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EL DERECHO

ADMINISTRATIVO

2000/2001

SERIE ESPECIAL

EL DERECHO
BUENOS AIRES
La función de asesoramiento legal en el Estado
p o r A lberto M . S ánchez

“Precisam ente, el despotism o o la arbitrarie­ E s c o l a ( 5), D r o m i( 6), L i n a r e s C 7), C a n a s i ( 8) y


dad enseñoreados han pisoteado estos principios, B u j jM o n te ro (S ) .
y con el a veces noble fin de propender a la feli­ M a n u e l M . D ie z coincide con esta caracteri­
cidad del pueblo, se h a descendido, insensible­
zación, aunque acertadamente agrega un ele­
m ente, del incum plim iento de la ley, a la violen­
mento de suma importancia: la consideración de
cia y a la tiranía”.
la actividad consultiva como actividad de pre-
P a b l o A. R a m e l l a (La estructura del Estado)
vención(10), aspecto que, como veremos más
adelante, asume una dimensión decisiva.
Sumario: I. In tro d u c c ió n , - 2. La fu n c ió n de
Además de lo dicho, es menester enfatizar
ASESORAMIENTO LEGAL EN EL ESTADO. 2 .1 . ACTIVI­
que la actividad consultiva imprime a la marcha
DAD DE CONTRALOR. 2 . 2 . PREOCUPACIÓN POR LA
de la Administración un carácter de cierta conti­
LEGITIMIDAD. 2 .3 . LEALTAD SIN OBSECUENCIA. 2 .4 .
nuidad en el tiempo en cuanto a los criterios que
A c tiv id a d de p re v e n c ió n . - 3 . La e s ta b ilid a d : un
la informan. Por provenir en gran proporción de
REQUISITO CLAVE. - 4 . ¿ESTABILIDAD O PERIODICIDAD
órganos o agentes no sometidos a la periodicidad
DEL TITULAR DE LA FUNCION DE ASESORAMIENTO? -
propia de las funciones de neto corte político,
5 . C o n c l u s ió n .
tales criterios adquieren un grado de estabilidad
que incide en forma directa en la seguridad jurí­
I dica, valor éste que resultaría ciertamente afecta­
introducción do si cada cambio de gobierno implicara una
modificación sustancial de las consideraciones
La función de asesoramiento legal en el Esta­
esenciales que dan sustento a las decisiones de
do integra lo que se denomina “administración
los órganos de gobierno. No se trata éste de un
consultiva”. En el marco de la actividad adminis­
dato menor, habida cuenta de nuestra inveterada
trativa y de ia clasificación que de la misma hace,
costumbre de remover los funcionarios técnicos
el siempre recordado maestro M a r i e n h o f f ubica
de nivel medio, “politizando” la estructura orga­
a esta actividad “consultiva” de la Adminis­
nizativa de la Administración más allá de lo
tración en el ítem “naturaleza de sus funciones".
aconsejable(i').
La conceptualiza como “una actividad ‘pre­
paratoria’ de la manifestación ‘activa’ de la Ad­ (5) E s c o la , H é c to r !., Compendio de Derecho Admi­
ministración... una función de colaboración”(>). nistrativo, Depalnia, Buenos Aires, 1984, pág. 263.
Se trata para el autor de una actividad eminente­ (6) Dkomi, R o d g rto , Derecho Administrativo, Ciudad
mente técnica. Concuerdan con ello, matices a Argentina,, Bueuos Aires, 1998, pág. 175.
(7) L inares, J uan F., Derecha Administrativo, Astiea, Bue­
salvo, C a s s a g n c ( 2) , G o r d j i x o ( 3) , C o m a d i r a ( 4), nos Aires, 1986. pág. 176.
