento transversal: la competencia cultural es un aspecto muy importante como factor transversal en
el proceso de aprendizaje lingüístico de la lengua meta. Caben muchos estadíos intermedios entre la persona que posee
una competencia cultural casi nativa y la persona en posición multicultural, pasando por aquella que posee la
competencia pasiva (comprensión solamente).

En este contexto, el planteamiento de Byram (97) como bastante integrador:

2.3.3. Tipos de códigos

Hemos visto más arriba una división de los códigos en función del distinto canal sensorial que utilizan. Ahora nos vamos a fijar en
criterios referentes a su estructura y al papel que desempeñan en la actividad comunicativa.

2.3.3.1. Clasificación de Benveniste

“un sistema semiológico se caracteriza por su modo de operación, por su dominio de validez, por la naturaleza y número de sus
signos, por su tipo de funcionamiento”
- El modo de operación es la manera como el sistema actúa, especialmente el sentido al que se dirige.
- El dominio de validez es aquel donde se impone el sistema y debe ser reconocido u obedecido
- La naturaleza y el numero de los signos son función de las condiciones mencionadas
- El tipo de funcionamiento es la relación que une los signos y les otorga función distintiva

Según esta clasificación, tenemos dos criterios que se refieren al contexto externo de funcionamiento del código: el modo de
operación se asocia al tipo de canal que hemos comentado más arriba y el dominio de validez es el ámbito social donde tiene más
validez el código.

Los otros dos criterios son de índole interna y estudian cuales son los signos de cada código (más o menos su léxico o diccionario)
y cuales son las reglas de su utilización y combinación (su gramática o sintaxis).

2.3.3.2. Martinet

Utiliza los siguientes rasgos distintivos para distinguir la comunicación hablada humana del resto de los códigos.

a. El carácter fónico del lenguaje humano


b. Su doble articulación

2.3.3.3. Hjelmslev

Él, sin embargo, apoya la especificidad del lenguaje humano en lo que viene a llamar “omnipotencia semiótica” que consiste en
que todo puede ser comunicado a través de un código que posea esta propiedad. Ello trae consigo la “interpretancia” de dicho
código, o sea, que cualquier mensaje de otro código puede traducirse, puede transmitirse, por el código que tiene omnipotencia
semiótica. Dicho de otra manera, los contenidos comunicables por cualquier código pueden ser comunicados por el “omnipotente”
pero no necesariamente a la inversa, e.g. lo comunicado por un código de gestos puede “traducirse” en palabras pero no a la
inversa. Claro está que hay matices expresados por códigos no lingüísticos que difícilmente se pueden traducir al lenguaje hablado
como las miradas.

Igualmente difícil se presenta la traducción de determinados aspectos de cada lengua como puede ser el caso en las producciones
poéticas.

Es importante insistir tanto en el carácter doblemente articulado de las lenguas como en la omnipotencia semiótica porque, al ser
realidades tan inmediatas, a veces resulta difícil adquirir una distancia reflexiva sobre dichos conceptos.

Además de estos criterios clasificatorios, podemos hacer referencia al tipo de comportamiento de los códigos humanos no
hablados con referencia al acto comunicativo y su interpretación.

- Códigos alternativos: se trata de códigos muy numerosos que sustituyen al código hablado en ámbitos muy parciales y
concretos (la escritura, el semáforo, los gestos emblemáticos, etc).
- Códigos complementarios: podemos decir que la comunicación funciona muchas veces como una constelación de
códigos donde uno de ellos se erige en estrella central y el resto son planetas periféricos que aportan su grano de arena al
contenido final de la comunicación.

Precisamente hay un área de comportamiento comunicativo que, por su amplitud y significatividad, merece una atención especial
en ambos apartados (como significación alternativa y como complementaria): la comunicación no verbal.

2.4. La comunicación no verbal (CNV)

El cuerpo humano o mejor dicho sus órganos sensomotores son los instrumentos de que nos valemos para desarrollar nuestras
potencialidades cognitivas y comunicativas siendo este proceso reforzado y multiplicado por las interacciones sociales en las que
participa.
Históricamente la especie humana ha evolucionado desarrollando con una hegemonía arrolladora el instrumento que hoy
llamamos lenguaje hablado. Las razones esgrimidas para justificar este predominio van desde la que dice que la postura erecta
permitió el desarrollo de los órganos de fonación, pasando por las de que la voz-oído no necesitan de la luz ni del contacto físico
(lo que permite su utilización en la oscuridad y a distancia). Pero, aún reconociendo el protagonismo de la comunicación hablada,
queremos explicitar la importancia que posee la CNV en el comportamiento comunicativo humano.

Vamos a partir de los componentes del comportamiento comunicativo a través del lenguaje hablado para después destacar el valor
de la CNV.

2.4.1. Componentes del comportamiento lingüístico

Comenzaremos delimitando dicho comportamiento negativamente:

- No todas las señales bucales son lingüísticas: existen sonidos producidos por el aparato bucal con intención comunicativa
y que no pertenecen a códigos lingüísticos, e.g. siseos, silbidos, gritos, etc.
- No todo lo lingüístico es verbal: además de los elementos típicamente lingüísticos como lo son las unidades de doble
articulación (monemas y fonemas regulados por las reglas de combinación semántico-sintácticas y distribucionales),
existen los llamados elementos suprasegmentales o prosódicos como el acento y la entonación, que, generalmente, no se
utilizan para idenficar formas léxicas pero que aportan una info importante en el comportamiento lingüístico.

Teniendo en cuenta estos aspectos, el comportamiento lingüístico se puede esquematizar como sigue:

La paralingüística y la CNV abarcan, pues, fenómenos bucales no-prosódicos y fenómenos no bucales del comportamiento
lingüístico normal (presuponen la lengua y son un complemento importante de cara al éxito del proceso comunicativo).

2.4.2. Funciones de la CNV con referencia a la comunicación lingüística

2.4.2.1. La paralingüística

Como hemos visto, este apartado se refiere a aquellos elementos de la comunicación lingüística que no son tratados o analizados
en los estudios tradicionales de lingüística pero que acompañan inseparablemente a la producción lingüística oral.

Básicamente se trata de aspectos que se recogen en el campo de la fonética pero, insistimos, juegan un papel importante en la
comunicación humana.

Siguiendo a Poyatos distinguiremos:

- Cualidades primarias: las que individualizan a las personas y las más próximas a los elementos suprasegmentales de la
estructura lingüística.
- Hay que señalar que tenemos, al menos, tres niveles de análisis de estos fenómenos:
 El nivel individual: las características personales de cada cual manifiesta en cada acto comunicativo por ser tal
persona y hallarse en tal situación.
 El nivel caracteriológico: esa persona pertenece a un grupo humano caracterizado por unos rasgos fonéticos-
articulatorios y psicológicos determinados por su genotipo, independientemente de la lenguaje que emplee.
 El nivel social: se trata de la utilización convencional de estos recursos en cada grupo humano, por supuesto, en
cada época.

Conceptos más elementales de las características de los sonidos bucales:

- El tono: resultante de la frecuencia de vibración de sonido. El tono de la voz humana es producto de características
hormonales y fisiológicas.
- El timbre: resultante del tono fundamental más los armónicos o vibraciones secundarias complementarias, lo que produce
la especificidad del sonido humano: timbre metálico, timbre redondo. Se debe, en parte, a hábitos dietéticos.

Lázaro Carreter: “en el lenguaje, el tono fundamental de cada sonido es el que producen las vibraciones de las cuerdas vocales, y
los tonos secundarios resultan de las resonancias que aquél produce en la cavidad o cavidades formadas en el canal vocal por la
especial disposición de los órganos articuladores”

Por lo tanto, puede producirse un sonido en el mismo tono pero con distinto timbre si es que varían los armónicos o vibraciones
secundarias.

- Volumen: está en relación con la amplitud del sonido lo que nos da como resultado una intensidad mayor o menor. Al
margen de la utilización del volumen con valores comunicativos básicos existe un uso ‘cultural’ del volumen.
- Tempo: ritmo del habla que es producto de la rapidez de la articulación de los sonidos y del tipo y velocidad en la
realización de las pausas. Asi un hablante puede articular con mucha velocidad pero hacer muchas pausas más o menos
prolongadas mientras que otro habla más despacio pero apenas hace pausas y toda la gama intermedia. Muchas veces el
aspecto cultural en el sentido de que hay lenguas en las que se habla con más rapidez y otras con más lentitud.
- Calificadores “que pueden ser también cualidades básicas, pero generalmente constituyen distintos tipos de voz, voz
susurrante, áspera, estridente, ronca, hueca, apagada, gimoteante, gruñona, tensa, relajada”.

2.4.2.2. La CNV como complemento de la comunicación lingüística

En la gran mayoría de los actos comunicativos hablados, se presenta en mayor o menor medida un componente de CNV que
sirve para completar reforzando, contradiciendo u organizando el contenido de la CNV. Muchos elementos de la CNV pueden
jugar una función complementaria o alternativa según las circunstancias.

- Ilustradores: componentes de la CNV que utilizamos para apoyar o contradecir lo que estamos diciendo con palabras.
- Reguladores: en muchas ocasiones usamos la CNV para organizar el discurso (regulándolo). Así damos o pedimos el
turno con la mirada o con un gesto del brazo, señalamos con gestos la división de nuestra argumentación y señalamos el
final de nuestra intervención comunicativa. Es importante tener en cuenta las diferencias culturales ya que pueden
producirse tensiones.
- Adaptadores: aquellos aspectos de la CNV que sirven para mostrar u ocultar determinadas condiciones psicológicas del
individuo. E.g. tamborilear con los dedos, mover la cabeza rítmicamente, llevarse la mano a alguna parte del cuerpo,
cruzar los brazos bajo los pechos, cruzarlos a la espalda, torcer los labios, levantar los hombros, sacar pecho, etc.

2.4.2.3. La CNV como sistema alternante a la comunicación lingüística (autónomo)

La utilización de distintos códigos de la CNV como autónomos, independientes, alternativos a la comunicación lingüística.

Aunque la división clásica en los estudios de la CNV establece las tres ramas de kinésica (estudio de los gestos), proxémica
(estudio de la repartición del espacio) y cronémica (estudio de la distribución del tiempo), vamos a ser un poco heterodoxos, una
vez más, con el fin de destacar aspectos que parecen subsumidos en esta clasificación.

- Elementos bucales
 Diferenciadores: caracterizan y diferencias reacciones fisiológicas y estados fisiológicos y reacciones
emocionales como las risas, los eructos, los suspiros, los gritos. Hay que distinguir el empleo de estos elementos
como productos fisiológicos y como elementos comunicativos.
 Alternantes: emisiones independientes segmentales no verbales que sirven para expresar emociones y
sentimientos como los siseos, jadeos, carraspeos, gruñidos, resoplidos, gemidos.
- Miradas: “los ojos son el espejo del alma”. Se puede clasificar las funciones de la mirada como indica Knapp.
1. Regulación de la corriente de comunicación [para empezar la mirada es muchas veces el 1er indicio para expresar al
receptor que el canal comunicativo está abierto como cuando miramos a alguien que queremos nos atienda. En 2do lugar,
la mirada sirve para establecer los inicios y relevos de los turnos en una interacción como la conversación o una reunión].
2. Retroalimentación por control de las reacciones del interlocutor [según observamos la mirada/ausencia de mirada de los
interlocutores, orientamos la continuación o cese de nuestro discurso].
3. Expresión de emociones [la mirada puede ser considerada, a veces, como fruto de nuestra constitución somática como
miembros de la especie humana en muchos casos sirve para expresar sentimientos y emociones que varían de una cultura
a otra].
4. Comunicación de la naturaleza de la relación interpersonal [adecuamos la mirada al tipo de interlocutor con quien nos
encontramos y al interés/desinterés que tememos en la interacción. No es lo mismo la mirada a un superior o de un
superior, la mirada de un pretendiente enamorado o de una que rechaza sus pretensiones, la mirada de un niño a su ídolo,
o de una madre a su niña].

Estas funciones no se realizan de forma independiente, así, la conducta visual no solo sirve para emitir info, sino que también es
uno de los modos primarios de recogerla: mirar a la otra persona cuando se termina una intervención puede no solo querer decir al
otro que ha llegado su turno de hablar, sino que es también una ocasión para controlar la retroalimentación en relación con la
intervención.

Hay que ser consciente de que las diferentes culturas difieren en el valor que dan al modo de mirar. Mirar directamente a los ojos
del interlocutor de manera insistente resulta mal visto mientras que en otras culturas es un menosprecio no mirar directamente a
los ojos.

Es importante distinguir el uso cultural de la mirada con respecto al sexo opuesto.

- Gestos: “los gestos, como movimientos conscientes o inconscientes principalmente con la cabeza, la cara solo o las
extremidades, dependientes o independientes del lenguaje verbal-paralingüístico, alternando con él o simultáneamente y
que constituyen una forma principal de comunicación”.

Si partimos de la parte superior del cuerpo, la cabeza, vemos que los gestos se concentran en la parte anterior, en la cara. En
la cara debemos analizar, además de la mirada, las partes de la cara que más papel desarrollan en la interacción: las cejas, la
frente, la boca, lengua, labios, nariz y hasta las orejas. Todas estas partes actúan sincronizadamente para realizar funciones
normalmente complementarias y reforzadoras de la mirada. Se supone que los gestos son propios del componente
psicosomático de la especie humana, i.e, universales. En cualquier caso, a partir de esta base, nos encontramos con una gama
abierta y variada de utilización del rostro como instrumento de comunicación cultural. Y, si en algunas culturas (española) la
sonrisa es manifestación de complacencia, en otras, como la japonesa, es muestra de nerviosismo e inquietud.

