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UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ DE GUATEMALA

“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”


LICENCIATURA EN CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES
CURSO: SOCIOLOGIA DE GUATEMALA
DOCENTE: LEONCIO ESMIRNO ARDANIS REYES JUAREZ

TEMA:
Sociología de Guatemala
Segunda Parte

Helen Sofía Roque Lemus 5016-23-13734

Cuilapa, de 18 de febrero 2023


INTRODUCCION

Mucho se ha dicho respecto a la Conquista e Independencia, en el pequeño lapso que leímos y


estudiamos estos temas plantearemos algunos aspectos específicos sobre el tema leído y visto en
clase, este tema es de total interés para aquellos que deseamos llegar a conocer y entender un
poco más sobre lo que es la historia, libertad de nuestro país o al menos llegar a tener un
concepto importante y definido de lo que es ser guatemalteco.
SEGUNDA PARTE
LA CONQUISTA
1. INTRODUCCION:
La Europa de finales del siglo XV se abría a una mayor expansión comercial; tenía un
especial interés en el mercado con el lejano Oriente, del que se importaban especias, tales
como: canela, pimienta, clavo, etc. En el intento por descubrir nuevas rutas más seguras
que el Mediterráneo y sus costas, dos costas llegaron a tomar contacto. El 12 de Octubre
de 1492, Europa llega a América. Cristóbal Colon había prometido encontrar una ruta
hacia las Indias, siguiendo un camino por el Occidente. Luego de estar convencido de
haber conseguido su objetivo, Colon y su gente llamaron indios a los naturales
americanos.
No encontraron muchas especies, pero encontraron oro y otras riquezas. Guerreros y
Aventureros se lanzaron sobre el nuevo mundo, buscando el enriquecimiento fácil y
rápido, primero en las islas del Caribe y luego en el continente.
Del Caribe partió Hernán Cortes hacia la conquista de México, desde ahí saldría el
“Adelantado” don Pedro de Alvarado a iniciar la conquista de Guatemala: crueldad,
terror, torturas, mutilaciones, muertes, descuartizamientos, aperreamientos, engaños,
traiciones…” Ay entristezcámonos, porque llegaron”
La conquista no fue un paseo de los invasores, ante la pasividad o mansedumbre. Hubo
una resistencia tenaz, inteligente y prolongada aunque desventajosa y en grupos aislados.
Los guerreros españoles contaban con la superioridad militar que le daban sus armas,
desconocidas para los indígenas. Armas de fuego, armas blancas y caballería.
Expresa el Libro de Chilam Balam: Los muy cristianos llegaron aquí con “el verdadero
Dios”. Pero ese fue el principio de la miseria nuestra, del tributo, de la limosna, la causa
de la discordia oculta, de las peleas con armas de fuego, de los atropellos, de los despojos
de todo, de la esclavitud por deudas, deudas pagadas a las espaldas, la continua reyerta,
del padecimiento.
El cronista Fernández de Oviedo escribió respecto a los conquistadores entre 1535 y
1557: Como no traen la intención más de hasta alcanzar el oro y poder tener hacienda que
les pueda avenir, posponen la vergüenza y la conciencia y la verdad y se aplican a todo
fraude y homicidio.
2. EL PERIODO COLONIAL
(Primer etapa 1524-1542, con rasgos esclavistas).

