La autoconciencia significa tener un profundo entendimiento de nuestras
emociones, fortalezas, debilidades, necesidades e impulsos. Las personas con una fuerte autoconciencia no son demasiado críticas ni tampoco tienen esperanzas irreales. Más bien, son honestos consigo mismas y con los demás. Aquellos con un alto grado de autoconciencia reconocen cómo sus sentimientos los afectan a sí mismos, a otras personas y al desempeño en el trabajo. Así, una persona autoconsciente que sabe que las fechas límite despiertan lo peor de sí misma, planea su tiempo cuidadosamente y realiza su trabajo con anterioridad. Una persona con un alto nivel de autoconciencia será capaz de trabajar junto con un cliente exigente. Entenderá el impacto de éste en su temperamento y las razones profundas de sus frustraciones.
Auto-regulación
Implica la capacidad de controlar los impulsos y las emociones de una
forma asertiva y correcta para evitar vivir a merced de los instintos más primarios. Es decir, saber reaccionar apropiadamente durante una crisis o un momento puntual y controlar nuestros impulsos emocionales; pensar antes de actuar. Gracias al autocontrol emocional, podemos regular nuestras respuestas emocionales reaccionando de manera adecuada ante los acontecimientos que nos depara la vida, de manera que podemos adaptarnos mejor al entorno que nos rodea. Las personas con altas capacidades de autocontrol suelen tener altos niveles en confiabilidad, apertura al cambio o conformidad con la ambigüedad. Motivación
La motivación es un proceso psicológico que comprende la habilidad de
dirigir nuestros estados emocionales hacia una meta u objetivo determinado, siempre con un foco positivo y con mucha energía. Gracias a la motivación, también nos podemos recuperar más fácilmente de contratiempos de la vida, encontrar soluciones rápidamente y volver a encaminarnos hacia nuestras metas, siendo más persistentes y enfáticos. La falta de motivación se traduce en aburrimiento, cansancio, rutina entendida de una forma negativa, tristeza. En cambio, tener una razón para luchar se transforma en un motor para vivir.
Empatía
La empatía es el reconocimiento de las emociones y de los sentimientos
ajenos; es ponernos en el lugar del otro. Gracias a esta habilidad, somos capaces de entender e interiorizar las emociones de los demás a partir de la expresión emocional que estos que nos muestran. Saber cómo se siente otra persona mediante la comprensión de sus gestos y expresiones, es una capacidad que favorece la comprensión mutua y nos permite tener más y mejores relaciones interpersonales.
Habilidades Sociales
Las habilidades sociales son el conjunto de capacidades que nos permiten
dar respuestas adecuadas al entorno y relacionarnos mejor con las personas que nos rodean. Son la clave para un buen desarrollo personal y profesional. Gracias a ellas, podemos comunicarnos de manera más asertiva, dando a conocer nuestras necesidades para que quienes nos rodean entiendan mejor cómo nos sentimos. Unas buenas habilidades sociales nos permiten establecer contacto con los demás de forma profunda. Es decir, propician relaciones sanas, nutriendo y enriqueciendo nuestro espacio social. Serán una ayuda inestimable a la hora de trasmitir nuestros pensamientos, acuerdos o desacuerdos.