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Durante el reinado de Isabel II se producirá el tránsito definitivo del antiguo régimen al régimen
liberal. Tránsito que se traducirá en cambios en todos los ámbitos, sin embargo, en este tema
nos centraremos sólo en las políticos: la configuración de una monarquía constitucional
inspirada en el liberalismo político, haciendo referencia a la primera guerra carlista, la aparición
los partidos políticos, evolución política del reinado y el proceso constitucional que asentará
Estado liberal en España.
Para comenzar, hablaremos primero de la primera guerra carlista, desencadenada en 1833, tras
el problema sucesorio que dejó la muerte de Fernando VII. El ideario político carlista se
articulaba conforme a las siguientes elementos; el absolutismo monárquico, la restauración del
poder eclesiástico y de un catolicismo excluyente, la idealización del medio rural y el rechazo
de la sociedad urbana e industrial, la defensa de las instituciones y fueros vascos, navarros y
catalanes. El carlismo contaba con los apoyos sociales del sector del clero y de una pequeña
parte del campesinado. Ambas veían amenazadas sus intereses por la llegada de liberalismo. El
ámbito geográfico por el cual se extendía abarcó las zonas rurales del País Vasco, Navarra,
Aragón, Cataluña interior y Maestrazgo. Aunque se trataba de un conflicto civil, tuvo una
importante proyección exterior: el bando carlista contó con el apoyo de países centroeuropeos
y del papado, mientras que el bando Isabel y no obtuvo la ayuda de Inglaterra, Francia y
Portugal. Ambos bandos contaban con generales de gran talla, hecho que prolongó el conflicto.
Los isabelinos incluyan en sus filas a Espartero, mientras que los carlistas contaban con
Zumalacárregui. El fin de la contienda llegó con el agotamiento del bando carlista y su división
en dos grupos: intransigentes (partidarios de continuar la guerra) y moderados (partidarios de
llegar a un acuerdo). En el convenio de Vergara (1839), los generales Maroto y Espartero
negociaron el final de la primera guerra carlista. Las consecuencias que se derivaron fueron
muy significativas, además del elevado costo humano: se produjo la inclinación de la
monarquía hacia el liberalismo; se consolidó el protagonismo político de los militares, ya que se
convirtieron en los árbitros de la vida política, todavía amenazada por la guerra; los enormes
gastos de la guerra, que desencadenaron en serios apuros fiscales para la monarquía.
- Partido moderado: estuvo representado por el General Narváez. Sede difundía entre los
grandes terratenientes, la alta burguesía y la clase media - alta. Era partidario de la soberanía
compartida entre el rey y las cortes, dotar al monarca con amplios poderes y limitar los
derechos individuales de los ciudadanos.
Hablando sobre la evolución política del reinado, decir que estuvo caracterizada por la
alternancia en el gobierno de progresistas y moderados, la inestabilidad política y los
pronunciamientos militares. En la década de 1833-1843, se sucedieron dos regencias ante la
minoría de la Isabel II: la regencia de María Cristina, madre de Isabel y la regencia del General
Espartero. Resultó ser una etapa fundamental para la implantación del liberalismo político y
económico. Podemos hacer una distinción en tres etapas del reinado de Isabel II, en su mayoría
de edad:
Gobierno de unión liberal: se caracterizó por una política exterior de O'Donnell de pobres
resultados y pérdidas económicas y humanas (guerra del Pacífico, Marruecos…). A la
inestabilidad política se sumó el desprestigio de la reina por su vida escandalosa y la
crisis económica de 1866 que afectó a todos los sectores productivos y a las finanzas y
acabó derivando en una crisis de subsistencia. En 1866 progresistas, demócratas y
unionistas firmaron el Pacto de Ostende, donde acordaron la expulsión de los Borbones
y la democratización de la vida política. Al final la reina optó por huir a Francia.
El proceso constitucional podemos indicar que comenzó con el Estatuto Real de 1834, pasando
por la constitución de 1837 y de 1845.
- La Constitución de 1856, conocida como non nata porque nunca llegó a entrar
en
vigor. Era de carácter progresista: defendía la soberanía popular, recuperaba la
Milicia Nacional, establecía un Parlamento bicameral, (Congreso y Senado),
defendía la libertad de imprenta, la elección directa de alcaldes, la libertad
religiosa,etc.
Por último decir que el principal objetivo de la revolución política liberal fue la implantación de
una monarquía parlamentaria y constitucional; ésta se consiguió definitivamente en durante el
reinado de Isabel II. Para la desarticulación del antiguo régimen, se llevó a cabo un proceso
constitucional que garantizó el papel de la alta burguesía como clase dominante en el nuevo
régimen liberal.