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Las celdas electroquímicas fueron desarrolladas a finales del siglo XVIII por
los científicos Luigi Galvani y Allesandro Volta por lo que también se las
denomina celda galvánica o voltaica en su honor.
M ———> M+ + 1e-
M+ + 1e- ———> M
1. Celda Galvánica.
Recordemos que:
Los electrones quedan libres a medida que el zinc metálico se oxida en el ánodo; fluyen a
través del circuito externo hacia el cátodo, donde se consumen conforme el Cu2+(ac) se
reduce.
Puesto que el Zn(s) se oxida en la celda, el electrodo de zinc pierde masa y la concentración
de Zn2+(ac) en la solución aumenta con el funcionamiento de la celda. De manera similar, el
electrodo de cobre gana masa y la solución de Cu2+(ac) se hace menos concentrada a
medida que el éste se reduce a Cu(s).
Debemos tener cuidado de los signos que adjudicamos a los electrodos de una celda
voltaica. Hemos visto que se liberan electrones en el ánodo conforme el zinc se oxida y
fluyen al circuito externo. Puesto que los electrones tienen carga negativa, adjudicamos un
signo negativo al ánodo. Por el contrario, los electrones fluyen hacia el cátodo, donde se
consumen en la reducción del cobre. En consecuencia, se confiere un signo positivo al
cátodo porque parece atraer a los electrones negativos.
Un puente salino se compone de un tubo en forma de "U" que contiene una solución
muy concentrada de un electrólito, (por ejemplo: NaNO3(ac), NH4NO3(ac), NaCl(ac), KNO3(ac),
entre otros) cuyos iones no reaccionan con los otros iones de la celda ni con el material de
los electrodos.
Es el proceso que utiliza energía eléctrica para inducir una reacción redox que no es
espontánea. Se lleva a cabo en celdas electrolíticas, que son impulsadas por una fuente
externa, (una batería u otra fuente de corriente eléctrica), que actúa como una bomba de
electrones, como se muestra en el siguiente esquema:
revestimiento de autopartes
joyería
refinamiento de metales
galvanoplastía en general
Tipo de electrólisis
Para entender esto cabalmente, hará falta revisar el experimento de Faraday: una batería
aportaba corriente a una bobina pequeña, creando un campo magnético a través de las
espiras de la bobina (cables metálicos enrollados sobre su propio eje). Cuando esta bobina
se movía dentro y fuera de una más grande, su campo magnético (cambiante en el tiempo
por el movimiento) generaba
un voltaje en la bobina grande que podía medirse con un galvanómetro.
Investigación 6: Calorimetría
Calorimetría directa
Como veremos a continuación, este concepto se puede estudiar desde dos perspectivas
calorimetría directa, la cual abre las puertas a la medición de la energía que el cuerpo
humano genera a lo largo de las dos fases principales de su día a día: el reposo y el
esfuerzo.
El término directa nos indica que la medición se tiene que llevar a cabo
en condiciones poco naturales, ya que la persona debe estar en una campana capaz
quema a cada momento. Esto no sería posible, por ejemplo, en plena práctica de un
deporte.
Además, no sólo no se puede aplicar a una situación cotidiana o normal, sino que tiene un
coste altísimo y no se puede usar en cualquier clínica. En otras palabras, este tipo de
Calorimetría indirecta
económico y de infraestructura a la directa. Para evitar las exigencias del otro tipo de
de nitrógeno para estimar el calor producido por un ser vivo. Existen distintas formas de
Un médico, por ejemplo, puede indicarle a una persona que utilice un medidor
otros trastornos.
Investigación 7: bomba calorimétrica
La bomba calorimétrica permite la determinación del poder calorífico específico de una
muestra, llevando a cabo su combustión en atmósfera de oxígeno. Para ello es necesario
conocer la capacidad calorífica del sistema, la masa de muestra y el incremento de
temperatura que origina la combustión en la celda de medición del calorímetro. En
ocasiones es necesario corregir el valor de poder calorífico mediante la determinación de la
denominada energía de extraños, en la que intervienen los medios de ignición, las
sustancias auxiliares a la combustión y la formación y disolución de ácidos nítrico y
sulfúrico, que pueden ser cuantificados mediante valoración o conociendo el análisis
elemental de la muestra.
Investigación 8: gases
QUE SON LOS GASES Y TIPOS
Se denomina gas al estado de agregación de la materia en el que las sustancias no tienen
forma ni volumen propio, adoptando el de los recipientes que las contienen. Las moléculas
que constituyen un gas casi no son atraídas unas por otras, por lo que se mueven en el vacío
a gran velocidad y muy separadas unas de otras, explicando así las propiedades:
-Las moléculas de un gas se encuentran prácticamente libres, de modo que son capaces de
distribuirse por todo el espacio en el cual son contenidos. Las fuerzas gravitatorias y de
atracción entre las moléculas son despreciables, en comparación con la velocidad
a que se mueven las moléculas.