(8) Can as ], J osé , Derecho Administrativo, vol. I. Depal­
(1) M a r ie n h o ff, M ig u e l S„ Tratado de Derecho Admi- ma, Buenos Aires, 1972, pág. 283.
nistratiw, (. I. Abcledo-PerroL Buenos Aires, 1977, pág. 94. (9) Bu; M ontero, M ónica, en: Manual de Derecho Admi­
(2) C assacne, Juan C ariáis, Derecha Administrativo, t. nistrativo, F arramdo, I smael y Patricia M artínez (Direc­
I, Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 2000, pág. 212. tores), Depalmi, Buenos Aires. 1996, pág. 164.
(3) GOF.DtLLO, AGUSTÍN, Tratada de Derecha Adminis­ (10) Diez, M an u el M., Manual de Derecho Administra­
trativo, 1.1. Fundación de Derecho Administrativo. Buenos tivo, t.t. Plus Ultra, Buenos Aires, 1991, pág. 59.
Aires, 2000, pág. X-7. (11) Conf. Sánchez, A lb erto M., Empleo pública: situa­
(4) C o m a d ira , J u lio R ., Derecho Aáninisirativo, Abe- ción actual y perspectivas", en “Contratos administrativos",
ledo- P errol, B uenos A i ' '’ 996, pág. 31. Ciencias de la Adminislracién, Buenos Aires, 2000, pág, 384.
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Obviamente, la estabilidad aludida como ideal ¿Cuál es entonces la naturaleza de esta tarea y
no se refiere a un estatismo que origine una Ad­ cuáles son los aspectos fundamentales a tener en
ministración “autista”, que siga aplicando los cuenta para desempeñarla?
mismos criterios a situaciones que han variado
2.1. A ctividad de contralor
con el tiempo. Pero una cosa es el dinamismo
propio del devenir de los tiempos y otra muy dis­ En primer lugar, estamos en presencia de una
tinta la anarquía que produce el cambio por el función de contralor, con todo lo que ello impli­
cambio mismo, por pura pretensión de originali­ ca, Se trata de discernir, por una parte, si el ac­
dad. En este aspecto, juega un papel preponde­ cionar administrativo se desarrolla en el marco
rante el concepto de idoneidad, que debe cualifi­ de la ley y, por la otra, de advertir si los actos
car el de estabilidad, aspecto al que rae he refe­ administrativos que van a ver la luz se ajustan a
rido con anterioridadO2). derecho. Hay, por tanto, una mirada retrospecti­
Dicho esto, estamos en condiciones de plan­ va, un examen a posteriori de lo actuado y, tam­
tear el objetivo de estas líneas, que no es otro bién, una visión preventiva, a prio ri de lo que
que el de proponer algunas reflexiones acerca de acontecerá. Ambas son igualmente importantes,
la función de asesoramiento y su vinculación pero tienen diferencias sustanciales, como se
con la estabilidad de aquellos funcionarios que verá luego.
en cada jurisdicción la titularizan, intentando, Por ser una actividad de contralor, participa de
habida cuenta de la disparidad de esquemas pro­ las características de toda actividad de este tipo,
pia de cada organización administrativa local, y quienes la ejercen deben reunir las condiciones
llevar dichas reflexiones a un plano de universa­ necesarias para un ejercicio eficiente y probo de
lidad que permita abarcar la mayor parte de la misma. ¿Cuáles son estas características?
supuestos posible. a) Honestidad: quien controla, en el ámbito de
la actividad pública, recibe el mandato de la so­
ciedad de verificar la adecuación de) ejercicio del
2
poder a la ley. Por ello, resulta doblemente obli­
La función de asesoramiento legal
gado a desempeñarse con absoluta honestidad y
en el Estado
lealtad para con el conjunto social, ya que la acti­
En el camino que recorre la autoridad pública tud contraria configura la más grave burla a la
para tomar las decisiones que materializan la confianza social, con las graves consecuencias
obra de gobierno se encuentra ia intervención de de descreimiento y escándalo fáciles de prever.
