Está en la página 1de 7

Exp: 168/2013

Materia: Mercantil
C. JUEZ MIXTO DE PRIMERA INSTANCIA
DE AMATLAN DE CAÑAS, NAYARIT.
PRESENTE.

Francisco Javier Soto Ron, representante común de la parte demandada, personalidad reconocida
en autos, con el debido respeto comparezco para lo siguiente:

Que por así convenir a nuestros intereses y con fundamento en el artículo 1335 del Código de
Comercio, comparezco en tiempo y forma con la representación correspondiente para contestar
los agravios interpuestos en el recurso de revocación contra el auto de fecha 23 de octubre de la
presente anualidad, que provee en sentido negativo la solicitud de dictar sentencia interlocutoria
respecto a la excepción de cosa juzgada remitiendo a lo decretado en la resolución interlocutoria
de fecha once de octubre.

Atendiendo a la estructura del recurso interpuesto, me permito contestarlo en los términos y


forma siguiente:

El recurso de revocación resulta improcedente por diversas causas.

Primero. Improcedencia del recurso por extemporáneo y por no atacar la resolución atinente
(Recurso extemporáneo, vía incorrecta, recurso incorrecto). Al resolverse la falta de personalidad
en la sentencia interlocutoria de fecha once de octubre, el juez decreta que no se puede continuar
la secuela procesal, como lo hizo en el penúltimo párrafo que precede a los resolutivos, al sostener
que al decretarse la falta de personalidad de los actores o demandados incidentes no se puede
proseguir el juicio, debido a que no se encuentran legitimados en el proceso.

Luego, el artículo 1335 del Código de Comercio establece que el recurso deberá pedirse por escrito
dentro de los tres días siguientes a que haya surtido efectos la notificación del proveído a
impugnar.

De lo anterior se puede advertir, que la negativa de continuar el juicio no se deriva del proveído de
fecha 23 de octubre, sino de la resolución de 11 de octubre, tan es así, que en el auto de 23 de
octubre, su señoría le indica que debe estarse a la resolución interlocutoria de fecha once de
octubre del presente año, es decir, la resolución que decreta que el juicio no puede continuar se
emitió el once de octubre y no el 23 de octubre.

En ese orden, se tiene que el proveído a impugnar, consiste en la determinación de no continuar el


juicio, y dicha determinación se encuentra en la interlocutoria dictada el 11 de octubre, y tal como
consta en el expediente, y así como lo señala la contraparte, dicha resolución le fue notificada el
mismo 11 de octubre, por lo que su impugnación es extemporánea.

Por otra parte, la determinación de no continuar el juicio se realizó en una sentencia


interlocutoria, por lo que dicha consideración debió ser atacada en el recurso de apelación
interpuesto por la contraparte, y como se señoría bien lo sabe, la contraparte NO la atacó, luego
pues, ha quedado firme para todos los efectos legales a que haya lugar.
Luego entonces, el presente recurso resulta, primero, frívolo y notoriamente improcedente por
haberse presentado de manera extemporánea, y segundo, porque lo que debió atacar es la
consideración del juez de no continuar el juicio, y esta consideración se realizó en la sentencia
interlocutoria de fecha 11 de octubre.

Segundo motivo de improcedencia del recurso. A efecto de ilustrar la improcedencia del recurso
es indispensable verificar la línea argumentativa de la contraparte.
Los antecedentes y agravios sustancialmente son los siguientes:

a)
1. Que en fecha 22 de octubre del año en curso solicitó se dictará sentencia interlocutoria
donde se resolviera la excepción de cosa juzgada interpuesta por los suscritos.
2. Que el 23 de octubre su señoría proveyó la solicitud referida en sentido negativo,
remitiendo a la resolución de 11 de octubre, en la cual se decreta procedente la excepción
de la falta de personalidad, y por ser este requisito un presupuesto procesal que impide la
continuación de la secuela del juicio, es imposible dar trámite a ningún escrito que
provenga de la parte de la cual se decretó la falta de personalidad o capacidad procesal,
porque como bien se dice, la personalidad es un prerrequisito que debe cumplirse para
activar la instancia judicial, so pena de desactivarse cuando no se acredita debidamente la
capacidad procesal para acudir al juicio.
3. Que le causa agravio la negativa de su señoría de dictar sentencia interlocutoria por ser
contraria al artículo 1129 del Código de Comercio, en la parte conducente que sostiene
que: “si no se ofrecen pruebas deberá dictarse la resolución correspondiente por el
tribunal y notificarse a las partes dentro del término de 8 días sin que de modo alguno se
pueda suspender del trámite del juicio.
4. Alega la contraparte que en razón de que ya fueron desahogadas todas las pruebas en
relación a la excepción de cosa juzgada, se debe de dictar sentencia interlocutoria, sin que
sea obstáculo el hecho de que se haya decretado la excepción de falta de personalidad,
contra la cual se interpuso recurso de apelación que fue admitido en efecto devolutivo
más no suspensivo, por lo tanto, existe una violación al debido proceso, ya que la falta de
personalidad no suspende el procedimiento, conforme al artículo 1057 del Código de
Comercio que establece que: “El juez examinará de oficio la personalidad de las partes,
pero los litigantes podrán impugnar la de su contraria cuando tengan razones para ello,
en vía incidental que no suspenderá el procedimiento y la resolución que se dicte será
apelable en el efecto devolutivo, de tramitación inmediata, sin perjuicio de lo dispuesto
por el artículo 1126 del este Código”.

