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PROPÓSITO: PASTORAL
TEMA: CUALIDADES FUNDAMENTALES
INTRODUCCIÓN:
Pablo, así como los que predicamos el mensaje de la cruz actualmente, tenía
por competencia a los intelectuales filósofos, a los moralistas humanistas de aquel
entonces y a charlatanes que, al igual que estos tiempos, procuraban estafar a las
personas a través de la atractiva persuasión. Siendo que esta sección es parte
de .la argumentación de Pablo contra la división, es importante saber que esta es
la parte conclusiva del subtema del mensaje de la Cruz, mismo que funciona como
amalgama que unifica a la congregación en un mismo sentir y pensar. Pablo inicia
este pasaje indicando que cuando él llegó con ellos, no actuó del mismo modo que
los filósofos de su tiempo, tampoco como los moralistas a los que ya estaban
acostumbrados, por lo que no pretendía traer algo innovador como los demás,
sino un mensaje eterno que pretende unificar al ser humano consigo mismo, con
los demás y con Dios a través del mensaje de salvación. El texto determina, en
palabras de Pablo, la importancia y centralidad que tiene el mensaje de la Cruz,
tanto para el creyente para el no creyente. Es lo que lleva al apóstol a retirar de su
discurso palabrería filosófica, que no la desprecia Pablo ni la devalúa,
simplemente que no pretendía manchar la magnificencia divina de un mensaje que
tiene como propósito principal salvar a las personas. En los tiempos de Pablo, sus
palabras tienen tanto sentido, dado a que la mentalidad y la cultura de aquel
entonces era sumamente susceptible a la indagación sin la intervención emocional
de estos tiempos, y de nuestra cultura latinoamericana. Por lo que es muy
significativo para Pablo establecer que no pretendía manipular a las personas,
sino presentar un mensaje que lleve de manera intelectual moral al entendimiento
de la verdad, con un mensaje que por sí solo es suficiente. En esta parte muestra
las cualidades del mensaje de la Cruz.
CONCLUSIÓN:
El desafío de Pablo a la congregación es centrarse en la veracidad y efectividad
del mensaje de la Cruz, del evangelio mismo. Este es suficiente, no hay que
agregarle nada, ni adornarle nada, es perfecto tal cual. Es relevante, porque no
hay otra cosa más que nos debiera importar. Es supremo porque no hay nada por
encima de él, ni que se le iguale.