los organismos de contralor de la legalidad de b) Apartidismo político: quienes controlan la
ese accionar. Esta intervención, si bien es parte legalidad de ejercicio del poder no deben estar
de todo el esquema de colaboración técnica ten­ sometidos, en el ejercicio de su función, a la de­
diente a preparar la manifestación de la voluntad pendencia de los partidos políticos. N o estoy
administrativa, adquiere una particular relevan­ diciendo que no deben tener simpatías partida­
cia, toda vez que se trata, nada menos, que de rias y ni siquiera que Ies deberían estar vedada
asegurar que la acción de gobierno se mantenga las afiliaciones. D igo que al momento de ejercer
dentro de los cauces de la legalidad o, para de­ la función no debe pesar sobre ellos ninguna
cirlo en términos más precisos, siguiendo a Co~ injerencia en tal sentido.
m a d ij i a , de la juridicidadP). La importancia de c) Imparcialidad: este valor se refiere a la ac­
esta tarca ha tenido, como sabemos, expresa titud del asesor frente a la realidad que le toca
recepción legal en la ley 19.549 [ED, 42-917], evaluar. Su partido no debe ser más que por la
cuyo art. 7", inc. d) considera “esencial” el dic­ justicia, la verdad y el bien común, impidiendo
tamen proveniente de los servicios permanentes que consideraciones extrañas o ajenas empañen
de asesoramiento jurídico cuando el acto admi­ su análisis.
nistrativo es susceptible de afectar derechos sub­ d) Independencia^*): el asesor debe actuar con
jetivos o intereses legítimos. libertad de criterio, sobreponiéndose a las presio-

(12) S ánchez , A lberto M .. ob, c i l , pág. 376. (14) Está consagrada en la ley 24.667, art. 1“, con rela­
(13) C o m a d j R a , J u lio R., o b . c¡L, pág. 123. ción al Procurador del Tesoro de la Nación.
LA FUNCIÓN DE ASESORAMIENTO LEGAL EN EL ESTADO (t. 2000) 759

nes provenientes de cada circunstancia histórica, una cosa es interpretar las normas y otra muy
aunque éstas no podrán estar ausentes en sus distinta retorcerlas de tal modo que queden con­
consideraciones. Esa libertad de criterio debe lle­ vertidas en una caricatura de lo que en realidad
varlo incluso a manifestar su disenso con los dic­ son. Recuerdo, por ejemplo, haber leído un dic­
támenes vinculantes que pudiesen existir y obli­ tamen en el que un letrado, en su afán por encon­
garlo. Sin embaído, deberá cuidarse de asesorar trar una “salida favorable” a una situación en la
en función de lo que a él le pareciera debieran ser que se discernía el derecho a jubilación preferen­
las cosas, ya que debe ajustarse a la ley porque, cia! de una docente, interpretaba que la expre­
lo decimos de nuevo, no es un co-legislador. sión “al frente directo de alumnos", contenida en
e) Capacidad técnica: finalmente, la función la norma de aplicación, también comprendía a
de asesoramiento extraña la necesidad de cono­ esta docente, quien se desempeñaba com o direc­
cim ientos específicos que no pueden estar tora de una biblioteca destinada a maestros, por­
ausentes en quien la ejerce. Por otra parte, la ido­ que algunas veces también concurrían alumnos a
neidad asume hoy la exigencia de una perma­ consultar textos. Esto no es inteipretar la norma;
nente actualización, habida cuenta del carácter es manipularla groseramente para conseguir un
naturalmente mutable del derecho positivo, de resultado exactamente opuesto a la ratio legis.
