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POLÍTICA:
LA GUERRA
HISPANOAMERICANA
Ciencias Sociales
El final del imperio español en las Antillas
El siglo XIX representó para España el colapso de su
imperio colonial en el llamado Nuevo Mundo. Las
colonias fundadas en el continente americano a partir
de los siglos XV y XVI vivían un proceso extendido de
emancipación, inspiradas en las revoluciones
burguesas de finales del siglo XVIII, como la
Revolución Francesa.
Así las cosas, para finales del siglo XIX, España sólo
conservaba su dominación colonial sobre las islas de
Cuba y Puerto Rico, pero que se encontraban ahora
amenazadas por una nueva potencia mundial, que ya
se perfilaba como la dominadora de América Latina:
los Estados Unidos de América. Esto quedaba de
manifiesto en la agresividad de su política exterior.
La Guerra de Independencia de Cuba
(1895-1898)
La Guerra de Independencia de Cuba o Guerra de
1895 fue la última de las guerras por la
independencia de los cubanos contra la dominación
colonial española.
El conflicto inició el 24 de febrero de 1895 con el
llamado Grito de Baire y terminó en 1898 con la
rendición del ejército colonial español ante el avance
del ejército independentista cubano, que contó con
la asistencia del ejército estadounidense, por lo que
luego se desencadenaría la llamada Guerra Hispano-
Cubano-Norteamericana.
La Guerra de Independencia de Cuba
(1895-1898)
Antecedentes:
España se aferraba a sus últimas posesiones
coloniales en América, las islas de Cuba y Puerto
Rico, y para paliar los focos de subversión, decide
hacer ciertas concesiones políticas a los gobiernos
coloniales de las islas.
Pese a las concesiones, ya los principales grupos
opositores a la dominación española en la isla
(oligarquía criolla y los intervencionistas
norteamericanos), habían determinado que ésta
era un obstáculo que debía eliminarse.
La Guerra de Independencia de Cuba
(1895-1898)
Causas:
Intereses económicos de la oligarquía criolla en la
isla.
Intereses geopolíticos y económicos
estadounidenses en Cuba.
La intensa actividad subversiva de líderes de la
rebelión cubana, como José Martí, Antonio Maceo
y Máximo Gómez.
Manifiesto de Montecristi; en el que se convino la
necesidad de la independencia cubana.
La Guerra de Independencia de Cuba
(1895-1898)
Proceso:
La guerra estalló el 24 de febrero de 1895, cuando, por
órdenes del general Martí, se declararon en rebeldía
varias comunidades en el este del país, en el proceso
conocido como el Grito de Baire.
Con la experiencia amarga de la Guerra de los Diez Años,
un mayor apoyo de las fuerzas políticas y una mayor
conciencia nacional, los rebeldes ejecutaron con éxito
varias campañas militares a lo largo y ancho de la isla.
En la campaña sobre occidente, cayeron en combate los
generales José Martí y Antonio Maceo, por lo que quedó
en manos de Máximo Gómez la titánica tarea de dirigir a
los ejércitos rebeldes a la victoria.
La Guerra de Independencia de Cuba
(1895-1898)
Proceso:
La seguidilla de victorias de los ejércitos rebeldes
provocó la destitución de Arsenio Martínez Campos
del cargo de capitán general de Cuba, y la designación
de Valeriano Weyler.
Weyler tenía como objetivo sofocar la revolución en
un período de 24 meses, ejecutando medidas atroces
en contra del campesinado en la isla, para cortar el
apoyo logístico a los rebeldes.
Pese al incremento constante de tropas españolas, la
política de reconcentración y la abrumadora
superioridad de su ejército, Weyler fue incapaz de
derrotar a los rebeldes cubanos.
La Guerra de Independencia de Cuba
(1895-1898)
Proceso:
La tenacidad y el coraje de los rebeldes cubanos,
su brillantez táctica (guerra de guerrillas), así
como las enfermedades tropicales, acabaron
desgastando al ejército español, lo que provocó
que el general Weyler fuese reemplazado por el
general Ramón Blanco y Erenas, a finales de 1897.
A finales de 1897, los EE. UU. advertían a España
de que la guerra afectaba a sus intereses en la isla,
por lo que le exigía las reformas necesarias para
lograr la paz. A raíz de esto, España otorgó una
amplia autonomía a Cuba, inició reformas políticas
y declaró un armisticio.
