El control es la función administrativa por medio de la cual se estará evaluando el rendimiento

administrativo de una empresa. Este control es necesario para asegurar que los procesos se realicen de
manera correcta y que las decisiones tomadas concuerden con la planificación y los objetivos
propuestos. En este proceso administrativo se incluyen las actividades para garantizar que todas las
operaciones reales coincidan con las operaciones que se planificaron. De esta manera, el control es un
elemento clave y esencial en la administración.

Es el proceso de supervisar, comparar y corregir el desempeño laboral. Todos los gerentes

deben ejercer la función de control, aun cuando el desempeño de sus unidades tenga el nivel planeado,
porque la única forma de determinar si esto es así, es evaluando qué actividades se han llevado a cabo y
comparando el desempeño real con el estándar que se desea lograr, indica Robbins Coulter, en su libro
de Administración (año 2014).

También se puede denominar que control, es la fase del proceso administrativo que debe
mantener la actividad organizacional dentro de los límites permisibles, de acuerdo con las expectativas
que se tengan. En general se puede decir que administrar es realizar la gestión de un proyecto el cual, a
su vez, anteriormente se han establecido los objetivos, entonces consiste en realizar pasos simultáneos
para planearlo y organizarlo al mismo tiempo. Asimismo, estos pasos simultáneos, son necesarios
supervisarlos, para que se desarrollen en la dirección adecuada para lograr los objetivos propuestos. Esa
supervisión es el control.
 El control en una empresa es importante, debido a que es una tarea ineludible para aquellos
que desean lograr competitividad. Una empresa implementa controles internos para disminuir la
ocurrencia de errores y fraudes en la información financiera. Al mismo tiempo permitirá ayudar a la
toma de decisiones así como facilitar que las auditorías tanto de gestión como financieras sean efectivas
indica el Lorena Servin, en el artículo ¿Por qué es importante el control interno en las empresas? (Año
2021)

En el proceso de planeación se puede crear una estructura organizacional para facilitar el

cumplimiento de los objetivos, sin embargo no hay ninguna garantía de que las actividades que se
planificaron se cumplan. Es aquí donde el control toma importancia, debido a que es la única forma en
que los gerentes pueden evaluar si las actividades que se están realizando están yendo hacia el alcance
de los objetivos propuestos y si no es así, determinar por qué. El control resulta importante debido a
que se puede evidenciar en tres áreas que son: la planeación, el liderazgo de los empleados y la
protección del contexto del trabajo.

El control es importante debido a que, en diferentes versiones, se asegura de que se están

realizando las actividades planificadas. Es por ello que permite que estas actividades se realicen de
forma eficaz y eficiente para que el resultado sea de la mejor manera y que en el camino se puedan ir
solventando los inconvenientes que surjan durante la realización de lo planificado.

Asimismo, permite obtener aprendizajes a partir de la realización de los procesos e implementar

mejoras a futuro, por lo que es parte fundamental que las empresas tengan un control administrativo
para garantizar el correcto funcionamiento de sus procesos, el cual permitirá incrementar ganancias,
reducir costos y ofrecer un mejor producto a sus clientes.
 La planeación siempre amerita un sistema de control, sobre todo porque son instrumentos
deseables para lograr los objetivos propuestos y que el trabajo se realice de forma eficiente y de
determinada manera. Si la planeación se controla de forma incorrecta puede llegar a ocasionar rigidez e
inconvenientes entre los departamentos.

La retroalimentación del control ayuda a verificar los errores que tienen los planes y estrategias
para el mejoramiento de éstos. El control se relaciona muy íntimamente con la planeación debido a que
es importante realizar una medición y evaluación de los resultados. Cuando no hay planificación,
generalmente hay una acción “reactiva”, es decir, que se toman decisiones a medida que los problemas
o necesidades vayan suscitando. Es así cuando se toman decisiones a medida que los incidentes van
apareciendo. Esto denota que no hay proactividad, sino que se actúa únicamente a la medida en que
hay cosas que resolver. En realidad, si no existiera ningún inconveniente acuciante, no cambiaría nada,
ya que todo seguiría su camino en forma de rutina. La dificultad de actuar de esta manera, es que se
está dejando que la organización camine sin rumbo alguno, debido a que se están solucionando los
problemas urgentes, sin tener una idea clara de hacia dónde va la empresa o proyecto.

En otras palabras, la primera fase del proceso administrativo es la planeación y al final de este
proceso se encuentra el control que es el que hace la comparación de lo planificado con los resultados
obtenidos. Al analizar estos resultados es donde se deben tomar decisiones de acciones correctivas y
luego estas acciones correctivas nos llevan nuevamente al inicio de las fases del proceso administrativo.
 Ya se definió que control, es la fase
del proceso administrativo que se encarga de
vigilar las actividades, con el objetivo de
asegurar que se realicen conforme a la
planificación y de corregir las desviaciones
importantes para lograr las metas
propuestas. El control es un proceso cíclico y
está desglosado en 4 diferentes etapas. Cada
una de ellas es de gran importancia para que
el proceso sea eficiente. Estas etapas son:

1. Establecimiento de estándares y criterios: En este paso es donde se establecen las

normas, metas u objetivos, determinando cuáles son los valores que se esperan
obtener al realizar la evaluación para llevar a cabo la comparación del desempeño. A
partir de acá es donde se sabe si el proceso ha dado resultados o no.
2. Hacer la evaluación: En este paso es donde se mide el desempeño actual, tomando en
cuenta los valores que se esperan, según lo establecido en los estándares, se realiza la
evaluación del proceso o actividad.
3. Comparación del desempeño con el estándar establecido: En este paso es donde se
compara el desempeño actual con los objetivos propuestos. Cuando ya se tiene esta
 medición, es posible realizar esta comparación con los estándares anteriores para
determinar si se está realizando de forma correcta y esperada.
4. Retroalimentación y toma de decisiones: En este paso es donde se inicia a tomar
acciones correctivas si no se están alcanzando los objetivos para corregir el desvío
entre el desempeño real y el desempeño esperado. El objetivo es corregir debilidades
y asegurarse de mantener las fortalezas del control administrativo.

Existen tres tipos de control

administrativo, los cuales son
preventivo, concurrente y correctivo.

Control Previo,
Preventivo o Pre-
control:
Como lo
indican las palabras,
este tipo de control
se realiza previo a
que se realice la
acción, para asegurar
que ésta responda a
los recursos que se
planificaron, es decir
son las revisiones
previas que se
realizan antes de la ejecución. Incluye un análisis minucioso y específico de la planificación. La función
de este tipo de control es garantizar que el proyecto se realice sin correr ningún tipo de riesgo,
verificando la disponibilidad de todos los recursos necesarios, considerando también, los costos que
deben asumirse. En resumen, aun cuando el control preventivo puede contribuir de manera
significativa a la efectividad de la empresa, por lo general, no cubre todas las contingencias posibles, por
lo que resulta necesario contar con otros tipos de controles, se indica en el módulo 4 del folleto
Fundamentos de Negocio, Administración (s.f.)

Control Concurrente
Es aquel control
que engloba todas aquellas
actividades de supervisión
de las actividades que
forman el proceso de
transformación de forma
sistemática ya que se
validan cada una de las
fases del proceso y el valor
añadido al mismo. Este tipo
de control hace énfasis en
identificar todos aquellos inconvenientes que se pudieran presentar en el proceso productivo y que
puedan dar como resultado bienes o servicios de baja calidad o incluso deficientes. También es conocido
como control de Sí o No, debido a que en él se toman en cuenta puntos de medición en los que se debe
tomar la decisión de continuar o no con el proceso o realizar alguna acción correcta antes de suspender
el plan de trabajo. En este control es necesario que se tenga un conocimiento profundo de las tareas
específicas necesarias para la realización del proceso, así como de su interrelación para el logro del
producto o servicio final. Es decir, es factible que se separen o identifiquen normas para las diferentes
actividades. Debido a esto es complicado establecer tal tipo de control en aquellas tareas que requieren
de creatividad o innovación, ya que para tales actividades resulta prácticamente imposible la
especificación exacta de lo que debería hacerse para lograr el resultado deseado, se indica en el módulo
4 del folleto Fundamentos de Negocio, Administración (s.f.)

Este tipo de
control es el que se
realiza después de
que un producto o
servicio ha sido
terminado, con el
objeto de verificar
que éste cumpla con
las normas y
objetivos
correspondientes. Es
también denominado control de después de la acción o control de salida. Normalmente se utilizan
cuando ni el control preventivo ni el control concurrente son factibles, o también cuando uno de estos
dos resultan muy costosos. Por otro lado también es utilizado cuando los procesos involucrados en la
elaboración de un bien o servicio son difíciles de especificar con anticipación.

Puede ser útil como último filtro para medir las desviaciones que no hubieran sido detectadas
anteriormente. Este control tiene la función de brindar retroalimentación para proveer información que
contribuya al proceso de planeación a través de información. Provee información particularmente
valiosa para el proceso de evaluación y recompensa del desempeño de los trabajadores, se indica en el
módulo 4 del folleto Fundamentos de Negocio, Administración (s.f.).