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Diapo 1: Presentación
Diapo 2: Índice
- Definición Brote psicótico - FEP
- Características: manifestación clínica + En qué trastornos puede aparecer.
El primer episodio psicótico se caracteriza por la experimentación de síntomas psicóticos de
forma supraumbral en la vida de un individuo.
La psicosis de primer episodio (FEP) se caracteriza por la aparición de síntomas psicóticos
por primera vez en la vida de un individuo (González-Vivas et al., 2019).
El término “psicosis” se refiere a aquellos trastornos mentales caracterizados por una cierta
pérdida de contacto con la realidad. Cuando la persona sufre este trastorno se dice que ha
presentado un “episodio psicótico” [Extraído de: parcdesalutmar.cat].
Algunos de los signos neurológicos más sutiles que están presentes en pacientes que
experimentan episodios psicóticos tanto en trastornos afectivos como no afectivos son las
dificultades en la integración sensorial, la coordinación motora y la secuenciación de los de
las conductas motoras complejas. Estos resultados apuntan a un origen en el
neurodesarrollo. Los correlatos neurológicos de estos signos són: una aberrante
conectividad las áreas sensorio motores, cargas de hierro en el accumbens izquierdo y
modificación en los volúmenes del bulbo raquídeo y la protuberancia. (Ferruccio, et al. 2020)
Se sabe todavía poco sobre los cambios en el funcionamiento del cerebro tras un FEP.
Dicho conocimiento es importante para predecir el curso de la enfermedad y adaptar las
intervenciones (González-Vivas et al., 2019).
El por qué la psicosis se manifiesta entre los 15 y los 35 años y no antes es todavía
desconocido. Se cree que durante estas edades hay cambios importantes en la maduración
de nuestro cerebro y cambios hormonales en nuestro cuerpo que lo hacen más vulnerable a
la psicosis. [Extraído de: Guía de Primeros Episodios Psicóticos].
Cada vez se tienen más pruebas de la relación entre el cannabis (porros, marihuana,
hachís, etc.) y las psicosis. Se sabe de cierto que el cannabis puede actuar como un factor
detonante o desencadenante, pero además algunos estudios sugieren que el cannabis
podría causar la psicosis. Es decir, que no sólo actuaría como un detonante en personas
que tarde o temprano desarrollarían una psicosis, sino que un consumo importante y
duradero podría provocar psicosis en personas que si no consumieran cannabis quizá
nunca la desarrollarían [Extraído de: Guía de Primeros Episodios Psicóticos]
- Evaluación
- Justificación
Un estudio sobre jóvenes de entre 16 y 30 años que han tenido un primer brote psicótico se
analizan las tasas de mortalidad. Ésta era de 24 veces más alta que la de sus compañeros
de la misma edad y 89 veces más que la población general. (Usher, 2021)
-
- Uno de los principales instrumentos utilizados en la investigación de biomarcadores
para FEP es la resonancia magnética (MRI) (Northoff & Qin, 2011, como se citó en
González-Vivas et al., 2019). Muchos estudios han utilizado resonancias magnéticas
para obtener información sobre los principales cambios volumétricos en el cerebro
durante la psicosis a lo largo del tiempo (los posibles efectos secundarios de la
medicación, la pérdida de materia gris, etc.) (Wright et al., 2000, como se citó en
González-Vivas et al., 2019). Sin embargo, los cambios estructurales no son
específicos y no pueden utilizarse como predictores en casos individuales, por lo que
se necesitan instrumentos más sensibles (Shenton et al., 2001; Brugger & Howes,
2017; Tarcijonas & Sarpal, 2018; Cavelti et al., 2018, como se citó en
González-Vivas et al., 2019).
- Tratamientos
- Rehabilitación neuropsicológica
Diapo x: Qué es un brote psicótico, prevalencia, síntomas y cómo afecta al cerebro (cognición
social, metacognición…)
- Factores ambientales + genéticos
- Ho hipoactivación del lóbulo frontotemporal - esquizofrenia- PEP
- Déficits cognitivos y afectación en el funcionamiento social
El primer episodio de psicosis (FEP) se define como la primera vez que una persona muestra síntomas
de psicosis (Kim et al., 2019).