Si bajamos, nos encontramos con el cuello que se utiliza para la manifestación de contenidos elementales como asentimiento
o negación, interrogación o petición de colaboración. Quizás este uso de pocos pero básicos gestos con el cuello se debe a
que, por un lado, son visibles a cierta distancia, pero, por otro, conviene que no produzcan vacilación en su interpretación ya
que se trata de contenidos, en algún caso, opuestos. Algo semejante a lo que ocurre con el código del semáforo, que transmite
pocos mensajes pero son importantes y por ello presenta redundantemente la info: por colores y por posición.
Brazos y manos se utilizan de manera diversa en diferentes culturas. Es muy extendido el empleo de estos instrumentos en
funciones deícticas de indicación y señalamiento, además de muchos otros usos como emblemas.

Decrece el empleo del tronco como instrumento de comunicación. Tenemos los gestos de ‘sacar pecho’ para indicar
prepotencia o ‘sacar tripa’ para señalar indolencia.

Las piernas y pies no tienen un uso comunicativo muy grande pero se emplean en interacciones comunicativas como la danza
con valores expresivos marcados y variados según los diferentes grupos sociales.

- Posturas: “las posturas como estáticas e igualmente conscientes o inconscientes, también ritualizadas y menos utilizadas
como formas de un repertorio comunicativo, aunque, a semejanza de gestos y maneras, comunican de todas formas el
sexo, la posición social, el origen cultural, el estado de ánimo”. Es un mundo muy rico porque tenemos todas las
variantes de como estar de pie, sentados, en cuclillas, tumbados manifestando características individuales, pero también
colectivas o culturales.
- Tactos: el contacto físico como muestra de interacción comunicativa es un capitulo de análisis contrastivo de culturas.
Basta fijarse en el rito de saludo-despedida para ver las diferencias entre grupos humanos: se estrechan la mano, se
abrazan, cruzan una, dos o tres veces las mejillas, se restriegan la nariz, se besan los hombres, etc.
- Olores: reducido el empleo de aromas como instrumento de comunicación. E.g. uso en la minería para comunicar peligro
inminente. También hay culturas donde el olor natural del cuerpo humanos es camuflado con jabones, colonias,
desodorantes y cremas por considerar que el olor a cuerpo y sudor es degradante. Eso es típico de las culturas
occidentales. En la cultura árabe es bien visto el olor del cuerpo humano y el echar el aliento al contertulio es señal de
confianza, mientras que para nosotros el aliento y otros olores expedidos por el cuerpo humano se consideran negativos.
Es interesante observar el empleo de las fragancias o colonias según los distintos países, los sexos y las clases sociales.
- Distancias: burbuja es el espacio personal que mantenemos como propiedad privada. La distancia utilizada en las
interacciones varía según las culturas en función de criterios de mayor intimidad a mayor grado de evento público en la
interacción comunicativa. Las distancias son relativas en el sentido de en qué la interacción intima la distancia es mejor
que en la pública pero varia de una cultura a otra.
- Reparto de espacio y tiempo: son aspectos diferentes, pero tienen en común que son el marco de toda actividad
comunicativa y que su uso difiere entre grupos humanos diversos. El espacio tiene que ver con el reparto y el uso que
hacemos de el empezando por la semiótica de la arquitectura y el urbanismo. Basta ver las diferentes concepciones de la
ciudad. También tenemos el tema de la distribución del espacio en las actividades comunicativas concretas: distribución
del aula, distribución de una mesa, distribución del espacio en las conversaciones al andar, al entrar en un local, al subir
las escaleras, etc.
Tenemos una diferente cultura del tiempo que oscila, por un lado, entre la cultura del estrés, con el tiempo superocupado
donde se valora la puntualidad, frente a la cultura del ‘ahorita’, donde la prisa no es el criterio de actuación prioritario.
Son diferencias que afloran en reuniones internacionales con participantes de culturas cronémicas distintas. Por otro lado,
existe una diferente manera de utilizar el tiempo en las interacciones: mientras unos desean iniciar y poner por delante
sus opiniones, otros prefieren esperar al final de la interacción para dejar como punto final su intervención.
- Movimientos: son muy notables las diferentes maneras de desplazarse según los grupos humanos: los modos de andar, de
correr, de sentarse, etc. manifiestan esa referencia cultural que venimos marcando.

2.4.2.4. Funciones comunicativas que desempeñan los emblemas en la CNV

¿Qué se puede decir con el cuerpo?


Emblemas: aquellos actos no verbales que admiten una trasposición oral directa o en una definición de diccionario que consiste,
en general, en una o dos palabras o en una frase. Es decir, se trata de actos corporales que funcionan como entidades
comunicativas autónomas, como alternantes a la comunicación lingüística. A pesar de ello también en este apartado se presentan
manifestaciones muy diferentes para contenidos similares según las diferentes culturas.

Algunas de las funciones que se pueden establecer por medio de emblemas y los contenidos que se comunican:

a. Informar
- Deícticos:
 Personales: yo, tu, este, ese, aquel
 Locales: aquí, ahí, allí
 Temporales: ahora, antes, después
- Instrucciones:
 Ven/vete
 Espera
 Estate quieto
 Qué hora es
 Ten cuidado, te aviso
- Estado
 Tengo frio/calor
 Eres tonto/listo
 Está loco
 Tengo hambre/quiero comer
 Es rico/pobre
- Sentimientos
 Fastídiate/suerte
 Victoria/derrota
 Muerte/condena
 Te voy a pegar
 Saludo
- Emociones ‘universales’
 Sorpresa
 Miedo
 Cólera
 Disgusto
 Felicidad
 Tristeza
b. Interactuar
- Dirigirse a alguien / ser interpelado
- Presentarse / ser presentado
- Saludar / despedirse
- Pedir perdón / ser objeto de petición de perdón
- Invitar / ser invitado
- Dar las gracias / recibir las gracias
- Felicitar / ser felicitado
- Pedir permiso / conceder permiso
- Negar / afirmar / dudar
- Preguntar ¿Cómo? ¿por qué? ¿qué dices? ¿qué hora es?

Aquí tenemos algunsa actividades interculturales donde se atiende principalmente al componente cultural y la CNV.

Ejercicio A: lista de emblemas (por naciones)

- Discutir
- Presentación
- Video de emblemas
- Discutir el significado de cada emblema
- Video de emblemas con sonido
- Otras grabaciones de emblemas de otras culturas

Ejercicio B:

- Qué emblemas pueden utilizar: discutir por naciones


- Presentación (grabación, análisis de la grabación)

Ejercicio C: Elegimos un rito

- Pedir-ser atendido-pagar (en un bar)


- Como se hace en tu país
- Presentación por países
- Discusión -semejanzas & diferencias

2.5. Resumiendo

Nos hemos aproximado someramente a los principales componentes que tienen lugar en las interacciones comunicativas: los
participantes, sus condicionamientos y características.

Los diferentes canales y el marco espacio-temporal.

Los códigos y la cultura como conjunto integrador e identificador de un grupo social; algunas aproximaciones a la clasificación de
los códigos.

Hemos visto que la CNV tiene un papel muy importante en todo tipo de interacción comercial. Hemos insistido en que, como en
el caso de las lenguas habladas, los códigos en que se sustenta la CNV difieren de un grupo social a otro, de una cultura a otra.

Pero no tenemos que perder de vista que el principal instrumento de interacción y de construcción cognitiva lo constituye el
comportamiento lingüístico.

Las principales disciplinas que se encargan de estudiar el comportamiento lingüístico en sus diferentes aspectos:
Los aspectos periféricos al aspecto verbal, muchos de ellos se engloban de manera genérica en lo que en las últimas décadas se
denomina lingüística aplicada.

CAPÍTULO 3: El proceso comunicativo paso a paso

“Cada vez que hablamos con alguien participamos en un proceso de colaboración en el que se negocian significados y se
movilizan conocimientos comunes” (Mercer, 2001).

Introducción

Vamos a desarrollar el proceso comunicativo siguiendo el planteamiento realizado por Prieto en su obra “Mensajes y señales”.
Este autor es un desarrollador de los conceptos y planteamientos de Saussure aplicándolos al campo semántico y semiológico con
un rigor y una coherencia impecables.

Hombre & señal

El hombre inicia al mayor avance evolutivo en el momento en que inventa (halla) el instrumento como elemento capaz de
prolongar y ampliar la esfera de su actividad. Una piedra le permite romper lo que no podía romper con su cuerpo. La utilidad de
un instrumento será, en este contexto, el conjunto de operaciones que podemos realizar con él.

Señales:

“tipo particular de instrumentos cuya función consiste en transmitir mensajes. Estos instrumentos permiten al hombre ejercer una
influencia sobre lo que le rodea, transmitir mensajes a otros miembros del grupo social”. Las señales son, por un lado, elementos
perceptibles y, por otro, son elementos concretos. Cada vez que empleo la palabra casa produzco una señal diferente.

La utilidad de las señales (significado) es la clase que forman las operaciones que pueden ser realizadas por medio de una señal
determinada, los mensajes que pueden ser transmitidos por medio de esa señal. Si empleamos la señal ‘casa’ con ella nos
referimos a todos aquellos objetos que constituyen una clase porque comparten una serie de rasgos por lo cual pueden ser
referidos por este tipo de señal.

3.1. El acto sémico

Un acto comunicativo consta de dos partes: la señal y el mensaje comunicado por ella.

- Ejemplos de señales
 Pronunciar, escribir una frase
 Escribir una formula matemática
 Encender el intermitente de un coche
 Llevar bastón blanco una persona
 Izar una bandera de un barco
 Llevar brazalete de…
 Anotar una cita en una agenda
- Comunicar un mensaje es:
“establecer alguna de las relaciones sociales denominadas ‘información’, ‘interrogación’ u ‘orden’”

El mensaje es, por tanto, una relación concreta que se establece en cada acto comunicativo (cada acto comunicativo es irrepetible).

Podríamos matizar, especificar y ampliar estas funciones comunicativas como veremos en los actos de habla.

El emisor de una señal (el que la produce dando lugar al “acto sémico”) lo hace para:

- Informar de algo
- Interrogarle sobre algo
- Ordenarle algo

a un receptor (mensaje que el emisor trata de transmitir sirviéndose de la señal).

Ejemplos:

- Encender el intermitente de un coche: el emisor del acto sémico trata de informar a los coches que vienen detrás que va a
cambiar de dirección
- [ké óra és?] una persona trate de interrogar a otra sobre la hora
- Orden (en este caso negativa: orden de no adelantar = prohibido adelantar)

Para que se realice (alcance su objetivo) la comunicación del mensaje que el emisor quiere transmitir es necesario y suficiente
que:

1. El receptor se de cuenta de que el emisor se propone comunicarle algo


2. El receptor reconozca ese mensaje (seleccionándolo entre todos los demás)

La señal debe ayudar a conseguir ambas metas.

- ¿cómo logra la señal que el receptor se dé cuenta de que el emisor quiere comunicarle algo?

La señal, por mero hecho de producirse, indica al receptor ese propósito del emisor.

- ¿cómo permite la señal al receptor reconocer cual es el mensaje que el emisor intenta comunicarle?

Hay ciertos mensajes que la señal admite y otros que excluye, e.g.: señal [déme su lápiz]: “orden del emisor para que el receptor le
haga entrega de un objeto ‘lapiz’ (del receptor) (éste es el tipo de mensaje admitido por la señal). Pero esa misma señal no admite
= excluye el tipo de mensaje: “orden del emisor (E.) para que el receptor (R.) le entregue un objeto ‘camello’ del E.

La señal, pues, indica al R. que el mensaje trata de comunicarle al E. es uno de los que la señal admite.

 La señal no basta para determinar cuál es concretamente el mensaje que trata de comunicar al E.

Si el R. consigue señalar uno de los mensajes que la señal admite y que el R. atribuye a la señal, es porque la señal se produce en
una de las circunstancias que suministran al R. una indicación suplementaria.

Circunstancias: “todos los hechos conocidos por el R. en el momento en que el acto sémico tiene lugar e independientemente de
éste” (podríamos completar esta idea indicando que se trata de todos los hechos conocidos y compartidos por el E. y el R.)

Este concepto de las circunstancias coincide con el empleado por otros autores con el nombre de contexto (Mercer) o de mundo
compartido (Littlewood).
Se trata de todo el cúmulo de conocimientos, experiencias, códigos que comparten o deben compartir, los interactuantes (los
interlocutores en el caso de la comunicación lingüística oral) para una buena interpretación (en el sentido bilateral de producción o
codificación y de recepción o descodificación) del acto comunicativo.

Está estrechamente relacionado con la temática de las implicaciones y presuposiciones pero nos parece mejor la integración que
hace Prieto en un proceso completo del acto comunicativo.

Las circunstancias favorecen la atribución de un mensaje a una señal debido a que presentan ese mensaje como el más
seleccionado.

3.2. El mecanismo de la indicación

Condición previa e indispensable a toda indicación es que haya incertidumbre acerca de algo. Incluso en las llamadas ‘preguntas
retóricas’ se resuelve una incertidumbre que es la referente, en muchos casos, a la notificación de que estamos con el canal abierto
(cumpliendo una función fática).

Indicio es un hecho perceptible que suministra la indicación: disipa total o parcialmente la incertidumbre.

Concepción simplista de la indicación es el pensar que un indicio tiene una relación directa con un mensaje determinado (sin
existir un proceso de reducción de incertidumbre o, visto de otro ángulo, sin existir un proceso de selección de posibilidades entre
un conjunto o universo del discurso):

Pero el indicio no se relaciona sólo con la “posibilidad que se realiza” sino que se relaciona con todas las posibilidades en juego.
El indicar algo excluye lo no indicado. La eliminación de una parte de las posibilidades en juego acompaña necesariamente al
suministro de indicación.