Se inicia este periodo con la conquista de Guatemala por los españoles en 1524, la
conquista represento el choque entre dos sociedades en distintos grados de desarrollo
económica-social: la sociedad española, una de las más desarrolladas del mundo en el
siglo XVI se encontraron en las primeras etapas del capitalismo y por otro lado, el de los
pequeños imperios despóticos tributarios.
Básicamente la conquista fue una guerra de ocupación, para dominar y explotar un
territorio y habitantes. Las sociedades indígenas fueron totalmente reestructuradas para
servir a los intereses de los conquistadores y colonizadores y de las clases dominantes de
la metrópoli española; esto significo la ruptura radical del proceso evolutivo histórico
autónomo. Es decir, fue el principio de un sistema socio-económico opresivo, no
conocido por los indígenas que implico la destrucción del sistema anterior; especialmente
de aquellos que pudieran hablar de madurez y humanidad de los pueblos naturales. Ahí
vino la destrucción de las manifestaciones de cultura y de identidad nacional, se
destruyeron libros, templos, estructuras sociales y políticas, sistemas de convivencia y
comercio, prácticas religiosas e intelectuales.
La conquista de Guatemala nos presenta un doble significado; de destrucción y de
revolución técnica.
Todavía no habían llegado los españoles a Guatemala y ya se contaban los muertos por
miles. Esto debía a que los españoles trajeron al invadir México en 1519, un sin número
de enfermedades contagiosas, que propagaron entre la población indígena la cual no
poseía los anticuerpos para contrarrestarlas. El principio de la gran baja de población de
la colonia fue debido a la epidemia de peste propagada por ratas venidas de Europa en las
naves españolas. En 1520 se presenta el cólera entre los Quiches, Cackchiqueles y
Tzutuhiles y, en el año siguiente, la viruela; además se desataron otras enfermedades,
tales como la influenza, la variedad pulmonar de la plaga bubónica. Se conserva que en la
epidemia de 1520, por lo menos un tercio y tal vez más de la mitad de la población del
altiplano guatemalteco sucumbió ante la peste. Se ha estimado que el 70% de la
población fue aniquilada por las enfermedades europeas entre 1520 y 1650. En el
altiplano, la población nativa descendió aproximadamente un millón a 200,000
habitantes.
Al mismo tiempo la conquista tuvo una profunda revolución técnica al introducir a los
españoles, instrumentos de hierro, especialmente el arado, nuevas técnicas y métodos de
cultivo de la tierra, la rueda y la carreta, la ganadería y con ella, un nuevo medio de
tracción de transporte y de locomoción.
La conquista tuvo un carácter fundamentalmente económico, la apropiación de las
fuentes de riqueza de los conquistadores. A partir de entonces la lucha que se establece
por la apropiación de la tierra y la fuerza de trabajo entre los distintos grupos dominantes
coloniales será la característica esencial de la historia colonial. Dicha lucha se manifiesta
inmediatamente después de la conquista militar en la apropiación de la tierra mediante el
sistema del “repartimiento de tierras” a los conquistadores y colonizadores. La
apropiación de la fuerza de trabajo se realizó mediante las instituciones de la encomienda
y el repartimiento de nativos.
La esclavitud se escondía bajo el régimen de encomienda y repartimiento ya que no
estaba totalmente autorizada (esclavitud virtual o de hecho). También la esclavitud
legalizada desde que se autorizó esclavizar a todo aquel nativo que presentara resistencia
armada a la conquista y a su evangelización. Esta primera etapa colonial se caracteriza
por relaciones de producción basadas en explotación de la fuerza de trabajo indígena.
Dicha esclavitud fue el resultado de la necesidad del conquistador y colonizador de
apropiarse el excedente o plus producto producido por el indígena. De esta manera surge
también en Guatemala la primera sociedad clasista conformada por los señores
esclavistas (conquistadores y colonizadores) y los esclavos (nativos desprovistos de
medio de producción y propiedad del señor esclavista).
Las contradicciones del régimen esclavista colonial pronto se agudizaron: las relaciones
esclavistas de producción daban una riqueza fácil y rápida a los esclavistas, también
destruían rápidamente la principal fuerza productiva: la fuerza de trabajo humana;
provocando cambios en las principales instituciones de trabajo y por lo tanto en las
relaciones de producción.
SEGUNDA ETAPA 1542-1821, CON RASGOS PREDOMINANTEMENTE
FEUDALES
Mediante las Leyes Nuevas emitidas en 1542, la Corona toma el control de los indígenas
suprimiendo la esclavitud de los nativos y estableciendo que todos ellos serían
considerados de ahora en adelante como vasallos libres tributarios de la corona. Con ello
la Corona tomaba formal y jurídica posesión de la fuerza de trabajo indígena
sustrayéndosela a los conquistadores y colonizadores, esclavistas y establecía que nadie
podía obligar a los nativos a trabajar contra su voluntad sino contratándolo libremente por
un salario. La única obligación del indígena será la de tributar a la corona. Además, se
ordenaba concentrar a los indígenas en “reducciones” o “pueblos de indios”.
A partir de ahora las “reducciones” o “pueblos de indios”; se iban a convertir en la pieza
clave básica que sustentaría la nueva estructura colonial. En resumen, las leyes Nuevas,
representaron una profunda reorganización de la sociedad colonial en el siglo XVI. A
partir de entonces se reorganizan las principales instituciones de apropiación del trabajo
sobrante de productor indígena: la encomienda, del repartimiento. La primitiva
encomienda esclavista se convierte en recurso para obligar al indígena encomendado a
trabajar en las haciendas del encomendero, en la cesión al mismo por parte de la corona
de una parte de los tributos que como vasallos libres del Rey debían pagar
obligatoriamente los indígenas (concesión o beneficio de tipo feudal).
La corona creo un nuevo mecanismo de trabajo forzado con una concesión o beneficio a
los hacendados. El primitivo repartimiento esclavista de indígenas fue modificado: de la
explotación esclavista de los indios repartidos se pasó a la explotación feudal de la fuerza
de trabajo repartida ahora a las hacienda en forma temporal y forzada. De este modo el
indio pasó a ser un siervo con dos señores: el Rey, a quien tributaban en productos, y el
hacendado a quien prestaban servicios personales por orden del Rey y bajo su control.
En tales relaciones de producción, el pueblo de indios se convirtió en el eje y sostén
principal del indio para el efectivo cumplimiento de sus obligaciones y en pieza clave de
sustentación de la sociedad colonial.
El pueblo de indios era un inmenso latifundio feudal que le rentaba al Rey gran señor
feuda una gran masa de tributos en productos y al hacendado segundo gran reservorio de
la fuerza de trabajo durante la época colonial feudal y su finalidad estuvo orientada a
proveer fuerza de trabajo mediante tres vías.
1. Gratuita forzosa (prestaciones de servicios no remunerados a la iglesia, trabajo,
construcción de edificios en las ciudades. Servicios de carga y transporte para las
autoridades, para religiosos y particulares).
2. Semigratuitos o mal remunerados forzados (acudir al repartimiento a las haciendas);
3. Asalariadas muy baratas (posibilidad del indio de vender su fuerza de trabajo
después de haber cumplido con los trabajos obligatorios.
La formación económico social colonial estuvo integrada por el trabajo esclavo de los
negros africanos y por los ladinos mestizos de las “rancherías” que trabajaban a cambio
de tierra en usufructo.
La principales formas de propiedad de la tierra durante tal época colonial, los
conquistadores y colonizadores y luego sus descendientes americanos (criollos) iniciaron
un gran proceso de concentración de la propiedad territorial que culmino en la
conformación del latifundismo colonial. Estos latifundios convertidos en grandes
unidades agropecuarias (haciendas o plantaciones) estuvieron orientados a satisfacer las
demandas del mercado. De este modo la concentración de las propiedades se orientó
hacia la producción específica de determinados productos (añil, cacao, grana, caña de
azúcar, etc.)
De acuerdo a las anotaciones anteriores, las principales formas de la propiedad territorial
durante la época colonial fueron:
1. La propiedad de la Corona Española (tierras realengas).
2. La propiedad privada de los criollos terratenientes (latifundios)
3. La propiedad de la iglesia gran terrateniente colonial.
4. La propiedad comunal de los indios en pueblos de indios.
5. La pequeña y mediana propiedad de indios ricos, ladinos y criollos empobrecidos.