En ese orden de ideas, cabe formular las siguientes precisiones, a efecto de ilustrar jurídicamente
el resultado del presente recurso.

El Proveído del juez que niega dictar sentencia interlocutoria está apegado a derecho, al menos en
este punto, en todos sus términos.

Se dice lo anterior, porque desafortunadamente el accionante del recurso confunde y desconoce


las figuras jurídicas de la personalidad y la capacidad procesal; las excepciones, su naturaleza y las
consecuencias lógico-jurídicas que se producen al decretarse la procedencia de la falta de
personalidad; las consecuencias que se producen por su presentación, así como los efectos que
tiene la declaración de falta de personalidad, y los efectos en los que se admite el recurso de
apelación.

b) A la contraparte no le asiste la razón, por las consecuencias jurídico-procesales que se


producen al decretarse la falta de personalidad de una de las partes.

En el caso que nos ocupa, la capacidad procesal se actualiza cuando se acredita la calidad de la
personalidad, es decir, que acude al juicio, quien se dice ser. La capacidad procesal deriva de la
titularidad del derecho que se hace valer o se defiende, y en el caso concreto, las personas no sólo
acuden por su propio derecho, sino también lo hacen en su calidad de accionistas.

Se tiene pues, que sólo pueden activar el proceso judicial quien tiene capacidad procesal, por lo
que la consecuencia lógica de decretar que alguien no tiene la capacidad procesal, es que se
desactive el proceso.

Así lo ha determinado la jurisprudencia de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de


la Nación, con los datos de registro y ubicación siguientes: [J]; 9a. Época; 2a. Sala; S.J.F. y su
Gaceta; Tomo VII, Enero de 1998; Pág. 351; Tesis: 2a./J. 75/97; Registro: 196956.
LEGITIMACIÓN PROCESAL ACTIVA. CONCEPTO. Por legitimación procesal activa se entiende
la potestad legal para acudir al órgano jurisdiccional con la petición de que se inicie la
tramitación del juicio o de una instancia. A esta legitimación se le conoce con el nombre de ad
procesum y se produce cuando el derecho que se cuestionará en el juicio es ejercitado en el
proceso por quien tiene aptitud para hacerlo valer, a diferencia de la legitimación ad causam
que implica tener la titularidad de ese derecho cuestionado en el juicio. La legitimación en el
proceso se produce cuando la acción es ejercitada en el juicio por aquel que tiene aptitud
para hacer valer el derecho que se cuestionará, bien porque se ostente como titular de ese
derecho o bien porque cuente con la representación legal de dicho titular. La legitimación ad
procesum es requisito para la procedencia del juicio, mientras que la ad causam, lo es para
que se pronuncie sentencia favorable.

En esa misma tesitura, se debe dejar el claro, que siendo la legitimación procesal un requisito
previo, las consecuencias de declararse procedente, es que el juicio no pueda iniciarse, o bien si
ya inició, tenga por efecto que se desactive. La desactivación es dilatoria, porque en algunas
ocasiones puede subsanarse, sin embargo no se puede continuar hasta en tanto no se subsane. La
desactivación del juicio puede consistir en sobreseer, cuando la omisión no fue subsanada, o no es
subsanable, como sucede en el presente caso.

Sirve de criterio orientador la siguiente tesis: [TA]; 9a. Época; T.C.C.; S.J.F. y su Gaceta; Tomo
XIV, Diciembre de 2001; Pág. 1751; Tesis: V.3o.8 C; Registro: 188187. LEGITIMACIÓN
PROCESAL. DEBE REALIZARSE SU ANÁLISIS EN LA ALZADA, SI ES MATERIA DE AGRAVIO. La
legitimación procesal de las partes es un presupuesto procesal sin el cual no puede iniciarse
ni tramitarse de manera válida el juicio. Luego, si bien es cierto que el juzgador de primera
instancia debe estudiarla oficiosamente, también lo es que el tribunal de segunda instancia
sólo puede abordar el examen de tal aspecto, siempre y cuando en el pliego de agravios se
cuestione aquélla, aun cuando no se impugne oportunamente en el curso del mismo
procedimiento, pues la ausencia del aludido presupuesto impide que el juicio tenga
existencia jurídica y validez formal.
Luego pues, ha quedado claro que la personalidad es un presupuesto procesal que de no
acreditarse, consiste en un obstáculo legal que impide continuar con la secuela del juicio, por lo
que la resolución de no continuar el juicio está apegada a derecho.

