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INSTITUTO BÍBLICO BAUTÍSTA DEL SUR

MATERIA: HOMILÉTICA

PROFESOR: HECTOR RAMOS

TAREA N° 1

MANUAL PRÁCTICO DE HOMILÉTICA. (Kittim Silva)

RESUMEN DEL CAPITULO N° 1.

• LA PREDICACIÓN. –

• SIGNIFICADO DE LA PREDICACIÓN. –

• SU LUGAR BÍBLICO. –

ALUMNO:
LUIS RAMÓN CORÁSPE LÓPEZ
“IGLESIA JESUCRISTO, VERDAD Y VIDA”
CIUDAD BOLÍVAR, ESTADO BOLÍVAR.
RESUMEN DEL CAPITULO 1

LA PREDICACIÓN. –
La predicación no debe ser tomada como una disciplina más para una preparación
religiosa, ya que forma parte del plan divino de Dios; para salvación de la humanidad por
medio de Jesucristo.
La predicación es Divina-Humana, y proviene del cielo, es decir de Dios; con un propósito
que se cumple a través de hombres y mujeres, para llevar un mensaje divino a toda la
humanidad.
Por medio de un hombre llamado Moisés, llegaron los mandamientos y ordenanzas, al
pueblo de Israel.
El ministerio sacerdotal es otro ejemplo de guía de parte de Dios, usando sacerdotes como
mediadores de Dios ante los hombres; y de los hombres ante Dios.
Tanto Moisés como los sacerdotes del antiguo testamento, fueron constituidos como
puentes para establecer una comunicación entre Dios y los hombres; así también los
profetas, hasta constituir el gran puente definitivo, nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
(hebreos 1: 1,2); (1ra.Timoteo 2:5).
En Jesucristo se cumple el principio divino-humano. Su nombre conforma un propósito;
“Jesús-Salvador” (Cristo-Ungido-Mesías)
En el Evangelio de Juan, se resaltan tres (3) verdades escatológicas:
• Lo eterno del Logos (Verbo); es decir, Palabra y pensamiento.
• “Era con Dios”. Comunión y relación divina; y comunión con el mundo, a través de
la Palabra.
• “Era Dios”. Naturaleza divina y Deidad; el Verbo se hizo carne (humano), y habitó
entre nosotros.

Jesús estando primero en el Reino, se hizo carne (humano), para transmitir a los hombres
el Evangelio de Salvación; ósea, buenas noticias de parte de Dios por medio de él.
La Biblia representa en estos tiempos, la Palabra de Dios para la humanidad. Fue inspirada
a hombres santos, para comunicar un mensaje, a través de historias, poesías, proverbios,
profecías, narrativas y vivencias personales; sucedidas antes y después de Cristo.
El mismo Dios que habló en otros tiempos a aquellos hombres de la antigüedad,
mencionados en las escrituras, es el mismo Dios que habla hoy por medio de hombres
santos a través de la predicación del Evangelio en todas las naciones.
Dios utiliza al hombre, para hablar al hombre; así como también Jesucristo como la
Palabra misma (El Verbo), se hizo carne para mostrar a la humanidad, el amor de Dios y su
buena voluntad, proveyéndoles de la Salvación. -
SIGNIFICADO DE LA PREDICACIÓN. –
Orlando Costas, define la predicación como una palabra para el mundo de parte de Dios.
La misma trae implícito un mensaje arraigado en el propósito de Dios, con autoridad
suprema, lo cual nos dice que Dios esta presente en cada predicación, y que no es el
predicador el que habla; sino él.
Según Costas, las características de la predicación son:

1. Autoridad. -
La palabra expuesta, refleja una realidad que confronta al hombre con Dios.
La predicación, sin esta autoridad, es solo un discurso, una alocución vacía, hueca y
sin un propósito espiritual.
La autoridad no se recibe por la disciplina homilética, sino que viene directamente
de parte de dios, a través del poder de su santo Espíritu. Lo que han ministrado en
la autoridad del señor, son los que han iniciado en el transcurso de los tiempos,
revoluciones espirituales en medio de la iglesia de Cristo.