Toda indicación, pues, presenta junto a su aspecto positivo un aspecto negativo. Ello se debe a que el indicio indica una clase de
posibilidades a las que pertenece la posibilidad que se realiza. Esta clase se compone de las posibilidades que el indicio no
elimina, que el indicio selecciona.

Pueden darse clases unimembres (en las que solo queda un elemento como posibilidad a realizarse). E.g. cuando un auto circula
con los intermitentes apagados solo nos puede indicar que no va a variar su dirección de circulación.

Una clase no es una entidad absoluta si no que es lo que es en relación a otra clase llamada complemento la cual está constituida
por todas las posibilidades tomadas en consideración que no son miembros de la primera.

Esta relación es naturalmente recíproca y podemos decir que una clase no existe sino como componente de un par de clases
complementarias.

Para determinar una clase partimos de otra más amplia de la que forma parte (el universo del discurso).

El universo del discurso:

“es la suma lógica de la clase determinada y de su complemento”

El universo del discurso lo forman todos los objetos tomados en consideración y todo miembro del universo del discurso
pertenece a la clase o a su complemento.

Una indicación es, pues, siempre indicación de una clase en relación a otra clase complementaria.
El indicio indica:

a. La clase a la cual pertenece la posibilidad que se realice y esta clase está formada por las posibilidades en juego que el
indicio no elimina, sino que selecciona.
b. Otra clase a la cual no pertenece la posibilidad que se realiza y la componen las posibilidades que el indicio sí elimina.

“si denominamos estructuración a la división de un todo en partes tales que el valor de cada una depende de su relación con las
demás, podemos decir que el indicio se refiere a un universo del discurso y que indica en él una estructuración particular”

Un indicio supone que hay otros hechos que pueden aparecer en su lugar (universo del discurso) pero que no eliminan las
posibilidades que ese indicio elimina, aunque pueden eliminar otras posibilidades (es decir pueden ser otros indicios).

Un indicio y todos los que pueden aparecer en su lugar suministrando la misma indicación forman la clase positiva. Es decir, por
ejemplo, ‘esta huella grande’ y ‘todas las huellas grandes’ suministran la misma indicación: [las ha producido un caballo].

Hay que notar que los dos universos de cuya relación resulta la indicación (el del indicante y el del indicado) así como las
correspondencias entre cada división del uno y cada división del otro, deben ser reconocidas de antemano por quien recibe la
indicación.

La novedad que aporta el indicio consiste en que actualiza una de las divisiones posibles del universo indicante en clases
complementarias y de ese modo permite saber cuál de las divisiones análogas de que es susceptible el otro universo (del indicado)
tiene lugar efectivamente.

3.3. Fases del proceso comunicativo

Vamos a iniciar el recorrido del proceso comunicativo desde su gestación en el emisor hasta su conclusión con la interpretación
del receptor.

Este recorrido es esquemático, simplificado y en la vida real, las interacciones se interfieren constantemente creando un complejo
mundo de interrelaciones comunicativas.

Partimos, pues, del momento en que yo, emisor, deseo comunicar algo, un contenido psíquico, sea una info, la expresión de un
sentimiento, una pregunta, una advertencia, etc (pero es uno, concreto y a ese contenido psíquico es a lo que llamamos mensaje).

e.g. [quiero comunicar por teléfono a mi amigo José Ramón que deseo que nos encontremos hoy 12/04/2004 a las 12.30 en la
facultad de la Universidad de Deusto donde él trabaja]. Ayer ya hablamos por teléfono y le pedí que me fotocopiara un articulo y
quiero recogerlo.
Una vez determinado el mensaje seleccionado, y teniendo en cuenta la circunstancias de a quién va dirigido el mensaje (José
Ramón sabe castellano, euskera & francés) puedo y debo elegir el código que voy a utilizar (en este contexto de hablar por
teléfono excluyo utilizar códigos basados en la CNV y elegiré una lengua) el español.

Elegido el código de la lengua española, automáticamente, debo realizar una serie de operaciones (que se realizan en todo proceso
comunicativo):

a. Determinar cuales son los universos del discurso que se encuentran en relación cuando tiene lugar cada una de las
indicaciones que recibe el receptor durante el acto sémico.
b. Estudiar las divisiones de estos universos y las correspondencias que se establecen entre ellas y que permiten a cada
indicación tener lugar y, por ultimo,
c. Definir las entidades que resultan de tales divisiones y de sus correspondencias.

Estos quieren decir en palabras más sencillas que:

1. Debo reconocer la estructuración del código en sus dos planos o universos del discurso (indicante & indicado).
2. Debo establecer la clase significativa (el significado) en la que voy a incluir mi mensaje y ese significado ponerlo en
correspondencia con su clase significante (el significante o clase de señales que puede trasmitir ese tipo de mensajes).

Y, teniendo en cuenta todo el cúmulo de circunstancias compartidas, produciré una señal: ‘quedamos a las 12:30 ahí’ que expreso
con una entonación, volumen, timbre y velocidad concretas e irrepetibles.

Una vez producida la señal se inicia la participación de la interpretación del receptor. el R. (José Ramón) ha escuchado la señal
que le he transmitido por teléfono e inicia su recorrido decodficador. Recordamos que esta secuenciación es de carácter lógico y
que, en la vida real, esto se produce instantáneamente.

3.3.1. Fase 1ra: la indicación notificativa

Es producida por la señal que el hecho mismo de producirse, o sea, la producción de una señal indica al R. que el C. se propone
transmitirle un mensaje. Es como si observáramos el acto comunicativo a cámara lenta y dijéramos: “uy! Alguien ha producido
una señal que todavía no se siquiera a qué código pertenece, pero sí sé que es señal o sea que ese E. quiere comunicarse conmigo,
luego esa señal me dice que ese E. está intentando comunicarme un mensaje.”

En este caso el indicio es ‘el que el E. produzca una señal’ que selecciona la posibilidad (única) de que el E. se propone comunicar
un mensaje.

3.3.2. Fase 2da (central): indicación significativa

La señal en nuestro ejemplo ‘quedamos a las 12.30 ahí’, suministra al R. del acto sémico (José Ramón) una 2da indicación: que el
mensaje que el E. se propone comunicar es uno de los mensajes que admite esa señal.

Hay que aclarar previamente cuales son los universos de discurso en juego tanto en el plano del indicante como en el del indicado.

Hacemos una pausa para aclarar algunos conceptos operativos en este planteamiento:
- Las señales se distribuyen en códigos. Esta distribución constituye el fundamento para determinar los universos del
discurso que se hallan en relación cuando tiene lugar la indicación significativa suministrada por la señal.
- Los hechos que pueden aparecer en el lugar de la señal de un acto sémico son las otras señales que pertenecen al mismo
código.
- El campo semántico es el universo del discurso en el plano indicante: todas las señales de un mismo código.
- El campo noético es el universo del discurso en el plano indicado: todos los mensajes que admiten todas las señales de
ese código.
- Al emitirse la señal se produce una división del campo noético:

‘quedamos a las 12.30 ahí’ selecciona, entre todos los mensajes posibles de comunicar a través del código lengua española,
aquellos que comparten estos rasgos:

[el E. indica que varios R. entre los que se encuentra el mismo realizan/realizaron la acción de “quedar” a la hora doce y media en
un lugar próximo al R.]

Como vemos este significado es especificable en multitud de diversos mensajes habida cuenta de diversas circunstancias en que se
utilice. E.g. el mensaje [Julia indica a Pepe que se reúnan a las 12.30 en el Boulevard para ir a comer el próximo domingo] (si las
circunstancias aportan la info complementaria: Julia / Pepe / Boulevard / ir a comer / próximo domingo).

Una señal indica que el mensaje que el E. trata de transmitir pertenece a su significado y no al complemento de este.

División del campo semántico:

- Significante: clase de señales con el mismo valor indicativo, significativo


- Complemento del significante: el resto de las señales que pertenecen al mismo código. Ó sea todos los “quedamos a las
12.30 ahí” diferentes en cuanto a las diferentes circunstancias son miembros de la misma clase significante porque tienen
el mismo valor significativo. Pueden variar las señales por su volumen, timbre, entonación, pero si es capaz de comunicar
el mismo significado quiere decir que se trata del mismo tipo de señal = el mismo significante.
- La indicación significativa resulta, así, de una correspondencia entre una división del campo semántico en significante y
complemento y de la correspondiente división del campo noético en significado y complemento.
- El sema (entidad semiológica básica) es la correspondencia entre el significante y su significado.

En nuestro ejemplo el sema seria: /kedamos a las doceimedia aí/ [el E. indica que varios R. entre los que se encuentra el mismo
realizan/realizaron la acción de “quedar” a la hora doce y media en un lugar próximo al R.]

Se trata de una entidad con una extensión muy variable como podemos suponer, dependiendo del tipo de mensaje que
intercomuniquemos dependiendo, a su vez, de las circunstancias. Por sentido común, a mayor conjunto de elementos compartidos
los semas pueden ser más simples. Y esto es lo que sucede habitualmente por razones de economía: no decimos más de lo
necesario para no ‘cansarnos’ (coincide de todas maneras con una de las propiedades del principio de cooperación de Grice).

Es importante el tema de establecer la dimensión de la unidad comunicativa (donde se inicia y donde concluye). Nosotros, en esta
unidad, ejemplificamos el proceso con la interacción (participan, como en todo acto comunicativo E. y R.) unilateral (sin respuesta
del R.) básica de comunicar un contenido informativo.
Las interacciones comunicativas normales son, por un lado, mucho más complejas y, por otro, dichas interacciones se componen
de constelaciones de códigos integrados, cada uno de los cuales aporta su función al conjunto comunicativo (Paralingüística,
CNV).

Un código es un sistema de semas: 2 universos del discurso – campo noético  campo semántico – cuyas divisiones se
corresponden en clases complementarias.

En el código los componentes del campo semántico son instrumentos (las señales son hechos producidos expresamente para
suministrar las indicaciones requeridas por la comunicación del mensaje).

La señal y el mensaje son concretos a diferencia del significante y el significado que son abstractos, clases de señales y de
mensajes respectivamente.

3.3.3. Fase 3ra (especificativa)

La 3ra fase es una indicación de las circunstancias que recibe el R. de un acto sémico.

- Indicio: conjunto de circunstancias en que se produce la señal. De los posibles mensajes seleccionados en la fase
significativa (que constituyen el significado) las circunstancias favorecen uno sobre los demás. Las circunstancias son el
equivalente del contexto o del mundo compartido.

Las circunstancias conocidas en nuestro ejemplo: el R. es José Ramón; le llamo a su facultad; ayer hablamos sobre el tema; estoy
hablando el 12/05/2004.

Condición necesaria y suficiente para que la comunicación del mensaje tenga lugar es que el R. reconozca cuál es este mensaje. El
acto sémico, desde el punto de vista del R., termina con la indicación que le suministran las circunstancias.

3.4. Éxito o fracaso del acto sémico

Resumiendo el proceso esquemáticamente sería:

- Éxito del acto sémico: cuando el mensaje que trata de comunicar al E. y el mensaje que el R. atribuye a la señal son uno
y el mismo mensaje.
- Fracaso del acto sémico: cuando el mensaje que trata de comunicar el E. y el mensaje que el R. atribuye a la señal no son
uno y el mismo mensaje (aquí hay error de atribución) o cuando el R. es incapaz de atribuir a la señal un mensaje debido
a que hay varios que tienen las mismas posibilidades de atribución (ambigüedad).
- Causas del fracaso:
 Falsa apreciación de las circunstancias por el E. (el E. da por conocidas unas circunstancias que el R. no
conoce); en definitiva se da un desajuste en la valoración de las circunstancias por parte el E. y el R. que lleva al
error de atribución o a la ambigüedad.
 Por utilización de variedades del mismo código que hace que haya un desajuste a la hora de valorar el E. y el R.
los mensajes que admite una señal, e.g. coger usado en España o Argentina, “quitar” en Castilla (quedar, estar o
permanecer en un lugar) o en Galicia (dejar).
 Puede darse error en la producción de la señal (lapsus linguae): una trompa de agua, entre la espalda y la pared.
 Comprensión errónea de la señal por el ruido (físico) o por las variedades fonéticas (e.g. un andaluz dice
[kedamo a la dosimedia] y no puedo interpretar si se refiere a las 12.30 o 2.30.
3.5. Resumiendo

Una interacción comunicativa se basa en un proceso donde intervienen diversos factores cada uno de los cuales aporta su función
para integrar ese complejo fenómeno que es la comunicación.

Hemos utilizado un planteamiento estructural y lógico para explicar este proceso partiendo de conceptos clásicos en la lingüística
como los planos significante y significado, la unidad semiológica (el sema) constituido por sus dos componentes que se
corresponden recíprocamente (el significado y el significante).

La integración de las circunstancias -como componente necesario para especificar el mensaje y la señal- supone la constitución de
un planteamiento coherente donde se ponen en relación las aportaciones de la lingüística y las de pragmática.

CAPÍTULO 4: Conceptos básicos sobre pragmática y adecuación sociolingüística

Introducción

La pragmática surge como un componente necesario para explicar los déficits que, primero la gramática y luego la semántica no
pudieron llenar.

La competencia lingüística será un componente importante en la explicación de la competencia pragmática y comunicativa.


Vamos a examinar brevemente cuáles son los componentes y estructura de la gramática y de la semántica para entender mejor la
aportación de la pragmática en este contexto.