Tercer motivo de improcedencia. La contraparte confunde los efectos de no suspender el


procedimiento al interponerse el incidente de falta de personalidad y al interponerse el recurso de
apelación.

La contraparte no solo confunde los efectos señalados en el párrafo anterior, sino que intenta
engañar a su señoría con argumentos falaces, como se advertirá a continuación.

En el último párrafo del agravio planteado, la contraparte sostiene que, el juez, “al no dictar la
sentencia se vulneran los preceptos legales antes invocados ya que la ley es muy clara al precisar
que la resolución de una excepción de falta de personalidad que declara su procedencia no
suspende el procedimiento y la apelación que se interponga será admitida en el efecto devolutivo,
por tanto el juzgador está vulnerando el artículo 1129…”. (Código de Comercio)

Ahora bien, la contraparte falazmente sostiene que según el artículo 1129, -la resolución de una
falta de excepción de falta de personalidad que declara su procedencia no suspende el
procedimiento- sin embargo, como se puede advertir de una simple lectura, el numeral en cita, ni
remotamente dice lo que la contraparte sostiene.

Véase que el artículo 1129 alude al inicio del procedimiento, y, a que la resolución que se dicte
será apelable en el efecto devolutivo, pero jamás dice que la resolución que se dicte no suspende
el procedimiento, por el contrario, esos son los efectos de la resolución, de lo contrario se
desvirtuaría la naturaleza jurídica de los recursos procesales.

Se dice lo anterior, porque lo que el artículo 1129 establece, es que la interposición del incidente
de falta de personalidad no suspenderá el procedimiento, y esto es porque en ciertas materias
dicho incidente sí suspende el procedimiento, incluso lo califica como de previo y especial
pronunciamiento, y la no suspensión del procedimiento es para impedir que los litigantes
interpusieran argucias para retardar el procedimiento, sin embargo, una vez que está decretada la
falta de personalidad y realizada la consideración de que está no es subsanable, el asunto debe
sobreseerse.

Luego entonces, el numeral 1129 se refiere a la interposición y no a la resolución del incidente de


falta de personalidad.

En esa tesitura, los efectos de declarar la falta de personalidad de la actora, se convierte en un


obstáculo formal que impide continuar la secuela del juicio, en otras palabras, se desactiva el juicio
y no se puede reactivar hasta en tanto el actor acredite su personalidad, en el caso que fuera
subsanable; sin embargo el juez determinó que la calidad especifica de accionista no podía ser
subsanable.

El efecto lógico-juridico de decretar la falta de personalidad, como bien lo dijo el juez, es no


proseguir el juicio, es decir, es una sentencia que determina un NO HACER, y el no hacer consiste
en no proseguir el juicio.
Así las cosas, el artículo 1129 aludido establece un sistema de impugnación claro, por ello, también
establece que el recurso de apelación se admitirá en efecto devolutivo, porque si se decretó la
falta de personalidad, entonces, por lógica, no puede suspender un acto negativo, es decir, que si
el efecto lógico-jurídico de la falta de personalidad es un NO HACER, luego entonces, carecía de
sentido que la interposición de apelación pudiera suspender una acto negativo, como lo es la
negativa de proseguir el juicio, que es una consecuencia de la falta de personalidad.

Cabe advertir, que cuando se decreta la falta de personalidad del actor, las consecuencias jurídicas
son NO CONTINUAR con la secuela procesal, decretando el sobreseimiento, como lo fue en el
presente caso, o bien, otorgando un plazo determinado, cuando sea subsanable, cuestión que en
el caso no acontece.

Por tanto, el juez está obligado a acatar el último párrafo del artículo 1129 que establece que:
“La falta de capacidad del actor obliga al juez a dar por sobreseído el juicio.”

Luego entonces, es claro que siendo la personalidad un presupuesto procesal, no se puede


continuar con ninguna etapa del proceso.

Cuarto motivo de improcedencia.


El recurso resulta improcedente, aunado a lo dicho en conceptos anteriores, porque la falta de
capacidad procesal (porque la persona no acredita tener el carácter con el cual comparece, es
decir, de accionista) es una excepción procesal que se debe analizar anterior al análisis de cosa
juzgada, es decir, una vez que se reconoce la personalidad y la capacidad de las partes se inicia la
relación procesal entre las partes, y una vez esto, se puede resolver si la presente relación ya fue
objeto de las consecuencias de la cosa juzgada; sin embargo, cuando aún no se entabla dicha
relación entre las partes, es imposible entrar al análisis de cosa juzgada porque es indispensable
verificar la identidad de los sujetos procesales legitimados para actuar en el juicio.

