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LA CANCIÓN Y EZEQUIEL FASCIOLI SOSA*

*[Ezequiel Fascioli Sosa. Autor, intérprete y guitarrista de música popular uruguaya de raíz

folklórica. Nace en Montevideo el 2 de junio de 1977. Comienza su actividad artística a los 17 años

en CX 26 – Sodre. En 2009 editó su primer CD “Ezequiel Fascioli Sosa en Sala Zitarrosa”. ]

La obra de Ezequiel Fascioli Sosa se apoya en los cuatro pilares

fundamentales para el ejercicio de La Canción: el canto, la guitarra, la composición

y la interpretación.

El canto, y no nos referimos aquí a la mera actividad vocal, sino a la base

formativa empírica e histórica, estética y filosófica, que se expresa en la actitud de

cantar, la que es en Fascioli una herramienta de lucha, de crítica social, porque,

parafraseando a José Hernández, desde siempre “se ha acostumbrao a cantar en

cosas de jundamento”. Y es por ello que de su savia cantable rebrota, desde la raíz,

la esencia del canto oriental heredado, pero cuidado con que esto se confunda con

un tradicionalismo espurio o con ciertos amaneramientos pseudo-vernáculos, porque

que se base en lo heredado no quiere decir que repita anticuariamente, sino que lo

que hereda es la fibra de la conciencia social y la denuncia de la injusticia, las que

elaborada y artísticamente aplica a la realidad vivencial.

Y para lo antedicho se apoya en nuestro principal instrumento musical, la

guitarra, que tanto sabe de silencio y soledad, como de grito y “montonera”. En sus
manos tañe melodías que nos son comunes como hijos de esta tierra, melodías de

las que, aunque muchos desconozcan, somos propietarios patrimoniales. Pero esto

se enriquece cuando Fascioli lo hace con trabajada técnica y, como se dice

habitualmente, con elocuente “buen gusto”. Pero lo llamativo es que hablamos de

un autodidacta (aunque realizó algunos estudios tardíamente), pero claro, un

autodidacta que se nutrió de referentes de calidad y cuyas influencias musicales

familiares incidieron en sus predilecciones.

Ahora bien, todo esto se condensa en el acto introspectivo y egocéntrico de

la composición de letra y música. Para la cual es necesario todo este trabajo y

bagaje previo del que hablamos, como del otro, posterior, de depuración y

constancia. Algo que en Fascioli se denota tácitamente, por ello, por ejemplo, no ha

optado por la compulsión a grabar discos consecutivamente, algo que aqueja

tenazmente a algunos artistas, sino que, dejando que su obra sea, espera y

reconoce el momento apto para plasmarla.

Entonces, de esta concreción compositiva, hace falta -continuando con el

ejemplo- del acto extrospectivo y extrocéntrico de la interpretación. Es decir, no

basta con la composición en estado puro, por cualitativa que esta sea, sino que

tiene que ser trasmitida cabalmente al público. Acontece que repetidas veces una

lograda composición de tal o cual autor es versionada por un intérprete que no logra

desplegar la naturaleza de lo que se ha compuesto. Fascioli, sin embargo, tuvo en


su andar la oportunidad de interpretar sus obras en los más variados ambientes,

desde arriba del escenario de una sala, como al pie de la jornada laboral de los

campesinos. Esto, sin duda, hace que lo interpretado emane realidad, de lo

contrario la obra compuesta como tal no funciona. Además esto se refleja en su

opción de edición de un primer material discográfico, que plasma una de sus

presentaciones en público, dejando así testimoniada la expresividad de lo

interpretado sin artificios.

Al escuchar a Fascioli uno siente que La Canción de contenido auténtico, sin

exotismos ni exitismos, canción que iba quedando en el olvido, es renacida en

medio del ruido confusional de la “cultura”.

Hamid Nazabay

Julio 2009

Fuente:

sitio oficial: www.ezequielfasciolisosa.com

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