los aportes provenientes de la doctrina y de la Resulta evidente, entonces, que el asesor le­
variabilidad de la jurisprudencia. trado, para poder ser leal con la sociedad que
Analizadas estas cualidades, resulta ciato que deposita en él su confianza y con el funcionario
ninguna de ellas puede faltar en quien asesora. que espera de él una respuesta adecuada, debe
Se trata de un conjunto de condiciones que, en comenzar por ser leal consigo mismo y no dejar­
realidad, deben encuadrarse todas ellas en el se traicionar por la actitud facilista de elaborar
concepto de “idoneidad”. Y, ya se sabe, la ido­ dictámenes “por encargo”, en un sentido distin­
neidad es requisito insoslayable para el ejercicio to a sus más íntimas convicciones. Actuar de
de la función pública. este último modo es lisa y llanamente prostituir
una tarea que exige de quien la titulariza la ente­
2.2. Preocupación p o r la legitim idad
reza de manifestar siempre lealmente su parecer,
En el cumplimiento de esta doble función, el con fundamento en la ley de aplicación.
asesor letrado debe tener la suficente amplitud Támbién existe, es cierto, la actitud opuesta:
de miras para no perder la idea de lo legítimo por la de aquellos que, olvidando que son asesores
ir detrás de lo legal. Con esto quiero significar del Estado, pretenden encerrarse en un recinto
que la tarea de asesoramiento debe alejarse del de absoluta asepsia y emitir opiniones “de labo­
mero positivismo jurídico, siempre propenso a ratorio”, com o si las acuciantes circunstancias
creer que sólo es derecho lo que está envasado de tiempo y lugar fueran elementos contaminan­
en una norma formal. M e apresuro a aclarar nue­ tes que pueden enviciar la pulcra ecuanimidad
vamente que no estoy propiciando que cada ase­ de sus dictámenes.
sor se convierta en un co-legislador, pretendien­ Lo aconsejable, como se ha dicho, es encon­
do que las normas dicen lo que a él le parece trar un equilibrio que permita conciliar, siempre
justo. Simplemente, propugno que, en el análisis que sea realmente posible, el derecho con la ac­
de cada caso en particular, no puede estar ausen­ ción de gobierno. Dicho esto, creo que se im­
te una visión que también contemple el derecho pone aclarar que el asesor letrado no es un fun­
natural, los principios generales del derecho, la cionario obligado a recorrer obstinadamente los
equidad, etc. laberintos del derecho en pos de algún atisbo
normativo que avale lo hecho o por hacer, pero
2 3 . L ealtad sin obsecuencia
tampoco alguien a quien le compete, cual César
Por otra parte, el asesoramiento debe encon­ en el circo romano, subir o bajar el pulgar a las
trar un equilibrio nada fácil entre la posibilidad acciones políticas.
de encontrar caminos que viabilicen la acción de
2.4. A ctividad de prevención
gobierno y la fidelidad a la verdad. Todos sabe­
mos que el derecho se interpreta y conocemos de lin a de las facetas fundamentales de la fun­
memoria la teoría de las “dos bibliotecas”. Pero ción. de asesoramiento, y una de las más olvi­
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dadas y menos valoradas, es la preventiva. Ha­ que controla debe tenerla, ya que si su perma­
bitualmente se pone el acento en la tarea de nencia en el cargo depende del funcionario que
asesoramiento sobre la legalidad del trámite ad­ controla, no existe garantía alguna de imparcia­
ministrativo o sobre el dictamen acerca d e la lidad en el ejercicio de la función.
adecuación del acto administrativo a derecho, Sin embargo, he dicho antes “en principio”,
aspectos también vitales de la función. Sin em­ ya que algo que parece tan evidente ya ha sido
bargo, es en la tarea preventiva donde esta pecu­ desvirtuado en la ley 24.156 [EDLA, 1992-364],
liar labor adquiere su mayor relieve. de "Administración Financiera y de los Sistemas
Así como en medicina “es mejor prevenir que de Control del Sector Público Nacional” y sus
curar", en derecho es mejor "asesorar antes que normas reglamentarias, de las que se desprende
litigar después”. Por ello, en la casi totalidad de que los integrantes de las Unidades de Auditoría
la legislación aplicable a ios organismos de con­ Interna carecen de estabilidad y son nombrados
tralor, de cualquier naturaleza que fueren, se y removidos por resolución de la máxima auto­
encuentra la función de asesorar en materia de ridad de la jurisdicción pertinente. Esta norma
sus competencias. implica lisa y llanamente el debilitamiento de la
En el específico ámbito del asesoramiento al función de control del gasto público a niveles
Estado, el asesor debe indicar, en dictamen o insospechados, ya que cualquiera puede prever,
fuera de él: sin estar dotado de poderes extrasensoriales es­
a) todas aquellas modificaciones normativas peciales, que estos funcionarios muchas veces
que estime convenientes; verán jaqueada su continuidad si se deciden a
b) todas aquellas actitudes de funcionarios o controlar en serio.