Así las cosas, por ser la personalidad y la capacidad un presupuesto procesal que impide continuar
con la secuela del juicio y que dilata resolver el fondo del asunto, es obvio que no se puede
resolver hasta en tanto no quede resuelto en definitiva la relación jurídica procesal, es decir, que
las partes tengan acreditada debidamente el carácter con el que comparecen a juicio, o bien, si no
lo tienen, pues en obvio de repetición, tal dilación tiene como consecuencia que se sobresea el
juicio, por las razones expuestas.

Lo anterior es así, pues como es de explorado derecho, la cosa juzgada es una institución jurídica
que crea certeza en las relaciones jurídicas, donde se verifica que determinado asunto haya sido
resuelto con anterioridad, de manera principal o accesoria. En la cosa juzgada el asunto y las
partes son idénticas; sin embargo, para afecto entrar al análisis de cosa juzgada, es requisito
indispensable, como ya se dijo, que las partes acrediten su personalidad, porque de lo contrario,
no tendría sentido declarar la cosa juzgada en un juicio, y posteriormente dejarse sin efecto al
declararse la falta de personalidad.

Luego, un requisito indispensable para estudiar la cosa juzgada, es que las partes sean idénticas, y
aquí se ha resuelto que una de ellas no ha acreditado su personalidad, es obvio pues, que la falta
de personalidad impide entrar a estudio de las demás excepciones.
En ese sentido, cabe señalar, que si la contraparte llegase a acreditar su personalidad, el juez está
obligado a entrar el estudio del resto de las excepciones, y entonces tendrá que resolver, antes de
entrar el fondo del asunto, la excepción de cosa juzgada; sin embargo, hasta este momento, el
juez no le puede proveer promoción alguna, a una parte que ha sido declarada sin personalidad,
y el juzgador, como bien lo hizo, debe remitir todas las promociones presentadas por la
contraparte, a la resolución de once de febrero, so pena de proveer ilegalmente y darle
participación a personas que no tienen la capacidad procesal para actuar en el juicio.

Entonces, no se puede resolver un recurso donde al promovente no se le tiene reconocida la


personalidad, cuestión que de hacerse, sí acarrearía responsabilidad administrativa del juez, y
no como lo sostiene la contraparte.

Solo para ejemplificar este motivo de improcedencia, el juez tendría que formularse la siguiente
interrogante: ¿con qué personalidad de la contraparte se va a proceder a analizar el presente
recurso?

La obviedad es tan simple, que incluso, por costumbre jurídica, todos los litigantes, al promover
cualquier escrito, insertan la frase, “personalidad reconocida en autos”; lo anterior, como bien lo
sabe el juez, porque ninguna persona a la que no se le tenga reconocida la personalidad puede
válidamente promover escrito o recurso dentro de un juicio, y en el caso que nos ocupa, tan lo
sabe la contraparte, que omitió insertar la frase referida en el proemio del recurso, lo que
significa que la contraparte intenta que el juez cometa un acto ilegal.

Lo anterior es así, porque el último enunciado del artículo 1129 establece que: “La falta de
capacidad del actor obliga al juez a dar por sobreseído el juicio.” Y en este caso el juez decretó la
falta de personalidad por no acreditar el carácter con el que comparece, es decir su calidad de
accionistas, y que tal error u omisión no puede subsanarse en el juicio.

Para efecto de que la contraparte no confunda los términos utilizados en este escrito, es necesario
explicar que la dilación es una figura teórica que consiste en dilatar el análisis del fondo del
asunto, pero no lo debe confundir con dilatar el procedimiento o suspenderlo; luego, la dilación
se refiere a que si el juez declara no acreditada la personalidad, y esta se clasifica como no
subsanable, entonces debe de sobreseer la causa, es decir, dar por concluido el procedimiento,
porque no se puede continuar un asunto con una sola parte, a menos que la falta de personalidad
se decrete en perjuicio del demandado en la causa principal, lo cual tendría como resultado que el
juicio se siga en rebeldía, lo que en este caso no acontece.

Por lo expuesto solicito:

Primero. Tenerme contestando en tiempo y forma el recurso de revocación.

Segundo. Decretar improcedente al presente recurso por las consideraciones vertidas en el


presente escrito.

Amatlan de Cañas, Nayarit, a 18 de noviembre de 2013


___________________________
Francisco Javier Soto Ron
Con la calidad reconocida en autos

También podría gustarte