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Historia de España Alba Cámara

La implantación del régimen liberal en España


(siglo XIX)
El reinado de Isabel II

Introducción:
Después de la muerte de Fernando VII en 1833 se genera una situación de incertidumbre en la
política española motivada por la cuestión sucesoria. El enfrentamiento por el trono se da entre
carlistas de ideología absolutista e isabelinos de inspiración liberal. Los primeros defendían los
derechos del trono del hermano del difunto rey, Carlos María Isidro, acogiéndose a la Ley Sálica.
Los segundos en cambio, veían a Isabel (hija de Fernando VII) como la legítima heredera del trono
y apoyándose en la Pragmática Sanción promulgada por Fernando VII en 1830 defienden el trono
ante las pretensiones de los partidarios de Don Carlos.
Al fallecer Fernando en 1833, accede Isabel al trono con apenas tres años por lo que su madre
(María Cristina de Borbón) ocupa la regencia y en ese instante estalló un enfrentamiento, una
guerra civil, entre carlistas apoyados por Austria y Prusia (países absolutistas) e isabelinos apoyados
por Francia e Inglaterra, este da pie a la que llamamos la Primera Guerra Carlista (1833-1839).
La Primera Guerra Carlista como ya se ha dicho enfrentó a carlistas e isabelinos; estos primeros
luchan en defensa de la monarquía absoluta y la religión católica y se oponían completamente al
modelo centralista que propugnaban los liberales, por último, estos también defendían los
privilegios forales. Los carlistas bajo la dirección del general Zumalacárregui llegaron hasta las
puertas de Madrid, aún así el ejército carlista sigue siendo una minoría y se ven obligados a firmar la
paz en 1840 con El abrazo de Vergara entre los generales Espartero (liberal) y Maroto (carlista).
Con el apoyo prestado a la causa de Isabel se iniciará el nuevo régimen liberal que se irá afianzando
durante las regencias de Mª Cristina (1833-1840) y la de Espartero (1840-1843).
Entre liberales existían dos tendencias que discrepaban en cuanto a la amplitud y profundidad de
las reformas que había que llevar a cabo en la instauración del nuevo régimen.
Por una parte encontramos a los liberales moderados que se componía por las clases altas e
ilustrados que proponían reformas liberales pero limitadas ej: una soberanía nacional pero
repartida entre Rey y Cortes o un sufragio censitario muy restringido; y por la otra parte
encontramos a los liberales progresistas que se ven más representados por las clases medias
intelectuales y parte del ejército, estos defendían unas reformas más radicales como por ejemplo
que la soberanía nacional residiese solo en las Cortes, una sola cámara legislativa, un sufragio
censitario más amplio… No obstante, ambos consideraban fundamental la redacción de una
Constitución que recogiera la división de poderes, libertad de expresión y opinión y libertades
individuales. Así pues el liberalismo estuvo presente en las tres etapas de gobierno: regencia de Mª
Cristina, la de Espartero y el reinado de Isabel II.

La regencia de María Cristina (1833-1840)