En cuanto al desarrollo social urbano, la ciudad colonial centro de dominio y disfrute de


los grupos dominantes coloniales (criollos y españoles burócrata), estaba habitada en gran
parte por ladinos o mestizos pertenecientes a las captas medias urbanas: la plebe (masa
pobre de la ciudad), los artesanos, los pequeños y medianos comerciantes y
manufactureros explotadores de fuerza de trabajo realizada y los sectores intelectuales o
letrados: profesionales, estudiantes, maestros, artistas, empleados menores, etc. El sector
urbano de las capas medias se complementan con el sector rural: la capa alta de pequeños
y medianos agricultores explotados de trabajo asalariado y la capa baja de ladinos pobres
en rancherías.

La estructura colonial quedo conformada entonces con las siguientes clases y capas.

1. Clase dominante y explotadora, criollos terratenientes y españoles burócratas;


2. Clase dominada y explotada: indios siervos,
3. Clases medias rurales: ladinos pobres de ranchería y pequeños, medianos
agricultores;
4. Capas medias urbanas: plebe, artesanos pequeños y medianos comerciantes
manufactureros y grupos de intelectuales.

El desarrollo de la época colonial estuvo determinado por los intereses contradictorios


de cada uno de estos grupos y sus correspondientes luchas a nivel político e
ideológico, luchas que se agudizan en el proceso de la independencia.

En conclusión, la sociedad colonial se sustentaba en su mayor parte sobre la base de


relaciones de producción pre capitalista (feudales), tenía una población dividida en
40,000 habitantes españoles y criollo que vivían en la opulencia y concentraban en sus
manos a la riqueza junto a l, 500,000 habitantes indios y mestizos en su mayoría
explotados y viviendo en condiciones de miseria y propensos a una serie de
enfermedades epidémicas.