La Guerra de Independencia de Cuba
(1895-1898)
Consecuencias:
A pesar de las reformas, los rebeldes argumentaron que
ya era demasiado tarde para una resolución pacífica del
conflicto, y que no terminarían la lucha hasta tanto no
se consiguiera la independencia total del país.
El acorazado estadounidense Maine, que se encontraba
de visita en La Habana, explotó. EE. UU. acusó a
España del desastre y declaró una guerra inminente. Así
comenzó la llamada Guerra Hispano-Cubano-
Americana.
Ante la amenaza de los EE. UU., el general Ramón
Blanco propuso a Máximo Gómez, líder de los rebeldes,
aliarse contra los norteamericanos, a lo que el general
secesionista se negó.
La Guerra Hispanoamericana (1898)
La Guerra Hispanoamericana (o Hispano-
Cubano-Americana), fue el conflicto bélico que
enfrentó a España y a los EE. UU. entre los meses de
abril y agosto de 1898, a raíz de la intromisión
norteamericana en la guerra de independencia
cubana en favor de los ejércitos rebeldes.
La Guerra Hispanoamericana (1898)
Antecedentes:
La Guerra de Independencia de Cuba (1895-1898)
y sus profundas implicaciones políticas,
económicas y sociales.
Los intereses geopolíticos y comerciales de los EE.
UU. en la isla de Cuba y las demás posesiones
españolas en el Caribe y en el Pacífico.
La Guerra Hispanoamericana (1898)
Causas:
La causa directa del conflicto fue el hundimiento del
acorazado USS Maine, enviado por los EE. UU. a La
Habana, con el pretexto de “garantizar los intereses
de los residentes estadounidenses en la isla”.
Estados Unidos acusó a los españoles de ser los
autores intelectuales y materiales de la explosión del
acorazado, lo que negaron rotundamente las
autoridades españolas. EE. UU. envió un ultimátum
a España. Y ésta última, a su vez, advirtió a los
norteamericanos que declararía la guerra si alguna
de sus posesiones coloniales era invadida.
La Guerra Hispanoamericana (1898)
Proceso:
Ya desde hacía tres meses, con anterioridad a los
acontecimientos relacionados con el hundimiento
del Maine, los EE. UU. había dispuesto un bloqueo
naval sobre la isla de Cuba, por lo que ya se
encontraban en condiciones de ventaja cuando
dieron inicio las hostilidades.
Las tropas de Estados Unidos rápidamente
arribaron a Cuba, y cuando perdían la batalla
terrestre, la Armada estadounidense destruyó dos
flotas españolas, una en Filipinas y otra en la
batalla naval de Santiago de Cuba, cuando la flota
española se retiraba a mar abierto.
La Guerra Hispanoamericana (1898)
Proceso:
Santiago de Cuba se rindió el 16 de julio, con un
saldo de 600 muertos por el bando español, 250
estadounidenses y 100 cubanos.
El 25 de julio, el general Nelson A. Miles
desembarcó con más de 3000 hombres en
Guánica, comenzando la ofensiva terrestre en
Puerto Rico. Aunque encontraron resistencia, la
batalla se resolvió rápidamente en su favor por el
apoyo de los acorazados USS Iowa y USS New
York, aunque no pudieron apoderarse de la isla
sino hasta la rendición española tras sendas
derrotas en Cuba y Filipinas.
La Guerra Hispanoamericana (1898)
Consecuencias:
Art. 1°. España renuncia a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba. En atención a que dicha isla,
cuando sea evacuada por España, va a ser ocupada por los Estados Unidos, éstos, mientras dure su
ocupación, tomarán sobre sí y cumplirán las obligaciones que, por el hecho de ocuparla, les impuso el derecho
internacional (...) Art 2°. España cede a los Estados Unidos la isla de Puerto Rico y las demás que están ahora
bajo su soberanía en las Indias Occidentales, y la isla de Guam en el archipiélago de las Marianas o Ladrones.
Art. 3°. España cede a los Estados Unidos el archipiélago conocido por las islas Filipinas (...). Art. 5°. Los
Estados Unidos (...) transportarán a España, a su costa, a los soldados españoles que hicieron prisioneros de
guerra las fuerzas estadounidenses al ser capturada Manila.