Los estudios basados en la población indican una prevalencia de psicosis a lo largo de la vida superior
al 3% (Perälä y Suvisaari, 2007). Mientras que un tercio de las personas afectadas experimentan
síntomas psicóticos durante un breve período de tiempo, otros se ven afectados durante toda su vida
(Harrison et al., 2001). Desafortunadamente, no hay forma de predecir, desde el principio, qué
individuos desarrollarán este curso incapacitante. Es importante identificar a estas personas al inicio
de la enfermedad, ya que podría ayudar a brindar una mejor atención a las personas en mayor riesgo.
[Extraído de: Nieuwenhuis et al., 2017].
El deterioro de la memoria, la rumiación excesiva y el aumento de la sensibilidad interpersonal
son características principales del alto riesgo de psicosis o primer episodio de psicosis (FEP). [Kim et
al., 2019].
La rumiación (descrita como un proceso cognitivo que incluye pensamientos repetitivos, prolongados
y recurrentes sobre uno mismo, las propias preocupaciones y las propias experiencias) (Watkins,
2008, como se citó en Kim et al., 2019) está relacionada con la propensión a las alucinaciones y con
una variedad de experiencias anormales leves, que incluyen sentimientos irreales, alteraciones de la
percepción y desintegración temporal (Jones & Fernyhough, 2009; Freeman et al., 2013, como se citó
en Kim et al., 2019), así como síntomas negativos como el pensamiento estereotipado y el
retraimiento emocional (Halari et al., 2009, como se citó en Kim et al., 2019). Un experimento reveló
que la rumiación y la preocupación antecedente predijeron delirios persecutorios y alucinaciones
auditivas; también predijo el grado de angustia asociado con estas experiencias psicóticas en adultos
jóvenes con psicosis (Hartley et al., 2014, como se citó en Kim et al., 2019).
La sensibilidad interpersonal (conciencia excesiva del comportamiento y los sentimientos de los
demás) (Boyce & Parker, 1989, como se citó en Kim et al., 2019), se asocia con el riesgo de
pensamiento paranoico en la población general (Meisel, 2018, como se citó en Kim et al., 2019). Los
primeros estudios indicaron que se produce una alta sensibilidad interpersonal entre otros síntomas
subjetivos y cambios de comportamiento observables durante la fase prodrómica de la esquizofrenia
(Subotnik & Nuechterlein, 1988; Meisel, 2018, como se citó en Kim et al., 2019).
Después de experimentar síntomas psicóticos manifiestos crónicos, los pacientes con esquizofrenia
crónica generalmente muestran poca percepción de sus propios síntomas. (Kim et al., 2019).
Estudios previos han encontrado que los pacientes con esquizofrenia en toda regla carecen de
autoconciencia de la enfermedad (Amador et al., 1994; van der Meer et al., 2013, como se citó en Kim
et al., 2019). Alrededor del 46 % de los pacientes con FEP mostraron una percepción deficiente
(Ayesa-Arriola et al., 2014, como se citó en Kim et al., 2019) y la alteración de la percepción se
asocia con múltiples déficits cognitivos (Keshavan et al., 2004, como se citó en Kim et al., 2019).
El análisis de los datos de fMRI mostró que los pacientes con FEP tenían una activación reducida en
la circunvolución temporal media derecha (MTG) y el precúneo izquierdo (Pc) en relación con HC.
Dentro del grupo FEP, el nivel de activación en el MTG derecho se correlacionó negativamente con la
gravedad de sus síntomas psicóticos positivos (Kambeitz-Ilanokovic et al., 2013).
En pacientes con esquizofrenia, la atribución errónea de eventos autogenerados a una fuente externa
se asocia con la presencia de síntomas psicóticos. El objetivo de este estudio fue investigar cómo
Conclusiones: La alteración de la modulación atencional en la esquizofrenia puede contribuir a la
tendencia de los pacientes con FEP a atribuir erróneamente la fuente del material autogenerado, y esto
puede estar mediado por las regiones MTG y Pc correctas que están involucradas tanto en el
procesamiento autorreferencial como en la integración de la información sensorial
(Kambeitz-Ilanokovic et al., 2013).
