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Acosta afirma que la tecnología transgénica en la agricultura se ha visto recientemente

implicada en un intenso debate entre dos corrientes opuestas. Algunas organizaciones no


gubernamentales (ONG) consideran esta tecnología como de alto riesgo para la salud, el
ambiente y la economía de los países no desarrollados. Por el contrario, la comunidad
científica ha respaldado públicamente esta tecnología asegurando que la clave para su
aceptación es la educación. Aunque los alimentos genéticamente modificados (GM) poseen el
potencial de proveer beneficios en calidad alimentaria, salud y ambiente, es necesario
considerarlos dentro de estrictos protocolos de bioseguridad. No obstante la ausencia de
evidencias acerca de que los alimentos transgénicos son más peligrosos para la salud que los
alimentos convencionales, aquellos transgénicos deben ser examinados con las metodologías
científicas más rigurosas disponibles. Esta revisión se centra en el efecto potencial de los
alimentos transgénicos sobre la salud humana.

(O. Acosta) 2002. Riesgos y preocupaciones sobre los alimentos transgénicos y la salud. Revista
colombiana de Biotecnología 4 (2), 5-16. Recuperado de https://scholar.google.es/scholar?
hl=es&as_sdt=0%2C5&q=alimentos+transg%C3%A9nicos&oq=alimentos#d=gs_qabs&u=%23p
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En la última década se han llevado a cabo numerosos trabajos con el objetivo de analizar la
percepción social de la seguridad alimentaria y, en particular, las representaciones sociales del
riesgo. La mayoría de estos estudios tratan de dar respuesta a por qué ha ido aumentando la
percepción negativa que la población tiene sobre determinadas aplicaciones tecnológicas en
los alimentos y, en general, sobre la alimentación industrial justo en el momento en que la
comida es muy abundante, la cadena alimentaria está más controlada que nunca, la esperanza
de vida de las personas ha alcanzado los niveles más altos o los problemas de salud
relacionados con la alimentación, aún persistiendo, tienen unas dimensiones menos
dramáticas que en épocas anteriores. Se insiste, sin embargo, en la idea de que hoy sabemos
menos o poco acerca de lo que comemos. Si bien es cierto que una parte de esta valoración
negativa se puede atribuir a los cambios habidos en las nuevas formas de vida y a la separación
que se ha producido entre las actividades de la población y la producción o preparación de sus
alimentos, otra parte se debe a la sucesión de las diferentes alertas y crisis alimentarias que a
lo largo de este periodo se han producido en el contexto europeo y de las importantes
consecuencias que han tenido en términos políticos, económicos y sociales. En este sentido, el
debate público surgido en torno a los organismos modificados genéticamente y, en particular,
los alimentos transgénicos constituyen un caso paradigmático para ilustrar desde una
perspectiva antropológica la variabilidad cultural respecto a su aceptación o rechazo.

Gracia M. 2004. Pensando sobre el riesgo alimentario y su aceptabilidad: el caso de los


alimentos transgénicos. Revista de Nutrição. Recuperado de https://scholar.google.es/scholar?
hl=es&as_sdt=0%2C5&q=alimentos+transg%C3%A9nicos&oq=alimentos#d=gs_qabs&u=%23p
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