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AGILIDAD EMOCIONAL

LA AGILIDAD EMOCIONAL se trata de poner una pausa entre los


pensamientos y las acciones, permitiéndonos tener un espacio para hacer
elecciones más inteligentes y con las intenciones adecuadas
La agilidad emocional es la capacidad de crear un espacio entre el estímulo y
la respuesta, entre pensamiento y acción, entre el detonador que activa
nuestra respuesta inconsciente y la elección de nuestra conducta en base a
nuestra necesidad consciente y la demanda del entorno. Es crear un espacio
entre el instante en que una persona cuestiona nuestra idea y la elaboración
de una respuesta asertiva
La agilidad emocional es nuestra capacidad de conectar con nuestro mundo
interior. La agilidad emocional es la capacidad de convivir con nuestros
pensamientos, emociones y recuerdos de forma saludable, de manera que
esto nos ayude a vivir siendo coherentes con nuestros valores.
Debemos empezar a dejar de sentirnos mal por simplemente sentir, si
sentimos tristeza muchos lo asocian a debilidad, si algo no nos gusta lo mejor
será expresarlo para no crear sentimientos dentro de nosotros como la ira
que se produce gracias a la frustración, incluso hemos olvidado expresar
libremente nuestro amor hacia los demás por miedo a sentirnos débiles, pasa
mucho en las relaciones de pareja actualmente, en dónde se prefiere
reprimir antes de demostrar y manifestar de forma pura un sentimiento.
El no aprender el manejo de las emociones, nos vuelve más débiles, incluso
nos perjudica enormemente nuestra salud mental y física.
Es malo embotellar tus emociones porque es como el agua que se queda
estancada. después de un tiempo huele muy mal y lo único que hace es daño.
Vivimos en una tiranía de la positividad, asegura la psicóloga estadounidense
Susan David: La sociedad exige que los enfermos se mantengan optimistas,
que las mujeres no muestren ira y que los hombres no lloren. Según sus
investigaciones, la mayor parte de las personas se juzgan a sí mismas por
tener emociones negativas, como el enfado, la decepción o la tristeza. Pero
reprimir o negar estas emociones las hace más fuertes, y nos conduce al
bloqueo. Para ella la clave está en la llamada ‘Agilidad emocional’: Ser
emocionalmente ágiles significa aprender a convivir con nuestras emociones,
pensamientos y recuerdos de forma saludable. Siendo, además, coherentes
con nuestros valores.
Es posible mantener una relación sana con nuestras emociones mediante la
agilidad emocional y sacar los mejor de nosotros. Vivimos en un mundo que
no nos prepara para desarrollar las capacidades más esenciales que
necesitamos como seres humanos, como, por ejemplo: cómo cuidar de
nosotros mismos, que es un punto fundamental que conecta con todos los
aspectos de nuestra vida. 

Lo contrario a la agilidad emocional es la rigidez emocional, que es cuando


nuestros pensamientos y emociones negativas o incomodas nos dirigen a
actuar de una manera que no se corresponde con nuestros valores. Es
importante encontrar los indicadores que permiten a las personas a lidiar con
sus circunstancias de manera saludable y útil. Y cuáles son los indicadores
que hacen que las personas se queden atascadas en un pozo sin fondo. 

Es importante expresar las emociones, no bloquearlas o encapsularlas, más


bien aceptarlas. Esto es reconocer nuestro sentir y estar dispuestos a
reconocer que como seres humanos tenemos una gama distinta de
emociones. Unas son positivas o agradables y otras negativas o
incomodas. Todas nos son útil.

Son adaptivas
Todas las emociones son útiles
Expresar: mostrar lo que sientes, las emociones, de forma tal que exista una
comunicación con el entorno.
Nombrar la emoción: poder alejarse, tomar distancia, que consiste en ver las
emociones desde un lado más objetivo
Ir en dirección de lo que valoramos: cuestionarnos si estamos siendo quienes
queremos ser y si estamos enfocados en función de nuestros valores
Hacer lo que valoramos: Avanzar, implica de qué forma se hacen los cambios,
que medidas debemos tomar para estar conectados con lo que deseamos y
valoramos
Es importante poder lidiar con las emociones y enseñarles a los niños a tener
el criterio de identificarlas y manejarse ante ellas, ya que a futuro les dará
herramientas para lidiar con la sociedad y los cambios en el mundo. 

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