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Trabajo Fin de Grado

Las pensiones mínimas en España: características,


composición y adecuación

Minimum pensions in Spain: characteristics,


composition and adequacy

Autor/es

Beatriz Sánchez Gracia

Director/es

Eduardo Bandrés Moliné

Facultad de Economía y Empresa


2020
RESUMEN

El sistema de pensiones de la Seguridad Social es un sistema de reparto en el que la


población activa cotiza a lo largo de su vida laboral y genera una serie de derechos que
le permiten posteriormente recibir una pensión contributiva. En ocasiones, las carreras
de cotización dan lugar a pensiones en cuantías bajas, bien porque se ha cotizado
durante poco tiempo o porque las bases de cotización fueron limitadas. Para evitar que
la cuantía de las pensiones no cubra unos mínimos necesarios para proporcionar un
nivel de vida digno, se regulan los denominados complementos por mínimos, que
elevan la cuantía de la pensión contributiva hasta unos determinados niveles. A pesar de
todo, las denominadas pensiones mínimas contributivas no solucionan el nivel de
pobreza de todos los individuos mayores de 65, ya que los que están en riesgo de
pobreza suelen ser aquellos que no cotizaron suficiente para tener derecho a una pensión
contributiva. En todo caso, los complementos por mínimos se configuran como un
elemento fundamental del sistema de pensiones contributivas para alcanzar un nivel de
vida adecuado a miles de pensionistas españoles.

Palabras clave: Pensiones mínimas, complementos por mínimos, pobreza, adecuación


de pensiones.

ABSTRACT

The social security pension system is a pay-as-you-go system in which the working
population pays contributions throughout their working lives and generates a series of
rights that subsequently enable them to receive a contributory pension. Sometimes
contribution careers lead to low pensions, either due to a short period of contribution or
because the contribution bases were limited. In order to prevent the amount of pensions
not covering the minimum necessary to provide a decent level of living, so-called
minimum supplements are regulated, which raise the amount of the contributory
pension to certain levels. However, so-called contributory minimum pensions do not
solve the poverty level of all individuals over 65, as those at risk of poverty are often
those who did not contribute enough to qualify for a contributory pension. In any case,
supplements for minimums are a fundamental element of the contributory pension
system for achieving an adequate standard of living for thousands of Spanish
pensioners.
Key words: Minimum pensions, minimum complements, poverty, adequacy of
pensions.

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ÍNDICE DE CONTENIDOS

1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 4

2. CARACTERÍSTICAS Y FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA DE PENSIONES

EN ESPAÑA .................................................................................................................... 5

3. ANÁLISIS DE LAS PENSIONES MÍNIMAS Y LOS COMPLEMENTOS POR

MÍNIMOS EN ESPAÑA ............................................................................................... 11

3.1 NORMATIVA SOBRE COMPLEMENTOS POR MÍNIMOS........................... 12

3.2 UNA COMPARATIVA DE LAS PENSIONES MÍNIMAS CON EUROPA .... 14

3.3 COMPOSICIÓN DE LAS PENSIONES MÍNIMAS .......................................... 16

4. PENSIONES MÍNIMAS Y TASAS DE POBREZA ................................................. 20

5. CONCLUSIONES ...................................................................................................... 26

BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................ 27

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1. INTRODUCCIÓN

El estudio sobre las pensiones mínimas en España resulta interesante ya que, en los
últimos años, cada vez hay más quejas y reivindicaciones por parte de los pensionistas
en relación con la adecuación en las cuantías de sus pensiones. Sin embargo, la
población mayor de 65 años es la que menos se encuentra en niveles altos de pobreza.
Esto se debe a que dicho sector de la población en general está cubierto por las
prestaciones que financia el Estado (pensiones no contributivas) y la Seguridad Social
(pensiones contributivas), aunque en determinados individuos dicha cuantía no llegue a
ser suficiente y deba ser completada con complementos que también son financiados
por el Estado.

Este trabajo comienza con un apartado, el segundo, en el que se explica la historia y


evolución de la Seguridad Social, con sus correspondientes leyes aprobadas, la creación
del Pacto de Toledo y las reformas de 2011 y 2013. Con ello analizo el concepto de
pensión, centrándome en la contributiva por jubilación y viudedad.

El tercer apartado es el núcleo del trabajo, que consiste en un análisis sobre la normativa
de las pensiones mínimas y los complementos por mínimos en España, indicando cuáles
son los requisitos para tener el derecho a obtenerlos. En él hago una comparativa con
algunos países de Europa, mostrando los regímenes que tienen implantados en cuanto a
pensiones mínimas y asistencia social a mayores. Además realizo un estudio sobre la
composición de las pensiones mínimas con complementos en España, utilizando datos
como el gasto por parte del Estado en dichos complementos o el porcentaje de
pensiones que contienen complementos por mínimos en cada comunidad autónoma.
Para este punto he usado datos del informe de adecuación a las pensiones (2018), las
estadísticas de la Seguridad Social y su Presupuesto para 2019.

Por último, en el cuarto apartado, para ver el número de pensiones concedidas según el
tramo de cuantía, he utilizado las estadísticas de la Seguridad Social (2019). También he
estudiado el porcentaje de población mayor de 65 años que se encuentra en pobreza,
utilizando datos del Instituto Nacional de Estadística (2020) y fijándome sobre todo en
los dos primeros deciles, ya que son los que incluyen a la población con más riesgo de
pobreza del país.

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2. CARACTERÍSTICAS Y FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA DE
PENSIONES EN ESPAÑA

Un sistema general de pensiones puede organizarse bien mediante el sistema de reparto


o bien mediante el sistema de capitalización. Este último consiste en que los individuos
aportan a su propio plan de pensiones mientras trabajan, generando así ingresos para
cuando se jubilen. De esta manera, el individuo realiza aportaciones voluntarias al
sistema, con el objetivo de generar un capital acumulado, que dependerá de las
aportaciones realizadas y de la tasa de rentabilidad. En España este sistema se emplea
únicamente en planes privados de empresas, por lo demás funciona el sistema de
reparto, que se financia a través de las cotizaciones de empresas y trabajadores. Las
cotizaciones actuales son las que están pagando las pensiones de este mismo año, por lo
que no hay ahorro en el sistema.