2. Origen de la autoridad. -
La predicación se basa en lo que Dios ha dicho, ó quiere que conozcamos, para
tomar provecho de ello, y aplicarlo a nuestra vida.
El mayor peligro en que puede incurrir un predicador, es en convertir la
predicación en un discurso propio, hablando de sus experiencias personales, sin
mostrar claramente la esencia del mensaje.
El Apóstol Pablo expresa en su carta a los Gálatas lo siguiente: “Mas os hago saber,
hermanos, que el evangelio anunciado por mí no es según hombre; pues yo ni lo recibí
ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo”; lo que da cuenta
que el mensaje de Dios en su divina palabra, no debe ser alterado por ningún
mensajero ó predicador, corriéndose el riesgo de cambiar el sentido ó propósito de
Dios en el texto citado. (Gálatas 1:11–12).
El mensaje de Dios, no se produce, en nuestro razonar humano; tiene que venir de
arriba; de lo divino y sobrenatural de nuestro Creador.
Si cambiamos palabras y sacamos conclusiones propias en cuanto a la interpretación
de determinado texto de la Biblia, estaríamos cayendo en el error de predicar un
evangelio diferente; que traería como consecuencia confusión, sospechas; y además
estaríamos abriendo una brecha para una falsa doctrina.
Algunos predicadores basan sus argumentos y fundamentan lo que interpretan de un
texto en lo que escribieron algunos teólogos famosos. Pero la autoridad de la Palabra,
en la voz del predicador, no debe estar basada en pensamientos humanos, filosóficos
ni teológicos; tampoco en los dogmas y credo eclesiástico de una denominación; sino
en lo que Dios ha dicho, y en lo que el quiere que se transmita.
3. Un medio ó instrumento. -
El predicador es un medio para conseguir un fin; es Dios hablando a través de
alguien para transmitir un mensaje.
Según Spurgeon, el mensaje del señor debe ser presentado puro, claro y concreto;
por lo cual debemos estar bien capacitados, consagrados, sin distraernos ni
extraviarnos de lo que transmitimos; a fin de que, sea solo Dios glorificado, y no el
predicador.
Entendamos que la predicación ó transmisión del mensaje, es solo de Dios y no de
nosotros. El predicador no debe usarla para medir su potencial como predicador, ni
como una plataforma, para aumentar su autoestima y su ego; debido a que
pudiera quedar frustrado.
Muchos predicadores después de una predicación, se sienten frustrados, porque
su mensaje no dió como resultado lo que ellos esperaban; porque notaron en los
presentes, apatía e indiferencia al mensaje; tampoco recibió ningún elogio ó
felicitación por su predicación.
El predicador debe tener en cuenta, que el mensaje es de Dios, y hará su efecto en
su tiempo, y según su propósito.
No es necesario llevar a la audiencia a aceptar un mensaje ó a tomar decisiones
basadas en una motivación emocionalista, con el fin de conseguir un propósito
personal, esto no agrada a Dios. hay que dar libertad al Espíritu Santo de Dios, para
que obre en medio del mensaje.
Recordemos que el mensaje no es nuestro, es de Dios; y toda la honra y Gloria es
de él, para bendición y salvación de los perdidos.
4. Propósito. -
El propósito de la predicación, es que lo que expone el predicador, debe coincidir
con lo que dice textualmente la Biblia. Es decir, no exponer el predicador, lo que a
su juicio el entiende; sino lo que Dios quiere dar a entender.

J.M.Martinez, define la predicación, como una comunicación ó discurso oral,


sustentado en el poder del Espíritu Santo; y a través de una persona idónea.
El predicador debe cuidarse de no hacer daño al texto bíblico, respetando el texto
en su contexto, no cambiando palabras; a fin de no cambiar el sentido del mensaje,
ni tomar el texto ó mensaje a su propia interpretación. (Job 33: 19 – 26)
1. Predicación oral. -
El trabajo de un predicador, es hablar y no escribir; sin menoscabar lo efectivo
también de los sermones escritos, pero un sermón hablado tiene un efecto más
profundo y eficaz que el mensaje escrito.
El sermón debe efectuarse preferiblemente de forma oral, ante una situación real;
comunicando directamente el mensaje de Dios, ante una audiencia ávida de la
Palabra de Dios; estando el predicador consciente de la necesidad del alimento
espiritual para los que escuchan el mensaje.
Dado que la predicación tiene que ver con comunicación, el predicador debe
prepararse en las técnicas de comunicación que sean necesarias; con el propósito
de llevar un mensaje limpio, entendible y claro. Teniendo en cuenta el tono de voz,
fonética, el léxico empleado, sonido, modulación de voz, equipos y medios de
comunicación, etc.
2. La predicación oral como un mensaje divino, plasmado en la Biblia. –
Toda predicación debe estar basada única y exclusivamente en la Biblia, la Palabra
de Dios; Porque en la Biblia reside la autoridad de Dios.
Allí se refleja la verdad de Dios; que alumbra como una antorcha en medio de la
oscuridad. Por medio de ella conocemos su buena voluntad para con la
humanidad, y la proclamación de su evangelio santo; para salvación de los
hombres por medio del sacrificio de su hijo Jesucristo. (2da.Pedro 1: 19)
Pero aun teniendo el predicador la Biblia en la mano, debe conocer las técnicas de
hermenéutica y la exegesis, para poder descifrar y comprender el texto; a fin de no
hacer del mensaje, una ensalada textual, que desemboque en confusión ó
desconocimiento real del sentido de determinado texto bíblico.

3. El poder del Espíritu Santo. -


Sin el espíritu santo, el predicador no podrá hacer nada; ya que Dios actúa en el
mensaje y por medio del predicador, impulsándolo a través de su poder.
(Juan 15: 5); (Hechos 1: 8)
El Apóstol Pablo escribió a los creyentes de Corinto, que cuando fue a ellos a darles
el mensaje, no hablo con palabras propias persuasivas, ni con palabras de sabiduría
humana; sino con el poder del santo Espíritu de Dios, para que su fe no estuviere
fundamentada en reconocimiento de gloria de hombres, ni en la sabiduría
humana.
Un predicador, necesita mas poder que palabras, por lo cual debe procurarlo en la
comunión y consagración personal con el Dios todopoderoso.
En las manifestaciones de milagros de sanidad, expulsión de demonios en
personas, y otros hechos milagrosos registrados en la Biblia, siempre estuvo
presente el Espíritu Santo; el poder de Dios.

4. El predicador, una persona idónea. –


El pulpito debe ser usado por personas limpiadas con la sangre de cristo, y
experimentados en un nuevo nacimiento espiritual.

5. El predicador, un suplidor de necesidades. –


El predicador debe tener la sapiencia para conocer las necesidades espirituales de
la audiencia que escucha el mensaje, y en base a esto, preparar el sermón.

SU LUGAR BÍBLICO. –
Dios tiene la potestad de usar cualquier instrumento o medio para que un pecador pueda
llegar a ser salvo; pero la palabra de Dios escrita en la Biblia, su palabra viva expresada a
través de la predicación, es el método humano, para llegar a los perdidos y extraviados de
la Verdad; el Evangelio de Cristo. –
La gran comisión consiste, en transmitir el Evangelio de Jesucristo a toda criatura; y esto
es responsabilidad de todo creyente. (Marcos 16:15); (1ra. Corintios 9:16)

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