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N° de cuenta: 201410040245
28 de febrero de 2023
Introducción
En 2022 el mundo tiene más certezas sobre los desafíos a los que se enfrenta y es más
consciente de su vulnerabilidad e interdependencia. El futuro siempre es incierto, pero
la incertidumbre ahora no es tanto sobre el qué, sino sobre el cómo, el quién y el hasta
cuándo. No es un problema de diagnóstico. Sobran datos y conclusiones sobre la
trascendencia del momento actual, y de las grandes transiciones en curso como la
digital, la verde o la laboral. Sin embargo, la incapacidad para llevarlas a cabo de forma
colectiva e inclusiva nos sitúan en un escenario de fractura. El debate se centra en
saber dónde están los límites de una posible irreversibilidad, qué tipo de liderazgo está
mejor preparado o goza de mayor legitimidad para pilotar estas transformaciones y cuál
es la mejor fórmula para gestionar este proceso de cambio con los menores costes
sociales posibles.
Los avances en materia de vacunación deberían garantizar que en algún momento del
año –quizás más tarde de lo esperado inicialmente– se pueda hacer el recuento de
daños y mirar hacia delante. Así pues, uno de los grandes temas del año será la tan
ansiada recuperación y todo aquello que puede frustrarla (precios, tensiones
geopolíticas, malas noticias en el ámbito sanitario). En este proceso de arranque
pospandémico será evidente que el mundo no solo avanza a distintas velocidades, sino
que hay retrocesos para algunos colectivos, por ejemplo, en movilidad y crisis
humanitarias. Y una de las preguntas más recurrentes que se oirá este año será si del
shock de la pandemia hemos aprendido a afrontar los retos globales con más
anticipación, ambición y solidaridad.
Recuperación económica
Una ausencia total de ética en ingeniería, que ha llevado ya a la dimisión no solo del
CEO de la compañía, sino también de cargos como el director de I+D en Audi o el
responsable de motores en Porsche, que puede llegar a más marcas, y que únicamente
deja una evidencia clara: es completamente imposible que el departamento de RSC no
supiese nada de todo esto. La cadena de mando que lleva desde el desarrollo de las
líneas de software que establecían la condición que ponía el vehículo en modo test de
emisiones y que lo devolvían a modo circulación, al «modo sucio» cuando el test
terminaba están perfectamente auditadas, y las pruebas internas completamente
documentadas: todas las responsabilidades pueden ser trazadas, y abarcan ya no a
toda la compañía, sino a todo el grupo. Una demostración más de que la única manera
de hacer software es hacerlo abierto, que cualquiera pueda inspeccionar su código: el
software se ha convertido en el verdadero punto débil que escapa al control.
Si eres directivo de RSC, lo mínimo que deberías hacer al ver el caso Volkswagen es
pensar hasta qué punto no estás siendo tú tan idiota, tan ciego o tan sinvergüenza
como tu colega de Volkswagen. ¿Estás en tu cargo simplemente para «hacer que las
cosas parezcan bonitas, aunque no lo sean»? ¿Estás dispuesto a mentir, a disfrazar, a
maquillar o hasta a matar a personas a cambio de un beneficio un poco más
sustancioso? ¿Qué va primero en tu escala de valores, la sostenibilidad de tu compañía
o la del planeta? ¿Qué es más importante, unos cuántos miles de muertos por
enfermedades respiratorias o por cáncer, o el trono mundial de la industria
automovilística?
La RSC ha fracasado. La evidencia del caso Volkswagen es tan importante, tan palmaria
y tan brutal que debería llevar a que todas las compañías revisasen sus prioridades y
repensasen el funcionamiento de ese departamento. Que se preguntasen si algo así
podría llegar a ocurrir en su empresa, porque es muy posible que se encuentren con un
sí tan triste como atronador. Que su empresa esté tan dispuesta a engañar, mentir y
matar a personas a cambio de un beneficio empresarial como lo ha estado Volkswagen.
Que sus directivos de RSC sean en realidad tan irresponsables como los de la marca
alemana. Si eso no es suficiente como para plantearse que algo están haciendo muy,
muy mal… mejor péguense figurativamente un tiro. Será una bala social, corporativa y
responsablemente bien utilizada.
a) ¿Cuáles cree que son las causas de la mayoría de los casos de corrupción y
escándalos empresariales que hemos vivido en los últimos años?
En los casos de corrupción, sus orígenes son diversos: ambición desmedida, falta de
cierta previsión y control efectivo, etc. Estamos en un sistema de capitalismo temerario
e imprudente, que se ha convertido en el objetivo principal de muchas organizaciones
en este mundo que quieren aumentar su capital o sus ganancias. El poder del gobierno
está mal administrado porque los políticos hacen lo que quieren con el gobierno, por lo
que las tasas impositivas para las empresas son muy altas, por lo que es mejor que las
empresas se dediquen a actividades ilegales y corruptas para obtener una mejor fuente
de ingresos, porque si lo hacen honestamente, será capaz de contraatacar el Gobierno.
b) ¿Se podría afirmar que los principios que rigen la lógica empresarial son
totalmente independientes de los principios éticos de las personas y la
sociedad en que las empresas operan?
c) ¿Qué papel cree que desempeña las convicciones y valores personales del
directivo en la gestión de la empresa?