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TEORIA Y CLINICA DEL

PSICOANALISIS
Laura Rodas
AULA 2001

Universidad Católica De Honduras


Nuestra Señora Reina De La Paz
Anny Sofia Muñoz Ramos
0101200502532
Mecanismos de defensa
En la teoría psicoanalítica, un mecanismo de defensa es una operación psicológica
inconsciente que funciona para proteger a una persona de pensamientos y sentimientos que
producen ansiedad relacionados con conflictos internos y factores estresantes externos.

Según Freud
Desplazamiento Cuando un objeto que satisface un impulso del ello no está disponible, lo
dirigiremos a otro objeto mediante lo que se llama desplazamiento.
Por ejemplo, los niños que odian a sus padres o los adultos que odian a su jefe, pero que tienen
miedo de expresar su hostilidad por temor a las represalias, podrían desplazar la agresión a otra
persona. El niño tal vez propine un golpe a su hermano o hermana menor y el adulto podría
gritarle a un perro. En ambos ejemplos, el objeto original del impulso agresivo ha sido
reemplazado por otro que no representa una amenaza. Sin embargo, el objeto sustituto no
disminuirá la tensión de modo tan satisfactorio como el original. Si usted efectúa varios
desplazamientos, se irá acumulando la tensión y se verá obligado a encontrar otras formas de
atenuarla.
Sublimación. Mientras que el desplazamiento requiere encontrar un objeto sustituto para
satisfacer los impulsos del ello, la sublimación implica modificarlos. La energía instintiva se dirige
hacia otros canales de expresión que son admirados y considerados aceptables por la sociedad.
Así, la energía sexual se puede desviar o sublimar transformándola en acciones artísticamente
creativas.
Represión. Consiste en eliminar involuntariamente algo de la conciencia. Es una forma
inconsciente de olvidar algo que nos produce malestar o dolor, y es el mecanismo de defensa
más utilizado y básico.
Negación. Este mecanismo de defensa se relaciona con el anterior e implica negar la existencia
de una amenaza externa o un hecho traumático que ha sucedido. Por ejemplo, una persona que
tiene una enfermedad terminal podría negar la inminencia de la muerte. Los padres de un niño
que ha fallecido podrían conservar, intacto su cuarto y así seguir negando su pérdida.
Formación reactiva. Una defensa contra un impulso perturbador consiste en expresar de forma
activa el impulso contrario, o la llamada formación reactiva. Una persona que se siente
decididamente movida por impulsos sexuales amenazadores podría reprimirlos y sustituirlos con
conductas más aceptables para la sociedad.
Proyección. Otra manera de defenderse contra impulsos inquietantes es atribuirlos a otra
persona. Este mecanismo de defensa se llama proyección. Pensamos que la lujuria, la agresión
y otros impulsos inaceptables son de otros y no nuestros. La persona de hecho dice: “No le odio.
Él es quien me odia.” O una madre puede atribuir sus impulsos sexuales a una hija adolescente.
El individuo no deja de manifestar el impulso, pero lo hace de modo que es menos amenazador
para él.
Regresión. Con este mecanismo de defensa la persona retrocede a un periodo anterior de la
vida que fue más placentero, sin frustraciones ni ansiedad. Casi siempre implica regresar a una
de las etapas del desarrollo psicosexual de la niñez.
Racionalización. Es un mecanismo de defensa que implica reinterpretar nuestra conducta para
que parezca más racional y nos resulte más aceptable.

Según Carl Rogers


Negativa: negación, denegar, que es bloquear la situación amenazadora. Por ejemplo, alguien
que no va por los resultados de su examen, para no tener que enfrentar las bajas calificaciones.
También se puede entender como reprimir la situación amenazadora, como dejarlo en el olvido
aparentemente.
Distorsión perceptual: es reinterpretar la situación para que la persona se convenza a sí misma
de que no es tan amenazadora como parece. Por ejemplo, alguien que se siente amenazado
ante los exámenes o las calificaciones, puede decir que el profesor no enseña correctamente,
que hace preguntas capciosas, que tiene mala actitud o voluntad, etc.

Según Anna Freud


Compensación: Este mecanismo de defensa se caracteriza porque el individuo trata de
equilibrar sus cualidades y deficiencias, por ejemplo, una persona que no tiene buenas notas y
se consuela por ser bella.
Desplazamiento: El mecanismo de desplazamiento siempre está vinculado a un intercambio, en
el sentido de que la representación cambia de lugar, y es representada por otro. Este mecanismo
también comprende situaciones en las que el conjunto es tomado por la parte. Por ejemplo:
alguien que ha tenido un problema con un abogado y luego comienza a rechazar a todos estos
profesionales, o incluso, en un sueño, cuando aparece una persona, pero en realidad está
representando a otra persona.
Expiación: Es el mecanismo de recolección psíquica. El sujeto debe pagar por sus errores en el
momento en que los comete, esperando en la creencia de que el error será inmediatamente o
mágicamente anulado.
Fantasía: En este mecanismo de defensa, el individuo crea una situación en su mente que es
capaz de eliminar el disgusto inminente, pero que, en realidad, es imposible de lograr. Es una
especie de teatro mental donde el individuo lleva una historia diferente de la que vive en la
realidad, donde sus deseos no pueden ser satisfechos. En esta realidad creada, el deseo se
satisface y la ansiedad disminuye. Ejemplos de fantasía son: sueños de día, o fantasías
conscientes, fantasías inconscientes, que son el resultado de alguna represión y las llamadas
fantasías originales.
Formación reactiva: Es un mecanismo caracterizado por la adhesión a un pensamiento
contrario al que ha sido reprimido de alguna manera. En la formación reactiva, el pensamiento
recalculado permanece como contenido inconsciente. Las formaciones reactivas tienen la
peculiaridad de convertirse en una alteración de la estructura de la personalidad, poniendo al
individuo en alerta, como si el peligro estuviera siempre presente y a punto de destruirlo. Por
ejemplo, una persona con comportamientos homofóbicos, que en realidad se siente atraída por
personas del mismo sexo.
Identificación: Es el mecanismo basado en la asimilación de las características de los demás,
que se convierten en modelos para el individuo. Este mecanismo es la base de la constitución
de la personalidad humana. Como ejemplo podemos citar el momento en que los niños asimilan
las características de los padres para luego diferenciarse. Este momento es importante y tiene
valor cognitivo ya que permite la construcción de una base donde la diferenciación puede o no
ocurrir.
Aislamiento: Es el mecanismo por el cual un pensamiento o comportamiento se aísla de los
demás, de modo que se desconecta de otros pensamientos. Es una defensa muy común en
casos de neurosis obsesiva. Los ejemplos de este mecanismo son diversos, como los rituales,
fórmulas y otras ideas que buscan la ruptura temporal con los otros pensamientos, en un intento
de defenderse contra el pulso de relacionarse con otro.
Negación: Es la defensa que se basa en negar el dolor, u otros sentimientos de desagrado. Se
considera uno de los mecanismos de defensa menos efectivos. Podemos citar como ejemplo el
comportamiento de los niños de "mentir", negando las acciones que han hecho y que generarían
un castigo.
Proyección: En resumen, podemos decir que es el desplazamiento de un impulso interno hacia
el exterior, o del individuo hacia otro. Los contenidos proyectados son siempre desconocidos
para la persona que los proyecta, precisamente porque tuvieron que ser expulsados, para evitar
el disgusto de entrar en contacto con estos contenidos. Un ejemplo es el de una mujer que se
siente atraída por otra mujer, pero que proyecta este sentimiento en su marido, generando la
sospecha de que será traicionada, es decir, que la atracción la siente su marido. Además de
esto, otros ejemplos de proyección pueden ser la causa de prejuicios y violencia.
Regresión: Es el proceso de volver a una etapa anterior del desarrollo, en la que la satisfacción
era más inmediata, o el disgusto era menor. Un ejemplo es el comportamiento de los niños que,
al tener dificultades en sus relaciones con otros niños, regresan, por ejemplo, a la fase oral y
reanudan el uso de chupetes, o incluso comen en exceso

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