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PEC A: Actividad inicial.

Elisabeth Pérez Matías

Actividad inicial
1.1

Según el autor Bowlby, hay cuatro fases de la teoría del apego o como él le
dice “fases en el desarrollo del vínculo afectivo”.

La primera fase se llama Orientación y señales sin discriminación de figura, que


va desde que el niño nace hasta los 2 o 3 meses de vida. Aquí el recién nacido
demuestra los estímulos sociales que más le gustan y aunque reconoce voces,
no las asocia a nadie en concreto, por ejemplo, se le hace familiar la voz de su
madre, pero no la asocia a ella cuando la ve. En esta fase el infante se ajusta
socialmente con unas pre-adaptaciones que aumentan a medida que el niño se
relaciona con otros compañeros, siendo estos sistemas de relación simples y
que se desarrollaran de una manera u otra según la reacción de los adultos.

La segunda fase es la Orientación y señales dirigidas hacia una o más figuras


discriminadas que va entre los 2/3 meses y los 8 meses de vida del infante. En
esta fase es importante el papel del adulto ya que este es quien favorece a que
el niño desarrolle las primeras señales verdaderamente sociales como la
sonrisa o la imitación. En esta fase es muy normal que el bebé comience a
reconocer a los adultos y tenga preferencias y lo demuestra con reacciones
más intensas. Aún así no tiene problema en que un desconocido lo cuide y no
reacciona mal al separarle de su figura cuidadora habitual.

La tercera fase se denomina Mantenimiento de la proximidad hacia una figura


por medio tanto de la locomoción como de señales, esta fase comprende entre
los 8 meses y los 2 años de vida y aquí es cuando se desarrolla el apego. El
infante ya no se muestra afectivo con todo el mundo y busca la proximidad de
su madre, de manera que sigue, saluda y utiliza a su madre para explorar son
conductas de esta fase. También aparte el bebé selecciona a otras personas
cercanas como figuras de apego. En esta fase también se desarrolla la crisis o
angustia de separación ya que al crear un apego a su madre y otras personas
que ejercen el rol de cuidador, el bebé rechaza a los extraños haciendo difícil
que el niño quiera estar o relacionarse con personas que están fuera de su
circulo de confianza.

La cuarta fase que se llama Formación de una asociación con adaptación al


objetivo va de los 2 años de vida hacía adelante, en esta fase gracias a que el
niño comienza a hablar y percibir que su madre no va a desaparecer si no la
ve, se relaja en cuanto a la necesidad de estar siempre con ella, ya que ahora
puede ser consciente de los motivos por los cuales su madre no está y también
la puede imaginar en su cabeza, a la vez a partir de esta edad el niño
desarrolla las primeras estrategias para influir en la manera de actuar de su
madre.

Respecto a los distintos tipo de apego de los niños de la guardería, tenemos a


Fátima y Salma, estás niñas se encuentran en la tercera fase del desarrollo, es
cuando están desarrollando el apego hacía sus personas cercanas, al parecer
tiene un apego seguro con su madre, ya que se muestran alegres y sociales
cuando está la madre presente, pero en el momento que ella no está apenas
se relacionan con otros compañeros, cosa normal ya que en esta etapa no
quieren estar con desconocidos, por eso se relacionan entre ellas que son
hermanas y aquí lo que habría que hacer es intentar que conozcan otros niños
mediante actividades para que les incluyan en su circulo de confianza. En el
caso de Joan, al igual que las dos hermanas se encuentra en la tercera fase
está tranquilo y cómodo en presencia de su padre, pero se muestra nervioso en
la ausencia de este, y es que al final el niño busca a su figura de confianza, por
eso insisto en que habría que buscar actividades y dinámicas para que los
niños se conozcan y se incluyan entre ellos entre su circulo de confianza y se
sientan cómodos entre ellos cuando sus padres no estén presentes. En el caso
de Borja, tiene claramente apego resistente, ya que no está cómodo sin su
madre y se enfada con ella, en el caso de este tipo de apego habría que
trabajar la relación entre el niño y su progenitora. Finalmente nos encontramos
con Carmen que tiene apego evitativo, esta niña aún tiene 8 meses y puede ser
que aún se encuentre en la segunda etapa y no tenga establecido un adulto de
preferencia o circulo de confianza, por lo tanto actúa indiferente con su padre,
aquí lo que habría que hacer es trabajar la relación entre padre e hija para que
esta desarrolle un apego seguro hacía este.

1.2

El desarrollo del apego puede cambiar a lo largo de la vida, pero la estadística


confirma que el 72% de los adultos mantienen el mismo apego que
desarrollaron en su infancia y que el 28% puede cambiarlo a través de
situaciones de la vida, este tipo de apego no solo es hacía su familia, sino que
influye de igual modo en su manera de relacionarse en general.

Según el autor Soufre, que es un autor que defiende que el apego suele ser
continuo toda la vida, explica que los niños con apego inseguro les cuesta
mucho relacionarse y son hostiles, por lo que los otros niños reaccionan de
manera negativa y se refuerza ese tipo de apego, de manera que es el pez que
se muerde la cola. Al contrario, cuando nos encontramos un niño con apego
seguro tienen facilidad para relacionarse y encuentran amistades en niños que
reaccionan de manera positiva, por lo que ese vinculo seguro se ve reforzado,
y es que estos niños con apego seguro tienen más empatía, son mas
socialmente competentes y tienen muchas más amistades que aquellos niños
con apego inseguro. Estas características se van a seguir viendo en las
distintas etapas de la vida como la preadolescencia, adolescencia y adultez,
influyendo en sus futuras relaciones amorosas. Los estudios que se han hecho
al respecto explican que los adultos con un apego evitativo serán adultos “fríos”
y los adultos con apego ambivalente van a ser bastante inestables
emocionalmente. A pesar que lo más normal es continuar con el tipo de apego
que desarrollas en la infancia, también hay datos que demuestran que este
puede cambiar a partir de experiencias importantes y que han marcado a la
persona, como podría ser el divorcio de los padres o el nacimiento de un nuevo
hermano.

En conclusión, el tipo de apego afecta en la manera de relacionarse con otras


personas y que, aunque lo más habitual es tener el mismo tipo de apego en
todas las etapas de la vida, también hay muchas circunstancias vitales que
pueden ocasionar que el tipo de apego pueda cambiar.

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