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Cuatrimestre: 3ro
JALEAS Y MERMELADAS.-
El término confituras se aplica a los productos obtenidos por la cocción de frutas,
hortalizas o tubérculos junto con sus jugos y/o pulpas, con distintos tipos de
azúcares. Dentro de ellas se incluyen las compotas, frutas en almíbar,
mermeladas, dulces y jaleas.
Las mermeladas son aquellas confituras de consistencia untable elaboradas por
cocción de frutas u hortalizas con distintos azúcares. El producto se presenta
como una mezcla íntima de componentes de frutas enteras o en trozos. La
proporción de frutas y hortalizas no debe ser inferior a 40,0 % del producto
terminado, excepto en el caso de las frutas cítricas, en que se admite el 35 %.
Cuando la naturaleza de la materia prima lo exija (tomates, higos, frutillas,
frambuesas y semejantes), se admite la presencia de piel y/o semillas en la
proporción en que naturalmente se encuentren en la fruta fresca.
El producto terminado debe contener una cantidad de sólidos solubles no menor al
65,0%.
Por su parte, recibe el nombre de jalea la confitura elaborada por concentración
del jugo filtrado de frutas o de extractos acuosos filtrados de frutas u hortalizas,
con distintos azúcares. El producto tiene una consistencia semisólida; gelatinosa,
firme y limpia al corte.
Debe presentar un aspecto límpido, sin partículas observables a simple vista, y
contener una cantidad de sólidos solubles no inferior al 65,0%. Las jaleas de frutas
cítricas pueden contener finos trozos longitudinales de la cáscara sana y limpia de
la fruta correspondiente.
Por Ing. Alim. Daniel Franco - Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca
LA MERMELADA, JALEA Y COMPOTA NO SON IGUALES
Es muy común llamar mermelada a toda conserva en azúcar. Sin embargo,
entre la mermelada, jalea y compota existen diferencias.
¿Qué es la jalea?
La jalea es también una preparación a base de azúcar, pero con jugo de frutas. Se
preparan jaleas a base de frutas ricas en pectina como las manzanas o moras.
Primero hay que obtener su jugo, colarlo y por último cocerlo con azúcar hasta que
espese. ¿Otra opción? Utilizar pectina en polvo como en esta jalea de piña.
¿Qué es la compota?
También a base de frutas, la compota es distinta de las anteriores, porque para
realizarla, hay que cocer las frutas en almíbar. La preparación se hace con frutas
frescas o secas y se le agrega especias. Una compota puede utilizarse en postres
o para acompañar platillos salados.
DIFERENCIAS ENTRE:
MERMELADA, JALEA Y COMPOTA
Mermelada:
Su nombre viene del portugués mermelada, que significa "confitura de membrillo"
y es una conserva de fruta cocida en azúcar, que actualmente no necesariamente
es de membrillo.
Se define como una preparación de frutas enteras, en trozos o en puré que son
cocidas en azúcar, regularmente en una proporción de 1:1 en su peso. Su textura
se espesa y una vez que se enfría se solidifica.
Jalea:
Viene del francés gelée, que significa "gelatina". La jalea por su parte se prepara
con pectina y el jugo de alguna fruta, la cual sería su fuente de azúcar. Para
elaborarla se requiere de frutas ricas en pectina como manzanas o moras. Primero
se obtiene su jugo, se cuela y por último se cuece con azúcar hasta que espese, o
bien, se usa pectina en polvo.
Compota:
Viene del francés compote, que significa "mezcla". Es muy parecida a la
mermelada y a la jalea, aunque esta se elabora cociendo frutas en almíbar, no con
azúcar o con pectina. Su preparación requiere de frutas secas o frescas, y además
se le agregan algunas especias para destacar diversos sabores.
Se puede usar para elaborar postres o para acompañar platillos salados.
Mermelada:
Es el producto elaborado mediante la cocción de frutas enteras, troceadas,
trituradas (tamizadas o no) con azúcares incorporados en proporción variable,
hasta obtener una consistencia semilíquida, más o menos espesa.