La ley 193/1963, de 28 de diciembre, de Bases de la Seguridad Social se aprobó con el


fin de implantar un modelo unitario e integrado de protección social mediante la
transformación del régimen financiero de la previsión preexistente. Desde entonces,
entre sus principales medidas, destacan el comienzo del uso del principio de reparto, el
establecimiento de mínimos y máximos legales en las bases de cotización, la creación
de fondos de reserva para aquellas temporadas donde hubiera un déficit de cotización, y
la unificación financiera de todos los recursos destinados a la protección social, entre
otros. (Herce, J. y Meseguer, J.A., 2000, Barrada, A. y Gonzalo, B., 1998)
Sin embargo, pese a que el total del conjunto de esas medidas se incluyeron en la
aplicación de la Ley de Seguridad Social de 1966, no tuvieron los resultados esperados,
ya que el mantenimiento del antiguo sistema de cotización, sin acercarse a los salarios
reales de los individuos, y la carencia de garantía de revalorizaciones periódicas
concluyeron en prestaciones de cuantía y poder adquisitivo insuficientes.
Para solucionarlo se aprobó la Ley 24/1972 de Financiación y Perfeccionamiento de la
Seguridad Social, con el fin de que pensiones y salarios tuvieran una relación más
cercana. Pero esta reforma no consiguió una estabilidad financiera en el sistema.
(Seguridad Social, 2019)
Con la llegada de la democracia a España, y con ello de la Constitución de 1978, se
aprobaron determinadas reformas con el fin de asegurar la deseada estabilidad en la
Seguridad Social. El artículo 41 destaca que “los poderes públicos mantendrán un

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régimen público de Seguridad Social para todos los ciudadanos, que garantice la
asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad,
especialmente en caso de desempleo.” (BOE, 1978)
En los años 80 y 90 hubo una serie de medidas con el fin de mejorar el sistema, entre las
que podemos mencionar la revalorización de las pensiones en función de la variación
del índice de precios al consumo, modificaciones en el mercado de trabajo e
incorporación de la mujer al mundo laboral.

En 1995 se redactó el Informe para el análisis de los problemas estructurales del sistema
de la Seguridad Social y de las principales reformas que deberán realizarse, conocido
como el Pacto de Toledo, en el que se efectúan varias recomendaciones, entre las que
se pueden destacar las siguientes:
- Recomendación primera: separación y clarificación de las fuentes de
financiación. (…) Lo que se pretende con esta recomendación es distinguir las
respectivas fuentes de financiación, buscando el equilibrio económico en las
prestaciones contributivas y suficientes aportaciones del Estado para las no
contributivas, sanidad, servicios sociales y prestaciones familiares. (…)
- Recomendación segunda: constitución de reservas. Se trata de incidir en la
posibilidad de constituir unas reservas en la Seguridad Social para atenuar los
efectos de los ciclos económicos, tal y como se prevé en la propia Ley General
de la Seguridad Social. (…)
- Recomendación tercera: Mejorar las bases. En este caso, se trata de conseguir
la aplicación gradual de un único tope de cotización a todos los trabajadores (…)
de forma que las bases de cotización se adecúen a los salarios realmente
percibidos hasta un único tope máximo de cotización. (…)
- Recomendación decimoprimera: Mantenimiento del poder adquisitivo de las
pensiones. (…) Se llevará a cabo mediante un procedimiento consistente en
trabajar con el Índice de Precios al Consumo general con cláusula de la revisión
a ejercicio económico vencido.
(Blasco, 1997, p.65, 67, 81)

En octubre de 2003 se aprobó un sistema de protección para personas dependientes, en


el que se mostraba gran importancia por las carreras irregulares de cotizaciones y por la
igualdad entre hombres y mujeres.

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Sin embargo, en la reforma de 2011, el Gobierno incrementó la edad de jubilación a los
67 años progresivamente hasta 2027 y, las pensiones, en lugar de revalorizarse en
función del IPC, con la reforma de 2013 comenzaron a revalorizarse con el índice de
revalorización, de manera que “las pensiones subirán cuando el sistema tenga más
ingresos y menos gastos y bajarán cuando haya más pensionistas, más paro y más
gastos de la Seguridad Social.” (VidaCaixa, 2019). No obstante, este sistema de
revalorización también quedó suspendido en el año 2018, de manera que, la reforma de
2013 está en suspenso.

Gráfico 2.1: Distribución del número de pensiones contributivas

Fuente: elaboración propia a partir de los datos del proyecto de presupuestos de la Seguridad
Social de 2019

Observando este gráfico podemos ver que el 62% del total de pensiones contributivas en
España para 2019 fueron de jubilación, ocupando más de la mitad del total. Detrás de
las de jubilación colocamos las de viudedad, con un 24% del total. Las pensiones por
incapacidad permanente constituyen el 10% del total, y las de orfandad un 4%. Las de
favor familiares no tienen un gran peso, ya que el total del número de pensiones es de
casi 10 millones, siendo de este grupo solamente 42 mil.

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Gráfico 2.2: Distribución del número de pensiones contributivas por sexo

Fuente: elaboración propia a partir de los datos del proyecto de presupuestos de la Seguridad
Social de 2019

Fijándonos en las pensiones de viudedad, en el gráfico vemos que alrededor del 98% de
este tipo de pensiones las reciben mujeres, esto se debe a que los hombres eran los que
solían trabajar años atrás, mientras que la mujer no trabajaba y, por tanto, los que
cotizaban eran ellos, de manera que en la actualidad con la muerte del marido a la mujer
le queda este tipo de pensión.
Centrándonos en las pensiones de jubilación, los datos son distintos, los hombres tienen
un total de más de 3,5 millones de pensiones por jubilación, mientras que las mujeres no
llegan a 2,5 millones. Esto es debido a que los hombres han trabajado más años, la
incorporación de la mujer al mundo laboral ha sido tardía, por lo que estas no han
cotizado tantos años y no todas pueden optar a pensiones por jubilación.

