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:
INTERVENCIONES EN POS-
EXTRACCION DE AZUCAR Revisión No.:
Fecha de entrada en vigor:
Página No.:
Diciembre 15, 2021

Prevención y protección de explosiones por


azúcar en polvo
El azúcar presenta un peligro de combustión cuando está en forma seca y pulverulenta. Una
explosión de polvo de azúcar refinado puede generar un exceso de presión de 100 psi dentro
de un equipo de procesamiento cerrado en menos de 100 milisegundos.

El propietario u operador deberá cumplir con las siguientes Medidas

- Conceptos relacionados.

Aire: mezcla de gases que constituye la atmósfera terrestre. En proporciones ligeramente


variables, está compuesto por nitrógeno (78%), oxígeno (21%), vapor de agua (0’7%), ozono,
dióxido de carbono, hidrógeno y gases nobles como criptón y argón; es decir, 1% de otras
sustancias.

Área de riesgo: Zona en la que pueden formarse atmósferas explosivas, en cantidades tales que,
resulte necesaria la adopción de precauciones y medidas especiales para proteger la seguridad y la
salud de los trabajadores afectados.

Atmósfera explosiva: la mezcla del aire, en condiciones atmosféricas, con sustancias inflamables
en forma de gases, vapores, nieblas o polvos, en las que, tras una ignición (energía de activación),
la combustión se propaga a la totalidad de la mezcla no quemada.

Atmósfera potencialmente explosiva: es aquella que puede convertirse en explosiva debido a


circunstancias puntuales, locales y de funcionamiento.

Comburente: sustancia que participa en la combustión oxidando al combustible (siendo reducido


por este último). Cualquier sustancia que en ciertas condiciones de temperatura y presión puede
combinarse con un combustible, provocando la combustión. El oxígeno es el comburente por
excelencia, encontrándose normalmente en el aire, con una concentración porcentual aproximada
del 21%. Todos los comburentes tienen en su composición oxígeno disponible, ya sea en forma de
oxígeno molecular, como se ha dicho, o bien como oxigeno que ceden en el momento de la
combustión. Para que se produzca la combustión es necesaria la presencia de una proporción
mínima de oxígeno, que por regla general va de un 15% hasta en casos extremos de un 5%.

Combustible: cualquier material capaz de liberar energía cuando se oxida de forma violenta con
desprendimiento de calor poco a poco. Supone la liberación de energía de su forma potencial
(energía de enlace) a una forma de energía utilizable, sea directamente energía térmica o energía
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mecánica (motores) dejando como residuo calor (energía térmica), dióxido de carbono y algún
otro compuesto químico. En general se trata de sustancias susceptibles de quemarse.

Combustión: es una reacción química de oxidación, en la que se desprende una gran cantidad de
energía, en forma de calor y luz, manifestándose visualmente como fuego. En toda combustión
existe un elemento que arde (combustible) y otro que produce la combustión (comburente),
generalmente oxígeno en forma de O2 gaseoso, iniciándose mediante la aplicación de una energía
de activación (calor).

Energía de activación (ignición): es la energía que necesita un sistema antes de poder iniciar un
determinado proceso. La energía de activación suele utilizarse para denominar la energía mínima
necesaria para que se produzca una reacción química dada. En la combustión de una sustancia,
por sí solos, el combustible y el comburente no producen fuego, es necesario un primer aporte de
energía para iniciar una combustión auto sostenida. Una pequeña cantidad de calor aportada
puede bastar para que se desencadene una combustión, haciendo la energía calórica aportada las
veces de energía de activación.

Explosión: liberación brusca y simultánea de energía calórica, luminosa y sonora (y posiblemente


de otros tipos) en un intervalo de tiempo ínfimo. La potencia de una explosión es proporcional al
tiempo requerido y su orden de magnitud se mide en giga vatios. Los orígenes de las explosiones
son de dos clases: • Físicos: mecánicos (choques de elementos móviles), electromagnéticos (rayos)
o neumáticos (presiones y gases). • Químicos: reacciones de cinética rápida. Una explosión causa
ondas de presión en los alrededores donde se produce. Las explosiones, en función de la velocidad
de propagación de dichas ondas,

Se pueden clasificar en dos tipos:

Deflagraciones: cuando la velocidad del frente de ondas avanzando es inferior a la velocidad del
sonido (subsónicas). El tiempo que dura es finito, entre 100 y 200 milisegundos.