El contenido mínimo de fruta nunca puede ser inferior a los 30 g por cada 100 g
de mermelada final. La mermelada extra es aquella que utiliza un mínimo de 50 g
de fruta por cada 100 g de producto final. Es decir, una mermelada debe
presentar, como mínimo, un 30% de fruta, y solo será de categoría extra cuando
alcance el 50%.
Confitura:
Se obtiene también a partir de la cocción de fruta con azúcares, pero en este caso
se emplea la pulpa o puré de una o varias especies, y puede incorporar agua.
Como excepción, se permite la obtención de confitura de cítricos con piezas
enteras de estas frutas, en tiras o rodajas.
Una confitura, por tanto, presenta una textura de consistencia más gelificada,
homogénea, con menos grumos, más lisa y fina. La cantidad mínima de pulpa
de fruta que debe presentar es ligeramente superior a la mermelada, con
excepciones:
• 35 g de fruta general por cada 100 g de confitura.
• 25 g en el caso de las grosellas rojas, las serbas, la uva espina, las
grosellas negras, los agavanzos y los membrillos.
• 15 g en el caso del jengibre.
• 16 g en el caso de los anacardos.
• 6 g en el caso de la granadilla.
La confitura extra, por su parte, debe contener, como mínimo, un 45% de pulpa de
fruta general total. No se permite para su obtención incluir en la mezcla las
siguientes frutas: manzana, pera, ciruela con hueso, melón, sandía, uva, calabaza,
pepino o tomate.
Jalea:
El equivalente de la famosa jelly anglosajona, tan popular en Estados Unidos, es
nuestra jalea, o gelée en francés. En este caso estamos ante la mezcla gelificada
de zumo de frutas o extractos acuosos de las mismas, con azúcares. El resultado
es casi una golosina, espesa, gomosa, lisa y brillante, muy empleada para la
repostería y la elaboración de dulces.
El contenido mínimo total de zumo de fruta es el mismo que el fijado en la
confitura, y lo mismo se aplica para la jalea extra. El zumo o extracto acuoso se
cuece con agua y azúcar, dejándolo reducir hasta que se obtiene la especie de
salsa con textura gelatinosa.
Para que cuaje correctamente se ha de alcanzar un equilibrio adecuado entre el
zumo, el azúcar y la pectina. Tradicionalmente, en el ámbito doméstico, a las
jaleas que no cuajan del todo se las denomina mieles de fruta, más líquidas.
Mermelada:
El Real Decreto recoge este término foráneo y asimila su aplicación en cuanto a
las mermeladas de frutas cítricas. Así, se trata de la mezcla gelificada de azúcares
y de pulpa, puré, zumo, extractos acuosos y/ pieles de cítricos. El porcentaje de
fruta no puede ser inferior al 20%.
Crema de castañas:
Por su tradición en ciertas regiones de España, y también en gran parte de
Europa, también se incluye la norma de calidad de la crema de castañas. Es un
producto obtenido de la mezcla de azúcares y puré de castañas. El contenido de
fruto debe ser, al menos, de 38 g por cada 100 g de crema.
Compota o puré:
La legislación no incluye las compotas, un tipo de conserva menos dulce sí tiene
una mayor tradición a nivel doméstico. Es más común en regiones de Europa,
particularmente donde abundan las manzanas y peras, y por su naturaleza se
emplea a menudo como ingrediente o acompañamiento de platos salados. En
Suiza es extremadamente popular como salsa de carnes, quesos y platos de
pasta.
Podemos definir a la compota como la mezcla de frutas, hortalizas o mezcla,
enteras o troceadas, con una proporción de azúcares muy inferior a la
mermelada. También existen las compotas o purés sin endulzar.
Tipos de mermeladas:
El mundo de las conservas dulces es más amplio de lo que parece a simple vista
porque no todas las recetas con fruta se pueden considerar mermeladas.