Los modelos neurocognitivos proponen una interacción alterada entre de abajo hacia arriba y de arriba
hacia abajo procesos atencionales en la esquizofrenia (Maruff et al., 1998) que pueden influir en la
percepción consciente que lleva a AVH (Aleman et al., 2003). Específicamente, el control atencional
de abajo hacia arriba o exógeno está impulsado por estímulos (es decir, la atención se orienta
espontáneamente hacia un estímulo entrante). Por el contrario, el control atencional de arriba hacia
abajo o endógeno es intencional y cognitivamente impulsado (es decir, dirigido por el conocimiento,
la expectativa y las metas actuales) (Sarter et al., 2001). Los estudios de comportamiento informan
que cuando los procesos de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo entran en conflicto, los pacientes
con esquizofrenia exhiben un rendimiento significativamente peor que los controles sanos (HC).
[Extraído de: Kambeitz-Ilankovic et al., 2013].
→ La alteración de la modulación atencional en pacientes con FEP puede conducir a atribuciones de
fuentes erróneas. En pacientes con FEP, en relación con HC, el desempeño de la tarea se asoció con
una activación reducida en el MTG derecho y el Pc izquierdo, ambas regiones involucradas en el
procesamiento autorreferencial y la integración de la información sensorial. La activación
relativamente reducida en el MTG derecho durante la tarea también se asoció con síntomas positivos,
aunque no se estableció una asociación específica con AVH (Kambeitz-Ilankovic et al., 2013).
Diapo x: Evaluación
Nieuwenhuis et al. (2012), también usando resonancia magnética estructural, logró alrededor del 70%
en dos muestras independientes con más de 200 sujetos cada una. Un posible factor de confusión para
interpretar los datos de imágenes cerebrales sobre la esquizofrenia son los efectos de los antipsicóticos
y/o la progresión de la enfermedad, que conducen ambos a cambios estructurales.Emsley et al., 2013;
Ho et al., 2011). No obstante, las técnicas de aprendizaje automático no se han utilizado ampliamente
para investigar los patrones neuroanatómicos en FEP, aunque pocos estudios han informado hallazgos
prometedores.
No hay consenso en si se debería utilizar la resonancia magnética (MRI) como parte de la evaluación
clínica inicial en pacientes con FEP (Falkenberg et al., 2017). Las brain imaging techniques
proporcionan un medio para detectar dicha patología orgánica in vivo, y pueden utilizarse en la
evaluación inicial de pacientes con FEP. (Falkenberg et al., 2017).
La resonancia magnética funcional se ha convertido en una herramienta prometedora para explorar la
función cerebral en el momento del inicio de los síntomas y en el seguimiento. (González-Vivas et al.,
2019).
La en pacientes con FEP puede identificar a individuos cuya condición tiene una “activiología
orgánica”, pero su uso rutinario debería justificarse a partir de un análisis de coste beneficio. Para
ello debemos conocer la prevalencia de anomalías radiológicas en pacientes con FEP, y sobre todo la
prevalencia de hallazgos clínicamente significativos (Falkenberg et al., 2017).
Dado que en la mayoría de los pacientes se desconoce la etiología de la psicosis, también es posible
que algunos pacientes tengan etiologías orgánicas que aún no se han identificado y que pueden estar
relacionadas con hallazgos de MRI distintos de los que sabemos que causan la psicosis. Los
diagnósticos de tales psicosis orgánicas pueden hacerse posibles desarrollando nuevas tecnologías de
diagnóstico (Falkenberg et al., 2017).
La investigación con neuroimagen ha proporcionado pruebas sólidas de anomalías estructurales,
funcionales y químicas del cerebro en los trastornos psicóticos. Los marcadores de neuroimagen
pueden usarse temprano en la psicosis para predecir el pronóstico en entornos clínicos (Falkenberg et
al., 2017).