La mayoría de los sistemas públicos de pensiones se crearon basándose en un modelo


social en el que las familias sobrevivían gracias al trabajo del hombre, mientras que la
mujer quedaba reservada para tareas del hogar, dependiendo así económicamente del
hombre. En la actualidad, con la mujer incorporada al mundo laboral, van apareciendo
transformaciones sociales que permiten la independencia económica de la mujer
respecto al hombre.
A pesar de ello, sigue habiendo problemas de desigualdad de género debido a que las
mujeres tienen más contratos parciales que los hombres, dedican menos tiempo a
trabajos remunerados por realizar labores domésticas y de cuidado de hijos, y tienen

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salarios más bajos. Todo esto influye a que la mujer cotice menos y, por tanto, tenga
una pensión por jubilación menor a la del hombre.

Dentro del sistema de reparto previamente mencionado, existen las pensiones


contributivas y las no contributivas:
Las contributivas, según la Seguridad Social (2020), son aquellas “prestaciones
económicas y de duración indefinida, aunque no siempre, cuya concesión está
generalmente supeditada a una previa relación jurídica con la Seguridad Social
(acreditar un período mínimo de cotización en determinados casos), siempre que se
cumplan los demás requisitos exigidos.” Son prestaciones que recibe la población que
ha cotizado y, por lo tanto, trabajado a lo largo de su vida. Su cantidad depende de las
bases de cotización, y pueden ser pensiones por jubilación, supervivencia (viudedad,
orfandad) o incapacidad permanente.

La cuantía de la pensión contributiva de jubilación depende de tres factores:


- Bases de cotización: La base reguladora se obtiene a partir de las bases de cotización
del trabajador, y será una media corregida por la inflación. El periodo de cómputo se
encuentra en progresivo aumento. Para calcularlo, en 2020 se seleccionan los 23 últimos
años anteriores a la jubilación. En 2021 se tomarán las bases de los últimos 24 años. A
partir de 2022, se tomarán los 25 últimos años.
- Carrera de cotización: el número de años cotizados que el trabajador tenga al acceder
a la jubilación será el que determine el porcentaje de la base reguladora. De esta
manera, para alcanzar el 100% de la base reguladora hace falta haber cotizado mínimo
36 años. Por otra parte, 15 son los años mínimos necesarios para acceder a la pensión,
obteniendo así un 50% de la base reguladora.
- Edad de jubilación: si el trabajador se jubila antes de los 65 (edad ordinaria), ya sea de
manera voluntaria o involuntaria por invalidez, el individuo se verá afectado por
coeficientes reductores en la base reguladora.

Las no contributivas, según la Seguridad Social (2020), son aquellas “prestaciones


económicas que se reconocen a aquellos ciudadanos que, encontrándose en situación de
necesidad protegible, carezcan de recursos suficientes para su subsistencia en los
términos legalmente establecidos, aun cuando no hayan cotizado nunca o el tiempo
suficiente para alcanzar las prestaciones del nivel contributivo.” Son prestaciones que se

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dan a aquellos individuos que demuestran que no tienen otros recursos, ya que o no han
cotizado o no llegan al número mínimo de años para optar a una pensión contributiva.
Estas pueden ser por invalidez o por jubilación, y su gestión está atribuida a los órganos
competentes de cada Comunidad Autónoma y a las Direcciones provinciales del
Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO) en las ciudades de Ceuta y
Melilla.

En este trabajo voy a dedicarme a analizar exclusivamente las pensiones mínimas


referidas a las contributivas por jubilación y viudedad, por lo que me remito a dar
algunas características sobre ellas:

Las pensiones por jubilación, en su modalidad contributiva, son una prestación


económica de carácter vitalicio concedidas al beneficiario, es decir, a la persona que ha
estado cotizando, cuando, alcanzada la edad establecida, cese o haya cesado en el
trabajo por cuenta ajena.
Para causar derecho a este tipo de pensión, el beneficiario ha de reunir unos
determinados requisitos, que se encuentran en periodo de transición, de acuerdo con la
reforma de 2011 en adelante:
- Tener cumplidos 65 años si se cumplen, al menos, 36 años y 3 meses cotizados.
También puede darse con 65 años y 3 meses, habiendo cotizado menos de 36 años y 3
meses.
- Haber cotizado al menos 15 años, de los cuales, al menos dos deberán estar
comprendidos dentro de los últimos 15 años anteriores a cuando se solicita el derecho a
esta prestación.
Como regla general, la pensión contributiva por jubilación es incompatible con el
trabajo por cuenta ajena del pensionista, excepto que sea una jubilación parcial.
La ley 23/2013, de 23 de diciembre incorporó el factor de sostenibilidad de la pensión
de jubilación. “Ajusta la pensión inicial de jubilación de manera que el importe total que
perciba a lo largo de su vida un pensionista que acceda al sistema de pensiones dentro
de un cierto número de años, y que previsiblemente tendrá mayor esperanza de vida, sea
equivalente al que perciba el que se jubile en un momento anterior. Para ello se
relaciona la esperanza de vida estimada en ambos momentos. Su finalidad es mantener
la proporcionalidad entre las contribuciones al sistema y las prestaciones esperadas,
garantizando a las generaciones presentes y futuras la percepción de pensiones

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adecuadas y suficientes.” (BOE, 2013). El factor de sostenibilidad debía entrar en vigor
en 2019 pero se suspendió su aplicación en los presupuestos de ese año. Según la revista
El Salto, el pacto del PP con el PNV “prevé garantizar el poder adquisitivo de las
pensiones en 2018 y 2019 y retrasa cuatro años más la entrada en vigor del llamado
factor de sostenibilidad de las pensiones, auténtica punta de lanza de la reforma que los
populares promulgaron en 2013.” (2018) Sitio web:
https://www.elsaltodiario.com/pge/pp-se-come-su-reforma-del-factor-de-sostenibilidad-
acuerdo-pensiones-pnv
Las pensiones por viudedad son aquellas prestaciones que tienen como objetivo
proteger a los familiares de un trabajador o pensionista fallecido en consecuencia de la
pérdida de ingresos y el aumento de gastos derivados de dicha muerte.
Este tipo de prestación vitalicia se obtiene aplicando el porcentaje de 52% a la base
reguladora. Se podría aumentar al 70% si la pensión de viudedad cumpliera unos
determinados requisitos:
- El pensionista tiene cargas familiares.
- La pensión es la principal fuente de ingresos del cónyuge, siendo al menos el 50% de
los ingresos del pensionista.
Los beneficiarios son el cónyuge superviviente, siendo preciso que exista o haya
existido vínculo matrimonial. Si este requisito no se cumple ni se constituyeron pareja
de hecho, se podrá obtener una prestación temporal de viudedad de la misma cuantía,
pero con una duración de 2 años desde el fallecimiento. La Ley 13/2005, de 1 de julio
aprueba el acceso a la pensión de viudedad para parejas homosexuales.
En el caso de los cónyuges divorciados, serán beneficiarios de una pensión por
viudedad si no contraen nuevas nupcias o pareja de hecho. Otro requisito es que fueran
acreedores de una pensión compensatoria o indemnización que quede extinguida por el
fallecimiento del individuo.

