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¡Somos jóvenes! Cómo nos vemos, cómo nos ven.

1. Escriban una palabra o una frase en forma de grafiti, que defina qué es la “juventud”
y algún rasgo importante que caracterice a la juventud o qué piensan ustedes qué es
“ser joven”.

2. Leer el siguiente texto y transcribir las ideas más importantes:

La juventud
Tradicionalmente se ha concebido a la vida de las personas organizada en tres
etapas: niñez (preparación para la vida activa); adultez (vinculada con el ejercicio de una
actividad productiva) y vejez (retiro de la vida activa).
En ese marco, la juventud era definida como un etapa de “moratoria social” o de
preparación para el ejercicio de los roles de la vida adulta (formación de un núcleo familiar
propio e inserción en el trabajo asalariado). Es decir, se trata de un momento de tránsito. La
juventud se define, entonces, como “la etapa de la vida que empieza con la pubertad y
termina con la asunción plena de las responsabilidades y la autoridad del adulto, es decir,
las que corresponden a los jefes masculino y femenino de un hogar económicamente
independiente”.
Sin embargo, la mayor accesibilidad y permanencia en el sistema educativo por
parte de los y las jóvenes; los cambios acaecidos en el mercado laboral (flexibilidad y
desregulación) que operaron en perjuicio de los y las jóvenes y algunos cambios en las
pautas tradicionales de conformación de núcleos familiares (uniones de hecho, familias
monoparentales, familias ensambladas, etc.), llevaron a algunos autores a sostener la idea
de un cambio en la condición juvenil, caracterizado por una mayor autonomía individual y
emocional, un retraso en la obtención de la independencia económica y una mayor
permanencia en el sistema educativo.
Desde otra perspectiva y sobre todo con fines estadísticos, se considera a la
juventud como una categoría etaria. Aunque no hay un acuerdo generalizado se suele
adoptar la definición de Naciones Unidas (15 A 24 años), a la cual se agrega, en algunos
casos, un tercer subgrupo conformado por las personas que tienen entre 25 y 29 años de
edad.
Además, la etapa que definimos como juventud está cruzada por otras categorías
como el sexo y la clase social, ya que el ciclo vital no es el mismo en las clases medias que
en los sectores populares, donde las etapas se aceleran por motivos que van desde la
paternidad y maternidad adolescente a los condicionamientos del mercado laboral. Estas
categorías se mezclan y condicionan mutuamente.
Por ello, la juventud aparece como un concepto poco claro en la medida que
engloba bajo un mismo rótulo a un conjunto social muy heterogéneo. Muy distinta es la
situación de jóvenes urbanos y rurales, de jóvenes de grupos socioeconómicos carenciados
respecto de otros/as que viven en hogares de mayores ingresos, de jóvenes de 15 a 19
años en contraste con otros/as de 20 a 24 o de 25 a 29 años, con poca o mucha educación
formal, mujeres en relación con varones, de indígenas y afrodescendientes y el resto. Sin
duda la población juvenil tiene distintas oportunidades en función de políticas públicas,
instituciones de apoyo, condiciones familiares, dinámica del empleo, capacidades
adquiridas y redes de relaciones.
El mundo adulto confiere a lo juvenil una amplia gama de rasgos positivos, donde
destaca la idea de que los/las jóvenes son la reserva de adaptabilidad y vitalidad para los
nuevos modelos de producir y consumir. Pero en el mismo imaginario de los/las adultos/as
se vincula a la juventud con lo disruptivo y anómico en la sociedad: debilidad del orden
normativo, falta de disciplinamiento en el estudio o el trabajo, imprevisibilidad en las
reacciones y trayectorias o proliferación de conductas de riesgo.
Así, desde los discursos y las instituciones se ensalza y a la vez se estigmatiza a
los/las jóvenes. Se les atribuye el protagonismo en las nuevas modernidades y al mismo
tiempo se los vincula a la violencia, sobre todo si son hombres, urbanos y de estratos
populares.

3. Escriban similitudes y diferencias entre lo que ustedes opinaron y lo que plantea el


texto.

4. Discutir de a dos y escribir en un cuadro, conductas, cualidades y/o características


que consideren que diferencian a los varones y las mujeres jóvenes en la familia, en
el barrio, en la escuela y en el trabajo.