Aunque para muchos, los términos «confitura», «mermelada», «compota» y
«jalea» son sinónimos y se suelen usar indistintamente, realmente se trata
de productos distintos y la diferencia está principalmente en la proporción
de azúcar y el proceso de elaboración.
¿QUÉ ES UN COULIS?
¿Qué es un coulis?
Un coulis es una salsa con textura de jarabe o de puré fino que se obtiene tras
triturar un alimento y colarlo posteriormente. De hecho, el término viene de la
palabra francesa «couler» que significa, precisamente, colar.
A pesar de ser una voz francesa, el diccionario de la RAE sí recoge este
término. Y lo define así:
Salsa hecha a base de vegetales, como el tomate o el pepino.
Puré o crema de frutas crudas que se emplea para acompañar un
postre.
Aunque cuando escuchamos la palabra coulis lo primero que se nos viene a la
cabeza es una salsa de frutos rojos napando una tarta de queso, también puede
realizarse a base de verduras u hortalizas. Este tipo de salsas quedan también
deliciosas y son ideales para acompañar platos salados como carnes, pescados,
tartas saladas… Es decir, no nos limitemos a relacionar el coulis solamente con
platos dulces, pues esta salsa es más versátil de lo que parece.
MERMELADA
La mermelada pertenece al universo de las conservas y, como tal, la esterilización
será un paso imprescindible para su conservación. Una mermelada de calidad ha
de preservar el sabor de la fruta y su textura ha de ser untuosa, es decir, ni muy
líquida ni muy dura, y su color, aunque varíe según la fruta utilizada, será siempre
brillante. El secreto de una buena mermelada reside en encontrar el equilibrio
perfecto entre sus ingredientes: fruta, azúcar (tradicionalmente a partes iguales), a
las que se le añade un ácido (normalmente limón) y pectina, con la que se
conseguirá la consistencia. Esta es una de las diferencias fundamentales que
encontraremos respecto a las otras dos salsas que describiremos a continuación.
Estrictamente, el término de mermelada se reserva únicamente a la conserva
elaborada con fruta cocida y azúcar; aunque su uso, no del todo correcto, se ha
extendido también para nominar otro tipo de confituras que van más allá de las
frutas; así, encontramos elaboraciones de otras verduras y vegetales como por
ejemplo las mermelada de pimientos, mermelada de cebolla, de calabaza, de
rocoto...
En nuestro imaginario, la mermelada está asociada a una rica tostada por la
mañana o a un sugerente postre en la merienda; Y por suerte, existen infinidad de
recetas dulces que se elaboran con ellas: brazos de gitano, creps, tartas...
aunque, cada vez más, las veamos acompañando a platos salados para encontrar
un interesante contraste de sabores. Una mermelada de higos irá fenomenal con
un queso curado, o una ensalada irá bien con una vinagreta de mermelada de
frambuesa, un magret queda genial con mermelada de naranja amarga, etc.
CHUTNEY
El chutney, también llamado chatni, encuentra su origen en la India. Se trata de
una salsa de marcado sabor agridulce, que se elabora con verduras o frutas que
se cuecen en vinagre y azúcar y a las que se le añaden especias aromáticas. Hay
muchas formas de elaborar un chutney, ya que depende mucho del gusto del que
lo cocina; Así que, vamos a encontrar algunos con una textura fina y tamizada y
otros que tendrán pedacitos; los hay de sabor suave o, por los contrarios, muy
especiados y picantes. Entre los condimentos que más suelen utilizarse en su
elaboración encontramos la canela, las guindillas, el comino, el clavo, jengibre...
Entre los chutneys más populares se encuentran los de coco, calabacín, tomate,
berenjena...
COULIS
El coulis es, al igual que el chutney, un tipo de salsa; en este caso, encuentra su
origen en la cocina francesa. Se trata de un jugo, dulce o salado, que se obtiene
tras triturar ciertos alimentos que han sido cocinados con el propósito de
concentrar su sabor; esta mezcla hay que colarla o tamizarla con la intención de
obtener una crema de textura muy muy fina con una concentración de sabor
máxima. Un coulis, puede ser más o menos dulce, ácidos o especiados y se
pueden servir tanto fríos como calientes.
