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NOMBRES Y APELLIDOS: MIRTHA ERNESTINA JULIÁN DE LA CRUZ

CICLO Y SECCIÓN: I “A”

ANÁLISIS DEL ARTÍCULO 11 DEL CÓDIGO PENAL


El código penal en su artículo 11 consagra una regla político criminal y dogmática de
suma trascendencia en la medida en que establece esencialmente tres principios
jurídicos penales. Encontrar y analizar dichos principios, además debe precisar si, en
su experiencia ha tenido una problemática de aplicación de dichos principios.
El artículo 11 del Código Penal dice: “Son delitos y faltas las acciones u omisiones dolosas
o culposas penadas por la ley”.
En el artículo11 del Código Penal encontramos tres principios jurídicos penales que son:
1. Principio de Legalidad:
Este principio se encuentra en el artículo II del título preliminar del Código Penal; y
nos quiere decir que lo primero que hay que verificar es que si la conducta que se le
está atribuyendo al investigado se encuentra tipificado en el Código Penal y si está
vigente o no. Los límites del iuis puniendi que tiene el Estado.

La garantía material especifica del principio de legalidad, en materia sancionadora


impide que se pueda atribuir la comisión de una falta si ésta no está previamente
determinada en la ley, y también prohíbe que se pueda aplicar una sanción si esta no
estuviera determinada por ley porque exige tres aristas importantes: la existencia de
una ley (lex scripta), que la ley sea anterior al hecho sancionador (lex previa) y que la
ley describa un supuesto de hecho estrictamente determinado (lex certa). Entonces el
principio de legalidad penal se configura como un principio, pero también como un
derecho subjetivo constitucional de todos los ciudadanos, ya que protege el derecho de
no ser sancionado por supuestos no previstos en forma clara e inequívoca en una norma
jurídica.

Una de las principales características del principio de legalidad es la de orientarse a


crear seguridad jurídica que presta una función de garantía a los ciudadanos pues
permite, sino eliminar, sí restringir el ámbito de la discrecionalidad del Poder Judicial
en el momento de la emisión de una sentencia condenatoria. Logra que el ciudadano
sepa a qué atenerse, ya sea cuando comete un hecho como cuando lo omite, y sepa
además la naturaleza (pena o medida de seguridad), clase (pena privativa de libertad,
pena restrictiva de derechos o días multa) y duración de la sanción.
2. Principio de responsabilidad penal
El principio de responsabilidad penal establecido en el Artículo VII del Título
Preliminar de nuestro Código Penal, doctrinalmente conocido como principio del
hecho propio, de la acción o de la conducta en contraposición al derecho penal del
autor, de la voluntad o de la disposición del ánimo.
El principio de responsabilidad penal tiene consagración constitucional y se encuentra
en diversos preceptos de la legislación penal. La Constitución en el artículo 2 inciso 24
párrafo d) considera que: "Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que
al tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e
inequívoca como infracción punible, ni sancionado con pena no prevista en la ley". La
ley consagra de esta manera una disposición que no solo funda la responsabilidad penal
en un hecho previsto en ella, sino que efectivamente exige que exista un acto (externo)
en la realidad (social).
Para que exista responsabilidad penal, una acción debe haber producido un
determinado resultado, de tal manera que dicho resultado pueda ser atribuido o
imputado a una conducta determinada. Si no existe una vinculación jurídica entre el
comportamiento y el resultado no se puede decir que estamos frente a un hecho propio,
por cuanto el resultado ha podido producirse en virtud de la intervención de otros
factores ajenos a la voluntad de una persona, como las fuerzas de la naturaleza, la
casualidad, el azar o la intervención de otra acción humana. Solo cuando se compruebe
que existe una relación de causalidad y la imputación objetiva del resultado, además de
la subjetiva, podrá concluirse que estamos frente a un hecho propio o ante la
consecuencia regular y previsible de nuestra conducta. Solo así podrá levantarse una
responsabilidad jurídico-penal.
El principio de responsabilidad penal, además de exigir la imputación objetiva del
resultado (creación de un riesgo jurídicamente relevante) y un principio de ejecución
del delito (tentativa), requiere en su caso de la distinción entre los intervinientes en la
realización de un delito, es decir, de la delimitación de quiénes son autores y quiénes
son partícipes, según el peso o valor objetivo de su contribución y el dominio o control
que se tenga del suceso.

3. Principio de responsabilidad subjetiva:


El principio de responsabilidad subjetiva es llamado también como principio de
imputación subjetiva, principio de dolo o culpa o, como elemento subjetivo del delito.
El principio de responsabilidad subjetiva se caracteriza por exigir que la
responsabilidad penal se erija sobre las consecuencias efectivamente queridas por el
sujeto (dolosa) o por los resultados al menos previsibles que importen la infracción del
deber objetivo de cuidado (culpa). Los hechos y resultados perjudiciales (muertes,
lesiones, incendios, daños, etc.) que no sean intencionales o que no se vinculen a la
previsibilidad de un hombre medio, no pueden legitimar una intervención por parte del
Estado en los derechos de los ciudadanos (vida, libertad, patrimonio, etc.).
El principio de responsabilidad subjetiva permite distinguir dos grados de intervención
interna en el delito: la responsabilidad subjetiva dolosa y la responsabilidad subjetiva
culposa.
No existe ningún acto humano penalmente relevante (delito) que pueda ser despojado
de su elemento subjetivo o psíquico, como es el dolo o la culpa. Un delito despojado de
la voluntad humana es inimaginable. Sin embargo, tampoco es concebible una pura
responsabilidad subjetiva. No se puede responder penalmente por las meras
intenciones, deseos, pensamientos no concretados en hechos, situación que, de existir,
significaría el planteamiento de un Derecho Penal del ánimo o de las actitudes internas.
Solo puede imponerse una pena en la medida en que haya una "voluntad objetivada"
capaz de manifestarse, transformando el mundo externo. El principio de
responsabilidad subjetiva solo tiene valor cuando logra plasmarse en un acto externo
relevante para el Derecho. La mera intención no genera respuesta penal alguna.

En mi experiencia laboral como Abogada litigante he llevado muy pocos casos penales,
más han sido casos de Omisión a la Asistencia Familiar, en algunos casos defendiendo a la
parte agraviada y en otros casos, a la parte imputada, pero no he tenido una problemática de
aplicación de dichos principios.

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