empleados que atentan contra la celeridad, eco­ Se dirá que estamos hablando de control in­
nomía, sencillez y eficacia en los trámites; terno y, por lo tanto, de una instancia en la que
c) las instrucciones que convendría circulari- el funcionario es el principal interesado en que
zarpara optimizar el funcionamiento de la admi­ se revea su actuación para ser advertido de cual­
nistración; quier desvío contraproducente. Pero este pensa­
d) los vicios procedimentales que deben erra­ miento peca de una ingenuidad y de un error
dicarse. conceptual. La ingenuidad consiste en suponer
Esta nómina, que dista de ser taxativa, preten­ que el hombre es naturalmente bueno -c o m o el
de simplemente ilustrar acerca de un importante liberalismo desde R o u s s e a u repite sin concien­
conjunto de facetas que debe abarcar el asesor cia de la realidad- y, por ende, puede simple­
letrado, más allá de su opinión fundada acerca de mente equivocarse. El error conceptual está en
un caso en particular. Esta actitud implica tam­ olvidar que, en un sistema republicano, es la
bién el compromiso del asesor, ya que denota comunidad la principal interesada en que el con­
iniciativa y empeño por mejorar e l status quo. trol, interno o extem o o de cualquier tipo, sea
eficiente.
3 Todas estas reflexiones son desde luego apli­
La estabilidad: un requisito clave cables a la función de asesoramiento legal. Si
con estabilidad muchas veces algunos asesores.
Que los asesores que integran la planta per­
manente de la Administración deben tener esta­
¿I y que su acreditación se efectúe otorgando al imputado el
bilidad, es algo que, en principio, no es materia derecho de ser oído, de producir prueba de descargo y de con­
de discusión(15). En realidad, todo funcionario trolar la producción de la de cargo... En cambio la estabilidad
denominada impropia, no cercena d derecho del empleador
(15) Me reitero a lo que en doctrina se denomina “estabi­ para despedir al trabajador, es decir, para rescindir unilateral-
lidad impropia", que es la que tienen, a mi juicio, los agentes mente la relación laboral, sino que en tal caso, pone a cargo
públicos. Parle de la doctrina, encabezada por Ekm£kd; ian, d d principal d pago de una indemnización forti Liria, nor­
sostiene en cambio la estabilidad “propia". El autor citado malmente proporcional a la antigüedad del trabajador en d
afirma: “La estabilidad propia o simplemente estabilidad con­ empleo” (Ekmexdiian, M tcua. A ngel, La estabilidad deI
siste en el derecho dc¡ trabajador a no ser despedido (tupluca empleado público en el nuevo Estantío del Persona! Civil de
de la relación laboral, por decisión unilateral del empleador) a la Administración Pública Nacional, LL, 150-968. Ver tam­
menos que incurra en ta comisión de un hecho que la norma bién, del mismo autor, De nuevo sohtr-^.derecbo a la eilabi-
preve como causal de dicha ruptura, que éste sea imputable a lidad propia del empleado público,' 50-C-1085).