4.1. La gramática

Vamos a hablar de gramática en un sentido “clásico” como disciplina que se ocupa de las formas regulares -unidades de la 1ra
articulación- y de sus reglas de combinación para formar oraciones.

“la gramática de un lenguaje L proporciona una lista de expresiones básicas y una lista de reglas sintácticas que muestran como
las expresiones complejas se construyen a partir de otras más simples. Por el momento supondremos que ambas listas son finitas.”

Esta definición genérica responde al tópico de que el saber sobre una lengua se encierra en dos libros: el diccionario (como
conjunto de unidades) y la gramática (como conjunto de reglas de combinación de dichas unidades).

Siguiendo con el ejemplo utilizado en el comentario a la doble articulación:

Tenemos que los 15 monemas o signos mínimos que componen esta expresión tienen un funcionamiento diverso. Hay unos como
el 13  “buen-“ que permite ser sustituido por otros con el mismo valor aunque con distinto significado: “alt-“, “san-“,”llen-“,
“pequeñ-“, “car-“, “list-“, “madur-“, “ric-“, etc hasta un número ilimitado de elementos.

El monema “buen-“ y todos los que le puedan sustituir con el mismo valor funcional pero con distinto significado forman un
paradigma que, por ser ilimitado, se considera paradigma abierto. A los miembros componentes de este paradigma llamamos
lexemas.
En cambio si tomamos el monema 12  ‘-n’ vemos que puede ser sustituido con el mismo valor por ‘-o’, ‘-s’, ‘-Ø’, ‘-mos’ y ‘-
is’. Se trata, pues, de un conjunto limitado de elementos y por ello denominamos a éste paradigma cerrado. Sus miembros son los
morfemas.

Los lexemas se consideran asistemáticos y se clasifican generalmente por orden alfabético, aunque también hay intentos de
clasificación conceptual, por campos semánticos. Éste es el dominio de los diccionarios.

Los morfemas forman paradigmas sistemáticos, por tanto, regulares, susceptibles de ser explicados en forma de reglas. Este es el
ámbito de la morfología.

Pero, en ambos casos, la relación que se establece entre el monema presente en la expresión y los que pueden funcionar en su
lugar equivalentemente es la relación que nos define Saussure: “las palabras que ofrecen algo de común se asocian en la memoria,
y así se forman grupos en el seno de los cuales reinan relaciones muy diversas. Ya se ve que estas coordinaciones son de muy
distinta especie que las primeras. Ya no se basan en la extensión; su sede está en el cerebro, y forman parte de ese tesoro interior
que constituye la lengua de cada individuo. Las llamaremos relaciones asociativas. La conexión asociativa une términos in
absentia.”

Por otro lado, nos dice: “los elementos se alinean uno tras otro en la cadena del habla. Estas combinaciones que se apoyan en la
extensión se pueden llamar sintagmas. El sintagma se compone siempre, pues, de dos o más unidades consecutivas. La conexión
sintagmática es in praesentia.”

Y concluimos con el “todo lo que compone un estado de la lengua debe poder reducirse a una teoría de los sintagmas y a una
teoría de las asociaciones. Empezando porque ciertas partes de la gramática tradicional parecen agruparse sin esfuerzo en uno o en
otro de esos órdenes: la flexión es evidentemente una forma tipoca de la asociación de las formas en el espíritu de los sujetos
hablantes; de otro lado, la sintaxis, es decir, según la definición más corriente, la teoría de los agrupamientos de palabras, entra en
la sintagmática, puesto que esos agrupamientos suponen siempre por lo menos dos unidades distribuidas en el espacio. No todos
los hechos de sintagmática son susceptibles de clasificarse en la sintaxis, pero todos los hechos de sintaxis pertenecen a la
sintagmática.”

La gramática es, pues, el conjunto de regularidades tanto formales como combinatorias y nos interesa para poder comunicarnos
con más economía de aprendizaje y economía de uso.

4.1.1. Algunos aspectos morfológicos


4.1.1.1. Las categorías

Praedicatio < praedicere

El termino predicación en filosofía significaba atribuir propiedades a las cosas.

Los diferentes modos de atribuir propiedades a las cosas, es decir, los diferentes modos de predicación suponían diferencias
efectivas en el mundo objetivo, representaban los diferentes modos de ser.

Subyacente a los modos de predicación y de ser estaba el supuesto de que el mundo físico consiste en cosas, “sustancias” que
tienen determinadas propiedades “accidentes”. De aquí resulta una primera división entre categoría sustancial/categorías
accidentales. La lengua era, pues, el medio de reflejar la organización del mundo.

De esta doble finalidad surgen interferencias y nos encontramos con una clasificación lingüística que “es” reflejo de la
clasificación filosófica de los seres del mundo:
- Partes mayores (significativas): sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio
- Partes menores (organizadoras del discurso): preposición, conjunción, interjección, pronombre, artículo).

Además existe la oposición entre las formas sustanciales frente a las accidentales agrupándose en este segundo término las
categorías flexionales: género, número, caso; persona, tiempo, modo.

En un tercer apartado aparecerían las categorías accidentales llamadas funcionales: sujeto, predicado, objeto, etc.

Categorías filosóficas que presenta Aristóteles:

Aristóteles pretende que esta clasificación, por ser reflejo de la organización del mundo objetivo, sea válida universalmente, en
cualquier lengua.

Análisis crítico de Benveniste

Propone que pensamiento y lengua son elementos distintos pero inseparables. Solo a través de la lengua se configura el
pensamiento. Niega la existencia de causes aceptables, al margen de la lengua, para la manifestación del pensamiento.

Al tratar de las categorías filosóficas propuestas por Aristóteles dice que son primariamente categorías lingüísticas y que
Aristóteles en realidad lo que descubre son categorías fundamentales de la lenguaje griega en la que él pensaba.

Para probarlo analiza la serie de categorías aristotélicas:

- Categorías nominales:
 Sustancia: categoría que responde a la pregunta ¿qué? A esa pregunta responden los elementos de la clase
lingüística de los nombres indicando objetos, conceptos o individuos sustantivos.
 Cantidad & cualidad: se trata de adjetivos derivados de pronombres y estrechamente relacionados en griego
desde el punto de vista formal (y productivos).
 Relación: agrupa a los adjetivos comparativos.
 Lugar & tiempo: aglutinan a los adverbios de lugar y tiempo en base a una gran simetría de formación.
- Categorías verbales:
 Acción & pasión: e.g. corta, quema, es cortado, es quemado. Esta dicotomía responde a la oposición existente
entre las voces activa y pasiva dentro del verbo griego.
 Situación, postura: e.g. está tumbado, está sentado, se ve claramente que son formas de voz media: voz más
importante en griego que la voz pasiva.
 Posesión, condición: e.g. está calzado, está armado, se deduce que se trata de la categoría de perfecto.

Estas dos categorías, media-perfecto, tienen una relación formal & funcional.

De este análisis, Benveniste concluye que lo que se puede decir delimita y organiza aquello que podemos pensar. Para él las
categorías serán: “clases de formas caracterizadas distintivamente y susceptibles de realizar funciones gramaticales.”

4.1.1.2. La deixis

Toda expresión comunicativa:

a. Se realiza en un contexto espacio-temporal determinado.


b. Es realizada por un hablante cara a un oyente.
c. Se produce con referencia a alguien o algo que es el tema del discurso.

Deixis:

Es un término técnico de la teoría gramatical actual empleado para indicar los rasgos orientativos de la lengua relativos a los
participantes, al tiempo y lugar de la comunicación. E.g. pronombres personales, adverbios de lugar, adverbios de tiempo,
demostrativos.

Estos son los casos más evidentes de como se pueden reflejar en las lenguas las coordenadas espacio-temporales de la situación
típica de la expresión.

La situación típica del acto comunicativo es egocéntrica. El hablante es el centro de dicha situación. Esta relación típica
hablante/oyente puede ser trascendida por relaciones de situación especificas: padre/hijo o viceversa, señor/sirviente o viceversa,
etc.

La persona:

La categoría de persona puede definirse en relación con los papeles de los participantes en el acto comunicativo:

- 1ra persona: el que habla para referirse a sí mismo


- 2da persona: el que habla para referirse al interlocutor
- 3ra persona: el que habla para referirse a lo no interactuante

Esta 3ra persona puede estar ausente del acto comunicativo. Además, puede combinarse con otras categorías. La 1ra y la 2da
personas se refieren a seres humanos mientras que en la 3ra persona se refiere tanto a personas como animales y cosas.

En algunas lenguas se da una oposición entre los pronombres de 1ra y 2da personas que son definidos “de por sí” frente a los de
3ra que se presentan en unos casos como definidos y en otros como no definidos, e.g. este/a, ese/a, aquel/la, el/la frente a alguno/a,
ningúno/a, alguien.
Los criterios para clasificar los elementos personales son:

Se ve que la llamada 3ra persona es desde todo punto de vista negativa. Esto se traduce en el hecho que muchas lenguas no tienen
formas especificas para la 3ra persona. Así en castellano, en las formas verbales, la llamada 3ra persona se distingue por la
ausencia de marcas; “canta” frente a “canta-s”, “canta-mos”, “canta-is”, “canta-n”.

Persona & número

Al tratar de las llamadas “personas de plural” hoy en día hay quien prefiere llamarlas 4ta, 5ta, 6ta, etc personas en lugar de
llamarlas 1ra persona del plural, 2da persona del plural, etc. La razón para que esta opción escriba es que decir “nosotros” no es un
mero conjunto de “yo”, un plural de “yo”, sino que se refiere a “yo” más otra o más personas.

Entre estas otras personas puede estar incluido el oyente (plural inclusivo) o puede estar el oyente explícitamente excluido (plural
exclusivo).

En cuanto a la 2da persona se pueden distinguir dos posibilidades:

- En la primera se trata de un plural inclusivo en el que se forma un conjunto de “tu + tu” similar al plural que representa
“caballos” = “caballo + caballo + …”
- La segunda posibilidad seria la exclusiva formada por la conjunción de un tu + un no oyente.

Demostrativos

Correspondería mejor el nombre “mostrativos”. Tienen dos características:

a. La de que incluyen un elemento de referencia a la situación hablante-oyente


b. El ser definidos semánticamente

En muchas lenguas no pueden distinguirse los demostrativos de los pronombres de 3ra persona. En las lenguas romances los
pronombres de 3ra persona han surgido a partir de los demostrativos lo mismo que el artículo definido. Estas tres partes de la
oración (demostrativos, pronobres de 3ra persona, artículo definido) tienen en común el rasgo de definido.

- Este hombre, ese hombre, aquel hombre, el hombre son definidos frente a un hombre, algún hombre

Por otro lado, existe una referencia a la proximidad/alejamiento con respecto del “yo” hablante. Así se establece una nueva
oposición entre “este hombre, ese hombre, aquel hombre” que son determinados respecto a la proximidad, frente a “él hombre”
que es indeterminado respecto a ese parámetro.

Las referencias a esta aproximación varían según las lenguas. En euskera y en castellano aparecen series de tres grados de
distanciamiento mientras que en inglés y francés solo funcionan con dos: this/that & ce-ci/cela.

Los demostrativos realizan, a su vez, un papel de referencia interna al devenir del discurso.
Es el papel anafórico/catafórico. Es mas frecuente el uso anafórico (haciendo referencia a algo anterior o pasado, e.g. “vemos en la
esquina a un hombre que lee un libro. Éste trata de semiótica”, la forma éste se refiere a un elemento anterior, libro. Como empleo
catafórico se emplea para referirse a algo que se está por decir, es una referencia hacia adelante, e.g. vendrán esas que os darán la
paz.

Estos elementos gramaticales juegan un papel importante en la economía de actuación comunicativa ya que, en un contexto
marcado, permiten evitar el nombramiento de todos los elementos referenciales correspondientes a los que sustituyen.

4.1.1.3. La persona & el verbo

La persona que se da primariamente en el sintagma nominal sujeto y subsidiariamente en la forma verbal. El sujeto es el eje de
concordancia del verbo. Según esto tendríamos que postular en la estructura profunda un pronombre personal + la forma verbal,
combinación que al transformarse en la correspondiente estructura superficial puede omitir o no la presencia del pronombre
personal según las lenguas. Así, frente al inglés, que obligatoriamente presenta al sujeto en la forma del pronombre personal en la
estructura superficial, en el castellano y en el latín, es opcional su aparición y de hecho solo se presenta en las expresiones
enfáticas.

4.1.1.4. El ´número & el género

El número

La manifestación más común de la categoría de número es la oposición singular / plural. Esta distinción se basa en el
reconocimiento de la existencia de seres numerables (uno y más de uno) y esta numerabilidad pueden aparecer reflejada en los
nombres. En número es, pues, una categoría nominal.

“lo que cuenta como un objeto y lo que cuenta como más de un objeto, un grupo de objetos o una individualizada masa material,
sobre todo en el mundo inanimado, viene en gran parte determinado por la estructura léxica de cada lengua en particular.” E.g. en
castellano ‘uva’ puede ser tanto un concepto masa en ‘he comido uva’ como concepto contable en ‘he comido las doce uvas’.

Hay lenguas, sin embargo, en las que se indica una realidad-masa, no contable como ocurre en alemán, en ruso y en euskera. En
ingles, sin embargo, grape puede pluralizarse, es cuantificable. En francés puede utilizarse como concepto masa o concepto
colectivo.

Recategorización secundaria:

Muchos nombres de masa pueden recategorizarse como cuantificables en ciertos contextos: hemos bebido cerveza / saca cuatro
cervezas. Parece que la cuantificación, el distinguir ‘uno/más de uno’, está inserto en la estructura léxica de todas las lenguas
humanas.