3. ANÁLISIS DE LAS PENSIONES MÍNIMAS Y LOS COMPLEMENTOS POR


MÍNIMOS EN ESPAÑA

“Las cuantías mínimas de pensión se establecen anualmente y tienen como objetivo


garantizar un nivel mínimo de subsistencia a todos los pensionistas. Cuando la cuantía
de la pensión reconocida no llega a la cifra fijada se reconoce un complemento hasta ese
importe. La existencia de pensiones mínimas garantiza pensiones adecuadas y que los

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pensionistas de la Seguridad Social tengan ingresos superiores al umbral de pobreza.”
(Seguridad Social, 2019).

3.1 NORMATIVA SOBRE COMPLEMENTOS POR MÍNIMOS

Los complementos por mínimos son una cantidad que se añade a la pensión contributiva
si esta no alcanza el mínimo legal, con el fin de que el beneficiario obtenga la pensión
mínima. Tienen naturaleza no contributiva y su cantidad se determina según las
circunstancias familiares, el tipo de pensión y la edad del individuo. Para ello, no debe
obtener rentas del trabajo o del capital y, en el caso de que las obtenga, no pueden
superar la cuantía que se establece anualmente en la Ley de Presupuestos Generales del
Estado. En 2020, la cuantía máxima de estas rentas es de 7.638€ al año, en caso de tener
cónyuge no a cargo o ser una unidad económica unipersonal. En el caso de tener
cónyuge a cargo, la cuantía no puede superar los 8.909€ al año. Estos complementos no
tienen carácter consolidable y se revisan anualmente, de manera que, si el beneficiario
en un determinado momento supera la cuantía mínima, ya sea por aumento de ingresos,
revalorizaciones u otros, dejará de recibir complementos por mínimos. En este caso, el
beneficiario estará obligado a comunicarlo a las entidades gestoras en el plazo de un
mes desde que se produzca. (Véase Seguridad Social, 2020).

La ley 27/2011, de 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del


sistema de Seguridad Social añadió la condición de residir en el territorio español para
tener derecho al complemento para alcanzar la cuantía mínima de las pensiones
causadas a partir del 1 de enero de 2013. Además, el importe de dichos complementos
en ningún caso podrá superar la cuantía establecida en cada ejercicio para las pensiones
de jubilación e invalidez en su modalidad no contributiva. Esta medida no será de
aplicación para aquellas pensiones concedidas antes del 1 de enero de 2013. Los
pensionistas de gran invalidez que tengan reconocidos complementos para aquellas
personas que les atienden no se verán afectados por estos nuevos límites. Por último,
según el artículo 50 de complementos para pensiones inferiores a la mínima, “cuando la
pensión de orfandad se incremente en la cuantía de la pensión de viudedad, el límite de
la cuantía de los complementos a mínimos a que se refiere el párrafo anterior sólo
quedará referido al de la pensión de viudedad que genera el incremento de la pensión de
orfandad”.

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De esta manera, los requisitos para acceder a los complementos son:
- No percibir rendimientos del trabajo, del capital o de cualquier otra fuente y, en el
caso de percibirlos, que no excedan de la cuantía establecida anualmente por la Ley de
Presupuestos Generales del Estado.
- Tener reconocida una pensión cuya cuantía no alcance la cantidad mínima que se
establece anualmente para cada caso.
- Residir en territorio español.

A continuación, voy a explicar cómo se calcula el complemento que tiene derecho a


cobrar un ciudadano jubilado con un ejemplo:
Suponemos un jubilado soltero al que le corresponde una jubilación mensual de 450
euros, 6.300 al año, y dispone de un rendimiento adicional de 3.000 euros al año.
La suma de ambos conceptos (6.300 + 3.000) es de 9.300 euros, cantidad inferior a la
suma de 7.638 (límite de ingresos para pensión mínima de jubilado sin cónyuge) más la
pensión mínima que le corresponde (9.569 euros anuales). Ambas cantidades suman el
total de 17.207 euros.
Por tanto, el individuo tendrá derecho a un complemento a mínimos de 7.907 euros, que
es el resultado de restar 9.300 a 17.207 euros. El complemento que le correspondería en
las 14 pagas será de 564,78 euros.
Como la suma de su correspondiente cuantía mensual de pensión (450 euros) y el
complemento calculado (564,78 euros) es superior a la pensión mínima legal
establecida (683,50 euros mensuales), el complemento que realmente se le va a asignar
es la diferencia entre el valor de la pensión mínima y la pensión que le corresponde (450
euros mensuales), es decir, 233,5 euros en cada una de las 14 pagas. (BBVA, 2019)
Sitio web: https://www.jubilaciondefuturo.es/es/blog/como-se-calcula-el-complemento-
a-minimos-de-una-pension-contributiva.html
La cuantía mínima legal depende de si la persona jubilada tiene cónyuge a cargo o no,
esto lo analizo en el último apartado.