¿QUE ES EL INDIO?
Personalmente creo que solo la historia puede responder a la pregunta planteada. Mejor
dicho: la respuesta tiene que ser histórica si ha de ser explicativa y no meramente
descriptiva. Hay una gran diferencia entre decir quién es el indio (mostrarlo), o como es
el indio (describirlo), y decir por qué es indio (explicarlo). Para la ciencia, explicar un
fenómeno es señalar sus causas; y las causas que generaron al indio guatemalteco solo
pueden encontrarse en el proceso histórico de la sociedad guatemalteca.
No ha habido indios desde la eternidad, que esa realidad humana que llamamos al indio
tuvo un comienzo. Tal deformación del juicio proviene de la deshistorización del indio
operada en la mentalidad de los terratenientes coloniales, y convertida en supuesto
pedagógico cuando tomaron el poder después de la independencia: “el indio siempre ha
sido indio…El indio siempre será indio”, así reza el principio criollista.
Cualquier deshistorización de la realidad social implica su falseamiento y es fuente de
absurdos.
Presentar al indio como un ente sin historia erra una sutil manera de negar sus
posibilidades de desarrollo y superación.
El truco es perfecto: se presenta al indio como una realidad definitiva, y no como una
condición históricamente determinada. Se escamotea así el hecho fundamental de que los
indios son seres humanos a quienes la dominación colonial les imprimió ciertas
características. La ideología criolla deshistorizo al indio en el afán general de
deshumanizarlo.
Hacen la más ingeniosas predicciones acerca del futuro del indio en el sentido de que
tiene que seguir indio. Estas mentalidades también piensan al indio como una substancia
inalterable, lo cual no impide que quieran defender sus posibilidades de desarrollo y hasta
asignarle tareas de dirección exclusiva en las revoluciones del futuro. Semejante
contradicción de fono da lugar a grandes despliegues de retórica pro indígena, minados
desde su base por premisas falsas. Así se dice que el “indio es el colonizado”, pero luego
se pasa a afirmar que el colonizado va a liberarse, a descolonizarse, a desalinearse… Sin
dejar de ser indio. Lo verdadero del primer juicio radicaba precisamente en la
identificación del indio con el colonizado, y en este otro se supone que puede dejar de ser
el colonizado sin dejar de ser el indio. Lo que ocurre es que en el juicio “el indio es el
colonizado”. No está queriendo decir que la esencia del indio radica en ser un hombre
con las características que el imprimió una colonización lo cual sería absolutamente
cierto, algo por completo diferente: que el indio ha sido objeto de determinadas
presiones ejercidas o sobre su ser por unos extraños, los colonizadores, el destino del
indio es sacudirse esas presiones y volver a ser como era antes de la colonización puesto
que ese su ser pre colonial pertenece allí, esperando el momento de la “desalineación”, el
retorno a la “autenticidad”. Estamos, como se ve frente a una especulación que pretende
grandes vuelos, pero no pasa de ser un aleteo en el interior de la trampa criolla. No es
extraño que por ese camino extraviado se desemboque de nuevo en el racismo (aunque se
trate de un racismo al revés, favorable al indio, pero tan irracional y reñido con la ciencia
como cualquier otro). Si el indio antes de ser colonizado, siguió siéndolo mientras ha
estado colonizado, y si va a continuar siéndolo después de su liberación, definitivamente
la condición de indio no es una realidad históricamente determinada, sino infra histórica,
inmutable, racial.
Para entender que los conquistadores no se encontraron con indios, aunque hayan usado
esa palabra para designarlos. Al momento de la conquista no se había configurado0 la
realidad humana que llamamos el indio y por cuya esencia estamos preguntando.
Pedro Alvarado no vio jamás a un indio: murió cuando todavía no había indios. En
efecto: el conquistador hallo la muerte cuando el régimen colonial no estaba todavía
estructurado ni había comenzado a transformar a los nativos en indios cofradías, con
tierras comunales administradas por Alcaldes; un indio con sombrero, que en las telas de
lana borda caballos, leones, castillos y águilas con sedas de colores; un indio que le reza a
los Santos de la iglesia Católica, que vuelca sus magros ahorros en Semana Santa, y que
tañe sones en marimbas de procedencia africana y chirimía de origen arábigo. Los nativos
a quienes Alvarado y sus compañeros comenzaron a conquistar llamados por el
conquistador “los naturales” en sus cartas será por completo otra realidad humana.
Veámosla en trazos breves. Los nativos vivían en poblados muy extensos grandes
territorios cultivados y habitados en forma muy dispersa, en que las chozas se hallaban
junto a los sembrados, distantes unas de otras y comunicadas por una red de senderos. En
un lugar principal, generalmente una ciudadela rodeada de barrancos, vivían los
“señores”, las “casas grandes” de que habla el Popol Vuh: digamos una aristocracia muy
restringida, con autoridad civil, religiosa y militar. En pequeñas aldeas, distribuidas por el
gran territorio del poblado extenso, vivía gente más numerosa pero menos poderosa que
los señores, una aristocracia intermedia, a quien identifican como los cabezas de calpul
“o los caciques”. En la chozas dispersas vivía la masa de población, lo “maceguales”. Se
sabe que los maceguales entregaban a los caciques una tributación, la cual se trasladada a
los señores. Mientras el anónimo autor del Popol Vuh insiste en declarar que el pueblo
tributaba con gusto a sus señores, sin coacción ni violencia, otras fuentes dejan suponer
que los señores ejercían presión para recaudar esos tributos y aun castigaban a quienes
cambiaban de residencia para rehuirlos.
Los documentos no aclaran si las parcelas que cultivaban los maceguales eran de
propiedad comunal, aunque es lo más probable si nos atenemos a lo que ocurría en los
calpules mexicanos del mismo periodo siglo XVI.
Los señores tenían ciertas tierras trabajadas por esclavos o arrendadas a gente común, y
aunque tampoco expresa que tales tierras fueran de propiedad privada, deja claro que eran
un medio de producción poseído con fines de explotación humana.