Sin embargo, no todas las lenguas humanas expresan esa oposición a base de formas flexivas o gramaticales. En chino, e.g., se
expresa a base de formas léxicas (leo un libro, leo unos libro).

En cambio, otras lenguas poseen una oposición singular/dual/plural. El dual es utilizado para referirse a dos objetos. E.g. griego.

El género

La palabra ‘genus’ significa clase, tipo. En la práctica, la clasificación tradicional de esta categoría en ‘masculino, femenino y
neutro’ refleja una asociación entre sexo y género. Los nombres grecolatinos se clasifican en estos tres géneros en razón de:

- La concordancia pronominal: “hic, haec, hoc” etc (en latín) los pronombres se agrupan en tres géneros según su
referencia a un elemento nominal masculino, femenino o neutro.
- La concordancia adjetiva: los adjetivos deben concordar en género con los nombres a quienes acompañaban o a los que
referían.

Hay una básica semántica natural para clasificar las palabras de una lengua por géneros. Esta base no es necesariamente el sexo.
Puede serlo la comestibilidad, el color, la textura, etc, i.e. un conjunto de propiedades naturales. Esta base varia de una lengua a
otra. El género como categoría gramatical es lógicamente independiente de cualquier asociación semántica. No hay una
correspondencia biyectiva.

El género, aunque en las lenguas romances tiene poco rendimiento funcional, en el caso de los pronombres sí lo tiene
repercutiendo directamente en el buen funcionamiento de la comunicación.

En algunas lenguas, de modo similar a lo que hemos dicho al tratar del número, no se utilizan formas flexivas sino léxicas para
establecer esta referencia clasificatoria que es el género. Así en vietnamita: “este árbol manzana” para expresar “este manzano”,
siendo la palabra árbol un clasificador que realiza una función equivalente a la flexión ‘-o’ que opone manzano a manzana.

4.1.1.5. El caso

Nombres, pronombre y adjetivos del latín y griego que agrupaban en las gramáticas tradicionales según paradigmas
declinacionales para las categorías flexivas de caso y número.

Estos términos de ‘caso’, ‘flexión’, ‘declinación’ son metáforas que suponen una concepción de que las variaciones flexivas eran
degradaciones, desviaciones, caídas con respecto a un elemento, recto e íntegro (el nominativo).

El caso resulta ser la categoría flexiva más típicamente gramatical porque no encontraba correspondencia perfecta ni en la lógica,
ni la metafísica ni en la semántica. A pesar de ellos los nombres aplicados a los casos tienen una referencia semántica bastante
clara, e.g. ‘dativo-dar’, ‘ablativo-quitar’, ‘genitivo-originar’, etc.

En latín tradicional se reconocen 6 casos: nominativo, vocativo, acusativo, genitivo, dativo & ablativo.

Recogemos la declinación del euskera como muestra de una gran riqueza de formas sistemáticas para expresar funciones
gramaticales.
En el español observamos que las flexiones causales han quedado reducidas a unos paradigmas muy simples en los pronombres
personales: yo, mi, me, conmigo.

Basándose en este diferente tratamiento de la categoría de caso según las diversas lenguas podemos afirmar que:

- Las funciones gramaticales se expresan:


a. En euskera: por flexión
b. En castellano:
- Por preposiciones
- Por flexión
c. En inglés
- Por el orden de las palabras: John killed Bill, Bill killed John
- Por preposiciones
- Por flexión:
 En los pronombres personales: him, her
 En el genitivo de los nombres: John’s mother
- Las funciones locales (o concretas)

Las distinciones especiales y temporales aparecen habitualmente asociadas en los sistemas “orientativos” de muchas lenguas. Ello
significa que las mismas formas tendrán referencia espacial o temporal según los rasgos semánticos del lexema al que se asocien
vg. “en el monte/en domingo” “desde el monte/desde el domingo”

Parece aceptable en este contexto la teoría de Cassirer de que el cuerpo humano es el cánon de referencia básico: de frente, de
cara, de espaldas y que las referencias son, en un primer estadio de la evolución lingüística, espaciales, después temporales y
finalmente lógicas.

- Las preposiciones: tradicionalmente se ha asociado la categoría de caso con las variaciones flexivas.
En realidad, el planteamiento actual supone que tanto las funciones gramaticales como las locales pertenecen al nivel de la
estructura profunda.

Tras las correspondientes transformaciones estas funciones acceden a la estructura superficial bien en forma flexiva,
preposicional, etc. Las preposiciones, por tanto, son unas palabras invariables que sirven para expresar funciones gramaticales o
locales y que preceden a la locución nominal a la que modifican.

4.1.1.6. Tiempo, modo & aspecto

El tiempo

La categoría de tiempo está relacionada con el eje temporal en la medida en que este eje se exprese por medio de contrastes
gramaticales sistemáticos.

En latín & griego se reconocían los tiempos pasado, presente y futuro y tenían la pretensión de que estos tiempos eran universales.
Sin embargo, observamos que esta categoría no existe en todas las lenguas y que, en las que existe, no siempre se estructura así
(hay lenguas que oponen pasado/no pasado, futuro/no futuro, ahora/no ahora).

Lo esencial de la categoría de tiempo es relacionar el momento de los acontecimientos referidos en la oración con el momento de
la expresión (siendo este momento de la expresión ‘ahora’). Se trata, pues, de una categoría deíctica.

En castellano tenemos la oposición: ‘cant-o/canta-ba’, ‘cant-e/cantar-é’ donde se estructura el eje temporal en el triplete:
presente/pasado/futuro.

El modo

“la categoría modal es el conjunto de recursos gramaticales para “marcar” las oraciones de acuerdo con la postura del hablante
respecto a la situación factual de lo que está diciendo”

Se realiza morfológicamente por flexión del verbo o a base de auxiliares que lo modifican. Oraciones no modales: expresan
simples situaciones sin cualificar la actitud del hablante hacia lo que habla.

- Modalidades
 Imperativa: eminentemente apelativa (dirigida al oyente). Como ocurre en muchas lenguas la 2da persona del
singular del imperativo coincide con la forma radical del verbo, algunos autores han sugerido que la función
imperativa es la más básica de las funciones del lenguaje.
 Interrogativa: en muchas lenguas no hay diferencia morfológica flexiva del verbo entre las oraciones
enunciativas y las interrogativas. La modalidad interrogativa en estas lenguas se expresa por el distinto orden de
las palabras o por alguna partícula específica o por una entonación distintiva.

Hay gran variedad de procedimientos morfológicos en las distintas lenguas para expresar otras modalidades como ‘deseo’,
‘necesidad’, ‘obligacion’, ‘certidumbre’ y ‘posibilidad’. Así, en castellano utilizamos verbos auxiliares como: ‘deber’, ‘tener’,
‘poder’ en formas perifrásticas, e.g. ‘debe haber venido’.

Intersección de tiempo y modo

A veces una determinada distinción modal puede conectarse por un tiempo y quedar neutralizado en otro: Así en castellano: ‘ha
tenido que ir a la escuela’ (modalidad de obligación) se opone a ‘ha debido ir a la escuela’ (modalidad de conjetura).

Esta oposición se neutraliza en el presente ya que ‘tiene que ir a la escuela’ y ‘debe ir a la escuela’ funcionan como equivalentes.
El futuro se emplea en bastantes lenguas con implicaciones modales. Esto se confirma con la posibilidad de que el futuro sustituya
al subjuntivo (flexión eminentemente modal): en castellano: “espero que vendrás a saludarme” es equivalente a “espero que
vengas a saludarme”;

Igualmente, ‘no creo que sea el cartero’ puede sustituir a ‘no creo que sea el cartero’. Existe también confirmación de esta
intersección futuro/modo por la no existencia de futuro de subjuntivo en estas lenguas. Ello significa que el futuro tiene un matiz
modal que le aleja de lo real.

El aspecto

La categoría del aspecto guarda relación con el tiempo pero con la distribución o contorno temporal de una acción, suceso o
estado de cosas, y no con su localización en el tiempo: no es, por tanto, categoría deíctica (los estoicos intuyeron que en las formas
verbales griegas había algo más que lo puramente temporal pero no tuvieron continuadores).

El aoristo y el imperfectivo se distinguen por la diferente duración de la acción o del proceso. El imperfectivo es durativo frente al
aoristo que no indica si la acción es momentánea o no (no durativo).

Conclusión

Ninguna categoría es esencial al lenguaje humano y las distintas lenguas varían considerablemente en el modo de agrupar o
distinguir esas nociones. Solo cuando éstas nociones vienen expresadas por algún medio como la flexión o el uso de ciertas
partículas se suele hablar de nociones gramaticales en oposición a las lexicales.

4.1.2. La sintaxis

De todas las posibles exposiciones de la estructura sintáctica gramatical he elegido el modelo estándar de la gramática generativa,
fundamentalmente porque nos ofrece un panorama sistemático, simple y completo de lo que puede ser el mecanismo gramatical
para elaborar todas y sólo las oraciones de una lengua.

La sintaxis nos estructurará el modo de combinar nuestros conceptos desde una estructura profunda hasta su manifestación
superficial fonética. La sintáxis es, pues, el puente que une significado y sonido.

Modelo de estructura sintagmática

- Reglas de reescritura: cuyo modelo genérico es x  y donde el símbolo situado a la izq de la flecha (símbolo único) se
reescribe (la flecha indica esto) por el símbolo o cadena de símbolos situados a la derecha de la flecha.
Un conjunto de reglas de reescritura será:
R.1 O  SN + SV
R. 2 SN  Art + N
R. 3 SV  Aux + V
R. 4 Aux  T + M + P + N
R. 5 V  v (+ SN)
Vemos como dichas reglas generan cadenas de constituyentes categoriales, tales como sintagma nominal o auxiliar. A cada
cadena surgida de la aplicación de una regla subyace un indicador sintagmático Vg.

Tras aplicar las primeras tres reglas tendremos:

Al conjunto de cadenas generadas por la aplicación de las reglas de reescritura se denomina la derivación que en este caso sería:

De aplicar R.1: SN Aux SV

De aplicar R.2: Art N Aux SV

De aplicar R.3: Art N Tpn SV

De aplicar R.4: Art N Tpn VSN

De aplicar R.5: Art N Tpn V Art N

- Constituyentes opcionales: hay símbolos que no deben reescribirse necesariamente vg. el art. en castellano con lo que se
reformaría: R.2 SN  (art) N indicando la opcionalidad con el paréntesis.
- Constituyentes alternativos: hay ocasiones en los que la reescritura es obligatoria pero no centrada en un solo elemento
sino pudiendo elegir entre dos o más, mostrando entre las llaves los elementos entre los cuales tenemos que elegir uno –
para reescribirlo por Det.:

Este conjunto inicial de reglas debe estar adecuado para evitar repeticiones innecesarias y para evitar secuencias inaceptables.

Hay que contar, sin embargo, con la introducción de un tipo de regla que es la regla recursiva que permite reescribir, es decir,
cómo un constituyente puede aparecer a ambos lados de la flecha, o sea, puede repetirse indefinidamente vg:

La R.5 V  v (+SN) con lo que tenemos que ‘SN’ es un elemento recursivo

Todavía dentro de este modelo sintagmático están como parte final las reglas de sustitución léxica que consisten en que los
símbolos categoriales finales deben ser reescritos como elementos léxicos vg.: “V  ‘comer’, ‘leer’, ‘andar’, etc”

Esto origina la necesidad de poseer una clasificación subcategorizada del léxico que facilite esta tarea, evitando multitud de
secuencias inaceptables. Así:

Pero esto es que, además, los símbolos categoriales muestran entre sí ciertas incompatibilidades o exigencias lo que ha llevado a
complementar la subcategorización con un análisis componencial que permite utilizarse en la elaboración de las reglas de
selección que son reglas dependientes del contexto, v.g. N  [humano] / [V ‘leer’] que es una forma excesivamente simple de
explicar que en el contexto del verbo leer su sujeto deberá ser normalmente humano.
Hemos elaborado una secuencia de símbolos terminales que podemos equiparar a los morfemas y que dan pie a la interpretación
del significado de la oración. Pero por razones de dar una solución más simple y adecuada a diversos problemas como el de la
concordancia o el de otros morfemas discontinuos, se ha situado a continuación de este modelo sintagmático o componente base el
llamado modelo transformacional.

La fase transformacional se puede considerar como complementaria de la de estructura sintagmática y consiste en modificar la
organización presentada en la estructura profunda de modo que se acerque a la salida de la estructura superficial.

En este contexto una transformación es la operación de reescribir una secuencia de símbolos por otra. La diferencia con las regas
sintagmáticas estriba, pues, en que a la izq de la flecha, como punto de partida, tenemos una secuencia de símbolos y no uno sólo.
Esta secuencia de símbolos es una descripción estructural que da pie al llamado cambio estructural o transformación. En esta
operación se ordenan, suprimen, relacionan a los diversos símbolos del indicador sintagmático.

Hay transformaciones que son obligatorias como la de concordancia del número y persona entre el SN y el SV. Hay otras que son
opcionales como la del cambio de activa a pasiva.

En el modelo ’57 Chomsky utilizó un diseño de las transformaciones generalizadas en las que a la izq de la flecha había más de
una secuencia de símbolos y a la derecha se reescribía solo una secuencia.