LA FUNCIÓN DE ASESORAMIENTO LEGAL EN EL ESTADO (t. 2000) 761

ceden a las presiones del funcionario de tumo, renuncia de dicho funcionario aduciendo que un
resulta fácil imaginar cómo sería la historia si no hombre de bien presentaría la renuncia al cargo.
la tuviese. El Asesor de Gobierno se negó a renunciar,
Lo cierto es que la normativa nacional y pro­ siendo apoyado en su posición por la casi totali­
vincial confiere esta estabilidad, por lo que nues­ dad del espectro jurídico y político de Mendoza.
tra mirada debe centrarse en otro aspecto del En el momento más álgido de la situación, el Dr.
problema: ¿es conveniente la estabilidad tam­ M osso Giarmini publicó un artículo titulado En
bién de quienes ejercen la titularidad de los orga­ defensa de ¡a Consti!ución(ts), en el que daba las
nismos de contralor de legalidad de la actividad razones por las cuales se negaba a renunciar y
administrativa del Estado? defendía su estabilidad con argumentos que, a
Este es, en mi opinión, el elemento clave de mi juicio, expresan con toda claridad y exactitud
todo el sistema de asesoramiento legal del Esta­ los motivos por los cuales debe sostenerse la
do y, por tanto, el núcleo central de este sencillo estabilidad de estos funcionarios.
trabajo. Dichos argumentos, básicamente, son:
a) No debe confundirse lo que es el Asesor de
Gobierno con un mero asesor de Gabinete.
4 b) La garantía de inamovilidad no ha sido ins­
¿Estabilidad o periodicidad del titular
tituida en beneficio de alguien en particular, sino
He la función de asesoramiento? en resguardo del funcionamiento correcto del
La pregunta formulada tiene diversas res­ Estado de Derecho.
puestas en e) ordenamiento jurídico argentino. c) La continuidad en el cargo asegura la con­
Simplemente para consignar que no existe uni­ tinuidad y uniformidad de la doctrina sentada en
formidad al respecto, destaco a manera de ejem­ los dictámenes, lo que brinda seguridad jurídica
plo regional que posee estabilidad el Asesor de a la Administración y garantías a los administra­
Gobierno de M endoza(16) y carece de ella el dos.
Asesor Letrado de Gobierno de San Juan(n ). El Asesor de Gobierno de Mendoza resistió
Como he expresado que no me adentraré en las fuertes presiones y se negó a renunciar, adu­
normativa particular alguna, dada la diversidad ciendo que hacerlo "...importaría privilegiar mi
existente en este campo, intentaré responder al comodidad o, incluso, el.legítim o derecho a la
interrogante “en abstracto”, aunque para ello uti­ privacidad y resguardo del honor personal, sobre
lizaré un caso paradigmático, de reciente data, la defensa de la Constitución y la investidura del
que reúne la totalidad de los elementos a tener en cargo que ocasionalmente ocupo”.
cuenta para ensayar dicha respuesta. Se trata de La situación descripta mereció también un
la situación generada en tomo del Asesor de Go­ agudo comentario del Dr. Bi a n c h i , quien afirmó
bierno de la Provincia de Mendoza, quien, go­ que “no hace falta ser muy lúcido ni muy sabio
zando de una estabilidad que le otorga la propia par? comprender que cuando se intenta despla­
Constitución provincial, fue tenazmente presio­ zar de su cargo a un funcionario a quien la Cons­
nado por el gobierno entrante para presentar su titución le reconoce estabilidad por medios no
renuncia. previstos en aquélla, lo que está en juego es la
La situación fáctica, que vale la pena consi­ seguridad jurídica”( 15). Luego de distinguir en­
derar, es la siguiente. El Asesor de Gobierno de tre los funcionarios políticos, que carecen de es­
Mendoza tiene estabilidad por imperio del -art. tabilidad y los que gozan de la misma por impe­
180 de- la Carta Magna de esa provincia. Para rio constitucional, el prestigioso jurista sostuvo
ejercer dicho cargo fue designado en 1987 el Dr. acertadamente: “La diferencia entre unos y otros
César M osso Giannini. Con motivo de la elec­ es sensible. Los primeros están dedicados a eje­
ciones generales de 1999, cambió el signo polí­ cutar las políticas de gobierno. Los segundos tie-
tico que gobierna esa provincia, y el gobernador
entrante, Ing. Iglesias, solicitó públicamente la
(18) Diario “Los Andes", Sábado II de diciembre de
1999.