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3.2 UNA COMPARATIVA DE LAS PENSIONES MÍNIMAS CON
EUROPA

Tabla 3.1: Tipos de provisión de ingresos mínimos para personas mayores en Europa
Asistencia social para personas
Pensiones mínimas contributivas mayores
Pensiones no contributivas de
España Pensiones mínimas jubilación
Subsidio social desde los 65 años y
Italia Suplemento de pensión mínima 7 meses
Pensión mínima - Incremento social
(a partir de 70)
Seguridad básica comprobando los
Alemania recursos
Subsidio solidario para ancianos
Francia Pensión mínima contributiva (ASPA)
Crédito de pensión estatal o de
Reino garantía
Unido desde los 63 años
Suecia Apoyo a los ancianos
Complemento de vivienda

Fuente: Pension adequacy report, 2018

Como muestro en la tabla anterior, cada país europeo tiene su propio régimen para
garantizar un nivel de subsistencia digno para aquellas personas mayores cuyo nivel de
renta es muy bajo o nulo.
Dependiendo del tipo de sistema de pensiones, el ingreso mínimo proporcionado por el
Estado puede ser mediante una pensión mínima contributiva, sujeta a unas determinadas
condiciones, o una pensión de tasa fija universal. En cuanto a esta última, de entre los
países que he destacado la tienen solamente Reino Unido y Suecia, y la denominan
pensión estatal y pensión de garantía, respectivamente. Con todo ello, los países
europeos también proporcionan prestaciones de asistencia social para aquellas personas
mayores con bajos recursos, en la que se debe hacer un análisis previo de la situación de
los individuos para confirmar que necesitan esta ayuda.

En la siguiente tabla voy a mostrar la proporción de beneficiarios de ingresos mínimos


con 65 años o más de algunos países de Europa y cómo ha ido evolucionando esta
proporción.

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Tabla 3.2: Proporción de beneficiarios de prestaciones de renta mínima en la población
mayor a 65 por prestación
Beneficiarios +65 del Beneficiarios +65 del
porcentaje de población porcentaje de población
Nombre del ingreso total, 2013 total, 2015-2017
Hombre Mujer Hombre Mujer
Pensión mínima
España contributiva 22,6 29,9 17,27 23,89
Pensión no
contributiva de vejez 1,4 4,1 1,55 3,93
Pensión mínima -
Italia incremento social 4,8 10,4 - -
Renta básica para las
Alemania personas mayores - - 2,9 3,2
Pensión mínima
Francia contributiva nd nd 38* 60*
Subsidio solidario
para personas
mayores - - 4 3,9
Reino
Unido Pensión estatal - - - -
Crédito de pensión
estatal o garantía 15,6 18,4 - -
Suecia Pensión de garantía 18,1 61,2 17,6 58,2
Apoyo de
mantenimiento para
ancianos 0,9 0,9 1 1,1
Complemento de
vivienda - - 7,7 21,2
*Porcentaje de los retirados +65
Fuente: Pension adequacy report, 2018

En cada país europeo denominan de una manera diferente al ingreso que conceden a las
personas mayores de 65 años. Suele haber pensión mínima contributiva y no
contributiva, aunque en algún país, como es Reino Unido, dan una pensión estatal
mediante su sistema de capitalización.
En la mayoría de los países de Europa la proporción de beneficiarios de renta mínima ha
disminuido o se ha mantenido. Esto puede deberse a que en la actualidad la población
jubilada es menos dependiente de prestaciones mínimas que en generaciones anteriores,
posiblemente gracias a la incorporación cada vez más intensa de la mujer al mercado
laboral. Sin embargo, estas siguen siendo las principales entre los beneficiarios de
prestaciones mínimas, ya que, aunque cada vez esté más igualitario el mercado laboral
entre hombres y mujeres, en otras décadas ellas no trabajaban y, por lo tanto, en la
actualidad no han cotizado suficiente y recurren a este tipo de ayudas.

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3.3 COMPOSICIÓN DE LAS PENSIONES MÍNIMAS

Tabla 3.3: Pensiones en vigor con complemento a mínimos por clases y regímenes

Fuente: Estadísticas Seguridad Social, a junio de 2020

En esta tabla analizamos los datos de pensiones con complementos por mínimos en los
diferentes regímenes y clases de pensión, que en este caso solamente nos fijaremos en
jubilación y viudedad.
Por tipos de pensión, en jubilación el 21,99% de pensiones tienen complementos por
mínimos, mientras que en las de viudedad este valor es mayor, llegando a un 28,07%.
En viudedad el porcentaje es muy alto en las de autónomos, el 39,39% de mujeres
viudas de autónomos reciben pensión de viudedad.
En conjunto, la proporción de pensiones con garantía de mínimo es el 23,66%. En el
régimen de autónomos, con un 35,42% es donde se concentran la mayor proporción de
estas pensiones. Esto se debe a que la mayoría de autónomos escoge cotizar a la
seguridad social por la base mínima, por lo que reciben menor pensión y necesitan
complementos para llegar a la cuantía mínima legal.

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Tabla 3.4: Gasto en los complementos a mínimos de pensión en millones de euros

Fuente: Proyecto de presupuestos de la Seguridad Social (2019)

La incidencia de los complementos a mínimos en el gasto total depende del número de


pensiones que incluyen este complemento. Cuanto menor sea la pensión que le
corresponde al pensionista, mayor será el gasto en complementos a mínimos para llegar
a la pensión mínima.
Todo el conjunto de este gasto es una transferencia del Estado a la Seguridad Social,
que se financia con impuestos en lugar de cotizaciones. No fue así hasta 2013, ya que
parte de los complementos por mínimos se financiaban con las cotizaciones sociales.
“En el año 2000 las pensiones no contributivas, las prestaciones no contributivas, el
gasto sanitario y los servicios sociales se financiaban ya íntegramente con impuestos.
Pero el proceso no culminaría hasta el año 2013, cuando se completa la financiación de
los complementos a mínimos de las pensiones contributivas con cargo a las
transferencias del Estado. De hecho, las aportaciones del Estado (…) recuperan una
senda ascendente que tiene su culminación en el mencionado 2013, cuando se duplican
para cumplir en ese año el mandato de la Ley General de la Seguridad Social que había
incluido una disposición transitoria para que las aportaciones del Estado cubriesen en su
totalidad los complementos a mínimos en un plazo de doce años a contar desde el 1 de
enero de 2002.” (Bandrés, E., 2020)
A partir de ese año se completa, por lo tanto, la separación de fuentes de financiación,
de manera que lo que es contributivo se financia con cotizaciones, y lo que no es
contributivo se financia mediante impuestos.

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En cuanto a las cuantías mínimas de las pensiones, el incremento decretado por el
Gobierno hace que para 2020 las contributivas de jubilación sean, si el titular, teniendo
65 años o más, vive solo, de 683,50 euros. Si mantiene a su cónyuge, su pensión será de
843,40 euros, mientras que si tiene cónyuge no dependiente de la pensión será de
648,70 euros.
Si el pensionista tiene 65 años y ha estado cobrando una prestación no contributiva por
gran invalidez, en el caso de que se le considere una unidad familiar unipersonal cobrará
1.025,30 euros, si tiene cónyuge no a cargo 973,10 euros y, en el caso de que tenga
cónyuge a cargo, el pensionista recibirá 1.265,10 euros mensuales.
Los individuos menores a 65 años obtendrán una cuantía mínima de 639,50 euros si
viven solos, 790,90 si tienen cónyuge a cargo y 604,40 euros si tienen cónyuge no a
cargo.

En cuanto a las pensiones de viudedad, las cuantías mínimas fijadas en 2020 son de
517,80 euros para aquellos individuos menores de 60 años, 639,50 euros mensuales
para los que tengan entre 60 y 64 y, por último, la población mayor de 65 años cobrará
683,50 euros. Si el titular tiene cargas familiares, independientemente de su edad
obtendrá una cuantía mínima mensual de 790,70, y si soporta una discapacidad igual o
superior al 65%, obtendrá una pensión de 683,50 euros.
A continuación, vamos a analizar qué peso tienen los complementos por mínimos en
cada comunidad autónoma.

Tabla 3.5: Número de pensiones en vigor con complementos a mínimos


por clases y comunidades autónomas, 2019

TOTAL PORCENTAJE
TOTAL
C.C.A.A. JUBILACIÓN VIUDEDAD PENSIONES CON PENSIONES CON
PENSIONES
COMPLEMENTO COMPLEMENTO
ANDALUCÍA 283.559 150.046 518.080 1.249.725 41%
ARAGÓN 38.910 23.449 68.909 209.162 33%
ASTURIAS 28.291 13.992 48.718 173.033 28%
ISLAS
23.233 10.439 37.890
BALEARES 137.626 28%
CANARIAS 48.554 33.916 99.541 254.943 39%
CANTABRIA 15.093 7.495 26.154 95.872 27%
CASTILLA Y
97.652 58.152 173.580
LEÓN 373.329 46%
CASTILLA-LA
73.392 53.398 142.947
MANCHA 263.286 54%
CATALUÑA 181.247 67.336 280.276 1.296.508 22%
C. VALENCIANA 152.243 82.645 269.572 754.714 36%

18
EXTREMADURA 55.329 35.059 104.391 168.144 62%
GALICIA 152.156 55.526 234.772 427.037 55%
MADRID 105.373 60.670 186.208 949.189 20%
MURCIA 41.035 22.543 74.866 183.267 41%
NAVARRA 14.860 7.615 24.949 99.309 25%
PAÍS VASCO 38.464 18.569 64.371 412.817 16%
LA RIOJA 9.986 5.294 16.716 46.864 36%
CEUTA 841 965 2.280 4.448 51%
MELILLA 831 901 2.404 5.512 44%
TOTAL 1.361.049 708.010 2.376.614 7.106.785 33%
Fuente: Proyecto de presupuestos de la Seguridad Social (2019)

Como vemos en la tabla, el número de pensiones con complementos a mínimos


concedidas en cada comunidad autónoma varía bastante, ya que hay fuertes diferencias
demográficas y económicas entre ellas. Sin embargo, gracias al sistema de reparto, se
pueden llegar a financiar todas las pensiones de las regiones, aunque en algunas sea
necesario gastar más que en otras debido a los escasos niveles de cotización o al mayor
envejecimiento de la población (este tipo de sistema permite sostener el sistema de
pensiones en aquellas comunidades mayormente envejecidas).
El 33% del total de pensiones en el país contienen complementos por mínimos.
Fijándonos en las comunidades autónomas, en algunas como Extremadura y Galicia el
porcentaje es bastante elevado, 62% y 55%, respectivamente, sobrepasando la mitad del
total de pensiones de estas CCAA.
En cuanto a las cuentas de la Seguridad Social, la esperanza de vida ha aumentado, por
lo que los pensionistas viven más años y requieren de una pensión durante más tiempo.
Por otra parte, la tasa de natalidad ha disminuido y, en consecuencia, no hay tanta gente
cotizante para financiar los gastos de la Seguridad Social, desencadenando en un
impacto negativo en sus cuentas.
Con todo ello, para conseguir que el sistema sea solidario y equitativo entre las
comunidades, los complementos por mínimos (y los topes de pensión máxima) permiten
disminuir la dispersión de las pensiones recibidas en aquellas zonas donde los
trabajadores han cotizado menos, ya sea por no haber trabajado suficientes años o por
haber cotizado por bases reducidas o mínimas. A su vez, las comunidades cuya
población es notablemente más joven, por ejemplo Canarias o Murcia, financian a
aquellos territorios más envejecidos, como podrían ser Asturias o Galicia.

19
4. PENSIONES MÍNIMAS Y TASAS DE POBREZA

La cuestión fundamental por la que existen los complementos por mínimos es


proporcionar un nivel de vida digno a personas sin recursos. La manera adecuada para
ver si estos son suficientes es analizar la pobreza por tramos de cuantía.

Analizando los datos sobre las cuantías, vamos a ver en la tabla 4.1 dónde se sitúan las
pensiones con complementos (tanto de jubilación como de viudedad) en relación con la
distribución de pensiones por tramos de cuantía, y ver qué pasa con las pensiones que
están por debajo.