La mayoría de las guías internacionales recomiendan la tomografía computarizada (TC) en la
evaluación inicial, aunque unos pocos recomiendan la MRI antes que la TC (Falkenberg et al., 2017).
La RM como parte de la evaluación clínica es factible en la mayoría de los pacientes con FEP, y
aunque las anomalías radiológicas son bastante comunes, la mayoría son hallazgos incidentales que no
requieren un cambio en el manejo clínico. Las anomalías que podrían explicar una psicosis son raras,
pero es probable que se diagnostiquen con más frecuencia en el futuro a medida que mejoren los
medios de diagnóstico (Falkenberg et al., 2017).
Varios estudios de Imágenes por Resonancia Magnética Estructural (IRM) han tratado de utilizar estas
medidas cerebrales en el momento del primer episodio para predecir el resultado posterior. Si bien
muchos no encontraron diferencias significativas entre los pacientes con buenos y malos resultados
(Molina et al., 2010; van Haren et al., 2003), otros informaron hallazgos contradictorios. Un estudio
de seguimiento de 1 año encontró que los pacientes con primer episodio de esquizofrenia (FE-SZ) con
deterioro clínico tenían un área más pequeña de cápsula interna en comparación con aquellos con
psicopatología estable, pero sin diferencias ni en su volumen ni en ninguno de los otros. 32 regiones
de interés (ROI) estudiadas (Wobrock et al., 2009). Otro estudio a corto plazo encontró que el
volumen de la corteza prefrontal dorsolateral predecía el resultado a 1 año, pero no a 2 años (Prasad et
al., 2005). Los estudios con períodos de seguimiento más prolongados, de 5 a 6 años, encontraron de
manera más consistente que un volumen inicial más pequeño de materia gris predecía un peor
resultado en el seguimiento (Cahn et al., 2006; Lieberman et al., 2001; Milev et al. , 2003). Esta
evidencia sugiere que evaluar el resultado durante períodos de seguimiento más largos podría
mejorar potencialmente el poder predictivo de las medidas cerebrales [Extraído de: Nieuwenhuis
et al., 2017].
Un estudio anterior ha demostrado que las resonancias magnéticas obtenidas en el momento del
primer episodio psicótico (en una muestra de 56 pacientes) podrían usarse para predecir el curso de la
enfermedad 6 años después con una precisión de aproximadamente el 70% (Mourao-Miranda et al.,
2012). Aunque los resultados hasta la fecha son modestos, respaldan la posible utilidad clínica de los
marcadores cerebrales biológicos para la predicción del resultado en la esquizofrenia. [Extraído de:
Nieuwenhuis et al., 2017].
Teóricamente, los modelos multicéntricos podrían conducir a una precisión de clasificación más
sólida que los modelos basados en un solo centro cuando se usa la estructura cerebral para predecir el
curso o el diagnóstico de la enfermedad, lo que sería más generalizable a muestras de pacientes
nuevos. Los modelos multicéntricos considerarían los protocolos de exploración y adquisición como
ruido y encontrarían efectos comunes a todos los centros, lo que reduciría el riesgo de clasificación
errónea [Extraído de: Nieuwenhuis et al., 2017].
Las medidas subjetivas de la función cognitiva, como los cuestionarios de autoinforme o las escalas
relacionadas, arrojan luz sobre las dificultades cognitivas autopercibidas que ocurren durante la
actividad diaria y que no pueden observarse mediante pruebas de comportamiento (Chan et al., 2008,
como se citó en Kim et al., 2019). Aunque algunas escalas autoinformadas miden la percepción
clínica, como el programa de evaluación de la versión expandida de la percepción (SAI-E) (Kemp &
David, 1997, como se citó en Kim et al., 2019) y la escala de percepción cognitiva de Beck (BCIS)
(Beck et al., 2004, como se citó en Kim et al., 2019), son demasiado amplias para examinar la
autoconciencia de la enfermedad entre los pacientes con FEP. Por ello, la autoconciencia de la
enfermedad debe medirse utilizando otras escalas de autoinforme que miden funciones
cognitivas específicas relacionadas con los problemas patológicos observados en pacientes con FEP
(Kim et al., 2019).