Como consecuencia de la guerra carlista la regente María Cristina cuenta con el apoyo de los
liberales en el gobierno. Se da comienzo entonces al régimen liberal y los políticos moderados se van
afianzando a la política. Martínes de la Rosa inicia el movimiento constitucionalista del siglo x Ix
redactando el texto preconstitucional, El Estatuto real de 1834 que recogía el partido moderado
mencionado anteriormente. En cambio, este documento que se consideraba una carta otorgada no
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satisfizo a nadie ya que no regulaba los poderes del rey y no se reconocían los derechos
fundamentales del individuo. El descontento generado por la situación económica y la
incertidumbre de la guerra civil hace aparecer los primeros movimientos populares protagonizados
por progresistas donde destaca El motín de la granja en 1836 donde se obligó a Mª Cristina a
restablecer un sistema constitucional. Así bien, en 1837 los liberales redactaron una nueva
constitución que resultó un consenso entre progresistas y moderados, logrando un equilibrio entre
la Corona y las Cortes. Respecto a esta constitución cabe destacar:
a. Se mantiene la división de poderes: el ejecutivo en la Corona, el legislativo en las Cámaras
(Congreso y Senado) y el judicial en los Tribunales Independientes.
b. Se refuerza el poder de la Corona, aproximándose a la idea de soberanía compartida. Esta
asume un carácter moderador pudiendo cesar al gobierno o disolver las Cámaras y
convocar nuevas elecciones.
c. Se realiza una amplia declaración de derechos individuales (libertad de
prensa/opinión/asociación..)
Se realiza una desamortización de los bienes eclesiásticos y otras leyes revolucionarias como la
supresión de los diezmos y gremios. Estas medidas radicalizaron las posturas y con las crecientes
deudas económicas de la guerra intentan dar marcha atrás en la Ley de Ayuntamientos con el fin de
reforzar el poder real. Esto provoca diferentes motines que finalizan con la dimisión de la regente y
el nombramiento de Espartero como regente en 1840.

La regencia de Espartero (1840-1843)


Las Cortes, gracias al apoyo de los progresistas, eligen a Espartero como regente de la Corona. Sus
prácticas políticas fueron sumamente autoritarias y, con sus decisiones se fue quedando
progresivamente sin apoyos.
Exigió ser nombrado regente único, aceleró la venta de los bienes del clero (aumentando la
oposición de los sectores conservadores) Por último, su política librecambista perjudicaba
gravemente a la escasa industria española. Esta política perjudicaba la industria catalana y su
autoritarismo provocaron una alta oposición que lo llevaría a dimitir. Así pues, comenzó a crecer la
oposición a Espartero hasta el 1841 cuando se dio lugar un levantamiento militar dirigido por
O'Donnell y el partido moderado y pese a que este fracasa, el anuncio comercial con Inglaterra
(1842) desata grandes manifestaciones en Barcelona las cuales son reprimidas con extrema dureza.
Estas formas represivas terminas por ganarse el rechazo de todos.
Por otra parte en 1843 se produjo una revuelta militar encabezada por Narváez que hace caer el
gobierno, Espartero se exilió a Londres. Con el fin de no nombrar otro regente, se adelanta la
mayoría de edad de la reina a los 13 años.

Reinado de Isabel II (1843-1868)


Durante este periodo los moderados cuentan con el apoyo de la Corona y pese a breves
interrupciones se mantienen con el gobierno. El gobierno de Isabel II se caracteriza por una
inestabilidad política, existe un enfrentamiento entre progresistas y moderados. Una gran
influencia del ejército en la vida política, protagonizando pronunciamientos o convirtiéndose en
dirigentes. La Corona empieza a actuar a favor de la política de los moderados abandonando el
papel moderador que poseía. Estos dos partidos políticos moderados estaban liderados por Narváez
los moderados y estaban representados por la alta burguesía y las clases medias y por el contrario los
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progresistas estaban liderados por Espartero y agrupaba a las clases populares y la pequeñas
burguesía.
Características:
Partido moderado: monarquía constitucional, sufragio censitario muy restringido, derechos
individuales con muchas restricciones, separación de poderes donde el legislativo se compartía
entre corte y Corona, el ejecutivo lo ejercía la corona a través de su gobierno, era un parlamento
bicameral, se declaraba un estado confesional con exclusividad católica. El poder local se veía
representado con alcaldes elegidos por el gobierno y la política económica se basaba en el
proteccionismo, impuestos indirectos y defensa de los intereses de los terratenientes.
Como veremos más adelante las constitución representativa es las de 1845.
Partido progresista: monarquía constitucional, una soberanía nacional detentada por las Cortes,
un sufragio censitario abierto, derechos individuales sin limitaciones. El poder ejecutivo lo ejerce la
Corona y su gobierno está bajo el control de las Cortes y el legislativo las cortes. El parlamento
también es bicameral y se trata de un estado con libertad religiosa. El poder local se representa con
alcaldes elegidos por vecinos y la política económica se basa en el librecambio, equilibrio entre
impuestos directos e indirectos y defensa de intereses industriales..
Constituciones representativas: 1837 y 1856
Los veinticinco años que dura este reinado se divide en tres etapas:

1.1 Década moderada (1844-1854)


Comienza con el pronunciamiento del general Narváez, encargado de la formación del gobierno.
Líder del partido moderado, gobierna bajo un régimen basado en el control total de la Corona
sobre los mecanismos de la acción política. Para ello se deroga la constitución del 37 y se redacta
una nueva donde se amplian los poderes de la reina y el gobierno y se reducía el de las Cortes. (+
características de arriba) Con la firma del concordato de la Iglesia en 1851 se restauran las
relaciones con la Santa Sed rotas tras las desamortizaciones sufridas.
Este régimen sufrirá un debilitamiento progresivo con la división interna en tres tendencias:
conservadora, de centro y progresista; y con el giro hacia el autoritarismo a partir de 1847 con
Narváez y Murillo. Finalmente, los casos de corrupción dan paso a la Vicalvarada (1854) que dará
paso al bienio progresista.

1.2 El Bienio Progresista (1854-1856)


Se inicia con la “Vicalvarada” un pronunciamiento militar contra el gobierno dirigido por el
general O'Donnell en Madrid. Tras la victoria de estas tropas se redacta el Manifiesto de
Manzanares cuya difusión movilizará toda la capital. Se pretendía forzar a la reina a admitir las
reformas interrumpidas en 1844. Finalmente, la reina nombra a Espartero Presidente del Gobierno
y de nuevo los progresistas pondrán empeño en volver a las reformas políticas: la redacción de una
constitución que no llegará a promulgarse (caract. de la const del 1855) y el inicio de importantes
reformas mediante la promulgación de leyes de apoyo al comercio y la banca, la elaboración de una
Segunda Desamortización . Pero, Espartero presionado por la deuda pública, la agitación social del
movimiento obrero y campesino y un levantamiento carlista, dimitió en 1856, cuando la reina
llamó a O'Donnell a formar gobierno.
Mientras se amplió el panorama político: la izquierda de los moderados y la derecha de los
progresistas forman la Unión Liberal y de los progresistas nació una facción que pedía reformas
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más radicales: los demócratas. Pero debido al empeoramiento de la situación económica O’Donell
disolverá el Parlamento poniendo fin a este bienio progresista.

1.3 Segunda Década Conservadora(1856-1868)


Esta última etapa supondrá un giro a la derecha en la actuación de la reina que sigue apoyándose
fundamentalmente en los moderados. Este periodo fue una alternancia en el poder entre los
moderados y La Unión Liberal. La etapa de de la Unión Liberal es la de mayor prosperidad y
estabilidad política con O’Donell como jefe del gobierno el cual restablece la constitución de 1845,
interrumpe el proceso desamortizador… tiene una política exterior agresiva en la cual fomenta el
patriotismo, y contenta al ejército. Este es el llamado “gobierno largo” de O’Donnell (1858-1863).
Las actuaciones conservadoras de los moderados hacen crecer las aspiraciones de mayor libertad y
derechos y comienza a aparecer el republicanismo y organizaciones obreras y así el Partido
Demócrata. Al final de la década comienza a fallar el sistema de alternancia pactado porque los
unionistas renuncian a participar en las elecciones. Así, en 1866 suceden unos hechos que aceleran
la descomposición del sistema isabelino: la crisis económica, un deterioro de la imagen de la reina, y
la firma del Pacto de Ostende donde el partido demócrata, progresista y la unión liberal se unían
para desalojar a Isabel II del trono. La culminación de este proceso es La Revolución de 1868 “la
Gloriosa” que deriva en el exilio de la familia real a Francia y el nacimiento del sexenio
revolucionario.

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