Cuando se aprobó que las sociedades más desarrolladas y populosas como la de los
quiches y la de los cackquiqueles, comenzaban a formar pequeños imperios a base de
aterrorizar con la guerra a otros pueblos y exigirles tributos. Dichas guerras, unas de
sometimiento y otras de represalia por intento de rebelión. Es evidente que los esclavos
jugaban un papel todavía muy secundario en la producción. Sin embargo, los sacrificios
también tenían una significación económica, porque servían para escarmentar y
aterrorizar a los pueblos tributarios, según lo observo Fray Bartolomé de las Casas.
Sobre una base tecnológica definida por el uso de instrumentos y objetos fabricados
principalmente con madera, piedra, barro y fibras vegetales, vivían aquellas sociedades.
Dan noticias los documentos indígenas escritos después de la conquista y las crónicas de
los primeros frailes, no disponían los nativos de algo que pudieran llamarse escritura. Las
plumas finas, las piezas de oro y cobre repujados, y las cuentas de jade, constituían al
parecer los símbolos de riqueza. Los tejidos de algodón y fibras de agave o maguey
formaban el material de la indumentaria cotidiana.
Entre los maceguales o trabajadores comunes era corriente el uso de bastos tejidos de
agave en la indumentaria. El atuendo de la mujer estaba constituido por una falda
enrollada que llegaba a la orilla y el “huipil”, materiales de colores que fueron
introducidos por la colonización (lana, castillos, leones, etc.)
Después de un corto periodo en que los conquistadores ejercieron su tiranía directa sobre
las sociedades indígenas casi intactas periodo que no más de treinta años sobrevino la
gran reorganización de la colonial encaminada a ponerlas bajo el dominio efectivo de la
corona española. Los conquistadores fueron desplazados y substituidos por funcionarios
de carrera venidos de España: religiosos de Justicia, de Hacienda y militares.
Aquella reorganización de mediados del siglo XVI exigió, empero, el desmantelamiento
total de los antiguos poblados extensos, sede de la vida prehispánica, y la creación de los
pueblos de indios también llamados en aquel periodo “reducciones” que fueron el molde
de la nueva vida colonial que se iniciaba.
Hubo setecientos setenta pueblos a lo largo de todo el Reino de Guatemala
(Centroamérica y Chiapas), de los cuales aproximadamente trescientos se ubicaban en el
territorio que hoy corresponde a la República de Guatemala.
Un pueblo era un conjunto de vivienda (chozas de tipo prehispánico en su mayoría).La
presidian desde dos de sus costados los edificios de las dos instituciones que
representaban el Poder y lo hacían efectivo en el seno del pueblo: La iglesia y el
Ayuntamiento o Cabildo de Indios.
Por motivo de su alta jerarquía local como representantes de Dios y del rey (y para el
caso da lo mismo que algunos indios dudaran d dicha delegación, o que la Venalidad de
los curas los hiciera secretamente despreciables a los ojos de los indios) por motivo de su
indispensable mediación entre indios y españoles como intérprete de las lenguas y de las
costumbres; por todos esos y otros motivos era el doctrinero el más importante agente de
la dominación española en el pueblo.
La autoridad militar encargada de reprimir y escarmentar a los alzados recurrió siempre y
pronto al cura en busca de información precisa: los cabecillas, los planes, la división
interna, las conexiones con otros pueblos, la ruta de los prófugos, todo lo necesario para
controlar y reprimir al pueblo amotinado.
Un trabajador más productivo pero no para su bienestar propio, sino para el
enriquecimiento de diversos amos que tenían perfectamente controlada la canalización
del plus producto. La colonización le dio al nativo ciertamente muchas cosas, de orden
material y espiritual, pero el analista histórico demuestra que todas ellas una a una
respondían al gran fin primordial del imperio: la explotación. Nunca se rebaso ese límite
Para montar a caballo, un indio tenía que obtener permiso del más alto funcionario del
gobierno colonial, el Presidente de la Audiencia.
El ayuntamiento n fue menos importante que la iglesia. Los caciques o “cabezas de
calpul” ingresaron a la estructura social de la colonia. Dichos cargos se renovaban cada
año por elección realizada entre los mismo nobles, de ahí que todos ellos se mantuvieran
en estrecha colaboración formando camarillas de indios privilegiados en los pueblos
indios “principales” se les llamo también, núcleos compactos.
Los nobles no tributaban ni acudían al trabajo forzado de las haciendas circunstancia que
les permitió enriquecerse abusando de la autoridad. Todo ellos mantuvo a los indios
sumidos en una espantosa pobreza, que por supuesto implicaba ignorancia, deterior
físico, y profundos sentimientos de inferioridad unidos a un odio de clase gigantesco y
justificado.
El régimen colonial de pueblos de indios convirtió a los nativos maceguales en una clase
fundamental de siervos.
La Independencia no cambio esa situación el régimen de pueblos fue mantenido
celosamente por la oligarquía criolla en el poder. El tributo fue sustituido por otros
impuestos. La demanda de mano de obra forzada disminuyo con la posibilidad de retener
algunos indios en las haciendas.
La Reforma Liberal introdujo importante modificaciones en la Vida de los pueblos, más
no en beneficio de los indios sino para empeorar su situación suprimió las tierras
comunales bajo el pretexto de las ventajas económicas.
Reglamento de Jornaleros, que estuvo en vigor desde los primeros años de Barrios hasta
los primeros de Ubico (1877-1934), así como la Ley de Vagancia de este último
tiranuelo, fueron instrumentos legales que se aplicaron con el máximo rigor para
facilitarle la mano de obra forzosa a los finqueros. Solo leyendo el texto de esas leyes
monstruosas, las descripciones de observadores extranjeros que vieron su aplicación aún
más monstruosas, se llegó a entender en qué grado quedaron los indios, durante todo ese
tiempo, a merced de las necesidades de la clase dominante.
La Reforma liberalizo el régimen de los municipios abriéndolos a todos los vecinos. Los
nobles indios fueron privados de la autoridad y de los privilegios que habían retenido por
más de tres siglos.
La masa india modifico muy poco durante los setenta años de las dictaduras cafetaleras
las características adquiridas durante el periodo colonial: siguió una clase social servil.
No hubo posibilidades de desarrollo progresivo, de mejoramiento económico ni cultural,
sino fundamentalmente lo que venía habiendo desde la colonia: trabajo forzado, azotes y
calabozo, pagas miserables al capricho de los terratenientes, aparatos de represión y de
terror cada vez más eficaces para reprimir todo intento de protesta o rebelión y mantener
“el orden”.
El indio es por consiguiente, un fenómeno colonial prolongado mucho más allá de la
independencia por la perduración de las condiciones económicas y las presiones de todo
tipo que lo habían modelado originalmente.
En el segundo año de la Revolución Guatemalteca, en 1944 el Congreso de la Republica
suprimió por decretó toda forma de trabajo forzado en Guatemala. La contrarrevolución
de 1954 no lo implanto de nuevo.
El indio no sostiene relaciones serviles de trabajo con los patronos, sino relaciones
salariales. Significa la supresión del factor que fue determinante en la aparición y la
perduración histórica del indio el trabajo forzado. En ese momento, el indio cumple una
función económica distinta de la que cumplió durante cuatro siglos en la sociedad
guatemalteca.
Los efecto formativos de quinientos años de servidumbre no pueden ser borrados por
setenta y dos años de salario que van transcurridos desde 1945. La proletarización del
indio implica su paso a una clase menos ultrajada que el trabajador forzado, pero en
definitiva también oprimida justamente la más oprimida de todas al desaparecer el siervo,
lo que quiere decir que se mantienen condiciones de miseria.
La opresión del trabajo forzado y la implantación del salario para el indio es un hecho
profundo, que afecta no solamente al indio sino a toda la estructura social guatemalteca.
Su significado puede precisarse del siguiente modo: un sector mayoritario de trabajadores
guatemaltecos. La oligarquía terrateniente, tradicionalmente explotadora de trabajo
forzado, se convirtió en la fracción más importante de la burguesía compradora de fuerza
de trabajo.
Sin embargo, ninguna visión será completa, ni políticamente operativa, si se ignoran o
excluyen los hechos que estamos indicando. Es el de mayor interés comprender la nueva
relación a que ingresa el indio asalariado con el asalariado ladino. El salario esta llamado
para unificar a los proletarios indios y no indios en una sola conciencia de clase, puesto
que se hallan ahora unificados en una misma función económica y forman de hecho una
sola clase: vendedores de fuerza de trabajo.
Cabe prever, asimismo, que los sectores reaccionarios harán exactamente lo contrario:
buscaran los medio para entorpecer esa unificación. El procedimiento será llamado al
indio a encontrarse y encerrarse en sus tradiciones, exaltar su paupérrima cultura colonial
como algo “auténticamente nacional” frente a la experiencia revolucionaria de los
pueblos, que será presentada como “teorías exóticas”. Esa exaltación neo indigenista, que
puede incluso adoptar una máscara “revolucionaria”.
Se le dará un relieve artificial a la contradicción indio-ladino aprovechando el gran peso
que ella tiene en la mentalidad de las clases guatemaltecas por inercia colonial, ocultando
así la nueva situación del indio como asalariado, y la verdadera contradicción entre
explotados y explotadores. En dos palabras: la línea reaccionaria tendría que orientarse a
desunir, y la línea revolucionar a unir. Ahora bien: la línea revolucionaria tiene a su favor
las circunstancias reales de la relación entre indios y ladino proletarios.
Dicha contradicción perdura en la mentalidad, a nivel circunstancias reales. Los juzgados
y las inspectorías de trabajo conocen ya de muchos casos en que indios y ladinos
asalariados plantean.
Indios son en Guatemala los individuos que conservan características de los siervos
coloniales. La raza no tiene nada que ver en la definición del indio, porque si bien es
cierto que los nativos convertidos en indios pertenecían todos a la misma raza.
En Guatemala hay racismo y hay discriminación racial para los individuos de raza nativa
que ya no son indios. La discriminación racial entre nosotros como en todas partes es un
fenómeno ideológico, de súper estructura, que responde a la lucha de clase y opera
solamente en función de ella.
Ahora bien como las clases son muchas, ocurre que la burguesía discrimina a todos los
demás grupos de distintos grado y estos se discriminan entre sí de acuerdo con su
posición relativa. En ese contexto se dan maticen de resentimiento y malentendido
diversos.
Por motivos puramente clasistas, y fácilmente se enreda y mortifica creyendo que es
discriminado por el componente racial del nativo que puede haber en su imagen física.
Esa equivocación genera actitudes irracionales de resentimiento, y lleva a muchos
pequeñoburgueses a identificarse emocionalmente con el indio, a exaltar su cultura sin
comprender que es cultura colonial de opresión, a afirmarlo como “lo auténtico” de
Guatemala.
El único resultado concreto que cabe esperar de todo ellos es un retraso en la compresión
de la verdadera situación de clase del indio en la actual estructura de la sociedad
guatemalteca, un retraso en la unificación de la conciencia de clases del proletariado
agrícola.
El desarrollo histórico de las capas medias ladinas, que por su origen son coloniales
también, se vio rígidamente determinado y encauzado por el esquema social básico de la
colonia, esquema existente con anterioridad a la aparición de los mestizos o ladinos y
fincado en tres grandes factores: el gobierno de la burguesía hispánica ejercido por un
cuerpo de funcionarios, la oligarquías terrateniente criolla.
Dicho proceso de acomodo en diversos campos ocupacionales fue un proceso que
obedeció dócilmente y sin remedio a las posibilidades impuestas por el esquema inicial,
las cuales quedaban reducidas en definitiva a dos caminos:
a) Servir a los dos grupos dominantes
b) Arreglárselas para explotar de alguna forma a los indios