Este tipo de reglas fue postergado al introducirse las reglas opcionales de tipo recursivo en el componente base. Con todo, el
modelo normal, con todas sus variaciones y restricciones formales es el de la transformación simple o singular en que una
secuencia se cambia por otra, e.g. la transformación de pasiva en castellano:

SN1 – V - SN2  SN2 – AUX – V – P. Pasado – POR – SN1

Al igual que en el modelo sintagmático es muy importante el establecimiento del orden de las transformaciones para solucionar
problemas tales como los de las correferencias, la huella al producirse movimiento de símbolos, etc.

Al concluir con todas las transformaciones, nos encontramos ante el último indicador sintagmático al que habrá que aplicar las
reglas de transformación fonológica para tener la salida fonética de la oración.

4.2. La semántica

Mientras que el estudio del plano de la expresión ha tenido un gran desarrollo a lo largo de los siglos 19 y 20, dando lugar a
disciplinas diversas: fonética, fonología, morfología, sintaxis, el estudio del plano del contenido – quizá por no ser
inmediatamente perceptible como lo es la expresión- ha resultado relegado de los estudios lingüísticos y se le ha dedicado más
atención en el terreno filosófico.

Esta disciplina presenta un aspecto ‘poco disciplinado’, dando la impresión de que en ella se albergan elementos de diversa índole
como pueden ser los rasgos semánticos, las implicaciones conversacionales o el tema de la polisemia.

Nuestro objetivo será ordenar un poco los distintos conceptos y darles un hilo de conducción mínimamente coherente.

El centro de atención será la semántica lingüística y el primer paso será tratar de distinguir los diferentes planteamientos
concernientes a la definición de qué se entiende por significado.

a. Definición analítica: se basa en delimitar el significado como un conjunto de componentes, fundamentalmente en


carácter mental. Es un planteamiento iniciado en Aristóteles, recogido en los modistas medievales y vuelto a encontrar en
el modelo Ogden-Richards. En esta interpretación no cabe una relación directa entre las palabras y las cosas que aquellas
representan sino sólo a través del pensamiento. Se asocia con este planteamiento el tema de la referencia que ha
producido una amplia literatura sobre todo en el ámbito de la semántica filosófica y más concretamente, en la semántica
veritativa. La referencia (a veces denotación) es una relación que se establece entre palabras y cosas. La referencia
presupone existencia aunque haya que matizar el tipo de existencia presupuesta. Con todo, se trata de un concepto
importante que se enlaza con el de la capacidad significativa de los nombres propios y con lo que se denomina como
semántica extensional.
b. Significado como uso: sería deducir el significado de una palabra a través de la distribución o conjunto de contextos
lingüísticos en que aparece dicha palabra. Existe la dificultad de señalar un número límite de contextos ya que si
seleccionamos unos contextos como típicos, estamos en una posición cercana a la analítica.
c. Significado situacional: planteado por Bloomfield. El contexto extralingüístico formado por los estímulos y respuestas
que configuran el entorno en que se produce una expresión lingüística nos aportarán la indicación del contenido de la
expresión. Para que esto fuera factible deberíamos poder determinar las invariantes situacionales, lo que supondría la
capacidad de poder reducir el estudio de los contextos de situación a un conjunto limitado de elementos.

La estructura léxica: el análisis componencial

Surgen en la segunda mitad del siglo 20, una serie de intentos por analizar o descomponer en rasgos los significados de las
unidades léxicas. Representantes de variadas tendencias: Coseriu, Pottier, Prieto (estructuralistas europeos), Nida (estructuralista
americano), Katz & Fodor (generativistas), empeñados en la tarea de hallar el inventario de rasgos distintivos semánticos con la
pretensión de que sean limitados en números y universales en cuanto a su utilización en todas las lenguas.

No pasan de ser intentos, tanteos aplicados a campos semánticos muy reducidos pero es importante porque abren el camino para
plantear en el plano teórico una serie de relaciones entre las unidades léxicas de forma coherente y sistemática.

1. Significados relacionados dentro de la misma unidad léxica: al emplear la expresión “unidad léxica” queremos significar
una unidad significativa equivalente al lexema. En este contexto podemos delimitar los siguientes tipos de relación:
- Derivación: todos los rasgos componentes de la base subyacente están incorporados en otro significado que pertenece a
otro dominio semántico diferente. Se establece, pues, una relación exocéntrica. Se dan relaciones entre el significado
básico y el derivado, aunque no toda derivación morfológica suponga una derivación semántica. Ejemplo de derivación
semántica y morfológica: “cantar-cantante”.
- Sustitución: supone el cambio de un componente en la base por otro que alterando el significado, no cambia el dominio
semántico. Es, pues, una relación endocéntrica y podríamos situar aquí las relaciones declinacionales del euskera, del
mismo modo que ciertas oposiciones de género en castellano vg. ‘oso’/’osa’, ‘actor/actriz’. Es una relación, como la de
derivación, sistemática, o sea, gramatical.
- La extensión figurativa: un componente suplementario o un componente diagnostico reinterpretado hace que se dé un
cambio radical entre el dominio semántico del significado básico y el del significado ampliado. a menudo no se da una
relación sistemática. Aquí se sitúan la metáfora, la metonimia, la sinécdoque y la alegoría: ‘le han volado la cartera’.

En ningún caso hemos operado con los conceptos de polisemia y homonimia.

Sin embargo podemos indicar que el fenómeno de la polisemia es necesario en el lenguaje como factor de economía. Lo podemos
definir como el fenómeno que se produce cuando un mismo significante se emplea con diferentes significados, e.g. capa (de
vestir, de pintura).

La homonimia, en cambio, se homofonía u homografía, debe presentar, además de las diferencias entre significados, otras
diferencias gramaticales, como el pertenecer a categorías gramaticales diferentes o ser flexiones diferentes del verbo, de la
declinación, etc. En definitiva, el no ser significantes gramaticales idénticos, aunque sí lo sean fonológicamente: ´capa’ 1 (de
vestir, de pintura) es homónimo de ‘capa’ 2 (del verbo capar). Vemos que pertenecen a categorías gramaticales distintas como
nombre (capa1) frente a verbo (capa2).

2. Significados relacionados de diferentes unidades léxicas


- Series de significados contiguos: tienen algún componente común, pero, a su vez, algún componente distinto que sirve
para diferenciarlo; cuanto más componentes en común se den mas proximidad tendrán en el campo semántico aunque no
necesariamente más sinonimia: silla y banqueta son muy próximos en una serie semántica de muebles de asiento pero en
ningún caso se entienden como sinónimos.
- Series de significados en relación de inclusión (hiponimia):
 Un significado A tiene todos los componentes de otro significado B.
 No teniendo B todos los componentes distintivos de A
 Y teniendo A algún componente más que B
 Vg. ‘flor’ (B)  ‘tulipán’ (A)
- Superposición o intersección: dos significados pueden intercambiarse al menos en algún contexto. Se llama también
sinonimia. No hay una sustituibilidad total sin que varíe el significado referencial o social. Hay una sustituibilidad en
algunos contextos, e.g. auxilio / socorro o una sustituibilidad en todos los contextos pero con diferencias en sus valores
referenciales, o, sobre todo, sociales (expresivos-apelativos): coche/auto.
Con este último aspecto se asocian las connotaciones y los registros.
- Significados complementarios: junto a componentes comunes presentan componentes en contraste:
 Opuestos: implican caracteres antónimos: bueno/malo.
 Reversivos: los componentes de un significado A se ordenan en el significado B en un orden lógico o temporal
inverso: comprar / vender.

Los campos semánticos

Aunque teóricamente podría entenderse que los campos semánticos se compusieran de palabras cuyos significados mantuviesen
las relaciones indicadas aquí arriba, la realidad histórica no ha sido tan simple y nos muestra un desarrollo de esta teoría de los
campos semánticos con una revisión continua de conceptos desde el planteamiento inicial en la obra de Trier y en su posterior
desarrollo en la lingüística fundamentalmente alemana.

Las características que pueden indicarnos como se constituyen los campos léxicos son:

1. Principio de totalidad: el valor semántico de una palabra no se hace comprensible partiendo de la palabra individual;
desde el punto de vista del contenido, cada palabra depende de todo el campo de palabras emparentadas semánticamente.
2. Principio de ordenación: señala que los contenidos léxicos deben clasificarse en base a criterios de varias dimensiones.
3. Principio de la determinación recíproca: en un campo léxico cada palabra tiene un valor por su relación con los demás
miembros del campo.
4. Principio de integridad: para que el valor asignado a un significado sea correcto no puede omitirse ninguno de los
significados pertenecientes a dicho campo.
5. Principio de diferenciación: cada palabra pertenece a un solo campo, pretendiendo, así, eliminar las fronteras de la
ambigüedad que no casa con una idea campo como una estructura de mosaico.
6. Principio de ausencia de lagunas: el mosaico no tiene huecos.

4.3. Análisis pragmático del lenguaje

Este tercer componente de la división semiótica (sintaxis, semántica, pragmática) se refiere a la relación que se establece entre los
signos y los usuarios de estos signos en un acto comunicativo.

En un acto comunicativo no solo hay aportación significativa a través de las palabras utilizadas sino que hay unas convenciones
comunicativas que funcionan como presupuestos y que aportan un contenido contextual que permite economizar el contenido a
comunicar por la expresión que utilizamos en el acto comunicativo, así como nos permite asegurar la comprensión y, por tanto,
garantizar el buen final del acto comunicativo.

Nos define: “se entiende por pragmática el estudio de los principios que regular el uso del lenguaje en la comunicación, es decir,
las condiciones que determinan el empleo de enunciados concretos emitidos por hablantes concretos en situaciones comunicativas
y concretas, y su interpretación por parte de los destinatarios” (Escandell).

La info pragmática consiste en “el conjunto de conocimientos, creencias, supuestos, opiniones y sentimientos de un individuo en
un momento cualquiera de la interacción verbal. Emisor y destinatario, en cuando sujetos, poseen una serie de experiencias
anteriores relativas al mundo, a los demás, a lo que les rodea. Pero no se trata solo de conocimientos; la info pragmática
comprende todo lo que constituye nuestro universo mental desde lo más objetivo a las manías mas personales” (Escandell).

4.3.1. Principio de Cooperación

Grice aporta su principio de cooperación como fundamento que debe regular todo el marco comunicativo:

a. Cantidad (de info que hay que proporcionar)


- Que la expresión sea todo lo informativa que sea preciso
- Que la expresión no sea más informativa que lo que es preciso
b. Calidad (que la info sea verdadera)
- No decir lo que se considera falso
- No decir algo de lo que no se poseen pruebas
c. Relación: ser relevante
d. Modo: ser claro, no ambiguo, breve y ordenado.

4.3.2. Actos de habla

Un acto de habla, en la línea de Austin y Searle, intenta ser la unidad de la estructura comunicativa. Ciertamente no es fácil
establecer cuales son los limites de estos actos de habla pero podemos utilizar algunas de sus aportaciones para completar nuestro
escarceo por los campos de la pragmática.

Condiciones de un acto de habla:

1. Preparatorias: derecho y/o autoridad del hablante para ejecutar tal acto en las circunstancias en que debe darse. Violar
estas condiciones lleva a la no ejecución o desacierto en el acto de habla.
2. De sinceridad: creencias o sentimientos que el hablante debe tener en su ejecución. Violar estas condiciones supone un
abuso.
3. Esenciales: compromiso que asume el hablante al ejecutar al acto. Violarlos supone incumplimiento o deslealtad.

Desde la perspectiva de la actividad, el acto de habla se desglosa en:

- Acto locutivo: nos proporciona el contenido descriptivo. Consiste en decir algo. Se puede desglosar en estos aspectos:
 Un acto de emisión de sonidos bucales
 Un acto fático consistente en los componentes de 1ra articulación que se emplean en dicho acto
 Un acto rético que analiza el valor significativo de lo expresado
- Acto ilocutivo: su interpretación determina el tipo de acto de habla. Es el acto que se realiza al decir algo. Es la fuerza, la
intención con que decimos algo, la finalidad con la que empleamos la expresión. Esta “función del interlocutor-emisor”
puede desglosarse o especificarse en muchos matices. Recogemos algunos de los tipos más destacados:
 Actos asertivos: nos cuentan como es, como ve el interlocutor-emisor la realidad.
 Actos directivos: el interlocutor-emisor trata de orientar, de conseguir que los interlocutores-receptores hagan
algo. Se consideran el grupo más típico de los actos de habla.
 Actos compromisivos: aquellos en que nos comprometemos a hacer algo (promesas, juramentos).
 Actos evaluativos: interlocutor-emisor mira al pasado y se alegra o arrepiente de lo sucedido.
 Actos realizativos: al decir algo, hacemos algo con esas palabras y normalmente se refiere a los actos en que se
constituye un vinculo social por la expresión realizada: matrimonio, bautismo, compra/venta.

Los actos comunicativos muestran más de una de estas facetas a la vez. Los actos de habla son el producto de las funciones del
lenguaje.

- Acto perlocutivo: indica la medida en que el hablante se compromete a aceptar el contenido locutivo. Se trata del influjo
que el acto produce en el oyente. Al ser este un aspecto que no es controlable por el interlocutor-emisor ya que no son
directamente correspondientes la intención o fuerza elocutiva del emisor y el resultado o fruto perlocutivo en el
interlocutor-receptor, Searle y sus continuadores retiraron del planteamiento inicial este componente.

Un capitulo aparte merecen los actos de habla indirectos. Están relacionados con no molestar o el ámbito de la cortesía. Se trata de
utilizar una expresión “suave”, “light” para indicar, pedir, ordenar, otra cosa:

- E.g. “¿podría decirme por donde se va a la estación? en realidad estamos haciendo una pregunta sobre su capacidad de
decirme algo cuando -valor indirecto- en realidad estamos pidiendo una info.
- En una habitación cerrada expresamos “¡qué calor!” que estrictamente es una info por medio de una exclamación pero
realmente intentamos, pedimos, que se abra una ventana.