- E. neurocognitiva integral:
- Riesgo de suicidio
El principal hallazgo de este estudio fue que los pacientes con FEP y SB presentan un funcionamiento
neuropsicológico más heterogéneo y peor que los pacientes con FEP sin SB desde las primeras etapas
de la enfermedad. Específicamente, los déficits en la velocidad de procesamiento, la memoria visual y
las habilidades psicomotoras (por ejemplo, destreza motora y velocidad motora) se asociaron con un
mayor riesgo de aparición de SB desde etapas tempranas de la enfermedad. Sin embargo, mientras que
estos déficits neurocognitivos relacionados con SB parecían estar presentes al inicio de la psicosis (en
el FEP), las asociaciones se diluyeron durante el seguimiento. Los déficits en estas áreas también se
han observado en otras poblaciones psiquiátricas, como pacientes con depresión mayor y trastorno
bipolar tipo I. Una posible explicación para este hallazgo podría ser que, aunque el funcionamiento
ejecutivo no estaba relacionado con el SB en este estudio, la literatura previa sí encontró que un
funcionamiento ejecutivo más deficiente (definido como la función neurocognitiva que organiza y
dirige el comportamiento y permite la percepción, interpretación, y la recuperación de, así como la
respuesta a la información ambiental) se asoció con una forma pesimista de pensar sobre la vida
personal. La toma de decisiones fue uno de los subdominios del funcionamiento ejecutivo que se
informó constantemente que estaba afectado en poblaciones psiquiátricas con SB. Esto podría estar
asociado con la velocidad de procesamiento, la memoria visual y las habilidades psicomotoras. Por lo
tanto, las deficiencias tempranas en estos tres procesos neurocognitivos, específicamente en las
primeras fases de los trastornos psicóticos, pueden ser el umbral para deficiencias posteriores en la
toma de decisiones a lo largo del curso del trastorno.
Por el contrario, las puntuaciones más altas en memoria de trabajo se asociaron con una menor
probabilidad de ideación suicida a los 2 años, un hallazgo que podría llevarnos a considerar una alta
capacidad de memoria de trabajo como un factor protector para SB. Este hallazgo es consistente con
estudios en otras poblaciones psiquiátricas, como pacientes con trastorno depresivo mayor y
esquizofrenia, en quienes se observó una relación significativa entre puntajes más altos en las pruebas
de memoria de trabajo y un aumento en los intentos de suicidio. Sin embargo, este hallazgo debe
interpretarse con cautela, debido a la generalización limitada de un estudio a toda la población con
FEP.
Por lo tanto, considerando que los déficits neurocognitivos pueden representar factores de
vulnerabilidad para el riesgo de suicidio, una evaluación neurocognitiva integral centrada en la
identificación del funcionamiento desequilibrado de los dominios neurocognitivos y en la
cuantificación de la calidad de los dominios que parecen ser más vulnerables (velocidad de
procesamiento, memoria visual , y habilidades psicomotoras) pueden ayudar a identificar a las
personas con psicosis que serían más propensas a cometer suicidio, especialmente en las primeras
etapas del trastorno.
Los resultados neurocognitivos pueden estar mediados por el aumento de los síntomas depresivos
durante el curso del trastorno.
Como se informó, seis estudios concluyeron que los síntomas depresivos fueron más frecuentes en el
grupo SB que en el grupo NSB y se asociaron con una mayor probabilidad de intentos de suicidio
antes de la FEP. Este hallazgo es consistente con resultados previos que muestran que la depresión y la
desesperanza son mejores predictores de intentos de suicidio en aquellos que experimentan psicosis
temprana que un historial de intentos de suicidio. Además, los resultados de los análisis longitudinales
muestran aumentos en los síntomas depresivos durante el curso del trastorno, aunque el
funcionamiento neurocognitivo en FEP se mantuvo sin cambios durante los primeros 6 meses de
tratamiento. Por lo tanto, parece que si los pacientes con PEP presentan síntomas depresivos,
explicarían en mayor proporción la presencia de BS y modularían el efecto del funcionamiento
neurocognitivo.
