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Introducción
En efecto, la carga tributaria puede definir si se lleva a cabo o no una determinada actividad
de negocio pues dependiendo de su rentabilidad, puede suceder que “todo se vaya en pagar
impuestos” (Rentas de Actividades Económicas, Rentas de Capital y Ganancias de Capital,
Impuesto al Valor Agregado, Impuesto Municipal sobre Ingresos) Ante dicha situación, la
Planeación Tributaria surge como aquel conjunto de estrategias que un ente económico
adopta, en forma anticipada, con el objetivo de poder llevar a cabo sus actividades
económicas buscando el mayor rendimiento de su inversión al menor “costo tributario”
posible.
La estrategia
No pocos dirán que se está confundiendo instinto natural con estrategia, eso es posible y la
discusión la dejare para quienes sobre estas artes tengan el poder sublime de entenderlas.
Lo cierto es que el procedimiento que persigue un fin a través de determinadas actuaciones
es lo que mas se parece a estrategia.
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LEY No. 751, Aprobada el 01 de febrero del 2011. Publicada en La Gaceta No. 50 del 15
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Definiciones de estrategia
La ventaja competitiva
Para KENICHI OHMAE “la estrategia de negocios es, en dos palabras, ventaja
competitiva”
Plan de acción
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Estrategia es el arte y ciencia de formular, implementar, evaluar e interrelacionar decisiones
funcionales que le permitan a la organización alcanzar sus objetivos.
Un objetivo importante en el tributario puede ser tener seguridad en las cifras que se
presentan a la Administracion Tributaria, evitando sanciones e intereses moratorios, ahí
puede apuntalarse una estrategia que alcanzada con éxito genera ventajas.
En el libro safari a la estrategia de HENRY MINTZBERG AHLSTRAND y JOSEPH
LAMPEL se encuentran las siguientes definiciones que llaman la atención:
Se hace, en el mismo libro una cita “La estrategia económica será considerada como la
concordancia entre la idoneidad y la oportunidad que ubica una firma en el entorno”
(CHRISTENSEN Y otros)
Cada una de las anteriores definiciones es digna de tener en cuenta y seria un atrevimiento
intentar siquiera explicar lo que tan altamente explicado está, pero sí es necesario observar
lo que es importante tener en cuenta en el trabajo del cual se ocupa este texto.
Por eso es importante apoyarse en las definiciones de quienes desde el campo académico e
investigativo nos han nutrido y nos siguen nutriendo con los sabios consejos, productos de
su intelectualidad.
Estrategia y planificación
Después de haber leído las grandes definiciones de estrategia que los maestros de esta
ciencia le han obsequiado al mundo, es bueno empezar por abordar aspectos que se han
considerado relevantes y que a veces confunden, porque sus tareas están íntimamente
ligadas a que se hace difícil tener una distinción clara.
Inicialmente se debe abordar dos cuestiones desde la definición de cada una estrategia y
planificación.
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Son muchas las veces en las que se utiliza el termino planeación en reemplazo del término
planificación. Para el diccionario de la real Academia de la Lengua son sinónimos, pues
como definición de planeación dice “Planeación, acción y efecto de planificar”
En este punto tal vez algunos pueden preguntarse por que se ha regresado a la definición de
la Real Academia cuando la especialidad es otra. Es simple, cualquier interpretación debe
hacerse desde lo literal, respetando y acatando los demás tipos de interpretación. Es sano y
oportuno hacerlo de esta forma para empezar el laborioso trabajo de distinguir estos dos
vocablos tantas veces utilizados y tantas veces equivocadamente entendidos
SANTIAGO GARRIDO BUF en su libro dirección estratégica ha planteado cosas que para
muchos han dejado de ser novedosas como cuando expresa:
Estrategia y táctica
Para revisar estos dos conceptos se vuelve sobre la definición que para ellos tiene el
diccionario de la Real Academia de la lengua: “Estrategia es el arte de dirigir un conjunto
de disposiciones para alcanzar un objetivo” Táctica es el método que se emplea para
conseguir un objetivo. (la táctica es, junto con la logística, la parte ejecutiva de la
estrategia)
Ambas definiciones plantean grandes retos a quien en nombre de un arte o de una ciencia
quiere destilar su conocimiento desde una planificación hasta agotar la última táctica
posible, pasando por una estrategia. Menudo problema se genera, que en el mejor de los
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casos se resuelve sin la mayor conceptualidad y a veces si el menor apego posible a la
norma. Esto es lo que no se debe hacer en nombre de réditos económicos.
Estos dos términos se utilizan con más frecuencia de lo que aparentan, y se hace en forma
conjunta y separada, unas veces como sinónimos, otras como complementarios y no falta
quienes hacen uso de ellos como verdaderos antónimos.
Sin embargo, hablar de planeación, estratégica y táctica es hacerlo en una misma categoría,
solo que en escalones diferente punto hasta ahí la situación no tiene una connotación más
allá que la riqueza del vocablo con diferentes acepciones, pero ahora se empieza a
mencionar la planeación estratégica conjuntamente con la planeación tributaria y hasta con
la planeación táctica y no son del todo descabellados los conceptos, si se mira con rigor los
espacios de cada uno.