-Los gases ocupan completamente el volumen del recipiente que los contiene.
-Los gases no tienen forma definida, adoptando la de los recipientes que las contiene.
-Pueden comprimirse fácilmente, debido a que existen enormes espacios vacíos entre unas
moléculas y otras.
GASES REALES
Si se quiere afinar más o si se quiere medir el comportamiento de algún gas que escapa al
comportamiento ideal, habrá que recurrir a las ecuaciones de los gases reales, que son
variadas y más complicadas cuanto más precisas.
Los gases reales no se expanden infinitamente, sino que llegaría un momento en el que no
ocuparían más volumen. Esto se debe a que entre sus partículas, ya sean átomos como en
los gases nobles o moléculas como en el (O2) y la mayoría de los gases, se establecen unas
fuerzas bastante pequeñas, debido a los cambios aleatorios de sus cargas electrostáticas, a
las que se llama fuerzas de Van der Waals.
El comportamiento de un gas suele concordar más con el comportamiento ideal cuanto más
sencilla sea su fórmula química y cuanto menor sea su reactividad ( tendencia a formar
enlaces). Así, por ejemplo, los gases nobles al ser moléculas monoatómicas y tener muy
baja reactividad, sobre todo el helio, tendrán un comportamiento bastante cercano al ideal.
Les seguirán los gases diatómicos, en particular el más liviano hidrógeno. Menos ideales
serán los triatómicos, como el dióxido de carbono; el caso del vapor de agua aún es peor, ya
que la molécula al ser polar tiende a establecer puentes de hidrógeno, lo que aún reduce
más la idealidad. Dentro de los gases orgánicos, el que tendrá un comportamiento más ideal
será el metano perdiendo idealidad a medida que se engrosa la cadena de carbono. Así, el
butano es de esperar que tenga un comportamiento ya bastante alejado de la idealidad. Esto
es porque cuanto más grande es la partícula constituyente del gas, mayor es la probabilidad
de colisión e interacción entre ellas, factor que hace disminuir la idealidad. Algunos de
estos gases se pueden aproximar bastante bien mediante las ecuaciones ideales, mientras
que en otros casos hará falta recurrir a ecuaciones reales muchas veces deducidas
empíricamente a partir del ajuste de parámetros.
También se pierde la idealidad en condiciones extremas, como altas presiones o bajas
temperaturas. Por otra parte, la concordancia con la idealidad puede aumentar si trabajamos
a bajas presiones o altas temperaturas. También por su estabilidad química.
COMPORTAMIENTO DE LOS GASES
Para el comportamiento térmico de partículas de la materia existen cuatro cantidades
medibles que son de gran interés: presión, volumen, temperatura y masa de la muestra del
material (o mejor aún cantidad de sustancia, medida en moles). Cualquier gas se considera
como un fluido, porque tiene las propiedades que le permiten comportarse como tal.
Sus moléculas, en continuo movimiento, colisionan elásticamente entre sí y contra las
paredes del recipiente que contiene al gas, contra las que ejercen una presión permanente.
Si el gas se calienta, esta energía calorífica se invierte en energía cinética de las moléculas,
es decir, las moléculas se mueven con mayor velocidad, por lo que el número de choques
contra las paredes del recipiente aumenta en número y energía. Como consecuencia la
presión del gas aumenta, y si las paredes del recipiente no son rígidas, el volumen del gas
aumenta.
Un gas tiende a ser activo químicamente debido a que su superficie molecular es también
grande, es decir, al estar sus partículas en continuo movimiento chocando unas con otras,
esto hace más fácil el contacto entre una sustancia y otra, aumentando la velocidad de
reacción en comparación con los líquidos o los sólidos. Para entender mejor el
comportamiento de un gas, siempre se realizan estudios con respecto al gas ideal, aunque
éste en realidad nunca existe y las propiedades de este son:
Una sustancia gaseosa pura está constituida por moléculas de igual tamaño y masa. Una
mezcla de sustancias gaseosas está formada por moléculas diferentes en tamaño y
masa. Debido a la gran distancia entre unas
moléculas y otras y a que se mueven a gran
velocidad, las fuerzas de atracción entre las moléculas se consideran despreciables. El
tamaño de las moléculas del gas es muy pequeño, por lo que el volumen que ocupan las
moléculas es despreciable en comparación con el volumen total del recipiente. La
densidad de un gas es muy baja. Las moléculas de un gas se
encuentran en constante movimiento a gran velocidad, por lo que chocan elásticamente de
forma continua entre sí y contra las paredes del recipiente que las
contiene. Para explicar el comportamiento de los gases, las
nuevas teorías utilizan tanto la estadística como la teoría cuántica, además de experimentar
con gases de diferentes propiedades o propiedades límite, como el UF6, que es el gas más
pesado conocido.
Un gas no tiene forma ni volumen fijo; se caracteriza por la casi nula cohesión y la gran
energía cinética de sus moléculas, las cuales se mueven.