Son especialmente populares los coulis de frutas ya que además de darle un
gusto estupendo a los postres ofrecen infinidad de posibilidades en cuestión de
decoración.
BENEFICIOS DE LAS MERMELADAS
Entre las ventajas de las mermeladas sobre sus primas hermanas, destaca el
hecho de ser más ligeras, ya que confituras y jaleas requieren mayor cantidad de
azúcar para compensar el sabor amargo de las cáscaras. Los beneficios de la
mermelada también se extienden al resultado final de los platos, ya que ésta es
menos gelatinosa que las otras, lo que repercute en una textura más suave y
natural.
Aunque la historia de las mermeladas se remonta a la Antigüedad remota, ha sido
especialmente a partir del siglo XIX cuando se han instalado definitivamente en
nuestra dieta, y cuando los cocineros han empezado a explorar todas las
aplicaciones de la mermelada en la cocina.
Sin perjuicio de su empleo en repostería o acompañando todo tipo de recetas, las
mermeladas son un ingrediente fundamental en el desayuno tradicional, donde
casa a la perfección con panes y galletas, y se disfrutan solas o combinadas con
mantequillas, cremas de cacao o cualquier otro producto, como se ha hecho
siempre. Eso por no hablar de la infinidad de dulces y tartas a las que dan su
inconfundible toque de elegancia y sabor. Un modo inmejorable de empezar el día
disfrutando, con una sana provisión de energía… además de contemplando el
lado dulce de la vida.
¿QUÉ SON LAS MERMELADAS?
La RAE es bastante escueta en su definición de mermelada (del portugués
marmelada): f. Conserva elaborada con fruta cocida y azúcar.
El Diccionario de Gastronomía ya nos da algunos detalles más,
especificando que se trata de un dulce elaborado principalmente con frutas,
enteras, troceadas o trituradas, y azúcar u otros edulcorantes al gusto, que
se cocinan por reducción.
Por lo tanto, sin entrar aún en la terminología concreta, hablamos de una
preparación dulce en la que tiene que intervenir el cocinado mediante la aplicación
de calor. Esa cocción permite disolver el azúcar o crear un almíbar, transforma la
textura y composición de la materia prima, y reduce su contenido en agua. Así se
potencian y concentran los sabores dulces, alargando también la conservación.
No olvidemos que las conservas nacieron precisamente para llenar la despensa
de alimentos perecederos cuando no existía la electricidad, y cuando las cosechas
de frutas y verduras venían como a la naturaleza le parecía oportuna. Si tenías la
suerte de recolectar varios kilos de melocotones, no ibas a dejar que se echaran a
perder en pocos días.
MERMELADAS Y CONFITURAS
Utilizar el azúcar para conservar la comida, en especial la fruta, es una
técnica tradicional en casi todas las culturas gastronómicas que apenas ha
experimentado grandes innovaciones a lo largo de los años. De hecho, el
proceso industrial con el que se fabrican las mermeladas y las confituras hoy en
día apenas se diferencia del método casero y tradicional. Al fin y al cabo, se trata
de cocer fruta con azúcar hasta conseguir una textura lo suficientemente
consistente para que la mezcla pueda untarse.
En primer lugar debemos diferenciar entre mermelada y confitura porque no
es lo mismo. Las mermeladas se elaboran con piezas de fruta entera,
troceadas o trituradas, donde el contenido mínimo es un 30% de fruta. Las
mermeladas adquieren la categoría extra cuando tienen un mínimo de 50% de
fruta.
Las confituras se elaboran sólo a partir de la pulpa o puré de frutas, y tiene
un mayor contenido en azúcar. El contenido mínimo de fruta debe ser del 35%
de su peso.
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confituras-y-jaleas/
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