Este mundo de la cortesía es muy variopinto según las lenguas y es uno de los aspectos interculturales que más debe cuidarse en el
aprendizaje de dicha lengua y cultura por ser una fuente interminable de malos entendidos.

Esta sensibilidad al mundo denominada cortesía es un componente comunicativo cambiante al compás de las variaciones
generacionales, debido en gran medida a la influencia de los media.

4.3.3. Reglas del discurso

´discurso´ es usado para referirnos a cualquier manifestación de interacción comunicativa, sea hablada o escrita, conversación,
debate o monologo, con predominio de una función comunicativa u otra. }

4.3.3.1. Reglas de organización o estructuración internas

Varia su estructura dependiendo del tipo de discurso, pero en todo discurso nos encontraremos con un inicio, un desarrollo y una
conclusión. El discurso debe ‘discurrir’ bien, siguiendo unas reglas lingüísticas y culturales que varían según el grupo social en
que se desenvuelva dicho discurso.

En cualquier caso, el discurso debe mostrar cohesión, lo que supone que, desde el punto de vista lingüístico, se guardan las reglas
de concordancia y el orden sintáctico requeridos.

“juan dijo que el estaba contenta” no muestra cohesión debido a la falta de concordancia gramatical.

Si quiero expresar una secuencia como “tomé el autobús 28, llegué a la facultad y subí a mi despacho” no es válido en castellano
expresar “subí a mi despacho, tomé el autobús 28 y llegué a la facultad”

Para cohesionar el discurso existen en todas las lenguas unos instrumentos muy útiles que se denominan genéricamente
conectores, aunque dada su función se podrían especificar los términos llamándolos: iniciadores, conectores y conclusores según
sirvan para iniciar, ligar o asociar y finalizar el discurso respectivamente.
Muchas veces cumplen funciones que exceden el orden lógico o discursivo y se emplean con valor fático para retener la palabra
“mmm”, “este…”

Hay reglas culturales que rigen el discurso. En la cultura española, el interlocutor-emisor indica su intención de iniciar el discurso
con unos preparativos de CVN: gestos y movimientos de cara, algunos aspectos bucales como carraspeo, etc.

El aspecto donde más diferencias culturales se manifiestan es en el “pedir/robar/ceder” el turno de palabra. Es un elemento a tener
muy en cuenta si deseamos un discurso fluido y existoso.

Otro concepto a tener en cuenta es el contexto. Se refiere a los elementos contiguos en el discurso, los que están uno adelante del
otro o uno detrás del anterior según se mire.

4.3.3.2. Reglas del funcionamiento “externo” del discurso

Con esta denominación de funcionamiento externo del discurso queremos indicar y abarcar los fenómenos de valor significativo y
referencial que se incluyen o complementan en el discurso. Tienen mucho que ver con lo ya visto del mundo compartido, el
contexto, las circunstancias y los elementos deícticos y referenciales.

En todo discurso deben darse unas características fundamentales para que haya una interacción comunicativa exitosa:

- El discurso debe presentar coherencia, i.e., debe haber una hilazón conceptual que haga comprensible su interpretación.
Esta hilazón conceptual está trabada con los utensilios lingüísticos que manejamos en el discurso entre los que
destacamos el buen uso de los elementos deícticos como los pronombres, los demostrativos y los elementos anafóricos.
Si digo “ya se ha ido allí ese” es más económico que decir “José Ramón Puente ha ido al fórum de Barcelona hace poco”
pero esto supone que el interlocutor-receptor comparte el conocimiento de saber que “ese” refiere a “José Ramón
Puente”, “allí” se refiere al “fórum de Barcelona” y estos conocimientos los compartimos por nuestras propias
experiencias anteriores.
La coherencia supone una estructuración conceptual acorde con la del grupo social en el que se produce el discurso.
También se producen variaciones según se trate de aspectos conceptuales propios del nivel individual, caracteriológico o
social.
Las anomalías dependen de la ‘distancia’ de mi estructuración conceptual con respecto a la del grupo social en el que
interactúo.
Yo como interlucutor-emisor debo ponerme en el pellejo del interlocutor-receptor para situarme en el mundo conceptual
que el/ella posee y el interlocutor-receptor debe hacer lo mismo con respecto al emisor. No se trata solo de que
compartamos un mundo conceptual entero si no de que compartamos el mundillo en cada interacción comunicativa.
- Presuposición, referencia e inferencia o implicación
 Presuposición: cuando yo como interlocutor-emisor me pongo en disposición de comunicante, me pongo en el
lugar conceptual, lingüístico, experiencial de mi/s interlocutor/es-receptor/es, yo ‘imagino’, supongo
(presupongo) cual es este mundo en el que están situados en este momento.
 Referencia: de acuerdo con esos parámetros de mundo compartido, de presuposición, yo interlocutor-emisor
produzco mi interacción comunicativa, refiriendo algo de mi a alguien en unas coordenadas espacio-temporales.
 Inferencia: la persona interlocutora-receptora descodifica lo referido por los cauces empleados: códigos
comunicativos y estructura mental (conceptual & experimental) compartidos. La inferencia se sitúa en los
aspectos no manifestados explícitamente por las señales pero que se deducen por nuestra coparticipación en ese
mundo del interlocutor-emisor.

4.4. Algunos aspectos de sociolingüística: la adecuación en el uso de la lengua

Introducción
Para poder interpretar y generar un acto comunicativo no basta con el conocimiento y la competencia del código lingüístico, sino
que debemos tener en cuenta la competencia comunicativa y, dentro de ella, la pragmática.

Es esta necesidad de adaptar las manifestaciones lingüísticas al contexto lo que nos lleva a tratar de la adecuación.

Molina considera la lengua como una actividad, una forma social de comportamiento.

4.4.1. La adecuación

Es uno de los tres principios reguladores de la comunicación textual, junto con la eficacia y la efectividad (Beaugrande &
Dressler). Para estos autores “la adecuación es el equilibrio óptimo que se consigue en un texto entre el grado de la actualización
de los criterios de textualidad, por un lado, y la satisfacción de las demandas comunicativas, por otro.”

La adecuación está sustancialmente unida a la competencia comunicativa (aquello que un hablante debe saber para comunicarse
de forma culturalmente adecuada a los contextos en que se da el acto comunicativo).

Esta competencia no es innata, se va adquiriendo progresivamente, a medida que la experiencia personal se incrementa al
participar en situaciones de comunicación, con distintas personas, hablando sobre temas diversos. “Vamos aprendiendo cuando es
apropiado hablar, como hablar, que registro utilizar o qué variedad o qué lengua, qué normas de interacción sob las más
adecuadas, si podemos interrumpir o no, si hemos de pedir la palabra antes de hablar o no” (Saville-Troike).

Para Coseriu, esta competencia puede denominarse competencia expresiva o textual.

En relación con ella, un acto de habla se valora no en el sentido de si es correcto o no, con respecto a las normas lingüísticas, sino
que se comprueba si es “adecuado o no adecuado a la cosa, a la situación o al oyente. Para la valoración del hablar en situaciones,
i.e., para los textos, se cuenta desde la antigua retórica con este criterio de la adecuación. El hablar puede ser perfectamente
correcto desde el punto de vista de la lengua particular y, a pesar de ello, no satisfacer el criterio de la adecuación. Un hablar que
no es correcto en sentido social, tampoco como texto es adecuado al oyente o a la situación.”

Todos hemos podido comprobar cómo, e.g., al hablar con extranjeros procuramos adaptarnos a los conocimientos lingüísticos que
suponemos -escasos- en nuestro interlocutor, para lo cual seleccionamos aquellas voces de valor más general y, por tanto, menos
precisas, así como la forma verbal más fácil, que suponemos que es el infinitivo.

Con ello pretendemos solucionar los problemas de comunicación, aunque tengamos que contravenir las normas de la corrección
lingüística.

Así, la adecuación puede anular la incorrección e incluso la incongruencia. Coseriu sostiene que “la adecuación es el primer
criterio de todos, i.e., la medida primaria, de acuerdo con el cual se valoran textos y discursos, respectivamente.”

Coseriu ha establecido tres tipos de adecuación:

- Con respecto al objeto representado, un discurso o texto es adecuado o inadecuado. Así, por ejemplo, un texto que canta
con entusiasmo lírico el cultivo de la patata… no es adecuado a su objeto.
- Con respecto al o los destinatarios, un discurso o texto es apropiado o bien inapropiado. Si alguien habla con un niño
pequeño como con un adulto, eso es inapropiado, no es adecuado al destinatario.
- Con respecto a la situación o a las circunstancias del hablar, un discurso o texto es oportuno o bien oportuno. Así, por
ejemplo, es inoportuno, i.e., no adecuado a la situación, hablar de la muerte inminente de parientes del destinatario y
decir por ejemplo: he oído que su padre está a punto de morir.

Con todo, estos tres tipos de adecuación que señala Coseriu no nos parecen suficientes, pues el acto comunicativo es mucho más
complejo y conviene tener en cuenta también las normas lingüísticas -no contempladas en estos tres tipos-, los factores
paralingüísticos y los extralingüísticos.
4.4.1.1. La adecuación gestual

CNV . Cap. 2.

4.4.1.2. La adecuación lógica

Breves apuntes teóricos prácticos

La adecuación lógica se basa en la relación semántica entre los enunciados.

Un mensaje será coherente o incoherente según que cumpla o no una de las normas básicas de la textualidad: la coherencia.

Esta regla exige que los enunciados estén bien relacionados, sin contradicción, y que contribuyan a lograr un sentido global.

Por otra parte, no podemos olvidar que los textos tienen que interpretarse como una forma de actividad humana por lo que
tendrían sentido por sí mismo, sino en virtud de la interacción que establezcan entre el “conocimiento presentando en el texto y el
conocimiento del mundo almacenado en la memoria de los interlocutores.”

Esta condición es la que hace posible que textos, aparentemente coherentes, sean aceptados por los hablantes sin que se produzcan
cortes en la comunicación, ni incluso sean advertidas esas incongruencias por parte de los participantes en la conversación.

La falta de planificación hace que muchas intervenciones espontáneas carezcan de la coherencia necesaria: los falsos comienzos,
las rectificaciones, las omisiones, las alusiones, las frases inacabadas, las repeticiones, etc, son fenómenos constantes en la
conversación cotidiana.

4.4.1.3. La adecuación temática

El tema del que se trate es un factor primordial a la hora de seleccionar el tono del discurso tanto oral como escrito.

La falta de seriedad y rigor en el tratamiento de un tema transcendente o delicado, puede producir el rechazo o el enojo de los
interlocutores, que puede sentirse incómodos u ofendidos por la frivolidad del hablante. Pensemos, por ejemplo, en materias
relacionadas con la religión, la salud, la moral, etc.

El grado de formalidad e informalidad de las manifestaciones lingüísticas dependerá, por tanto, de la hondura o superficialidad
con la que exponga un tema.

Este tratamiento, sin embargo, se verá favorecido, en uno u otro sentido, por la presencia también de otros factores que están
interconectados, como la familiaridad entre los participantes, los conocimientos compartidos, el grado de planificación de la
conversación, la situación de comunicación o la finalidad del discurso: didáctico, interpersonal, literario, lúdico, etc.

Es evidente que, si se trata de una conversación, es de esperar que el grado de formalidad no sea uniforme, sino que puede
aumentar o disminuir según la mayor o menor seriedad del tema.

En la actualidad se produce, con mucha frecuencia, una ruptura de la conducta esperable, tanto en medios académicos, donde, por
un falso progresismo, algunos colegas utilizan un lenguaje informal, a veces chabacano, en sus explicaciones didácticas.

Este tipo de inadecuaciones no son exclusivos de la lengua hablada, sino que se da, cada vez con más frecuencia, en la prensa
escrita, incluso en escritores con cierta fama; aunque, en algunos casos esa informalidad es buscada, según dicen, porque así se
resalta la expresividad de lo que se quería manifestar.

4.4.1.4. La adecuación situacional


a. Compara los siguientes mini-diálogos emitidos por las mismas personas
P.- “Niño, contesta a lo que te digo”
H.-“no tengo ni idea”
P.-“Por favor, Martínez, responda a lo que le pregunto”
H.-“No lo sé”

Imagina una situación para cada una de ellos. ¿podrían ser conmutables?

b. ¿qué valor podría tener la siguiente frase, en función de la situación de comunicación?


“eso no es nada”

Consideraciones sobre el papel del contexto situacional

La situación es uno de los factores fundamentales que determina la configuración de cualquier acto de comunicación.

El concepto de situación se refiere, por lo general, a los factores que hacen que en un texto sea relevante con respecto a la
situación comunicativa en la que aparece.

La influencia que tiene la localización situacional… sobre el discurso oral o escrito durante el acto comunicativo está, según
Beaugrande y Dressler, mediatizada por la intervención de la subjetividad de los interlocutores, “quienes suelen introducir sus
propias creencias y sus propias metas en el modelo mental que construyen de la situación comunicativa en curso.”

Esta concepción de la situación está en línea de lo que Fishman llamó situación social, que ponía en relación el lugar y el
momento con los roles representados por los interlocutores.

De esta manera podemos, por ejemplo, relacionar determinas variedades lingüísticas con situaciones concretas de comunicación.
Así emplearíamos distintas variedades sociales o dialectales en función de la persona a la que nos dirijamos o del momento en que
lo hagamos.

La adecuación a estos tres factores -lugar, momentos y roles- da lugar a una “situación congruente y oportuna.”

Cualquier cambio en esta relación motivaría consecuentemente un cambio en la variedad funcional utilizada, para adaptarse a la
nueva situación.

Por otra parte, la noción de situación o de contexto situacional ha sido utilizada también en lingüística para resolver el problema
de la ambigüedad de los enunciados. El valor de estos solo puede determinarse con precisión con referencia a un contexto verbal o
situacional.

Un enunciado como “no tiene importancia”, puede ser la respuesta a una manifestación de agradecimiento, o restar gravedad a
cualquier tipo de acción por la que se ha sufrido algún daño físico o moral. Solo la situación en la que se produzca podrá aclararlo.

El trabajo más conocido entre los lingüistas en relación con el entorno o contexto se lo debemos a Coseriu, quien habla de
contexto extraverbal para referirse al conjunto “circunstancias no lingüísticas que se perciben directamente o que son conocidas
por el hablante”, lo que equivaldría a todo lo que, física o culturalmente, rodea al acto de enunciación.

La situación es uno de los factores fundamentales que determina la configuración de cualquier acto de comunicación. Es, como
dice Escandell: “el soporte físico, el decorado en el que se realiza la enunciación. Incluye como factores principales las
coordenadas de lugar y tiempo. Pero representa algo más que un mero escenario. Es muchos casos, la situación espacio-temporal
es un factor determinante: las circunstancias que imponen el aquí y ahora influyen decisivamente en toda una serie de elecciones
gramaticales y quedan reflejadas habitualmente en la misma forma del enunciado; y, a la vez, constituye uno de los pilares en que
se fundamente su interpretación.”

Las modalidades de uso determinadas por la situación de comunicación reciben el nombre de variedades diafásicas o registros.

El registro deberá ser apropiado, o como decía Coseriu, oportuno, en relación con la situación o las circunstancias del hablar.
Así los hablantes se esforzarán en acomodar sus actos diarios de comunicación a la situación precisa en que tiene lugar.

En el transcurso de una conversación los registros utilizados pueden ser más formales o más informales, en función de los temas
tratados.

No obstante, la falta de criterio tiene como consecuencia la producción de textos híbridos, tanto orales como escritos, que pueden
resultar inapropiados o inoportunos en determinadas situaciones de comunicación.

Es muy frecuente que en los textos de algunos periodistas y escritores actuales se mezclen las modalidades de uso oral y escrito,
incluyendo términos de lenguajes marginales y argóticos, y construcciones propias de la conversación cotidiana, con el fin de
“actualizar” y “enriquecer” sus escritos.

También podemos encontrar frases inapropiadas o inoportunas en nuestros alumnos extranjeros, por desconocimiento del valor
diafásico de las mismas. Por otra parte, la falta de precisión en las referencias a realidades del entorno, dificulta la comprensión,
obligando al interlocutor o adivinar la intención comunicativa del hablante, pese a la vaguedad en el empleo de los deícticos, la
imprecisión en las alusiones, las elipsis, etc.

4.4.1.5. La adecuación sociocultural

Dentro de la adecuación a la situación queremos matizar la relación entre los interlocutores y caer en la cuenta de las
implicaciones entre lengua y cultura que reflejan los comportamientos y actitudes de una sociedad determinada.

La sociedad impone unos determinados comportamientos que son exigibles en los distintos actos de habla, en función de la
distancia social, económica, de poder, etc, que exista entre los interlocutores. Por ello podemos considerar como improcedentes
determinadas manifestaciones lingüísticas.

4.4.1.6. La adecuación lingüística

Se produce en los tres niveles o planos del lenguaje. En este caso, si no atenemos a lo estrictamente formal, estaríamos hablando
de corrección/incorrección.

a. Plano fónico: en los alumnos extranjeros son frecuentes los errores tanto en la pronunciación como en la escritura.
b. Plano gramatical: en este nivel son frecuentes las incorrecciones de todo tipo – faltas de concordancias, ausencia de
elementos funcionales necesarios, fallos en la construcción, falsos comienzos, etc.- sobre todo en los niveles más bajos.
Pero también abundan en los nativos, en la prensa, en los medios de comunicación oral e incluso en personas a las que se
le supone un nivel sociocultural alto.
c. Plano léxico-semántico: en este plano abundan las incorrecciones, sobre todo por falta de precisión y de propiedad. Por
ello son frecuentes las muletillas, las palabra ómnibus, la mezcla de niveles, los tacos, etc.
4.4.1.7. La adecuación discursiva

Se fundamenta en la adecuada competencia en la organización y secuenciación del discurso. La lengua tiene que ser contemplada
también desde el plano supraoracional, que es donde encuentran explicación muchos problemas lingüísticos que no han podido ser
resueltos desde la perspectiva oracional.

La conversación se rige por unas reglas implícitas que aseguran la coherencia interna del discurso. Estas reglas se ponen de
manifiesto por medio de unos “signos” que, o bien señalan la atención que los interlocutores prestan a la conversación que
mantienen, o bien marcan el encadenamiento entre las intervenciones, o, en todo caso, informan sobre las actitudes que se adoptan
en el transcurso de una conversación.
Junto a estas reglas implícitas se generan otras que regulan el intercambio verbal, los turnos de palabra, las formas de intervenir,
interrumpir, continuar con la palabra, etc, i.e., ponen a disposición del hablante todo lo que necesita para participar en una
conversación con un mínimo de competencia discursiva.

Estrategias para lograr la adecuación

Se reflejan en la competencia de los interlocutores para interactuar utilizando los recursos convenientes y oportunos.

El conocimiento de las estrategias adecuadas facilita el correcto desarrollo de la conversación.

La utilización de estrategias tales como preguntar, hacer gestos, usar perífrasis en momentos de duda o cuando no se conoce una
palabra etc son algunas de las variadas formas que convendrá explicitar en los aprendientes para lograr que su comunicación sea
efectiva.

Estas estrategias afectan a los diferentes tipos de adecuación alcanzando a todo el dominio de la competencia comunicativa y al
proceso de aprendizaje en su totalidad.

Para adquirir un adecuado conocimiento de estas habilidades y, sobre todo, para llegar a utilizarlas con efectividad, creemos que
es imprescindible ofrecer a los alumnos amplias muestras de análisis convencional.

4.5. Aplicaciones pragmáticas al estudio del español hablado: explotación didáctica de la función expresiva

Introducción

Vamos a especificar una propuesta de enfoque metodológico aplicado en un aspecto determinado de la adecuación
sociolingüística como es el referido a una de las características más comentadas del lenguaje coloquial: la afectividad, entendida
como fuerza expresiva que impulsa al hablante a enfatizar muchas de sus intervenciones para conseguir diferentes efectos, tanto
comunicativos como resultativos sobre sus posibles interlocutores.

Han ido surgiendo propuestas que describen los diferentes componentes del coloquio: la situación, los contextos, los tipos de
mensaje – verbal, no verbal-, la relación entre los interlocutores, los efectos rítmicos, entonativos, las pausas, etc, que han servido
para explicar el porqué de la utilización de determinados elementos lingüísticos y paralingüísticos.

Hay una tendencia casi generalizada a la exageración, a la manifestación incontrolada de todo tipo de sentimiento, a la
exteriorización de cualquier contrariedad. El texto que aquí traemos es bastante representativo de un tipo de comportamiento muy
frecuente, en el que los recursos expresivos, enfatizadores o atenuadores, nos muestran claramente la actitud de los interlocutores
y las distintas estrategias conversacionales que se ponen en juego en la interacción conversacional para conseguir los objetivos
comunicativos.

El fragmento que presentamos para su comentario es una clara muestra del uso coloquial conversacional de la lengua: + relación
de proximidad, + saber compartido, + cotidianidad, - grado de planificación, + finalidad interpersonal.

4.5.1. El corpus oral conversacional

Corpus: conjunto de datos o documentos que una persona o grupo de personas reúne para un fin determinado. En este caso,
transcripciones de discursos orales conversacionales de españoles. Tratamiento de este tipo de conv tiene una doble vertiente: la
puramente lingüística (con el fin de investigar como se producen las conv en los jóvenes universitarios de hoy en día) y la
pedagógica (enfoque bimembre: enseñanza para lengua para NS y NNS).

4.5.2. El discurso oral: la función expresiva

En el corpus nos vamos a centrar en la función expresiva. Las funciones no son excluyentes sino que en cada texto puede dominar
una sobre el resto aunque las otras funciones también aparezcan en segundo plano. En la conversación espontánea, entendida
como la forma más característica de realización oral, la función expresiva rebosa como elemento inherente a ella. Las funciones
expresivas de ciertos elementos son absolutamente evidentes.

Conjuntamente a la inherencia de la función expresiva de elementos, las relaciones interpersonales entre los participantes
comunicativos juega un papel determinante. Los fenómenos del proceso de enunciación como la cortesía o modalidad subyacen al
uso excesivo de estas formas lingüísticas. Las imágenes positivas o negativas de los interlocutores dotarán de matices precisos a
los intercambios, así como la expresión de la subjetividad a través de la modalización. El cómo se haga-reciba las intervenciones
por parte del emisor-receptor afecta a lo que se dice.

Los elementos del análisis pragmalingüístico van en relación constante y se implementan unos a otros. Es decir, que la entonación
de un enunciado expresivo, sus rasgos socioculturales, sus referencias al contexto discursivo, a la estructura discursiva y a su
lexicultura, están íntimamente relacionados.

4.5.3. El enfoque pragmalingüístico: la función expresiva

Al centrarnos en la función expresiva, lo haremos en relación a los intercambios. En efecto, si recordamos brevemente todo
enunciado de un hablante en una conversación determinada constituye una intervención de dicho interlocutor. A esos dos
integrantes inferiores en el plano del discurso oral se les encuadra entre las llamadas unidades monológicas. Cuando A (en su
doble papel de emisor-receptor) se relaciona con el emisor-receptor B -o viceversa- y ambos interactúan, esto es, negocian,
argumentan con intención de, reciben, interpretan y aceptan o no; es entonces cuando se produce el intercambio. Una sucesión de
intercambios queda establecida en el diálogo final que se obtiene como resultado. Estas ultimas unidades son las unidades
dialógicas, dispuestas en un plano superior. En todo texto oral y su correspondiente transcripción caben dos interpretaciones de
base: la dialógica – desde el todo a la parte – y la monológica – de la parte al todo-. Esto es, el dialogo como unidad discursiva y
sus secuencias de intercambios.

(transcripción de dialogo)

La temática (comentarios malhumorados después de conocer notas de examen), la relación de amistad y confianza entre los
jóvenes interlocutores, la situación extraacadémica e informal de la conv, la actitud descontrolada y con tendencia a los usos
vulgares, habitual en la jerga juvenil, explican el empleo de los elementos enfatizadores que ahora comentamos:

a) En el nivel fónico:
- La elevación media del tono y el volumen de la comunicación en general en todo el fragmento, como consecuencia del
estado anímico, enojado, de los interlocutores, lo que queda reflejo en las abundancia de elocuciones exclamativas e
interrogativas.
- La frecuencia de los tonemas suspendidos (anda que también, no le dieran, me cago en la puta, le meto una hostia que…)
son un recurso intensificativo.
- Los alargamientos vocálicos manifiestan un aumento de la expresividad con determinados matices (desesperación:
puiiiii, incredulidad: anda ya, imitación ridiculizadora: pos claro, aviso enfático: uuuuyyyy, burla: cabeza, asentimiento
enfático: PUFFF, DIGOOO.
- Tono especialmente elevado en las expresiones malsonantes y de sorpresa.
b) En el nivel morfológico:
- Sufijos enfatizadores:
 -iña (que rabiña eres)
 -irra (despectivo, la pitirra)
 -ada (aumentativo, oye la poyada)
 -ón (aumentativo, un montón)
No hay prefijos como super, maxi, mega, re-, requeté-, etc.

c) En el nivel sintáctico
- Estructuras exclamativa introducidas por qué + sustantivo o adjetivo (con significado despectivo o descalificador). E.g.
qué gillipollas es el tío, qué asco dios mío, que tía hablando, etc.
- Otras estructuras como
 Preposición + lo + adjetivo + que + es: con lo gordo que es…
 Los demostrativos son usados con valor despectivo: el gordo ese de mierda
 La acumulación de estructuras con valor enfatizador y sintaxis elíptica
 El aparente desorden estructural favorece la focalización de aquellos elementos que son significativamente más
relevantes.
 La oposición se marca también de forma muy sintética: qué + sust (con valor peyorativo) + verbo, e.g. que
mierda eres.
 O por medio de frases que enfatizan el desacuerdo: ¡Si hombre!
 Repeticiones

Los recursos de tipo léxico semántico son frecuentísimos en un texto como éste, muy representativo del argot juvenil, en
situaciones informales y de confianza.

4.5.4. Conclusiones

El léxico es una de las marcas más caracterizadoras del grupo social de los jóvenes. Los fenómenos lingüísticos que hemos
descrito nos muestran la forma de expresión de los jóvenes y su forma de interacción la cual favorece el proceso de relación y de
reconocimiento social. El lenguaje de los jóvenes nos permite observar como funcionan determinadas reglas sociales y como se
realiza la coloquializacion y generalización de palabras, frases y construcciones argóticas. La interacción juvenil constituye un
tipo de discurso en el que poder estudiar algunos modos característicos de cooperación y regulación social, así como ciertas
transgresiones de principios y reglas codificadas como cooperativas y corteses.

La influencia de este lenguaje sobre el uso general de la lengua es cada vez mayor por su continua presencia en los medios de
comunicación así como su utilización en la joven novelística, donde se muestran con toda libertad los rasgos propios de la cultura
oral juvenil.

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