(16) Constitución cb-Mcndcza, art. 180. (19) B i a n CKI, A l b e r t o B „La e.sfabiíidad del Asesor de
()7) Ley 5557 Gobierno, Revista del Foro de Cuyo. mayo/2QOO, púg. I,
762 ALBERTO M. SÁNCHEZ

nen la misión de controlar la legalidad en el Por otro lado, resulta descabellado suponer que
obrar de la Administración”^ 0). el Asesor de Gobierno asesorará incorrectamen­
Es muy poco lo que puede agregarse a lo pre­ te, a sabiendas, a un funcionario porque no per­
cedentemente expuesto. Lamentablemente, en tenece al signo político del que él proviene. Para
nuestro país las fronteras de la legalidad y las del que ello fuera posible, deberían confluir dema­
mérito muchas veces se confunden. N o pocos siados supuestos impensables: que el titular del
gobernantes pretenden que el ejercicio de la ac­ cargo carezca de la menor ética profesional y
tividad política los habilita a obviar la ley, olvi­ republicana, que obviara por completo la doctri­
dando, como lo ha señalado magníficamente na ya sentada en los dictámenes del Organismo,
Bia n c h i , que “ ...lo que hoy se experimenta que tuviera la aviesa intención de atentar contra
como un límite, mañana puede tomarse en una el bien común, que no le importara su eventual,
garantía’’^ 1). ¿Cómo pretender seguridad jurídi­ separación del cargo por mal desempeño, etc.
ca cuando se intenta, violentando expresas nor­ d) Todas las garantías de inamovilidad conte­
mas constitucionales, separar de su cargo a nidas en normas de diverso rango tienden a pro­
quien tiene asegurada estabilidad? teger a determinadas personas de las presiones
Más allá del caso mendocino, lo cierto es que de todo tipo y a garantizarles un ejercicio pleno
las ventajas de la inamovilidad de quienes titula- y seguro de sus funciones. A sí ocurre, entre
rizan la función de asesoramienlo son claras y otros, con los jueces y los funcionarios de con­
contundentes. Siguiendo el esquema antes ex­ tralor. Son normas tuitivas de la función, no de
puesto, destaco: quienes las ejercen ocasionalmente, que apuntan
a) El Asesor de Gobierno no es un asesor de a brindar al beneficiado las garantías suficientes
gabinete. Estos últimos son quienes deben pose­ de que su actuación en pos del bien común no se
er la plena confianza del titular del Ejecutivo y verá coartada por amenaza alguna, constituyen­
su función es asesorar a éste en materias de su do así una garantía insoslayable de libertad de
competencia. Siendo los dictámenes del Asesor actuación. Esto también debe ser entendido por
de Gobierno no vinculantes para el Ejecutivo, quien ejerce la función de asesoramiento, a fin
puede éste perfectamente, en razón de un aseso- de evitar la tentación de creer que dichas garan­
ramiento distinto de su asesor legal de gabinete, tías le han construido una zona de impunidad. .
decidir en contraposición al dictamen de aquél,
con la debida fundam entaciónP).
b) Resulta paradójico en este sentido que
5
Conclusión
todos los asesores letrados del Estado gocen de
la estabilidad propia del empleo público y quien Conforme a lo expuesto, entiendo que urge
los dirige esté sujeto a las contingencias de los una nueva reflexión en nuestro medio acerca del
vaivenes políticos. tema propuesto. La estabilidad de quienes ejer­
c) Por otra parte, no existen motivos para cen la función de asesoramiento en el Estado, y
“desconfiar” de quien titulariza la función de sobre todo la de quienes la titularizan, resulta
asesoramiento. Por un lado, porque si bien es ha­ una exigencia acuciante del bien común.