Surgieron así los grupos medios coloniales que fueron llamados globalmente “ladinos para
diferenciarlos del status privilegiado de españoles y criollos”.
La discriminación de clase que es lo que en este momento nos interesa fue muy activa
entre todos los grupos coloniales, y a todo nivel tuvo connotaciones de discriminación
racial; los españoles peninsulares insinuaban que los españoles nacidos en América los
criollos se veían afectados desfavorablemente por el clima y los alimentos; unos y otros
veían con marcado desprecio y discriminaban tajantemente a los ladinos.
El ladino rural pobre no era explotador de indios, pero su misma pobreza lo obligaba a
distinguirse de los indios para no ser arrastrado a la servidumbre.
El odio colonial indiscriminado de las conciencias muy distintas en uno y otro caso. El
odio colonial discriminado del indio es un sentimiento profundo que emana de cinco
siglos de vejaciones asociados a la servidumbre, la actitud discriminatoria del ladino pobre
es una mueca enderezada a que no se le confunda con el indio, una mueca emanada del
miedo de ser convertido en siervo y la vergonzosa necesidad de ganar la simpatía del
explotador de ambos.
LA INDEPENDENCIA
El periodo colonial estuvo lleno de contradicciones entre los distintos grupos sociales que
conformaban la estructura social; contradicciones que salieron a flote y se agudizaron en el
proceso de la independencia. Reflejo de ello, eran las rebeliones indígenas. Los jefes
Atanasio Tzul y Lucas Aguilar que dirigieron un levantamiento indígena de la región de
Totonicapán, incluso elaboraron una Constitución y aboliera el tributo.
También se produjeron otras conspiraciones en las que participaban intelectuales y
eclesiásticos nacionalista y progresistas. Merecen destacarse la que se preparaba en el
Convento de Belén, en Guatemala y la que dirigía del Padre Delgado en El Salvador. Esas
conspiraciones también fueron reprimidas con gran dureza.
La dependencia política y económica de Centroamérica respecto a España afectaba de
diversas maneras a los distintos grupos sociales centroamericanos. Si bien es cierto que la
metrópoli española impuso su dominio político a las colonias (dependencia política).
La corona mantuvo siempre un efectivo monopolio en el comercio de las colonias.
La apropiación del excedente colonial se canalizaba a través de diversos mecanismos:
extracción de metales, recaudación de tributos a los indios, el cobro de gran cantidad de
impuestos, el ya mencionado, monopolio comercial y los estancos, monopolio estatal
sobre la producción y distribución de determinados artículos (pólvora, tabaco, sal, etc.)
Todo el aparato político militar y religioso (burocracia).
Esos conflictos de intereses ocurrían en una coyuntura internacional favorable: las ideas de
la Revolución Francesa, habían prendido en los liberales guatemaltecos, la independencia
de Estados unidos de Norteamérica y las guerras emancipadoras que sacudían a
Sudamérica, incentivaban los deseos independistas, sumando a esto, que el imperio
español se desangro por esas guerras y sus deudas con Europa, lo que reflejaba que estaba
en franca decadencia.
¿Qué significaba la independencia para cada uno de estos grupos sociales?
Los indios, principal clase explotada colonial, la independencia significaba no solo
librarse del Rey sino de todos los explotadores locales que lo oprimían. Por ellos la
independencia de los indios, era la más difícil de todas. Para los grupos medios (capas
medias) de pueblos y ciudades que adoptaron la ideología liberal, significaba la
oportunidad de lograr algunos cambios sustanciales en la estructura económica de la
sociedad colonial y lucharon para conseguirlo.
La oportunidad para declarar la independencia era muy favorable para los criollos, los
oligarcas guatemaltecos que también fueron aconsejados por agentes de negocios ingleses
y franceses, en cuyas manos se entregarían bien pronto el comercio internacional de
Guatemala.
Los criollos y terratenientes tenían un proyecto opuesto al de las capas medias: querían
una independencia conservadora, en la que desapareciendo los mecanismos de
dependencia y dominación tanto política como económica, se conservaran aquellos
mecanismos que los beneficiaban internamente: la conservación del trabajo forzado. Por
ello, querían una independencia sin cambios, conservadora de la estructura colonial.
Los llamados próceres de la independencia pertenecían a distintos sectores sociales y
lucharon entre ellos con ideales distintos y hasta contrapuestos. Fue así como el 15 de
septiembre de 1821 se firma pacíficamente (en el firma participo incluso el capital
general) el acta de independencia de las Provincias Unidas de Centroamérica, lo que antes
había constituido la Capitanía General de Guatemala.
La independencia de Centroamérica respecto a España suprimió el gobierno de la
metrópoli española por el gobierno local de los criollos terratenientes.
En cuanto al desarrollo de la estratificación social esta no vario fundamentalmente con la
independencia: el indio como producto histórico colonial (siervo) siguio existiendo como
la principal clase dominada y explotada.
1. ANALISIS SOCIOLOGICO DEL ACTA DE INDEPENDENCIA
“Palacio Nacional de Guatemala, quince de septiembre de mil ochocientos veinte y
uno”
El ultimo Correo diversos oficios de los Ayuntamientos. Constitucionales de Ciudad Real,
Comitan y Tuxta, en que comunican haber proclamado y jurada dha independencia y
excitan a que se haga lo mismo en esta Ciudad. Ayuntamos determinado de acuerdo con la
Exma. Diputación Provincial que para tratar de asunto tan grave se reunisen en uno de los
Salones de este Palacio la misma diputación Provincial, elY1m Sor. Arzobispo, los
señores individuos que diputasen, la exma auda terriorial, el Venerable Sor. Dean y
Cavildo Eclesiástico, el Exm ayuntamiento, el M. Y. Claustro, el Consulado y Colegio de
Abogados, los Prelados regulares, jefes y funcionarios públicos: Congregados todos en el
mismo Salón: leídos los oficios expresados: discutido y meditado detenidamente el asunto.

1. Que siendo la independencia del gobierno Español, la voluntad general del pueblo de
Guatemala y sin perjuicio de lo que determine sobre ella el Congreso que debe
formarse, el Señor jefe político la mande a publicar para prevenir las consecuencias.
2. Que desde luego se circulen oficios a las provincias por correos extraordinarios para
que sin demora alguna se sirvan proceder a elegir Diputados y Representantes y estos
concurran a esta capital a formar el congreso.
3. Que para facilitar el nombramiento de Diputados, se sirvan hacerlo las mismas juntas
Electorales de Prova.
4. Que el número de estos diputados sea en proporción de uno por cada quince mil
individuos.
5. Que las mismas Juntas electorales de Prova, teniendo en presente los últimos censos
determinen según esta base el número de Diputados.
6. Que en atención a la gravedad y urgencia del asunto, se sirvan hacer las elecciones de
modo que el dia primero de marzo del próximo año de 1822, estén reunidos en esta
capital.
7. Sigan estas ejerciendo sus atribuciones respectivas con arreglo a la constitución,
Decretos y leyes, hasta que el Congreso indicado determine lo que sea más justo y
beneficio.
8. Que el señor jefe político Brigadier Dm. Gavino Gainza, continúe con el Gobierno
Supor Político y Militar, y de los Señores Dn Miguel de Larreynaga Ministro de esta
Audiencia, Dn. José del Valle Auditor de Guerras, Marques de Aycinena, Doctor Dn
José Valdez, Tesorero de esta Sta. E iglesia, DR. Dn.
9. Angel m Candina y Licenciado don Antonio Robles,Alcl. Constitucional; el primo pr.
La prova de Leon, el 2 pr de Comayuga
10. Que esta junta provisional consulte al Sr. Jefe político en todos los asuntos económicos
y gubernativos, dignos de su atención.
11. Que la Religión católica que hemos profesado en los Siglos anteriores, y profesaremos
en lo sucesivo, se conserve pura e Inalterable.
12. Que se pase oficio a los dignos prelados de las comunidades religiosas para cooperar a
la luz y sosiego.
13. Que el exm ayuntamiento, a quien corresponda la conservación del orden y
tranquilidad, tome las medidas más activas para mantenerla imperturbable.
14. Que el Sor. Jefe político publique un manifiesto haciendo notorios a la faz de todos, los
sentimientos generales del Pueblo.
15. Que igual juramento presten la junta provisional el Exmo Ayuntamiento el nm Sor.
Arzobispo: los tribunales jefes políticos y Militares: los prelados regulares: sus
comunidades religiosas: jefes y empleados en las Rentas: autoridades, corporaciones y
tropas de las respectivas guarniciones.
16. Que el señor jefe político, de acuerdo con el Exm ayuntamiento disponga la
solemnidad y señale el día en que el pueblo deba hacer la proclamación y juramento
expresado de independencia.
17. Disponga la acuñación de una medalla que perpetúe en los siglos la memoria del día
quince de septiembre de mil ochocientos veinte y uno en que Guatemala proclame su
feliz independencia.
18. Que imprimiéndose esta acta, y el manifiesto expresado se circule a al Exmas
diputaciones provinciales, ayuntamos constitucionales y demás autoridades
eclesiásticas, regulares, secular y militares.
19. Que se cante el día que designe el señor jefe político una misa solemne de gracias con
asistencia de la Junta provisional de todas las autoridades, corporaciones y jefes.
2. EPOCA DE INDEPENDIENTE (1821-1911)
La independencia no solo no resolvió las contradicciones existentes entre los grupos
sociales centroamericanos sino que incluso los agudizo aún más. En efecto el periodo que
va de 1821 a 1839 se caracteriza por una gran inestabilidad política y una aguada lucha
queda como resultado una sucesión de gobiernos criollos terratenientes.
En los primeros años de los gobiernos criollos, Guatemala perdió la mitad de su territorio
(el actual estado mexicano de Chiapas), en una rápida anexión y rupturas con México.
Esto provoca la reacción de los conservadores (alianza Iglesia-Criollos) y, en 1839 logran
desplazar a los liberales del poder. Se instaura así el llamado “régimen conservador de los
treinta años, que no fue más que una dictadura de los criollos y la iglesia y un régimen de
trabajo forzado a través de los mandamientos de indios a las haciendas.
Durante los años que los conservadores gobernaron la sociedad guatemalteca, el principal
producto de exportación de la economía guatemalteca fue la gran o cochinilla, un colorante
que sustituyo el añil.
En el plano político durante el periodo de 1839 a 1871, nos encontramos con la dictadura
de Rafael Carrera, una forma de dominio de los criollos y la iglesia. La iglesia era un freno
para el desarrollo de las nuevas corrientes del pensamiento: espiaba y censuraba los
materiales de lectura importados al país. La religión católica y la llamada “tradición
cristiana” de lectura importados al país. La religión católica y la llamada “tradición
cristiana” eran la ideología de las clases dominantes. Órdenes religiosas dirigían la
educación superior, escuelas, hospitales y establecimiento de carácter caritativo.

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