El CI premórbido y la conciencia del trastorno también se relacionaron con SB en pacientes con FEP.
El CI premórbido es un índice de la reserva cognitiva, y los programas para mejorar la reserva
cognitiva en personas con riesgo clínico de psicosis o en las primeras etapas de la enfermedad son
efectivos para abordar las manifestaciones clínicas del trastorno. Sin embargo, otros estudios
explicaron que un funcionamiento cognitivo más deficiente, junto con una introspección deficiente y
síntomas negativos prominentes, específicamente, déficits en la expresividad emocional, pueden
servir como un factor protector contra la ideación suicida entre las personas con psicosis. Por lo tanto,
esta capacidad deteriorada evitaría que los pacientes experimenten la angustia emocional causada por
el trastorno, disminuyendo así la probabilidad de desesperanza e ideación suicida.
Aunque la mayoría de los estudios en esta revisión informaron un funcionamiento neurocognitivo más
deficiente en varios dominios, dos estudios que analizaron la conciencia del trastorno mostraron que
este era mayor en el grupo SB que en el grupo NSB, mientras que otro estudio concluyó que la
conciencia era más pobre en el grupo SB grupo. Por lo tanto, se debe realizar más investigación sobre
la relación entre el conocimiento, las funciones neurocognitivas y el SB en pacientes con FEP.
Ajuste premórbido, DUP (duration of untreated psychosis), historial de uso de sustancias y SB:
El pobre ajuste premórbido es uno de los factores sociales asociado con SB en FEP. Esto es
consistente con investigaciones previas. En consecuencia, una DUP más prolongada se ha asociado
consistentemente con un peor ajuste premórbido en pacientes en etapas tempranas de la enfermedad.
Se ha informado que DUP es particularmente alto cuando se asocia con síntomas depresivos.
Finalmente, solo un estudio de esta revisión sistemática encontró una mayor proporción de consumo
de cannabis en el grupo de pacientes con SB. Este hallazgo es consistente con un estudio reciente en
el que se informó una asociación entre el consumo de cannabis, la conciencia de la enfermedad y la
depresión: el consumo continuado de cannabis durante el primer año posterior a la FEP puede
desempeñar un papel importante en el mantenimiento de la depresión, específicamente en pacientes
con una mayor nivel de perspicacia.
- Cognición social
Relapse Prevention Therapy (RPT, Gleeson et al., 2011): Paquete de tratamiento integrado TCC
para jóvenes con primer episodio psicótico (FEP). 5 fases: compromiso y evaluación de riesgo de
recaída, acuerdo de agenda terapéutica, anticipación de riesgos, prevención de recaídas, más módulos
opcionales diversos. Tasa de recaídas significativamente menor a los 12 meses de seguimiento en
comparación con tratamiento estándar solo, y mayor demora en el tiempo de recaída: sin embargo, las
diferencias no se mantienen en el tiempo.
Programa 2000 (Meneghelli, Cocchi y Preti, 2010): Tratamiento integral y flexible para jóvenes
FEP o de alto riesgo. Incluye tratamiento psicofarmacológico (si precisa), entrevista motivacional,
psicoeducación para afectado y familia, intervenciones grupales para manejo de síntomas y
entrenamiento en habilidades, intervención de apoyo, TCC y terapia familiar intensiva (si precisa).
A un año de seguimiento, 67,2% en remisión y mejora del funcionamiento social.
The McLean Ontratck Program Abbreviated (Shinn et al., 2017): tratamiento ambulatorio con
perspectiva transdiagnóstica. Enfoque psicoterapéutico múltiple para jóvenes FEP. Incluye: TCC,
terapia personal, entrenamiento individual en resiliencia, terapia interpersonal y de ritmo social más
otras actividades no estructuradas. A los 2,5 años, el 50,5 % de los sujetos de OnTrack
experimentaron un cambio en el diagnóstico de referencia a lo largo del curso del tratamiento.
Terapia de Orientación Cognitiva para la Psicosis (COPE) (Henry y colaboradores, 2005): Esta
terapia fue diseñada para proporcionar una ayuda a los sujetos con esquizofrenia en la recuperación
del primer episodio psicótico, con el fin de evitar la morbilidad secundaria asociada. Es una terapia de
formato individual.
La COPE incluye tanto técnicas cognitivas como psicoeducativas, a lo largo de 20-30 sesiones
aproximadamente.
Las metas terapéuticas que se pretenden alcanzar son:
● Buen conocimiento de aspectos relacionados con la enfermedad.
● Correcta adaptación y manejo de la enfermedad.
● Reducción de la comorbilidad.
● Funcionamiento psicosocial óptimo.
Según Marino Pérez (2008), esta terapia está recomendada tanto para la fase de recuperación
temprana de la psicosis tras un primer episodio de la enfermedad (2-6 meses aproximadamente) como
para la fase de recuperación de la psicosis (entre 6 y 24 o más meses).
REHABILITACIÓN COGNITIVA:
Los estudios indican que los déficits cognitivos suelen estar presentes en las fases tempranas de la
psicosis. Se han observado deterioros cognitivos en jóvenes con síntomas psicóticos en la cognición
global, y en diferentes dominios de la función cognitiva, sobre todo en el aprendizaje verbal y la
memoria, la velocidad de procesamiento y la atención.
Los programas de Rehabilitación Cognitiva (RC) se suelen basar en tres principios generales.
● Entrenamiento: práctica repetitiva.
● monitorización: ayudar a los sujetos a comprender los distintos tipos de entrenamiento usados
● Generalización: uso de las habilidades adquiridas en la vida cotidiana
Además esta RC se puede focalizar en un enfoque botton-up (p.ej., capacidades perceptuales básicas)
o en un enfoque top-down (p.ej., funciones ejecutivas).
En español disponemos de las plataformas REHACOP y Neuron-up.
En relación con su eficacia, su nivel de evidencia es de 2+, contando con un grado de recomendación
B. En general, los programas de RC parecen tener un efecto beneficioso a nivel neurocognitivo en
jóvenes con EMAR, no obstante, hacen falta realizar más estudios.
TERAPIA FAMILIAR:
Es frecuente encontrar una alta emoción expresada en los familiares de los pacientes que sufren un
PEP. Por ello se hace fundamental incluir a las familias en la intervención, a fin de mejorar las
dinámicas familiares y facilitar la recuperación del sujeto.
La mayoría de las intervenciones familiares se basan en la psicoeducación de síntomas y la evaluación
de las actitudes familiares. Asimismo, las guías NICE (2013) recomiendan intervenciones familiares y
terapia individual cognitivo-conductual para menores con PEP. Además, refiere que la terapia familiar
debería:
● Incluir a la familia y al menor.
● Incluir un mínimo de 10 sesiones.
● Duración entre 3 y 7 meses.
● Tener en cuenta las preferencias familiares (si multifamiliar o unifamiliar).
● Tener en cuenta las relaciones familiares.
● Usar un enfoque de apoyo, psicoeducativo, solución de problemas y manejo de crisis.
● Incluir terapia individual concomitante con un mínimo de 16 sesiones.
REFERENCIAS
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Annalisa; Lomas, Ben; Reininghaus, Ulrich; Onyejiaka, Adanna; Chan, Raymond C K; Croudace,
Tim; Jones, Peter B; Murray, Robin M; Fearon, Paul; Doody, Gillian A; Morgan, Craig; Dazzan, Paola
(2020). Neurological Signs at the First Psychotic Episode as Correlates of Long-Term Outcome:
Results From the AESOP-10 Study. Schizophrenia Bulletin, (), sbaa089–.
doi:10.1093/schbul/sbaa089
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Soldevila-Matías, P., Albajes-Eizagirre, A., Radua, J., García-Martí, G., Rubio, J. M.,
Tordesillas-Gutierrez, D., ... & Sanjuán, J. (2022). Precuneus and insular hypoactivation during
cognitive processing in first-episode psychosis: systematic review and meta-analysis of fMRI studies.
Revista de Psiquiatría y Salud Mental (English Edition), 15(2), 101-116.