bitual que llegue al cargo alguna persona con En un país como el nuestro, con una idiosin­
una determinada afiliación partidaria, es dable crasia en la que el cumplimiento irrestricto de las
suponer que con el tiempo irá asumiendo clara­ normas no aparece com o uno de los baluartes de
mente su función técnica y abandonando el per­ la sociedad, surge como un imperativo insosla­
fil político. Si así no lo hiciere, y ello se mani­ yable la necesidad de enviar señales muy claras
festara en su actuación, seguramente incurrirá en de que la ley es un principio básico de la convi­
alguna causal de separación prevista en la ley. vencia social que debe ser respetado a ultranza.
A sí como es preciso una educación en las virtu­
(20) B ian ch i, A lberto B ., ob. cit., p íg . 2. des -principios ordenadores internos- es igual­
(21) B ia n ch i, Alberto B ., ob. c i t, p íg . 4. mente importante una educación en el cumpli­
(22) D e la no vinculaioriedad de los dictám enes con
miento de las leyes -principios ordenadores
relación a lo s funcionarios asesorados surge, en principio, la
falta de responsabilidad d e los asesores (conf. C assag .se, extem os-, sin las cuales no cabe lugar para otra
J u a n C a r l o s , ob. c i t, p ig . 337). cosa más que para la anarquía.
LA FUNCIÓN DE ASESORAMIENTO LEGAL EN EL ESTADO (t. 2000) 763

En este marco, el punto de inflexión es la se­ soramiento del Estado se ha incluido en la inago­
guridad jurídica, de manera que quienes se dis­ table lista de cargos políticos a repartir entre los
ponen a cumplir responsablemente la ley no adláteres de quien ganó las últimas elecciones.
estén sometidos al albur permanente de cambios Gobernar con la ley en la mano y buscando
de rumbo, de marchas y contramarchas, de un los grandes consensos sociales para las transfor­
ordenamiento jurídico a la deriva. maciones radicales que se necesitan es un signo
Por ello, y parafraseando a la antigua y cono­ de madurez política, propia del estadista. Gober­
cida máxima que rt 2a “la ley es lo que los jueces nar a partir de la ocupación de todos los espacios
dicen que es”, podemos afirmar que, en sede ad­ de poder o de protagonismo posible a fin de im­
ministrativa, “la norma es lo que el Procurador poner una idea, es señal elocuente de inseguri­
General del Tesoro de la Nación o los Asesores dad y falta de estatura política. La opción es de­
de Gobierno provinciales dicen que es”. Salvan­ mocracia representativa, fundada en la participa­
do las distancias y solicitando licencia por la ana­ ción y en la responsabilidad, o partidocracia
logía, lo cierto es que la práctica administrativa asfixiante, construida sobre el endiosamiento del
se desenvuelve alrededor de esta idea. Ei criterio poder y la exclusión.
de quien titulariza la función de asesoramiento en Gobernar con el poder de la ley o gobernar
el Estado, habitualmente vinculante para el resto transformando en ley el capricho de quien osten­
de los que la ejercen, es el eje alrededor del cual ta el poder. La estabilidad de quien titulariza la
se defme la juridicidad o antijuridicidad del ac­ función de asesoramiento en el Estado permite,
tuar administrativo. Y si ello es así, es muy fácil al menos, que quien oponga la ley al capricho
advertir cómo se vería afectada la seguridad jurí­ tendrá las garantías suficientes para cumplir su
dica y, por ende aquella educación en el cumpli­ cometido de recordar a quien gobierna que el
miento de la ley, si dichos criterios variaran cada poder, cuando se ejerce fuera de la ley, se trans­
tanto, simplemente porque la alta función de ase­ forma en avasallamiento y autoritarismo. «

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