A nivel general, es posible que la táctica conduzca a que un equipo de fútbol gane muchos
partidos, pero la estrategia debe conducir a ganarse el torneo. Ahora dentro de un mismo
partido las tácticas pueden ser la tenencia del balón, como los cambios de frente, los cobros
con pelota quieta en la marcación en zona, pero la estrategia es solo una: ganar el partido.
Primero, entonces la estrategia y luego la táctica, es decir, que una vez establecida la
estrategia se necesita tiempo para definir las acciones tácticas y apena es lógico pensar que
una estrategia da lugar a muchas tácticas. Las cuales deben guardar especial rigor con la
atención del objetivo a través de la coherencia en la acción. De ahí que la estrategia es el
“que hacer” y no el “cómo hacer”
Cabe entonces pensar que las exitosas tácticas pueden no generar una estrategia exitosa y
viceversa. Las estrategias generan más riesgo de fracaso y por ende su éxito, una galleta
satisfacción. Observando la forma como a desarrollarse la íntima relación que debe existir
entre estrategia y táctica, se puede concluir que las tácticas son decisiones inmediatas y
están encaminadas a hacer la parte práctica de la estrategia.
Tributación y estrategia
Suena bonito el tema y genera una cierta expectativa por lo menos explicar el por qué
estrategia y no planificación o planeación tributaria, pues esos son los temas que siempre
han llegado a nuestros oídos y al que los maestros de lo divino y lo humano en impuestos,
nos han acostumbrado, o a veces solo indicado. ya se han expresado, que sí fue posible
hacer planificación o planeación tributaria, pero bajo la figura de la estabilidad jurídica, por
fuera de ella es menester abordar la estrategia.
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Cuando se piensa entonces en estrategia tributaria, se hace obligatorio reflexionar sobre el
significado de evasión, ilusión, anti-evasión. No es que los últimos conceptos sean el cáncer
de la tributación y la estrategia el remedio, no, Son simplemente cosas, camino y riesgos
diferentes, qué habrá afrontar Con decisión, sobre todo con apego a la norma, lo que
descarta de antemano la evasión y aún la ilusión, como métodos válidos.
El trajinar del asesor tributario de hoy es difícil, pues la estrategia tributaria solo es
concebida en términos de la disminución de los impuestos y su actuar es el de un maromero
entre el delgado hilo que separa la estrategia de la ilusión y está de la evasión, pero
sometidas al ojo clínico de la cláusula anti-evasión.
Pero ahí no termina todo coma se piensa que el asesor tributario es un mago que puede
convertir todas cifra tributaria en elemento táctico o estratégico o lo que suele llamar
elementos estratégicos. Todo esto puede conducir a creer que el ascensor lleva en su
maletín “la piedra filosofal tributaria” para convertir todas cifra tributaria en cero
impuestos. A este clamor se unen los falsos profetas o mercaderes estratégicos impositivos
que si bien dicen tener la mencionada “piedra filosofal” suelen acudir a manejo de
sospechosas legalidad amparados en beneficios como el de auditoría, que un tiempo existió
y que no se descarta que vuelva en el futuro.
Pero en este punto cabe una pregunta: si la estrategia tributaria no es para disminuir
impuestos ¿ para qué es entonces? Lu estratégico debe concebirse como una cultura donde
todas las cosas se hagan bien y como resultado puedan implementarse tácticas que permitan
disminuir legalmente los impuestos.
Por ejemplo, una declaración tributaria debe ser clara, creíble y defendible. Clara porque
debe ser fácilmente explicable a través de los anexos de los informes que se presentan
adicionales, como el informe de medios magnéticos y la declaración de precios de
transferencias. Creíble, porque debe ser reflejo de la realidad económica y tributaria. y
defendible, porque debe estar soportada, no sólo por las normas legales vigentes, sino por
una contabilidad llevada en debida forma.
Elusión es: evitar que surja la obligación tributaria o también, lograr que su cuantía sea
menor, o que su exigibilidad se posponga sin infringir ninguna disposición. La evasión, por
contrastes, es cualquier forma de incumplimiento de una obligación tributaria sustancial
legalmente causada y constituye una sanción por contravención tributaria por infringirlas
normas y disposiciones fiscales vigentes.
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Planeación tributaria para la toma de decisiones
Fases de la Planeación
Conocimiento del negocio
Características de la compañía
Composición del capital (nacional o extranjero)
Objeto social (productos o servicio que vende)
Riesgos estratégicos del negocio
Regulaciones especiales
Información financiera actual y presupuestada
Planes de inversión – nuevos productos o servicios
Transacciones con vinculados económicos (productos - servicios)
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Identificación de puntos de mejoramiento y oportunidad. Observar situaciones
repetitivas de un año a otro y que no han sido subsanadas.
Revisión de áreas que tengan que ver con el proceso tributario.
Desarrollo de la Planeación: