Está en la página 1de 3

Analisis Gravimétrico

Son métodos basados en la medición de la masa; se denominan métodos gravimétricos o,


simplemente, gravimetrías. Son métodos clásicos de análisis, lo cual significa que están basados
en la aplicación de una reacción química. En concreto, para llevar a cabo una gravimetría lo más
frecuente es que produzcamos en el laboratorio una reacción química de precipitación de un
compuesto puro que contenga el analito que queremos determinar. Se trata de métodos cuantitativos
(podemos determinar la concentración de analito, no solo su presencia) y su fiabilidad y precisión
hace que, con frecuencia, se usen como métodos de referencia, por lo que se puede apreciar su gran
importancia. ¿Qué significa que se usen como métodos de referencia? Pues que se utilizan para para
contrastar la validez de otros métodos analíticos o para la preparación de materiales de referencia.

¿Cómo se clasifican los métodos gravimétricos?


Los métodos gravimétricos se pueden clasificar según la técnica que se utiliza aislar el componente
de interés. Así, tenemos cuatro grupos:
Métodos de precipitación química
La precipitación es el modo más comun de proceder en gravimetría. Se llevan a cabo sobre la
muestra en disolución, de la que se separa la especie a determinar por adición de un reactivo que
provoca la formación de un precipitado insoluble que contendrá nuestro analito. Después, el
precipitado se debe separar de la disolución (por filtración), lavar y secar o calcinar para pesar el
residuo final.
Por ejemplo, se puede utilizar la gravimetría para determinar el níquel de una disolución, que
precipita con el compuesto dimetilglioxima. El precipitado que se forma se filtra, se seca en estufa a
unos 100ºC y se pesa posteriormente. Cálculos estequiométricos nos permiten determinar la
concentración de níquel inicial. En el caso de la determinación gravimétrica, por ejemplo, de hierro
o aluminio, el precipitado producido no se seca, sino que se calcina a temperaturas muy elevadas.
Métodos electrogravimétricos
Es un tipo concreto de métodos de precipitación, ya que también se produce un precipitado sólido,
pero en lugar de hacerlo mediante la adición de un reactivo, se provoca la reacción química
mediante el paso de una corriente eléctrica y el precipitado se deposita en la superficie de uno de los
electrodos. Pesar el electrodo antes y después de la reacción nos dará el peso total de la sustancia
depositada y mediante cálculos estequiométricos también podremos determinar la concentración.
Son métodos de poca aplicación; se puede emplear para determinar algunos metales como el cobre
o el plomo.
Métodos de volatilización
En ocasiones, cuando la especie que deseamos determinar pasa fácilmente a fase gaseosa o puede
formar un compuesto volátil, en lugar de formar un sólido precipitado se volatiliza. Así, se podrá
determinar la cantidad de especie presente por diferencia de pesos, es decir, el peso final, una vez
volatilizada la parte deseada, menos el peso inicial de la muestra (método indirecto), o bien
recogiendo la especie volatilizada y pesándola posteriormente (método directo). Por ejemplo,
cuando deseamos determinar la cantidad de agua de una muestra de alimento, se pesa la muestra de
alimento inicial y después de haberse desecado por completo.
Métodos de extracción
Los métodos de extracción solo se pueden usar para determinaciones muy concretas, por ejemplo la
determinación del porcentaje de un componente en una aleación. Consisten en separar por
disolución los componentes no deseados y pesar únicamente el residuo del componente de interés.
Por tanto, se necesita un disolvente que disuelva los componentes no deseados de la muestra pero
no el analito.
Puesto que generalmente cuando se hace referencia a una gravimetría es a un método de
precipitación, por tener mayor cantidad de aplicaciones, en adelante nos centraremos en estos
métodos.
¿Qué características debe cumplir el precipitado de una gravimetría?
Para que un analito se pueda determinar mediante una gravimetría, es necesario que el precipitado
formado cumpla una serie de características. Por ejemplo:

 Que sea muy insoluble, para que la parte que se pierda por lavado y filtración sea mínima,
ya que esto es una fuente de error.
 Que sea puro o fácilmente purificable.
 Que la precipitación sea selectiva, es decir, que precipite únicamente el analito de interés y
no otras especies.
 Que se pueda filtrar con facilidad. Los precipitados con texturas gelatinosas y difíciles de
filtrar harán que el método sea mucho más tedioso o que directamente no se pueda llevar a
cabo.
 Que el precipitado final formado, que debemos pesar, no sea higroscópico. Recordemos que
un compuesto higroscópico es aquel que tiene gran tendencia a captar humedad ambiente,
como el CaCl2. Esto haría que tuviésemos un considerable error por exceso en la pesada.