FAMILIA BARRIO ESCUELA TRABAJO

VARONES
JÓVENES

MUJERES
JÓVENES

5. Leer el siguiente texto y transcribir las ideas más importantes:

Las relaciones de género y clase: Desigualdades en la


inserción laboral de los y las jóvenes
La perspectiva de género
Todas las personas estamos inmersas en un orden de género, en un sistema
de creencias que asigna roles, atributos y comportamientos diferenciados a varones
y mujeres. El problema es que esta atribución de diferencias lleva implícita una
jerarquización, una distribución desigual del poder.
Sobre este modelo de relación social se apoyan las desigualdades que
todavía afectan a las mujeres y en especial en el campo laboral. Para avanzar en la
comprensión de dicha perspectiva es importante comprender la noción de género,
su distinción de la noción de sexo y el concepto de relaciones sociales de género.
Mientras que el sexo se refiere a las características biológicas que traemos al
nacer y que nos definen como un macho o una hembra; el género, en cambio,
designa los aspectos psicológicos, sociales y culturales que resultan en lo femenino
y lo masculino. El sexo pertenece al orden de la naturaleza; el género, al orden de la
cultura. Sin embargo, las características culturales que adopta cada género se
presentan como fundadas en diferencias biológicas (sexo) del macho y la hembra.
Así, por ejemplo, de la capacidad biológica de la mujer para gestar, parir y
amamantar, se deducen como “naturales” capacidades adquiridas para cuidar,
alimentar, educar o vestir. Se atribuye como natural aquello que es producto de la
cultura; de este modo se “naturalizan” los “roles” de mujeres, se los presenta como
algo “dado”, “natural” e “inmodificable”.
Por ello es importante señalar que esa naturalización es en realidad una
construcción social. Estas versiones “naturalizadas” sobre lo femenino y lo
masculino se transforman en los estereotipos de género que definen las imágenes
de lo que “debe ser” una mujer y de lo que “debe ser” un varón, y son internalizadas
por las personas desde que nacen. Estos estereotipos limitan la multiplicidad de
roles, capacidades y valores que se registran en las prácticas concretas de las
personas.

Género y pobreza
Las desigualdades de género se profundizan cuando se suman a otras
inequidades basadas en la clase, la edad o la etnia.
En contextos de pobreza, se incrementa la distribución desigual de las
oportunidades de trabajo entre mujeres y varones, debido a que las mujeres
desarrollan una multiplicidad de tareas impagas, no reconocidas y difíciles de ser
relegadas, tales como el cuidado del hogar y de sus hijas/os; la realización de
trabajos en el domicilio; formas de economía doméstica para suplir productos y
servicios del mercado; formas de producción agrícola para autoconsumo; trabajo
doméstico y voluntariado social, etc.
Por otro lado, para las mujeres de los sectores más vulnerables,
especialmente las madres adolescentes y jóvenes, la falta de recursos gratuitos
como guarderías y/o jardines públicos donde puedan dejar a sus hijos/as hace que
cuenten con menor tiempo disponible para sostener su formación y acceder y
permanecer en trabajos formales y con mejor remuneración.
La condición social y el género también impactan en las proyecciones
laborales de los varones adolescentes y jóvenes. El rol socialmente asignado de
varón proveedor, más allá de la edad, hace que éste se desvincule rápidamente de
los espacios de capacitación formal e informal y se vea exigido a priorizar la
búsqueda de actividades remuneradas, generalmente esporádicas, informales y
precarias.

6. Comparen el cuadro que ustedes elaboraron y el texto que leyeron y establezcan


comparaciones entre ellos.

7. Reflexionen de a dos y respondan las siguientes preguntas:


a. ¿Cómo y en qué situaciones aparecen las mujeres jóvenes y los varones
jóvenes en los medios, la publicidad, las noticias, la ficción, los
documentales?
b. ¿Cómo las mujeres jóvenes y los varones jóvenes son vistos por su familia?
c. ¿Cómo ve el barrio, la escuela y/o la comunidad a las mujeres jóvenes y a
los varones jóvenes?
d. ¿Qué piensan ustedes de la forma en que los perciben en la sociedad? ¿Qué
le responderían a cada uno?

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