Detonaciones: cuando la velocidad del frente de ondas (de choque) supera la del sonido
(supersónicas).

El efecto destructivo de una explosión se debe, precisamente, a la potencia de la detonación que


produce ondas de choque o diferencias de presión subyacentes de duración muy corta,
extremadamente bruscas. Para que una explosión se produzca, deben coincidir la existencia de
una atmósfera explosiva y un foco de ignición (energía de activación). Esto requiere el
cumplimiento de tres condiciones simultáneas: 1ª) Existencia de una sustancia combustible (gases,
vapores, polvos o nieblas) 2ª) Existencia de un comburente (oxígeno del aire) en un intervalo de
concentración determinado 3ª) La presencia de una fuente energética de capaz de iniciar la
reacción
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Eliminar una o más de las anteriores condiciones, conlleva eliminar la posibilidad de explosión. En
el caso de explosiones ocurridas en instalaciones y equipos industriales, el calor y la presión son
retenidos en su interior, sometiéndoles a solicitaciones para las cuales no han sido diseñados, con
el resultado final de su destrucción. Sustancias inflamables: son aquellas capaces de formar una
mezcla con el aire, en concentraciones tales que las haga formar una llama, espontáneamente o
por la acción de una chispa. La concentración de dicha mezcla se considera equivalente al límite
inferior de inflamabilidad. Una sustancia es considerada como inflamable, cuando posee un punto
de inflamación menor a 60 C, una presión de vapor absoluta que no exceda de 2’81 Kg/cm2 y
temperatura de ebullición de 37.8 ° C.

Medidas de orden y limpieza: Eliminan o minimizan la acumulación de polvo combustible


mediante el diseño o bien mediante el control de los procedimientos operativos.

Equipos de supresión: Evitan el desarrollo de explosiones por polvo al detectarlas en sus


primeras fases y extinguiéndolas mediante la inyección de un producto extintor adecuado.

Detección de chispas: Detección óptica de la presencia de partículas calientes en la


circulación neumática de aire o en una cinta transportadora antes de que llegue a los equipos
de procesamiento donde se convertiría en una fuente de ignición.

 Filtros y colectores de polvo.


 Transportadores verticales (por ejemplo, elevadores de cangilones).
 Transportadores horizontales (por ejemplo, cintas transportadoras).
 Silos, contenedores y tolvas.

Las consecuencias de una explosión por polvo son mayores en los lugares en los que existe
una mezcla de azúcar en polvo y aire. Los equipos de filtración en los que se maneja
combustible pulverulento casi siempre contienen en condiciones normales de operación una
concentración peligrosa de material. Otros equipos pueden contar con una "carga
combustible" del material peligroso sólo de manera temporal como, por ejemplo, en el
arranque, en el apagado, en la carga o en la descarga. No obstante, siempre que haya carga
combustible, el riesgo es igualmente grave. Es necesario adoptar medidas de protección
siempre que no se pueda eliminar la existencia de una carga combustible.

actores clave en la prevención del polvo combustible

El mayor peligro del polvo combustible es ignorar los riesgos que supone. Afortunadamente, la
concienciación sobre sus riesgos está creciendo, aunque todavía varíe considerablemente
dependiendo de la compañía y el sector. Cada día más compañías lo incluyen como un factor
potencial de riesgo en las evaluaciones que hacen de sus lugares de trabajo en relación a los
productos fabricados las cantidades de polvo que se generan durante los procesos de producción.

La implementación de las rutinas de limpieza industrial es un aspecto esencial de este trabajo, ya


que contribuye a ofrecer un entorno seguro y saludable para los trabajadores, los equipos y los
productos en igual medida. La instalación de brazos y campanas de extracción y otros tipos de
dispositivos de captación adecuados significa que el polvo no podrá acumularse ni esparcirse en la
medida que lo haría si no se instalaran dichos equipos, evitando de este modo tanto explosiones
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como la exposición de las personas a ciertos contaminantes como el polvo, el humo y otras
partículas peligrosas.
Además de la concienciación, la instalación de equipos adecuados y la implementación de
procedimientos de limpieza, la complejidad del sistema de producción en sí es otro factor que
deberá tenerse en cuenta a la hora de diseñar una nueva fábrica o planta de producción. Es muy
probable que un sistema intuitivo y comparativamente fácil de poner en funcionamiento cause
menos daños y errores y, al mismo tiempo, precise menos mantenimiento.

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