Pasos básicos en el laboratorio para llevar a cabo una gravimetría


Hemos visto hasta ahora qué es una gravimetría, qué tipos de gravimetrías encontramos y qué
requisitos teóricos tiene que tener un precipitado para poder llevarse a cabo el análisis. Ahora bien,
cuando ya estamos en disposición de realizar la prueba, ¿cómo debemos proceder? Debemos llevar
a cabo una serie de pasos en orden, que son:
1. Precipitación.
Se introduce un volumen conocido de la disolución a valorar en un Erlenmeyer y se va adicionando
lentamente reactivo precipitante. Para que el proceso de precipitación sea adecuado, es importante
trabajar con bajas concentraciones, tanto de disolución problema como de reactivo, y añadir el
reactivo lentamente. Además, durante la adición se debe agitar la mezcla de reacción
constantemente, para que la disolución sea homogénea y la precipitación también lo sea (evitando
así sobresaturaciones locales). Asimismo, muchas veces se trabaja también a elevadas temperaturas
(para que la precipitación sea más lenta y aumente la solubilidad) y con medios ligeramente ácidos.
Una vez que se ha producido la precipitación, la disolución se enfría para favorecer la formación de
cristales grandes y para evitar que se pierda analito por solubilidad.

2. Digestión y purificación del precipitado.


Si un precipitado es impuro significa que incluye más especies que las que nosotros deseamos
determinar, o bien que su estequiometría no es la esperada o no es constante. Lograr que el
precipitado sea puro es esencial para reducir el error del análisis.
Con objeto de tener precipitados más puros y fácilmente filtrables, generalmente se mantiene el
precipitado en contacto con la disolución madre a una temperatura más o menos elevada (80 –
90ºC), lo que facilita la desaparición de los cristales pequeños y el crecimiento de los grandes, con
la consiguiente purificación del producto. Este procedimiento, conocido como digestión del
precipitado, puede llegar a requerir de 12 a 24 horas.
La coprecipitación es el fenómeno por el cual sustancias normalmente solubles son arrastradas por
un precipitado insoluble. Se reconocen cuatro tipos de coprecipitación: adsorción, inclusión
isomórfica, inclusión no isomórfica y oclusión.
Para corregir la cantidad de impurezas coprecipitadas a menudo se recurre a una reprecipitación,
pero también se pueden minimizar disminuyendo la velocidad de crecimiento del cristal, evitando
que queden contaminantes atrapados (adición lenta del reactivo, manejar disoluciones diluidas y
precipitar en caliente). Sin embargo la digestión suele ser más efectiva que tales medidas debido a
las rápidas disoluciones y recristalización del retículo.
3. Filtración y lavado del precipitado
Normalmente, el precipitado formado se filtra mediante la técnica denominada “filtración a vacío”
que utiliza un embudo büchner y un matraz kitasato conectado a una trompa o bomba de vacío. La
succión hace que la filtración sea mucho más rápida que si se lleva a cabo por gravedad.

4. Desecación o calcinación
Después de la filtración, el precipitado gravimétrico se calienta en una estufa de laboratorio hasta
que su masa se vuelve constante. El calentamiento elimina el disolvente y cualquier especie volátil
arrastrada con el precipitado. Algunos precipitados, en cambio, deben ser calcinados para formar un
compuesto de composición conocida (y estequiometría definida) denominado forma pesable. La
necesidad de la calcinación para eliminar totalmente la humedad del precipitado se pone de
manifiesto, por ejemplo, en el caso de la sílice. Cuando se precipita sílice lo hace en forma
hidratada como SiO2·nH2O, por lo que es necesario calcinarla alrededor de 1000ºC durante 15-20
minutos para que quede como SiO2. Esta operación se lleva a cabo en un horno mufla.

5. Pesada
Tanto en las gravimetrías de desecación como en las de calcinación el procedimiento es similar. En
primer lugar los crisoles normales o filtrantes que van a contener la muestra deben ser sometidos al
mismo tratamiento térmico que deberán soportar cuando contengan la muestra en su estado final,
tratamiento que debe prolongarse hasta obtener pesada constante. En cualquier caso se debe dejar
enfriar el crisol en un desecador hasta que su temperatura se equilibre con la ambiental del cuarto de
balanzas para evitar errores de pesada. Una vez tarado el crisol, éste ya está en condiciones de ser
utilizado para la desecación o calcinación, tras lo cual será tratado de nuevo hasta peso constante.
Con frecuencia los productos finales son higroscópicos, debiendo protegerlos de la humedad
atmosférica. Por ello, después de sacar el crisol de la estufa o de la mufla y una vez ya no está al
rojo, se introduce en un desecador hasta que se enfríe y se equilibre térmicamente con el ambiente
del cuarto de balanzas.
 

También podría gustarte