Tabla 4.1: Distribución del número de pensiones en vigor por tramos de cuantía en
régimen general
TRAMOS DE TOTAL
JUBILACIÓN VIUDEDAD
CUANTÍA PENSIONES
Hasta 150,00 euros 62.062 37.246 112.710
De 150,01 a 250,00 31.836 28.189 164.255
De 250,01 a 300,00 24.566 41.257 89.150
De 300,01 a 350,00 37.685 112.548 174.666
De 350,01 a 400,00 51.410 62.502 134.447
De 400,01 a 450,00 51.218 48.870 119.053
De 450,01 a 500,00 54.469 47.658 176.130
De 500,01 a 550,00 41.818 65.435 176.519
De 550,01 a 600,00 50.782 50.384 138.492
De 600,01 a 650,00 458.101 63.359 595.202
De 650,01 a 700,00 345.146 360.479 766.637
De 700,01 a 750,00 114.983 107.376 282.620
De 750,01 a 800,00 99.821 82.867 219.466
De 800,01 a 850,00 225.223 61.814 324.063
De 850,01 a 900,00 96.601 61.622 184.990
De 900,01 a 949,99 95.492 54.252 174.539
De 950,00 a 1.000,00 96.414 50.724 170.959
De 1.000,01 a 1.100,00 205.448 94.199 342.957
De 1.100,01 a 1.200,00 187.864 66.665 289.592
De 1.200,01 a 1.300,00 182.515 49.030 261.967
De 1.300,01 a 1.400,00 168.993 38.228 231.994
De 1.400,01 a 1.500,00 151.530 42.189 213.898
De 1.500,01 a 1.600,00 140.018 40.734 198.391
De 1.600,01 a 1.700,00 133.503 22.020 170.368
De 1.700,01 a 1.800,00 124.768 22.584 159.372
De 1.800,01 a 1.900,00 108.074 9.496 127.674
De 1.900,01 a 2.000,00 102.478 3.183 114.669
De 2.000,01 a 2.100,00 96.843 1.424 106.502
De 2.100,01 a 2.200,00 93.776 249 102.111
De 2.200,01 a 2.300,00 92.079 92 98.961
De 2.300,01 a 2.400,00 80.778 67 86.432
De 2.400,01 a 2.500,00 77.968 54 81.937
De 2.500,01 a 2.600,00 101.492 45 105.104

20
De 2.600,01 a 2.683,32 79.085 30 81.904
De 2.683,33 a 2.683,35 242.097 109 255.787
Más de 2.683,35 43.472 79 50.538
TOTAL 4.350.408 1.727.059 7.084.056
Fuente: estadísticas de la Seguridad Social, junio 2020

Gráfico 4.1: Distribución del número de pensiones en vigor por tramos de cuantía en
régimen general

Fuente: estadísticas de la Seguridad Social, junio 2020

El número de pensiones mínimas de jubilación concedidas a individuos que tienen


cónyuge no a cargo ascienden a 458.101, a unidad económica unipersonal 345.146, y en
cuanto a titulares que tienen cónyuge a cargo 225.223.
El número de pensiones mínimas de viudedad concedidas a individuos menores de 60
años es de 65.435, para los que están entre 60 y 64 años se han aprobado 63.359
pensiones, y para los pensionistas con 65 o más y para aquellos con una capacidad
superior al 65% se han concedido en total 360,479. Por último, para los individuos con
cargas familiares, se han concedido 82.867 pensiones mínimas.
La cuantía de una pensión es el resultado de sumar la pensión inicial, la revalorización y
los complementos por mínimos.
Las pensiones con complementos por mínimos se sitúan en el número de pensiones
mínimas que hay, ya que, los complementos se añaden para llegar a la cuantía mínima
legal. Como vemos en la tabla, si nos fijamos en las de jubilación, el tramo donde
mayor número de pensiones son concedidas es en el de 600,01 a 650 euros, tramo en el
que se encuentra la pensión mínima de jubilación con cónyuge no a cargo, seguido de

21
650,01 a 700 euros, en el que está la pensión mínima de jubilación de una unidad
económica unipersonal.
En cuanto a las de viudedad, el tramo donde más pensiones se ha coincidido también es
el comprendido entre 650,01 y 700, donde se encuentra la cuantía mínima para la
población mayor a 65 años o con una discapacidad igual o mayor al 65%.

Los tramos de cuantía inferiores a los que corresponden con las cuantías mínimas son
concedidos a aquella población que no tiene reconocido el derecho a complementos a
mínimos. Esto se puede deber a que dicha población supera el límite de rentas
establecido anualmente o porque, siendo el hecho causante de la pensión ocurrido a
partir del 1 de enero de 2013, no tienen su residencia habitual en territorio español o, si
la tienen, sus estancias en el extranjero superan los 90 días al año. Es lo que podemos
ver en el gráfico 4.1 desde los 150 euros mensuales hasta los 600 euros. En el tramo de
650 a 700 euros es donde más pensiones concedidas hay, que llegan hasta 450.000,
donde situamos la pensión mínima.

A continuación, voy a analizar cómo se encuentra la población mayor de 65 en


comparación con el resto de la población en cuanto a pobreza. Para ello voy a usar el
indicador AROPE que, según el INE, “al grupo de personas en riesgo de pobreza y/o
exclusión social según la Estrategia Europa 2020 se les denomina ERPE (personas En
Riesgo de Pobreza y/o Exclusión) o las siglas en inglés AROPE (At Risk of Poverty
and/or Exclusion).

Tabla 4.2: Tasa de riesgo de pobreza (renta año anterior a la entrevista) por edad

Edad AROPE 2019

Menores de 16 años 27,1

De 16 a 29 años 26,5

De 30 a 44 años 18,8

De 45 a 64 años 19,7

65 y más años 14,5


Fuente: INE, 2020
Como vemos, la población de 65 o más es la que menos riesgo de pobreza tiene en
cuanto a la población total. Los hombres de esta edad tienen un 14,5 y las mujeres 14,4,

22
por lo que es prácticamente la misma probabilidad. Podemos intuir que el sistema de
pensiones les protege.

Tabla 4.3: Personas por decil de renta por unidad de consumo y edad

Edad Primer decil 2019 Segundo decil 2019

Menores de 16 años 14,2 12,2

De 16 a 29 años 13,3 12,3

De 30 a 44 años 9,6 8,7

De 45 a 64 años 10 9

65 y más años 4,5 9,4


Fuente: INE, 2020

Tabla 4.4: Límites inferiores de cada decil de la renta anual neta media por unidad de
consumo

2019
Segundo decil 6.266,8
Tercer decil 8.846,8
Cuarto decil 10.815,0
Quinto decil 12.997,1
Sexto decil 15.015,3
Séptimo decil 17.422,5
Octavo decil 20.358,2
Noveno decil 24.103,6
Décimo decil 29.907,0
Fuente: INE, 2020
Voy a analizar los dos primeros deciles ya que incluyen a la población más pobre del
país. El primer decil incluye a aquellos individuos que tienen el menor nivel de renta, el
segundo decil a aquellos que tienen una renta un poco más elevada pero que sigue
siendo bastante pequeña, y así hasta llegar al decil máximo en el que incluiríamos a la
población más rica del país. De esta manera, aquellos incluidos en el primer decil
reciben como máximo 6.266,80€ al año por unidad de consumo, que son 522,23€
mensuales.
Teniendo en cuenta que, de manera aproximada existe una relación media de 1,5
personas por cada unidad de consumo en los dos primeros deciles, podemos decir que la
renta per cápita del primer decil es 522,23 dividido por 1,5, es decir, 348 euros al mes.

23
En el segundo decil, haciendo los correspondientes cálculos son 491 euros por persona
al mes.
Los del décimo decil reciben más de 29.907€ al año, que son 2.492,25€ al mes. En el
segundo decil estaría la población que recibe menos de 737€ al mes, que podrían ser
aquellos que reciben pensiones no contributivas o contributivas con complementos
pequeños, ya que se encontrarán en el límite para optar a ellos. También puede ser gente
sin pensión al tener ingresos pero que estos no sean muy elevados.

Con ello observamos que la población con 65 años o más tienen un 4,5 y un 9,4 en el
primer y en el segundo decil, respectivamente, por lo que podemos concluir que en este
rango de edad hay una menor proporción de población sin recursos. Igual que en la
tabla 4.2, lo podemos justificar gracias a las pensiones, estos individuos están más
protegidos por el Estado que el resto de los españoles. Además, aunque tengan menos
nivel de renta, suelen tener la casa completamente pagada por lo que tienen menores
gastos que la población más joven.

A pesar de las pensiones mínimas, el 4,5% de la población mayor a 65 está en pobreza


extrema. Puede que eso se deba a que este porcentaje de individuos no haya cotizado
suficiente y no haya podido optar a tener una pensión mínima y que, por tanto, no reciba
ningún tipo de prestación o tenga pensiones no contributivas, pero el importe de estas es
en ocasiones insuficiente para llegar a un nivel de subsistencia digno. Según el
IMSERSO, la cuantía mensual de una pensión no contributiva es de 395,60 euros, de las
que en 2019 se contabilizaron un total de 452.692.

En España hay 8.907,2 miles de personas con 65 años o más, según el INE, de las que
400.824 están en riesgo de pobreza del decil 1 y alrededor de 837.000 en el decil 2, en
el que puede que haya pensiones mínimas. Hemos visto que el 14,5% de la población
total en riesgo de pobreza son personas mayores, que es prácticamente el total de la
suma de los deciles 1 y 2 (13,9%). Con esto podemos llegar a concluir que esta
proporción de población obtiene pensiones no contributivas o ningún tipo de prestación,
al desconocer este tipo de ayudas u otros motivos similares. El problema de la pobreza
no está en las pensiones mínimas ni en los complementos de las personas mayores de 65
años, ya que a pesar de que estas existen, sigue habiendo individuos de este rango de
edad con pobreza extrema.

24
Tabla 4.5: Cuantías mínimas de pensión contributiva

Jubilación con 65 años Cuantía mensual


Con cónyuge a cargo 843,4
Sin cónyuge 683,5
Con cónyuge no a cargo 648,7

Viudedad Cuantía mensual


Con cargas familiares 790,7
Con 65 años o discapacidad => 65% 683,5
Entre 60 y 64 años 639,5
Menor de 60 años 517,8
Fuente: Seguridad Social, 2020

En relación con la tabla de cuantías mínimas, aun cuando los pensionistas reciben este
tipo de prestación, en ocasiones puede no ser suficiente para tener una vida digna, ya
que en ocasiones siguen teniendo gastos de vivienda, gastos médicos o incluso tienen a
cargo a algún familiar (no necesariamente el cónyuge).
Según Gonzalo Velarde, “el desconocimiento sobre el funcionamiento del sistema
público de pensiones y la escasa planificación para la jubilación por la baja cultura
financiera están detrás de la mala percepción ciudadana acerca de las pensiones que
recibe por parte del Estado después del retiro laboral”. (2019)

25
5. CONCLUSIONES

Las denominadas pensiones mínimas son un conjunto de prestaciones que afectan a


millones de personas en nuestro país. Los complementos de las mismas para alcanzar
las cuantías mínimas generaron un gasto de 7.329 millones de euros en 2019.

En definitiva, los complementos por mínimos son un gasto relevante del Estado que
hace que aquella población que no ha cotizado lo suficiente para cobrar la cuantía
mínima establecida legalmente de su pensión pueda recibir una pensión mínima
adecuada en virtud de dichos complementos. Gracias a estos, en ocasiones la población
de más de 65 años no se encuentra en niveles de pobreza, ya que estos complementos
incrementan su pensión mensual.

No obstante, en ocasiones se ha puesto en tela de juicio la adecuación o suficiencia de


estas pensiones mínimas para cubrir las necesidades básicas de los pensionistas
españoles.

A pesar de todo ello, hemos visto que, aunque el 13,9% de la población mayor de 65
años está en riesgo de pobreza, puede decirse que estos individuos no son beneficiarios
de pensiones mínimas. Más bien cabe pensar que se trata de personas que no pueden
optar a pensiones contributivas, solamente reciben pensiones no contributivas o incluso
nada al desconocer este tipo de prestaciones.

Con el estudio realizado sobre pobreza en los individuos de 65 años o más obtenemos
una visión positiva, ya que el porcentaje de pobreza es bastante pequeño en
comparación con el resto de rangos de edad, siendo el mayor en la población joven de
menos de 16 años, seguido del rango comprendido entre 16 y 29 años, con un
porcentaje de 26,4% y 25,6%, respectivamente. Que la población mayor de 65 sea la
menos atacada por la pobreza es gracias a las prestaciones que reciben de la Seguridad
Social y el Estado, se ven protegidos por las pensiones y, por lo tanto, suelen poder
abastecer con los gastos básicos del día a día.

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BIBLIOGRAFÍA

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